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Atahuichi Salvatierra, R.T. “Asamblea Constituyente y Experiencia Latinoamericana" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 72, 2006. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/bo/

La Constitución: sustenta y fundamenta al Estado, define su estructura, organización y funcionamiento y establece el ordenamiento jurídico que regula las relaciones existentes dentro de una sociedad; su contenido es el resultado de la aplicación de los principios de la ideología liberal; tiene una parte Orgánica, que establece los Poderes que tiene el Estado (poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo), otra Dogmática que define las garantías, los derechos y los deberes constitucionales y finalmente la que se refiere a las Bases que constituyen el fundamento ideológico liberal en el que se sustenta la Constitución.

La Asamblea Constituyente originaria como órgano de poder político, dio origen a los Estados modernos (Francia, EE UU de Norteamérica) y a las constituciones al grado de que en la época contemporánea no existe un Estado y Constitución que no sea el resultado de la aplicación de la ideología liberal que es propia de la burguesía por que el sistema capitalista se estructuró fundamentado en la ideología liberal.

El desarrollo de la conciencia social de los pueblos como producto de la etapa de la inteligencia y la razón en la que vivimos, a consecuencia del avance de la ciencia, la invención de los nuevos instrumentos y fuerzas de producción,

etc., ha permitido que los pueblos, en el deseo de lograr su liberación nacional, retomen y utilicen el viejo instrumento político, referente a la Constituyente como un medio para cambiar el Estado y la Constitución por la vía democrática ante el fracaso de la política de la coexistencia pacifica, del socialismo en un solo país, de la revolución por etapas, etc. desarrollada por la dirección burocrática comunista de la ex – URSS.

En América latina, el proceso relativo a retomar la Asamblea Constituyente como un medio de lucha para avanzar en el proceso de la liberación nacional y mundial ha sido lento y tortuoso su primera manifestación objetiva se expreso: en Colombia (1991) que por intermedio de la Constituyente se logro introducir en el texto constitucional el Referéndum, el plebiscito, el cabildo abierto y la revocatoria de mandato, en Perú (1993) el sistema unicameral y una serie de reformas legislativas de carácter presidencialista, en Ecuador ( 1998 ) el derecho a la tierra y al territorio que tienen los pueblos originarios, el uso oficial de las lenguas nativas y la educación intercultural y bilingüe y en Venezuela (1999) se tomó el poder en forma democrática por intermedio de la Asamblea Constituyente Originaria que refundó el Estado y aprobó una nueva Constitución que impulsó la organización de las empresas estatales que se constituyeron, en la base económica del Estado Bolivariano, que le permite el desarrollo una política nacionalista revolucionaria de carácter socialista y antiimperialista.

En nuestro país la Constituyente se ha convertido en un medio distraccionista que estancó la discusión y solución de los problemas nacionales relativos a la economía, producción, comercio, etc. que se desarrollan en el marco del DS 21060 de manera que los salarios siguen congelados, la política cambiaria sometida a la ley de la oferta y la demanda, etc. llegando al colmo de adecuar las medidas adoptadas por el gobierno, al modelo neoliberal, con el fin de humanizarlo. Quedando para atrás los compromisos electorales de industrialización y venta de recursos naturales con valor agregado.