"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360
(Versión Octubre 2001
José
Antonio Ortega Osona
Universidad Autónoma de Madrid
joseantonio.ortega@uam.es
LA
DEMOGRAFÍA
Para citar
este artículo en cualquier documento puede utilizar el siguiente formato: --------- Ortega Osona, José Antonio (2001): "Revisión de conceptos demográficos" en Contribuciones a la economía de La Economía de Mercado, virtudes e inconvenientes http://www.eumed.net/cursecon/colaboraciones/index.htm consultado el (poner fecha de consulta). |
La demografía es una de las ciencias sociales. Estudia los
acontecimientos que ocurren a los miembros de una población a lo largo de su
vida. Este estudio tiene dos dimensiones: la medición (¿Cuántos hay?, ¿Cuántos
nacen?, ¿Cuántos trabajan?, ¿Quiénes mueren?), y la explicación (¿por qué
se tienen más hijos en Marruecos que en España? ¿por qué recibimos
emigrantes? ¿por qué hoy mucha más gente llega a vivir 80 años?).
PALABRAS
CLAVE
Las siguientes
palabras clave pueden servirle para recordar los conceptos básicos de
demografía. Intente recordar de qué se trata en cada caso. Si no
recuerda algún término o los desconoce, la lectura del resto del
documento puede contribuir a aclarárselos. Las palabras clave aparecen
subrayadas.
|
La definición anterior es muy amplia e incluye una difusa línea de
separación con otras ciencias. A menudo en la búsqueda de explicaciones la
demografía utiliza la economía, la historia, la biología. Por otro lado las
herramientas de medición de los demógrafos y sus análisis son también
aplicados al resto de ciencias que estudian al hombre: la estructura por edades
afecta al consumo y al resto de magnitudes económicas, a la política, a las
costumbres. En general el trabajo de los demógrafos se limita dentro de la
definición anterior en dos sentidos: se presta especial importancia a los
agregados, a lo macro frente a lo micro; existe un núcleo central de temas que
hacen referencia a la dinámica de la población: la fecundidad interesa más
que el desempleo porque la primera determina directamente cómo cambia la
población. Eso no quiere decir que no se pueda hacer un estudio demográfico
del desempleo, ni que el desempleo no pueda ser uno de los factores explicativos
de la fecundidad. A este núcleo central dentro de la demografía de medición
de la dinámica de las poblaciones se le suele denominar Análisis Demográfico.
TAMAÑO DE LA POBLACIÓN
Cómo
cambia el tamaño de la población objeto de estudio es, por tanto, tema central
de la demografía. El estudio de la dinámica de una población tiene mucho de
contabilidad: si partimos de una población inicial para saber cual es la
población final tenemos que seguir las entradas y las salidas de la población.
A una población se puede entrar de dos formas: al nacimiento o por inmigración.
De una población se puede salir de dos formas: por muerte o por emigración. De
aquí se tiene la igualdad demográfica básica o Ecuación Fundamental de la
Población que podemos escribir de diversas maneras:
Población
Final = Población Inicial + Nacimientos
- Defunciones + Inmigración
-
Emigración
Población
Final = Población Inicial + Crecimiento Natural ó Vegetativo + Migración Neta
Crecimiento
de la Población = Nacimientos
-
Defunciones + Migración Neta
De este modo, llamando
P(t) a la población a principio del año t, N(t) a los nacimientos registrados
en ese año, D(t) a las defunciones, y por último E(t) e I(t) a las migraciones
tenemos que en un año:
P(t+1)
-
P(t) =
DP(t)
= N(t)
-
D(t) + I(t)
-
E(t)
Naturalmente cuantos más
habitantes tiene una población mayor será el número de nacimientos,
defunciones y demás. Para hacernos una idea de lo grande que es la natalidad,
la mortalidad o las migraciones tenemos que poner en relación los
acontecimientos vitales con el total de población. Se definen así las tasas
brutas de natalidad, mortalidad, inmigración y emigración dividiendo el número
de sucesos por la población media del período, PM(t), que se suele
calcular cómo ½[P(t+1)+P(t)]. Así tenemos, por ejemplo:
TBN(t)
= b(t) = N(t)/PM(t); TBM(t) = d(t) = D(t) / PM(t); TBI(t)
= I(t) / PM(t)
Todas estos
indicadores son proporciones. En la práctica suelen multiplicarse por mil para
expresarse así en tantos por mil.
