"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360
Jose Luis Moran Esparza
UNEFA
moran.joseluis@gmail.com
RESUMEN
La Economía Social Solidaria y sus redes productivas pretende explicar a muy grandes rasgos el funcionamiento de una manera o tipo de economía: Producción, Distribución, Intercambio, Consumo, Ahorro y Reinversion de Excedentes; lo cual partiendo del contexto local pueda establecer un entramado de redes mediante las cuales se pueda materializar las esferas antes indicadas de este tipo o forma de economía.
La Economía Social Solidaria, los tipos de empresas y las nuevas relaciones sociales de producción y distribución están soportadas por un conjunto de principios; tales como: la solidaridad, la complementariedad, la cooperación, la equidad, la igualdad, principios que le dan el molde perfecto en la construcción de un nuevo modelo productivo y de construcción de hombre y sociedad nuevos donde se rompa con la relación histórica capital-trabajo para invertir esta formula y lograr la emancipación del trabajo y colocar su creatividad en función de la liberación del mismo y no de su propia opresión.
Será fundamental en su construcción la superación de la creación de valores cambio para ser valores de uso y la producción en función de la satisfacción de las necesidades humanas y no del mercado.
Palabras Claves: Economía Social Solidaria, Tipos de empresas, Principios, relación capital-trabajo, valor de uso, valor de cambio.
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siguiente formato:
Moran Esparza, J.L.:
"La Economía Social
Solidaria: Redes Productivas"
en Contribuciones a la Economía, enero 2008 en
http://www.eumed.net/ce/2008a/
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INTRODUCCIÓN GENERAL
La Economía Social Solidaria no obstante presentar su critica, su cuestionamiento contra el modelo económico capitalista; cual ha llenado de hambrunas por todo el globo terráqueo, saqueos, crisis recurrentes, altas tasas de desempleo, la desestabilización político y social, las guerras, el terror, la precariedad de su modelo de desarrollo depredador de la naturaleza, asume en el contexto venezolano y mas allá en el latinoamericano y caribeño una propuesta de modelo de crecimiento y desarrollo alterno, distinto, humano, endógeno, integral, sostenible y sustentable para las grandes mayorías empobrecidas.
Distingue de las categorías mas elementales y hace hincapié en la teoría del valor expuesta hace mas de 150 años por Carlos Marx, poniendo al descubierto las terribles contradicciones del sistema hegemónico, su desigualdad y su incapacidad de lograr satisfacer las necesidades humanas, concentrándose como en efecto lo hace en la ganancia, su motor el afán de riquezas, del lucro.
La Economía Social Solidaria establece categorías muy claras en cuanto a sus formas de organización empresarial bajo los principios de solidaridad, complementariedad y cooperación en contra posición al de libre mercado y competencia. Su objetivo esencial es la búsqueda de la Soberanía y Seguridad Alimentaría. Es la oferta de una postura diversificadota que supere la formación Monopolica presente en nuestro mercado de alimentos y productos esenciales, es la búsqueda de mecanismos diferentes con el auspicio del Estado para enfrentar la inflación cuyo flagelo echa por tierra todos aquellos esfuerzos en haber logrado el crecimiento sostenido pero que aun no ha producido los necesarios y esperados impactos sobre la redistribución del ingreso y de la riqueza que la sociedad genera.
La Economía Social Solidaria describe la noción de las redes productivas conformadas por miles de unidades productivas pequeñas de carácter comunitario pero de propiedad social y autogestionarias que provoque un aumento en la producción y hace paréntesis de los tipos de empresas de autogestión y cooperación.
Finalmente la Economía Social Solidaria puntualiza el énfasis sobre las tareas formativas de las comunidades autogestionarias como poderes populares y células primarias de articulación de este sistema productivo, siendo el sitio donde decantan la mayoría de los esfuerzos y de las tareas especificas de este orden, en la medida en que se vayan constituyendo. Desde ellas tenemos por delante una larga tarea de formación que debe comenzar por establecer las bases de una amplia campaña de “alfabetización productiva” de la población que permita homologar y enriquecer los conocimientos técnicos, gerenciales, organizacionales, tecnológicos, societarios, históricos, culturales, que nos pongan a tono con el reto revolucionario planteado.
I.- LA ECONOMÍA SOCIAL SOLIDARIA.
De los seis (6) millardos de seres que habitamos nuestro planeta, el 50% viven con menos de 2$ al día y 1.300 millones lo hacen con menos de 1$ diario. Esta situación ha tenido en las ultimas decadas (80,90); un incremento violento según datos aportados por la Confederación Mundial del Trabajo. (CMT)
Marcos De Castro Sanz, Presidente de la Confederación Empresarial Española de la economía social (CEPES), afirma que 4.400 millones de habitantes de los países subdesarrollados no tienen acceso al saneamiento, un tercio carece de agua potable, un cuarto no posee vivienda adecuada, una quinta parte de los niños en edad escolar (Primaria) no asisten a la escuela.
En el otro extremo se encuentran las 225 personas más ricas del mundo. Su riqueza combinada es superior al billón de dólares, equivalente al ingreso del 47% de la población mundial mas pobre (2.500 millones de personas). 10 grandes transnacionales en 1994 obtuvieron beneficios por 34.800 millones de $.
La comisión Económica para la América latina (CEPAL), en su informe del año 2.000, “Equidad, Desarrollo y Ciudadanía” señala que: “...el número de pobres se mantuvo ligeramente por encima de los 200 millones de personas hasta 1.997 y aumento a 224 millones al año 2000”. Un crecimiento relativo del 12% en apenas tres (3) años.
Antonio Aranibar, Director General de la Comunidad Andina de Naciones (CAN); informa que en la comunidad andina cinco (5) de cada diez (10) trabajadores no
Pueden conseguir empleo a tiempo completo o están desempeñando un trabajo para el cual no están calificados, mientras el subempleo alcanza al 50% de la fuerza laboral.
Datos estos lo suficientemente estrepitosos para demostrar el rotundo fracaso del modelo neoliberal en relación con las necesidades fundamentales y el bienestar común de la humanidad; fin ultimo de cualquier modelo económico sustitutivo, justo, equitativo y en definitiva social.
Esta realidad obedece al hecho cierto y concreto, científicamente demostrado que el carácter del capitalismo reside en la competencia, la ganancia, la plusvalía. El capitalismo, como modo de producción y sistema de relaciones sociales y económicas entre los seres humanos, se caracteriza por su necesidad de expansión y extensión a todos los rincones del planeta y de la sociedad mundial.
