Contribuciones a la economía

"Contribuciones a la Economía"
es una revista académica mensual
con el Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas ISSN 1696-8360

EL MODELO DE LA VENTAJA ABSOLUTA DEL COMERCIO INTERNACIONAL DE ADAM SMITH:
UNA NOTA DIDÁCTICA
 

Martín Carlos Ramales Osorio*  
mramales@nuyoo.utm.mx

RESUMEN: Para la economía clásica, expresada por Adam Smith y David Ricardo, el libre comercio internacional es benéfico para los países en dos sentidos: conduce a la especialización y amplía las posibilidades de consumo. Además, y como dice Smith, “es máxima de todo jefe de familia prudente no tratar de producir en casa lo que cuesta más producir que comprar”. En el modelo expuesto, a los norteamericanos les resulta más barato importar la tela de México que producirla ellos mismos, y a los mexicanos les resulta más barato importar el alimento de Estados Unidos que producirlo por su propia cuenta. Para Smith, al igual que para toda la economía convencional, los mecanismos del mercado (la ley de la oferta y la demanda) restablecen de manera automática los equilibrios comerciales internos e internacionales.

    INTRODUCCIÓN

 He enseñado la teoría del comercio internacional como parte de los cursos de economía internacional y de teoría económica en la Universidad Tecnológica de la Mixteca y en la Facultad de Economía de la UNAM. Y he encontrado que a la mayoría de los estudiantes les resulta demasiado difícil comprender los diversos aspectos  de la teoría económica, que si bien no es sencilla tampoco resulta demasiado compleja. Como cualquier otra disciplina científica, la economía tiene su propio lenguaje, sus propios términos, su propia jerga para describir, a través de modelos,1 el mundo económico real. Al estudiante le resulta difícil entender el lenguaje de la ciencia económica. ¿Cuáles son entonces los requisitos para comprender de bien a bien el “complicado” mundo de la teoría económica? En primer lugar, ganas de aprender, entusiasmo, y, en segundo lugar, una mente lógica, analítica e intuitiva.

 En esta ocasión es mi intención exponer, espero que de manera didáctica, los fundamentos de la teoría moderna del comercio internacional; teoría a menudo mal entendida y peor aplicada. No obstante, una buena exposición de la misma puede reducir de manera considerable esos malos entendidos y esos equívocos. Al final de cuentas, y parafraseando a Paul Samuelson, la economía es cuestión de sentido común, pero de sentido común educado en la más estricta y rigurosa lógica: “Para apreciar los encantos de la física cuántica, deben dominarse primero sofisticadas técnicas matemáticas; sin embargo, para apreciar la estructura estética del análisis económico sólo es necesario tener un cierto sentido de la lógica y una cierta capacidad para ver que las leyes empíricas y el aparato teórico tienen realmente una importancia vital  para miles de millones de seres humanos” (Samuelson 1988: 6). O sea, que actividad y teoría económica están íntimamente relacionadas.

 

DEFINICIONES E IDEAS  

Para todos nosotros resulta evidente que el dólar es la moneda de curso legal en las transacciones internacionales de bienes y servicios. Si usted importa un automóvil de los Estados Unidos debe pagarlo en dólares, tomando como referencia el tipo de cambio prevaleciente en el momento de la operación. Luego entonces, ¿qué es el tipo de cambio? Pues simple y sencillamente  “es el precio de una moneda extranjera (el dólar americano, la libra esterlina, el dólar canadiense, el yen japonés, la lira italiana, el marco alemán, la peseta española, el franco francés, o cualquier otra) en términos de la moneda nacional”. Por ejemplo,  10 pesos por un dólar americano o 14 pesos por una libra esterlina.

