Contribuciones a la Economía


"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 1696-8360

 

LA PRODUCTIVIDAD DE LA ECONOMÍA CORDOBESA: UN ANÁLISIS PARA EL PERIODO 1965-2004


 

Jesús Claudio Pérez Gálvez (CV)
Universidad de Córdoba
dt1pegaj@uco.es

 

Resumen

El objetivo fundamental de este trabajo es mejorar la comprensión de la productividad de una economía local como es la cordobesa desde una óptica aplicada y dentro del marco de refe-rencia nacional. Bajo este planteamiento, el trabajo parte de una aproximación al nivel de eficiencia productiva de la citada economía a partir de los indicadores parciales como son la productividad del factor trabajo y la relación capital-trabajo. A continuación, utilizando la contabilidad del crecimiento se analiza la evolución de la productividad conjunta de los factores (PTF). Teniendo en cuenta los resultados obtenidos se intenta calibrar la importancia que los costes unitarios de producción y la rentabilidad de las inversiones realizadas han tenido sobre la evolución de la competitividad de la economía cordobesa. El trabajo aporta resultados que convergen en un denominador común: la falta de competitividad de la econo-mía cordobesa. En términos generales, la provincia no ha conseguido proporcionar un entorno atractivo para la actividad económica a lo largo de las cuatro décadas objeto de estudio. Los resultados del trabajo ofrecen un argumento de base para que los responsables políticos y eco-nómicos cordobeses centren su atención en el problema de la productividad.

Palabras Clave: Córdoba, productividad laboral, relación capital-trabajo, productividad total de los factores, costes laborales y rentabilidad del capital.

Código JEL: O47-R59

Abstract

The objective of this work is to improve understanding of productivity of a local economy such as the Cordoba one, from an applied point of view and within the national framework. Under this approach, the paper begins with an approximation to the level of productive efficiency based on partial indicators such as labour productivity and capital-labour ratio. Then, using the growth accounting, the evolution of joint factor productivity (TFP) is analyzed. Finally, we study the role that the unit costs of production and returns of capital have had on the level of productive efficiency. The results converge to a common denomi-nator: the lack of competitiveness of the economy from Córdoba. Overall, the province has failed in order to provide an attractive environment for economic activity over the four de-cades under study. The results provide arguments so that politicians and economists from Córdoba focus their attention on the problem of productivity.

Keywords: Cordoba, labour productivity, capital-labour ratio, total factor productivity, labour costs and returns of capital.

Código JEL: O47-R59


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Pérez Gálvez, J.C.: "La productividad de la economía cordobesa: un análisis para el periodo 1965-2004”" en Contribuciones a la Economía, julio 2010, en http://www.eumed.net/ce/2010b/ 


1. INTRODUCCIÓN

Un buen número de trabajos han puesto de manifiesto el papel clave que desempeña la productividad en la evolución de la economía. De hecho, las ganancias de productividad son el resultado de un complejísimo proceso de cambios técnicos y estructurales que conllevan desde la incorporación de progreso tecnológico, la introducción de nuevos procesos de pro-ducción y de nuevos productos, hasta la reasignación intra e intersectorial de recursos. Tratar de captar la gama de facetas que están detrás de las variaciones de productividad no es una tarea sencilla, conocer en profundidad las implicaciones de dichos cambios requiere un es-tudio particularizado de casos. Por otra parte, la investigación sobre la medición de la produc-tividad es una de las áreas del análisis económico con un mayor desarrollo en los últimos años. El fenómeno de la globalización ha dado lugar a una creciente competitividad dentro de todas las actividades económicas y todos los países. En este sentido, el lograr ventajas competitivas a través de mejoras en la productividad se sitúa como núcleo central de cualquier criterio económico. En la última década se ha escrito y discutido ampliamente sobre la evolución de la productividad en España. Esta preocupación se debe a que, desde mediados de los noventa, algunos de los indicadores más utilizados para su medición, como pueden ser el producto por trabajador o la productividad total de los factores, muestran un débil crecimiento. Este hecho y sus posibles explicaciones han sido objeto de un arduo debate, tanto académico como polí-tico, así como de numerosas publicaciones al respecto.

Teniendo en cuenta lo anterior, el presente trabajo afronta el estudio de la productividad de una economía local como es la cordobesa desde una óptica aplicada. El objetivo central es mejorar la compresión de la productividad de la citada economía a lo largo de un dilatado pe-ríodo de tiempo (1965-2004). Para ello se profundiza en el comportamiento de la productivi-dad tanto a nivel agregado como en lo que se refiere a los distintos sectores que la conforman – siempre que la disponibilidad de los datos así lo permiten – dentro del marco de referencia nacional –. El trabajo se estructura de la forma siguiente: el segundo apartado analiza la pro-ductividad aparente del factor trabajo como primera aproximación de la productividad y de la relación capital-trabajo; el apartado tercero analiza la evolución de la PTF utilizando la apro-ximación más tradicional de la contabilidad del crecimiento; a la luz de los resultados ante-riores y utilizando otros indicadores alternativos, el apartado cuarto incluye algunos indica-dores de competitividad que intentan medir el atractivo económico de Córdoba, entendido como su capacidad para atraer inversión y crear empleo; y por último, un apartado final donde se recogen las conclusiones más relevantes.

