Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352  

Economía de Cuba

 

ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LAS CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA POBLACIÓN DEL MUNICIPIO DE SAGUA LA GRANDE

 

Judith Hernández Ruiz  
Judithher@uclv.edu.cu
Sagua la Grande, Cuba

 


Palabras Claves:

Demografía, desarrollo demográfico, población, variables demográficas, Sagua la Grande, Tasa de crecimiento, Marthus, Transición Demográfica

Resumen

La búsqueda de soluciones científicas a los problemas de población que enfrenta la demografía mundial y regional son consustanciales también a Cuba y particularmente a la provincia de Villa Clara, en tanto que dichas soluciones constituyen una fuente de incalculable valor para satisfacer las necesidades que tienen los planificadores de disponer de un amplio, oportuno y fidedigno conocimiento acerca de la población.

Se aborda lo concerniente al marco teórico referencial que sustenta la investigación esbozando desde una posición crítica los diversos enfoques teóricos sobre la interrelación entre el desarrollo demográfico y el económico y una descripción sobre la evolución demográfica del municipio de Sagua la Grande.

Summary

The search of scientific solutions to population's problems that it faces the world and regional demography is also consubstantiates to Cuba and particularly to the county of Villa Clara, as long as this solutions constitute a source of incalculable value to satisfy the necessities that have the planners of having a wide, opportune and trustworthy knowledge about the population.

The concerning thing is approached to the mark theoretical referential that sustains the investigation sketching from a critical position the diverse theoretical focuses on the interrelation between the demographic development and the economic one and a description on the demographic evolution of the municipality of Sagua the Big one.

 

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Hernández Ruiz, J.: "Algunas consideraciones acerca de las características generales de la población del municipio de Sagua la Grande" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 105, noviembre 2008. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/cu/2008/jhr.htm


Introducción

Los estudios demográficos han sido elemento de interés de la mayor parte de los países por la repercusión que tienen en el desarrollo económico y social de cada región.

En Cuba se han realizado estudios e investigaciones por más de 40 años que avalan la preocupación y ocupación constante mantenida invariablemente por la Revolución Cubana en esta esfera vital del desarrollo humano. La creación de el Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) y el Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) en los cuales se invierten esfuerzos en investigaciones constantes sobre este tema, son ejemplos fidedignos de esta preocupación.

Se han llevado a cabo estudios sobre el proceso de la revolución demográfica en Cuba por el Dr. Hernández Castellón (1987) del CEPDE. En el año 1999, un grupo de profesionales dirigidos por René González Rego, desarrolló el trabajo “Evolución de la población cubana en las últimas cuatro décadas”. En el año 2005 la Dr. Otilia Barros Díaz lleva a cabo una investigación sobre los probables escenarios demográficos de la población cubana, en el período 2000-2050. El Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas y profesionales de la salud han consumado esfuerzos en investigaciones sobre las consecuencias del envejecimiento poblacional, el análisis de los descensos de la natalidad, las transformaciones demográficas, los cambios en la familia y los niveles de la salud en Cuba. En la provincia de Villa Clara la más reciente investigación la realizó el Dr. Julio Roberto Cárdenas Pérez, en el año 2002, en la cual efectúa una caracterización demográfica de la provincia de Villa Clara.

Varios han sido los estudios pues el conocimiento de las tendencias demográficas permite orientar y ajustar las políticas de desarrollo integral de cada país, desde los gobiernos, municipalidades hasta otras instituciones públicas y privadas que toman decisiones económicas y sociales.

A partir de los años 90, para frenar el desequilibrio en la economía cubana, comienza un proceso de ajustes y reformas económicas, cuyos fundamentos y esencia son conocidos y en virtud de las cuales, se plantea la descentralización de la Administración del Estado, por lo que se brinda a las Provincias y Municipios la posibilidad de tener un mayor protagonismo en el diseño de las estrategias de desarrollo local, por lo tanto, la planificación a estos niveles necesita de estudios científicamente argumentados sobre la dinámica de las variables demográficas en el corto, mediano y largo plazo que sirvan de apoyo en la elaboración de las políticas y programas desarrollo a las entidades encargadas de esta labor.

Desarrollo

1. Reflexiones generales sobre la teoría de la transición demográfica.

Los estudios demográficos constituyen un buen aporte científico en la solución de problemas de diferentes puntos de vista socio-económico de los países. Por derecho propio muestra los problemas desde el punto de vista demográfico que acontecen en la sociedad en su interrelación con los problemas económicos y medio ambientales con un enfoque sistémico, con carácter interdisciplinario y multidisciplinario.

En la actualidad en muchos países se ha alcanzado el estado de madurez demográfica con una población estabilizada. En otros, sobre todo los subdesarrollados existe un bajo control de las variables de la dinámica demográfica, como por ejemplo la natalidad que en ocasiones por razones políticas, ideológicas o culturales la población sigue creciendo de forma explosiva, doblándose en menos de veinte años. Tal es así que en algunos países árabes se está fomentando el crecimiento de la población, sin embargo, en la mayoría de los países subdesarrollados, las campañas a favor del control de la natalidad están consiguiendo reducir las tasas de fecundidad. A pesar de lo anterior y debido a la existencia de generaciones jóvenes que alcanzan la edad fértil que son mucho más numerosas que las que les precedieron, las tasas de crecimiento de la población continuarán muy altas durante algunos decenios más.

Es conocido además, que los cambios demográficos operan de una forma u otra y con intensidades diferentes en cada faceta del desarrollo económico y social y viceversa según las característica de los países en que se producen, por eso los estudios demográficos constituyen un tema objeto de interés y preocupación de todos los países y particularmente de Cuba desde el triunfo de la Revolución.

Por lo tanto, este capítulo tiene como objetivo esbozar críticamente los distintos enfoques teóricos sobre la interrelación entre el desarrollo demográfico y el económico desde una perspectiva marxista de forma tal que nos permita elaborar el marco teórico necesario para asimilar el alcance de esta contradicción en diferentes escenarios y específicamente en el contexto de un área pequeña como es el caso del municipio de Sagua la Grande, que constituye el objeto fundamental de estudio.

1.1 Sobre la Interrelación entre la población y desarrollo económico.

La relación existente entre el crecimiento demográfico y el proceso de desarrollo económico no tiene una explicación única. Esta diversidad de puntos de vista encuentra su explicación última en las corrientes dominantes del pensamiento económico y social, pero más allá de las teorías, constituye un problema complejo de la praxis económica. El crecimiento demográfico actual no es un asunto numérico solamente; se trata de algo más sustantivo: el drama difícil, complejo y dramático del desarrollo humano que enfrenta una gran parte de la humanidad en el nuevo siglo.

La relación población-desarrollo plantea dos preguntas básicas. Primero, ¿cómo afecta y en qué sentido la situación actual de la población de los países del Tercer Mundo a sus oportunidades de alcanzar los objetivos del desarrollo económico para las generaciones actuales y futuras? Segundo, ¿cómo afecta el desarrollo al crecimiento demográfico? Estas y otras interrogantes alrededor del crecimiento demográfico y el bienestar humano son de interés general y centran los debates acerca del desarrollo .

El crecimiento demográfico está íntimamente relacionado con el crecimiento económico. Este último cuando es sostenido supone, bajo la lógica productiva capitalista, la transformación productiva y cambios significativos en la estructura del empleo: su creación o destrucción, así como transferencias de empleo de los sectores menos productivos (agrarios) a los más productivos (industrias y servicios). Claro que las formas y métodos de ocurrencia de estos cambios están en función de la evolución y tipo de economía histórico- concreta.

Cuando un país logra alcanzar determinado grado de desarrollo económico, el nivel de salud, de alfabetización y educación facilita que se opere un cambio notable en la mentalidad de las personas, fundamentalmente en la dependencia mujer-hombre, lo que permite el descenso de la tasa de natalidad y la paulatina reducción de la tasa de crecimiento de la población. Se alcanza de esta manera una madurez demográfica, lo que conlleva a una estabilidad en las tasas de natalidad y mortalidad igualmente bajas. Pero mientras no se produzca el desarrollo económico, la diferencia entre sus tasas de mortalidad y de natalidad se mantendrá muy alta y el crecimiento de la población seguirá siendo extraordinariamente veloz.

