"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 1696-8360
Con el propósito de profundizar en las estrategias y mediadas de ajuste empresarial, se presenta a continuación la información cualitativa obtenida de las entrevistas en profundidad realizadas a un conjunto de delegados sindicales en el marco del proyecto[1] para el Observatorio Industrial realizado en 2010.
Si bien todas las medidas tienen un objetivo declarado centrado en la mejora de competitividad vía costes laborales y el mantenimiento, o en muchos de los casos el incremento, de los beneficios empresariales, aquí se van a mostrar las prácticas más comunes empleadas sobre la dotación del factor trabajo y la remuneración del mismo.
La utilización de las distintas modalidades contractuales se ha convertido en una herramienta clave para la reducción de costes laborales. La creciente subcontratación de servicios, el aumento de los contratos temporales, los contratos a autónomos encubiertos y los contratos de prácticas/formación han permitido a las empresas contratar a personal con salarios más bajos y con un coste de despido inferior al del resto de trabajadores con contrato fijo.
La mayoría de los entrevistados, coincidían en que esta tendencia a la precarización y la temporalidad de las formas contractuales han derivado en un deterioro de las relaciones laborales. De esta forma, se ha permitido a las empresas ajustar sus plantillas mediante la no renovación de los contratos temporales y eventuales, además de los despidos colectivos a partir de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) aprobados por las Administraciones Públicas, cuando en muchos de los casos la empresa no registraba pérdidas, sino una ralentización o disminución de las ganancias[2]. Otra de las estrategias utilizadas son las prejubilaciones, mediante las cuales la empresa sustituye a los trabajadores con más años de antigüedad por otros más jóvenes que suponen a la empresa un coste menor y una relación contractual más flexible. El resultado de todo ello ha sido la fuerte segmentación de la plantilla entre trabajadores fijos y eventuales.
En paralelo, se han aplicado un conjunto de medidas laborales de corte más cualitativo que afectan a la organización interna y a la situación de los trabajadores en la empresa. Estas estrategias van encaminadas al aumento de la producción sin encarecer los costes laborales. En este sentido, la extensión de la jornada laboral más allá de las horas estipuladas por contrato y sin retribución se ha convertido en una de las herramientas clave para las empresas. Bajo la amenaza constante de la deslocalización de plantas, los despidos, la coyuntura económica y otros factores, los trabajadores se encuentran ante la obligación de realizar numerosas horas extras, como si formasen parte de su jornada de trabajo diaria, a partir de diversos mecanismos de presión por parte de la dirección de la empresa.
Igualmente, nuestros interlocutores sostienen que la descentralización de la fuerza sindical mediante el fomento de la negociación individual, la temporalidad laboral, la subcontratación y otros mecanismos han derivado en una pérdida constante del poder de negociación colectiva en detrimento de las condiciones y derechos de los trabajadores.
Las políticas salariales se han centrado en el ajuste de las remuneraciones de acuerdo a las necesidades de la empresa; la moderación salarial ha sido herramienta clave en este proceso. Para ello utilizan distintos mecanismos como la modificación de escalas salariales, cambios o incumplimiento de convenios estipulados o el incremento del peso de la parte variable del salario. Del mismo modo, y como hemos comentado anteriormente, el debilitamiento del poder de la negociación colectiva dentro de las empresas en estos últimos años también ha contribuido al estancamiento y la reducción de los salarios.
Según nos comentaban en varias de las entrevistas, las consecuencias de este tipo de prácticas sobre el factor trabajo y sobre las remuneraciones son múltiples. La mala gestión interna motivada por las nuevas formas organizativas está generando peores rendimientos, una calidad inferior de la producción de bienes y servicios prestados y una baja productividad. Asimismo, el malestar y el descontento de los trabajadores debido al estancamiento salarial y al empeoramiento de sus condiciones laborales también están repercutiendo negativamente en la actividad de la empresa.
En resumen, la idea general obtenida de los entrevistados es que las estrategias empresariales aplicadas bajo el marco regulatorio establecido han empeorado las relaciones y condiciones laborales de los trabajadores. Asimismo, estas medidas han configurado formas de organización del trabajo que han contribuido al detrimento de la calidad de la producción y la productividad de la empresa. Lejos de constituirse como respuesta a periodos recesión económica, las estrategias empresariales se han guido por la lógica capitalista persiguiendo, a través de la modificación de los términos de distribución, la búsqueda de rentabilidad en el corto plazo.
[1] Proyecto dirigido por F. Luengo y M. Paz en 2010, titulado “Los efectos de los procesos de reestructuración en el empleo y en las condiciones de trabajo”.
[2] En las últimas reformas laborales, el marco regulatorio permite la aprobación de ERE con sólo demostrar una posible disminución de los beneficios futuros.
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Ruiz-Gálvez Juzgado, M.E.: "Políticas de ajuste estructural y su impacto en el mercado de trabajo español" , en Contribuciones a la Economía, octubre 2012, en www.eumed.net/ce/2012