2. LA PRODUCTIVIDAD PARCIAL DE LOS FACTORES DE PRODUCCION

2.1 La Productividad del Trabajo

Una de las características más destacadas y persistentes del desarrollo económico español entre 1965 y 2004 ha sido el extraordinario incremento de la productividad del trabajo. Este avance debe interpretarse como un fenómeno enormemente positivo, sin embargo, el gran cre-cimiento de la productividad ha tenido como contrapartida la de limitar extraordinariamente la creación de empleo . Al igual que el conjunto de la economía española, la economía cordo-besa muestra una tendencia temporal creciente en la productividad aparente del trabajo. A lo largo de las cuatro décadas objeto de estudio, el trabajo de la economía cordobesa casi ha tri-plicado su productividad, siendo este avance algo mayor si nos ceñimos al sector privado de su economía. La tabla nº 1 permite comprobar que, también en la economía cordobesa, ha tenido lugar el conocido fenómeno de ralentización en el ritmo de crecimiento de la pro-ductividad del trabajo – slowdown en productividad – experimentado por la práctica totalidad de las economías occidentales. Así, en la etapa inicial (1965-1975), la productividad del sector privado creció a una tasa anual acumulativa del 5,75%. Dicha tasa se redujo, aproxi-madamente, en un punto y medio porcentual en la década siguiente, para caer drásticamente en los años 1985-1991 y situarse por debajo del 1% anual. Con la excepción de la etapa 1991-1993, la ralentización ha continuado a lo largo de los años más recientes (1993-2004), cayendo la tasa anual hasta un modesto 0,19%. La evolución relativa de la producción y el empleo explican la trayectoria seguida por la productividad del sector privado. En la etapa de crecimiento que comprende la segunda mitad de los sesenta y los primeros años de la década de los setenta, la masiva destrucción de empleo determina la fuerte expansión de la producti-vidad. La crisis de los setenta frena el crecimiento de la producción registrado años atrás, sin embargo, una vez más, la destrucción de empleo que le acompaña amortigua sus efectos sobre la productividad que sigue creciendo hasta 1985 a una tasa anual superior al 4%. La fuerte creación de empleo tras la recuperación económica iniciada a mitad de los ochenta frenó el avance de la producción por persona ocupada, siendo patente una recuperación posterior al alza, derivada de la fuerte destrucción de puestos de trabajo que acompaña a los años de crisis 1991-1993. En la etapa más reciente (1993-2004), los elevados niveles de crecimiento de la productividad vuelven a desaparecer, anotando los menores avances de todo el período de estudio. Así pues, la productividad del trabajo no parece mostrar un perfil cíclico definido, puesto que fases de elevado crecimiento del producto han ido asociadas tanto a fuerte creci-mientos de la productividad del trabajo como a desaceleraciones notables de la misma.

A lo largo del período 1965-2004, la productividad del trabajo en el sector privado de la economía cordobesa se ha mantenido por debajo de la media española –tabla nº 2–. No obstante, desde los setenta, la tendencia apunta un proceso convergente, de manera que, el output por ocupado en el sector privado era en 1965 un 25,0% inferior al nacional, porcentaje que se reduce hasta el 15% en los años más recientes. Esta aproximación es fruto de dos fuerzas contrapuestas, una primera que ha ralentizado el crecimiento relativo y que reside en el menor dinamismo de la producción privada cordobesa, y otra, de más intensidad, que ha favorecido un mayor avance y que obedece a su menor tasa de creación de empleo.

Las variaciones de la productividad agregada son resultado de dos efectos que pueden o no tener el mismo signo. Por un lado tenemos la componente obvia que resulta de la suma ponderada de las variaciones de la productividad en cada sector. Ahora bien, aunque la pro-ductividad hubiese registrado la misma tasa de crecimiento en todos los sectores, no necesa-riamente será esta misma tasa la que disfrute la economía en su conjunto. Ello es debido al segundo efecto, el cual se produce cuando se desplazan recursos desde sectores menos pro-ductivos hacia actividades con una mayor productividad como es el caso de la industria. Si bien resulta muy improbable, podría teóricamente darse el caso de que creciendo positiva-mente la productividad en todos los sectores, la productividad agregada se redujese – esto su-cedería si se registrase un aumento suficiente de la importancia relativa de los sectores con una productividad inferior a la media de la economía –. Utilizando la aproximación metodoló-gica propuesta por Syrquin (1984) denominaremos al primero efecto productividad y al se-gundo efecto asignativo. La descomposición del avance de la productividad del sector privado de la economía cordobesa en estos dos efectos permite cuantificar en qué medida este creci-miento se debe al hecho de que las distintas actividades productivas han visto aumentar su productividad, y en qué medida se debe a un cambio en la estructura provincial que ha des-plazado recursos desde los sectores menos productivos hacia las actividades más productivas.