La tasa de crecimiento de población en muchos países supera actualmente el 3 por ciento anual. Esta es una tasa sostenida, que se mantiene año tras año con variaciones imperceptibles desde hace decenios. Si comparamos esa tasa de crecimiento demográfico con las tasas de crecimientos económicos, frecuentemente más bajos y siempre más volátiles, se comprende la imposibilidad de conseguir un ritmo de crecimiento económico que permita mejorar las condiciones de vida de esa creciente población.

1.2 Antecedentes indispensables: de Malthus a Marx.

Malthus fue un economista británico de la escuela clásica, discípulo de Adam Smith. Estudió en Cambridge donde se graduó en matemáticas y se ordenó religiosamente como pastor de la Iglesia Anglicana. En 1805 fue nombrado profesor de Historia Moderna y Economía Política del East India College, con lo que, de hecho, fue el primer profesor de Economía Política de la historia.

El pesimismo de la escuela clásica queda expresado claramente por Malthus. La población y la riqueza pueden crecer, pero hay un límite, alcanzado el cual, se llegará a un estado estacionario en el que la vida será miserable, mera supervivencia.

Malthus desarrolló varias obras entre las que se encuentran: “Ensayo Sobre el Principio de la Población” (1798); “Naturaleza y Progreso de las Rentas” (1815); “Las Leyes de Pobres" (1817); “Principios de Economía Política" (1820); etc.

Según Malthus, la población tiende a crecer más rápidamente que la oferta de alimentos disponible para sus necesidades. Cuando se produce un aumento de la producción de alimentos superior al crecimiento de la población, se estimula la tasa de crecimiento; por otro lado, si la población aumenta demasiado en relación a la producción de alimentos, el crecimiento se frena debido a las hambrunas, las enfermedades y las guerras. La teoría de Malthus contradecía la creencia optimista, prevaleciente en el siglo XIX, según la cual la fecundidad de una sociedad acarrearía el progreso económico. Logró bastante apoyo y fue muchas veces utilizada como argumento en contra de los esfuerzos que pretendían mejorar las condiciones de los pobres.

Los escritos de Malthus animaron a que se produjeran los primeros estudios demográficos sistemáticos. También influyeron sobre los economistas posteriores, particularmente en David Ricardo, cuya "ley de hierro de los salarios" y su teoría de la distribución de la riqueza incluían algunos elementos de los planteamientos de Malthus.

La teoría de la población de Malthus no resiste la prueba de la contrastación empírica. El progreso tecnológico ha potenciado de modo creciente a todos los factores escasos, incluso el fondo real de tierra mediante el aumento de su productividad por vía biotecnológica y la ingeniería genética. Algunos estudios han demostrado que no parece haber una relación evidente entre los niveles de renta per cápita de los países del Tercer Mundo y las tasas de crecimiento de la población, ni tampoco con las tasas de natalidad y mortalidad; lo que sí resulta evidente para muchos es la influencia directa de la distribución de la renta sobre el crecimiento demográfico

Desde el comienzo de los estudios sobre población se diferencian dos posturas opuestas al respecto: las que afirman que el crecimiento económico y el aumento de la productividad permitirán un crecimiento demográfico continuo, lo cual redunda en el crecimiento económico; y los que creen que el crecimiento económico tiene un límite, y que el crecimiento demográfico terminará por ser superior al económico, provocando una crisis.

Malthus es el abanderado de esta segunda hipótesis. En su Ensayo sobre el principio de población, publicado en 1798, expone sus ideas clave. Según él, la progresión del crecimiento de la población es, o puede ser, geométrica, mientras que el crecimiento de los recursos agrícolas no puede ser más que aritmético, debido a la ley de los rendimientos decrecientes. Este desfase en el ritmo de crecimiento de la población y la economía provocará, a la larga, problemas de subsistencia. La única manera de evitar esto es tomando medidas para reducir el crecimiento demográfico, y que no sea tan acusado que no permita mantener el óptimo de población. Sin embargo, la realidad ha demostrado que: ni el crecimiento demográfico es geométrico, ni el crecimiento económico es aritmético. En esto ha influido el propio desarrollo económico, la ciencia y la técnica, que a través de la revolución verde se ha conseguido aumentar espectacularmente la productividad de la tierra.

La aplicación de las teorías maltusianas y neomaltusianas en los países del “Tercer Mundo” adolece de serias insuficiencias: a) ignora el papel que desempeña el progreso técnico; b) la hipótesis de que existe una relación macro entre el crecimiento de la población y el nivel de la renta per cápita, y finalmente, c) la ubicación de la renta per cápita como determinante principal del crecimiento de la población en oposición a un enfoque del problema que centre la toma de decisión sobre el tamaño de la familia a partir del nivel medio de vida familiar.

Los trabajos de Carlos Marx, Federico Engels y V. I. Lenin revelaron, al contrario de Malthus, que la población es realmente objeto y a la vez sujeto de la producción social. Para el marxismo, la ley de la población es consecuencia de la ley de la acumulación capitalista, esto es, el exceso o déficit de población es una función del monto y dinámica de la acumulación del excedente económico o plusvalía. En general, afirmó Marx: “... todo régimen histórico concreto tiene sus leyes de población propias, leyes que rigen de un modo históricamente concreto”. Esta concepción científica sobre la población, es reconocida y utilizada por los investigadores progresistas del mundo, incluido por supuesto por la autora de esta investigación.

1.3 Algunos enfoques contemporáneos sobre población y desarrollo

La población mundial, ha crecido más en estos dos últimos siglos que en todos los anteriores, doblando sus efectivos en los años posteriores a la 2ª Guerra Mundial. En la última década se han registrado tasas de crecimiento del 1.7% anual (1985-90), con incrementos anuales de 90 millones de personas. El resultado es que la población de la tierra cuenta en la actualidad con más 6,000 millones de habitantes, mientras que hacia mediados del siglo XVIII apenas estaba constituida por 728 millones, a mediados del XIX por 1,171 millones y a mediados del siglo XX por 2,516 millones de habitantes. Y en el futuro, según algunas estimaciones, la tierra podría superar los diez mil millones de personas (9,400 millones en el año 2050, 11,200 millones en el año 2100) .

El crecimiento económico y demográfico se interrelacionan, para un crecimiento económico sostenido, se presupone cambios en la estructura del empleo, la lógica productiva capitalista, pero la forma y el método de ocurrencia de estos sucesos están en dependencia de la evolución y tipo de economía histórico- concreta.

Existen desacuerdos sustanciales acerca de la gravedad del crecimiento rápido de la población y sobre sus impactos en el crecimiento económico para muchos países y regiones del planeta. El crecimiento demográfico, según Finkle, no es la única ni la más importante causa que explique el subdesarrollo, ni tampoco explica los bajos niveles de vida, así como la poca autoestima y la libertad limitada en los países del Tercer Mundo. La tesis que explica la génesis del subdesarrollo a partir del crecimiento poblacional es inadmisible históricamente hablando; sin embargo, sería ingenuo desconocer que el incremento rápido de la población es un factor que intensifica y multiplica las dificultades consustanciales al desarrollo económico.

En los países desarrollados se perciben bajas rentas, las cuales deben ser destinadas al consumo de subsistencia y a satisfacer necesidades básicas de las familias por lo que no queda espacio para la instrucción de los jóvenes, la educación pública no llega a todos y en muchos casos no ofrece más que una formación elemental. En cualquier caso, es necesario que los jóvenes trabajen. Lo insuficiente de su formación profesional incidirá en los niveles de productividad y de renta que percibirán por el resto de sus vidas. Otra consecuencia de la falta de formación en los jóvenes serán las altas tasas de natalidad. Por otra parte la falta de un sistema de seguridad social hace que los padres deseen tener muchos hijos para garantizar el cuidado en la vejez.

