Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Alfonso León Guillén Gómez (CV)
aguillen@gmx.net
Abstracto
Se obtiene la tasa de desempleo de pleno empleo que, aunque, remonte el PIB potencial se mantiene elevada, se verifica su consistencia mediante su asimilación con la tasa natural de desempleo y se encuentra que es debido al fracaso de la intervención estatal en la economía para bajar la crónica tasa alta de desempleo. Este fracaso proviene de aplicar las acciones que son posibles desde el monetarismo, que resulta una teoría falsa, por desconocer la falla del mercado laboral, que consiste en que, a diferencia de todo las demás mercancías, la fuerza de trabajo interactúa con su precio, por ser la cualidad intrínseca del ser humano, precisamente el sujeto de la sociedad y de la historia. Mientras que, por tal virtud la fuerza de trabajo puede políticamente evitar que su precio baje, hasta que el mercado laboral se vacíe, las demás mercancías pasivamente lo permiten. El mercado laboral es el único mercado que necesariamente no se ajusta por precio.
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Guillén Gómez, A.L.: "Tasa de desempleo alta durante la producción de pleno empleo en Colombia" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 132, 2010. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/co/
Introducción
En la teoría macroeconómica la línea de tendencia, obtenida de una serie de tiempo del PIB real, corresponde a la producción potencial, la cual determina el nivel del PIB que se alcanza durante el pleno empleo económico de las fuerzas productivas, dados los recursos existentes en un país y su estructura económica. La producción potencial fue llamada PIB potencial por Okun (1962) y es definida como el mejor indicador de la oferta agregada, también, la más importante medida de la capacidad productiva de la economía, que sólo depende de la oferta, y es clave de la sostenibilidad del crecimiento económico en el largo plazo. De tal modo, que cuando el PIB real respecto del PIB potencial coincide, caso en que se copa la capacidad instalada, o supera, caso en el cual la capacidad instalada se usa en más de un turno, se logra el menor desempleo posible del recurso humano, que bajará en relación inversa a la magnitud de la brecha de la producción (PIB potencial – PIB).
En tal caso, la brecha es negativa y la tasa de desempleo, que es la relación entre la población económicamente activa, PEA, desocupada en busca de empleo, y la PEA total, se estima que quedará en el lapso entre el 2% y 5,5%, llamada tasa de desempleo de pleno empleo. El establecerla para Colombia es el objetivo principal de este trabajo, pero, también, explorar en las causas que fijan su valor.
Método
Para Colombia, el autor de este trabajo, obtuvo la línea de tendencia del PIB real anual, expresado en la forma de número índice, con base en 1984=20, durante el período 1984-2009, mediante el filtro de Hodrick-Prescott, según el modelo multiplicativo Serie del PIB (t)=Ciclo (t) x Tendencia (t), donde t corresponde a un determinado año dentro de la serie. Esta tendencia la comparó contra las respectivas medias geométricas anuales de la tasa de desempleo de las siete ciudades principales y sus áreas metropolitanas (ver Gráfico 1).
De manera similar, obtuvo la línea de tendencia del PIB real trimestral, durante el período comprendido entre el primer trimestre de 2001-cuarto trimestre de 2009, con base en el primer trimestre de 2001=20; sin embargo, en este caso, primero encontró el ciclo-tendencia con el X12ARIMA modelo (0, 1, 0) (0, 1, 1), y enseguida con el filtro estableció la tendencia, que comparó contra la tasa nacional de desempleo del mes correspondiente a cada trimestre (ver Gráfico 2). Los datos originales del PIB real y los de la tasa de desempleo son los del DANE. El objetivo, de estos ejercicios, es determinar para Colombia la tasa de desempleo durante el pleno empleo económico.