La tabla nº 3 muestra el resultado de practicar esta descomposición. De acuerdo con esta aproximación, la productividad del trabajo en el sector privado de la economía cordobesa entre 1965 y 2004 crece un total de 199,0 puntos porcentuales, de los cuales 152,5 responden al efecto productividad – esto es, al incremento de la productividad de todas las actividades productivas presentes en la provincia – y el resto es atribuible al desplazamiento de la pro-ducción hacia sectores donde el trabajo exhibe una mayor productividad – efecto asignativo –. En términos relativos, el crecimiento de la productividad sectorial explica el 76,6% de la va-riación de la productividad agregada del trabajo, mientras que el 23,4% restante, es atribuible al efecto asignativo. Estos resultados no difieren mucho de los obtenidos para la economía española donde los porcentajes explicados por los efectos productividad y asignativo son del 78,6% y 21,4%, respectivamente. En términos comparativos, se observa que el efecto asigna-tivo ha sido algo mayor, en términos relativos y absolutos, en la economía cordobesa. Ello es debido a que el sector agrario, que tradicionalmente ostenta el nivel de productividad más bajo, ha perdido relativamente más empleo e importancia económica en la provincia que en el resto del país. Por otra parte, dado que la pérdida de empleo agrícola en la provincia ha sido muy notable – en beneficio casi exclusivamente de los servicios – el efecto asignativo es también positivo, sumándose al efecto productividad.

El análisis por etapas permite obtener algunas conclusiones adicionales. En los diez años que comprenden la etapa 1965-1975 se observa que algo más de la mitad del avance de la pro-ductividad del trabajo de la economía cordobesa se explica por los cambios registrados en su estructura productiva – son años en qué las transformaciones fueron muy intensas –. En la si-guiente etapa de auge económico (1985-1991), las ganancias en productividad siguieron co-rriendo a cargo de la reasignación de actividades productivas. En este caso, el fuerte proceso de creación de empleo que acompañó a la recuperación económica de la segunda mitad de los ochenta limitó el crecimiento que la productividad del trabajo venía registrando desde mitad de los sesenta. Entre 1991 y 1993 la productividad crece debido a la destrucción de empleo que acompaña a la crisis, siendo la mayor parte del crecimiento consecuencia del efecto pro-ductividad. El protagonismo del efecto productividad se mantiene en los años más recientes, de hecho, explica la totalidad del escaso avance de la productividad del trabajo. El hecho in-sólito de que el efecto asignativo registre un signo negativo denota una ineficiente asignación de los recursos productivos del sector privado en la etapa de expansión económica 1993-2004.

Los niveles de productividad no son independientes de la estructura productiva, pues la eficiencia alcanzada en las distintas actividades y sectores en el uso de los factores no es la misma. El gráfico nº 1 muestra que la productividad sectorial del factor trabajo de la eco-nomía cordobesa entre 1965 y 2004 crece en todos los sectores con excepciones puntuales en algunos años. El avance ha sido mayor en la agricultura, seguida de las actividades energé-ticas y manufactureras, la construcción y los servicios de mercado.

El elevado ritmo al que se ha reducido el empleo agrario en la economía cordobesa du-rante las décadas objeto de estudio explica una parte importante de los avances en la produc-tividad del sector – a título de ejemplo, entre 1965 y 2004 se pierden cerca de 110.000 puestos de trabajo en el campo cordobés, pasando el número de ocupados de 135.760 en el primero de ambos años a 27.100 en el último –. Las amplias posibilidades de introducir progreso técnico y de intensificar la relación de capital por trabajador en la industria han hecho de las activi-dades manufactureras el motor del crecimiento de la economía española. La elevada tasa a la que se ha introducido progreso técnico se ha visto favorecida por el esfuerzo tecnológico rea-lizado y el aumento de los gastos en I + D, junto con el mayor nivel de cualificación de la mano de obra conseguido a partir de una mejor formación y también por las propias mejoras en la organización y gestión de las empresas. Por su parte, la intensificación de capital se en-cuentra directamente relacionada con la propia introducción de progreso técnico, así como con la evolución del precio relativo entre el trabajo y el capital que ha incentivado a las em-presas a sustituir el primero por el segundo. La economía cordobesa no ha constituido una excepción a ese proceso, entre 1965 y 2004 la productividad en las manufacturas se ha multi-plicado por un factor próximo a tres, mientras que en los servicios destinados a la venta apenas crece un 5%. El trabajo en la construcción registra un avance moderado de su produc-tividad, cifrado en poco más del 64%.

Las tasas de crecimiento real anual registradas por la productividad del trabajo en las diferentes actividades productivas han supuesto un progresivo acercamiento entre los niveles absolutos de tales productividades –tabla nº 4–. Desde una perspectiva dinámica, es el sector primario el que experimenta las tasas de crecimiento real más elevadas en la productividad del trabajo, un 6,75% anual acumulativo, cifra muy por encima de la correspondiente al sector energético que es el siguiente en tasa de crecimiento. La construcción ha sido el sector que ha registrado las mayores diferencias cíclicas. La ralentización en el ritmo de avance de la pro-ductividad agregada del sector privado de la economía tiene su representación más clara en el sector de los servicios de mercado que es, además, el que goza de una participación mayor en el producto total. En la etapa más reciente (1993-2004), la productividad del trabajo en este sector muestra una tendencia negativa, siendo éste un comportamiento seguido también por la economía española aunque con menor intensidad.