En el capitalismo y su fase imperial denominada neoliberalismo, la producción no se desarrolla para satisfacer las necesidades humanas, ni siquiera las de los propios capitalistas, sino para aumentar las ganancias que le permitan a estos sobrevivir en la competencia nacional e internacional con otros capitalistas.
En la economía capitalista la producción depende en gran medida de la extensión y de la capacidad de compra del mercado, de allí la urgencia de los capitalistas por no dejar ningún espacio sin su presencia, por estar en todos los confines del planeta. Como consecuencia de la competencia feroz entre todos los capitalistas, el control absoluto del proceso productivo por parte del capital, es decir; la explotación despiada y perversa de los trabajadores, se convierte en condición sine qua non para la supervivencia de cada empresa y cada capitalista individual.
Este control del proceso de producción por parte de la burguesía se expresa de varias maneras, a saber:
1. Intensificación del trabajo
2. La jornada diaria de trabajo se prolonga o acorta; según la situación del mercado.
3. Dependiendo también del mercado, en ocasiones se contrata mas personal y en otras se despide; produciendo desempleo.
4. Se reduce el salario y se recortan los beneficios socioeconómicos de los trabajadores.
En síntesis, el empresario utiliza todos los métodos posibles para maximizar sus ganancias. Ahora bien, por el contrario partimos de la idea que la economía social no constituye en sí un modelo económico acabado que pueda ser encerrado dentro de lo que tradicionalmente ha sido definido como economías solidarias o sociales, ni reducido solamente a sus formas institucionales mas conocidas: cooperativas, microempresas, empresas mutuales, fundaciones, asociaciones civiles ect.
La economía social es, en primer lugar, y dentro del contexto socio-económico específico de naciones periféricas a los centros mundiales de capital como la nuestra; aquella economía que se desarrolla precisamente sobre los márgenes de los grandes nudos de acumulación de capital.
Se trata, entonces; de prácticas sociales reales de producción, distribución y consumo de bienes y servicios que configuran en estos momentos todo un universo productivo particular. Empieza por las laberínticas formas de la economía de subsistencia hasta alcanzar los lugares de asociación y solidaridad entre individuos desde los cuales se emprenden iniciativas multifacéticos de producción cognitiva, de bienes materiales, de servicios sociales, de producción simbólica y comunicacional, que decantan por lo general, en la formación de amplios potenciales socio-económicos.
Sin embargo, cabe destacar que desde el seno de dichas prácticas sociales, siendo ellas mismas prácticas de resistencia con larga data de experiencia y reflexión, se ha venido levantando un perfil ideológico-político de las mismas que constituyen un lugar síntesis de su propia utopía. Síntesis que, por supuesto, sigue abierta al debate de acuerdo a las nuevas experiencias asociativas en desarrollo y los horizontes que se abren dentro del mundo económico de hoy. Por nuestro lado, ese lugar síntesis de definición lo resumiremos en los siguientes siete elementos:
1. La economía social es una economía alternativa.
2. Donde privan las prácticas democráticas y autogestionarias.
3. Motorizada por las formas de trabajo asociado y no asalariado.
4. Donde la propiedad sobre los medios de producción es colectiva.
5. Centrada en el reparto igualitario del excedente.
6. Solidaria con el entorno social en que se desarrolla.
7. Y aferrada a su propia autonomía frente a los centros monopólicos del poder económico o político.
Debe convertirse en aquella forma de la Economía que incorpora la democracia plena a la empresa superando la desfavorable división histórica capital-trabajo, invirtiendo los términos al suprimir la condición mercantil a la que esta sometida la fuerza de trabajo bajo la economía de mercado.
El problema que se nos plantea, entonces; es como hacer viable este sistema alternativo de producción dentro de una realidad económica llena de adversidades nacionales y globales para ella, así como dentro de una herencia socio-cultural que como efecto causal de la realidad económica, la determina.
Ya Marx en su obra “El Capital”, respecto de las cooperativas lo advertía: “representan los primeros brotes de una forma nueva dentro de la antigua, aun cuando reproducen naturalmente, y deben de reproducir siempre, en su organización actual, todas las insuficiencias del sistema dominante”.
Luego en 1.907 Rosa Luxemburgo agregaba al respecto: “...las cooperativas son una forma híbrida en medio del capitalismo. Es decir, estas son unidades de producción socializada de carácter marginal, las cuales deben sobrevivir en el seno de una economía-mundo capitalista- reproduciendo todas las imperfecciones y taras del mismo”.
Estamos, por tanto parados ante un doble reto. Primero el de promover un camino abierto a toda la ciudadanía desde donde se recuperen las mejores enseñanzas de esa economía de subsistencia de la cual es, en buena parte, partícipe. Una realidad que es hija de la precariedad estructural de nuestras naciones y de la inmensa desigualdad e injusticias que recorre toda nuestra historia, pero, sobre todo, de la crisis profunda que hoy en día vive el capitalismo como modelo global de producción; crisis que arropa y determina el destino gris al cual pareciera que estuviesen condenadas la inmensas mayorías de las naciones pobres y los pobres del mundo.
Pero además de las enseñanzas, se trata de un mundo laberíntico lleno de potencialidades y donde, efectivamente, se mueven enormes cantidades de capital que, en caso de comenzar a hacerse partícipes de un proyecto más integral y trascendente al mero interés individual, podrían convertirse en una palanca sustancial al desarrollo integral y equitativo de la sociedad. Del mismo modo nos referimos a las recientes experiencias de cogestión y autogestionarias de la economía social.
No estamos, entonces; ante un camino fácil de recorrer si de verdad se quiere, como en efecto rezan los mandatos constitucionales expresados en los artículos 70, 112, 118, 184, 308 de la constitución nacional; llevar adelante un proceso profundo de transformación de la realidad económica nacional; donde entre otras cosas se logre hacer de ella un lugar prioritario y estratégico para el desarrollo material y cultural de la democracia participativa y protagónica, así como de la misma economía nacional.
Así entonces se puede definir la economía social y solidaria como toda actividad económica, basada en la asociación de personas en entidades de tipo democrático y participativo; con primacía de las aportaciones personales y de trabajo sobre el factor capital.
La economía social esta esencialmente integrada por cooperativas, mutuales, asociaciones y fundaciones, entre otras formas asociativas; constituyéndose en los principales instrumentos que la caracterizan. Sus actividades no pertenecen al sector público ni a la actividad privada tradicional que tiene como único fin o motor de impulsión el lucro, la maximización del beneficio en términos financieros.
El tipo de organizaciones que pertenecen a la economía social se orientan principalmente a cubrir necesidades, no a lucrar y sus características intrínsecas de desarrollo son las siguientes:
• Empresariado social, democrático y participativo.
