CIENTÍFICO - TEÓRICO - ESTADÍSTICO - COMERCIAL JURÍDICO - SOCIOLÓGICO
 
RECOPILADO POR EL PROFESOR MANUEL SERRA MORET

 

S

 

SISMONDI, Jean Charles

Notable economista e historiador suizo (1773-1842). En sus primeros trabajos de carácter económico, Tableau de l'agriculture toscane (Ginebra, 1801) y De la richesse commerciale (2 vols. Ginebra, 1803) se mostraba partidario de las teorías de la doctrina clásica, pero, después de un segundo viaje a Gran Bretaña y antes de que Jean Baptiste Say difundiera aquellas ideas por el continente europeo, publicó su obra Nouveaux principes d'économie politique (2 vols. París, 1819), en la que se contiene una crítica demoledora de los principios básicos en que se sustenta toda la doctrina clásica, "construí da con la concepción de un sistema capitalista estático". Demostró con gran claridad la falsedad de la teoría de que la libre competencia tiende a establecer un equilibrio entre la producción y el consumo. Hizo ver cómo las crisis, no solamente eran posibles, sino que resultaban inevitables y habrían de producirse periódicamente. Su principal argumento era la condenación de las clases productoras a un eterno subconsumo y, por consiguiente, la insuficiencia de la masa mayor para absorber los bienes de la producción siempre en aumento. Por otra parte, el capitalismo necesitaba expandirse constantemente y buscar mercados remunerativos en detrimento del mercado nacional que, pudiendo multiplicarse, era mantenido a un nivel justo para seguir produciendo. Fue Sismondi el primer economista de alto vuelo que se enfrentó con los problemas de la distribución que habían dejado casi intactos todos sus ilustres predecesores. En materia de historia publicó obras muy valiosas como Histoire des Français (31 vols. París, 1821-44), abreviada con el título de Précis de l'histoire des Français (2 vols. París, 1828). Sus teorías sobre cuestiones económicas y sociales están contenidas en Etudes sur les sciences sociales (3 vols. París, 1936-38).

 

SISTEMA MÉTRICO

El sistema métrico decimal para pesas y medidas, adoptado por la inmensa mayoría de países civilizados, se basa en la unidad fundamental llamada metro (del griego metron, que significa medida), aumentando o disminuyendo en forma decimal, o sea de diez en diez, con lo cual se facilita considerablemente el cálculo puesto que plantea las operaciones a base de la unidad seguida o precedida de ceros, que es el caso más simple en aritmética. El metro prototipo se guarda en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas de París. Actualmente, el metro no guarda relación definida con el cuadrante del meridiano, sino que es la longitud de una barra de platino-iridio sostenida en forma especial a la temperatura del derretimiento del hielo y una presión atmosférica constante de 160 milímetros de mercurio. Una definición suplementaria del metro en términos de la longitud de ondas de luz fue provisionalmente adoptada en 1927 en la séptima Conferencia Internacional de Pesas y Medidas.

 

SKARBEK, Fryderyk Florjan

Economista polaco (1792-1866), seguidor de las doctrinas clásicas, aunque un poco heterodoxo, particularmente por su inclinación a aplicar a la economía los principios del relativismo histórico. Sus obras más importantes son: Elementarne zasady gospodarstwanarodowego (Principios elementales de economía nacional, 2 vols. Varsovia, 1820); Theorie des richesses sociales (2 vols. París, 1829); Considérations générales sur le meilleur régime des prisons (Varsovia, 1842), y Essai sur la morale civique (Bruselas, 1861).

Nota del editor: Cuando Fryderyk Skarbek era niño vivía en la casa solariega de sus padres en Żelazowa Wola. Su tutor era Nicolás Chopin que casó con una prima de los Skarbek, Justyna Krzyżanowscy. En esa misma casa, el 22 de febrero de 1810 Nicolás y Justyna tuvieron un hijo al que, en honor de Fryderyk Skarbek llamaron también Fryderyk: Fryderyk Chopin.

SLUMP

Vocablo inglés de uso generalizado para expresar depresión económica, que se manifiesta en una paralización de los negocios y en una acentuada caída de precios.

 

SLUMS

Palabra inglesa que indica barrios o calles de viviendas pobres, sin comodidades ni higiene, lo que en la Argentina se conoce por conventillo.

 

SMART, William

Profesor de Economía británico (1853-1915). Se dedicó especialmente a los estudios de la distribución de la riqueza y se esforzó en demostrar cómo esa riqueza aumentaría si fuese más equitativamente distribuída. Tiene varias obras, entre las que se destacan An Introduction to the Theory of Value (1891); Studies in Economics (1895); The Distribution of Income (1899); Taxation of Land Values and the Single Tax (1900); The Return of Protection (1906); Economic Annals of the Nineteenth Century (2 vols. 1910-17), y Second Thoughts of an Economist (1916).

