Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Cristóbal Pérez-Jerez Alvarado
perezj@racsa.co.cr
Universidad de Costa Rica
& Universidad Interamericana
Este artículo está alojado en el
OBSERVATORIO DE LA ECONOMÍA LATINOAMERICANA
http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/
En medio de la recesión económica que vivió el mundo en el segundo año del siglo
XXI, continuación de la incertidumbre ocasionada por el 2001, pareciera ser que
el tercer año del nuevo siglo, no podrá ser tan malo. En efecto, la locomotora
insignia del capitalismo mundial, la economía de los Estados Unidos muestra más
señales positivas que negativas.
Ilusionados,
todos los países de la región se preparan para un eventual “Tratado de Libre
Comercio de Centroamérica con Estados Unidos”, que al ampliar las relaciones con
el gran mercado norteamericano promete elevar la competitividad de nuestras
economías por el solo hecho de someternos a normas de la más alta calidad
internacional; promover la modernización de las tradicionalmente conservadoras y
excluyentes sociedades del istmo; ampliar el bienestar al promover políticas
sociales de más alta calidad, incluyendo educación y salud; generar un proyecto
de integración centroamericana basado en la democracia, el pluralismo y la
competitividad externa; combatir la corrupción de las instituciones; en fin,
generar espacios para los derechos democráticos de la ciudadanía.
En
este escenario optimista es indispensable realizar un contrapunteo sobre cual
fue la realidad de Estados Unidos en el ultimo periodo, para actuar en un plano
pragmático y realista, esperando, que al final nos llene de satisfacción una
nueva relación con Estados Unidos, más solidaria y de colaboración recíproca.
LA ECONOMÍA SE BAMBOLEA
Entrando en materia, el 2002 es un año para olvidar. Tanto las bolsas, la
industria, el comercio y las finanzas, en particular, como la economía en su
conjunto sufrieron los embates de mercados sujetos a la incertidumbre.
Incertidumbre originada por varios factores: la omisión del gobierno, (que se
concentró en temas de seguridad nacional, sin atender una agenda económica
precisa); escándalos en grandes corporaciones insignias de la economía de
Estados Unidos, dañando la confianza de los inversionistas; reacción de las
empresas, que ante la frialdad del mercado, han seguido la ruta de los recortes
de gastos y empleos en su batalla por tratar de aumentar las
utilidades
para los inversionistas; efecto contagio sobre los mercados de Japón y Europa;
angustiante situación internacional con sucesivos conflictos en varios frentes
(crisis en medio oriente, confrontación en Venezuela, resurgimiento de la
izquierda en América del Sur, roces con Corea del Norte, nuevos reclamos chinos
sobre Taiwan); tensión en los mercados petroleros. En fin, una maraña difícil de
desentrañar.
Repasemos algunos de estos factores.
LAS VENTAS MÁS FRÍAS DE DICIEMBRE
Así como los campeones defensores, contra todos los pronósticos, los Lakers de
los Ángeles llegaron a diciembre con una racha perdedora de 12 victorias contra
19 perdidas, los récords negativos se vienen acumulando en el sector de la
economía. Diciembre del 2002 fue el tercer año consecutivo con pérdidas en Wall
Street, algo que no sucedía desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial, marca
que fue acompañada con las peores ventas navideñas en 30 años. Wall Street
concluyó el 2002 con las mayores pérdidas para el mes de diciembre desde 1931.
Desde entonces, aunque el año hubiera sido negativo, siempre los inversionistas
y comerciantes terminan con una sonrisa por el llamado "rally de Santa".
Está vez Santa Claus se asustó. Decidiendo no sacar los renos del polo norte.
Las jugueterías y el sector minorista vendieron un 7,7% menos que el año
anterior, el segundo peor sector económico después de la alta tecnología y la
información tecnológica (-10,3%). Algunas empresas mal paradas fueron Toys "R"
US un 26% desde el 30 de noviembre, AOL Time Warner un 23%, Walt Disney un 19%,
Home Depot un 9,5%, Wall-Mart un 9% y Gap un 8%
La racha de la economía es zigzagueante. No existe una tendencia clara hacia la
reactivación o la recesión. Cada vez que aparece un dato optimista,
inmediatamente aparece un dato pesimista que lo compensa, y viceversa.