Los hijos no son vistos como algo "costoso" sino "rentable" ya que desde muy pequeños empiezan a ayudar en las labores del campo y a ganarse el sustento. Además, la cultura tradicional en muchos países medianamente desarrollados (PMD) valora el número de hijos como expresión del éxito en la vida. En otros casos el control de la natalidad es considerado un pecado religioso o una falta social grave, indicativa de una forma de pensar diferente de la tradicional.

Las sociedades primitivas se caracterizan por altas tasas de fecundidad y de mortalidad y la población se mantiene muy estable por varios años, aunque la estructura ha cambiado aún existen grupos marginales con estás características demográficas. En los países subdesarrollados la tasa de mortalidad disminuye más rápido que la de natalidad y de fecundidad ya que los avances de la medicina en el mundo se extienden fácilmente a diferencia de los cambios culturales, que se caracterizan por ser más pausados y a largo plazo, lo que trae como consecuencia un crecimiento extraordinario de la población. Los países desarrollados se caracterizan por presentar una sociedad mucho más maduras con tasas demográficas muy bajas y población estable.

En algunos países subdesarrollados no existe control de la natalidad por razones políticas, ideológicas o culturales por lo que la población sigue creciendo de forma explosiva, doblándose en menos de veinte años. Sin embargo, en otros, la gran mayoría, las campañas a favor del control de la natalidad están consiguiendo reducir las tasas de fecundidad. No obstante, y a pesar de ello, como las generaciones jóvenes que alcanzan la edad fértil son mucho más numerosas que las que les precedieron, las tasas de crecimiento de la población continúan y seguirán altas durante algunos decenios más.

Cuando en un país se alcanza un cierto grado de desarrollo económico, un mayor nivel de alfabetización y educación pues se producen cambios notables en la mentalidad de la gente, especialmente con respecto al sometimiento de la mujer por el hombre, trayendo consigo un descenso de la tasa de natalidad y la paulatina reducción de la tasa de crecimiento de la población. Se alcanza así la madurez demográfica que implica una nueva estabilidad con tasas de natalidad y mortalidad igualmente bajas. Pero mientras no tenga lugar el desarrollo económico en los actuales PMD, la diferencia entre sus tasas de mortalidad y de natalidad se mantendrá muy alta y el crecimiento de la población seguirá siendo extraordinariamente veloz.

Pese a la recesión económica hay más ricos que nunca en el mundo. Entre ellos controlan cerca de un tercio de la riqueza del planeta. Esto quiere decir que poco menos del uno por ciento de la población mundial controla un tercio de la riqueza, sin embargo hay más de mil millones de personas viviendo en la privación absoluta. La brecha entre pobres y ricos dentro de los países (tanto los más avanzados como los menos desarrollados) se amplió aún más durante el último auge económico.

El Dr. Eramís Bueno Sánchez en su libro Población, Desarrollo y Globalización plantea que el desarrollo debe venir sujeto a dos cualidades, para que se le considere como tal: humano y sustentable. “Que sea humano, para dar cuenta de los deseos de que esté centrado en el ser humano, esto es que el desarrollo económico y social de un país o región ha de estar dirigido, fundamentalmente, a elevar la calidad de la vida de la población en su totalidad, y de cada individuo que la integre” .

“Que sea sustentable, esto es, que permita legar a las generaciones venideras de forma equitativa y con pleno respeto al medio ambiente, el mismo acceso a los recursos naturales y la misma oportunidad de mejor calidad de vida que supuestamente ha disfrutado la humanidad, aunque en verdad se trate sólo de una pequeña parte de aquélla”.

Un fenómeno que no se puede obviar cuando se habla de desarrollo es la globalización la cual domina fuertemente los procesos sociales, económicos, culturales y políticos, las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones están transformando radical y profundamente la economía y dando lugar a nuevas formas de relaciones sociales, que a la larga habrán de conducir a un nuevo tipo de sistema social en el que el conocimiento y la información jugarán un rol protagónico.

Un elemento importante a tener en cuenta en el nivel de vida de los países pobres y que se encuentran estrechamente interrelacionados es por una parte el crecimiento económico en bienes y servicios que condicionan la base material del bienestar social y por la otra la equidad, una distribución justa y beneficiosa para los distintos grupos poblacionales.

Ambos aspectos están influenciados por los desequilibrios entre la oferta y la demanda de fuerza de trabajo en la mayor parte de los países en desarrollo y por supuesto la influencia significativa del aún rápido crecimiento de la población cuya estructura por edades y sexo combinados con las tasas de actividad específica provocan que crezca la demanda de empleo a una tasa más rápida que la oferta de empleo, lo que reduce e impide la ocupación efectiva de toda la fuerza de trabajo disponible en muchos países, en las condiciones del sistema internacional en que están insertos, las propias características de sus sistemas sociopolíticos, los efectos de la deuda externa y las medidas de ajuste ante la crisis.

1.4 Acerca de la Teoría de la Transición demográfica

El concepto de transición demográfica fue propuesto inicialmente por Frank Notestein . El autor lo explicaba afirmando que las sociedades agrícolas tradicionales necesitaban altas tasas de fecundidad para compensar las altas tasas de mortalidad; que la urbanización, la educación y los cambios económicos y sociales causaron una disminución de las tasas de defunción, en particular las tasas de mortalidad de menores de un año; y que las tasas de fecundidad comenzaron a declinar a medida que los hijos pasaron a ser más costosos y menos valiosos en términos económicos.

Los cambios demográficos de los últimos decenios se insertan en el denominado proceso de transición demográfica. Si bien el concepto de transición demográfica tuvo su origen en el intento de explicar la relación entre los cambios demográficos y los cambios socioeconómicos en Europa durante el siglo XVIII, su uso se ha extendido hasta el presente, tanto porque se refiere a procesos demográficos identificables aun en diferentes situaciones históricas, como por el hecho de que constituye una propuesta – siempre vigente – de explicación de la dinámica demográfica a la luz de sus interrelaciones con los factores sociales, económicos y culturales.

En el marco de este esquema, América Latina se encuentra, como señalaron Chackiel y Martínez (1993), "transitando la fase de disminución de la fecundidad, que se ha producido en forma rápida, después de haber experimentado cambios importantes en la mortalidad desde antes de la segunda mitad del siglo – aunque todavía con un amplio margen de posible reducción – con el resultado de una tasa de crecimiento en descenso".

La transición demográfica ha sido descrita como un proceso de larga duración, que transcurre entre dos situaciones o regímenes extremos: uno, inicial, de bajo crecimiento demográfico con altas tasas de mortalidad y fecundidad, y otro, final, de bajo crecimiento pero con niveles también bajos en las respectivas tasas. Entre ambas situaciones de equilibrio se pueden identificar dos momentos principales: primero, en que la tasa de crecimiento de la población aumenta como consecuencia del descenso de la mortalidad y, segundo, en que dicho crecimiento disminuye, debido al descenso posterior de la fecundidad. ¿En qué magnitud y a qué velocidad cambia la tasa de crecimiento?, dependerá de la velocidad y del momento en que comienzan a descender la mortalidad y la fecundidad.

La transición demográfica es, sin embargo, un proceso complejo, y los países difieren en cuanto al momento de inicio y al ritmo de los cambios en la fecundidad y la mortalidad, así como respecto a los cambios en otras variables estrechamente relacionadas, tales como el lugar de residencia, el estado nutricional y de salud de la población, las conductas asociadas a la formación de las uniones y a la planificación familiar .

Expertos del CELADE han elaborado un modelo que se ajusta a las condiciones de América Latina, ellos han definido cuatro grupos importantes, estos son los siguientes:

 La transición incipiente (Grupo I), son países con alta natalidad y mortalidad, con un crecimiento natural moderado, del orden de 2.5 por ciento. Los países de este grupo son Bolivia y Haití que, por su elevada fecundidad, tienen una estructura por edades muy joven y una alta relación de dependencia.