 Ahora bien, cabe distinguir entre dos esquemas de tipos de cambio: 1) Tipos de cambio fijos, y 2) tipos de cambio flexibles.2 Y ahora la pregunta es: ¿En qué consiste cada uno de los dos esquemas cambiarios? “En el sistema de tipos de cambio fijos, los bancos centrales tienen que suministrar la cantidad de divisas necesarias para financiar los desequilibrios de la balanza de pagos.3 En un sistema de tipos flexibles, en cambio, los bancos centrales permiten que el tipo se ajuste para igualar la oferta y la demanda de divisas” (Dornbusch et al. 1994: 173). O dicho de otra manera, bajo tipos de cambio fijos los bancos centrales intervienen comprando o vendiendo divisas. Y bajo tipos de cambio flexibles el precio de cualquier moneda extranjera se determina de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda, es decir, los bancos centrales no intervienen para nada.

 No obstante, ahora tenemos las siguientes preguntas: Bajo tipos de cambio fijos, ¿cuándo deben comprar o vender dólares (o cualquier otra moneda extranjera) los bancos centrales? Y bajo tipos de cambio flexibles, ¿cuándo aumenta o disminuye el precio del dólar (o de cualquier otra moneda extranjera)? Cuando un país importa más bienes y servicios de los que exporta, decimos que incurre en un déficit en cuenta corriente (si sucede lo contrario, decimos que incurre en un superávit). ¿Qué implica el déficit en cuenta corriente? Pues simple y sencillamente que la demanda de dólares es mayor que la oferta de dólares, y bajo un esquema de tipos de cambio fijos los bancos centrales venden dólares a los nacionales para que compren mercancías extranjeras o para que vayan de turistas a cualquier país del globo, y de esa manera los bancos centrales evitan que se incremente el tipo de cambio (o de manera equivalente, que se encarezca el dólar). En contrapartida, bajo tipos de cambio flexibles la mayor demanda de dólares provoca un incremento automático en el precio del mismo.

 El lector alerta ya habrá notado que el banco central al comprar o vender dólares (o cualquier otra moneda extranjera) evita cualquier variación (a la alza o a la baja) en el tipo de cambio. La acción interventora de los bancos centrales mantiene fijo el tipo de cambio bajo el primer esquema cambiario a que se ha hecho alusión. Esto no sucede, por supuesto, bajo un régimen de tipos de cambio flexibles.

 Por último, y antes de dar el siguiente paso, conviene anotar que cuando el banco central vende dólares recibe a cambio moneda nacional, moneda nacional que sale de la circulación. A contrario sensu, cuando el banco central compra dólares (como resultado de un superávit en cuenta corriente) otorga a los exportadores moneda nacional, moneda nacional que entra a la circulación. Es importante anotarlo, porque, bajo ciertos supuestos, la teoría cuantitativa del dinero argumenta que “todo incremento (o decremento) de la cantidad de dinero en circulación (u oferta monetaria) provoca un incremento (o decremento) proporcional sobre el nivel medio de precios (o sobre la inflación)”. Y nos será muy útil en la exposición del modelo que sigue a continuación.

 

EL MODELO DE ADAM SMITH 4

 La teoría del comercio internacional pretende dar respuesta a preguntas como las siguientes: ¿Qué es lo que explica el comercio entre las naciones? ¿Cuáles bienes se exportan y cuáles se importan por cada país comerciante? ¿A qué precios se exportan e importan los bienes que se intercambian? ¿Se benefician los países del comercio internacional?

 En una primera aproximación, el comercio entre países surge por las distintas productividades del trabajo, la tierra y el capital. Además ninguna nación, ni ningún individuo, es completamente capaz de producir todos los bienes y servicios que requiere para sobrevivir. Si los norteamericanos requieren de 8 unidades de trabajo para producir una unidad de alimento mientras que los mexicanos requerimos 10, entonces a los mexicanos nos resulta más barato (en términos de unidades de trabajo) importar el alimento de Estados Unidos que producirlo internamente; pero si, por el contrario, los mexicanos requerimos dos unidades de trabajo para producir una unidad de tela mientras que los norteamericanos requieren 4, entonces a los norteamericanos les resulta más barato (en términos de trabajo) importar la tela de México que producirla ellos mismos. O como bien lo expresa Adam Smith en la Riqueza de las Naciones: “Siempre será máxima constante de cualquier prudente padre de familia no hacer en casa lo que cuesta más caro que comprarlo. El sastre, por esta razón, no hace zapatos para sí y para su familia, sino que los compra del zapatero; éste no cose sus vestidos, sino que los encomienda al sastre; el labrador no hace en su casa ni lo uno ni lo otro, pero da trabajo a esos artesanos. Interesa a todos emplear su industria siguiendo el camino que les proporciona más ventajas, comprando con una parte del producto de la propia, o con su precio, que es lo mismo, lo que la industria de otro produce y ellos necesitan” (Smith 1776: 402-403).

