Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

 

Economía de Cuba

 

LA DUALIDAD MONETARIA EN CUBA: PRINCIPALES PROBLEMAS ASOCIADOS Y PERSPECTIVAS

 

Antonio M. Ruiz Cruz
marino@uclv.edu.cu
Diana J. Molina Tarasiouk
Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas
larisa@uclv.edu.cu 

 

Resumen:

En el presente trabajo se analiza el presente de la dualidad monetaria en Cuba, los problemas que se derivan de la misma, sus consecuencias y las perspectivas futuras al respecto basadas principalmente en la necesidad de su eliminación y una propuesta para llevarla a cabo con la exposición posterior de los beneficios que podría acarrear.
 


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato

Ruiz Cruz y Molina Tarasiouk: La dualidad monetaria en Cuba: principales problemas asociados y perspectivas" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 117, 2009. Texto completo en http//www.eumed.net/cursecon/ecolat/cu/2009/rcmt.htm



1. Introducción

El fenómeno de la dolarización no es reciente en los debates académicos internacionales; sin embargo, en la última década, el tema ha adquirido un nuevo interés a partir de algunos eventos internacionales como la unión monetaria europea, la reciente iniciativa de los EE.UU. entorno a la creación de un área comercial y financiera común, y las crisis financieras que han sufrido los países en desarrollo. En Cuba, el tema también tiene una gran importancia porque la economía funciona desde hace varios años en condiciones de dualidad monetaria.

Aunque se han utilizado al mismo tiempo varias monedas incluyendo el euro en el polo turístico de Varadero se pueden enmarcar dos momentos de la dualidad monetaria. Durante diez años la dualidad monetaria estuvo definida por la circulación del peso cubano y el dólar estadounidense. Actualmente, las dos monedas que ocupan la casi totalidad de las transacciones internas son el peso cubano y el peso convertibles, ambas emitidas por el Banco Central de Cuba.

En el presente trabajo se analiza el presente de la dualidad monetaria en Cuba, los problemas que se derivan de la misma, sus consecuencias y las perspectivas futuras al respecto basadas principalmente en la necesidad de su eliminación y una propuesta para llevarla a cabo con la exposición posterior de los beneficios que podría acarrear.

2. Desarrollo

2.1. Consideraciones generales sobre los impactos de la dualidad monetaria y su eventual eliminación

Los impactos de la dualidad monetaria sobre la economía son diversos y muy difíciles de valorar dada la escasa información que se posee de factores clave en la política monetaria y cambiaria del país. No obstante, se pueden aventurar algunas conclusiones generales.

La persistencia del actual régimen monetario obstaculiza el avance del proceso de perfeccionamiento empresarial, no solo por la inestabilidad de la fuerza de trabajo que “emigra” hacia centros que estimulan en CUC que es una moneda mejor valorada, sino también por las dificultades en la medición del gasto de trabajo. Además, el hecho de que la productividad del trabajo aumente más en las entidades que adquieren sus insumos comprados en CUC que en aquellas que no tienen esas posibilidades, implica cierto intercambio desigual o no equivalente de orden interno en sus recíprocas relaciones.

La teoría marxista hace énfasis en la categoría costo de producción como fundamento de los precios. Aún cuando reconocemos que en nuestro medio, para mercancías principalmente de importación que se llevan al mercado en pesos, su precio resulte de aplicar la tasa de cambio CUP-CUC, es vital que en todos los casos posibles se refuerce el papel de la ficha de costo. La mayoría de las empresas producen y venden sus productos en pesos cubanos y la existencia de una doble moneda limita las posibilidades de trabajar con una ficha de costo única y tiende a encarecer los costos de la producción interna.

Algunas empresas con una alta proporción de insumos importados pueden resultar rentables cuando en realidad esconden subsidios implícitos a través del tipo de cambio sobrevaluado. Lo mismo ocurrirá con las inversiones que se valoran en pesos aun cuando tengan un alto componente importado, con lo cual no aparece el subsidio oculto vía tipo de cambio. Además, pueden existir subsidios cruzados para las empresas cuyas ventas sean mayoritariamente en pesos convertibles y adquieran sus insumos en pesos cubanos.

Además, de acuerdo con el carácter planificado de nuestra economía, el funcionamiento de la ley del valor debe estar condicionado por decisiones de política económica, excluyéndose movimientos derivados de un mercado, que bajo ninguna premisa pudiera parecerse a uno capitalista.