Muchos economistas consideran deficiente la obtención del PIB potencial (PIBP) con el método estadístico univariado y a cambio usan la función de Cobb-Douglas (CD), Gráfico 1-CD, o la función general de producción CES (Elasticidad de sustitución constante), Gráfico 1-CES, de la teoría microeconómica, debido a que son métodos multivariable de estructura que pueden casuísticamente explicarlo. El autor, de este trabajo, incluye los gráficos obtenidos por Rodríguez, Perilla y Reyes (2004), donde aplican estas funciones con la inclusión de histéresis (según Henao y Rojas, la tasa de desempleo de hoy depende de su realización pasada y se auto perpetúa. Así, la tasa de desempleo no depende de la variación de la oferta laboral o de la demanda agregada, a causa de la existencia de factores que desestimulan la búsqueda de empleo, por el fenómeno del desempleado desalentado y por que los empresarios no contratan personas que lleven demasiado tiempo desempleadas; por su parte, de acuerdo con Rodríguez, Perilla y Reyes la TND es cambiante en el tiempo debido a que los choques exógenos en el mercado laboral presentan cierta persistencia a través del tiempo), durante el lapso 1977-2003, con el objetivo de que se aprecie la muy buena estimación que se logra con el filtro de Hodrick-Prescott.
Valores de la tasa de desempleo de pleno empleo
En el primer ejercicio, realizado por el autor de este trabajo, que se presenta en el Grafico 1, se determinó la tasa de desempleo anual, con base en las siete principales ciudades, durante los varios períodos, que entre 1984-2009, la brecha de la producción fue negativa, por lo tanto, el PIB real anual observado superó el PIB potencial y hubo el pleno empleo económico. La tasa promedio total fue 11% (ver Tabla 1), con un comportamiento cuasi estático, puesto que el coeficiente de variación es 5%.
En el segundo ejercicio, realizado por el autor de este trabajo, que se presenta en el Gráfico 2, se determinó la tasa nacional de desempleo del mes correspondiente al del trimestre del PIB, durante los varios períodos, que entre 2001-2009, la brecha de la producción fue negativa, por lo tanto, el PIB real trimestral observado excedió el PIB potencial y se dio el pleno empleo económico. La tasa promedio total fue 11.9% (ver Tabla 2), bastante estable en el tiempo puesto que el coeficiente de variación es 14%. Adicionalmente, se encontró que en todos los años siempre el PIB del cuarto trimestre rebaso el PIB potencial y que el PIB del tercer trimestre en algunos años también; mientras que, el PIB del primer y segundo trimestre siempre fueron inferiores.
La conclusión es que en Colombia, la tasa de desempleo de pleno empleo dobla el valor máximo de la tasa general de la teoría macroeconómica. “El problema de desempleo en Colombia es particularmente relevante ya que se ha mantenido en niveles muy altos, comparados con otros países en la región, independientemente del comportamiento de la economía y del ciclo económico”, (Ramírez, 2009).
Consistencia con la TND
En la teoría macroeconómica, la tasa de desempleo es interpretada desde dos enfoques. Uno es el monetario bajo el supuesto de la eficiencia de los mercados, que usa como referente la NAIRU (Non-Accelerating Inflation Rate of Unemployment, que es la TND que sirve de puente con los keynesianos. La TND, para Carlin y Soskice, 1990, es aquella tasa de desempleo que la fija un nivel de inflación constante. Para Mishkin y Estrella, 1998, sería la tasa de desempleo consistente con una tasa de inflación estable a lo largo de un año). El otro es el keynesiano que, con base en la economía real, supone la existencia del desequilibrio inherente del mercado laboral que impide se vacíe (toda la oferta de fuerza de trabajo será demandada), por lo tanto, habrá desempleo involuntario que se deberá atender; su referente es la NAWRU (Non-Accelerating Wage Rate of Unemployment: Tasa de empleo que estabiliza la inflación salarial, y se obtiene a partir de la ecuación de los salarios, bajo el supuesto de la igualdad de la elevación de los salarios reales y de la productividad), con base en la relación inflación-desempleo, que resulta del análisis del espiral salarios-precios, también, conocida como Curva de Phillips Salarial.
La curva de Phillips, que frecuentemente utilizan los economistas, posee la fortaleza que se puede formular como la forma reducida de varios tipos de modelos estructurales delante de los métodos univariados (como los filtros puramente estadísticos), los cuales utilizan únicamente las series de tiempo de la tasa de desempleo.
Ambos enfoques el monetarista y el keynesiano, utilizan la curva de Phillips, aunque de manera diferente, y con el objetivo de establecer la tipología del desempleo lo descomponen en: estructural (la tasa de desempleo de largo plazo que fija la propia estructura económica, que de acuerdo con la tesis de Marx, (1867), de la formación del ejército de reserva industrial, habrá el exceso permanente de la oferta delante de la demanda de trabajadores), friccional (tasa de desempleo temporal debida al lapso de ocupación por búsqueda o rotación de empleo) y cíclico (tasa de desempleo de corto plazo que oscila de acuerdo con la expansión y la contracción periódica de la actividad económica).
