Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

 

Economía de Cuba

 

FIDEL CASTRO RUZ Y SU PENSAMIENTO ECONÓMICO EN LA REVOLUCIÓN

 

Berkys Esther Sosa Sosa
colsag@capiro.vcl.sld.cu


 

Introducción

Camino a sus 80 años, es tarea prácticamente imposible, tratar de reseñar todos los aportes realizados por el Comandante Fidel Castro Ruz, en su titánica lucha de lograr junto a todos los pueblos de nuestro continente la liberación e independencia definitiva.

Este trabajo se basa en mostrar su pensamiento económico en la revolución, aquella con la que soñó en los tiempos de lucha contra el imperialismo y que hoy día todavía vive con su sueño realizado.

También veremos las ideas que reflejó en “La Historia me Absolverá”, que es la Apología de Sócrates, el Iconoclasta de Milton y la Autodefensa de Gandhi a un tiempo. Es el momento en que Fidel Castro inviste una representación, un mandato, en que «cuelga de un árbol marchito su muceta de doctor» para vestir la toga de tribuno de la plebe, de defensor de la justicia. Penetrando en la expresión de las imágenes se percibe que es el momento de la metamorfosis de quien ha muerto en el combate del Cuartel Moncada y renace, como el Fénix, en el combate por la libertad de Cuba, de América oprimida y de los pueblos humillados y expoliados. Ahora es el abanderado de la libertad, y está ahí, al lado de Martí, porque tiene que cumplir la consigna que una muerte valerosa truncó en su anterior campaña.
 


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato

Sosa Sosa, B.E.: “Fidel Castro Ruz y su pensamiento económico en la revolución" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 119, 2009. Texto completo en http//www.eumed.net/cursecon/ecolat/cu/2009/bess.htm


El ideal de Martí, nuestro héroe nacional de todos los tiempos, reflejado en su pensamiento y las ideas y aporte realizados en la etapa de rectificación de errores y el período especial.

Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, nació el 13 de agosto de 1926 en Birán, antigua provincia de Oriente, Cuba.

Durante su permanencia en la Universidad de La Habana (donde se graduó de abogado en 1949), fue dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) a diferentes instancias, participó en la frustrada expedición de Cayo Confites (1947) para luchar contra la tiranía de Trujillo en República Dominicana y colaboró en el proyecto para celebrar el Congreso Latinoamericano de Estudiantes coincidente con la IX Conferencia Panamericana, lo que lo llevó, en unión de Alfredo Guevara y otros, a Colombia, donde fueron partícipes de los sucesos que siguieron al asesinato del líder Jorge Eliecer Gaitán en Bogotá (1948). En ese lapso fue asimismo actor destacado y organizador principal de otras múltiples actividades estudiantiles de rechazo al status quo imperante y en apoyo a otros sectores afectados por la grave crisis que atravesaba el país entonces.

Una vez graduado, estableció bufete con otros colegas, dedicado de modo especial a la defensa de opositores al gobierno, obreros y sindicatos, denunció las corrupciones y desmanes del gobierno de Carlos Prío a través del diario Alerta y de las emisoras Radio Álvarez y COCO y se vinculó estrechamente al Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) que lideraba Eduardo Chibás, partido por el cual sería candidato a Representante en las elecciones de 1952. El golpe de estado del 10 de marzo de 1952 por Fulgencio Batista, al que condenó en el diario La Palabra y pretendió llevar ante los tribunales, y el sisma en la cúpula dirigente de esta organización tras la muerte de Chibás en agosto de 1951, lo convencieron de la necesidad de buscar nuevas formas de acción para transformar la sociedad cubana.

Además, en 1955 viajó a Estados Unidos en busca del apoyo de los emigrados cubanos en ese país y pronunció discursos en Nueva York y Miami. A fines de noviembre de 1956 partió del puerto mexicano de Tuxpan, en el yate «Granma», con varias decenas de combatientes y el 2 de diciembre desembarcaron en la playa Las Coloradas, próxima a Niquero (Oriente), y se internaron en la Sierra Maestra, donde permaneció por más de dos años al frente del Ejército Rebelde, del que era Comandante en Jefe.