Por otra parte, las normas del Derecho Mercantil y el Derecho Económico rigen en Cuba, sirviendo en muchos casos el tipo de moneda que sustentan sus cobros y pagos, y también su sistema crediticio, el criterio delimitador de su aplicación. ¿Y cuando contratan personas jurídicas de uno y otro tipo, cuál es el Derecho que se aplica?

La doble circulación tiende a deteriorar el poder adquisitivo de los ingresos que se reciben en pesos cubanos, lo cual puede provocar una brecha considerable entre el nivel de ingresos y la posibilidad de cubrir las necesidades fundamentales para la mayoría de la población.

También hay que tener en cuenta aspectos referidos a la masa de dinero puesta en circulación por la CADECA, cuando compra y vende CUC. La tasa de cambio a la que realiza sus operaciones constituye un factor de regulación de la emisión o desemisión, pero se hace necesario mantener un rígido control para que la masa de moneda nacional que se inyecta en el torrente circulatorio no presione la inflación, que habría de expresarse en primer término en aquellos mercados en que actúan la oferta y la demanda con respecto a la formación de precios.

El mercado informal que existe, en el cual se ponen directamente en contacto el peso y el peso convertible, es un espacio que sirve para lograr ciertos ajustes en las proporciones de cambio, tanto en esa especie de cotización que allí se realiza, como mediante aquella que se efectúa en los centros oficiales.

Los factores antes señalados hacen de por si necesaria la eliminación de la dualidad monetaria, lo cual fue planteado con claridad en la Resolución Económica del V Congreso del PCC.

Una interrogante que se plantea ante la posible eliminación de la dualidad monetaria es la referente a cual debe ser la moneda que quede circulando el CUC o el CUP. La respuesta a esta cuestión es mucho más compleja de lo que parece. En lo particular, los autores se inclinan por dejar como única moneda el peso cubano (CUP). Para esto se basan en:

• Razones históricas. El peso cubano es a mi modo de ver un símbolo histórico del triunfo revolucionario. A pesar de que el uso del CUC se ha extendido cada vez mas, el cubano de menores ingresos lo ve sobre todo como un mal necesario y asocia el peso cubano con la moneda verdaderamente nacional. En la psicología popular, el CUC se vincula con desigualdades generadas por la desigualdad de ingresos y se ve como una moneda ajena, como la moneda de los “ricos”. Para la mayoría de los cubanos, la moneda nacional es el CUP y no el CUC.

• En segundo lugar, es mucho mayor el uso que se le da al CUP que al CUC, lo cual implica una mayor circulación del primero y de sus fracciones monetarias. Nuestros salarios y la inmensa mayoría de los precios, sobre todo los de la llamada “canasta básica” están dados en CUP y no en CUC. Esto parece indicar que los “costos de menú” serán menores si se deja el peso cubano (CUP) como moneda única.

Otra interrogante planteada es en cuanto al tipo de cambio que debe ser fijado cuando se realice la eliminación de la dualidad monetaria, pues la inmensa mayoría de los especialistas coinciden en que el actual debe ser cambiado. No hay suficiente información en la actualidad, al menos para los autores para responder a esta pregunta. No obstante, se pueden señalar algunos aspectos que tienen que ser tenidos en cuenta de manera general para determinar una tasa de cambio adecuada en la economía. Entre estos se destacan:

a) La situación de la balanza de pagos del país y por tanto de las reservas internacionales.

b) El nivel de inflación existente en la economía.

c) La situación de los recursos monetarios que se encuentran en manos de la población y las empresas. En relación a la población, la proporción entre el dinero retenido como efectivo y los depósitos en las cuentas de ahorro.

Por otro lado, hay que destacar que en general, los análisis que se hacen de la dualidad monetaria tienden a sobredimensionar sus efectos negativos en la población. Hay una tendencia a asociar las desigualdades en los ingresos con la misma. Si embargo, los problemas en la distribución de los ingresos no parecen tener un origen monetario. Sobre esa base hay que considerar que los mayores impactos de una eventual eliminación de la dualidad monetaria se tendrían en el sector empresarial.