La tabla nº 5 muestra que la productividad del trabajo ha sido mayor en los servicios de mercado que en las manufacturas, si bien las diferencias se han ido reduciendo desde me-diados de los setenta – mientras que en 1975 la productividad en los servicios de mercado era un 64% superior a la registrada por las actividades manufactureras, en el año 2004 el dife-rencial no sólo se ha reducido, sino que pasa a ser inferior en cinco puntos porcentuales –. Por su parte, a pesar de los avances registrados, la agricultura es la actividad que presenta una menor productividad en términos absolutos .

El análisis de la productividad relativa en cada una de las actividades respecto a la eco-nomía españolas revela que, como media del período 1965-2004, la agricultura es el único sector que alcanza una productividad superior a la media nacional. Lo contrario sucede con los sectores de las manufacturas y los servicios de mercado que se mantienen con una produc-tividad en torno al 88% de la española y sin mostrar una tendencia a la convergencia con los niveles nacionales. Por su parte, la construcción – un sector que se caracteriza por las pocas posibilidades que ofrece para las diferencias interregionales en la tecnología o en el tipo de producción – mostraba en la provincia una elevada productividad con relación a la media española al principio del período, y una no menos sorprendente tendencia a su reducción en términos absolutos a partir de 1975. En suma, sólo la agricultura ha impulsado claramente la productividad de la economía cordobesa hacia los niveles medios nacionales en los últimos tiempos, mientras que la productividad de las manufacturas y los servicios de mercado se mantienen relativamente bajas y sin que su crecimiento permita ir reduciendo la brecha que la separa de la española.

2.2 La Relación Capital-Trabajo

El proceso de crecimiento económico de la economía cordobesa a lo largo de los años 1965-2004 se ha sustentado en una intensificación del capital – entendida como un aumento sostenido de las unidades de capital puestas a disposición de cada trabajador – en sus procesos productivos. La mejor forma de medir la tasa a la que una economía intensifica su capital es obtener la trayectoria de la relación capital-trabajo. En la evolución de esta ratio influye el comportamiento de las dos variables que la determinan y de la combinación de ambas se de-riva el resultado final. Por ello, la intensificación de capital constituye un medio de aumentar la producción per cápita, aunque no necesariamente la producción total si con la intensifi-cación únicamente se sustituye capital por trabajo. El gráfico nº 2 proporciona una visión de conjunto del fuerte y persistente proceso de crecimiento de esta relación en la economía cor-dobesa – medida en términos constantes –, que resulta especialmente acusado cuando nos ce-ñimos exclusivamente al sector privado . Entre 1965 y 2004, esta relación se multiplica por un factor próximo a cuatro para el conjunto de la economía, y próximo a ocho en el caso espe-cífico del sector productivo privado de la misma.

A pesar de este crecimiento, existe una importante brecha entre el nivel de capitalización de la economía cordobesa y el nivel medio de la economía española –tabla nº 6–. Si bien la evolución temporal de las cifras revela un proceso de acercamiento a la media nacional, el diferencial existente en la etapa más reciente (1993-2004) supone un volumen de capital pro-ductivo por trabajador inferior todavía en un 10,7%.

El análisis del crecimiento de la relación capital productivo/trabajo del sector privado por etapas muestra que, al igual que en el conjunto nacional, durante las dos primeras décadas la inversión cordobesa estuvo asociada a un intenso proceso de sustitución de trabajo que supuso una enorme destrucción de empleo –tabla nº 7–. Posteriormente, al acompañarse la acumulación de capital productivo de creación neta de empleo y al superar la intensidad de este último el ritmo de acumulación del capital, la relación ha ido ralentizándose de manera ostensible – excepto en los años de ajuste de la primera mitad de los noventa –. En compa-ración con los datos nacionales, el hecho más destacable es que, por lo general, la relación capital ha crecido más en la provincia. En todo caso, señalar que el capital productivo privado ha crecido menos en Córdoba que en el conjunto nacional, por lo que el mayor avance de la ratio se debe a una evolución menos favorable del empleo privado en la provincia.

3. LA PRODUCTIVIDAD TOTAL DE LOS FACTORES DE PRODUCCIÓN

El primero y más sencillo indicador de la eficiencia productiva de una economía es su productividad. Las productividades del trabajo o del capital constituyen indicadores parciales de la eficiencia del sistema productivo, desde el momento en que ninguno tiene en cuenta la contribución del otro factor al crecimiento de la producción. Los avances en la productividad total de los factores (PTF) o progreso técnico – que básicamente recogen aquellas varia-ciones de la producción que no son explicadas por los cambios meramente cuantitativos en el uso de los factores trabajo y capital – es un indicador más adecuado si lo que deseamos es medir la eficiencia conjunta con que los factores se aplican al proceso productivo.

El concepto de progreso técnico constituye una medida de nuestra ignorancia en cuanto a los procesos de crecimiento económico, desde el momento en que pretende medir aquellos cambios en la producción no explicados por la evolución de las cantidades aplicadas de tra-bajo y capital. Sin embargo, existen algunos argumentos teóricos que pueden acercarnos a una mejor comprensión del concepto. Tanto las infraestructuras públicas como el capital humano ejercen un efecto externo positivo sobre el resto de los factores productivos – empleo y capital físico privado – mejorando su eficacia y productividad. Por ello, cabe esperar que las econo-mías con mayores y mejores dotaciones de capital público – infraestructuras o equipamientos, entre otros – y de capital humano sean las que obtengan una mayor productividad total. Asimismo, las economías que desplacen con más rapidez sus activos productivos hacia sec-tores donde el trabajo y el capital muestran una mayor productividad conjunta, conseguirán también mayores incrementos de su PTF agregada.

