"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 1696-8360
Mariana Zerón Félix (CV)
Guillermo Mendoza Cavazos (CV)
Abigail Hernández Rodríguez
Universidad Autónoma de Tamaulipas
UAM de Comercio y Administración Victoria
marianazf@hotmail.com
Resumen
El principal dilema en el momento de tomar una decisión de inversión, la cual puede ser ubicada en cualquier tipo de situación cotidiana, desde la compra de una prenda de vestir hasta una inversión en mercados de capitales, se asocia con el riesgo, es bien conocido que a mayor riesgo mayor rendimiento, sin embargo existen parámetros que pueden ser evaluados para establecer dicha esta relación de riesgo – rendimiento. Las decisiones de riesgo se basan en la percepción y tolerancia al riesgo de cada individuo y son tan personales como la misma forma de vestir.
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Zerón Félix, Mendoza Cavazos y Hernández Rodríguez: Actitud ante el riesgo, en Contribuciones a la Economía, enero 2011, en http://www.eumed.net/ce/2011a/
¿Cómo se define la actitud ante el Riesgo?
Es el riesgo un elemento que destaca dentro de cualquier decisión en la vida de un ser humano. Podemos considerar la compra de una casa–habitación, que es atendida como un proceso cotidiano; pero decisiones desde su ubicación, el precio, formas de financiamiento, el ingreso actual y el ingreso probable en un futuro, por la persona quien va adquirir, así como su precio de reventa por diversas circunstancias. Todo lo anterior conlleva a encontrarse en varias vertientes, con la única intención de tomar la mejor decisión, considerando una certeza de que se obtenga una ganancia tanto económica como personal a través del tiempo. Pero a ciencia cierta no se conoce el futuro, por lo cual tomamos dicha decisión bajo incertidumbre de los sucesos a ocurrir.
De igual manera las organizaciones, independientemente de su actividad, su lugar de procedencia o su estatus con respecto a la competencia, toma decisiones con incertidumbre acerca de su comportamiento en el futuro, ya que existen factores que no se pueden predecir con exactitud, pudiendo enumerarse algunas tales como el comportamiento de las ventas pronosticadas, aceptación de un nuevo producto por los consumidores, cambios en las condiciones económicas y políticas de un país, entre otras.
Aún cuando dichas organizaciones, desarrollan modelos estadísticos, con el objeto de pronosticar variables tanto económicas, como políticas y sociales, se tiene la incapacidad de conocer de manera certera los resultados en potencia.
Es notorio que una persona promedio tiene un grado mínimo de aceptación del riesgo, en cualquier situación por más trivial que parezca, dentro de su vida. Por lo cual tratan de obtener un beneficio más alto, en medida que aumenta su inseguridad sobre la decisión que haya tomado. O bien prefieren sentirse seguros, a través de decisiones más conservadoras aún cuando el beneficio esperado sea limitado.
Lo anterior se ejemplifica en el qué hacer con los ahorros de toda una vida, de un matrimonio, puesto que en ocasiones prefieren cuentas bancarias de inversión que dan un tasa de interés segura; sin el temor de invertir en un negocio donde no se conoce con certeza, a pesar de los proyectos presentados, la utilidad o perdida de dicha inversión.
Este tipo de conducta que es generalizado, tanto en los individuos como en las organizaciones, se le denomina “Aversión al Riesgo” (Gráfica 2.1.); término que se conceptualiza como “La actitud hacia el riesgo en la que se exige un rendimiento más alto por aceptar un riesgo mayor” . Lo que nos permite entender que al aceptar inversiones riesgosas, se espera un rendimiento que justifique el riesgo adicional que lleva implícito; es en este punto donde nos encontramos la aversión al riesgo dentro del campo de las Finanzas; puesto que es de observancia general la actitud de los administradores financieros, así como de los mismos propietarios e inversionistas, el ser conservadores en cuanto a la administración de las empresas.
