Ricardo Tito Atahuichi Salvatierra (CV)
ricardotito39@hotmail.com

La forma de organización de la sociedad moderna, como resultado de la acción del hombre, tiene toda una evolución histórica cuyos antecedentes primitivos se encuentran en la gens, horda, el clan, la fratría, tribu, etc. siendo la mas compleja y avanzada el Estado.

El Estado, como resultante de la evolución histórica de un modo de producción determinado, dispone de un poder supremo y de una facultad única denominada IMPERIUM que le permite: mandar y exigir obediencia; modelar y definir las actividades económicas, sociales, políticas, etc. asignándoles a las personas y grupos un sitio y una función a cumplir en la sociedad razón por la que también es un instrumento efectivo usado por las clases dominantes, para el control de su dominio, sobre las sometidas a efectos de mantener sus privilegios y contener el descontento e insurgencia de los sectores que luchan por sus reivindicaciones.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Atahuichi Salvatierra, R.T. “La Asamblea Constituyente y lucha por el poder" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 77, 2007. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/bo/

El Estado moderno tiene por atributos el PODER y la SOBERANÍA.

El poder es la potestad, delegada, suprema que tiene el Estado para mandar e imponer obediencia, emana de una Asamblea fundante. Es fuente generadora de una actividad constante con el que el Estado afirma su existencia y cumple sus fines. Tiene su origen en el pueblo. Define el ejercicio del PODER SOBERANO que está delegado al GOBIERNO.

El poder soberano que delega la Asamblea fundante en favor de un Estado creado o existente sustentado por una Constitución conforma el PODER CONSTITUIDO que es de carácter absoluto y dominante al grado que puede hacer uso de la coacción o fuerza para hacer cumplir sus mandatos.

La SOBERANÍA es un atributo del Estado que se origina en el poder soberano que posee la Asamblea fundante. Esta delegada en su ejercicio al gobierno. Sin soberanía no hay Estado. Encarna el poder supremo , reside en el pueblo, es inalienable e imprescriptible ( Art. 2 CPE ).

El gobierno (Art. 85-CPE) hace uso del poder y la soberanía con el fin de normar y preservar el orden social constituido controlando y reprimiendo en su caso el descontento y la lucha por el poder de los sectores que buscan conquistas sociales y mejores condiciones de vida.

Los representantes elegidos por el pueblo una vez organizados conformarán el PODER CONSTITUYENTE cuya función es el de crear un nuevo tipo Estado y promulgar una Constitución que la sustente razón por la qué: la lucha por el poder, en el seno de la Asamblea, también se dará puesto que las fuerzas sociales, que hubieren logrado representación, buscarán el control político de la directiva y el de la Asamblea aglutinando en su favor los votos que representen la mayoría absoluta, del numero total de representantes, para detentar el poder constituyente y ejercitarlo por encima de una minoría que tiene que obedecer y someterse. Se manifestará también en la defensa de posiciones políticas e intereses de toda naturaleza situación que definirá la polarización de bloques de constituyentes en una u otra posición. Y esas fuerzas por medio de su representación directa o de alianzas, con agrupaciones afines, definirán la creación del nuevo tipo de Estado y la promulgación de la Constitución que la sustente. Estado y Constitución que protegerán los intereses de las sectores sociales que lograron acumular los dos tercios de votos (Art. 232-CPE).

En el poder constituyente y constituido la lucha por el control del poder no termina ni terminará es constante razón por la qué: la Constitución no es un pacto o contrato social, menos el resultado de los mismos, sino la voluntad de la clase dominante que se impone sobre las otras.

Mientras mas radicalizados se encuentren los sectores sociales mas aguda y polarizada será la lucha por el poder. Radicalización que alcanza niveles extremos puesto que los sectores dominantes cuando no logran un apoyo social considerable y ven que sus interese se hallan en peligro recurren al poder de la fuerza dejando de lado la Constitución y todo el ordenamiento jurídico existente.