"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 1696-8360
Entremos ya en el análisis de uno de los objetivos de las políticas de ajuste, la mejora de la competitividad. Su aumento es considerado por la corriente ortodoxa como una condición indispensable para un mayor crecimiento y la creación de empleo. El ajuste salarial equivaldría a una devaluación interna que generaría una ganancia de competitividad vía costes laborales. El planteamiento desarrollado en el texto cuestiona esta secuencia. A continuación, se analiza la competitividad, a través de distintos componentes y perspectivas. El resultado de este análisis permitirá contrastar la segunda parte de la hipótesis de la investigación.
En primer lugar, procede examinar la evolución que la cuota exportadora ha seguido en estos últimos años. Según los datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), la cuota de mercado[1]apenas ha crecido a lo largo del periodo considerado. Si bien otras economías europeas han disminuido su cuota, España ha registrado un ligero aumento del 0,13%. Los servicios, en especial los financieros y de construcción, fueron los que más contribuyeron al crecimiento de las exportaciones españolas. Un dato relativamente positivo si se tiene en cuenta la aparición de economías como la china o india que han hecho aumentar los flujos comerciales considerablemente en los últimos años.
En cambio, la evolución de las exportaciones netas (gráfico 7) ha seguido una tendencia decreciente, especialmente a partir de finales de los noventa. La pronunciada caída en términos del PIB pone de manifiesto la incapacidad del sistema productivo para satisfacer las necesidades de la demanda interna. Una creciente propensión importadora, sobre todo durante los años de crecimiento, que muestra la débil estructura productiva del modelo de crecimiento español.
Gráfico 7: Balanza comercial[2] sobre el PIB, 1994-2010 (porcentaje sobre el PIB). |
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de AMECO. |
Los resultados de las exportaciones netas responden, posiblemente, a que el segmento en el que se sitúa el producto y su contenido tecnológico han incidido en el precio de exportación y la capacidad de cobertura de las importaciones Por ello, es importante incorporar la perspectiva de calidad y especialización productiva de los flujos comerciales (Gracia y Luengo, 2011).
El indicador de CLUN constituye una de las herramientas más utilizadas para medir la competitividad precio. La evolución de esta ratio se ha convertido en un componente clave de las políticas económicas. En el caso de las economías europeas, la importancia de la reducción de CLUN adquiere mayor relevancia. La incapacidad de utilizar los tipos de cambio nominales para mejorar su posición exterior, convierte dicho objetivo como prioritario (Gutiérrez y Paz, 2011) siendo las políticas de contención salarial una pieza central.
Los CLUN han aumentado a lo largo del periodo (gráfico 8), lo que podríamos interpretar, siguiendo la posición convencional, como una de las causas de pérdida de competitividad exterior. Sin embargo, es necesario profundizar en el análisis para comprender las causas de dicho aumento y plantearse algunas cuestiones sobre este indicador.
Gráfico 8: Costes Laborales Unitarios Nominales (CLUN), 1994-2010 (año base 2000 y tasa de variación en porcentaje) |
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de AMECO |
Los CLUN se definen como.
Esto es, expresan el cociente del coste laboral por trabajador en términos nominales, y la productividad en términos reales, lo que dificulta la comprensión económica de dicho indicador. Para ello, podemos convertir la expresión y sustituir VAB real por el VAB nominal multiplicado por el Precio (P), de esta forma quedaría que
.
¿De dónde procede el aumento de los CLUN? En este sentido y a raíz del análisis realizado, conocemos que los CLUR han seguido una tendencia decreciente (gráfico 6), por lo que la subida de los CLUN viene determinada por los incrementos en los precios. Si nos detenemos en el proceso generador de precios vemos, en la siguiente ecuación, que éstos pueden aumentar, bien por las remuneraciones de los asalariados (RA) o por el Excedente Bruto de Explotación (EBE). Es decir;
Por tanto, la contención salarial no es la única vía para reducir los precios y con ello disminuir los CLUN, el margen de beneficios es otro componente determinante del nivel precios que se omite en los análisis convencionales. En apoyo a este razonamiento, la evolución de la masa salarial sobre el PIB ha reducido su peso en más del 6% entre 1994 y 2010 (gráfico 5), de lo cual se deduce que el aumento de los precios se debe al incremento de los beneficios empresariales.