 La transición moderada (Grupo II), son países de alta natalidad, pero cuya mortalidad ya puede calificarse de moderada. Por este motivo su crecimiento natural es todavía elevado, cercano al 3 por ciento. Los países de este grupo son El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay. El descenso de la mortalidad, sobre todo durante el primer año de vida, se ha traducido en un rejuvenecimiento de la estructura por edades, lo que también lleva a una elevada relación de dependencia.

 En plena transición (grupo III), países con natalidad moderada y mortalidad moderada o baja, lo que determina un crecimiento natural moderado cercano al 2 por ciento. Los países de este grupo son: Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela, y en el Caribe, Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago. Como el descenso de la fecundidad es reciente la estructura por edades se mantiene todavía relativamente joven, aun cuando ya ha disminuido la relación de dependencia.

 La transición avanzada (Grupo IV). Estos son países con natalidad y mortalidad moderada o baja, lo que se traduce en un crecimiento natural bajo, del orden del 1 por ciento. Los países de este grupo son: Argentina, Chile, Cuba y Uruguay, y en el Caribe, Bahamas, Barbados, Guadalupe, Jamaica, Martinica y Puerto Rico. Entre éstos se pueden distinguir dos subgrupos: los que han tenido fecundidad y mortalidad bajas por un largo período (Argentina, Uruguay y, en menor medida, Cuba) y que, por lo tanto, tienen un crecimiento y una estructura de edades similares a los de países desarrollados, y los que, si bien recientemente han alcanzado tasas muy bajas de fecundidad y mortalidad, tienen aún tasas de crecimiento más elevadas debido a su población relativamente joven. .

El modelo de CELADE sobre la teoría de la Transición no siempre se comporta de la misma forma, ni tienen que repetirse los patrones de los cambios demográficos, púes todo depende del marco histórico concreto, sobre todo, económico en el cual está enmarcado cada país. No obstante, el descenso de la mortalidad y la fecundidad marca el inicio del avance sostenido de la Transición Demográfica. En la actualidad, el uso de esta teoría se ha extendido pues constituye una propuesta vigente que permite dar una explicación de la dinámica demográfica en su relación con los factores sociales, económicos y culturales.

El curso tendencial de la fecundidad en algunos países ha dado lugar al surgimiento de nuevas corrientes teóricas sobre los cambios en la evolución demográfica tratando de explicarla, pero no han logrado desplazar los fundamentos teóricos básicos de la teoría de la Transición Demográfica, sino que la complementan, como lo plantea la Dra. Barrios (2001) en su tesis doctoral.

A estas nuevas corrientes teóricas se les ha llamado por los demógrafos “Teoría de la Segunda Transición Demográfica” y ha sido expuesta por reconocidos autores como Lesthaeghe y Van de Kaa. Esencialmente, plantean que en los países occidentales se están dando una serie de cambios interdependiente en el terreno de las formas de convivencia que podrían conducir a la desinstitucionalización de las relaciones familiares tales como: el aumento de los divorcios y de las segundas nupcias y de las uniones consensuales junto al incremento de determinados tipos de hogares no familiares, sobre todo, monoparentales, lo que provocaría finalmente un descenso de la fecundidad y un aumento no despreciable de los nacimientos entre madres no casadas.

Situación como la anterior, ha tenido sus manifestaciones en el entorno de la sociedad cubana en los últimos años. En este sentido, los registros de las estadísticas vitales recogen cifras realmente significativas en los últimos 10 años, donde las tasas de divorcios se han incrementado y los nacimientos ocurridos en un buen porcentaje resultan de madres no casadas.

1.5 Consideraciones generales acerca de la transición demográfica en el municipio Sagua la Grande de la provincia Villa Clara

En la provincia de Villa Clara el proceso de transición demográfica esta estrechamente vinculado con las características de la población cubana, en la cual se han observado etapas de intenso crecimiento poblacional o viceversa asociadas todas al crecimiento económico, procesos políticos, etc., que matizan el sentido y crecimiento poblacional, incluso en la actualidad.

Cuba es de los países latinoamericanos que más tempranamente completaron su Transición Demográfica. La peculiaridad más importante de la dinámica de la población cubana es que su tasa de crecimiento ha estado cercana al 3 por ciento .

El país mantuvo un crecimiento natural relativamente moderado y estable desde los primeros años del siglo XX y la quinta década del mismo. La tasa bruta de mortalidad refleja su valor más alto en 1907 y comienza a descender posteriormente. Se afirma que la tasa de mortalidad comenzó a descender desde 1900, primero a un ritmo lento y posteriormente más acelerado, mientras que la fecundidad se mantuvo elevada y constante hasta aproximadamente 1920. Para muchos estudiosos de la evolución demográfica de la población cubana, los umbrales del siglo recién concluido constituyen también los umbrales de la revolución demográfica, tomando en cuenta los elevados valores de que parten la fecundidad y la mortalidad durante estos años.

Cuba arriba a su segundo millón de habitantes en 1907, tercero (1920), cuarto (1932). En 1945 recibe su quinto millón de habitantes, y el sexto en 1954 y para 1959 se esperó el advenimiento de cerca de 6.8 millones de habitantes.

Algunos autores han coincidido en utilizar la primera década del siglo XX como punto de partida para la comparación estadística en el estudio de las principales condiciones relacionadas con el proceso de la revolución demográfica cubana. Sin embargo, y a pesar de la poca información confiable de años anteriores, se considera importante por parte del autor mencionar algunas de las características económicas, políticas y sociales de la época que permitan enmarcar adecuadamente a la provincia de Villa Clara en el contexto nacional.

Algunos historiadores de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas han encontrado documentos en los cuales consta que los albores de la antigua provincia de Las Villas, tuvo lugar con la fundación de la jurisdicción de Santa Clara en el año 1691 con una población de 261 habitantes. A partir de esta fecha no se encuentra otra referencia al número de habitantes, salvo una del Cabildo de 2 de mayo de 1749 según la cual “... el número de vecinos que compone esta población que llega a 4500 almas...”. En 1764, quince años más tarde, se reportaban más de 5000 vecinos y 6091en 1777. Estas cifras dan la medida del crecimiento poblacional. En 1778 descendió a 6018 debido a la epidemia de viruelas que en este último año afectó a la villa y ocasionó numerosas víctimas.

Sagua la Grande se encuentra ubicada en el centro norte de la antigua provincia de Las Villas, hoy Villa Clara. Limita al norte con el Océano Atlántico, al este con el Municipio de Encrucijada, al Sureste con Cifuentes y Santo Domingo y al Oeste con Quemado de Guines. Presenta una extensión de 712 Km2, incluyendo los cayos adyacentes, ocupando el cuarto lugar entre los 13 Municipios del territorio villareño. Los terrenos que dan asiento a la ciudad se formaron en el período pleistoceno de la era cuaternaria y están constituidas por gravas, guijarros y arenas.

Los primeros pobladores de la actual región de Sagua la Grande fueron aborígenes que se hallaban en el estado de desarrollo pre-agro alfarero, siendo sus actividades fundamentales la caza, la pesca y la recolección. La zona era conocida con el nombre de Cagua o Kagua, que en su dialecto significaba “lugar de mucha agua”; la región pertenecía a la zona denominada Sabana Sabaneque que abarcaba desde el río Caonao en Camaguey hasta el Yumurí de Matanzas.

En junio de 1540 el Cabildo de Sancti Spíritus, al que primeramente perteneció esta zona, concedió la merced de la Hacienda de Sabana de Sagua próxima al río undoso, en la costa norte de la provincia a favor del vecino de esta Villa, Don Alonso de Cepeda.

Se conoce que en la región central de la Isla ya existían pueblos como san Juan de los Remedios, Santa Clara, Trinidad y Sagua la Grande o embarcadero donde existían vegas de tabaco antes de 1700 .