• Empleo y cohesión, inclusión social.
• Desarrollo local y
• Protección social mutua.
Estas características forman la base de un modelo para desarrollar una experiencia práctica de democracia que suministra una respuesta a las necesidades y expectativas de los ciudadanos. Con sus raíces en la comunidad local. La economía social; debe favorecer la asociación estratégica; con el sector público y las autoridades locales, con sindicatos y empresas convencionales –privadas-, lo cual habrá de convertirse en una estructura en red para garantizar su crecimiento.
El éxito de las empresas de la economía social no se mide únicamente en función de sus resultados económicos, que son una condición indispensable para poder llevar a cabo sus finalidades mutualistas y solidarias; sino sobre todo por su contribución en términos de solidaridad, cohesión social y actuación en su territorio.
Ya hemos indicado que entre las formas asociativas que adoptan las organizaciones de la economía social se encuentran las cooperativas, a las cuales se les define según el articulo 2 de la ley especial de asociaciones cooperativas, como: “....asociaciones abiertas y flexibles, de hecho y derecho cooperativo, de la economía social y
participativa, autónomas, de personas que se unen mediante un proceso y acuerdo voluntario, para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes, para generar bienestar integral, colectivo y personal, por medio de procesos y empresas de propiedad colectiva, gestionadas y controladas democráticamente”.
En Venezuela la expansión y avance de la economía social tiene un fuerte impulso en la constitución nacional, razón por la cual el crecimiento experimentado en los últimos años (1998-2007), ha sido sin duda significativo por lo cual no cabe ya la menor sospecha del impacto que este tipo de organizaciones tienen sobre la formación del producto interno bruto y de la cada vez mayor participación en la fuerza laboral del país, población económicamente activa (PEA).
Aunado a este hito se encuentra el resultado positivo que esta brindando la instrumentación de la política social gubernamental la cual descansa en sendas misiones (Robinsón I y II, Rivas, Sucre, Barrio adentro I y II, Vuelvan caras, Milagro, Guaicaipuro, vivienda y Hábitat; entre otras), cuyo impacto sobre la población desposeída y excluida por la perversidad del sistema capitalista esta marcando un gigantesco proceso de inclusión social sin precedentes
Hasta El año 1998 la SUNACOOP registraba 762 cooperativas y ya para Junio de 2005 existen 74.245, esto significa un crecimiento relativo equivalente al 9.643,44% y en relación a la cantidad de miembros asociados una cifra cercana a las 709.000 personas.
Para Junio de 2005 la fuerza laboral ocupada según cifras del INE se ubican en 11.762.623 lo que se traduce en una relación del 6,03% la participación de los asociados en cooperativas respecto al total de ocupados en la economía, por lo cual la incidencia sobre el PIB es también considerable.
El cooperativismo es una doctrina económico social basada en la conformación de asociaciones económicas cooperativistas en las que todos los miembros son beneficiarios de la actividad según el trabajo que aportan a la gestión de la cooperativa. El trabajo que aporta cada socio de una cooperativa se convierte en beneficio para el mismo y, para todo el grupo que conforman la cooperativa.
El cooperativismo promueve la libre asociación de individuos y familias con intereses comunes. Su intención, es poder construir una empresa en la que todos tienen igualdad de derechos por lo que el beneficio obtenido se reparte entre sus asociados según el trabajo que aporta cada uno de sus miembros.
A nivel económico su objetivo es la reducción del precio de venta, de compra, mejorar la calidad de vida de los participantes, ect.
Como organización social, el cooperativismo promueve la gestión democrática y la eliminación del beneficio o ganancia capitalista, produciendo así una mejor y mas justa distribución de la riqueza. Esto además de defender el trabajo como factor generador de la riqueza.
En este sentido saltan a la vista las grandes diferencias entre la empresa capitalista y las sociedades cooperativistas, las cuales indicamos a continuación:
En la empresa Capitalista:
La cantidad de accionistas es limitada, el poder lo determina las cantidad de acciones que posean. El capital se fija en el documento constitutivo. Su alteración se rige por normas jurídicas. Las acciones son negociables y transferibles. Las utilidades o ganancias se reparten según el número de acciones de cada socio.
En la sociedad Cooperativa:
Se acepta cualquier cantidad de asociados. Cada miembro tiene un solo voto, independientemente de la cantidad de certificados de aportación que posea. El capital es indeterminado. Las acciones son intransferibles y solo puede ser negociados entre los cooperativistas. Las ganancias (Excedentes), se distribuyen sobre la base de las operaciones y trabajo que el socio haya aportado.
En consecuencia las organizaciones de la economía social en contraposición a la empresa capitalista tradicional; es otra forma de emprender, es la mejor forma de la integración social, de reconocimiento e independencia, se constituye así en una solución para las zonas pobres donde la empresa capitalista no llega o no quiere ir. Este modelo de gestión se basa en la creación de plataformas de participación social promotoras de las cadenas productivas en el entorno local.
Finalmente bajo este esquema que llamamos economía social y solidaria la importancia que tienen las cooperativas en este modelo lo constituye el hecho de ser instrumentos de inclusión y cohesión social.
II.- LA ECONOMÍA SOCIAL SOLIDARIA
Siguiendo el discurso hasta aquí abordado trataremos de desarrollar en forma sucinta la relación que observamos de la fenomenología social entre el modelo de la economía social y solidaria y un esquema de relaciones sociales de producción socialista.
Pero antes de entrar en esta temática es preciso señalar que aquí contemplaremos el Socialismo del siglo XXI. En este sentido indicaremos en primer termino que la revolución bolivariana en Venezuela y su proceso de transformaciones y cambios profundos no se asumen en una perspectiva de imposición por la fuerza, no se trata pues de una dictadura que suprima las libertades individuales o cercene los derechos políticos a los cuales tenemos hasta el deber de defender.
La revolución bolivariana lleva consigo pues un proceso donde exalta los valores y principios elevando la dignidad de la persona y la propuesta de un proyecto colectivo de crecimiento y desarrollo capaz de producir para satisfacer las reales necesidades del hombre. Por ello Socialismo y democracia son inseparables.
“Si se sacrifica la libertad y la democracia en nombre de la dictadura del proletario y de la lucha de clases en aras de la Igualdad también se pierde a la Igualdad, porque la Burocracia del Estado-partido, explota a la población en beneficio propio, implantándose un nuevo esquema de clase dominante”.