La dualidad monetaria perjudica sobre todo a las empresas que operan en CUP. El funcionamiento de estas empresas se ve limitado por la dificultad en la adquisición de CUC. Debido a estas restricciones, las empresas tienen el incentivo de comercializar sus productos en CUC. El sector empresarial no pone todos sus esfuerzos en producir bienes muy importantes para el país, pero que se deben comercializar en pesos cubanos, sin que la empresa pueda después utilizar estos recursos debido a la ausencia de un mecanismo cambiario para el peso cubano en ese sector. La dualidad se ha trasladado a las estructuras financieras del sector empresarial, del sector financiero y de las cuentas fiscales, sin que exista un tipo de cambio realista que permita conectar los flujos financieros en CUP y CUC. En los balances de las empresas, del sistema financiero y del propio Presupuesto existen flujos en pesos y pesos convertibles expresados al tipo oficial de 1x1. Esto distorsiona los precios relativos, dificulta la medición de la rentabilidad y el análisis correcto del estado de las finanzas públicas.

La eliminación de la dualidad monetaria acompañada del establecimiento de una tasa de cambio adecuada puede tener un impacto muy positivo en el crecimiento económico, el incremento de las exportaciones y a la sustitución de importaciones.

Aunque la eliminación de la dualidad monetaria parece ser una necesidad incuestionable, su eliminación abrupta no es aconsejable, dadas las condiciones que existen en la economía y sus posibles impactos negativos. Hay que tener en cuenta que aun existen importantes desequilibrios monetarios en la economía y bajo esas circunstancias la integración total de la circulación en CUP y CUC en una sola moneda puede traer consecuencias negativas tanto en términos reales como financieros.

El hecho de que existe una considerable masa de dinero formada por CUC y sus fracciones nos lleva a preguntarnos si los CUP y sus fracciones en circulación pudieran reemplazarlos si se decidiera dejar el peso cubano como moneda única.

La posibilidad de la solución del cambio de los pesos convertibles por pesos a nuestro modo de ver se excluye, ya que esto significaría violentar todo el régimen monetario actualmente en vigor, y si tal posibilidad eventualmente existiera, habría que considerar sus consecuencias inflacionarias.

También esta medida presupone la existencia de un procedimiento para transformar las cuentas bancarias a la vista o plazo fijo actualmente existentes en pesos convertibles, a pesos. Si se establece un plazo para esos cambios tendrían que definirse las tasas a los cuales habrían de ser efectuados, lo que no estaría exento de dificultades. Una pregunta sería: ¿los CUC que la población ha ahorrado y que se hayan depositado en los bancos, serían lanzados a la circulación en CUP?

Por otra parte, es evidente que el sistema de precios tendría que ser cambiado y la escala salarial requeriría una profunda modificación.

Por supuesto que habría que revisar también el contenido de los convenios firmados con los extranjeros, al formar empresas mixtas y otras formas de asociación de capitales.

Para una posible eliminación de la dualidad monetaria los indicadores fundamentales a tener en cuenta serían:

• La tasa de crecimiento del PIB.

• Situación de la cuenta corriente y de la balanza de pagos del país en general.

• La cantidad de dinero circulante denominada en ambas monedas y en general la tasa de inflación.

• El nivel de los depósitos bancarios tanto del sector empresarial como de las familias y la proporción existente entre los depósitos en ambas monedas.

• Las tasas de interés vigentes.

• El volumen y dirección de las operaciones de cambio en CADECA.

En cuanto a los organismos que entiendo deben involucrarse de forma más directa en la evaluación son:

• El Banco Central de Cuba.

• Ministerio de Economía y Planificación.

• Ministerio de Finanzas y Precios.

• ONAT

• El Ministerio de Educación Superior (MES) a través de sus centros de educación superior.

Tal decisión debe ser tomada teniendo en cuenta el criterio de los especialistas más capacitados para evaluar los efectos de esta política sobre la economía y para ello es necesario que los equipos de trabajo tengan a su disposición toda la información relevante al respecto, para que se puedan tomar las mejores decisiones sin tener que recurrir a la especulación

2.2. Acciones previas a la eliminación de la dualidad monetaria

Algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo previo a la eliminación de la dualidad monetaria se exponen a continuación:

I. Creación de un mercado cambiario para el sector empresarial, con lo cual se lograría contar con un tipo de cambio de referencia para este sector y así comenzar a evaluar el impacto del movimiento del tipo de cambio sobre la actividad de las empresas.

II. Desarrollar políticas para estimular el cambio gradual de las cuentas de ahorro a la moneda única, tal vez mediante la utilización de tasas de interés preferenciales.

III. Análisis de los sistemas de estímulos salariales actualmente existentes, con el objetivo de lograr su unificación futura bajo una sola moneda.

IV. Mantener los cambios de CUC en CUP y eliminar los cambios de CUP en CUC (o viceversa en dependencia de cual moneda se decida dejar como única).

