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ISSN 1696-8360
Los efectos de la desregulación laboral, precariedad y contención salarial
La desregulación de las relaciones laborales forma parte de una tendencia global impulsora de una mayor flexibilización del mercado laboral, entendiendo ésta como la capacidad de adaptación de la fuerza de trabajo a los cambios en el ambiente económico. No solamente actúa sobre la protección del empleo y la organización del trabajo, sino que además influye sobre la estructura de protección social, afectando las condiciones de vida de trabajadores, parados e inactivos (Recio, 2007).
La precariedad del mercado de trabajo es la plasmación de los costes que se derivan de la flexibilización[1]. Costes socioeconómicos importantes que se conciben como un cambio en la relación capital-trabajo y que incide sobre el reparto del riesgo y la inestabilidad laboral, el proceso productivo y la organización del trabajo (Recio, 2007). El incremento de la inseguridad en el empleo por la frágil relación contractual, la moderación y/o estancamiento salarial, el deterioro de las condiciones de trabajo y de las condiciones de vida son algunos de los indicadores que plasman la existencia de esta precariedad laboral.
La contención salarial como herramienta única de reducción de costes laborales, ha supuesto un empobrecimiento de la clase trabajadora. Además, el salario no es sólo una variable coste de la actividad económica, sino que también es un factor de demanda. Muchos estudios recientes de autores como Stockhammer, Onaran o Howell, inspirados por el trabajo de Keynes y Kalecki, han puesto especial énfasis en los efectos que se derivan de los cambios en la distribución funcional de la renta sobre el crecimiento. Estas investigaciones apuntan a que los ajustes salariales afectan a la demanda. El deterioro de la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora presiona a la baja la propensión al consumo derivando en una contracción del crecimiento económico y empleo, ya que la expansión del output es condición necesaria, aunque no suficiente, para la creación de puestos de trabajo (Stockhammer et al, 2008).
Parte de estos trabajos han basado el análisis empírico en el modelo de Bhaduri-Marglin[2] para estudiar los efectos derivados de los cambios en la distribución funcional de la renta, determinando la existencia de dos tipos de economías, las que su crecimiento es impulsado por los salarios (wage-led) o por los beneficios (profit-led). Frente a las afirmaciones sobre la importancia del crecimiento de los beneficios sobre el crecimiento económico, los resultados obtenidos demuestran que los Estados de la UE (considerando la UE como un todo, y en la que España también estaría representada en estos resultados), son economías wage-led. En este sentido, la expansión de las políticas de ajuste salarial llevadas a cabo por los Estados miembros tendrían un efecto contraproducente, operando de forma perversa sobre el crecimiento de las economías.
[1] Otros autores que analizan los costes de la flexibilización son Polavieja, J. Albarracín D., Bernat, J. y Etxezarreta, M.
[2] Véase Bhaduri y Marglin (1990).
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Ruiz-Gálvez Juzgado, M.E.: "Políticas de ajuste estructural y su impacto en el mercado de trabajo español" , en Contribuciones a la Economía, octubre 2012, en www.eumed.net/ce/2012