Tras el desplome del régimen dictatorial por la fuga de Batista el 1 de enero de 1959, convocó a la huelga general para consolidar la victoria de la Revolución y marchó hacia La Habana, donde entró el 8 de enero. El Gobierno Revolucionario instaurado lo designó primeramente Comandante en Jefe de todas las fuerzas de aire, mar y tierra, y después, a mediados de febrero, Primer Ministro.

Inmediatamente comenzó a impulsar la creación de un nuevo aparato estatal, dictó leyes a favor de los sectores más desfavorecidos, entre ellas la Reforma Agraria, que firmó en la Sierra Maestra el 17 de mayo. Además, fundó organismos de nuevo tipo como el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA, del cual fue su primer presidente) e instituciones culturales como la Imprenta Nacional de Cuba y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, (ICAIC). El anuncio de su renuncia al cargo de Primer Ministro a mediados de julio de 1959 por la obstaculización del presidente Manuel Urrutia a las leyes y medidas revolucionarias, motivó una masiva exigencia popular para que se reincorporara al mismo y forzó la renuncia del presidente. El 26 de julio retomó el cargo. A partir de entonces pudo llevar adelante, desde los primeros años posteriores al triunfo de la Revolución, medidas y actividades de gran envergadura para el desarrollo ulterior del país en todos los órdenes, como la nacionalización de empresas extranjeras, la Reforma Urbana, el desarrollo de la industria nacional y la diversificación agrícola, la Campaña de Alfabetización, la nacionalización y gratuidad de la enseñanza a todos los niveles, la eliminación de la salud pública privada y del deporte profesional, el mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores más populares, el establecimiento de vínculos con naciones de todo el orbe y de diferentes sistemas sociales y de gobierno, la incorporación de Cuba al Movimiento de Países No Alineados, la definición de una política exterior independiente, la declaración del carácter socialista de la Revolución (abril de 1961).

Logró, además, la unidad de las fuerzas revolucionarias y antimperialistas del país en organizaciones masivas como la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR), la Unión de Pioneros de Cuba (UPC), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y otras de carácter más selectivo y político como las ORI, a las que sucedió el PURSC (1961). Redactó textos fundamentales de la historia contemporánea de Cuba y América Latina como los de la Primera (1960) y Segunda (1962) Declaración de La Habana. En abril de 1961 dirigió personalmente a las tropas que derrotaron la invasión mercenaria de Playa Girón, financiada y organizada por Estados Unidos.

De especial significación ha sido su presencia en las cumbres del Movimiento de Países No Alineados, que presidió en la sexta celebrada en La Habana (1979). Documentos políticos, discursos, intervenciones, artículos y entrevistas suyos han sido difundidos en libros propios o compilaciones, en filmes y en los más importantes órganos de prensa escrita y emisoras radiales y televisivas de Cuba y de todo el resto del orbe y traducidos a las más diversas lenguas.

Varias universidades de Europa y América Latina le han conferido el título de Doctor Honoris Causa. Ha recibido además múltiples condecoraciones por su labor en pro de las relaciones con otros países, así como el Premio Mijail Sholojov otorgado por la Unión de Escritores de Rusia en 1995.

Efectivamente Fidel va en camino a sus 80 años. No es solamente el Comandante en Jefe del pueblo de Cuba sino también el Comandante en Jefe de todos los pobres del mundo.

Desarrollo

Fidel Castro toma el camino que lo llevará al marxismo y al leninismo de forma autodidacta, al contrastar la historia, y las tradiciones ideológicas y práctico revolucionarias cubanas que Martí sintetiza radicalizándolas, con las ciencias sociales burguesas, especialmente la economía política, proceso que se completa una vez que entra en contacto con las obras principales de Marx, Engels y Lenin, y asume creadoramente sus concepciones.