 De esa manera, y siguiendo a Adam Smith, se configuraría el siguiente patrón de comercio entre Estados Unidos y México: Estados Unidos exportaría alimento a México, o equivalentemente México importaría alimento de los Estados Unidos; en cambio, México exportaría tela a Estados Unidos, o equivalentemente Estados Unidos importaría tela de México (Ver Figura 1). De esa manera, y en un primer momento, para Adam Smith los países exportan aquellos bienes en cuya producción requieren menos trabajo que otro u otros países, e importan aquellos bienes en cuya producción requieren más trabajo que otra u otras naciones.5 Así pues, de lo anterior se desprende el modelo de la ventaja absoluta del comercio internacional expuesto por Adam Smith en 1776 en la Riqueza de las Naciones: “Interesa a todos emplear su industria siguiendo el camino que les proporciona más ventajas” (Smith 1776: 403).

FIGURA 1: Patrón de comercio entre México y Estados Unidos

Tabla 1: Requerimientos de trabajo

 Requerimientos de trabajo por unidad de: 

Estados 
Unidos

México

Alimento

8

10

Tela

4 2

 En este ejemplo, una unidad de alimento requiere más unidades de trabajo en México que en los Estados Unidos (10 es mayor a 8); en cambio, una unidad de tela requiere más unidades de trabajo en Estados Unidos que en México (4 es mayor a 2). La situación anterior se expresa de la siguiente manera: “Los Estados Unidos tienen una ventaja absoluta en la producción de alimentos y México tiene una ventaja absoluta en la producción de telas”. Y a cada uno de los dos países le interesa explotar la industria en la cual tiene ventajas: A México le conviene explotar la industria textil, y a Estados Unidos el sector agropecuario. ¿Cómo hacerlo mejor? Adam Smith contestaría diciendo: “Abriéndose plenamente al libre comercio internacional”.

 Desde la perspectiva anterior, ¿resultaría rentable el comercio internacional entre Estados Unidos y México? Claro que sí. Y resultaría benéfico en un doble sentido: Primero, en ausencia de comercio entre ambos países tanto Estados Unidos como México tendrían que producir los dos bienes forzosamente pero de manera ineficiente, por tanto no habría especialización e incrementos de productividad que hace posible la misma. No obstante, si ambos países deciden abrirse al libre comercio internacional se generarían economías de escala6 en los sectores de actividad económica en los cuales cuentan con ventajas absolutas. Segundo, el libre comercio internacional amplia las posibilidades de consumo en el sentido de que tanto mexicanos como norteamericanos dispondrían de mayores cantidades de alimentos y telas para consumir, y esto como resultado, precisamente, de la especialización que tiene lugar en cada uno de los dos países.

 El segundo aspecto lo podemos plantear también desde la perspectiva siguiente: En ausencia de comercio internacional Estados Unidos y México incurrirían en costos de oportunidad, esto es, si los mexicanos desearan en un momento determinado producir y consumir más alimentos tendrían que renunciar forzosamente a algo de la producción de telas para poder hacerlo; de manera similar, si los norteamericanos desearan en algún momento producir y consumir más telas tendrían que renunciar por fuerza a algo de la producción de  alimentos para poder lograrlo. Sin embargo, el libre comercio internacional entre ambos países evitaría lo anterior: Si los mexicanos quisieran, en cualquier momento, consumir más alimentos podrían importarlos (y más baratos) de los Estados Unidos y sin tener que renunciar a nada de la producción doméstica de telas; de igual forma, si los norteamericanos quisieran consumir más telas podrían importarlas (y más baratas) de México y sin tener que renunciar a nada de su producción de alimentos. Luego entonces, y desde la perspectiva de Adam Smith, el libre comercio internacional es mutuamente benéfico para los países participantes.

