En la actividad económica es fácil observar la existencia de períodos en los que los negocios marchan a satisfacción de todos y se ofrecen empleos nuevos, contrapuestos a otros períodos en los que muchas empresas sufren pérdidas y se ven obligadas a cerrar o a reducir su plantilla.
La gráfica muestra la evolución de la tasa de crecimiento económico a lo largo del tiempo en un país imaginario. |
Si utilizásemos como indicador la tasa de crecimiento del producto nacional, por ejemplo, podríamos observar períodos de algunos años en los que esa tasa es positiva y superior, digamos, al 3% seguidos por otros períodos en los que la tasa de crecimiento es más baja e incluso llega a ser negativa. Se suele distinguir en cada ciclo cuatro fases, expansión, cima, recesión y fondo. En el argot económico hay un gran número de términos para describir de forma matizada la fase del ciclo en la que se encuentre la situación económica. Así, por ejemplo, si la expansión es muy fuerte, se habla de un "boom", si se sospecha que se está llegando a una cima se dirá que "estamos tocando techo". Los momentos pobres de la economía parecen querer compensarse con una gran riqueza terminológica; así, la palabra recesión suele reservarse para los descensos de la tasa de crecimiento no muy prolongados, estableciendo la diferencia con una depresión, entendida como un período más largo. Los políticos en el poder, tan aficionados a los eufemismos, han acuñado la expresión "aterrizaje suave" para referirse a lo que ellos querrían que fuera breve e imperceptible. Cuando en vez del crecimiento del PNB se consideran los índices bursátiles, una variable que suele presentar bruscos movimientos cíclicos, se utilizarán términos onomatopéyicos tales como "crac" o "crash".
Si un individuo pudiera predecir con precisión las fases del ciclo económico se haría rico con gran facilidad. Quizá por ello un gran número de economistas han dedicado considerables esfuerzos a su estudio. El más prestigioso de todos ellos fue J.A. Schumpeter (1883-1950) que recopiló la labor de todos sus predecesores. Schumpeter clasificó los ciclos según su duración en tres tipos, largo, medio y corto, a los que dio los nombres de los economistas que más se habían distinguido en su estudio: Kondratieff para los ciclos de 40-50 años, Juglar para los ciclos de 5-10 años y Kitchin para los de duración inferior.
Hay muchas razones que pueden explicar la existencia de ciclos. Hay razones externas e internas al sistema económico. Entre las razones externas describiremos las del ciclo político y las del ciclo tecnológico. Entre las razones internas el más conocido es el modelo del acelerador.
La teoría del ciclo político argumenta que la periodicidad de las elecciones en los sistemas democráticos unida al poder de los gobiernos para estimular la economía, provocan ciclos económicos de duración ajustada a la de los períodos legislativos. Antes de las elecciones, el gobierno aprobará medidas expansivas, que promuevan la inversión y la creación de empleos para que en el momento de acudir a las urnas, la mayoría de los votantes esté satisfecho y apoye al partido en el poder. Esa expansión artificial provocará un exceso de demanda y tensiones inflacionistas que deberán ser corregidos mediante medidas impopulares que serán adoptadas poco después de las elecciones, cuando pueda dejarse pasar mucho tiempo antes de someterse de nuevo a la aprobación popular.
La teoría del ciclo tecnológico explica la existencia de los ciclos largos de Kondratieff por existir momentos en los que la conjunción de algunos descubrimientos científicos clave permite la aparición de un grupo de nuevas tecnologías, lo que estimula fuertemente la inversión, la demanda y el empleo. Mientras los nuevos productos se hacen accesibles a un número cada vez mayor de personas en más países el ciclo continuará en su fase expansiva. Cuando los mercados estén saturados se detendrá la inversión, cerrarán empresas y se producirá la recesión a la espera de una nueva ola tecnológica. Los avances en los transportes suelen ser mostrados como claves en varios ciclos históricos: los ferrocarriles a mediados del siglo pasado, los automóviles a principios de este siglo y los aviones tras la Segunda Guerra Mundial. Muchos analistas consideran que estamos en la fase ascendente de un nuevo ciclo largo provocado por la tecnología informática desarrollada al calor de la investigación para los viajes espaciales.