Existen inversionistas enemigos del riesgo que no podrían sacrificar calidad de la inversión, aún cuando los rendimientos esperados, son aceptablemente altos; por otra parte encontraremos inversionistas que son capaces de aceptar grandes riesgos sin considerar cuan bajas o altas sean las tasas de rendimiento. Lo cual nos indica que el nivel de rendimiento aceptable puede ser muy disperso, dependiendo de factores como nivel de ingreso, riqueza, salud, edad, estado civil y educación, permitiendo desarrollar la idea de lo que puede ser riesgo para una persona, puede ser conservador para otra.
Aunado a la dificultad para predecir las tasas de rendimiento, debido a las condiciones del mercado o a la naturaleza misma del bien; las actitudes ante el riesgo se inclinan más a la aversión que a su aceptación.
Se ha destacado la actitud de aversión al riesgo pero conforme el desarrollo de este capítulo, se han encontrado dos comportamientos más ante el mismo, a saber la indiferencia al riesgo y la aceptación del riesgo. Ambos siguen el mismo patrón de decisión dependiente del rendimiento esperado.
La “Indiferencia al Riesgo” de un administrador (Gráfica 1.1.), propietario o inversionista se basa en que al aumentar el riesgo, no es requerido ningún aumento en el rendimiento. Y en el caso de la “Aceptación del Riesgo” (Gráfica 1.1.), en cuanto aumenta el nivel de riesgo se disminuye el nivel de rendimiento esperado. Pero es notable que las empresas aceptarán los riesgos hasta donde sus administradores se sientan tranquilos, en relación con el rendimiento que se espera.
Una actitud prudente ante el riesgo no es considerada en el no asumirlo, sino de hacerlo en una forma controlada, tratándolo de medir y mitigar.
Por lo cual se plantea el cuestionamiento de ¿Por qué existe una Aversión de manera generalizada al Riesgo?, con el propósito de contestar esta pregunta se identifica la Teoría de la utilidad.
El centro de dicha teoría se encuentra en la definición de la Utilidad Marginal Decreciente del Dinero; si una persona que no cuenta con ningún ingreso económico, recibe $500 pesos podrá satisfacer sus necesidades más apremiantes. Si recibe de manera inmediata otros $500 pesos, los utilizará pero su nivel de utilidad será menor que los $500 pesos anteriores. Por lo tanto se concluye que la Utilidad Marginal del dinero es decreciente.
La mayoría de los inversionistas tienen una utilidad marginal decreciente del dinero, lo cual afecta directamente a su actitud ante el Riesgo. Aquel inversionista que tenga una utilidad marginal constante del dinero, valuará cada peso de rendimiento extra igual que cada peso de rendimiento perdido. En contrario, el inversionista que tiene una utilidad marginal decreciente del dinero obtendrá mas pesar de un peso perdido que placer por peso ganado.
La utilidad marginal decreciente conduce a la actitud de aversión al riesgo, lo cual se refleja en la tasa de capitalización que determinan los inversionistas al determinar el valor de una empresa.
La asimilación de la actitud que se asumirá frente al riesgo, ante las inversiones que se realicen, es determinante para efectuar el análisis del mismo, debido a que permite tener un parámetro con el cual se confrontaran los resultados obtenidos de la aplicación de las herramientas de medición, determinando de esta forma la viabilidad del proyecto o inversión para la entidad económica.
Conclusión
Como hemos comentado el nivel de riesgo aceptable por una persona o empresa depende de su grado de tolerancia o aversión al riesgo. En un escenario común existe una correlación positiva entre la cantidad de riesgo y la cantidad de rendimiento generada por una inversión. La teoría económica de la utilidad decreciente entra en consideración debido a que explica perfectamente como la tolerancia al riesgo puede verse afectada dependiendo del nivel de satisfacción que genere la inversión en cuestión. La relación lógica basada en esta teoría resulta en una mayor aversión al riego conforme las utilidades crecen, esto derivado de la satisfacción de necesidades primarias y la importancia que tendrían utilidades futuras si el individuo o empresa se encuentra en un estado de satisfacción, las cuales al no ser tan importantes como las primeras implicaran una menor tolerancia de riesgo resultando en un rendimiento menor pero aceptable.
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