Al tomar conciencia de que era posible llegar a Marx desde Martí, Fidel Castro estuvo en condiciones de elaborar su nueva concepción táctica y estratégica de la revolución en Cuba, también en la esfera ideológica, articulando coherente y sistémicamente las ideas martiana, marxistas y leninistas. Con la aplicación de su propia experiencia en la formación de la vanguardia revolucionaria, contribuye decisivamente a que sus más cercanos colaboradores primero, y las masas populares más tarde, comprendieran, que el objetivo supremo de la revolución no podía ser únicamente derrocar la tiranía, consigna que había servido de elemento aglutinador inicial; sino que se imponía la proyección antimperialista y finalmente socialista de la revolución, que concibe de forma ininterrumpida, bajo una misma dirección: uno de sus grandes aportes.

En este sentido, pueden delimitarse cuatro momentos esenciales: la lucha por la toma del poder, el tránsito al socialismo, los inicios de la construcción de la nueva sociedad, y la situación creada con la destrucción de la URSS y el campo socialista este europeo.

La victoria del Primero de Enero de l959 abrió una nueva etapa en el proceso de concientización de las masas populares. La historia de Cuba y el ejemplo y las ideas de sus próceres, principalmente de Martí, devinieron fuentes argumentales esenciales para demostrar la necesidad de avanzar hacia la plena liberación nacional. Las agresiones imperialistas, que no se hicieron esperar, crearon las condiciones objetivas para la aceleración y profundización de este proceso que, además, contribuyó a que el pueblo comprendiera que, una vez cumplido el programa del Moncada, la revolución tenía necesariamente que transformarse en socialista como único camino para preservar la independencia nacional. Por ello, el l6 de abril de l961, tras la nacionalización de las empresas privadas nacionales y extranjeras, las masas acogieron la proclamación del socialismo, como consecuencia natural del cumplimiento del programa del Moncada.

En “ La historia me absolverá” se plantea la reforma agraria consecuente y, por tanto, la liquidación del latifundio. Se puede observar cómo efectivamente, la reforma agraria, las ideas sobre la enseñanza, la salud del pueblo y en otra esferas están insertadas en el programa y todas ellas, objetivamente conducían al socialismo. Por demás, tales aspiraciones, ya estaban dispuestas, en cierta medida, en la Constitución de la República de Cuba de 1940 pero, desde luego, nunca se aplicaron pues no se dictaron jamás la leyes complementarias de la carta magna.

Basta señalar que la Reforma Agraria significaba un enfrentamiento al imperialismo como lo prueba la evolución ulterior del proceso cubano. Obviamente, las ideas de Fidel y los moncadistas habían rebasado, con mucho, las contenidas en aquella carta magna, pero sus principios estaban insertados en la cultura política cubana, los que fueron asumidos en su forma radical por la juventud de entonces.

La historia me absolverá constituye también un alegato jurídico en que además de abordar los temas de carácter histórico, social y cultural en general, lo hace con la pericia de un jurista y el manejo diestro de las legislaciones vigentes entonces.

Fidel es el más alto exponente de esta tradición jurídica. Precisamente La historia me absolverá es heredera de esta tradición. La lucha contra el régimen ilegal de Batista significó combatir a favor de la Constitución de 1940 y plantearse el tema de lo jurídico en un primer plano, ningún documento lo expresa con mayor nitidez.

Es posible afirmar que en la Cuba del siglo XX, los ideales de liberación nacional y el antimperialismo, tuvieron como fuente principal el pensamiento martiano; mientras que las nuevas condiciones socioeconómicas exigieron la proyección socialista de la revolución, que se nutrió de las concepciones marxistas y leninistas. Sólo así resultó posible hacer realidad el modelo social de justicia para los humildes y respeto a la dignidad humana que Martí concibió para su patria y para el continente, que ya para entonces no podía fundamentarse sobre la igualdad social sin la igualdad económica, a diferencia del proyecto martiano.