V. Eliminar la segmentación de los mercados mediante la creación de un sistema de precios y salarial homogéneo, denominado en la moneda que se decida dejar como única, bien sea el CUP o el CUC.

VI. Como al parecer la tasa de cambio oficial de 1x1 esta sobrevaluada, seria prudente examinar la posibilidad de una devaluación de dicha tasa oficial, aunque manteniendo, al menos provisionalmente, la fijada por CADECA para los cambios de CUC por CUP.

La secuencia de estas acciones estaría dada por el orden de las acciones en el inciso anterior, aunque algunas acciones se desarrollarían simultáneamente, pero el proceso a nuestro modo de ver debe comenzar en el sector empresarial y financiero.

Por otro lado, hay que destacar que la existencia de una parte importante de la población que recibe ingresos en CUC por diversas vías, algunas de ellas no vinculadas a los resultados del trabajo, ha creado una importante diferenciación del poder adquisitivo. La eliminación de la dualidad monetaria tiene que estar acompañada de políticas que vayan eliminando gradualmente la referida diferenciación, pero que sobre todo estimulen el aumento de la productividad de los trabajadores vinculados a actividades productivas directas. La elevación de la oferta de productos es la principal vía para aumentar el poder adquisitivo dado su efecto sobre el sistema de precios. En el caso de la producción agropecuaria, de tanta importancia para nuestro nivel de vida, es necesario continuar con las políticas de precios y de crédito que estimulen a los productores directos, sobre todo en lo que se refiere a los precios de los insumos para la producción agropecuaria, así como priorizar las inversiones en la agricultura y para el desarrollo de la industria nacional. El aumento de la productividad y la producción es requisito indispensable para darle continuidad a las políticas de incremento de los salarios e ingresos en general, para aquellos sectores que han estado marginados en lo fundamental de los sistemas nacionales de estimulación en CUC.

Es necesario reiterar algunos ajustes que a nuestro modo de ver son imprescindibles como antesala a una posible eliminación de la dualidad monetaria:

I. Reestructuración de los sistemas de pago vigentes, preferenciando el estímulo a los trabajadores vinculados directamente a la producción material y poniendo el sistema de estimulación salarial en correspondencia con el aporte real a la producción de bienes materiales.

II. Devaluación del tipo de cambio nominal oficial (1x1) poniéndolo en correspondencia con el tipo de cambio real.

III. Priorizar el crecimiento de los sectores primario y secundario y su correspondiente aporte al PIB, eliminando progresivamente la deformación estructural que implica que el 76 % del PIB sea creado por el sector terciario, lo cual compromete el crecimiento futuro sostenible de la economía nacional.

2.3. Perspectivas ante una posible eliminación de la dualidad monetaria.

La sustentabilidad del desarrollo y el crecimiento futuro dependen de la eficiencia con que se modifiquen los mecanismos sobre los que hoy se definen las relaciones productivas y monetarias mercantiles. La política cambiaria, y en particular, la solución al problema de la dualidad económica están en el centro de este desafío.

Todo hace pensar que, una vez en marcha el conjunto de transformaciones introducidas a inicios de los años 90, el país está sumergido en un proceso de asimilación de sus efectos, en lo que podría calificarse como "ajuste intermedio" o afinación del control sobre los mismos. Refuerza esta percepción el hecho de que se alcanzara un "equilibrio" entre la necesidad de continuar introduciendo cambios y la reanimación económica lograda con los que ya han sido implementados.

Generalmente, los análisis que se hacen de la dualidad monetaria tienden a sobredimensionar los efectos negativos que esta ha tenido para la población. En consecuencia, se sobredimensionan los beneficios de su eliminación. Se tienden a asociar las desigualdades en los ingresos con la dualidad monetaria. Sin embargo, los problemas en la distribución de los ingresos no parecen ser un fenómeno monetario. Realmente, los mayores beneficios de la eliminación de la dualidad monetaria pueden encontrarse en el sector empresarial.

A continuación se desarrollan estas ideas examinando por separado el sector de la población y el sector empresarial.

2.3.1. La dualidad monetaria y la población

El comienzo de la dualidad monetaria en 1993 coincide con los peores momentos de la crisis económica conocida como “período especial”. Como es sabido, las principales causas de la crisis fueron la caída del campo socialista, las fallas internas de nuestro modelo económico que se evidenciaban desde finales de los años ochenta y la intensificación del bloqueo del gobierno de los Estados Unidos. Tal escenario ocasionó innumerables costos en toda la economía, incluida una caída del PIB de 35%. En la población, los efectos de la crisis se manifestaron en un empeoramiento del nivel de vida. La oferta de bienes y servicios del estado a la población -subsidiado o gratuito- se vio perjudicada. Se produjo una disminución significativa del valor real de los salarios y las pensiones.