Como, también, existe consenso sobre la existencia de un nivel de desempleo de equilibrio, compatible con un valor mínimo, sobre el cual ninguna intervención del estado, con políticas de corto plazo, puede tener efecto positivo, en el largo plazo, es un objetivo general conocer su valor, lo que lleva a la Tasa Natural de Desempleo (TND) de largo plazo, introducida por Friedman, (1968) y Phelps, (1968), con el fin de separar el componente monetario de largo plazo del real de corto plazo en la evolución de la tasa de desempleo. De tal manera, comprende el desempleo estructural y friccional e implica, según Friedman, para mercados de competencia perfecta el nivel de desempleo, que mientras se conserve la estructura económica sin cambios, no puede ser reducido sin producir inflación. Por lo tanto, la TND es la tasa de desempleo más baja posible sin que ocurra un proceso inflacionario. Sin embargo, bajo mercados de competencia imperfecta, que son mercados no competitivos de trabajo y producto, la NAIRU, posee conjuntamente características monetaristas y keynesianas, y es conocida como la “tasa de desempleo no aceleradora de la inflación”, concepto original de los keynesianos Modigliani y Papademos (1975) y complementada por Tobin (1980). Así, la TND es considerada un concepto de largo plazo diferente de la NAIRU que sería uno de corto o mediano plazo (Ball y Mankiw, 2002, sostienen que no hay diferencia entre la TND y la NAIRU. Por su parte, Estrella y Mishkin, 1998, y Walsh, 1998, entre otros, sostienen que dichos conceptos son diferentes. Aunque, si ambos conceptos se aplican al corto o mediano plazo son lo mismo).
Friedman sostuvo que la TND resultaría del sistema de Walras de ecuaciones de equilibrio general (en todos los mercados de competencia perfecta se tiende al equilibrio simultáneo y cualquier exceso de oferta o demanda es de cortísimo plazo, pues es automáticamente ajustado), bajo el supuesto que este sistema captura las características estructurales de la economía de mercado, las imperfecciones de los mercados de bienes, servicios y fuerza de trabajo y la variación estocástica de todas las ofertas y las demandas e incluye, además, el costo de recolectar información sobre vacantes y disponibilidad de empleos y los costos de movilización, entre otros costos subyacentes. Por su parte, Phelps, en su revisión sobre la curva de Phillips (el marco más aceptado para estimar la TND, que relaciona la inflación con algún indicador de capacidad ociosa, usualmente con la brecha de la producción o la brecha del desempleo), se refiere a la tasa de desempleo de equilibrio, como “la tasa a la que los incrementos de precios actuales y esperados son iguales”, núcleo de la hipótesis, desarrollada por ambos, de que “bajo el supuesto de expectativas adaptativas (o con corrección de error), una subestimación persistente de los incrementos en salarios y precios que lleve a un nivel de desempleo sistemáticamente inferior al de equilibrio, eventualmente causaría revisiones continuas de las expectativas de inflación hasta llevar la tasa de desempleo nuevamente hacia su nivel de equilibrio” (Tamayo, 2008).
Hahn (1980) define la TND como el nivel de desempleo existente en pleno empleo y, aunque, existen muchas otras definiciones de acuerdo con las diferentes teorías existentes sobre el desempleo, todas están relacionadas dentro del marco de la tesis del equilibrio general. De tal modo, Hahn nos permite comparar la tasa de desempleo de pleno empleo hallada de 11,9 con las de los estudios sobre la TND hechos en Colombia, que son consistentes con la misma y se presentan en la Tabla 3. Y debido a su fuerte consistencia con ellos asimilar la tasa de desempleo de pleno empleo, que encontró el autor de este artículo, con la TND y sus aplicaciones a la economía colombiana.