La omisión de las implicaciones del margen de beneficios sobre los precios por parte del discurso convencional se escuda en que éstos son esenciales para la inversión y por ende, para la creación de empleo. Pero la distribución del excedente bruto nos muestra que la parte destinada a inversiones productivas (maquinaria, equipos mecánicos y transporte) apenas suponen el 20%[3], resultando que el crecimiento del de los beneficios supera con creces la evolución de la inversión productiva.
Cabe plantearse asimismo una segunda cuestión relacionados con la reducción de los CLUN vía mejoras de la productividad. Parecería que las políticas económicas persiguen básicamente reducir costes vía ajustes salariales, cuando los incrementos de la productividad también contribuirían a su reducción. Además, dicho aumento sería una condición necesaria, aunque no suficiente, para lograr mejoras encaminadas hacia una competitividad genuina. Pero la ratio productividad apenas ha mejorado en los últimos años, como hemos podido comprobar en la primera parte del análisis (gráfico 4).
Por último, y no menos importante, señalemos que las políticas de ajuste salarial suponen un coste social y económico. En primer lugar, suponen un empobrecimiento de la clase trabajadora y de la capacidad adquisitiva de ésta, lo cual afecta a las condiciones de vida de los trabajadores. Por otro lado este ajuste salarial permanente puede tener un resultado perjudicial sobre el consumo interno y por consiguiente un efecto negativo sobre el crecimiento económico. Los salarios no sólo son un coste de producción sino un componente esencial de la demanda interna. El modelo de Bhaduri- Marlin defiende el doble efecto de los salarios y en el que demuestra que las economías wage-led, donde los salarios impulsan el crecimiento, como España, una reducción salarial puede generar un efecto contraproducente.
En consecuencia, y con todo lo visto en esta parte del análisis, las políticas de ajuste salarial como mecanismo para mejorar la competitividad-precio, no sólo no son eficaces, ya que la subida de los precios motivada por los incrementos del EBE sobre el PIB ha supuesto una subida de los CLUN al mismo tiempo que los CLUR han disminuido, sino que también pueden derivar en graves consecuencias sobre la demanda interna y por consiguiente sobre el crecimiento económico. Asimismo, este tipo de políticas fomentadas a nivel europeo carecen de sentido, pues si todos los países aplicasen medidas y estrategias de contención salarial para reducir costes laborales, entonces una economía no podría ganar competitividad respecto a sus competidores.
El aumento de los CLUN y la ligera ganancia de cuota de mercado, ponen de manifiesto la falta de evidencia empírica de los planteamientos convencionales. No sólo la medición de la competitividad convencional vía precios deja de lado aspectos de gran importancia, sino que el propio análisis tiene grandes contradicciones (como hemos podido observar en los resultados presentados en este trabajo).
Llegados a este punto, podemos contrastar la segunda parte de la hipótesis afirmando que dados los resultados obtenidos y las características propias de la economía española, su competitividad no ha mejorado a lo largo del periodo observado. El estancamiento de la productividad, el ajuste salarial y la creciente desigualdad de la distribución de la riqueza generada a favor de las rentas del capital, apuntan a la debilidad e inconsistencia de los mecanismos competitivos de nuestra economía.
[3] Datos obtenidos a partir del INE, donde la Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF) en equipos, maquinaria y trasporte representa, como promedio entre 1994-2009, del 20% del EBE.
Esta página forma parte del artículo Ruiz-Gálvez Juzgado, M.E.: "Políticas de ajuste estructural y su impacto en el mercado de trabajo español"
Para ver el artículo completo en formato pdf comprimido zip pulse aquí
Volver a la página principal del artículo
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Ruiz-Gálvez Juzgado, M.E.: "Políticas de ajuste estructural y su impacto en el mercado de trabajo español" , en Contribuciones a la Economía, octubre 2012, en www.eumed.net/ce/2012