Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
REFORMAS CONSTITUCIONALES Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Ricardo Tito Atahuichi Salvatierra (CV)
ricardotito39@hotmail.com
El hombre a partir de sus orígenes y posterior evolución, obligado por la necesidad de su sobrevivencia, desarrolló distintas formas de organización social supeditadas a la economía y no a la inversa. No tuvo otra forma de organizarse socialmente y desarrollar la sociedad. La horda, la gens, la fratria, el clan y todas las modalidades de organización social creadas en el comunismo primitivo y en las sociedades conformadas por clases sociales, como el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y el “socialismo”, fueron constituidos sometidos a la economía. La subordinación de la sociedad a la economía es la característica de la historia del desarrollo de la sociedad.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Tito Atahuichi Salvatierra, R. “Reformas constitucionales y socialismo del siglo XXI" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 129, abril 2010. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/bo/
La humanidad en la etapa contemporánea, denominada de la “inteligencia y la razón”, a consecuencia: del desarrollo de su conciencia social antiimperialista y anticapitalista; el avance de la ciencia y la invención de los nuevos instrumentos y medios de producción; y particularmente azuzado por la necesidad de vencer el atraso, la pobreza e impulsar el progreso del ser humano se propuso, sustituir la forma de organización de la sociedad por otra, liberada del dominio de la economía, que genere sentimientos de amor a la humanidad y a la naturaleza con plena democracia y libertad; sin clases sociales, justa, fraternal, solidaria e igualitaria (Carlos Marx).
El proletariado, los intelectuales progresistas y las direcciones revolucionarias, políticas, sociales y sindicales que constituyen la vanguardia de la humanidad junto a las poblaciones laborales y explotadas, de los distintos Estados nacionales, han comprendido que mientras no cambie la forma de organización de la sociedad los problemas, generados históricamente por la sociedad subordinada a la economía como el atraso, la pobreza, la división de la sociedad en clases sociales, la lucha de clases, la explotación, exclusión, discriminación, opresión, represión etc., no serán resueltos.
Las huelgas y movilizaciones efectuadas en Grecia, Turquía y Tailandia contra la aplicación de la política neoliberal; en México contra la privatización de las empresas estales productoras de electricidad y otros actos de protesta efectuados por los trabajadores y la población radicalizada, en los países que constituyen el primer mundo, a consecuencia de la crisis financiera descargada sobre la población; la falta de fuentes de trabajo y de salarios paupérrimos que no permiten elevar las condiciones de vida, etc. son manifestaciones que demuestran la decisión de la humanidad por cambiar la forma en que está organizada la sociedad globalizada.
El pueblo boliviano que alcanzó una conciencia social anticapitalista elevada con la experiencia de la revolución de 1952, dirigida por el proletariado minero (FSTMB), no permanece indiferente a ese proceso. La insurgencia del 2003, dirigida por la COB, que aprobó la ejecución de una política nacionalista revolucionaria contenida en la Agenda de Octubre (ratificada por la insurgencia del 2005) al que el Movimiento Al Socialismo (MAS-IPSP) se comprometió a cumplir, antes de las elecciones del 2005, y no lo cumple; el apoyo a la Asamblea Constituyente, a las reformas constitucionales incorporadas, en concertación con los partidos neoliberales, a la constitución de 1967 y sus reformas posteriores; y las movilizaciones por la industrialización del gas, el aumento de salarios etc. demuestran la voluntad del pueblo para cambiar la forma en que está organizada la sociedad.
La confusión en la que incurre la dirección del MAS-IPSP, respecto al proceso de cambio que propaga, plantea la necesidad de aclarar que la voluntad de la Nación o pueblo da origen y modifica el Estado y no a la inversa y que los cambios producidos en el Estado son distintos a los que se produjeran en la forma de organización de la sociedad. Consiguientemente las reformas producidas en el aparato del Estado, a consecuencia de la aplicación de “la nueva Constitución”, no significan cambios en la base económica o estructura de la sociedad razón por la que es posible aplicar el modelo neoliberal, contenido en el DS 21060, a nombre de un “socialismo comunitario o del siglo XXI”, y al mismo tiempo efectuar reformas en la estructura del Estado porque no afectan la base económica de la sociedad y la patria boliviana.