11.1 LA ECONOMÍA KEYNESIANA

 

 

 

A partir de ahora trataremos de analizar las posibilidades y las condiciones para que una economía esté en equilibrio, para que el flujo de rentas y el flujo de gastos coincidan, para que la demanda agregada sea igual a la oferta agregada. El modelo que vamos a presentar fue la aportación básica de John Maynard Keynes (1883-1946).

Se llama producción potencial al total de los bienes y servicios que una economía es capaz de producir. La producción potencial depende exclusivamente de los factores productivos, capital y trabajadores, y de los conocimientos tecnológicos de que se disponga. Se considera que la producción potencial se consigue mediante un uso normal de esos factores productivos; puede haber temporalmente una utilización a un ritmo más fuerte mediante la que se consiga una producción algo superior a la potencial y puede que haya situaciones de desempleo de los factores en las que la producción del país será inferior a la potencial.

La producción real es la que efectivamente se ofrece e intercambia en los mercados. Si se está produciendo más de lo que la demanda del mercado puede absorber, habrá en las empresas una acumulación no deseada de inventarios y la producción se contraerá. Si se está produciendo menos de lo demandado subirán previsiblemente los precios lo que alentará al aumento de la producción.

La producción real depende por tanto del volumen de la demanda agregada y puede que coincida o no con la producción potencial. Si un exceso de demanda agregada determina una producción real por encima de la potencial, el necesario mayor ritmo en la utilización de los factores productivos provocará tensiones inflacionistas. Por el contrario, si la producción que es capaz de absorber la demanda agregada es inferior a la producción potencial, habrá una infrautilización de los factores productivos, es decir, paro o desempleo.

En consecuencia, siguiendo con el modelo keynesiano, la demanda agregada es la variable que determinará la situación de inflación o paro de la economía. Estudiemos pues la forma y la posición de la función de demanda agregada.

Empezaremos analizando una economía muy sencilla, sin gobierno ni sector exterior que serán introducidos más adelante. En una economía tan simple no hay impuestos, ni subvenciones, ni exportaciones, ni transferencias, ni ninguna magnitud que distorsione la identidad entre producción, gasto y renta. Representaremos estas magnitudes indistintamente mediante una Y. La demanda agregada, D, tiene sólo dos componentes, la demanda para consumo de las familias, C, y la demanda para inversión de las empresas, I. Las familias destinan una parte de sus rentas al consumo y el resto al ahorro, S.

 

La demanda de consumo, es decir, la proporción de la renta que se gastará, depende del tamaño de la renta. Es de esperar que las familias de rentas altas ahorren una proporción mayor de su renta. La Fig. 11.2 muestra esa idea. La línea rayada es la bisectriz del cuadrante y por tanto une los puntos que equidistan de la abcisa y la ordenada, es decir, los puntos en los que la renta y el consumo son iguales, en los que toda la renta se consume y no hay ahorro. Las familias que obtienen una renta alta, Ya, consumen Ca, por debajo de la bisectriz, y su ahorro está representado por Sa. Las familias que obtienen una renta baja, Yb, no pueden cubrir siquiera sus necesidades de consumo, Cb, por lo que deberán endeudarse; su ahorro, Sb, será negativo. Resumiendo: la propensión media a consumir (PMeC) es decreciente, es decir, el porcentaje que representa el consumo sobre el total de la renta se hace cada vez menor cuando ésta aumenta.

Si la función de consumo se ha representado en el gráfico como una recta no es para simplificar sino para ilustrar la hipótesis keynesiana de que la propensión marginal al consumo (PMaC) es constante. La PMaC es el aumento provocado en el consumo cuando la renta aumenta en una unidad. La PMaC determina por tanto la pendiente de la función de consumo; si, como pensaba Keynes, la PMaC es igual para todos los niveles de renta, la pendiente de la función de consumo es siempre igual y su representación gráfica tiene que ser una recta; si la PMaC es alta, la función de consumo está muy ajustada a la bisectriz, mientras que cuando la PMaC es menor, la línea del consumo resulta más horizontal.

