Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
EL PROYECTO DE CONSTITUCIÓN Y EL ESTADO DEMOCRÁTICO
Ricardo Tito Atahuichi Salvatierra (CV)
ricardotito39@hotmail.com
Con la aprobación de los últimos decretos, la lucha por el poder entre la burguesía - apuntalada por la oligarquía y aglutinada en los comités cívicos, etc. - y el gobierno se torna peligrosa para la convivencia social, la integridad territorial y la unidad del Estado nacional porque al pisotearse el derecho positivo, en pleno Estado democrático, se otorga a la oligarquía el justificativo necesario para la sedición, el separatismo y la aplicación de un ordenamiento jurídico fundado en sus “Estatutos Autonómicos”. El gobierno al desconocer e ignorar la ley y la Constitución atenta directamente contra la existencia del Estado liberal e incita a la oposición a imponer su normatividad, contenida en sus “Estatutos” regionales, a efectos de constituir el Estado Neoliberal (Nación Camba).
Las movilizaciones y contramovilizaciones efectuadas en favor y en contra de la aprobación del “Proyecto de Constitución” (Yacuiba, Villamontes y otras localidades) adquieren visos de enfrentamientos que las transnacionales, la embajada americana y las fuerzas neoliberales ligadas al capital financiero, alientan, preparan y esperan; puesto que su objetivo es dividir el Estado boliviano, en uno oriental, de organización y estructura neoliberal (“Nación Camba”) y otro occidental de carácter “plurinacional y multiétnico” que nada tiene que ver con la continuidad histórica, la conciencia social antiimperialista alcanzada y la experiencia hecha por el pueblo boliviano, cuya expresión notable es la revolución de Abril, que el gobierno ignora y desconoce favoreciendo, con su actitud empecinada, a la derecha que dice combatir cuando en realidad la fortalece y vigoriza.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Tito Atahuichi Salvatierra, R.: “El proyecto de constitución y el estado democrático" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 102, septiembre 2008. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/bo/
Si el gobierno se propone cambiar la Constitución Política, en democracia, se supone que entiende que ese cambio tienen que ser materializado en el marco legal; porque no hay otra forma de efectivizarlo, dentro el campo de la democracia liberal, puesto que el respeto al orden social, a la Constitución y a la ley, en sus formalidades y contenido, son los parámetros inviolables de un Estado de derecho.
En el Estado liberal la revolución democrática es viable, con la toma del poder, a través de una Asamblea Constituyente Originaria (caso Venezuela) porque al concentrar, una fuerza política determinada, la representación de los 2/3 del total de la población electoral tiene a su favor la soberanía del pueblo, que le da legitimidad y legalidad a sus actos; hecho que no ocurrió en el caso nuestro por ser la Asamblea Constituyente derivada.
Mientras una fuerza política no tome el poder democráticamente, cualquier reforma, en la Constitución o el Estado, tiene que ser hecha con la ayuda de las demás (pacto social) razón por la que una Constituyente derivada, no tiene la potestad para realizar cambios en la Constitución; porque todo cambio está condicionado al acuerdo político que se alcance con las otras fuerzas sociales. Y peor aun, si se trata de cambiar una Constitución Política vigente con un “Proyecto” que no tiene legalidad ni legitimidad, que garantice la integridad nacional y la convivencia social; Situación que permite a los representantes de “la media luna”, a continuar con su propósito de dividir el Estado y constituir otro, paralelo al existente ( “Nación Camba”) a través de la sedición.