En Colombia ha predominado el enfoque monetarista, por lo tanto los estudios realizados se basan en la NAIRU, pero se diferencian por sus procedimientos de estimación de acuerdo con el momento de desarrollo de la teoría sobre la curva de Phillips, de acuerdo con ese enfoque. En general, se reconocen tres momentos. En el primero, Phillips, introduce la curva convencional bajo el supuesto de la existencia de una relación constante e inversa entre la tasa de aumento de los salarios y la tasa de desempleo. En el segundo, Friedman y Phelps introdujeron la hipótesis denominada curva de Phillips aumentada por expectativas, en la cual, no hay una relación constante entre las dos variables anteriores sino una tasa natural de desempleo, que es variable y depende de factores de la economía real por lo cual la política monetaria es inocua, tales como: la naturaleza del mercado si es de competencia perfecta o cuasi perfecta, oligopólica o monopólica, la eficacia del mercado laboral, la protección u obstáculos para el trabajo en los distintos oficios, etc. Cualquier intento por mantener el desempleo por debajo del nivel de la TND sólo se podrá mediante una inflación acelerada, y por encima de ese nivel sólo mediante una deflación. Así, se genera una Curva de Phillips con expectativas adaptativas o aceleracionista de la inflación salarial y desempleo. En el tercero, Lucas y Sargent cambian a la curva de Phillips con expectativas racionales, la cual se diferencia en la formación de expectativas, puesto que los agentes económicos forman su idea del futuro de forma racional, ya que pronostican con base en un conocimiento económico verdadero, con toda la información relevante disponible, en algunos casos con base en expectativas adaptativas y, aunque, pueden cometer errores puntuales en un período prolongado en promedio aciertan, por lo tanto, los errores en promedio son cero.
En particular, Henao y Rojas hicieron una estimación de la TND, con una curva de Phillips aumentada por expectativas. Núñez y Bernal, también, Julio asimilaron la TND al nivel de desempleo que aplicaron una metodología de Curva de Phillips tomada de Staiger, Stock y Watson (1996), bajo el concepto de la NAIRU, mientras que, Julio encontró evidencia que la TND cambia en el tiempo, en cambio, Núñez y Bernal estimaron una TND que no varía en el tiempo, pero, a la que le aplicaron ajustes no lineales, para que tenga “brincos” discretos en determinados puntos del período. Arango, Posada y García usaron la curva de Phillips, sin choques de oferta, con ajuste demográfico (Weiner, 1993), aunque, dentro de cada grupo demográfico asumieron constante la NAIRU.
Aplicación de la TND
La TND tiene importantes implicaciones para los gestores y planificadores, que desde el gobierno, formulan los planes de generación de empleo, sin presiones inflacionarias adicionales. La TND “permite distinguir entre el componente de la tasa de desempleo asociado a las imperfecciones de los mercados y el componente del desempleo asociado al juego en la formación de expectativas por parte de los agentes y a factores de demanda agregada” (Henao y Rojas ,1998).
Los estudios de diagnostico, para la formulación de políticas sobre empleo, incluidos o citados en la bibliografía de este trabajo, que se han realizado a partir de la TND, hechos por autores bajo el enfoque monetarista, principalmente, a nombre del Banco de la República, de Fedesarrollo, del Departamento de Planeación Nacional y del Consejo Privado de Competitividad, identifican como los factores de mercado más influyentes, que afectan negativamente la demanda de la fuerza de trabajo, y causan la alta tasa de desempleo persistente en Colombia, los de la Tabla 4. Estos factores son determinados desde la perspectiva de que son los distorsionantes del mercado de competencia perfecta y, por lo tanto, afectan el desempeño eficaz del mercado laboral. “El alto nivel de regulación ha generado que cuando es necesario hacer un ajuste en el mercado laboral, éste se haga en términos de cantidades, es decir desempleo, y no en términos de precios, es decir salario real” (Ramírez, 2009).