La tasa de
crecimiento natural ó vegetativo queda entonces definido por la diferencia
entre la tasa bruta de natalidad y de mortalidad:
r(t)
= b(t)
-
d(t)
Esta tasa suele habitualmente expresarse en tantos por ciento en vez de en
tantos por mil (es decir, suele multiplicarse por cien).
También se define la tasa bruta de migración neta como
la diferencia entre las tasas de inmigración y emigración:
TBMN(t)
= TBI(t) – TBE(t)
De modo similar
podemos definir la tasa bruta de nupcialidad.
Volviendo a la ecuación
de crecimiento nos damos cuenta de que podemos ahora caracterizar el crecimiento
de la población sumando la tasa de crecimiento natural y la tasa bruta de
migración neta. De este modo se obtiene la tasa de crecimiento de la población.
ESTRUCTURA POR EDADES
Hasta
aquí hemos contemplado a la población en su conjunto. A menudo nos interesa
clasificar la población en subgrupos más homogéneos: estudiamos la estructura
de la población. La clasificación por edades y sexos es la más utilizada
puesto que gran parte del comportamiento demográfico está condicionada por
estas dos dimensiones. La representación gráfica en la que clasificamos la
población de acuerdo a la edad y el sexo recibe el nombre de pirámide de
población, pues para muchas poblaciones (aquellas que crecen o que tienen
alta mortalidad) el aspecto del gráfico se asemeja al de una pirámide: hay
menos personas según aumenta la edad.
La
forma de la pirámide de la población es importante, pues nos indica lo joven o
anciana que es esta población. Si la base es muy ancha, esto quiere decir que
hay muchos jovenes. Esto tendrá implicaciones importantes para la educación o
la estructura familiar, por ejemplo. Si la cúspide es muy ancha, tenemos una
población madura o vieja. Esto tiene a su vez efectos sobre el gasto en salud o
pensiones por ejemplo.
La
pirámide de población también nos informa sobre el pasado. Las personas de
una edad determinada son personas que nacieron en un mismo período, es decir:
cada franja de la pirámide de población representa a una generación o
cohorte. El número de nacidos inicialmente representaría el tamaño de
la cohorte. Según pasan los años van falleciendo miembros de la cohorte de
modo que si seguimos a una generación en una secuencia de pirámides de población,
vamos viendo como su tamaño va disminuyendo. Esto ocurriría en ausencia de
migraciones. Como las migraciones suelen afectar más a los jóvenes, la
existencia de fuertes migraciones modifica la forma de la pirámide de población.
Esto es particularmente evidente cuando la población que analizamos es
relativamente reducida, por ejemplo, una ciudad o un pueblo.
ANÁLISIS DE COHORTE
Hemos
visto que una cohorte de nacimiento, entendiendo como tal un conjunto de
personas nacidas en un período determinado, puede ser seguido a lo largo de su
vida. Si seguimos a todas estas personas a lo largo de su vida hasta que todos
han muerto puedo resumir cuál ha sido el comportamiento demográfico de la
cohorte. A este tipo de análisis se le llama análisis longitudinal o de
cohorte.
Para resumir como de intensa ha sido la mortalidad de la cohorte
estudiamos lo longevos que han sido sus miembros. En particular, es posible
calcular cuántos años han vivido de media. Para ello no tendré más que sumar
las edades exactas al fallecimiento de todos ellos y dividir por el tamaño de
la cohorte. A esta cantidad se le denomina esperanza de vida de la cohorte.
Para
resumir como se ha reproducido la cohorte ponemos en relación el número de
hijos que han tenido con el tamaño de la cohorte. Es práctica habitual
centrarse únicamente en la población de mujeres. El número de hijas dividido
entre el número de mujeres inicialmente en la cohorte es la razón de
reproducción neta o tasa de reproducción neta (NRR, Net
Reproduction Ratio en inglés). Un
número mayor que uno indica que la generación ha contribuido al aumento de la
población.
La
razón de reproducción neta no es estrictamente una medida de la fecundidad. Para tener hijas es
necesario que las mujeres hayan sobrevivido hasta el momento del nacimiento, y
no todas las mujeres de la cohorte lo consiguen. La mortalidad, por lo tanto,
también influye sobre la NRR. Es posible, sin embargo, eliminar el efecto de la
mortalidad y estimar cuántos hijos de media habría terminado teniendo cada
mujer de la cohorte en ausencia de mortalidad. Para ello calculamos las tasas de
fecundidad de la cohorte a cada edad, poniendo en relación el número de hijos
con las mujeres supervivientes. A la suma de estas tasas se le denomina descendencia
final.