Desde 1989 Fidel Castro había planteado la posibilidad de la desaparición de la URSS y del socialismo este europeo. Entre los errores fundamentales que hicieron realidad tales pronósticos, Fidel Castro ha señalado la destrucción indiscriminada y acrítica de la historia patria, y el sistemático desprestigio del Estado y del Partido, junto al intento de rectificar, al mismo tiempo, los errores político y económico sociales generados a lo largo de la construcción del socialismo, sin dejar de tener en cuenta la injerencia imperialista

A partir del año 1989, se produjeron en el ámbito internacional, una serie de acontecimientos que provocaron un impacto muy fuerte en la estructura y desarrollo de la economía cubana

Estos hechos significaron para Cuba, la ruptura de todo un conjunto de relaciones que se habían establecido y desarrollado a lo largo de más de 30 años.

Durante décadas, los programas anuales y quinquenales de la economía cubana se basaron en la existencia de la comunidad socialista, cuyos miembros concertaron múltiples acuerdos y convenios, y establecieron estrechas relaciones económicas, sobre la base de la reciprocidad y el beneficio mutuo.

Muchos de los productos que se comercializaban en este contexto disfrutaban de precios preferenciales, como es el caso del azúcar cubano en el mercado de la URSS, lo cual resultaba muy ventajoso para la isla. Ello respondía a conceptos de cooperación y solidaridad muy justos, que constituían un ejemplo de cómo debían ser realmente las relaciones económicas entre países con diferentes niveles de desarrollo.

Por otra parte, Cuba, desde el año 1986, venía perfeccionando su sistema político, económico y social. En todas sus estructuras se estaba llevando a cabo un proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, priorizándose el análisis de los problemas de la economía en todas las esferas.

En el económico, se introducían adecuaciones que se habían concebido desde inicios de la década del 80. Ya desde entonces se empezaba a incentivar la apertura de la inversión de capital extranjero y la creación de empresas mixtas, pues, aunque era muy amplia la cooperación económica por parte del campo socialista y de la URSS, había otras líneas de desarrollo en las que Cuba no tenía ni la tecnología, ni el capital, ni los medios para ejecutarlas.

En la agricultura también avanzaba la rectificación de errores. Se debía buscar estabilidad en la fuerza laboral. El Plan Turquino-Manatí, junto a otros programas, se creó precisamente para incrementar el desarrollo económico-social en las montañas y en lugares inhóspitos.

Entre los factores que propiciaron que la revolución cubana no se destruyera, en 1991, se destaca en primera línea el hecho de que la articulación entre las tradiciones nacionales revolucionarias y la ideología del proletariado, permitió el enraizamiento del marxismo y el leninismo en la cultura nacional, proceso en el que Fidel Castro es figura señera.

Respecto al desarrollo económico, el presidente cubano agregaba que, aún en las circunstancias más difíciles, se trataría de mantener lo alcanzado y continuar con las tareas priorizadas, entre las cuales enumeró las siguientes:

1- Programa alimentario.

2- Desarrollo de las ciencias, que incluía nuevas industrias de biotecnología y de la rama farmacéutica.

3- Continuar desarrollando la agricultura.

4- Dar un impulso a las industrias para las exportaciones y a los planes turísticos.

5- Continuar el avance de los programas de industrias de importancia estratégica, especialmente la construcción de presas, canales, sistemas de riego, hoteles, pedraplenes, etc.; así como la búsqueda de nuevos renglones exportables y la potenciación de los existentes.

La idea de que el país lograra seguir adelante, se concibió aún para el Período Especial, tomando las medidas que fueran necesarias, con firmeza y responsabilidad.

Con la desintegración de la URSS y el campo socialista, el comercio exterior cubano, hasta entonces vinculado en un 85% con estos países, tuvo que comenzar a regirse, de forma abrupta, por los precios del mercado mundial. Se interrumpían así las fuentes de crédito y financiamiento que hasta el momento teníamos garantizadas.

