Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
LAS REFORMAS CONSTITUCIONALES Y EL ESTADO DEMOCRÁTICO
Ricardo Tito Atahuichi Salvatierra (CV)
ricardotito39@hotmail.com
En un Estado capitalista, como el nuestro, cada clase o estrato social, a través
de sus representantes organizados en partidos políticos, trata de tener el
control y dominio del Estado para administrarlo y manejarlo a través de un
gobierno, que defienda sus intereses y no los del país y la sociedad que tienen
un carácter común y general. El uso del Estado por una clase social define la
naturaleza de clase que tiene el Estado democrático. Los gobiernos, utilizan el
Estado para defender los intereses de los sectores a los que representan, como
en el caso de los gobiernos neoliberales que defienden los intereses de la
burguesía ligada a las transnacionales y al capital financiero o los intereses
del país y la sociedad como lo hicieron los gobiernos “socialistas” de David
Toro que nacionalizó el petróleo, G. Busch que propugnó la nacionalización de
las minas y G. Villarroel que planteó la redistribución de tierras y estimuló la
organización de los sindicatos campesinos.
Tener el control pleno, económico, político y social, del Estado significa que una clase social, democráticamente (caso Venezuela), a través de un organismo político, que lo representa o de una fuerza social, sustentada en las armas (Cuba, China, etc.), toma el poder. Y consecuentemente adquiere la capacidad plena para disponer de los medios e instrumentos de producción, los recursos naturales, los ingresos y egresos económicos; la ley, el Estado y las instituciones en general.
La sociedad clasista contemporánea y por efecto la boliviana, emergente del modo
de producción capitalista, está constituida por clases sociales, burguesía,
proletariado y pequeña burguesía, al igual que lo estuvo la sociedad esclavista
en esclavos y esclavistas, la feudal en feudales y siervos, y
lo están, las sociedades denominadas “socialistas” (Rusia, etc.).
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Tito Atahuichi Salvatierra, R. “Las reformas constitucionales y el estado democrático" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 119, septiembre 2009. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/bo/
La humanidad se organizó sometida a la economía, razón que originó la sociedad constituida por clases sociales que al tener intereses antagónicos e irreconciliables dieron origen al Estado. El Estado, como producto de la cultura, tiene un proceso de desarrollo y evolución; se originó en un momento determinado de la historia, no siempre existió, no había Estado en el comunismo primitivo. En cada etapa histórica se produce una forma de Estado con características propias. No es lo mismo el Estado plurinacional y el Estado revolucionario son distintos, a pesar de su tronco común histórico expresado en el carácter irreconciliable de las clases sociales porque no hay Estado sin clases sociales. Históricamente el Estado es utilizado por las clases sociales, en defensa de sus intereses, como un instrumento de dominio, de una clase social sobre otra, reflejando su naturaleza de clase.
El Estado democrático o capitalista es un producto de la forma ideológica liberal de concebir un Estado creado por un pueblo o soberano, que expresa su voluntad en el voto, con sus órganos de poder, su forma de gobierno republicano, y la sociedad organizada en una Nación.
El soberano en 1952 definió la existencia del Estado revolucionario que hoy el gobierno trata de sustituirlo con un Estado plurinacional neoliberal indigenista, ocultando la voluntad del pueblo expresado en la agenda de Octubre (2003) cuyo mandato categórico fue el uso de los recursos naturales para la industrialización como forma de consolidar la Nación y su soberanía.