El mundo de hoy requiere de soluciones socialistas para salvarse del retroceso de la civilización y el caos. Este es el gran desafió del siglo XXI que se le presenta a los
Socialistas, gobernar el mundo y la globalización para continuar construyendo el socialismo del futuro.
No solo por ello elegimos al Socialismo como la única opción frente al degollante Capitalismo; sino también por ser una postura ética y valorativa; porque entendemos que es el marco para el desarrollo del ser humano y su individualidad de un verdadero humanismo, que no ignora al proyecto individual, la libertad del ser humano concreto; sino que la integra y la realiza en un proyecto de horizonte social y colectivo. En este sentido, la afirmación del valor supremo de la dignidad de la persona nos lleva a postular a los derechos humanos como los principios esenciales para una sociedad democrática, justa, humana y socialista.
Bajo esta óptica un esquema de relaciones sociales de producción socialista es equivalente con un modelo de economía social y solidaria ya que en ambos casos o en ambas categorías los valores y principios que le regulan e inspiran son los mismos.
En Venezuela en el marco del desarrollo del proceso político bolivariano se pueden ir observando aun en una forma muy insipiente estas formas y estas relaciones. Solo que desde luego el camino aun es muy largo.
Mas sin embargo, es necesario decir que la idea del Socialismo es tan antigua como la sociedad misma, lo cual vale decir que es tan vieja como el hombre y su inicio en la historia con Cristo; pues el nos enseño la esencia del Socialismo cuando nos dijo: “Amaos los unos a los otros” o cuando ordena a los cristianos primigenios a vivir: “Dando según su capacidad y recibiendo según su necesidad”.
Desde ese momento el camino que conduce a la búsqueda del socialismo es largo como largo también será la asunción de la sociedad del amor. En ese proceloso camino la humanidad ha encontrado pilares teóricos, los cuales son a saber:
Primer pilar teórico: “La pobreza no se acaba con el capitalismo y la felicidad de los pueblos no se consigue con el capitalismo”. Sabemos por tanto que no puede haber socialismo si unos hombres se apropian del trabajo de otros hombres, o si la riqueza social es apropiada por individualidades.
Segundo pilar teórico: “El fruto del trabajo, debe ir a la sociedad y la sociedad repartirlo con justicia”. Dos mil años tiene el hombre tratando de implantar este sistema para encontrarse con el humano que una vez fue; dos mil años tiene el hombre tratando de volver al paraíso.
Tercer pilar teórico: “La sociedad, que es una sola, debe tener una sola planificación y un solo interés”. La sociedad que es una sola, tiene que tener un poderoso sistema de ordenación central de la actividad social.
Felip Gaviot, al respecto propone un concepto que resume muy hermosamente al socialismo: “El socialismo es; la socialización con justicia de las relaciones humanas”.
Avanzar hacia el socialismo implica un largo trayecto histórico de construcción permanente en el sentido de la democratización profunda de la economía y de la sociedad.
El socialismo es pues avanzar con la democracia desde la política hacia la economía y la sociedad, de tal manera que las opciones libres y voluntarias, expresadas en los procedimientos democráticos, no se limiten a los aspectos políticos de la marcha de la sociedad, sino que en definitiva decidan en cada caso cuanto habrá de propiedad privada, que extensión tendrá el mercado, cual es el destino del excedente económico y como se organiza la vida económica de la sociedad.
En este proceso de aproximaciones sucesivas, “proceso y resultado” a la vez; coexisten diferentes áreas de propiedad: hay un área de propiedad estatal porque aspectos básicos de la economía deben quedar bajo el control del estado democrático, hay otra de propiedad social autogestionada, y hay un área de propiedad privada así como también siguen operando en un mundo globalizado las empresas trasnacionales, y como producto de arreglos a nivel regional latinoamericano, sudamericano y caribeño el nuevo concepto de empresas gran nacionales.
La complejidad de las sociedades, la coexistencia de diferentes formas de propiedad, la existencia del mercado como institución al servicio de la eficiencia productiva y de competitividad; resaltan la importancia del estado democrático como centro coordinador y programador del desarrollo.
Socializar las fuerzas productivas es un proyecto a realizar en un prolongado proceso histórico en el cual la soberanía popular y la democracia se extiende al conjunto de la vida económica.
Hoy en el plano estrictamente gubernamental la experiencia apunta a la lógica de un nuevo sistema que se edifica y que esta basado en la postura anteriormente señalada. La instrumentación de las misiones en esta primera etapa
(Educativas, productivas, culturales, deportivas, sociales y de salud masiva y pública); alimenta un vasto proceso de inclusión social de incorporación de todos e ir sembrando un rumbo al socialismo, a un sistema de relaciones sociales de producción que facilitan a todos el acceso a la educación, a la formación e información en una sociedad en la que el conocimiento es un bien esencial para la integración social, que deberá tender a socializarse cambiando el carácter de mercancía que el neoliberalismo pretende asignarle, a un sistema de relaciones sociales de producción que provea a todos sus mas elementales necesidades.
Y finalmente, se concluye que: “El mundo material da origen al mundo espiritual, pero dado que, el humano es materia dominada por el espíritu, el móvil de la revolución es el espíritu”
“Toda gloria del mundo cabe en un grano de maíz y toda la revolución del mundo cabe en una palabra: Amor”.
III.- LA ECONOMÍA SOCIAL SOLIDARIA.
La economía social y solidaria esta llamada a combatir con mayor fuerza la naturaleza mercantil de la producción y distribución (cambio) de mercancías demandadas para la satisfacción de las necesidades colectivas.
Para este arduo objetivo se hace imprescindible la participación del estado en un contexto de justicia social que impulse y a la vez cree la necesaria reglamentación de este tipo de economía que no solo se encargue de la producción de rublos esenciales sino además de realizar la respectiva distribución mediante redes productivas para cristalizar el valor de uso mas no el de cambio, garantizando la reproducción de un capital que no persigue el lucro o afán de riquezas acumuladas en pocas manos sino la justa redistribución de la riqueza capaz de generar el factor trabajo liberado de la relación capital-trabajo en el sistema de la economía de mercado, y en consecuencia el verdadero desarrollo integral humano.
Kart Marx nos lego, en su enorme producción intelectual e investigativa una obra de gustoso sabor científico. El supo encontrar y construir las Leyes de la transformación, el cambio y el movimiento de la materia que acompaña al desarrollo social e histórico de la humanidad; para abrir las compuertas a la conciencia; como la mas alta expresión de la materia organizada, a fin de que le permita a los seres humanos resolver sus antagonismos de clases sociales y construir una nueva era civilizatoria: El Socialismo.