A lo largo del prolongado período de tiempo que discurre entre 1965 y 2004, el sector privado de la economía cordobesa consigue progresar técnicamente a una tasa real media acu-mulativa del 1,9% anual, lo que supone dos décimas de punto por encima de la mejora técnica registrada por la economía española en su conjunto –tabla nº 8–. Esta tasa media sufre fuertes oscilaciones presentando un perfil cíclico similar al descrito para la productividad aparente del factor trabajo – slowdown en productividad –. Los mayores avances se dan en la etapa 1965-1975, aunque también en los años que siguen a la crisis energética se registra un creci-miento importante. A partir de entonces, sin embargo, el progreso de la PTF ha sido muy li-mitado, incluso registra tasas negativas de variación en la etapa de expansión más reciente (1993-2004). En términos comparativos, a mediados de los sesenta, los niveles tecnológicos de la economía cordobesa eran inferiores en algo más de un 20% a los registrados por término medio en la economía española. Cuatro décadas después, el diferencial sigue siendo desea-vorable, pero ha reducido su magnitud a la mitad. La PTF de la economía cordobesa se ha si-tuado entre un 79,6% de la media nacional en 1965 y un 99,0% en 1981 – este último año se-ñala el máximo que se ha llegado a alcanzar con relación a España –. A partir de entonces, la aproximación hacia la productividad española no sólo ha dejado de existir, sino que más bien ha retrocedido, oscilando en general en torno a un valor del 91% de la media española.

En cuanto a la posible interpretación de los resultados hay que decir que estos indican, no que un trabajador cordobés sea capaz de producir sólo el 91% del output que obtiene un tra-bajador medio español con la misma dotación de capital, sino que la economía cordobesa po-dría producir aún más de lo que produce sin necesidad de utilizar más capital o más trabajo. El diferencial existente no puede ser atribuido a una menor competencia de los trabajadores y de los empresarios cordobeses en el desempeño de sus tareas, ello no sería una explicación atractiva de la productividad. De hecho, cabe reconocer factores sobre los que las empresas tienen escaso control – dotaciones de infraestructuras o los niveles educativos – y la asig-nación de los recursos utilizados – aproximada por la composición sectorial – como variables explicativas de buena parte de las diferencias.

Dando la vuelta a la ecuación que nos permite estimar el crecimiento de la PTF, es po-sible obtener el crecimiento de la producción – valor añadido bruto sector privado – como la suma del crecimiento de las cantidades de capital y trabajo, debidamente ponderadas, y el crecimiento de la PTF –tabla nº 9–. Para el conjunto del período (1965-2004), en que el sector privado de la economía cordobesa creció a una tasa anual acumulativa del 2,59%, la aportación del factor trabajo ha sido negativa (-0,18%) como consecuencia del descenso regis-trado en el número de ocupados. La aportación del capital físico fue de 0,89%, y está en re-lación con el proceso de intensificación de la relación capital-ocupado descrita. Frente a los valores precedentes, la aportación de la PFT asciende a un 1,88%. Dicho de otra forma, la mayor dotación de los factores trabajo y capital explica el 27,4% del crecimiento de la pro-ducción provincial, mientras que el aumento de la productividad conjunta del trabajo y el capital debido al avance tecnológico es responsable del 72,6% restante. Los resultados de la misma descomposición porcentual para el conjunto de la economía española advierten que el papel jugado por la tecnología en el proceso de crecimiento económico ha sido menos intenso – explica un 49,8% del avance del output para el conjunto del período –. La explicación de esto, que puede parecer una paradoja, hay que buscarla en el hecho de que las diferencias en el nivel de partida en cuanto a desarrollo tecnológico eran considerables, consecuencia del peso mucho más acentuado de la agricultura en la provincia. Otra de las características desta-cables que surge de comparar el resultado de la contabilidad del crecimiento en las economías cordobesa y española es la diferente contribución del factor trabajo, ya que en el conjunto de España éste explica un 15% del crecimiento del producto, frente a una contribución negativa en la provincia. La contribución de la PTF ha sido muy desigual en las distintas etapas consi-deradas. Entre los años 1965 y 1985, todo el crecimiento del valor añadido bruto del sector privado de la economía cordobesa se explica por el avance de la productividad conjunta de los factores, pues la contribución positiva del crecimiento del stock de capital compensa parte de la aportación negativa del descenso en el número de ocupados. A partir de 1985, se cons-tata que el papel de la PTF ha sido mucho más modesto, la ralentización observada en su ritmo de crecimiento se traduce en que ésta contribuya de forma negativa al crecimiento de la producción en la etapa más reciente (1993-2004).

