Resumen: El siguiente escrito, pretende abordar la actual crisis financiera estadounidense desde el punto de vista latinoamericano y como ciudadano de un país del mal llamado tercer mundo. Aquí se muestran algunos datos interesantes de esta situación y de cómo la aplicación dogmática del liberalismo de mercado, ha derivado en la que quizás sea una de las mayores catástrofes económicas mundiales; la cual, marcará el principio del final del capitalismo, en su concepción moderna, como parte de la “Crónica de una muerte anunciada”. Además de ser otro demostrativo de la hipocresía de las grandes potencias, quienes pregonan el neoliberalismo sólo cuando les conviene; y cuando no, recurren a políticas de intervención (llegando hasta nacionalizar) para proteger a sus empresas y, lastimosamente, algunos hasta abandonan al pueblo.

Palabras clave: capitalismo, crisis, economía mundial, plan de rescate, sistema financiero.

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Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Mujica Martínez, A.D.: "Costos de la crisis financiera norteamericana y la “crónica de una muerte anunciada”" en Contribuciones a la Economía, septiembre 2008 en http://www.eumed.net/ce/2008b/

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El sistema capitalista, por su fundamentación político ideológica, se encuentra basado en la explotación del hombre por el hombre; el egoísmo y el individualismo; la supremacía del capital sobre la sociedad; la destrucción de las verdaderas fuentes de riqueza: los recursos naturales y los seres humanos; la hegemonía unipolar y el imperialismo; el ánimo desmedido de lucro; el predominio del modelo metrópolis-periferia y la división del trabajo, en donde “unos países se especializan en ganar y otros en perder”, como dijera acertadamente Eduardo Galeano; y la desigualdad, inequidad e injusticia social en los países del mal llamado tercer mundo, donde muy pocos usufructúan gran parte de la riqueza nacional y muchos mueren de hambre. En fin, un absoluto y verdadero genocidio.

En este sentido, no es de extrañar que, por razones intrínsecamente doctrinarias, el modelo capitalista vea amenazada constantemente su supervivencia y enfrente severas dificultades cada vez que a la “mano invisible del mercado”, quien según los liberales y neoliberales se encargaría de poner todo en orden, la dejan actuar como le viene en gana. Muestras de ello son: la Gran Depresión de los años 30´s; el efecto tequila mejicano y la crisis bancaria venezolana, ambas en el año 1994; la crisis asiática, ocurrida en 1997; el corralito argentino, en diciembre de 2001; y la reciente crisis de las hipotecas subprime (2007-2008), cuyos efectos sólo empiezan a sentirse y a diseminarse por todo el sistema financiero internacional y la economía mundial. Donde el capitalismo sólo ha postergado su final como parte de la “Crónica de una muerte anunciada”.

Actualmente, la principal potencia económico-militar mundial, los Estados Unidos de Norteamérica, enfrenta una de las peores crisis financieras de su historia, la cual ha costado a los Bancos Centrales de los países desarrollados US$ 772.500 millones. Esto producto, según la opinión general de los economistas, de la excesiva permisibilidad con que operan los mercados bursátiles en el mundo desarrollado que, de acuerdo con lo dicho por John McCain, candidato presidencial por el partido Republicano, convirtió a Wall Street en un casino. Es decir, traduciendo a la jerga económica tradicional esta expresión, por la aplicación irrestricta del fundamentalismo de mercado que pregona la ideología capitalista.
 

Fuente: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2008/crisis_financiera/newsid_7629000/7629122.stm, al 29/09/2008. Estimaciones propias.

Asimismo, es necesario señalar las afirmaciones realizadas por un experimentado Economista, ex Presidente de la Reserva Federal entre 1987 y 2006, Alan Greenspan: “(…) no hay duda de que esto está en proceso de sobrepasar cualquier cosa que yo haya visto (…)” y “no puedo creer que podamos tener un tipo de crisis financiera única en un siglo, sin un impacto significativo en la economía real”; habrá que ver cuán mal terminará esta historia teniendo en cuenta lo dicho por Greenspan. Además, por si fuera poco, el mismísimo George W. Bush, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, al que muchos de sus compatriotas ven como el principal responsable de esta situación; anuncia muy alarmado lo siguiente: “Los asesores económicos del gobierno, advirtieron que si el Congreso no toma medidas económicas inmediatas, EEUU puede caer en pánico financiero y un escenario alarmante podría desencadenarse. Más bancos pueden fracasar, incluyendo algunos de su comunidad; el mercado financiero puede caer aún más, y esto puede reducir el valor de sus fondos de pensión. El valor de su casa se puede desplomar, el cierre judicial de las hipotecas aumentará drásticamente. Si no aprueban la ley ahora será más costoso para los estadounidenses en el futuro.”