La propensión marginal al ahorro (PMaS) es el aumento en el ahorro cuando la renta aumenta en una unidad. Lógicamente, la suma de ambas propensiones es igual a la unidad:

 

 

PMaC + PMaS = 1

 

El cuadro 11.1 ilustra con un ejemplo la forma de estimar las propensiones media y marginal al consumo a partir de los datos de renta y consumo.

El segundo componente de la demanda agregada es la demanda de inversión. Las decisiones de inversión las toman los empresarios en función de sus proyectos, del estado de la tecnología y, sobre todo, en función de sus expectativas, es decir, de sus previsiones sobre el porvenir de los negocios y de la situación económica. La demanda de inversión puede considerarse por tanto una cantidad fija, independiente del volumen de renta que se genere en el país. En la Fig. 11.3 se muestra la demanda agregada como la suma del consumo más la inversión, i, que tiene una altura fija. El punto en el que la demanda agregada corta a la bisectriz es, lógicamente, el punto en el que la renta se iguala a la demanda agregada y determina por tanto el volumen de producción real, Yr, que se generará en el país. No hay nada que indique si esa producción real coincide o no con la producción potencial.

 

Cuadro 11.2

EL EFECTO MULTIPLICADOR

1ª Fase Los empresarios deciden aumentar su demanda de máquinas-herramienta en 100 millones de pts. Las rentas de los productores de máquinas-herramienta aumentan en 100 millones de pts.
2ª Fase Los productores de máquinas-herramienta deciden aumentar su consumo de electrodomésticos en 80 M pts. Las rentas de los productores de electrodomésticos aumentan en 80 M pts.
3ª Fase Los productores de electrodomésticos deciden aumentar su consumo de textiles en 64 M pts. Las rentas de los productores de textiles aumentan en 64 M pts.
4ª Fase Los productores de textiles aumentan su consumo de alimentos en 51,2 M pts. Las rentas de los productores de alimentos aumentan en 51,2 M pts.
... ... ...
Cada nuevo aumento en el consumo es igual al anterior multiplicado por 0,8, la PMaC. El aumento total en la renta real será la suma de la serie de arriba:

100 + 80 + 64 + 51,2 ...

El resultado es 500 M pts.

 

El aumento en la cantidad de inversión provocará el aumento de la producción real. Es más, un incremento en las decisiones de invertir de los empresarios tendrá un efecto multiplicador sobre la economía ya que permitirá un aumento de las rentas de los factores de la industria de bienes de inversión; parte de este aumento se destinará a consumo lo que provocará aumentos en cascada en las rentas de otros factores. Para determinar la cuantía de ese efecto multiplicador veremos un ejemplo sencillo.

Cada aumento en la demanda provoca un aumento igual de la producción y la renta. Parte del aumento en las rentas provocará un nuevo aumento de la demanda en la proporción determinada por la propensión marginal al consumo. Los sucesivos aumentos formarán una progresión geométrica en la que el primer término es el aumento de la inversión decidido por los empresarios y la razón es la PMaC. El efecto total, la suma de los miembros de esa progresión, es igual al producto del primer miembro, la inversión inicial, por el inverso de uno menos la razón. Este número, el inverso de la propensión marginal al ahorro recibe el nombre de multiplicador.

 

En una economía simple como la que estamos analizando, sin gobierno ni sector exterior, para que la demanda y la oferta agregadas coincidan es necesario que la inversión complemente la parte de la renta no consumida, es decir, que la inversión y el ahorro sean iguales. Pero no hay ningún mecanismo que garantice que esto pueda suceder. Las decisiones de ahorrar las toman las familias y dependen, como hemos visto, de su nivel de renta y de la PMaC. Por tanto no hay ninguna razón por la que la cantidad de dinero ahorrado y la cantidad de dinero invertido deban ser iguales: Ambas están determinadas por decisiones tomadas por diferentes personas con diferentes criterios. Si las familias deciden aumentar el volumen de los fondos que mantienen ahorrados, reducirán su consumo, por lo que teniendo en cuenta el efecto multiplicador, las rentas se contraerán en una cuantía muy superior. Este es el fenómeno llamado la paradoja de la frugalidad: la frugalidad puede provocar disminución del ahorro.