Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
René Fernández Montt (*)
rene.ingenieria@gmail.com
Hace algo más de un año, diversos sectores no oficialistas anunciaban que la crisis se instalaría en el país. La lentitud de reacción o también algunas falencias del sistema previsional, pues jamás se había observado su comportamiento en situaciones de crisis, generó pérdidas millonarias a gran parte de los chilenos que tenían sus ahorros previsionales en los fondos de mayor riesgo. En un año, el fondo A perdió aproximadamente el 40% de lo acumulado, con graves consecuencias para las personas, tales como deber postergar la edad planificada para la jubilación o quizás asumir obtener una pensión mucho inferior a lo que se proyectaba con anterioridad a la crisis.
El problema es grave, eso está claro y por ello las propuestas de solución se
plantearon en dos carriles: el reformista y el individualista. El primero es
fundamental, pues las reformas buscan ayudar a todos y a cada uno de los
chilenos a enfrentar diversas situaciones y en el fondo a maximizar su
bienestar. Por otro lado, el camino individualista es más cortoplacista, pero
posee la gran ventaja de permitir enfrentar la coyuntura sin pérdidas
abrumadoras.
Ahora bien, como aún se estudian las medidas a implementar, pues debido a la relevancia de las mismas sería un despropósito apresurarse ahora, si es que gran parte del mundo financiero considera que ya pasó lo peor de la crisis. No obstante, la forma
de evitar las pérdidas millonarias era traspasar todo el saldo previsional al Fondo E apenas se oían rumores de crisis. Por ello, incluso asociaciones sindicales recomendaban volver al Fondo E, pero todo ello con algo de desfase, es decir al medio de la crisis, donde era cuestionable la conveniencia de hacerlo. Sin embargo, tanto si usted llegó al Fondo E al inicio de la crisis como si lo hizo meses después debido a la sugerencia de algún sindicato o conocido, quizás sea el momento para comenzar a cuestionarse la presencia en dicho fondo. ¿Por qué?
Un dato de gran relevancia es que el Fondo A rentó 4,36% promedio en el mes de marzo, mientras que el Fondo E descendió un 0,09% promedio. Previamente, el Fondo E obtuvo rentabilidades muy altas, de hecho acumula un 6,06% durante el 2009.
¿Es el momento de inflexión? ¿Se está iniciando la recuperación de la Bolsa Local y por consecuencia de los Fondos de mayor riesgo? ¿Se trata de un veranito de San Juan?
Resolver estas interrogantes no es tan sencillo, pero un dato decisor es que las dos situaciones necesarias para que la renta fija (Estructura de más del 95% en el Fondo E) aumente ya han ocurrido y ellas son:
a) Descensos en tasa de Política Monetaria del Banco Central.
b) Aumento en los bonos corporativos que mantienen las administradoras.
Debido a que la tasa posee poco margen de operabilidad para futuros descensos, en el segundo semestre, al haber inflación positiva, la renta fija perderá atractivo. En dicho momento, mantenerse en los Fondos E no será tan recomendable.
Así, luego de las sucesivas caídas en las bolsas mundiales y debido a los fuertes estímulos de política fiscal y monetaria en gran parte de los países se han observado ciertos signos de recuperación en las bolsas, aumentos en la rentabilidad que podrían obedecer a un veranito de San Juan o a una recuperación permanente.
¿Qué tenemos en concreto?
Todo el mundo está de acuerdo en que tenemos crisis para rato, pero lo que también es claro, es que las acciones reaccionarán con anterioridad a la recuperación de la economía en general.
Existe evidencia empírica de períodos de recuperación económica y se ha cotejado que los valores de las acciones repuntan algunos trimestres antes que la recuperación económica, (algo más de tres trimestres en promedio).
Debido a ello, si se hablara de que la recuperación económica comenzará con el 2010, podríamos señalar que es el momento en que las acciones comiencen a recuperarse. No obstante, es incierto invertir en los Fondos de mayor riesgo o en acciones por el momento, pero para quienes deseen asumir riesgos, quizás es el mejor momento.
Ahora bien, para quienes quieran acotar los riesgos de este tipo de inversiones deben observar el comportamiento en el mercado de deuda High Yield , pues un mejoramiento de su situación puede ser un buen predictor de la recuperación.
* El autor es Miembro del Staff académico del Informe de Coyuntura Financiera y Miembro del Directorio de Expertos del Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la Universidad de Santiago de Chile. Colaborador del Grupo de Investigación EUMED de la Universidad de Málaga. Miembro de Mensa Internacional.