CAMBIO DE RUMBO EN LA CONDUCCIÓN ECONÓMICA
Al no reactivarse la economía por sus impulsos naturales. Las autoridades han
iniciado un cambio en el rumbo de la política económica. En noviembre del 2002,
Alan Greenspan rompió un record al bajar por quinceava vez consecutiva las tasas
de interés, tratando de dar impulso a los sectores débiles de la economía.
Aunque en el 2002 la Reservar Federal fue más cautelosa en los recortes,
limitándose a realizar solo uno en el mes de noviembre, de 50 puntos
porcentuales, dejando la tasa interbancaria en un mínimo impresionante 1,25%. Al
no tener todos los efectos deseados, y continuar la caída de los indicadores, el
gobierno anunció que vendrían cambios en la política económica. En principio se
produjo la dimisión de los principales asesores económicos del presidente George
W. Bush, el Secretario del Tesoro, Paul O’Neill y el Jefe de Asesores de la Casa
Blanca, Lawrence Lindsey, dando señales de la Casa Blanca que las cosas no
podían seguir por el mismo rumbo. El mismo día de estas renuncias, se conoció
que la tasa de desempleo alcanzó su máximo en varios quinquenios, el 6%.
Finalmente, a principios de enero del 2003 Bush anunció “el plan de reactivación
económica”.
Sin embargo, los inversionistas no recuperan la confianza, que se vió
erosionada, además, por los escándalos corporativos. El 2002 comenzó con
nubarrones por el efecto Enron, la gigante de los energéticos que quebró en
2001, en medio de acusaciones de alterar sus libros de contabilidad, y quien
tenía como auditora a “Arthur Andersen”, una de las gigantes de contabilidad que
ahora existe como un fantasma, sin clientes y en proceso de cierre. También, los
escándalos contables se hicieron sentir en Washington, donde el director de la
SEC (la Comisión de Valores), Harvey Pitt, fue obligado a renunciar por su
resistencia de generar reformas sustanciales de control a las corporaciones.
Otras fallas gigantescas fueron la quiebra de WorldCom, el fraude de Adelphia
Communications, las numerosas quiebras “Telecom”, aderezadas con denuncias sobre
conflictos de interés en las firmas más prestigiosas de Wall Street que
constituyeron un menú más fuerte del que los inversionistas podían soportar.
La transparencia contable arrastró a otros participantes notables del mercado.
Como el desplome de acciones del grupo industrial Tyco, la gigante de medios de
AOL, hasta el gigantesco General Electric, tuvo que ampliar sus informes
financieros, cuando sus acciones se desplomaban por los rumores.
El 2002, además de mostrar el colapso de WorldCom, la quiebra más grande en la
historia de Estados Unidos, las quiebras de varias otras telecoms, el colapso de
dos de las aerolíneas mayores del país (UAL y USAir), la quiebra del segundo
mayor minorista de descuento (Kmart), cerró con broche de bronce con la quiebra
de la aseguradora y administradora de fondos Conseco, la tercera mayor
bancarrota registrada. (La segunda mayor fue Enron, en 2001).
¿Y, ...el 2003?
Aunque el año inició con reportes de mejoría en las utilidades de las empresas,
está mejora se debe a recortes laborales o el cierre de negocios menos
rentables. Lo cual ha provocado un aumento en la demanda de seguro por
desempleo. Analistas como BusinessWeek, señalan que las empresas del S&P 500
tendrán que eliminar unos 900.000 empleos, para mantener costos, si quieren
mejorar sus ganancias en un 12% en el 2003 (está cifra puede elevar el número de
desempleados a un millón permanente). Para mejorar su desempeño, las empresas de
Estados Unidos enfrentan varios factores negativos: la demanda interna y externa
es débil, están operando a una proporción muy inferior de la capacidad
industrial instalada, cerca del 21%; mientras que existe una delación de
precios, que con la escalada de gastos militares y de seguridad (tan solo los
preparativos de guerra en Irak pueden costar 50 millardos de dólares), podrían
tener la tentación de dispararse en una inflación no conocida recientemente,
provocando mayor desconfianza de los inversionistas y consumidores.