Para quienes aún no lo saben, el instrumento jurídico al que se refiere Bush, según la propuesta que está en el Congreso esperando su aprobación este 29 de septiembre, consiste en poner en manos del Secretario del Tesoro, Henry Paulson, la pequeña cantidad de US$ 700 mil millones para enmendar los “errorcitos” cometidos por algunos altos ejecutivos bancarios, por cierto, muy bien pagados. De este total, el 50%, US$ 350 mil millones, ya lo tendría asegurado la Casa Blanca y el resto deberá pactarlo con el legislativo quien podría vetar su entrega. También resulta importante señalar, que este dinero piensan obtenerlo prestado de los mercados financieros internacionales, ya bastante golpeados y carentes de credibilidad, emitiendo instrumentos financieros; de esta manera, el resto del mundo estaría financiado a un país que elevaría de golpe y porrazo su monstruosa deuda pública en al menos US$ 700 mil millones. El plan de rescate financiero, consiste en comprar las deudas hipotecarias incobrables a las instituciones financieras, mayor supervisión a los bancos por parte del Congreso y la colocación de un límite salarial a los ejecutivos de los bancos beneficiados. Como era de esperar las reacciones no tardaron en aparecer: por una parte, un grupo de economistas estadounidenses lo acusan de “injusto”, “ambiguo” y de “carente de visión de largo plazo”; y por la otra, la mayor parte del pueblo alega que se pretende ayudar únicamente a los bancos dejando desasistidos a aquellos ciudadanos que resultaron afectados por la pérdida de sus hogares; los cuales pasaron de ser miembros de la clase media, a indigentes sin hogar en cuestión de meses.

Ahora bien, si la Ley de rescate financiero, una vez termine el tira y encoje entre el ejecutivo y legislativo, se aprueba tal como está concebida sin sufrir grandes cambios substanciales en su espíritu y esencia, cabría preguntarse: ¿Cuánto, hasta ahora, cuesta enmendar las travesuras de algunos ejecutivos y dueños de bancos norteamericanos para ganar dinero fácil? La respuesta es sencilla, pero no por esto deja de ser alarmante, lo gastado por los Bancos centrales, US$ 750 mil millones (sin contar cientos de millones de dólares en pérdidas y el gran número de desempleados), más lo contemplado en el famoso plan, US$ 700 mil millones, esto siempre y cuando el Secretario Paulson no decida solicitar otro préstamo para seguir tapando el hueco, algo en contra de lo cual no apostaría; es decir, en total son: US$ 1.472.500.000.000,00. Claro, hay costes, aunque traumas sería el término más apropiado, de tipo social que para los simples y fríos datos financieros resultan imposibles de cuantificar: los cientos de miles de estadounidenses sin hogar y el drama que vivirán sus familias, todo por la irresponsabilidad de un Gobierno que se preocupa más por los banqueros que por el pueblo.

Bajo este contexto, surgen muchísimas interrogantes por responder: ¿Cuál deberá ser la tasa de interés que tendrán los instrumentos financieros que respaldarán los US$ 700 mil millones, teniendo en cuenta lo maltrecho que está el sistema financiero internacional hoy en día?, ¿Cuál será el efecto de esta exorbitante cantidad de dinero en la inflación?, ¿De qué magnitud serán los efectos de estos problemas financieros en la economía real?, ¿Cuándo estos problemas lleguen, contra cuál país se inventará otra guerra la Casa Blanca para incentivar su aparato económico-militar?, ¿Devolverá el Gobierno Norteamericano sus viviendas a aquellos estadounidenses que las perdieron, una vez hayan comprado las deudas a los bancos?, ¿Seguirán los organismos multilaterales controlados por los países poderos insistiendo en la tesis del libre mercado para el mal llamado mundo subdesarrollado? Bueno, quién sabe, pero eso ya sería pedirle mucho a este pequeño análisis… Sin embargo esto es parte de la “Crónica de una muerte anunciada”.

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