Vale decir que dichas fuentes no podían tener otra procedencia. El férreo bloqueo que ya por más de 30 años aplica el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, así lo había determinado.

La ruptura de las relaciones económicas con los países socialistas no sólo significó la ruptura del intercambio comercial, sino de un proceso de integración económica que de manera creciente se había venido gestando.

El propósito de ese proceso, del que Cuba era parte junto a un conjunto de países, era el de compartir producciones, equipamientos, tecnologías y experiencia científica, con miras al desarrollo integral y equilibrado de cada miembro. El Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), entidad coordinadora de tales vínculos, dejó de operar automáticamente tras la destrucción de los principios políticos que sustentaban su funcionamiento.

Un ejemplo concreto de lo que significaban esas relaciones entre los países que conformaban el CAME, fue el del transporte.Los medios de este tipo -ómnibus, aviones, camiones, etc.; - se recibían fundamentalmente del campo socialista, mediante créditos y facilidades de pago muy convenientes. Segar semejante suministro devino un rotundo golpe para la industria en general y prácticamente para todas las áreas de la economía, sin contar lo que también significó quedarnos sin el combustible necesario, que también se obtenía en este mercado..

Por otra parte han tenido lugar importantes transformaciones en el funcionamiento de la economía mundial, tales como el proceso de globalización impulsado por los avances científicos y tecnológicos, la acción en gran escala de las empresas transnacionales cada vez más poderosas y el auge del neoliberalismo como teoría y práctica que tratan de imponer al Tercer Mundo los gobiernos de las naciones más desarrolladas y los organismos económicos internacionales.

Las transformaciones operadas en nuestra economía desde entonces no han sido obra de la improvisación, sino fruto del análisis que previsoramente hizo la dirección del país acerca de las situaciones que podrían sobrevenir, de las alternativas factibles a aplicar y de la convicción del Comandante en Jefe de que el factor clave para afrontarlas y salir adelante era la resistencia.

Los cambios en el sector externo fueron los primeros en llevarse a la práctica por la fuerte influencia del comercio exterior y las relaciones externas sobre el proceso de reproducción de la economía cubana y la urgencia de nuevos vínculos económicos dado el enorme vacío creado por la desaparición del campo socialista. Al respecto ha tenido lugar una importante diversificación geográfica de nuestros intercambios comerciales, y se han incrementado las relaciones con América Latina y el Caribe como parte de nuestros esfuerzos de integración con esta región.

Ya desde 1982 existía la base legal para las asociaciones económicas con el capital extranjero y en julio de 1992 la Asamblea Nacional aprobó las reformas constitucionales que dieron cauce a la reestructuración del comercio exterior y de las relaciones económicas externas. Se impulsó activa pero ordenadamente una política de apertura a la inversión de capital extranjero en la búsqueda de capital, tecnología y mercados.

El recrudecimiento del período especial planteó la necesidad de avanzar en un grupo de transformaciones de la política económica interna para asumir el gran reto de la supervivencia y la continuidad de la Revolución.

El país había sufrido abruptamente la increíble reducción de los recursos de importación en un 75% al desaparecer los mercados socialistas y las condiciones en que nos relacionábamos con estos. Ello a su vez influyó de manera decisiva en el descenso de la producción azucarera desde un nivel de 7 millones de toneladas hasta 3,3 millones con el consiguiente efecto de acrecentar la escasez de divisas, así como en la disminución de la producción de alimentos y otros bienes de consumo. En tan complejas circunstancias es que se llevó a cabo el esfuerzo de transformar la estructura y el funcionamiento de la economía.

Especial relevancia tuvo la decisión de impulsar el turismo como el sector de mayor dinamismo y capacidad para generar ingresos en divisas en plazos relativamente breves y también por su potencial para propiciar la reanimación e integración de otros sectores, y estimular el empleo.