Serían muchas las interrogantes de estos primeros años sin una acertada respuesta, pues el tiempo y la falta de referencia establece cierta distancia de la verdad histórica. Transcurrieron muchos años sin conocer nada de Sagua la Grande, hasta 1770 en que comenzaron los cortes madereros en Sitiecito y Alacranes . En el período de 1770 a 1812, año que tiene lugar la fundación de la ciudad ya es posible obtener algunos datos sobre su evolución.

En Las Villas el crecimiento poblacional siguió su ascenso: en 1792 había 10475 habitantes con una población blanca del 64.8 por ciento, los esclavos representaban un 13.8 por ciento y los negros libres el 21.5 por ciento. La mayor tasa de crecimiento geométrico se da entre los esclavos para un 6.2 por ciento, mientras que la población blanca lo hizo al 2 por ciento. Esto da una idea aproximada del comportamiento de la inmigración de estos años, fundamentalmente de mano de obra esclava. En general, la tasa de crecimiento geométrico de la jurisdicción de Santa Clara durante los 14 años que mediaron entre 1778 y 1792 alcanzó un 4 por ciento aproximadamente.

En 1770, se crea el primer sitio de labor propiedad de Don Cristóbal González consorte de Gertrudis de los Santos ubicado alrededor del río. Juan López Solen, en 1780 obtuvo el permiso para establecer un corte de madera en la hacienda de jumagua para cuyos trabajos empleó cuadrillas de mahoneses que venían con sus familias. En 1795 llegó a Sagua la Grande el Sr. Domingo Caballero , el cual estableció vegas de tabaco y con ellos posibilidades de empleo, posteriormente hacia 1907 repartió solares y dio cierta urbanización a la ciudad. Otro dato histórico sobre la evolución económica es la creación del primer Almacén de víveres por Juan Caballero en 1795, en las márgenes del río Sagua.

De este período no es mucho lo que se conoce, pues no ha sido abordado abundantemente en la bibliografía, tampoco se puede hablar de una zona urbanizada pero desde el punto de vista económico ya la zona tenía cierta importancia debido al comercio del tabaco y las exportaciones de maderas preciosas.

No es hasta el siglo XIX, que la región de Sagua toma auge como asentamiento poblacional, hasta esa fecha solo había un embarcadero y pocos pobladores a la margen izquierda del río. El 8 de Diciembre de 1812 se realizó la primera misa oficial y este hecho se toma como la fundación de la Villa de la Purísima Concepción de Sagua la Grande, en ese entonces se contaba con 230 casas de maderas, adobe y guano y su población era de unas doscientas personas aproximadamente.

En el año 1817, se establece la capitanía del partido de Sagua la Grande, se funda la primera farmacia, en 1822 se estableció el primer ayuntamiento, y su primer Alcalde Domingo Caballero, en ese mismo año llegó a la villa el primer médico cirujano Ramón de Castro, el 1825 en Sagua se contaba ya con 74 casas, 55 vegas de tabaco, una casa de comercio, 2 jueces pedáneo y 2 médicos cirujanos.

Según el primer censo realizado en el año 1827, la población de la villa se encontraba compuesta por 463 almas, de ellas 370 blancos, 22 negros libres y 71 esclavos. Se establecen además, los primeros trapiches conocidos como el Alba y el Guatá.

La economía de Sagua la Grande estaba basada fundamentalmente en la exportación de maderas, carnes y tabaco, además de las pieles, en 1935 comienza un nuevo desafío económico, la Industria Azucarera. Así, de este modo, comienzan a llegar personas interesadas en este sector y por supuesto la población crece, ya en 1939 existían 26 ingenios y una producción de 2300 arrobas de mascabado. La población ascendió a 4860 habitantes de ellos, 2983 eran esclavos. Existían 148 casas, de ellas 41 de mamposterías, tabla y tejas y 107 de embarrado, tabla y guano.

En el año 1840, se amplió y desarrolló la economía con el consecuente aumento de la población a pesar de la ocurrencia de varios incendios, ciclones e inundaciones que desbastaron la ciudad. El desarrollo alcanzado por la jurisdicción de Sagua la Grande y su auge en el comercio a partir de este año, hacen que se comience a manejar la idea de acondicionar el puerto de Isabela de Sagua, con el objetivo de incrementar el comercio no solo con La Habana y Matanzas sino también con el extranjero.

Algunos documentos escritos sobre la evolución histórica de Sagua la Grande recogen datos económicos y sociales muy importantes que reflejan los cambios ocurridos en estos años, por ejemplo: “…el pueblo de Sagua está situado en la costa norte del Isla a la margen izquierda del río Sagua la Grande, a las 6.6 ½ de S.S.O de su boca en línea recta. Este pueblo tiene una iglesia regular de tabla y teja, una plaza pública, una administración, tesorería, rentas reales y de correo, una ayudantía de marina, una escuela con 40 niños, 21 tiendas de ropas y pulpería, cinco billares, tres fondas, cuatro zapaterías, siete panaderías, tres herrerías, una platería, dos boticas, 6 médicos cirujanos, 14 carpinteros, 4 tejares, 26 ingenios a un lado y al otro del río, su puerto era espacioso y servía para unos 250 buques de cabotaje…”

El 24 de Noviembre de 1844, quedó aprobado por José María de la Torre, Oficial encargado de la mesa del departamento Oriental, que Sagua la Grande tuviera su Tenencia de Gobierno y un puerto en la Boca (hoy Isabela de Sagua).

En esta fecha, “(…) La población asciende a 5000 almas, 2644 blancos, 1000 fincas, 50 ingenios que producen 60000 cajas, el movimiento de cabotaje es de 1 000000, la población se haya muy desairada, proponiendo en fin por límite al este del río Sagua la Chica, al Oeste de Sierra Morena, al este sur la línea recta que se ve tirada en el plano que son los términos equivalentes entre Sagua y Villa Clara (…)”

La jurisdicción de Sagua, estaba constituida por 7 partidos judiciales, 2 poblados, 1 aldea y 2 caseríos, y ya en el año 1946, la población continuó su ascenso y la villa contaba con un total de 16961 personas, distribuidas de la forma siguiente, 10396 blancos, 579 pardos libres, 417 morenos libres, 273 pardos esclavos, y 5296 morenos esclavos.

Entre los años 1846 y 1862 en Las Villas se aprecia una tendencia al aumento de la población blanca más que en el resto, sobre todo por varios factores asociados al proceso de inmigración tanto interno como externo. Durante el período de 1848 – 1874 se redujo considerablemente la introducción de esclavos debido a la prohibición del contrabando de 1845. No obstante, continuó la entrada ilegal de esclavos al país que se estima en unos 220 mil; a estos hay que agregar alrededor de 124 mil culíes chinos que ingresaron al país contratados como “trabajadores libres”, pero bajo condiciones tan espantosas o peores que los esclavos africanos, en estas mismas condiciones ingresaron grupos de indios yucatecos.

Adicionalmente, hubo otro gran componente de la gran corriente inmigratoria hacia Cuba en estos años, representada por colonos españoles . La corriente migratoria se vio favorecida por las condiciones favorables de subsistencia en la Isla a finales del siglo XIX a contrapelo de los temores que podía infundirles la fiebre amarilla, la viruela, el paludismo y el cólera. La fuerte inmigración de estos años modificó las condiciones étnicas de nuestros habitantes, a la vez que continuó introduciendo enfermedades no padecidas anteriormente. Estos eventos repercutieron en la transición del perfil epidemiológico de la época .

En el transcurso de 16 años en la región, (1846 – 1862) la población aumentó en 19578 habitantes, mientras que de 1827 a 1846 (19 años antes) aumentó solamente en 1669 habitantes. En ese momento histórico se justifica el lento crecimiento ya que es en esta etapa cuando ocurre la separación de Cienfuegos primero y Sagua la Grande después, así como también el paso de la colonia de Santo Domingo a la recién fundada jurisdicción de Sagua la Grande, lo cual implicó pérdidas tanto en tierras como en habitantes. No obstante, esta división político-administrativa, la jurisdicción mantuvo una población considerable de 33066 habitantes como consta en el censo de 1846, de ellos 25634 vivían en el campo (78,0 por ciento del total) y una buena parte (93,0 por ciento) en áreas no azucareras.

