Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Y LA PRESIÓN SOCIAL
Ricardo Tito Atahuichi Salvatierra (CV)
ricardotito39@hotmail.com
El paro de 24 horas realizado por los Comités Cívicos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija; la reunión de Prefectos y el de los representantes de los gobiernos comunales de los distintos departamentos con el objeto de exigir que se respete la Constitución y el problema de los dos tercios relativos a la forma de aprobar el Reglamento de Debates de la Constituyente; el hecho de no invitar al Presidente de la República a la Expoferia que se realiza en Santa Cruz; los bloqueos de caminos provocados por los mineros: cooperativistas exigiendo el cumplimiento de los acuerdos firmados con el gobierno y los de Huanuni que, junto a los campesinos, buscan la incorporación de 1500 obreros a la COMIBOL y las declaraciones emitidas por el Gral. Antezana respecto a la función del Ejercito son manifestaciones objetivas de la presión social ejercida por las fuerzas de oposición (MNR, PODEMOS, UN, MSM, etc.) y los sectores sindicalizados con el fin de alcanzar sus propios objetivos y demostrar su capacidad de organización y movilización.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Atahuichi Salvatierra, R.T. “La Asamblea Constituyente y la presión social" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 68, octubre 2006. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/bo/
La presión social constituye un medio de lucha utilizado por las fuerzas renovadoras concentradas en los movimientos sociales populares y la COB por un lado y las conservadoras dirigidas, aglutinadas y organizadas por los partidos neoliberales y los comités cívicos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija que defienden la vigencia del sistema social y el respeto de las conquistas políticas que alcanzaron durante veinte años de gobierno.
Los estratos sociales de la burguesía (oligarquía minera, agraria, financiera, comercial, etc.) ligados a los intereses de las transnacionales y al capital financiero, a través de la aplicación del DS 21060, ocuparon un lugar de privilegio en la política, la economía y el Estado que hasta hoy casi se mantiene intacto por que el gobierno no hizo cambios de trascendencia en el aparato del Estado, la economía y la legislación neoliberal aplicada anteriormente (Ley de Pensiones, INRA, tributaria, bancos, reforma educativa, etc.). Con excepción de la llamada “Nacionalización de los Hidrocarburos” que no es otra cosa que un intento tímido y parcial relativo a lograr la recuperación de nuestros recursos naturales partiendo y sustentándolo en el modelo contenido en el DS 21060.
Por medio de sus intervenciones oficiales, el gobierno hace referencia a que los movimientos sociales defiendan la “nacionalización” de los hidrocarburos y la Constituyente por medio de la presión social y convoca a que el pueblo se mantenga alerta para movilizarse. Incluso instruye, torpemente, que se use las armas si es necesario para imponer que la Constituyente sea declarada como originaria sin entender que esa declaración en los hechos significa tomar el poder. Situación, que plantea un problema de alto contenido politico relativo a la lucha de clases, que provocará inevitablemente la reacción agresiva de la burguesía. Particularmente de su estrato conservador constituido por la oligarquía oriental que en defensa de su propia supervivencia esta creando las condiciones necesarias para un golpe de Estado con la ayuda de los errores políticos trascendentes del gobierno por su falta de comprensión del proceso.
La dirección del MAS tiene que entender, objetivamente, que cuando se trata del problema de la toma del poder no es suficiente la presión social sino la insurgencia popular y revolucionaria del pueblo que se la prepara y organiza en forma centralizada a una dirección revolucionaria que propague un programa cuya aplicación signifique una solución directa a los problemas inmediatos que tiene la población nacional y el Estado.
Constituye un error político serio del gobierno y de la dirección del MAS el proponerse la toma del poder por medio de la Asamblea Constituyente cuando no se tiene la capacidad y audacia para abrogar el DS 210060 o confiscar los bienes de las petroleras para hacer efectiva la nacionalización de los hidrocarburos. Y menos considerar que la Constituyente no es la preocupación central que tiene la población nacional que por medio de sus movilizaciones esta buscando elevar sus condiciones de vida tratando de conseguir mejores salarios, fuentes de trabajo, vivienda, etc.