4. ELEMENTOS DE COMPETITIVIDAD

La pérdida de peso de la economía cordobesa en el conjunto de la economía española que se constata a lo largo del período de estudio pone de manifiesto que la provincia no ha conse-guido proporcionar un entorno atractivo para la actividad económica. Ésta ha tendido a des-plazarse a otros territorios tanto en términos de empleo como de inversión. Por consiguiente, podemos hablar de un problema general de falta de competitividad. Este es un concepto difícil de cuantificar con precisión, por cuanto refleja en parte factores cualitativos, tales como la ca-pacidad de ofrecer productos innovadores y de calidad que atraigan precios ventajosos y per-mitan ofrecer buenas remuneraciones. Con todo, los factores que influyen sobre los costes unitarios de producción y sobre la rentabilidad de la inversión han de considerarse parte im-portante del mismo. En este apartado intentamos construir y analizar algunos indicadores de competitividad, centrándonos en dos factores: la relación entre costes laborales y producti-vidad, y la rentabilidad del capital invertido en la provincia.

4.1 Los Costes Laborales

La nota característica que muestran los costes salariales por empleado es su enorme dis-persión. En este sentido, los sueldos en el sector público han sido siempre superiores frente al sector privado, si bien el diferencial se ha ido estrechando considerablemente en las últimas décadas. Dentro del sector privado, los costes de la energía y agricultura se encuentran en extremos opuestos, con el primero muy por encima y el segundo muy por debajo del coste real medio nacional. El resto actividades productivas presentan niveles salariales próximos a la media nacional.

Los costes salariales reales por empleado en la economía cordobesa han sido tradicio-nalmente bastante inferiores a la media nacional. Todas las actividades productivas privadas muestran unos niveles salariales por empleado más o menos alejados de sus correspondientes homónimas nacionales –tabla nº 10–, observándose las mayores diferencias en la agricultura, las manufacturas y los servicios de mercado. Los menores niveles salariales reales reflejan, en buena parte, un fuerte efecto composición, con una sobrerrepresentación en la provincia del empleo asalariado en los sectores con menores niveles retributivos, y un peso inferior al promedio de los que presentan salarios más elevados. En particular, mientras que el peso del sector agrícola en el total de empleo asalariado ha sido en Córdoba muy superior al promedio nacional – dieciocho puntos de media para la totalidad del período – el peso de las manufac-turas ha sido diez veces inferior.

Extremadamente útil resulta relacionar los costes salariales unitarios con la productividad aparente del trabajo. Un elevado nivel salarial sólo supone un problema para la competiti-vidad de las empresas cuando no se compensa con una alta productividad. Por otra parte, la evolución de la productividad delimita las posibilidades de crecimiento de los costes salariales unitarios a fin de no provocar desequilibrios en la rentabilidad de las empresas. De esta ma-nera, unos menores costes salariales unitarios se pueden imputar a unos menores niveles de la productividad laboral. Desde la óptica de la localización empresarial, nos encontramos con una economía donde la productividad es significativamente inferior a la media nacional y los costes salariales por empleado también lo son. En consecuencia, aparentemente, no se puede decir que Córdoba haya presentado ventajas para la localización de empresas en las últimas cuatro décadas. Para aclarar esta situación se recurre a un tercer indicador, el denominado coste laboral unitario (CLU) . En definitiva, este indicador lo que demuestra es si para la generación de una unidad de valor añadido se incurre en más o menos costes salariales en los diferentes ámbitos objeto de comparación.

El examen de los datos correspondientes para el conjunto de la economía cordobesa pone de manifiesto que su CLU es sensiblemente más bajo que en el caso de la economía española –gráfico nº 3–. En teoría, esta situación, que se ha dado tradicionalmente en la provincia, de-bería favorecer la atracción y la localización de empresas en Córdoba. Sin embargo, esto no ha sido así en la práctica, si se tiene en cuenta que una de sus características de la economía cordobesa es la gradual pérdida de peso en el conjunto de la economía española. Este hecho se puede interpretar en el sentido de que otros factores relacionados con la competitividad tienen mucha más influencia en la localización que los costes salariales por unidad de producto.

La evolución de los agregados cordobeses – el total de la economía y el sector privado – en términos relativos revela un patrón en forma de U. En el año 1965 los costes labores uni-tarios en la provincia estaban muy próximos al promedio nacional para iniciar una mejora continua que alcanza un valor mínimo en el año 1985. A partir de ese año, los costes relativos de ambos agregados han aumentado casi continuamente para situarse a ocho y doce puntos porcentuales, respectivamente, de la media nacional en el año 2004. Este aumento se debe a que el avance de la productividad relativa del factor trabajo ha sido inferior al de sus salarios relativos. Por su parte, el sector público ha mantenido sus costes laborales unitarios por en-cima de la media nacional prácticamente durante gran parte del período de estudio, concreta-mente hasta el año 1993. El análisis de los sectores privados muestra que tanto la agricultura como la energía han mantenido unos niveles de costes laborales unitarios por encima de sus homólogos nacionales, al tiempo que las manufacturas y los servicios destinados a la venta se situaban muy por debajo –tabla nº 11–.