 O como bien lo expresa Miltiades Chacholiades: “El lector alerta pensará en la analogía entre el comercio internacional y el progreso técnico. En la misma forma en que el progreso técnico hace posible la producción de bienes usando menos recursos, el comercio internacional permite a los países obtener bienes a un menor precio. La adquisición indirecta de bienes a través del comercio internacional es equivalente al descubrimiento de técnicas de producción más eficientes” (Chacholiades 1990: 19).

 En suma, y parafraseando a Adam Smith, el comercio internacional entre Estados Unidos y México arroja beneficios a ambos países desde el momento en que a los mexicanos les resulta más barato importar el alimento de Estados Unidos que producirlo ellos mismos; y a contrario sensu, a los norteamericanos les resulta más barato importar la tela de México que producirla por su propia cuenta. ¿Verdad que con ideas sencillas, y con algo de lógica e intuición, se pueden llegar a inferir cuestiones importantes acerca de la realidad y, por tanto, a recomendaciones de gran alcance para la política económica que, como dice Paul Samuelson, tienen realmente una importancia vital para miles y millones de seres humanos? Si Estados Unidos se cierra al libre comercio internacional, por recomendación de sus economistas, resultarían perjudicados miles y millones de productores agrícolas y miles y millones de consumidores que tendrían que consumir tela doméstica cara; de manera similar, si México decide recurrir al proteccionismo comercial resultarían perjudicados miles y millones de empresarios textiles y miles y millones de consumidores que tendrían que adquirir alimentos domésticos caros.

 Una vez dicho esto, es hora de pasar a otras cuestiones: A las cuestiones monetarias, de los tipos de cambio y a la manera en que los mecanismos del mercado (la ley de la oferta y la demanda) restablecen de manera automática los equilibrios comerciales internacionales.

  

 Precios monetarios

 El análisis anterior muestra que si cada país se especializa en aquellos bienes en cuya producción tiene ventajas absolutas, la producción mundial de todos los bienes aumentará. Sin embargo, ¿existen fuerzas económicas que puedan llevar a cabo esta división internacional del trabajo en la cual, y acorde al ejemplo que venimos exponiendo, Estados Unidos se especializa en la producción de alimentos y México en la producción de telas? Claro que las hay, y ahora debemos demostrar cómo la competencia perfecta lleva automáticamente al patrón deseable de especialización internacional. Esto se logra fácilmente convirtiendo primero los costos de trabajo en costos monetarios.

  Supongamos que los salarios monetarios en los Estados Unidos son de 10 dólares por unidad de trabajo mientras que en México son de 5 pesos. Combinando esta información con los requisitos de trabajo por unidad de alimento y tela en los Estados Unidos y México, podemos fácilmente determinar el costo de producción de los alimentos y la tela en términos monetarios:  

Tabla 2. Precios monetarios

 

Estados 
Unidos 
Dólares

México
Pesos

Alimentos
Tela

80
40

50
10

 

Con esa información, ¿podemos saber en cuál de los dos países resulta más barato producir el alimento y en cuál la tela? Definitivamente no. ¿Qué dato adicional se requiere para ello? Establecer un tipo de cambio, es decir, una paridad peso-dólar. Vamos a introducir un tipo de cambio y después veremos como las fuerzas automáticas del mercado conducen a la especialización, ya sea que se trate de tipos de cambio fijos o flexibles. Supongamos, de momento, un tipo de cambio de 2.5 dólares por 1 peso mexicano (un caso por completo extremo e irreal), ¿en dónde resulta más barato producir el alimento y en dónde la tela? Haciendo operaciones tenemos (el lector debe ser muy cuidadoso en esta parte, ya que en condiciones “normales” para convertir dólares a pesos multiplicamos y para convertir pesos a dólares dividimos. No obstante, y en este caso particular, la operaciones se invierten; o sea, para convertir dólares a pesos dividimos y para convertir pesos a dólares multiplicamos):                     

Tabla 3. Precios monetarios con un T. C. de 2.5 dólares por 1 peso

 

Estados Unidos 
Dólares          Pesos

México 
Pesos          Dólares

Alimentos

  80

32

50 

125

Telas

40 16 10 25

 Con ese tipo de cambio, y en base a los resultados presentados en el cuadro, resulta más barato producir el alimento en Estados Unidos, ya que 80 dólares menor a 125 dólares o 32 pesos menor a 50 pesos. La tela resulta más barato producirla en México, ya que 25 dólares menor a 40 dólares o 10 pesos menor a 16 pesos.