El problema se inicia o puntualiza en la relación trabajo asalariado y capital, y de allí al proceso de producción y circulación de mercancías; que se obtienen de la relación transformadora del trabajo; donde no necesariamente el desarrollo de las fuerzas productivas conlleva a salarios más altos.
Después de los años de apogeo y de expansión de las nuevas formas productivas, con la automatización y el desarrollo de los transportes y comunicaciones, entre las más importantes, la fase expansiva del mercado mundial parece estar agotándose y abocándose a periodos de violencia y destrucción propia de las guerras de rapacería.
En la primera parte indicábamos que la Economía Social, es aquella forma de la Economía que ha incorporado la democracia plena a la empresa superando la desfavorable división histórica capital-trabajo, invirtiendo los términos al suprimir la condición mercantil a que esta sometida la fuerza de trabajo bajo la economía de mercado.
Pero la Economía Social hace honor a su atributo SOCIAL, en el sentido de que cada entidad económica de trabajo y capital no actúan por su propio y exclusivo provecho olvidando al conjunto de las restante unidades económicas de propiedad y producción social con las que se relaciona en los intercambios, sino que, gracias al apoyo mutuo, se protegen unas con otras en la red social que entrelazan.
En el modelo de la Economía Social debe dispensar el sentido de la red, el apoyo mutuo, la cooperación, la complementariedad y la solidaridad; como principios rectores de la orientación de este tipo de economía.
Corresponde priorizar la sostenibilidad general de la red y del movimiento; para lo cual la Economía Social como cuerpo y el Estado social y de justicia deben proporcionar normas de actuación para lograr que el valor realizado en la esfera de la circulación no quede apropiado exclusivamente por la entidad comercializadora o distribuidora; sino que se distribuya entre los diferentes puntos de la red, especialmente donde se producen las materias primas y los productos semielaborados.
El criterio es que el trabajo necesario socialmente para la producción de las materias primas reciba una remuneración proporcionada, lo cual comienza a ser realidad al eliminar el trabajo asalariado, aunque se requieran transformaciones en la esfera de la circulación.
Luego, un elemento de valiosa importancia; lo constituye la defensa del medio ambiente por lo que se renuncia a producir con costes medioambientales no reparables a corto plazo y a la producción de artículos nocivos, dañinos y destructivos. En consecuencia se propone una producción mixta, mercantil y de autoconsumo fomentando la producción de valores de uso; muy especialmente en la agricultura.
La Economía Social debe apoyarse en experiencias concretas, donde el capital empiece a quedar bajo la dirección de grupos y colectivos de trabajadores/as; donde el tipo y forma de empresa u organización empresarial; no solo sean de Cooperativas o Pymes sino aquellas cuya propiedad y orientación sea de carácter social.
IV.- TIPOS DE EMPRESAS DE LA ECONOMÍA SOCIAL.
La Economía Social, popular, comunitaria, cooperativa o comunal; puede adoptar varias formas; de cuya investigación se podrán inferir sus principios de actuación.
• Tipos de Producción Campesina Asociativa (TC-A):
Aquí agruparemos todas aquellas experiencias de pequeños propietarios de capital agropecuario que produciendo en autogestión sobre la base exclusiva de su propio trabajo familiar o individual, han llegado a establecer formas de asociación con otros semejantes para compartir medios de producción, crédito, servicio y fuerza de trabajo; con la finalidad de reducir los costos de producción y por tanto el valor de sus mercancías de forma que puedan competir en precios en el mercado abierto.
• Tipos de Producción Campesina Cooperativa (TC-C):
Son todas aquellas experiencias de colectivos y cooperativas de trabajo y capital agropecuario que producen para el mercado sin emplear trabajo asalariado.
• Tipos de Producción Urbana Cooperativa (TU-C):
Son todas aquellas experiencias concretas de tipos de propiedad colectiva y cooperativa de trabajo y de capital industrial, manufacturero o artesanal, urbanos; que producen mercancías finales, mediante el empleo de fuerza de trabajo exclusivamente de los mismos dueños del capital.
• Tipos de Comercialización Urbana Cooperativa (TCU-C):
Son todas aquellas experiencias concretas de propiedad colectiva y/o cooperativas de capital empleado para la comercialización de mercancías producidas por los tipos campesinas (TC-A) y (TC-C), en las ciudades. La cooperativa de comercialización actúa como un agente de los mismos productores asociados o cooperativizados, proveedores de los productos. Estos reciben precios suficientes para recuperar, como mínimo, los costos de producción campesina y así evitar caer en la tendencia a la pobreza.
• Empresas de Producción Social Comunitarias (EPSC):
“Las Empresas de producción social, son entidades integrales cuya misión se fundamenta en la formulación e implementación de nuevas formas de producción social eficientes, acompañadas de procesos de distribución de beneficios con justicia, equidad y reciprocidad entre toda la comunidad participante; a través de la utilización de técnicas propias y tecnología de vanguardia, en el contexto del socialismo bolivariano” (Maria Mas H, 2007).
Como se desprende de la anterior definición; las empresas de producción social son entidades integrales, ellas pueden ser empresas de carácter mercantil, civil o cooperativas pero con la misión de establecer nuevas formas de producción social y eficientes con una distribución de sus excedentes o beneficios en base a principios de justicia, equidad y reciprocidad hacia toda la comunidad que participa y el uso de técnicas y tecnología de punta en el contexto del socialismo bolivariano.
• Tipos en transición de economía de mercado a economía social (TEM-TES):
Son todas aquellas experiencias de producción de mercancías con capital propio individual que renunciando a la lógica del lucro capitalista pasan a basarse gradualmente en la autogestión, adoptando formas asociativas con alguna de los tipos anteriores de economía social, en la búsqueda de redes mas amplias de economía social y siempre sobre la base de ir prescindiendo gradualmente del empleo de trabajo asalariado.
V.- LAS REDES PRODUCTIVAS EN LA ECONOMIA SOCIAL SOLIDARIA.
Es imperioso antes de realizar una descripción del como funciona en una economía social solidaria y local la noción de redes productivas; refrescar un concepto, vale decir que trata la ciencia de la economía.
La economía en la perspectiva de ciencia trata o estudia el desarrollo de las relaciones sociales de producción. Estudia por tanto las leyes económicas que rigen la producción, la distribución, el cambio y el consumo de los bienes materiales en la sociedad humana.
En consecuencia la economía política, “es la ciencia de las leyes sociales que rigen la producción y la distribución de los medios materiales que sirven para satisfacer las necesidades humanas”. (Oskar Lange. Economía Política I).