Una limitación importante de los costes laborales unitarios es que no tienen en cuenta el consumo de capital. Así, si una cierta actividad es especialmente intensiva en capital, su margen bruto de explotación – que es igual a uno menos el coste laboral unitario – podría ser muy elevado sin que esto suponga que la actividad sea rentable una vez que consideremos el coste de uso de este factor. Para corregir este problema utilizamos un indicador alternativo, al que denominamos coste laboral efectivo (CLE) . En línea con los costes salariales medios y los costes laborales unitarios, los costes labores efectivos relativos del sector privado de la economía cordobesa se sitúan claramente por debajo del promedio nacional. De igual forma, su evolución sigue un patrón similar, mejorando de manera muy considerable hasta principios de los ochenta y aumentando posteriormente hasta aproximarse al nivel relativo de partida. Comparativamente, los costes laborales efectivos son, en términos relativos, mayores pero más estables en el tiempo que los costes labores unitarios. Esto se debe a que la compensación por el uso de capital ha sido importante. El mayor avance de la productividad de este factor en la economía cordobesa a partir de los años noventa ha anulado parte del incremento de los costes laborales unitarios que se observa desde mediados de los ochenta.

4.2 La Rentabilidad del Capital

La rentabilidad del capital es un indicador importante del atractivo de una economía para la inversión. En este epígrafe examinamos la evolución de esta variable y sus determinantes más inmediatos. Con este fin, se realiza una sencilla descomposición que permite relacionar la rentabilidad bruta del capital privado (Rb) con tres variables de gran relevancia que ya hemos analizado en epígrafes anteriores: los costes laborales unitarios, la productividad media del trabajo y la dotación de capital por empleo. Los resultados de la descomposición se recogen en la tabla nº 12. En media, la rentabilidad del capital del sector privado (Rb) de la economía cordobesa ha sido sensiblemente más alta que en el conjunto de la economía espa-ñola – en torno a ocho puntos porcentuales –, lo que viene a indicar que, en principio, las empresas situadas en la provincia gozan de una ventaja desde esta perspectiva. Esta evolución es el resultado neto de dos tendencias contrapuestas. Por un lado, tanto el avance de la pro-ductividad relativa del trabajo (X) como el descenso de los costes laborales unitarios relativos – aumento de Pk – han permitido elevar la rentabilidad del capital privado cordobés, mientras que por el otro, el aumento de la productividad relativa del capital – disminución de (-K) – ha operado en sentido contrario.

Esta mayor rentabilidad bruta del capital cordobés resulta paradójica ya que se explica por el menor ritmo inversor de su sector privado y de la consiguiente acumulación de capital. En consecuencia, existen razones para pensar que el factor determinante de la debilidad de su desarrollo ha sido el déficit en inversión privada. Esto es así en la medida en que la cuantía y el ritmo de la inversión afecta de forma directa o indirecta al conjunto de los factores que están más relacionados con el desarrollo económico, tales como el stock de capital, la creación de empleo, el aumento del capital humano, el cambio estructural y las características de los sectores productivos.

5. CONCLUSIONES

El objetivo central del presente trabajo es mejorar la compresión de la productividad de la economía cordobesa desde una óptica aplicada. Para ello se ha profundizado en el compor-tamiento de la productividad tanto a nivel agregado como en lo que se refiere a los distintos sectores que la conforman. Del análisis efectuado pueden ser destacadas las siguientes consideraciones:

a) Una de las características más destacadas y persistentes del desarrollo económico cor-dobés es el extraordinario avance de la productividad. Esto, desde luego, no debe interpretarse como un hecho enormemente positivo, ya que este crecimiento ha tenido como contrapartida la de limitar el avance del empleo. Por otra parte, los valores absolutos de la productividad revelan que el nivel de eficiencia que alcanza la economía cordobesa es, en todo momento, inferior al registrado para el conjunto de la economía española. El análisis por etapas revela un efecto slowdown en productividad, de manera que las elevadas tasas comienzan a desapa-recer a mediados de los ochenta. En este sentido, la economía cordobesa ha experimentado una significativa caída en el crecimiento de su productividad desde la década de los noventa, lo que se traduce en un proceso de divergencia con respecto a la economía española. A pesar de que ciertos sectores, caso del sector agrario, energía y construcción, presentan unos niveles similares e incluso superiores a sus homónimos nacionales, el nivel agregado sigue presen-tando un patrón de productividad inferior al conjunto de la economía española.

b) La valoración de la productividad aparente del trabajo por sectores muestra que las di-ferencias entre éstos – sobre todo en el caso del energético – son importantes. Este hecho apunta la conveniencia de prestar atención a la importancia en la composición sectorial como determinante de la productividad agregada, de tal manera que cuanto mayor sea el peso sector energético y manufacturero mayor es, en general, el valor de la productividad agregada. La evolución temporal muestra crecimientos muy importantes de la productividad del trabajo en la agricultura, la energía y las manufacturas, y muy modestos en los servicios de mercado.

c) La aproximación efectuada sobre la aportación al crecimiento económico de lo que convencionalmente se ha dado en llamar progreso técnico (PTF) muestra que este ha sido res-ponsable de tres cuartas partes del avance del output privado de la economía cordobesa. El mayor poder explicativo del progreso técnico en Córdoba en relación a la economía española obedece a la negativa contribución del factor trabajo y a los menores niveles tecnológicos de partida. Aunque resulta difícil encontrar ingredientes que puedan jugar como elementos inter-pretativos del progreso técnico, entre otros se pueden señalar la consecución de mayores niveles de cualificación de la mano de obra y la acumulación de capital público, especial-mente el de carácter productivo. El primero de ellos incide directamente en una elevación de la productividad del trabajo, mientras que la acumulación del capital público, además de proveer directamente algunos factores necesarios para la producción de bienes y servicios, genera una serie de efectos externos positivos que en última instancia acaban trasladándose a una reducción de los costes de producción para el sector privado de la economía.