 

  Tipos de cambio flexibles
7

 Ahora supongamos que México enfrenta un déficit en su balanza comercial como resultado de un incremento en la demanda interna de bienes y servicios que presiona fuertemente a la producción doméstica, y que hace que el tipo de cambio se incremente de 2.5 a 1.25 dólares por peso, ¿dónde resulta más barato producir el alimento y en dónde la tela? Haciendo operaciones, ahora tenemos que resulta más barato producir los dos bienes en México ya que 62.5 dólares menor a 80 dólares o 50 pesos menor a 64 pesos en la producción de alimentos, y 12.5 dólares menor a 40 dólares o 10 pesos menor a 32 pesos en la producción de telas:

   Tabla 4: Precios monetarios con un T. C. de 1.25 dólares por un peso

  Estados Unidos
Dólares          Pesos
México 
Pesos          Dólares

Alimentos

80 64 50  62.5 

Telas

40 32 10 12.5

 

¿Prevalecerá de manera indefinida esa situación? Definitivamente no. En la medida en que resulta más barato producir los dos bienes en México este se convierte en exportador de alimentos y telas, en tanto que Estados Unidos se convierte en importador de ambos bienes. ¿Qué sucede como resultado de ello? ¿Cómo se logra el restablecimiento del patrón de especialización en el cual resulta más barato producir el alimento en Estados Unidos y la tela en México? Al exportar México alimentos y telas a los Estados Unidos recibe dólares, por tanto aumenta la oferta de dólares al interior de la economía mexicana y el precio del mismo tiende a bajar (o desde el punto de vista de los norteamericanos el peso se empieza a encarecer). ¿Y hasta dónde disminuye el precio del dólar (o lo que es lo mismo, hasta dónde aumenta el precio del peso)? Disminuye hasta el punto en que se logra restablecer el patrón inicial de especialización. Digamos que como resultado de esa situación, el tipo de cambio pasa de 1.25 a 2.0 dólares por un peso, haciendo operaciones tenemos lo siguiente:

 Tabla 5. Precios monetarios con un T. C. de 2 dólares por un peso

 

Estados Unidos
Dólares          Pesos

México 
Pesos          Dólares

Alimentos 80 40 50 100 
Telas 40 20 10 20
 

Como podemos observar en el cuadro, el libre juego de la oferta y la demanda en el mercado de divisas procura el restablecimiento automático del patrón de especialización en el cual resulta más barato producir el alimento en Estados Unidos y la tela en México.

 

Tipos de cambio fijos8

Con un tipo de cambio de 1.25 dólares por un peso resulta más barato producir los dos bienes en México, y ya vimos como se restablece el patrón de especialización inicial con tipos de cambio flexibles. Pero ahora, ¿cómo se restablece con tipos de cambio fijos? Hemos dicho anteriormente que bajo tipos de cambio fijos el banco central (en este caso el Banco de México) interviene comprando o vendiendo divisas (en este caso dólares) para evitar que el tipo de cambio varíe, compra-venta que depende del saldo de la balanza comercial (de si es superavitario o deficitario). Por tanto, aquí tenemos que involucrar las operaciones de cambio, es decir, de compra-venta de dólares. Dado que México se convierte en exportador de alimentos y telas tendrá un superávit en su balanza comercial, por tanto el Banco de México tendrá que comprar dólares a cambio de pesos, de esa manera aumenta la cantidad de dinero en circulación y, de acuerdo a la teoría cuantitativa del dinero,9 aumentarán los precios y los salarios monetarios (en Estados unidos ocurre exactamente lo contrario). Supongamos que en México los salarios monetarios aumentan de 5 a 8 pesos por unidad de trabajo, y que en Estados Unidos disminuyen de 10 a 7 dólares, ¿se ha restablecido el patrón de especialización inicial? Claro que sí, haciendo operaciones teniendo en cuenta los datos del primer cuadro tenemos:

Tabla 6. Precios monetarios con un T. C. de 1.25 dólares por 1 peso
  Estados Unidos
Dólares          Pesos
México
Pesos          Dólares

Alimentos

56

44.8 80 100

Telas

22.4 16 20

 Observando el cuadro rápidamente tenemos que efectivamente se ha restablecido el patrón de especialización en el cual resulta más barato producir el alimento en Estados Unidos y la tela en México. El lector habrá notado que el tipo de cambio ha permanecido fijo gracias a que el banco central absorbió el exceso de oferta de dólares, y que el proceso de ajuste hacia el equilibrio inicial se ha realizado a través de variaciones salariales en ambos países.

 El lector interesado puede ensayar con diferentes tipos de cambio y con diferentes salarios para ambos países. En este ejemplo, si el tipo de cambio se ubica por debajo de 1.6 dólares por un peso resultará más barato producir los dos bienes en México, pero si se ubica por encima de los 4 dólares por un peso resultará más barato producir alimento y tela en los Estados Unidos. Inténtelo, siguiendo la lógica y la intuición, y suerte!

 

CONCLUSIONES

 Los resultados del modelo de la ventaja absoluta de Adam Smith son interesantes, pues fundamentan hasta nuestros días las teorías liberales modernas que proclaman la libertad de comercio interior e internacional como requisito necesario y suficiente del progreso material de los pueblos. La apertura comercial en México y en otros países del resto del mundo, encuentra sustento en las teorías de Adam Smith que muestran los beneficios potenciales del libre comercio internacional: Economías de escala y ampliación de las posibilidades de consumo. Por tanto, la globalización misma encuentra también sus fundamentos en los primeros defensores del librecambio.

 Adam Smith es muy exigente al establecer como base del comercio internacional la existencia de ventajas absolutas, pero David Ricardo vendría a demostrar más tarde que tan sólo se requieren ventajas comparativas. ¿Verdad que con ideas sencillas se pueden llegar a resultados interesantes y a recomendaciones poderosas para la política económica? La sencillez es la base de la complejidad y de la elaboración de modelos más elaborados. Pero sino somos capaces de entender lo simple, mucho menos entenderemos lo complejo.


  GLOSARIO:

 Costo medio (o costo total medio). Cociente entre el costo total y la producción total, o también igual al costo fijo medio más el costo variable medio.

Costo de oportunidad. El costo de oportunidad de un bien o un servicio es la cantidad de otros bienes y servicios a la que se debe renunciar para obtenerlo. Cabe señalar que la economía incurre en costos de oportunidad cuando está operando al pleno empleo.

Demanda (cantidad de). Cantidad deseada y comprada de un bien o un servicio por parte de los consumidores.

Economías de escala (o rendimientos crecientes de escala). Existen cuando el costo medio a largo plazo de una empresa disminuye al aumentar la producción.

Exportaciones. Ventas a extranjeros de bienes y servicios producidos en el país.

Importaciones. Bienes y servicios comprados por los residentes nacionales a los extranjeros.

Mercado. Un mercado es un conjunto de mecanismos mediante los cuales los compradores y los vendedores de un bien o servicio están en contacto para comerciarlo.

Nivel medio de precios. Media ponderada de los precios de los diferentes bienes y servicios de la economía, en la que los precios más importantes reciben unos pesos mayores: normalmente se mide mediante un índice de precios.

Oferta (cantidad de). Cantidad producida y vendida de un bien o un servicio por parte de los productores.

Sistema de tipos de cambio. Conjunto de normas que describen el papel que desempeñará el banco central en el mercado de divisas. En un extremo, los tipos de cambio fijos se mantienen constantes por medio de la intervención del banco central. En el otro, el sistema de tipos de cambio libremente flexibles se determinan en los mercados de divisas sin intervención del banco central. En el sistema de fluctuación dirigida, en vigor desde 1973, los bancos centrales intervienen para influir en el tipo de cambio pero no intentan mantenerlo totalmente constante. Entonces se distinguen, en términos estrictos, tres tres sistemas de tipos de cambio: Fijos, flexibles y de flotación dirigida.