El desplazamiento de la base económica fundamental de la región hacia la agricultura, favoreció el crecimiento de la población. Esto explica la tendencia general al aumento de la población durante estos años, preferentemente la población blanca (de acuerdo a la mano de obra que necesitaba la agricultura) a diferencia de otras jurisdicciones donde el aumento mayor proviene de la población esclava porque su base económica así lo propiciaba.

De 1812 a 1850, Sagua la Grande no era más que un caserío, donde todos los vecinos tenían el deber de sacar en las noches una lámpara para alumbrar las calles que eran de tierra, no existían redes ni vías de comunicación con el resto de los partidos jurisdiccionales, solo caminos reales , servantías y la navegación a través del río. El teniente Gobernador Fernández Casariego al llegar a Sagua comenzó una ardua labor de urbanización en la villa. La construcción del ferrocarril anunciada en 1852 contribuye también al auge y desarrollo de la región.

El período de 1850 a 1860 fueron los que determinaron el auge del comercio y la urbanización en Sagua la Grande. En el año 1860 la economía se sustentaba en: 101 ingenios; un cafetal; 183 potreros; tres vegas de tabaco; 1015 sitios de labranza, 32 fincas varias. La población estaba integrada por 18484 blancos, 29 yucatecos, 907 asiáticos, 1533 libres de color y 15251 esclavos.

En este mismo año se funda el barrio Tetuán , lo que indica el crecimiento poblacional de la villa, el cual en 1862, según su ocupación, tenía 285 albañiles, de ellos 179 blancos y 106 negros; 10 abogados; 3 agrimensores; 104 alfareros; 453 Labradores de madera y carpintería, de ellos, 372 blancos y 81 negros; 22 Herreros, de ellos, 16 blancos y 6 negros, se contaba además, con 88 médicos. La población en ese momento era de 30420 blancos, 67 yucatecos, 3113 asiáticos, 27240 europeos, 2072 libres de color, 19150 esclavos y 344 emancipados. Se siente en la villa un fuerte movimiento migratorio.

En la segunda mitad del siglo XIX Sagua avanza económicamente como consecuencia del desarrollo azucarero de la región creándose una infraestructura apropiada para la construcción. En al año 1860 se había creado la Fundición Ramón Alba, donde los talleres de forja y herrería despegaban una ardua labor. Se construye en el año 1864 el Hospital Civil y en 1870 el Central Corazón de Jesús.

La guerra de los 10 años tuvo sus efectos negativos sobre la población de Sagua la Grande. La tasa de natalidad, aunque por encima de la tasa de mortalidad, disminuyó considerablemente mientras que la de mortalidad general aumentó, por otra parte, también estuvo sujeta a constantes fluctuaciones a consecuencia de los desastres naturales, las epidemias y las limitadas posibilidades para que el hombre ejerciera el control sobre su entorno. . En 1833 y en 1887 azotó a Cuba una terrible epidemia de cólera y viruela respectivamente, que diezmaron a la población de algunas provincias del país, fundamentalmente de La Habana

Posterior a 1877, la provincia de Las Villas contaba con una población de 312392 habitantes, de ellos un 64.3 por ciento de blancos, el 0.3 por ciento yucatecos, el 4.25 por ciento asiáticos, un 17.8 por ciento pardos y negros libres y un 13.4 por ciento esclavos. En el año 1877 se realiza un censo y según los resultados, la población es de 18330 habitantes, de ellos, 10 402 varones y 7928 hembras, 16 868 españoles, 320 asiáticos.

La ingerencia del Gobierno Norteamericano sobre la mayor de las Antillas se recrudece al culminar la guerra hispano – cubana – norteamericana con la firma del Tratado de París que ocurrió el 10 de diciembre de 1898. Esto sin dudas, tuvo sus incidencias sobre la evolución de las variables de la dinámica demográfica como ha sido demostrado en diversos estudios desarrollados por científicos del Centro de Estudios Demográfico adjunto a la Facultad de Economía de la Universidad de la Habana. Ejemplo de esta ingerencia lo es la Reconcentración de Weyler.

El siglo XIX termina para Cuba y sus provincias con niveles impresionantes de mortalidad, debido al conflicto bélico y también a las secuelas que dejó, así como por las epidemias provocadas por la reconcentración obligatoria de la población rural en las ciudades. La población cubana no inició su Transición Demográfica y particularmente la declinación de la mortalidad, antes del siglo XIX

En los años 1900-1901, el promedio de edad de la mortalidad mensual en el territorio era de 22 a 25 años. En un informe presentado sobre las enfermedades más frecuentes en los fallecidos se constata que la tuberculosis pulmonar se encontraba en primer lugar con 91 pacientes, enteritis aguda 51, Paludismo 36, lesión orgánica del corazón 31, Amerites crónicas y Tétano infantil 13, Debilidad Congénita 18, Asistolia 7, Otras enteritis 4.

El 20 de Mayo de 1902 Cuba se convirtió en Republica Neocolonial de los Estados Unidos de América, a través de enmiendas y tratados comerciales, donde deben enfrentar los progresos y retrocesos de la economía mundial, la cual estuvo sometida a dos guerras mundiales, la primera de 1914 a 1918 y la segunda de 1939 a 1945, el colapso afectó a todos los sectores de la población momento que fue oportunamente aprovechado para la penetración y dominio de capitales.

Sagua la Grande, por esa época, poseía varias industrias casi todas independientes de la rama azucarera, gozando y sufriendo las etapas de prosperidad y crisis como todo el país y acentuándose cada vez más como una región mono productora azucarera ganadera.

Con el advenimiento de la República se observa en Sagua la Grande un movimiento del capital extranjero, especialmente norteamericano. El puerto de Isabela de Sagua constituyó una vía de comunicación y comercio para exportar azúcares y otros productos. La fundición McFarlane suministraba algunas piezas de repuesto a la industria azucarera del país. El alambique El Infierno producía alcoholes que se comercializaban con Estados Unidos.

A partir de 1900-1905 las tasas de mortalidad cubana se presentaron con fuertes variaciones, debido a factores tales como, epidemias y guerras, condicionados por el proceso de colonización. Además, las matanzas perpetradas por los colonizadores junto a las nuevas enfermedades traídas de Europa constituyeron las principales causas de muertes en todo el país a lo largo de los años lo que se constata en varios documentos de la historia de Cuba sobre los altos riesgos de mortalidad materna e infantil.

Algunos estudiosos del tema consideran a esta etapa como el período pretransicional de Cuba. A partir de entonces, es que comienza la primera etapa del proceso de transición demográfica en el país. Esta etapa es situada en el período 1904 a 1934 (Barrios, O, 2001), aunque otros consideran otra fecha más tardía para sus inicios, más bien a partir de 1910.

De acuerdo con la teoría de la Transición Demográfica, esta primera etapa surge como consecuencia de una disminución en las tasas de mortalidad general y el aumento de la esperanza de vida al nacer que pasó de 33.2 por mil habitantes en 1899 a 41.5 por mil en 1930 . La principal causa que provocó tal aumento de la esperanza de vida al nacer fue, sin dudas, las condiciones higiénicas y sanitarias alcanzadas por el país, y el proceso de modernización promovido por la entrada de Estados Unidos como nueva metrópoli neocolonizadora.

La tasa bruta de natalidad experimentó un descenso de aproximadamente un 11.6 por ciento entre los años de 1919 a 1930 . Por su parte, la fecundidad comenzó su descenso desde mediados de los años 20, cuando pasa de una tasa bruta de reproducción de 2.8 a 2.2 en 1931

En 1905 instalaban en Sagua la Grande los talleres ferroviarios encargados de reparar locomotoras, coches y carros. Por esta época se ampliaban los ingenios azucareros Resulta y Santa Teresa convirtiéndolos en Centrales.