LA SITUACIÓN INTERNACIONAL
No existe ninguna sociedad autárquica, y por si se necesitara una muestra,
tenemos a la superpotencia de Estados Unidos, quien ha visto sus mercados
tambalearse por efecto de fenómenos transcurridos en países y regiones de un
ínfimo desarrollo comparativo. En principio fue la guerra contra Al Quaeda en
Afganistán, luego los preparativos con respecto a Irak, en diciembre, la
agudización de la problemática venezolana, y para aderezar un poco, en Ecuador y
Brasil, dos economías relativamente fuertes en América latina, dos presidentes
contestatarios a la doctrina de Washington se han instalado en el poder.
Colmando el vaso el reinicio de los programas nucleares de Corea del Norte. Todo
lo cual mantiene los mercados internacionales en vilo.
Alternativamente, la situación internacional muestra también signos positivos.
La llegada al poder en varios países de América Latina de grupos orientados a la
temática social son una gran alternativa para mostrar al mundo que podemos vivir
en un mundo pluralista de respeto mutuo, combinando la política económica de
estabilidad y promoción de la competencia, con programas de desarrollo social y
bienestar para la comunidad. Estados Unidos, líder indiscutido a nivel mundial,
tiene en sus manos la posibilidad de proyectar una agenda de reactivación
económica con justicia social.
YA VIENEN LAS ELECCIONES
Un elemento positivo puede ser que se acercan las elecciones presidenciales, y
el presidente Bush pareciera estar interesado en retomar sus programas de
reactivación económica y apertura de mercados, con el fin de promover el empleo
y generar inversión productiva. Todos esperan que se cumpla el ciclo electoral
de cada cuatro años que muestra que el mercado está programado para tocar fondo
un año como el 2002, para luego repuntar como lo ha hecho durante el segundo año
de cada periodo presidencial de Estados Unidos en los últimos 50 años. El año
2003 es un año pre-eleccionario; históricamente, los años pre-eleccionarios
desde 1943 han sido todos alcistas con un avance promedio del 16,4% para el
Promedio Industrial Dow Jones.
¿QUÉ PUEDE ESPERAR COSTA RICA?
En términos positivos, que se cumpla la expectativa de una recuperación de la
economía norteamericana en el segundo trimestre del año, que permita un aumento
en el consumo de esa nación con las posibilidades de reactivar sostenidamente
las exportaciones; que se reavive el interés del gobierno de Estados Unidos por
reactivar el sector productivo, provocando un aumento en las inversiones y el
optimismo del consumidor; que se mantenga el interés por negociar un tratado de
libre comercio Centroamérica-Estados Unidos, que permita un aumento en el
mercado entre ambas regiones y un nuevo auge de las inversiones en
Centroamérica; que el año electoral permita diseñar un proyecto económico en
Estados Unidos orientado a promover mercados eficientes y competitivos; que la
integración centroamericana, producto de la negociación del TLC con Estados
Unidos se realice con reformas sociales y modernizadoras del resto de
Centroamérica.
En los aspectos negativos, podemos contar con el aumento de las confrontaciones
en Oriente Medio y Asia, generando el riesgo de un aumento de los precios del
petróleo sostenido y permanente, que deteriore nuestros niveles de costos y
perjudique la competitividad; que la crisis o recensión en Estados Unidos
induzca a una política comercial proteccionista al coloso norteamericano; que la
recensión se haga resistente generando una disminución drástica del consumo; y
que los proyectos militares puedan generar una larga guerra, con implicaciones
nucleares, que generen una incertidumbre total y el deterioro ambiental
consiguiente.
En sentido general, existen condiciones para que Estados Unidos juegue su papel
de liderazgo en condiciones de consenso internacional, negociación de conflictos
y fe en la democracia y la competitividad en comunión con la naturaleza.