La
utilidad del análisis longitudinal no se restringe al puro análisis demográfico.
En particular el análisis longitudinal es muy aplicable a la economía: podemos
observar a qué edad los distintos miembros de una cohorte dejan de estudiar,
comienzan a trabajar, se compran un piso o cualquier otra dimensión que nos
interese.
DINÁMICA DEMOGRÁFICA
El
análisis longitudinal o de cohortes es muy útil para describir generaciones.
No lo es tanto para describir la evolución de la población. Como hemos visto
una población en un instante está compuesta por distintas generaciones
observadas cada una de ellas en una edad diferente. El número de nacimientos,
el número de defunciones será finalmente el resultado de una combinación de
circunstancias: el comportamiento y características de cada una de las cohortes
por un lado, y la estructura por edades de la población por otro, que determina
el peso relativo de las distintas generaciones en el total. El análisis de la
población en un momento dado recibe el nombre de análisis transversal o de
período o del momento.
Si queremos predecir como va a cambiar una población en un momento dado, la
información que nos da la estructura por edades es importante: no todo el mundo
tiene el mismo riesgo de morir. Es mucho más probable morir para un anciano que
para un joven. Tampoco todas las personas pueden tener hijos. Sólo las mujeres
en edad fértil pueden dar a luz un hijo. Por este motivo para comprender la dinámica
demográfica no basta con conocer las tasas brutas: una tasa bruta de mortalidad
baja puede ser debida a que los riesgos de morir sean muy bajos o a que la
población sea muy joven. Por este motivo construimos las tasas especificas
de mortalidad por edades. Estas se construyen dividiendo las personas
muertas a una determinada edad en un año por la población media de esa edad:
mx(t) = Dx(t) / PMx(t),
donde x indica la edad. En la práctica estas tasas se calculan de forma
separada para hombres y mujeres puesto que las tasas son distintas para los dos
sexos.
A
partir de las tasas específicas de mortalidad por edades es posible construir
una tabla de mortalidad de período. Esta consiste en un ejercicio de
imaginación que se conoce como análisis de cohorte sintética o ficticia:
seguimos a una cohorte supuesta de tamaño arbitrario, por ejemplo, 10000
individuos, y calculamos cuántos morirían a cada edad de esa cohorte si sus
tasas de mortalidad son las tasas específicas del momento. Al número de
muertes a cada edad de esa cohorte ficticia le denominamos dx.
Al número de supervivientes de esos 10000 mil que llegarían a cumplir x años
se le llama lx. Ambas son
funciones de x que nos sirven para caracterizar la mortalidad en un instante
dado. Es también posible calcular la esperanza de vida al nacimiento de
la cohorte ficticia, e0(t):
cuántos años vivirían de media unos individuos que experimentaran a lo largo
de su vida las tasas de mortalidad por edades del momento actual. Esta es la
medida pura de mortalidad de uso más común. Es importante señalar que es una
medida de período: no responde a la experiencia de una cohorte real. Es errónea
su interpretación, muy común por otra parte, como el número esperado de años
que vivirá un recién nacido de ese año. Esta última cantidad depende de la
mortalidad futura, y se corresponde con la esperanza de vida de la cohorte de
nacidos en ese año. Sin embargo, esta sólo podrá ser conocida con certeza
cuando todos los miembros de esa cohorte hayan fallecido, a posteriori.
El
artificio de la cohorte sintética se utiliza también para calcular indicadores
de fecundidad puros. Para ello calculamos las tasas especificas de fecundidad
por edades, fx(t) = Nx(t)
/ PMx(t), donde Nx(t) es el número de
nacimientos en el período cuyas madres tenían edad x, y PMx(t)
es la población media de mujeres de edad x. Puede interpretarse como la
proporción de mujeres de esa edad que tienen hijos en ese año. Sumando las
tasas específicas de fecundidad por edades obtenemos el equivalente en análisis
de período a la descendencia media: el Índice Sintético de Fecundidad
o Tasa de Fecundidad Total (ISF ó TFR de sus iniciales en inglés, Total
Fertility Rate). Se trata del
indicador de fecundidad de período más utilizado, y se expresa en hijos por
mujer. Representa el número medio de hijos que acabaría teniendo una mujer de
la cohorte sintética (de ahí lo de índice sintético) que sobreviviera las edades fértiles y tuviera hijos de
acuerdo a las tasas especificas de fecundidad por edades del momento actual.