Paradójicamente, la teoría de trasfondo, que guía a los economistas anteriores, bajo el enfoque monetarista (con las modificaciones introducidas en la llamada nueva macroeconomía clásica, que representan Lucas, Sargent, Minford, etc.), carece de la posibilidad de formular políticas macroeconómicas, pero a cambio políticas microeconómicas de generación de empleo. De tal manera, en la elaboración de los factores de distorsión del mercado laboral colombiano, la guía teórica usada es la de que la tasa de desempleo en el largo plazo no depende de cambios de la demanda agregada y, aunque en el corto plazo las políticas macroeconómicas, que en definitiva no sirven, pueden incrementar la demanda y reducir la tasa de desempleo, en el largo plazo, la tasa natural de desempleo retornará a su valor intrínseco, que es variable en el tiempo, a través de las acciones microeconómicas que los empresarios realicen para sustituir capital por trabajo (No obstante, la alta composición orgánica del capital es progresiva, (Marx, 1894)), y las que aumenten la productividad de la fuerza de trabajo. Dentro del anterior marco teórico, lo que puede el Estado hacer para bajar realmente el desempleo es ejecutar políticas macroeconómicas con el objetivo del control de la inflación, las que conduzcan a la privatización a fin de eliminar las rigidices en los mercados que propician las empresas del Estado, la adopción de estímulos fiscales para la creación de nuevos empleos y llevar a cabo las reformas del marco jurídico-legal que flexibilicen el mercado laboral delante del despido, el subsidio al desempleo, el poder de negociación sindical y la rigidez salarial, todas esta medidas para facilitar e inducir a los empresarios a que realicen las acciones microeconómicas que conduzcan al crecimiento económico y así vaciar el mercado de la fuerza de trabajo, de igual forma que cualquier otro mercado, es decir, a través del ajuste de precios. Desde luego, el enfoque monetarista no sirve puesto que el mercado laboral presenta la falla de que la fuerza de trabajo no es cualquier otra mercancía, que como mero objeto económico, no interactúa con su precio. La fuerza de trabajo es la propiedad intrínseca del ser humano, precisamente el sujeto de la organización social y de la historia. Además, bajo la relación salarial la expectativa racional del trabajador es que el salario, por lo menos, deberá retornarle los medios de vida mínimos de subsistencia a él y a sus dependientes, es decir, posee un piso. El tratamiento del desempleo desde el enfoque monetarista lo que provoca es informalidad, crecimiento de los oficios ilícitos y violencia social. Cualquier actividad, e incluso inactividad, es mejor a emplearse con un salario por debajo del de subsistencia, que es fijado socialmente de acuerdo con la época, y a la vez, aguantarse un capataz y compañeros carentes de solidaridad debido a sus severas condiciones de vida. El mercado laboral no puede vaciarse por vía del precio porque el ser humano es un ser político con voluntad y elección a diferencia de cualquier otra mercancía.
Sin embargo, el Estado colombiano, que actúa según un modelo político-económico, desde los noventa del siglo pasado, se acogió al modelo neoliberal internacional, por lo cual sólo atiende y contrata a quienes lo asesoran desde el enfoque monetarista. Para quienes representan el gobierno colombiano, en los temas de economía, los demás economistas no lo son y de emplearlos quedan como simples auxiliadores que reúnen datos y hacen tablas para los que se desempeñan al servicio de la ideología neoliberal, aún, cuando éstos ocupen cargos secundarios. Es decir, no existe debate.
Las reformas laborales en los últimos 20 años
Con el objetivo de flexibilizar el mercado laboral mediante desregularlo (se entiende eliminar o disminuir obligaciones económicas patronales establecidas en la Ley o eliminar monopolios del Estado que distorsionan la economía de libre mercado) delante de normas que se supone creaban rigidices e impedían a las empresas privadas generar empleo o ser competitivas, se han llevado a cabo las reformas laborales de 1990, 2002 y 2005. En la Tabla 5, se presentan las acciones de cambio del marco jurídico-legal realizadas por el Estado con tal fin. En la justificación de la ley 50 de 1990 se dijo que era necesaria la “adecuación de las leyes del trabajo a la globalización de la economía para expandir la producción, conquistar los mercados internacionales, promover la inversión e incrementar la generación de empleo” (Lenis, 2007).
No obstante, no se observan, en el largo plazo, cambios fundamentales en los valores de los principales indicadores sobre empleo a pasar de las reformas realizadas para mejorarlos drásticamente, como puede verificarse en la Tabla 6. Las bajas diferencias que se presentan, puede que resulten más estrechas, puesto que algo proviene de los cambios metodológicos, que en el tiempo, han ocurrido en su obtención estadística.