Las necesidades humanas y los medios de satisfacerlas:
El hombre que vive en una sociedad que se encuentra a un cierto nivel de desarrollo histórico tiene necesidades de diverso orden, tales como la nutrición, el vestido, la vivienda, la educación de los niños, los ocios y muchas más. Parte de dichas necesidades son biológicas, cuya satisfacción es indispensable para vivir; las otras son consecuencia de la vida común de los hombres dentro de la sociedad, producto de un conjunto de condiciones que designaremos con la expresión: “cultura de una sociedad dada”.
Para Satisfacer dichas necesidades, requerimos de objetos materiales; los cuales denominaremos “bienes”, y representan la parte real de las necesidades del hombre.
Para obtener dichos bienes, deberemos tener la capacidad de obtenerlos y en economía política se refiere al termino “medios”.
En fin el hombre tiene “necesidades”, por esto busca “bienes”, y debe tener los “medios” para conseguirlos.
La producción y el trabajo:
Para generar bienes, es necesario “producirlos” y para ello deberemos utilizar alguna fuerza la que llamaremos “trabajo”. La actividad humana encaminada a la utilización de las reservas y de las fuerzas de la naturaleza con el fin de crear bienes, la designaremos con el término “producción” y en cuanto a los bienes obtenidos por medio de la actividad los llamaremos “productos”.
La producción es la actividad humana que adapta las reservas y las fuerzas de la naturaleza a las necesidades humanas. Se trata de una actividad consciente e intencional. Y es precisamente esta actividad consiente lo que diferencia a los hombres de los animales, actividad que hemos llamado “trabajo”.
Medios de producción y medios de consumo:
La producción se basa en el trabajo. El hombre se sirve de diversos objetos materiales que llamamos “medios de producción”, tales como arados, bestias de carga, maquinas ect. Algunos medios de producción son transformados en el curso del proceso del trabajo y entonces los denominaremos “objetos de trabajo”. Al acto de satisfacer las necesidades lo llamaremos consumo y por lo tanto, “los medios de consumo” son las herramientas o las posibilidades que tienen los hombres para poder realizar sus necesidades.
*La economía política, ciencia de las leyes sociales de la actividad económica:
El objeto de la economía política lo constituyen por lo tanto las leyes sociales que rigen la producción, distribución, el cambio y el consumo de los bienes materiales en la sociedad humana. La economía política pues se ocupa del estudio de las leyes sociales relativas a la creación de bienes y a la forma en que estos son puestos a disposición de los consumidores, es decir; de los hombres que con ayuda de estos bienes; satisfacen sus necesidades individuales y colectivas. La actividad humana se repite constantemente y por eso hablamos de procesos de producción y de la distribución del proceso económico.
En el proceso económico se establecen ciertas relaciones más o menos estables entre los hombres; es decir, ciertas relaciones sociales. Las relaciones sociales son un tipo definido de reacción constante(es decir que se repite constantemente) de unos hombres con otros, a través de una actividad de un tipo dado. Las relaciones se pueden
establecer entre ciudadanos, gobernantes y gobernados, poder político y económico etc. Y en general las relaciones se pueden definir como un patrón de hombre, cosa u objetos, hombre.
Hombre...............cosa...............hombre
“Es así como la relación entre los hombres y sus necesidades bajo un patrón cultural y bajo las interrelaciones entre todos los elementos de producción, cambio, distribución y consumo hacen de la Economía política luna ciencia social por excelencia”.
El contexto económico y social.
El proceso de desestructuraciòn de un modelo de desarrollo económico cuyas bases históricas fueron determinadas por la contención de las necesidades sociales básicas se hizo evidente durante la década de los años noventa, cuando la irrupción de la nueva racionalidad de mercado impulso el proceso de privatizaciones y desregularizaciòn económica, dejando como resultado el crecimiento del desempleo y la concentración de la economía; al tiempo que clausuraba nuevas oportunidades para el desarrollo de actividades económicas, intentadas por la población desplazada.
La ruptura del modelo económico con un importante componente de mediana y pequeña industrialización que permitía la integración socio-laboral y el desarrollo de una cultura emprendedora asociada al proceso industrial determino, a su vez; el quiebre de las cadenas de agregación de valor al nivel de la red de vinculación de pequeñas y medianas empresas en función de soporte y abastecimiento a los sectores industriales de punta; tal es el caso de la industria automotriz, electrónica, metalmecánica, textil; entre otras.
El resultado fue el creciente desempleo, la devaluación de los recursos humanos capacitados, la pérdida de conocimiento acumulado, de habilidades, experiencias laborales.
La destrucción y el abandono de redes de infraestructura –obras viales, transporte, etc- que en muchos casos significaron la desaparición de poblaciones o la emigración de los estratos más jóvenes que transformaron asentamientos prósperos en “pueblos fantasmas”.
Y finalmente, la perdida de oportunidades básicas de subsistencia, de seguridad alimentaría, de salud, de educación y aun de seguridad física, al profundizarse la existencia de nuevos GHETTOS urbanos y suburbanos que expresan la exclusión social.
Este escenario socio-económico presente ante nosotros permite distinguir dos aspectos; uno estático, que esta directamente expresado por los índices de la marginalidad y exclusión; demandantes de políticas eficientes y ágiles en materia de asistencia, para construir un piso de subsistencia que permita una superación paulatina y programada de la emergencia social.
Y por otra parte, un aspecto dinámico que se reconoce en las capacidades y potencialidades de las personas y los colectivos sociales para ponerlos en función de
los nuevos modos de utilización y aprovechamiento de la diversidad de recursos institucionales, de organización, de capital social y económicos.
Todo ello en la perspectiva de una alianza estratégica entre las organizaciones de la sociedad civil, las empresas, los sindicatos, los ámbitos de producción de conocimiento y el estado.
Conceptualizacion de la Economía Social Solidaria y las Redes Productivas.
La orientación central de este trabajo consiste en la identificación de las condiciones necesarias para el desarrollo de micro-emprendimientos vinculados a una cadena de agregación de valor o redes productivas. De que manera y bajo cuales condiciones habrán de vincularse las actividades de los micro emprendedores para integrar una red productiva junto a otros agentes –económicos, sociales, institucionales- públicos o privados.
Por ello, resulta importante esclarecer la perspectiva conceptual bajo la cual se abordan los micro-emprendimientos en el marco de la promoción de la economía social. Específicamente, se apunta a conceptuar las nociones de economía social y redes productivas.