 

SMITH, Adam

Economista y moralista escocés (1723-90). El más renombrado de todos los tratadistas de las ciencias económicas. Es el fundador de la llamada "escuela clásica" o "economía clásica". En la Universidad de Glasgow fue discípulo de Francis Hutchenson a quien,  según parece, debe la base de su doctrina. Después de sus estudios en Oxford fue profesor de Lógica en Glasgow, ocupando la cátedra de su antiguo maestro durante doce años, en el curso de los cuales publicó su Theory of Moral Sentiments (1759). Dejó la cátedra para ser tutor del Duque de Buccleuch, lo que le dió ocasión de viajar por el continente, trabando amistad con los fisiócratas franceses Quesnay, Turgot, Dupond de Nemours y otros. A su regreso a Gran Bretaña se dedicó a preparar su famosa obra An Inquiry into the Nature and Causes of the wealth of Nations, que publicó en 1776, más comúnmente conocida por The Wealth of Nations (La riqueza de las naciones).

Las dos obras de Adam Smith, aunque de carácter muy dispar, mantienen una cierta unidad filosófica. La importancia de la personalidad individual, de sus emulaciones y estímulos y de su afán de poder y de riqueza, constituyen la base moral o psicológica de la doctrina clásica. A través de esos afanes, no sólo se desarrolla la personalidad y la riqueza individual, sino el progreso y el bienestar colectivo. De ahí que exista la necesidad de la libertad de iniciativa y de contratación, la acción irrestringida de la producción y del comercio, la natural división del trabajo según las vocaciones y aptitudes individuales, el libre cambio y el poder de expansión, dando lugar al nacimiento de una general concurrencia y competencia que, a fuerza de lucha y de superación, establece el deseado equilibrio moral y económico en beneficio de la colectividad. Este es un plano diametralmente opuesto al que predominaba en el mundo europeo desde la liquidación del régimen feudal y que Smith desdeñosamente calificó de "mercantilismo", consistente en la integración de la economía nacional en los designios del soberano, supeditando a todos los súbditos a su tutela y regimentación a fin de conseguir la máxima abstinencia, la producción de artículos de exportación y la entrada en el país de moneda y metales preciosos, que era en el juicio de la época la suprema expresión de riqueza. Esas ideas tuvieron su manifestación más aguda en el "cameralismo" alemán y austríaco y, en cierta manera, han perdurado a través de los tiempos, como las ideas de la libertad de comercio y de iniciativa han caracterizado al mundo democrático occidental.

Es permisible creer que muchas de las teorías de Adam Smith derivan de esa concepción individualista del orden social. La idea del valor en uso y del valor en cambio sólo puede fundarse en un sistema de libre contratación. Sólo así, también, tiene sentido la concepción de Smith de que la riqueza consiste en la suma total de los valores en cambio que los individuos o la nación poseen.

The Wealth of Nations, y Smith no tuvo inconveniente en reconocer esta primacía, como hay que reconocer que, antes que Smith, los fisiócratas fueron partidarios de la libertad de comercio y contrarios a la intromisión del Estado en las funciones económicas individuales.

Adam Smith vertió luz sobre muchos conceptos que hasta entonces nadaban en confusión. Hizo una clara distinción entre salarios y beneficios, aunque no la necesaria para distinguir a los beneficios del interés del capital. También hizo una buena definición de los precios "naturales" y de los precios de mercado explicando la interacción de la oferta y la demanda, Con ello pudo explicar la teoría de las fluctuaciones monetarias y fij ar el valor de la moneda como simple instrumento de cambio. Las mismas leyes de oferta y demanda incidían en el proceso de la distribución y creaban la desigualdad de participación en los beneficios de la producción entre los dueños de la tierra y del capital y los trabajadores. Pero su insistencia en que el valor de los objetos era el trabajo o esfuerzo que costaba su producción y su condenación de todo monopolio o aparato restrictivo de la libre contratación ofrecían amplia base para fundar las posteriores teorías sobre la equitativa distribución de la riqueza. Además, dentro de las limitaciones de su trabajo, su criterio respecto a la justicia distributiva se concreta cuando trata de los ingresos del Estado y se manifiesta en favor de la tributación y, dentro de ésta, que "cada uno contribuya en proporción con sus ingresos y con los beneficios que recibe de la protección del Estado", El hombre que había escrito que "el precio real de toda cosa, lo que realmente cuesta al hombre su adquisición, es el esfuerzo y trabajo empleado en adquirirla", había dicho lo suficiente en un trabajo científico para condenar a todos los que adquieren sin trabajo y sin esfuerzo.

Adam Smith es una figura gigantesca posiblemente porque inventó poco y porque apareció en la debida oportunidad para recoger el aliento liberal que había impregnado al mundo del Renacimiento, dándole formulación científica y ordenación sistemática en el campo de la economía, que iba a ser el campo supremo de las ideas y de la acción en la era capitalista e industrialista      que se iniciaba. Supo hacerlo objetivamente, desinteresadamente, y ello dió valor y consistencia a su doctrina, que no en vano ha sido denominada "clásica", puesto que cuanto se piensa y se escribe sobre economía desde Adam Smith tiene una base, un reflejo o una influencia de su pensamiento. Mucho de lo que él dijo lo había dicho su maestro Hutcheson, David Hume o John Locke, y la concepción científica había sido ya diseñada por Quesnay, Turgot o Cantillon. Pero la figura de Smith se yergue en el umbral de las ciencias económicas representando el esfuerzo más logrado para canalizar las dispersas teorías dentro de un cauce que, además de ser rigurosamente científico, es esencialmente humano.

Smith, Adam (1723-1790)

Smith en el Diccionario BZM


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