La penetración del capital extranjero siguió extendiéndose, en 1919 los teléfonos de Sagua eran operados por la Cuban Telephone al igual que la planta Eléctrica instalada en 1892 por accionistas cubanos y en 1924 pasa a manos de la Cuban Electric. Co.

Por los años 1920, intereses vinculados al Royal Bank of Canadá y al magnate McFarlane adquieren la fundición y el Taller de Maquinaria Unión. Es también en esa época cuando la empresa norteamericana 014 Time McLasse y City Bank of New York obtienen tanques de recepción de mieles y almacenes de azúcar en el puerto de La Isabela.

Existían además, otras industrias como la Fábrica de Acido e Hipoclorito, Compañía Salinera, Tenería, Canteras de Jumagua, Fábrica de refrescos, Mosaicos y de muebles, Talleres de maderas, imprentas, Hidroeléctricas, Muelles de la Isabela, Puerto de Isabela, etc.

Los propietarios de dichas industrias manejaban sus negocios con capitales nacionales pero sus principales socios eran norteamericanos. Sin embargo, en dicho período, a pesar de las crisis económicas sufridas debido a las diferentes guerras mundiales, Sagua la Grande avanzó acorde con los intereses económicos y políticos de los gobernantes.

Datos estadísticos de la población de Sagua la Grande en 1902 era de 21342, distribuidos como sigue: 12728 Sagua, Sitiecito 1 366, Isabela 4206, Jumagua 2473, General Nodarse 768. Según raza y sexo, los blancos nativos distribuidos en 6127 hembras y 5582 varones; extranjeros, 275 hembras y 1 768 varones; negros, 2140 hembras y 1650 varones; mestizos, 1882 hembras y 1362 varones; Chinos 545 hembras y 11 varones. Según la nacionalidad la población era de 18498 Cubanos, 1141 Españoles y 903 de otros países. Según su estado civil existían en Sagua la Grande 2941 casados, 15304 solteros, 1067 viudos y 2038 concubinos.

La inmigración también jugo un papel importante en la declinación de la fecundidad de la época pues dado su carácter económico y la necesidad de los inmigrantes de encontrar una asimilación al medio y la búsqueda rápida de una acumulación de recursos con vista a su estabilización económica, generó un retrazo del matrimonio y del nacimiento de los hijos y por tanto una predilección por familias cada vez más pequeñas . Esta situación tuvo un gran impacto en la región central del país donde se encuentra ubicada la antigua provincia de Las Villas.

La segunda etapa de la Transición Demográfica es ubicada sus inicios por algunos autores a partir de los años 30 y por otros a partir de los 40 , no obstante ello, las características de la misma se distinguen de la anterior por la aparición de los antibióticos, de nuevos métodos de prevención terapéutica, por una disminución de los gastos de salud y un cambio de signo del saldo migratorio externo del país a partir de 1933. (Barrios, O, 2001). En esta fecha el país pasa de receptor a emisor de población producto de los cambios en el sector económico y de otros factores de orden político y social.

De acuerdo con esta teoría, los cambios en las principales variables de la dinámica demográfica también fueron notables; así, por ejemplo, la tasa bruta de mortalidad mantuvo un descenso continuado con el correspondiente ascenso de la esperanza de vida al nacer que llegó a los 59.8 años en el quinquenio de 1955 a 1960. Por su parte, la tasa bruta de natalidad pasó de 33.8 por mil habitantes en el quinquenio 1935 a 1939 a 29.7 por mil entre 1950 y 1954. La tasa global de fecundidad del país pasó de 4,21 hijos por mujer a 3,83 de 1935 a 1950. Estos cambios se dieron en mayor o menor medida en las 6 provincias existentes en el país en 1959. Se conoce que la tasa bruta de natalidad en 1955 en la antigua provincia de Las Villas era ya 24.9, marcando una disminución en este indicador, y la tasa global de fecundidad pasó de 4.58 hijos por mujer en 1935 a 3.58 hijos en 1950 para una disminución aproximada de un 21.9 por ciento respecto a 1935 .

La llegada del triunfo revolucionario en 1959 creó las condiciones necesarias para la entrada en la tercera etapa de la Transición Demográfica. Los profundos cambios llevados a cabo en el plano económico, político y social a todo lo largo y ancho del territorio en esferas tales como: la educación, la salud, la recreación, el empleo, un amplio plan de construcción de viviendas y un fuerte proceso de industrialización, entre otras medidas, determinaron paralelamente una creciente homogeneidad entre las provincias. Todo ello permitió una reducción del comportamiento reproductivo en la mayor parte de las provincias del país y en particular de Las Villas.

Alrededor de los años setenta la provincia contaba ya con una esperanza de vida al nacer de 70.9 años para los hombres y 73.7 para las mujeres, indicadores nunca antes alcanzados en el territorio. Al mismo tiempo, la tasa de mortalidad infantil pasó de 34.9 por mil nacidos vivos en 1970 a 15.3 mil en 1979 y a la par una disminución de la tasa bruta de reproducción del 44 por ciento entre 1970 a 1977.

Esta rápida disminución de la fecundidad desde mediados de la década de los setenta conjuntamente con los elevados valores de la esperanza de vida al nacer, similares a la de los países desarrollados, con un alto grado de homogeneidad a lo largo y ancho del país, permiten aseverar que Cuba se encontraba concluyendo el proceso de declinación de la mortalidad y la fecundidad y se ubicaba en una etapa avanzada de la transición demográfica.

A partir de la década de los 80 se comienza a observar una estabilización de la tasa bruta de natalidad, con valores oscilantes de la tasa global de fecundidad por debajo del nivel de reemplazo. Para ese entonces la mortalidad ya había completado su paso de altos a bajos niveles, antecediendo a la declinación de la fecundidad. Estos resultados han sido confirmados por Estudios realizados en el Centro de Estudios Demográficos de La Habana.

En la primera mitad de la década de 1990, debido a las dificultades económicas del país la tasa bruta de natalidad se redujo a un nivel mínimo, luego se recupera ligeramente y continúa fluctuando durante toda la segunda mitad de la década.

Durante los años 1993 y 1994, la provincia arribó a la tasa global de fecundidad más baja con 1.43 hijos por mujer, recuperándose paulatinamente hasta alcanzar 1.67 hijos por mujer en 1999, en el 2004 este indicador alcanzó 1.54 hijo por mujer, decreciendo nuevamente. Por su parte, el proceso de envejecimiento de la población de la provincia resulta el mayor del país, lo que influirá seguramente en un posible incremento de la tasa bruta de mortalidad.

El envejecimiento poblacional constituye uno de los fenómenos más preocupantes de la sociedad cubana actual, agravado por la disminución de la natalidad. Desde hace veintiocho años la tasa de fecundidad está por debajo del nivel de reemplazo poblacional, por quedar menos de una hija por cada mujer en edad reproductiva, esto conlleva a una disminución notable del número de nacidos, en el 2005 solo hubo un poco más de 120000 alumbramientos.

La esperanza de vida de los cubanos hoy es de 77 años, el desarrollo demográfico del país señala hacia un sostenido crecimiento de la cantidad de personas con 60 años o más, los cuales en estos momentos representan el 16 por ciento de la población total y llegarán a representar el 26 por ciento en el 2025, mientras que la proporción de 0-14 años disminuirá.

El comportamiento de la provincia de Villa Clara la proporción de personas de 60 años y más en el total de la población se ha comportado en aumento, 17.1 por ciento 2000, 18.2 en el 2003, 18.7 durante el 2004 y 19.0 recientemente en el 2005, alcanzando la provincia de Villa Clara los valores más alto de envejecimiento del país.

En Cuba desde el momento mismo del triunfo de la revolución, se emprende un nuevo proyecto social y comienzan un conjunto de transformaciones económicas y sociales que se caracterizan por un alto grado de homogeneización social y territorial en lo referido a los avances en el campo de la salud, la educación y el status de la mujer que conllevan a su vez transformaciones en el orden demográfico.