En condiciones de severa contracción económica se tomaron las decisiones de despenalizar la tenencia y uso de las divisas, cooperativizar una parte importante de las granjas estatales creando las UBPC, y ampliar el ejercicio del trabajo por cuenta propia.

Junto con la despenalización se autorizaron las remesas de divisas, se creó una red de comercio y servicios recaudadores de esa moneda, estableciéndose un sistema monetario dual que permitió aminorar en cierto grado el fundamental problema de la escasez de divisas y contribuyó a mantener los cobros y pagos externos. De esta manera el sistema empresarial que opera en el comercio exterior y el turismo se relaciona con el mercado mundial evitando los riesgos de una severa devaluación monetaria, de resultados dudosos y altísimo costo social como lo demuestran las ocurridas en América Latina y los antiguos países socialistas.

La creación de las UBPC, en lo fundamental entre 1993 y 1994, modificó las condiciones de trabajo e ingresos de los obreros de las granjas estatales hacia formas cooperativas, recibiendo las tierras en usufructo gratuito e ilimitado en tiempo y los demás medios necesarios en condiciones favorables de créditos, además de exenciones fiscales y subsidios presupuestarios cuando se ha requerido. Pese a todo, hasta el presente en la mayoría de las casi 4 000 unidades de este tipo, en particular las cañeras, no se han alcanzado los resultados que se espera de ellas por lo que será imprescindible corregir las desviaciones en su funcionamiento.

Otro factor de estímulo a la producción agropecuaria ha sido la entrega de tierras en condiciones de usufructo familiar a productores de tabaco, café y cacao y de parcelas ociosas a otras personas para su autoabastecimiento familiar.

Paralelamente se continuó trabajando en la transformación de la vida y la economía de las montañas y otras zonas mediante el Plan Turquino en el que se obtuvieron indudables avances en el orden social.

Las bases de la ampliación del trabajo por cuenta propia, otra decisión tomada a mediados de 1993, fueron la creación de una alternativa de empleo en condiciones de contracción general de la economía y ofrecer cauce legal al trabajo individual de un número de personas con capacidad de incrementar la oferta de bienes y servicios a la población.

Se introdujeron nuevas formas de gestión de la propiedad estatal, sin perder su esencia. El Estado continúa teniendo la capacidad rectora en la conducción de la economía y en cualquier fórmula, por tanto, sus intereses están adecuadamente representados.

Una experiencia de particular relevancia en esta etapa la ha aportado el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en la aplicación de nuevas técnicas de dirección en su sistema empresarial, la reconversión y redimensionamiento de la industria militar, la contribución del Ejército Juvenil del Trabajo al desarrollo de la agricultura, la atención al hombre, el apoyo a la economía con la utilización de sus reservas y la implantación de un mecanismo progresivo de autofinanciamiento que ha logrado avances sustantivos y posibilitado liberar al Estado de importantes erogaciones.

Se ha trabajado en el establecimiento de nuevas formas de pago vinculando los salarios a los resultados productivos, y establecido esquemas de estimulación y mejoramiento de condiciones laborales para más de 1 300 000 trabajadores de diversos sectores.

Se reestructuró el sistema bancario y financiero para hacerlo más moderno y eficiente y se elevó la capacidad tecnológica y operativa de la red bancaria nacional mediante la introducción de modernos medios de procesamiento automatizado de la información, las comunicaciones y la recalificación del personal.

Se es consciente de que nuestras deficiencias y errores han influido en los negativos resultados de la zafra azucarera, la producción aún insuficiente de alimentos y en otros aspectos de la economía. En su erradicación tenemos importantes reservas.