Para enfrentar la crisis se tomaron un grupo de medidas, tales como la extensión del trabajo por cuenta propia, reformas en la agricultura, desarrollo del turismo, mayor entrada de inversión extranjera, facilidades para la entrada de remesas del exterior, entre otras. Algunas de las medidas tomadas ampliaron los espacios para la obtención de ingresos personales fuera de los márgenes de las empresas e instituciones del estado. Dentro del segmento estatal aparecieron los “estímulos” en el sector emergente de la economía.

De esta manera, las familias que han podido acceder a estos ingresos adicionales al salario y las pensiones, han logrado sobrellevar mejor la crisis. Se ha visto menos afectado el nivel de vida de las familias que reciben ingresos del trabajo por cuenta propia, de actividades privadas y cooperativas en la agricultura, de “estímulos” recibidos del trabajo en el sector emergente de la economía, de las remesas, de contratos en el exterior, y también de actividades informales en el mercado negro

Se crea entonces una diferencia entre las familias que sólo tienen como ingreso el salario del sector estatal y las pensiones, y las que pueden acceder a otras fuentes de ingresos dentro y fuera del país. Debido a que la economía estaba parcialmente dolarizada muchos de estos ingresos adicionales se recibían y se gastaban en dólares, aunque no todos, de los ejemplos que se enumeraron se observa que hay algunos que se reciben y se gastan en pesos cubanos.

Ahora bien, como la mayoría de estos ingresos adicionales se manejaban en dólares, muchas veces se tendía a pensar que era la dolarización la causa de estas diferencias. Sin embargo, la diferencia radica en la procedencia de los ingresos, independientemente de la moneda en que se expresen. De hecho, después de haber sustituido en los últimos años el dólar por el peso convertible las desigualdades se mantienen. Lo mismo probablemente sucederá cuando se decida eliminar la dualidad monetaria y se sustituya el peso convertible por el peso cubano en los mercados de la población.

En ocasiones, indistintamente se habla de dualidades monetarias y dualidades económicas, en referencia esto último a las desigualdades en los ingresos. Sin embargo, no son los mismos fenómenos. Cada uno responde a diferentes causas y la solución de uno no lleva necesariamente a la solución del otro.

Para desdolarizar los mercados de la población, en octubre del 2004 las tiendas minoristas que operaban en dólares transformaron sus precios a pesos convertibles a la tasa de cambio vigente, que en ese momento era de 1 CUC igual a 1 USD. Desde entonces, los ingresos personales en dólares y en otras monedas debieron ser cambiados en las casas de cambio (Cadeca) a pesos convertibles para poder consumir en estos mercados. En analogía, para sustituir el peso convertible por el peso cubano y eliminar así la dualidad monetaria en los mercados de la población, lo que habría que hacer es transformar los precios en pesos convertibles a pesos cubanos multiplicándolos por la tasa de cambio vigente, en estos momentos en 24 pesos cubanos por 1 CUC. Por ejemplo, un litro de aceite que ahora su precio es 2.15 CUC tendría un precio de 51.6 pesos cubanos. Todos los ingresos personales deberían ser cambiados a pesos cubanos en Cadeca para poder consumir dentro de Cuba. Los ingresos en pesos cubanos se podrían utilizar directamente para consumir en los mercados que ahora operan en pesos convertibles sin necesidad de pasar por Cadeca.

Evidentemente, la eliminación de la dualidad monetaria en los mercados de la población no acabaría con las desigualdades.

Para el cambio de precios de pesos convertibles a pesos cubanos no puede tomarse otra que la tasa de cambio vigente en Cadeca, debido a que esta es la tasa de cambio que refleja la disponibilidad de divisas existentes en el país para respaldar los pesos cubanos en circulación.

Un camino que se puede seguir utilizando para reducir las desigualdades entre los ingresos -que no depende de la eliminación de la dualidad monetaria- es ir revaluando progresivamente la tasa de cambio de Cadeca. Sin embargo, esto no descansa en una decisión, sino en que existan las condiciones requeridas. El valor de la tasa de cambio obedece a factores reales en la economía, tales como los ingresos por exportaciones, la capacidad de sustituir importaciones, la competitividad de la economía cubana, entre otros.