Se trata de dos conceptos que exhiben orígenes de significados distintos y hasta contrapuestos. Por una parte, el concepto de “redes productivas” hace referencia a un fenómeno típico derivado del proceso de globalización y de la consecuente tendencia al eslabonamiento horizontal de actividades productivas y de servicios en forma de red; por otra parte los términos de “economía social” o de “economía solidaria”, reflejan vinculaciones mas dinámicas con la sociedad civil., a través de emprendimientos económicos para la provisión de bienes y servicios.
La economía social encuentra su basamento en cuatro dimensiones claves (Guy Ascote, 2000):
• La solidaridad: la acción individual y colectiva comprende la interdependencia como eje dinámico de la practica solidaria y de cooperación.
• La autonomía: de cada persona, cada unidad de producción y de actividad, de cada unidad de territorio; explorando las potencialidades y desarrollando crecientes capacidades y nuevos instrumentos de acción.
• La igualdad: trabajar con las desigualdades y construir la paridad de derechos sobre el reconocimiento de las diferencias.
• El compartir: el trabajo, el tiempo, los beneficios y el riesgo.
Sus herramientas y métodos facilitan el acceso de las personas o de los grupos a la empresa y al capital; ampliando el control de los productores y de los consumidores sobre el contenido del trabajo, la utilidad social, el valor de los productos y las tecnologías; se esfuerzan en la promoción de la igualdad y la responsabilidad, en reducir las distancias (entre los sexos, las rentas, entre concepción y ejecución...); proponen a los ciudadanos un mejor dominio de los flujos, de los circuitos de decisión y del dinero (beneficios, inversiones, fiscalidad, ahorro).
Por otra parte, entendemos el concepto de redes productivas (cadenas de valor); en un contexto de cambios y transformaciones donde el conocimiento y la capacidad de innovación se constituyen en las variables estratégicas para generar desarrollo económico integrado. “La fuente de creación de valor, es una condición del ser humano: el conocimiento.” (Peter Drucker, 1994).
Si queremos hacer de esta iniciativa en pro del desarrollo de la economía social un postulado central del proceso de transformación socio-económico del país; necesariamente tenemos que forzar la mirada hacia una realidad ampliada, donde se articulen extensas zonas de producción, distribución-mercadeo y consumo que, en suma; constituyen la base para la organización de un amplio sistema de economía social.
Este aspecto sistémico del asunto no es posible diseñarlo en abstracto (modelos societarios ideales), ni mucho menos reconocerlo exclusivamente a partir de los flujos monetarios y de mercancías que todo proceso económico genera.
Estaríamos hablando, mas bien; de un flujo colectivo (flujo de pueblo y multitud) sustentado como dijimos en necesidades muchas veces primarias; así como de las posibilidades de trascendencia que se encuentran, primeramente, en colectividades de producción que al reunirse ayudan a la multiplicación y sinergia de un conjunto de empresas que producen valores de uso determinados, pero que tienden a establecer conexiones naturales o inducidas por el desarrollo del sistema mismo, generando así; progresivamente, las bases para la realización de todo un amplio sistema de solidaridad e interacción intrasistemica.
Estos amplios territorios de interacción y solidaridad de agentes de producción, distribución-mercadeo y consumo es lo que llamaríamos las Redes productivas de la economía social; las cuales se subdividen en redes más específicas de acuerdo a la naturaleza y fines de cada uno de los espacios empresariales que se han ido construyendo.
Son redes que no están atadas a la sola racionalidad del mercado, sino que hacen de los frutos del debate consensual, la solidaridad y el compromiso entre los actores participantes del sistema mismo su fuente primordial de crecimiento y concreción de nuevos mercados, lo que nos acerca todavía más a la definición de un modelo alternativo de desarrollo, así como al salto que la economía social debe dar hacia la creación de un sistema autoreferencial que abarque amplios tejidos sociales.
Así pues; toda red de economía social y alternativa, Primero: Produce los sujetos de su propia conformación, a la vez que determina las funciones y las particularidades de cada uno de ellos. De ella surgen las condiciones para el desarrollo multiplicado de una diversidad de colectividades productivas que constituyen el principio de una economía cada vez más soberana y con posibilidades de autogobernar su propio desarrollo.
Segundo: Genera las bases para el desarrollo de un mercado asociativo y cooperante que, por los valores que lo sostendrían y la calidad de sus practicas, obviamente ayudara en forma sustancial a promover la transparencia de la economía y a derrotar las largas colas especulativas que se han ido creando en casi todos los mercados; generando así la endemia inflacionaria que resta poder de compra a los asalariados y acrecenta la tasa de ganancia de los productores y comercializadores capitalistas. .
Tercero: Crea las condiciones objetivas y subjetivas para que el carácter en principio local desde el cual habrá de nacer toda comunidad autogestionaria pueda incorporarse a un vasto espacio de distribución y mercadeo asociativo, encontrándose así rápidamente las posibilidades de “nacionalizar”, “continentalizar” e incluso “globalizar” sus propias potencialidades de mercado e intercambio comunitario.
Siempre en la medida en que todo sujeto que conforme e intervenga dentro de los espacios de distribución y mercadeo de la red, actuando efectivamente bajo la lógica de una red social cooperante y asociada, que garantice de hecho la extensión continúa de las fronteras productivas. No estamos con ello intentando sabotear o burlar la importancia que pueda tener el rescate de las culturas de la auto sustentación dentro de un modelo alternativo de desarrollo; nos referimos, más bien, a la necesidad de combinar dentro de un justo equilibrio el carácter a la vez integral y expansivo de este modelo.
Por el contrario, todas estas economías autarquicas, que no producen valores de cambio sino exclusivamente valores de uso (conuqueros y sobretodo la economía domestica), podrían formar sus propias redes y subsistemas convirtiéndose en paradigmas de una sociedad más sana y humana.
Cuarto: Finalmente, incorporamos dentro de estas redes la dimensión del consumo; ello, bajo la figura de un sujeto social organizado que jugaría un papel clave en el establecimiento de un subsistema de organización masiva que permitiría desarrollar en forma ampliada la contraloría social sobre la economía en lo que refiere a calidad, precios, resistencia a la especulación y a la basura consumista, e inclusive como agente dentro de los espacios de participación comunitaria de los distintos ramales y redes de la economía social.
El consumidor consciente y organizado pasaría a constituirse en un sujeto económico estratégico en la medida en que cada espacio o esfera de producción y distribución asociada; estableciera a su vez, las condiciones para el nacimiento de dicho sujeto social.
Las redes de redes:
El fenómeno de las redes sociales constituye una experiencia que recorre en estos momentos enormes conjuntos del mundo popular, basándose todas ellas en núcleos primarios de organización participativa, (núcleos de desarrollo endógeno).