Fidel nos inculca sin cesar desde hace muchos años que la deuda externa o "eterna" de nuestros países es impagable, Nos alerta una y mil veces sobre el peligro del ALCA y el TLC y como combatirlo a través del ALBA. Desenmascara con ideas y hechos concretos la doble moral del Imperio en relación al terrorismo . Nos habla de la supervivencia y del daño irreversible que produce el Imperio desde el punto de vista ecológico al subestimar el necesario equilibrio que se requiere para salvar la naturaleza y la vida de la humanidad.

Lo peligroso del ALCA no son los puntos de vista de los intelectuales, de los economistas y de los pensadores políticos; lo peligroso del ALCA es la falta suficiente de información que poseen las masas de los pueblos de nuestro hemisferio, muchos de ellos con elevados índices de analfabetismo, y cientos de millones sin ninguna preparación para conocer, salvo las experiencias personales, teóricamente lo que significa el ALCA.

Fidel piensa que al Banco Mundial lo han arrastrado y lo han obligado a abandonar las tareas que se le concedieron al finalizar la guerra, que eran las de promover el desarrollo social, y lo han dedicado, por completo, a operaciones de salvamento. Conoce la opinión de la mayoría de los que participan en esa institución, opuestos a tales tareas, que le han sido y le son impuestas, aunque allí no exista el derecho al voto que nuestro poderoso vecino del Norte posee en el Fondo Monetario Internacional, poder de voto que ejerce de forma absoluta. Jamás —como en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas— se tomará una decisión a la cual ellos se opongan, porque ese derecho al voto lo han ejercido allí, por lo menos, cuatro o cinco veces más que todos los demás miembros del Consejo de Seguridad juntos.

Si ocurre allí, nada menos que en la institución que representa al mundo, ese embrión de autoridad internacional, de autoridad mundial, al cual no se le quieren ni entregar los fondos para el sostenimiento, ¿Qué no harán con el Fondo Monetario Internacional?

Si Cuba ha podido hacer lo que ha hecho en la educación, la salud, la cultura, la ciencia, el deporte y otras esferas sociales, con éxito que nadie cuestiona en el mundo, a pesar del bloqueo económico que dura ya cuatro décadas, y, además, ha revalorizado siete veces su moneda en los últimos cinco años con relación al dólar, ello fue posible por el privilegio de no pertenecer al Fondo Monetario Internacional.

Un sistema financiero que obliga a mantener congelados tan cuantiosos recursos a países que los necesitan desesperadamente, para protegerse de la inestabilidad que el propio sistema genera, y propicia que los pobres financien a los ricos, es un sistema que debe ser demolido.

El mencionado Fondo Monetario Internacional es la organización emblemática del actual sistema monetario. En ella Estados Unidos disfruta de poder de voto sobre sus decisiones.

En la reciente crisis financiera el FMI demostró imprevisión, torpe manejo de la crisis una vez iniciada, e imposición de sus cláusulas de condicionalidad que paralizan las políticas de desarrollo social de los gobiernos, les crean graves problemas internos y les impiden obtener los recursos necesarios en los momentos que más los requieren.

La deuda externa de los países subdesarrollados asombra por su monto gigantesco, por el escandaloso mecanismo de sometimiento y explotación que implica y por la ridícula forma propuesta por los países desarrollados para hacerle frente.

Una gran parte de esa nueva deuda puede cambiar de manos con facilidad en los mercados secundarios, está más dispersa y es más difícil de renegociar.

La deuda externa es hoy uno de los mayores obstáculos para el desarrollo y una bomba más, lista para estallar bajo los cimientos de la economía mundial en cualquier coyuntura de crisis económica

El comercio mundial sigue siendo, y lo será cada vez más bajo la globalización neoliberal, instrumento de dominio de los países ricos, factor de perpetuación y acentuación de desigualdades, y escenario de fuerte pugna entre los países desarrollados por controlar los mercados del presente y del futuro.