Finalmente
es también posible combinar fecundidad y mortalidad y estudiar la reproducción
en la cohorte sintética, es decir: la razón de reproducción neta de período.
Para ello no tendríamos más que aplicar simultáneamente las tasas de
mortalidad y de fecundidad a la cohorte sintética de mujeres y dividir el número
de hijas que tuvieran por el número inicial de mujeres. Esta medida me puede
dar una idea de las implicaciones a largo plazo de las tasas de mortalidad y
fecundidad del momento. Un valor de 2 indicaría que si se mantienen las tasas
actuales la población tendería a duplicarse cada generación. Un valor de 1
indicaría que la población tendería a perpetuarse en un tamaño concreto. Por
eso decimos que 1 es el nivel de reemplazo de la Razón de Reproducción
Neta. A menudo también se habla del nivel de reemplazo del Índice Sintético
de Fecundidad, es decir, cuántos hijos tendrían que tenerse por mujer en
la cohorte sintética para que la NRR fuera igual a 1. Esta
cantidad depende del nivel de mortalidad, pero suele estar en torno a 2,1 que
suele indicarse como la fecundidad de reemplazo. Como vemos el análisis
demográfico de período lleva de forma natural a preguntarse sobre las
implicaciones a largo plazo de unas tasas concretas de mortalidad y fecundidad.
Esto se corresponde con la idea de las poblaciones estables.
POBLACIONES ESTABLES
Uno
de los núcleos centrales del análisis demográfico es el estudio de qué
ocurre cuando se mantienen fijas a lo largo del tiempo la fecundidad,
representada por las tasas de fecundidad por edades, fx,
y la mortalidad, representada por las tasas de mortalidad por edades mx, o más comúnmente por la función de supervivientes
de la tabla de mortalidad, lx(es
posible pasar de una a otra). A una población que cumple estas condiciones a lo
largo del tiempo se le denomina Población Estable. La teoría de las
poblaciones estables fue desarrollada por Alfred Lotka
en la primera mitad del siglo XX.
La
respuesta a qué ocurrirá si las tasas no cambian es que, a largo plazo, la
población tenderá a crecer a una tasa de crecimiento constante, la tasa de
crecimiento intrínseca de esa población, r.
Además, la estructura por edades, independientemente de cuál fuera la
estructura por edades inicial de la población, tenderá a acercarse a una
estructura fija. Es la llamada estructura por edades de la población estable.
Una vez que una población alcanza su estructura estable, ésta no cambiará a
lo largo del tiempo, es decir: la población podrá crecer al ritmo indicado por
r, pero la proporción de personas de una edad concreta en la
población no cambiará.
La
tasa de crecimiento intrínseca está relacionada con la razón de reproducción
neta. Una primera aproximación de esta se obtiene como r
@
log(NRR) /
m dondem
es la edad media a la maternidad.
Por otro lado es también común relacionar r
con el Índice Sintético de Fecundidad. El Índice Sintético de Fecundidad es
aproximadamente igual a ISF @
lm×NRR
donde lm
representa
la proporción de mujeres que sobreviven hasta la edad media al tener hijos. A
su vez esta proporción guarda en la práctica una relación aproximada con la
esperanza de vida al nacer, eo.
En definitiva, podemos escribir r como
una función aproximada del Índice Sintético de Fecundidad, ISF, la esperanza de vida, e0,
y la edad media a la maternidad,
m.
Esta aproximación suele utilizarse bastante en la práctica.
REFERENCIAS
Cualquier texto de
demografía cubre los aspectos aquí tratados. Podemos recomendar los
siguientes:
LIVI-BACCI, Massimo
(1993): Introducción a la Demografía,
Ariel.
TAPINOS,
Georges (1988): Elementos de Demografía,
Espasa Calpe.
VINUESA,
Julio (Ed.) (1994): Demografía. Análisis
y Proyecciones. Síntesis.
PRESTON,
Samuel; Patrick HEUVELINE y Michel GUILLOT (2001): Demography : Measuring and Modeling Population Processes,
Blackwell.
CASELLI,
Graziella; Jacques VALLIN y Guillaume WUNSCH (2001): Démographie:
Analyse et Synthèse. I. La Dynamique des Populations, Éditions de l’Institut
National d’ Études Démographiques.
CHALLIER,
Marie-Christine y MICHEL, Philippe (1996): Analyse
Dynamique des Populations: Les Approches Démographiques et économiques,
Caps. 1 al 3.