d) La economía cordobesa se ha caracterizado por mostrar unos menores costes laborales efectivos o por unidad de eficiencia del trabajo. Estos menores costes se corresponden con unos salarios medios más bajos y con una productividad laboral que se mantiene por debajo de la media española. Resulta evidente que la mejor vía hacia la competitividad no es una es-trategia de salarios bajos sino el mantenimiento de un nivel de productividad lo suficiente-mente elevado como para permitir compaginar salarios altos con empresas rentables. La pre-gunta clave es, por tanto, cómo aumentar la productividad. Muchas de las posibles actua-ciones en este campo se podrían resumir en la recomendación de incrementar las dotaciones existentes de capital humano, capital tecnológico e infraestructuras productivas. En relación al capital tecnológico, es notorio el déficit inversor de la economía cordobesa en relación con otras economías del entorno y la necesidad de mejorar los mecanismos de acceso a las nuevas tecnologías por parte de las empresas, particularmente en el caso de las pymes.

e) Los resultados del trabajo ofrecen un argumento de base para los responsables polí-ticos-económicos cordobeses para que centren su atención en el problema de la productividad, especialmente en las actividades manufactureras y de servicios de mercado. Al enfrentarse con la tarea de mejorar la productividad es preciso advertir que no pueden esperarse resul-tados a corto plazo. Mejorar la productividad de forma continuada requiere actuar en muchos frentes y realizarlo de forma simultánea y prolongada en el tiempo.

f) Al igual que cualquier economía, los avances en productividad de la economía cordo-besa dependen de su capacidad para transformarse y conseguir un uso más eficiente de sus re-cursos. Ello está sujeto a la capacidad de los mercados para facilitar una asignación de re-cursos hacia aquellas actividades con un crecimiento más rápido de su productividad. No obs-tante, es difícil predecir que actividades serán más productivas en el futuro, ya que la tecno-logía y los patrones de innovación son difíciles de predecir. La opciones más exitosas pasan por un uso más productivo de los factores a través del empleo cualificado, la explotación de las inversiones en TIC, la promoción de programas de I+D+i adecuados a las necesidades de las actividades productivas, las facilidades para emprendedores o la flexibilidad en los mer-cados.

g) Aunque el presente trabajo ha tratado de ser lo más exhaustivo posible en el tema que analiza se han quedado cuestiones sin analizar. En este sentido, sería de interés incorporar análisis que relacionen la productividad con otra serie de variables como son el esfuerzo en I+D, el papel de la competencia, el capital humano y tecnológico, las características del mercado empresarial. La principal dificultad radica, en unos casos, en la no disponibilidad de los datos y, en otros, en la falta de homogeneidad y extensión temporal de las cifras que sí están disponibles.

h) Para finalizar indicar que si bien son muchas las cuestiones que quedan por resolver, el presente trabajo habrá alcanzado su objetivo si consigue estimular, al menos en parte, el estudio futuro de la productividad de una economía tan peculiar como es el caso de Córdoba.

6. BIBLIOGRAFÍA

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Alcaide, J. y Alcaide, P. (2007): Balance económico regional (autonomías y provincias) años 2000 a 2006. Ed. FUNCAS, Madrid.

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7. ANEXO-I: FUENTES ESTADÍSTICAS

La publicación Renta Nacional de España y su Distribución Provincial (BBV) proporciona datos de VAB a coste de los factores con desagregaciones a seis grandes sectores – agricultura, energía, manufacturas, construcción, servicios privadazos y servicios públicos a lo largo del período 1955-1995 – (la serie se ha recalculado a precios básicos). Los datos correspondientes para los seis sectores indicados del período 1995-2004 proceden de Balance económico regional (autonomías y provincias) de FUNCAS. Estas series vienen dadas en unidades monetarias corrientes. Para obtener las series sectoriales en unidades monetarias constantes del año 2000, se han aplicado los deflactores sectoriales implícitos del VAB que proporcionan ambas publicaciones

La publicación Capital Humano. Series Históricas (1964-2004) proporciona datos de población ocupada a una desagregación de seis grandes sectores.

Los datos de stock neto de capital privado y total proceden de la publicación El Stock y los Servicios de Capital en España y su Distribución Territorial editada por la Fundación BBVA y cubre el período 1964-2005.

Las variables utilizadas para el cálculo de la productividad total de los factores son el VAB, los ocupados, el stock de capital neto del sector privado – todos ellos ya descritos – y las rentas del trabajo. Las rentas del trabajo tienen como fuentes la Renta Nacional de España y su Distribución Provincial (BBV) y el Balance económico regional (autonomías y provincias) de FUNCAS.

La fuentes utilizadas para el cálculo de los costes laborales reales unitarios han sido: la remuneración de los asalariados, el número de empleos, el número de asalariados, el VAB y los deflactores implícitos procedentes de las publicaciones Renta Nacional de España y su Distribución Provincial; y Balance económico regional (autonomías y provincias).


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