(La Tasa global de participación es el referente para una adecuada comprensión de los otros indicadores)
Lenis (2007) en su estudio, también, sobre el largo plazo (1990-2006), dijo “El bajo aumento de la tasa de crecimiento de empleo, el bajo descenso de la tasa de desempleo, el aumento de la tasa de subempleo y la fuerte expansión del sector informal permiten cuestionar los criterios económicos que orientaron las reformas laborales en función del mercado bajo el entendido de que corrigiendo las rigideces que generan ciertas disposiciones jurídicas se lograría un mejor funcionamiento del mercado laboral y, por lo tanto, un crecimiento del empleo”. En su estudio sobre la Reforma de 2002, que incluye el resultado de una encuesta hecha a empresarios expresamente para medir sus efectos, Gaviria (2004) concluyó que “los programas de apoyo al desempleado y de estímulo a la generación de empleo no han funcionado” (Citado por Ramírez, 2007). En un documento del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social (2005) se hace la evaluación de la misma reforma y ellos dicen “que la evidencia econométrica que obtienen no es contundente respecto a los efectos ocupacionales de la reforma laboral de 2002” (Citado por Ramírez, 2007).
De otra parte, el profesor Sarmiento (2010), que no comparte el enfoque monetarista, dice “El país no ha avanzado en el diagnóstico de desempleo y la informalidad. Hace ocho años el tema se discutió y predominó la tesis de que el desempleo era el resultado de rigideces causadas por elevados costos laborales. Una de las primeras determinaciones de la administración Uribe consistió en presentar un proyecto de ley para eliminar las compensaciones por dominicales y horas extras. Como lo mostramos en su momento, la disposición no generó los empleos ofrecidos y no evitó que la desocupación se mantuviera por encima de 13% y la informalidad se disparara” “he sostenido que el desempleo data de 15 años y que la causa es la deficiencia de demanda inducida por la austeridad fiscal y monetaria y por la apertura económica y la revaluación” “ La ley de Okun, que proclama una relación estrecha entre el crecimiento económico y el desempleo, no se cumple; los bajos aranceles de los bienes intermedios y de capital con respecto a los bienes finales y la revaluación, propician el desplazamiento del empleo por importaciones. No es algo que se pueda arreglar reduciendo en pocos puntos porcentuales los costos laborales”.
Pero, el modelo neo-liberal continúa como el oficial en el país, por lo cual se insistirá en más de lo mismo. Así, para los próximos años se seguirá desregularizando el mercado laboral. Hoy día, esta corriente del pensamiento económico, que es la predominante, se puede ilustrar con el plan de acción que el Consejo Privado de Competitividad (2009) recomienda realizar:
- Diferenciación de salarios mínimos legales por actividad y por edad para diferenciar por productividad y disminuir la presión sobre los grupos menos calificados que son los más afectados por esta medida.
- Que el gobierno asuma parafiscales (impuestos a la nómina) para disminuir la presión sobre el empresario y que gradualmente se vayan reduciendo estas cargas.
- Redistribuir cesantías, que actualmente sólo paga el empleador, para que sea parte de pensiones y se disminuyan de esta forma los costos de operación y manejo de estos recursos y que sea compartido por el trabajador y el empleador. De esta forma se incrementa el nivel de pensiones pero se mantiene el espíritu de cesantías para que sea utilizado en época de desempleo bajo ciertas condiciones.
- Generar leyes que permitan al mercado laboral ajustarse de mejor forma y sin contradicciones porque genera mayores distorsiones al mercado laboral.
Conclusión
En los veinte últimos años el papel del Estado colombiano respecto al empleo, uno de los principales componentes del equilibrio macroeconómico, es el de desregularizar el mercado laboral a fin de corregir sus distorsiones que de acuerdo con el monetarismo evita éste se vacíe y causa, para el caso del país, una alta tasa natural de desempleo, aún cuando las tasa de pleno empleo se remonte sobre el PIB potencial. Esta intervención del Estado ha sido inocua. La causa del fracaso estatal en su propósito de reducir significativamente el desempleo, que agobia a la población, proviene que el mercado laboral presenta, en una primera aproximación, la falla que no puede siempre ajustarse por precios como lo supone la teoría monetarista. Es probable, que bajo ciertas restricciones, como, por ejemplo, una franja estrecha de oscilación, dentro de la cual descienda el salario o una franja amplia donde la descolgada ocurra desde un salario alto, puede darse tal ajuste. Pero, lo primordial, es que para Colombia no funciona.
Bibliografía
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