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La demanda de trabajo en el contexto del desarrollo

Este texto forma parte del artículo
Isaza Castro, JG y Meza Carvajalino, CA (2004) "Cambios estructurales de la demanda de trabajo en Colombia" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, número 36.

 

El valor de la elasticidad empleo-producto reviste gran importancia, por sus implicaciones para la teoría y la política económica. Desde un punto de vista teórico, el valor del coeficiente de elasticidad empleo-producto está íntimamente relacionado con la ocurrencia del “efecto difusión” o “trickle-down” del crecimiento económico sobre el desarrollo social. Según la teoría neoclásica, el crecimiento económico genera en forma automática efectos positivos en toda la población, dado que éste se encuentra acompañado de mayor generación de empleos. No obstante, si el valor del coeficiente de elasticidad empleo-producto es demasiado pequeño, es factible que el crecimiento económico no se traduzca necesariamente en mayores empleos. Incluso, un valor de a1 cercano a cero supondría la coexistencia de crecimiento económico positivo con una generación nula de nuevos puestos de trabajo. Dicho fenómeno se conoce en la literatura anglosajona como “jobless growth” –que significa “crecimiento sin empleos” o crecimiento de baja calidad (véase, por ejemplo, Gore, 2000; Horton et al 1994 y Van der Hoeven, 2000).

 

De otro lado, algunos autores como Rodrik (1997: 11-27) señalan que los mayores niveles de apertura comercial conllevan cambios importantes en los mercados de trabajo a través de dos vías principales. Primero, el comercio internacional afecta las demandas relativas de trabajo calificado y no calificado. Para el caso de los países industrializados, esto significa una menor demanda de sus trabajadores menos calificados debido a que el grueso de las importaciones provenientes de países menos desarrollados está representado por productos intensivos en mano de obra no calificada. Estas importaciones entran a competir con la producción local que emplea a los trabajadores no calificados, lo cual reduce su demanda. Segundo, dado que los países menos desarrollados ofrecen una mano de obra no calificada más barata, algunos de los procesos productivos que se llevan a cabo en países más desarrollados se desplazan hacia los primeros. Esto lleva a que los trabajadores no calificados en países desarrollados se vuelven más fácilmente sustituibles, lo cual altera la elasticidad empleo-salario de su demanda de trabajo. La suma de los dos efectos hace que el trabajo menos calificado deteriore en términos relativos su posición frente a los trabajadores más calificados. La ampliación de la brecha de ingresos de estos dos grupos de trabajadores, que se ha observado en los países desarrollados durante las últimas décadas, puede explicarse como un resultado de los dos efectos descritos (Rodrik, 1997: 12-16).

 

Maloney y Fanjzylver (2002) distinguen tres canales a través de los cuales el comercio internacional puede afectar la elasticidad precio de la demanda de trabajo de las empresas: (i) sustitución de factores; (ii) elasticidades de la demanda de los productos; y (iii) el grado de colusión en la industria.

 

A partir de las leyes marshallianas de la demanda de trabajo, es posible señalar que el mayor comercio internacional (inducido por reformas para la liberalización del comercio), puede aumentar las posibilidades de sustitución entre factores. La reducción de los aranceles para la importación de maquinaria y equipo podría hacer más accesible para los empresarios nacionales adquirir la tecnología necesaria para implementar procesos productivos más intensivos en tecnología y menos en trabajo. Ahora bien, la introducción de nuevas tecnologías puede conllevar a contratar más trabajo calificado y, así, aumentar su demanda.

 

De otro lado, la liberalización comercial también contribuye a aumentar la oferta de importaciones que compiten con la producción nacional. En la medida que un producto cuenta con más sustitutos, su elasticidad precio se vuelve más elástica. Con la mayor afluencia de importaciones, la producción nacional enfrenta más sustitutos y la elasticidad precio de la demanda de los productos nacionales aumenta en términos absolutos. Al aumentar la elasticidad precio de la producción nacional, la elasticidad empleo-salario también aumenta, tal como lo predicen las leyes marshallianas de la demanda de trabajo.  

 

Por último, se supone que los mayores niveles de competencia inducidos por la liberalización del comercio pueden llevar a reducir la colusión entre empresas. Para Maloney y Franjzylver (2002: 5), existe alguna evidencia empírica a favor de la hipótesis según la cual mercados más competitivos están asociados con mayores elasticidades empleo-salario de demanda de trabajadores.