Otro camino -que tampoco está condicionado a la eliminación de la dualidad monetaria- es el incremento de los salarios y pensiones. Este también depende de que existan las condiciones en el sector real de la economía, específicamente en la productividad del trabajo. Un incremento de salario nominal que no esté respaldado por un aumento de la productividad se iría a inflación, retornando así el salario real al punto inicial.

En el año 2005 se revaluó la tasa de cambio del peso cubano en Cadeca debido a que el país empezó a recibir mayores ingresos externos y la cuenta corriente de la balanza de pagos experimentó un superávit. Ese mismo año aumentaron los salarios y las pensiones, respaldados por un mayor crecimiento del PIB.

Son en definitiva estos factores los que posibilitarán seguir aumentando el poder adquisitivo de las familias que dependen de los ingresos asociados al sector estatal de la economía. De esta forma se podrán ir reduciendo gradualmente las desigualdades. La dualidad monetaria en el sector de la población puede eliminarse en cualquier momento y ello no representa ningún beneficio o perjuicio adicional en este proceso.

Entre los dos caminos mencionados anteriormente, el incremento de salarios y pensiones tiene mejores efectos redistributivos que la revaluación de la tasa de cambio de Cadeca. El incremento directo del salario y pensiones beneficia a los trabajadores y jubilados del sector estatal. La revaluación de la tasa de cambio beneficia a todas las personas que tienen ingresos en pesos cubanos, tanto a las de bajos ingresos como a las de altos ingresos.

Pueden pensarse algunas otras políticas para reducir las diferencias en la distribución del ingreso como pueden ser extender un sistema impositivo progresivo, eliminar la libreta de abastecimiento y hacer así un uso más eficiente de los recursos fiscales en la protección de las familias de menos ingresos, reducir los precios de los productos de primera necesidad en las tiendas en pesos convertibles, entre otras. Pero ninguna de estas políticas está condicionada a la eliminación de la dualidad monetaria.

Lamentablemente, la política monetaria no puede cambiar de un día para otro la situación de un país. Las condiciones monetarias pueden favorecer el desenvolvimiento de la economía pero los que deciden son los factores reales.

2.3.2. La dualidad monetaria y la empresa

Donde sí pueden existir una gran cantidad de efectos favorables asociados a la eliminación de la dualidad monetaria es en el sector empresarial, los cuales, terminarán también beneficiando a la población. La dualidad monetaria en el caso empresarial se distingue por la imposibilidad que tienen las personas jurídicas de cambiar los pesos cubanos por otras monedas y por la sobrevaloración de la tasa de cambio oficial del peso cubano; para las personas jurídicas 1 peso cubano equivale a1 CUC. La eliminación de la dualidad monetaria obligaría a resolver estos problemas, ahí radica su mayor beneficio.

La dualidad monetaria perjudica a las empresas que operan en pesos cubanos. El funcionamiento de estas empresas se ve limitado por el hecho de que no pueden comprar pesos convertibles ni divisas con pesos cubanos. Las empresas que ingresan pesos cubanos les resulta muy difícil realizar las importaciones necesarias para completar su ciclo económico.

Debido a estas restricciones, las empresas tienen el incentivo de comercializarlo todo en pesos convertibles. El sector empresarial abandona o no pone todos sus esfuerzos en desarrollar actividades en pesos cubanos. Estas actividades pueden ser muy importantes para el país, pero tienen la limitante de que la empresa no tiene cómo utilizar posteriormente los ingresos en pesos cubanos, debido a la ausencia de un mecanismo cambiario para esta moneda en el sector empresarial.

La sobrevaloración de la tasa de cambio oficial del peso cubano distorsiona casi toda medición económica que se haga, desde los distintos balances contables de las empresas hasta el cálculo del Producto Interno Bruto. La sobrevaloración del peso cubano mantiene artificialmente rentable a un grupo de empresas e injustamente irrentable a otro grupo, sin que exista una verdadera relación entre rentabilidad y eficiencia.

Afecta a los exportadores debido a que sólo se contabiliza 1 peso cubano por cada dólar de exportación ingresado. También desestimula la sustitución de importaciones, dado que por cada dólar ahorrado la empresa sólo recibe el beneficio de 1 peso cubano.