En la primera mitad del siglo XX, el incremento poblacional de Cuba se caracterizó por ser una combinación entre el crecimiento natural y mecánico con una marcada tendencia a la desaceleración de sus ritmos de crecimientos. Los años 60, se caracterizan por un elevado crecimiento en los niveles de natalidad, asociado a las transformaciones socioeconómicas, la disminución del aborto y el débil acceso a métodos anticonceptivos que caracterizó esos años. Aunque este crecimiento demográfico se caracterizó por ser fugaz, logró un efecto extraordinario en la estructura de la población cubana.

Al finalizar los años 60, la fecundidad comienza una drástica reducción, de una tasa global de fecundidad de 4.67 hijos por mujer (1960-1964) a 3.55 (1970-1974), a este fenómeno se le une el incremento de la esperanza de vida que llega a sobrepasar los 70 años en el período comprendido entre 1970-1974, una fuerte tendencia migratoria hacia el exterior y las tasas de crecimiento de la población por debajo del 2 por ciento, con tendencia al descenso.

La década del 70 se caracteriza por un marcado descenso de la natalidad y un envejecimiento relativo de la población. La fecundidad se redujo en más de la mitad, para colocarse y mantenerse desde entonces por debajo de los niveles de reemplazo. Los indicadores, fecundidad y mortalidad se comportan similarmente a los países desarrollados lo que ubica a Cuba en una etapa avanzada de la transición demográfica. El patrón demográfico cubano es una ruptura con el modelo tradicional de Transición Demográfica, por ser Cuba un país subdesarrollado con niveles de salud del mundo desarrollado.

En 1963 Cuba tenía unos 7.5 millones de habitantes y nacieron unos 250 mil niños, en 1974, con 9.4 millones nacieron 192 mil y en 1997 cuando la población cubana ascendía a unos 11.0 millones, los nacimientos se redujeron a 152 mil.

En el año 1995 la fecundidad alcanza sus niveles más bajos, la tasa global de fecundidad en el año 1997 fue de 1.55 hijos por mujer y la tasa bruta de reproducción se encontraba en el orden de 0.76 hijos por mujer, no garantizando los niveles de reemplazo poblacional, situando a Cuba entre los países de más baja natalidad en el mundo

Las causas de la baja natalidad son varias y de diferentes naturalezas, entre ellas biológicas y socioeconómicas. Entre las biológicas se encuentran las mismas que ya están determinadas para el resto del mundo: morbilidad por infecciones de transmisión sexual, envejecimiento poblacional, disminución de la mortalidad infantil, etc.

En el aspecto socioeconómico se señalan algunas como: la incorporación de la mujer a la actividad educacional y laboral, así como del hombre, los que deben vivir en un mundo cada vez más complejo y competitivo, cultura social en general y sanitaria en particular de la población en las buenas prácticas de la maternidad segura, oportuna, responsable y las buenas prácticas de la crianza de los hijos. Además, como otro elemento importante se señala las dificultades aun presente de vivienda para las parejas que funciona como un elemento de decisión importante para la reproducción.

Por otra parte, las acciones desarrolladas en el campo de la Planificación Familiar, en función de preservar y respetar la salud y los derechos reproductivos de la mujer y de la pareja, han tenido un importante impacto en el descenso de la fecundidad, siendo el componente de la práctica anticoncepcional, uno de los más importantes”

La mortalidad por su parte, se puede enmarcar según su comportamiento en dos etapas fundamentales. La primera se puede ubicar hasta mediados de los años 70 en los que se observa una declinación de la mortalidad más intensa que en los períodos anteriores. La segunda etapa se enmarca en la entrada a la fase final del proceso de Transición Demográfica, según lo que muestran los países de transición temprana.

La esperanza de vida inicia cierta estabilización, sobrepasando para ambos sexos los 70 años. Autores como Álvarez (2000) plantean: …” matizado por las diferencias entre los resultados de los censos de 1970 y 1981 en que la tasa bruta de mortalidad descendió de 6.3 por mil a 5.9, estimaciones realizadas para los años 90 demuestran que la mortalidad cubana ha comenzado a aumentar asociado al paulatino proceso de envejecimiento de la población cubana, tan es así que ya en 1997 esta oscilaba alrededor de 7 por mil.”

El comportamiento de Cuba con respecto a las migraciones es un movimiento de un país de inmigración a uno de emigración, situación que se comporta de manera cíclica y dirigida en sus inicios fundamentalmente hacia los Estados Unidos, dependiendo fundamentalmente de las posturas políticas asumidas por el gobierno norteamericano para desestabilizar la revolución, unido a esto se encuentran los momentos de crisis económicas que se han sucedido en el país.

“A partir de 1820 la presencia cubana es de más de 1000 personas. En 1870 el monto de cubanos inmigrantes se incrementa a casi 12 000, de los cuales cerca de 4 500 residían en New York, unos 3 000 New Orleans, y 2000 en Cayo Hueso. Las causas de estos movimientos migratorios fueron tanto económicas como políticas. El problema se agudiza a partir de 1860, cuando el factor político encara el rol preponderante en las salidas de cubanos al exterior, cómo resultado de la agudización de las contradicciones con la metrópoli española” . El inicio de uno de los movimientos poblacionales más transcendentales de la historia desde Cuba hacia Estados Unidos se produjo en el año 1869, cientos de trabajadores y empresarios vinculados al mundo del tabaco, se trasladan hacia Cayo Hueso por diversas razones entre las que se encuentran: la inseguridad respecto al futuro de la isla, que venía sufriendo años de crisis económica, política y social; el inicio de la Guerra de los Diez Años contra el dominio español; la introducción de más modernas técnicas de elaboración del tabaco; y el más directo acceso a su principal mercado, Estados Unidos.

Más tarde, se mantiene el flujo de cubanos hacia Estados Unidos, durante los años 20 y 30, la emigración de Cuba hacia territorio estadounidense, la integran básicamente sectores de trabajadores en busca de opciones laborales, que se establecen en New York y New Jersey. Se producen alzas y bajas, acorde tanto a la situación interna de los años 40 y 50 en Cuba, como a las políticas inmigratorias estadounidenses, y el sentimiento antinmigrante que actúa intermitente en el espectro migratorio de ese país

En la década del 60 predominó la emigración de personajes unidos al gobierno anterior y familiares de los mismos, en este lapso de tiempo emigraron alrededor de 129847 personas. A la migración de los 80, comúnmente llamada “Los Marielitos”, le sucedió la “Crisis de los balseros” en la década del 90, hasta que se les unen las reunificaciones familiares. Hasta 1995 habían emigrado definitivamente del país unas 968795 personas. No solamente se utiliza la vía ilegal para emigrar, aunque es la más usual, sino también la legal, como segunda vía fundamental y la tercera es la de no regreso a salidas al exterior con visas temporales y por último la emigración de retorno.

No hay dudas que en la evolución de las variables demográficas en Cuba, está vinculada a todos los cambios socioeconómicos operados en el país a partir del año 1959, fundamentalmente por la amplitud de la Salud Pública y el Sistema de Atención Primario a la Población, el alto nivel de escolaridad y la incorporación de la mujer a la vida productiva del país. Todo este conjunto de factores ha hecho que surjan nuevos patrones de comportamiento como son: cambios en la estructura familiar; cambios en la edad promedio en la primera unión matrimonial; aumento de las uniones consensúales; una tendencia al rejuvenecimiento de las estructuras por edad de la fecundidad; alto índice de divorcialidad. Pero estas cuestiones responden a lo que se llama comúnmente Segunda Transición Demográfica, que no es objeto de estudio en la investigación.

Sin dudas, el municipio de Sagua la Grande se ha desarrollado demográficamente bajo las mismas condiciones económicas, políticas y sociales que han caracterizado al país y a la provincia de Villa Clara, por lo que el proceso de Transición Demográfica de la ciudad puede ser analizado e interpretadas bajo similares puntos de vistas.

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