El discurso neoliberal recomienda la liberalización comercial como fórmula única y absoluta para alcanzar la eficiencia y el desarrollo. Según ella, todos los países deben eliminar los instrumentos de protección de sus mercados internos, y las diferencias de desarrollo entre países, por grandes que sean, no justificarían desviarse del camino que pretende presentar sin otra alternativa posible. A los países más pobres sólo se les reconoce, después de arduas negociaciones en la OMC, alguna pequeña diferencia en los plazos para entrar plenamente en ese nefasto sistema.

Algunos sueños futuros tendrán que esperar, pero estos se cumplirán. Las inversiones más importantes ya están hechas, y fueron mínimas. El papel fundamental lo ha jugado y lo seguirá jugando el inmenso capital humano de nuestro pueblo. Hoy políticamente estamos más unidos y fuertes que nunca. Estamos mucho mejor preparados para enfrentar esta situación. Nuestra justicia social permite proteger a todos los ciudadanos. Existe mayor organización en nuestras instituciones políticas y de masas, en nuestro Estado y en nuestro Gobierno.

Nuestro sistema empresarial se va perfeccionando. Hemos aprendido a producir con pocos recursos, más eficacia y más disciplina. Conocemos lo que ha venido pasando en el mundo con los que renunciaron al socialismo y han aplicado las recetas neoliberales. Contamos con un pueblo cada día más culto, más consciente y mejor preparado en todos los sentidos.

Al iniciarse el período especial nuestra ideología socialista había sufrido un terrible golpe. Hoy el terrible golpe lo recibe la ideología del adversario con su profunda crisis económica e ideológica.

Conclusiones

Fidel defiende sus ideas y principios con dignidad y nunca le ha temido al Imperio más poderoso y sanguinario del mundo. Es el mejor ejemplo viviente, de lucha y dignidad inclaudicable para todas las generaciones de todos los tiempos. Estuvo, esta y estará siempre al lado de su pueblo, en primera línea de combate.

La lucha por la primera independencia iniciada por el pensamiento y acción de Bolívar y otros que la llevaron a cabo en su tiempo, por lo que Martí hizo y dijo que había que hacer lo que Bolívar no hizo y por lo que Fidel hizo y hace lo que Bolívar y Martí soñaban, la lucha por la segunda y definitiva independencia está en marcha acelerada. No es una utopía irrealizable. Es una necesidad impostergable para bien de toda la humanidad, por la paz y por la verdadera igualdad y justicia social, concretamente por el socialismo.

Entre el decir y el hacer, en su confianza irrevocable en las masas, en su tenacidad por denunciar cada maniobra del Imperio, en su defensa por la verdad, la paz digna y justicia social, no existe en el siglo pasado ni en éste que comienza, un pensador y un combatiente de todos los días como Fidel

Quiero dar fin a este trabajo con unas palabras que el 2 de Diciembre de 1964 dijera en la inauguración de la Ciudad Universitaria "José Antonio Echeverría hablando ante jóvenes estudiantes : "En cada cosa que hacemos, en cada éxito que logramos, estamos combatiendo a los enemigos de los pueblos, estamos ayudando a los que luchan. Porque con seguridad que, si fueran muchos más los pueblos luchando_ y en la medida en que aumente el número de pueblos que luchan por su independencia_ menos cara y menos sangrienta será esa lucha y más difícil será al imperialismo detenerla".

Biografía:

 Castro, Fidel. La historia me absolverá. Ediciones Políticas, pp. 67, 69 y 71. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana 1975.

 Ezequiel Martínez Estrada: En Cuba y al servicio de la Revolución cubana, Ediciones Unión/Ensayo, UNEAC, 1963, pp. 14 y 15.

 Olivia Miranda Francisco, Investigadora Titular, Instituto de Filosofía, tomado de LaRevue Commune, Vendemiaire An 208 ( september 1999) no 15. Francia.

 José Martí, Obras completas, t. 1, p. 93, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1975.

 Armando Hart Dávalos. “Abel Santamaría”, Perfiles, Editorial Pueblo y Educación, 2002, p. 246.

 Discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz en la sesión inaugural de la Cumbre Sur.


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