En el sector empresarial sí hay un mayor espacio para tomar decisiones de política monetaria que ayuden a dinamizar factores reales. La eliminación de la dualidad monetaria contribuiría al crecimiento económico, al incremento de las exportaciones y a la sustitución de importaciones. Todo ello permitiría sustentar mayores revaluaciones de la tasa de cambio del peso cubano en Cadeca y nuevos incrementos de salarios y pensiones, variables que aún reflejan las consecuencias de una crisis económica no superada.

2.4. Propuesta para erradicar la dualidad monetaria

Llegado a este punto, es posible entender que la circulación de dos monedas, la sobrevaloración del tipo de cambio oficial, la dualidad de las tasas de cambio y la inconvertibilidad del peso cubano para las empresas son elementos estrechamente relacionados y que deberán, por lo tanto, resolverse de manera casi simultánea. Para eliminar la doble moneda se requiere tener primero un régimen cambiario único.

A continuación, se describe de manera resumida una propuesta que comprende cuatro acciones fundamentales que podrían implementarse para erradicar la dualidad monetaria:

a. Devaluar el tipo de cambio del peso cubano en el sector empresarial.

Con el valor actual del tipo de cambio oficial, no es posible abrir un mercado cambiario para el peso cubano a todas las instituciones y empresas. Si esta opción se instrumentara hoy, los ingresos en divisas del país y las reservas internacionales no alcanzarían para satisfacer la demanda que proviene de la cantidad de pesos cubanos en circulación al precio actual de un peso cubano igual a un peso convertible (con un peso cubano igual a 1,08 dólares estadounidenses). Para lograr un equilibrio, se necesita devaluar primero el tipo de cambio oficial. De esa forma se reduciría el poder adquisitivo en términos de divisas de las cuentas corrientes en pesos cubanos.

Hay dos caminos para hacerlo: una devaluación gradual o una de golpe. El primero parece más sensato debido a que es un precio que prácticamente nunca se ha movido y, por lo tanto, las empresas requerirán un tiempo para ajustar sus actividades. La política económica también necesita tiempo para ajustar sus instrumentos: los subsidios, los impuestos, la política monetaria y crediticia, la supervisión bancaria y la asignación de recursos a través del plan de la economía.

Con una devaluación de este tipo, casi todas las proporciones, los precios relativos y los resultados financieros de las empresas, bancos, otras instituciones y el presupuesto del Estado cambiarán. Los más perjudicados serían los balances financieros que presenten un descalce cambiario.

Un segundo efecto sería un incremento de la inflación. El incremento de los costos al multiplicar por una mayor tasa de cambio el valor en pesos convertibles y divisas de los insumos y gastos de inversión podría ser traspasado por las empresas a los precios finales de los bienes y servicios que comercializan. Muchos de esos bienes y servicios representan costos para otras empresas. Así, mediante la inflación prácticamente habría consecuencias sobre todas las instituciones.

Un tercer efecto derivaría de las diversas interrelaciones financieras entre las empresas, y entre estas y los bancos. Un empeoramiento de la situación financiera de determinadas empresas reduciría también su capacidad de saldar sus deudas y, como resultado, perjudicaría a sus acreedores.

Para evitarlo, las autoridades económicas deberán cuidar que se produzca una espiral inflacionaria, con vistas a conservar la estabilidad monetaria y con el objetivo de que la devaluación nominal del tipo de cambio acabe siendo también una devaluación de la tasa de cambio real. Las autoridades deberán identificar a las empresas más perjudicadas y que comienzan a registrar pérdidas, y tomar decisiones al respecto. Para las empresas no solo habrá dificultades, sino también nuevas oportunidades.

La política económica debe guiar y regular el «desajuste» que significa para la economía mover la tasa de cambio real. Los efectos no deben evitarse, sino administrarse. El «desajuste» que deviene de la medida es su principal aporte, debido a que se parte de una situación inicial donde la sobrevaloración del peso cubano ha deformado casi toda la medición de los flujos y stocks financieros empresariales. Se crearía un ambiente de mayor transparencia en la medición económica.

b. Unificar el tipo de cambio empresarial con el tipo de cambio de la población.

Un aspecto crítico es saber hasta dónde llegar con la devaluación de la tasa de cambio oficial, en qué punto se va a encontrar con la tasa de cambio en Cadeca, es decir, cuál es la tasa de cambio de equilibrio. La tasa de 24 pesos por un peso convertible en las casas de cambio tampoco es la de equilibrio, ya que a este mercado no concurren toda la oferta y la demanda de divisas del país.