Teoría cuantitativa del dinero. Establece que las variaciones del nivel de precios dependen fundamentalmente de las variaciones de la cantidad nominal de dinero en circulación, siempre y cuando la velocidad de circulación sea constante y la economía opere al pleno empleo.

Teoría del valor-trabajo. Idea, sostenida por Adam Smith, David Ricardo, Carlos Marx y algunos otros economistas, según la cual el valor de los bienes se deriva enteramente de la cantidad de trabajo necesaria para realizarlos.

Tipo de cambio. Precio en moneda nacional de una unidad de moneda extranjera, expresado normalmente como el número de unidades de moneda nacional por unidad de moneda extranjera.

Velocidad de circulación del dinero. Número de veces al año que la oferta nominal de dinero rota en la financiación del gasto o la renta agregados, medida como el cociente entre el PIB nominal y la cantidad nominal de dinero.

 


 

BIBLIOGRAFÍA

Chacholiades, Miltiades (1990). “Economía Internacional”, Editorial McGraw-Hill, México, 1990. 677 pp.

Dornbusch, Rudiger y Stanley Fischer (1994). “Macroeconomía”, Editorial McGraw-Hill, Sexta Edición, México, 1994. 785 pp.

Galbraith, John K. (1989). "Historia de la Economía”, Editorial Ariel, Primera Reimpresión, México, 1989. 331 pp.

Krugman, Paul y Maurice Obstfeld (1995). “Economía Internacional. Teoría y Política”, Editorial McGraw-Hill, Tercera Edición, México, 1995. 962 pp.

Samuelson, Paul y William Nordhaus (1988). “Economía”, Editorial McGraw-Hill, Duodécima Edición, México, 1988. 1156 pp.

Smith, Adam (1776). “Investigación Sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones”, Editorial Fondo de Cultura Económica, Octava Reimpresión, México, 1994. 917 pp.



* Profesor-investigador adscrito al Centro de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Tecnológica de la Mixteca (UTM) .

1 Un modelo “es una representación simplificada de la realidad”. Y un modelo económico se puede enunciar de manera verbal, matemática y geométricamente.

 

2 Los tipos de cambio flexibles también son conocidos como tipos de cambio “flotantes”.

 

3 La balanza de pagos se define como “el instrumento contable en el que se registran las transacciones comerciales y financieras entre los agentes económicos domésticos y los agentes económicos extranjeros”. Se compone de dos grandes balanzas: la balanza en cuenta corriente y la balanza en cuenta de capital. La balanza en cuenta corriente, a su vez, comprende la balanza comercial, la balanza de servicios factoriales, la balanza de servicios no factoriales y las transferencias unilaterales. En tanto que la cuenta de capital registra los préstamos que recibe y que otorga el país al resto del mundo. Cuando un país tiene déficit en cuenta corriente debe tener un superávit de la misma magnitud en la cuenta de capital, es decir, debe tomar préstamos del resto del mundo.

 

4 Dice Gabriel Franco en su estudio preliminar a La Riqueza de las Naciones de Adam Smith, lo siguiente: “Mucho se ha discutido la originalidad de Adam Smith. Para unos, es el fundador de la Economía Política. Para otros, un profundo conocedor de la literatura económica de su época, que supo ordenar y perfeccionar la obra de sus antecesores, presentándola en una forma sumamente atrayente. Atribuirle la paternidad de la ciencia económica es un poco arriesgado, aunque excusable, debido al entusiasmo de sus admiradores y prosélitos. Hubo quien llegó a decir que “ningún libro después del Nuevo Testamento estaba destinado a producir efectos más beneficiosos, a medida que fuera mejor conocido. Palabras desorbitadas, sólo comparables a las del viejo Marqués de Mirabeau, cuando refiriéndose al Cuadro Económico del Dr. Quesnay decía que era el invento más maravilloso y útil a la Humanidad, con la escritura y la moneda. Lo cierto es que, antes de publicar su libro el famoso escocés, ya habían aparecido varios estudios importantes sobre esa materia”. No obstante, y a pesar de todo, con la Riqueza de las Naciones de Adam Smith la economía surge de manera formal como ciencia, como disciplina académica digna de reconocimiento.