Estamos asumiendo que se intentaría llevar toda la economía al mismo tiempo a una misma moneda, para lo cual hace falta disponer primero de una única tasa de cambio para la relación peso cubano-peso convertible. No obstante, la transición al peso cubano podría hacerse gradualmente, en determinados circuitos, manteniendo distintas las tasas de cambio.

c. Pasar a pesos cubanos los mercados minoristas estatales en pesos con-vertibles y las cuentas bancarias de la población.

Para eliminar la dualidad monetaria del segmento de la población, se multiplicarán los precios en pesos convertibles por la tasa de cambio vigente en las casas de cambio. Las cuentas en los bancos se podrán convertir a pesos cubanos o podrá mantenerse por un tiempo el peso convertible como unidad de cuenta para los depósitos bancarios.

En realidad, eliminar la doble moneda de los mercados vinculados directamente a la población es bastante sencillo ya que existe una tasa de cambio que no está sobrevalorada y el peso cubano ya tiene convertibilidad en las casas de cambio.

d. Pasar a pesos cubanos las cuentas corrientes de las instituciones en pesos convertibles y darle convertibilidad al peso cubano en el sector empresarial.

Después de devaluar el tipo de cambio oficial del peso cubano, se podrán pasar todas las cuentas corrientes de las instituciones a pesos cubanos. De alguna forma, ya sea con más o menos restricciones, a las empresas a las que se les retirarán los pesos convertibles a cambio de pesos cubanos se les deberá permitir adquirir divisas para poder efectuar importaciones.

En ese mercado cambiario entrarían entonces las empresas que hoy operan en pesos cubanos. Se beneficiarían sobre todo las instituciones que, en el sistema actual, deben esperar la asignación centralizada de divisas, que es independiente de su eficiencia para ingresar pesos cubanos. Con un mercado cambiario, ya sea más o menos restrictivo, la disponibilidad de divisas de una empresa estaría más ligada a sus resultados económicos.

La convertibilidad del peso cubano a todas las empresas pudiera no instaurarse con el mecanismo actual de control de cambio. Tal vez sea mejor para la economía un régimen de flotación manejada de la tasa de cambio, similar con el que funcionó el sistema de casas de cambio de Cadeca desde su creación en 1995 hasta principios de2002. Este es un asunto importante a investigar y discutir, si bien no define la eliminación de la doble moneda.

3. Consideraciones finales

En síntesis, se ha expuesto un camino que podría llevar a la economía cubana hacia una sola moneda. Este podrá recorrerse con distintas velocidades y con medidas más orientadas al mercado o preservando el control estatal sobre la asignación de divisas, el valor de la tasa de cambio y los precios. Evidentemente, quedan muchos aspectos por evaluar, sobre todo después de que se vean los efectos de los primeros pasos. La devaluación del tipo de cambio oficial parece ser la medida que introducirá más tensiones en la economía.

Finalmente, es necesario plantear que hay que dar una mayor participación a los especialistas en temas económicos de los cuales tenemos muy buenos en diferentes organismos y en los centros de Educación Superior, pero para ello es imprescindible que estos especialistas tengan acceso a información económica relevante que hoy en día casi es patrimonio exclusivo de los que trabajan en centros de investigación nacional, lo cual reduce las posibilidades de utilizar con mayor efectividad el capital humano con el que contamos, que es, a decir del compañero Fidel, la inteligencia, la cultura y la preparación de todos los cubanos. La validez científica de los criterios expuestos en este trabajo se puede ver afectada por la falta de información en algunos temas de gran importancia, a la cual no se ha podido tener acceso ni siquiera por INTERNET. En muchos casos nos hemos guiado más por la intuición que por la certeza.

Referencias

[1] Por supuesto, entre estas familias hay también significativas diferencias en la cuantía de los ingresos adicionales que reciben.

[2] Otra opción para eliminar la dualidad monetaria es llevarlo todo a pesos convertibles, pero parece un proceso más difícil como resultado de que los salarios y la mayor parte de los ahorros están en pesos cubanos.

[3] En realidad es menos de 1 peso cubano después de que en marzo del 2005 se revaluó un 8% el peso convertible con respecto al dólar.

Bibliografía

Castro Formento, M. (2002) La dolarización, el ALCA y la Unión Monetaria en América Latina, Editorial Ciencias Sociales, La Habana

Vidal A., P. (2008) “Cuba’s Convertible Peso: Monetary Duality and Economic Distortion”. FOCAL POINT, Volume 7, Issue 4.

_______ (2006) La dualidad monetaria y la política cambiaria, disponible en http://www.nodo50.org/cubasigloXXI


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