 

5 El modelo de Smith que estamos exponiendo se fundamenta en los supuestos de la teoría del valor-trabajo, y para esta teoría el trabajo es el único factor de producción y además supone que es homogéneo. Adicionalmente asume que toda ocupación debe estar abierta a todos y que la competencia perfecta rige en todas partes. No obstante la enorme simplificación de la realidad, el modelo de Smith tiene cierto poder de interpretación y de pronóstico acerca de la realidad. Los intentos del neoliberalismo se basan, de hecho, en las aportaciones a la economía realizada por Adam Smith.. Y la apertura actual de muchos países al comercio internacional encuentra, de una u otra manera, sus fundamentos en las aportaciones al pensamiento económico por parte de este  gran economistas escocés. De acuerdo a la teoría del valor-trabajo, los bienes se intercambian entre sí de acuerdo con las cantidades relativas de trabajo que ellos involucran. En nuestro ejemplo, por tanto, en los Estados Unidos una unidad de alimento debe intercambiarse por dos unidades de tela, o equivalentemente una unidad de tela debe intercambiarse por media unidad de alimento; en México, una unidad de alimento debe intercambiarse por cinco unidades de tela, o equivalentemente una unidad de tela debe intercambiarse por la quinta parte de una unidad de alimento.

 

6 La especialización, además de las indivisibilidades en la producción y las economías técnicas, dan lugar a economías de escala (o rendimientos crecientes de escala) que se definen como “la disminución del costo medio a largo plazo de la empresa conforme aumenta el nivel de producción”. ¿A quién beneficia esa disminución de costos de producción? Beneficia tanto a los productores como a los consumidores nacionales. Desde el momento en que los beneficios (o las ganancias) de la empresa son iguales a los ingresos totales por ventas menos los costos totales de producción hay dos maneras de incrementarlos: primero, maximizando ingresos totales por ventas y, segundo, minimizando costos totales de producción. De esa manera, el libre comercio internacional al permitir la especialización ayuda a generar economías de escala y, por tanto, redunda en un incremento de los beneficios (o de las ganancias) de las empresas nacionales que producen más eficientemente que sus similares extranjeras; y si partimos del hecho de que los precios se determinan por los costos de producción más un margen de beneficios que establecen las empresas, luego entonces la especialización a que da lugar el libre comercio internacional redunda también en beneficio de los consumidores nacionales vía disminuciones de precios.

 

7 Los tipos de cambio flexibles (o flotantes) son apoyados por los monetaristas. Milton Friedman, el principal exponente del neoliberalismo (conformado por tres grandes vertientes teóricas: Monetarismo, nueva macroeconomía clásica y economía de la oferta) en los Estados Unidos, se ha declarado siempre a favor de los tipos de cambio flexibles, lo cual es congruente con el supuesto de precios y salarios flexibles que suponen la mayoría de los modelos económicos de inspiración neoclásica.

 

8 Los tipos de cambio fijos son congruentes con los modelos económicos de inspiración keynesiana (en honor al economista inglés John Maynard Keynes), los cuales suponen precios y salarios rígidos (o fijos o constantes).

 

9 La teoría cuantitativa del dinero data de 1526 con Nicolás Copérnico. En un opúsculo en latín titulado Monete cudende ratio, Copérnico argumenta que “la moneda pierde su valor especialmente cuando se la multiplica en exceso”. Copérnico cae en la cuenta de que el valor de la moneda está en razón inversa de su cantidad. Si aumenta la cantidad de metales preciosos en circulación, disminuye el valor de la moneda, es decir, aumentan los precios de manera proporcional. Sin embargo, todavía no descubre Copérnico la influencia de otros factores como el de la velocidad de circulación del dinero y el del número de las transacciones; aspectos que la teoría cuantitativa moderna del dinero si toma en cuenta.

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