Los poderes sociales y populares tienen allí su lugar de realización, sea en el campo de la salud, pedagógico, comunicacional, cultural, de la tierra, de la organización local, etc. En el caso de las comunidades y redes ligadas a la economía social necesariamente tendrán que accionar en conjunto con estos otros espacios, por al menos tres razones:
1) Porque se comparten fines y valores muy semejantes. 2) Porque nacen de las mismas o muy parecidas realidades sociales confundiéndose muchas veces unas con otras. 3) Porque se necesitan entre ellas y, en particular; la economía social necesitara de la competencia de todas ellas para poder sumar el mayor numero de recursos humanos y conocimientos a ella; pero, además, toda esta multiplicidad de redes deben estar interesadas en hacer de la economía social un espacio potente dónde ellas participen, de modo que les ayuden a la consecución en forma gratuita o mas barata de muchos de los bienes y servicios que obviamente ellas no producen.
El desarrollo más acabado de la nueva economía basada en el conocimiento y en la capacidad de innovar para generar ventajas competitivas fue una contribución de Michael Porter; quien plantea la nueva realidad de cadenas de valor (redes productivas), atendiendo a cinco fuerzas que determinan las nuevas opciones para las empresas y en general para todas las organizaciones de implicación económico-social.
Atendiendo al nuevo contexto de relaciones que caracterizan el funcionamiento de un mercado competitivo, parece necesario integrar en la óptica de cadena de valor (redes productivas), el equilibrio inestable entre estos cinco factores; sin importar la dimensión o el tamaño de la unidad económica:
Si la realidad del proceso económico y social es el cambio, debe reconocerse que el desafió es permanente y esta determinado por nuevos y potenciales competidores.
De modo similar, las amenazas son en forma permanente por la capacidad de innovación de estos competidores y la posibilidad de que sustituyan nuestros productos y servicios.
Los proveedores de insumos, merecen una especial atención porque harán pesar su poder de negociación determinando consecuencias al nivel de la estructura de costos y de nuestra capacidad de fijar precios rentables.
La atención a los clientes reales y potenciales, constituye la variable por excelencia del negocio.
El grado de competencia dinámico que configura el perfil de la competencia entre todos los actores del sistema económico.
Es necesario entonces que toda experiencia de la comunidad productiva o de red, desde un primer momento empiece a construir los puentes e incluso incentive otros lugares de participación y desarrollo del poder popular de distinta naturaleza, haciendo el llamado a todos para que adopten la misma mentalidad pluriconstructiva y no se queden encerrados en un focalismo corporativo que les quita la posibilidad de aprovechar el expediente infinitamente rico que cada experiencia de participación va acumulando y convirtiendo el gran capital social y cultural sobre el cual habremos de construir un nuevo país.
5.1.- ROL DE LOS EMPRENDEDORES EN LA ECONOMÍA SOCIAL SOLIDARIA Y LA IMPORTANCIA DE UNA POLÍTICA PÚBLICA EN LA MATERIA.
En lo que respecta a los microemprededores, si los mismos desarrollan su actividad promoviendo un juego positivo entre las cinco fuerzas(señaladas en el capitulo anterior); acompañando la dinámica competitiva, las posibilidades de rentabilidad del emprendimiento aumentaran mientras que lo contrario, muy probablemente determinara perdidas.
En este contexto, las preocupaciones del emprendedor respecto de la viabilidad del negocio, requieren de un conocimiento de sus capacidades para optimizar recursos, experiencias y potencialidades asociativas para aprovechar oportunidades:
• Asociarse con el propósito de satisfacer requerimientos de capital e inversiones.
• Acceder a ideas innovadoras para lograr competir por diferenciación de productos.
• Estrategias de alianzas para reducir costos de transformación, acceso a canales de distribución.
• Capacidad de negociación ante los poderes públicos para superar restricciones de orden político-institucional, influir en el diseño de políticas promociónales y de subsidios a costos indirectos para mejorar la posición competitiva (capacitación, asistencia técnica, etc.)
• Capacidad de negociación ante las empresas de mediana y gran escala en su rol potencial de proveedor.
De esta manera las políticas públicas destinadas a intervenir en la promoción de emprendimientos económicos con finalidad social, deben integrarse en una visión estratégica del proceso económico específico en toda su extensión.
Es necesario trasmitir al emprendedor las herramientas que le permitan analizar el contexto de las relaciones de competencia, descubrir sus ventajas competitivas, las capacidades en cada uno de los sectores de la red productiva. El emprendedor necesita diseñar estrategias especificas para operar y construir una “caja de herramientas” ágiles que le permitan reaccionar con rapidez, adaptarse a los cambios, resistir a las presiones de la competencia, identificar las señales del mercado y adelantarse a los movimientos futuros de los otros actores en la red.
En este sentido resulta necesaria la revalorización de la pequeña empresa como articuladora en las redes productivas, a través de esquemas de asociatividad horizontal; dado que abre nuevas posibilidades al desarrollo de producción y consumo en contextos de mayor bienestar y desarrollo social. Ello encuentra su fundamento en el hecho que la micro y pequeña (incluye cooperativas), empresa es:
-Responsable por la mayor proporción de puestos de trabajo en el mercado laboral.
-Representa la más amplia diversificación territorial desarrollando mercados en pequeñas comunidades y en los grandes conglomerados urbanos.
-Por su dimensión constituyen estructuras flexibles, mas propensas al cambio y a la optimización de las capacidades y habilidades humanas.
5.2.- INTERVENCIÓN PÚBLICA EN LA PROMOCIÓN Y DESARROLLO DE LAS ORGANIZACIONES DE LA ECONOMÍA SOCIAL SOLIDARIA.
“La separación entre la economía y la solidaridad radica en el contexto que suele darse a ambas nociones. Cuando hablamos de economía nos referimos espontáneamente a la utilidad, la escasez, los intereses, la propiedad, las necesidades, la competencia, el conflicto, la ganancia. Y aunque no son ajenas al discurso económico las referencias a la ética, los valores que habitualmente aparecen en el son la libertad de iniciativa, la eficiencia, la creatividad individual, la justicia distributiva, la igualdad de oportunidades, los derechos personales y colectivos. No están la solidaridad o la fraternidad; y menos aun la gratuidad”. (Luís Razeto, 2000)
“Es preciso afirmar la concepción teórica que postula que las organizaciones económicas tienen alguna cierta identidad particular y proceden con una determinada racionalidad especial que comparten con otras organizaciones similares, de manera que sus potencialidades de desarrollo se enmarcan y consisten fundamentalmente en el despliegue de dicha identidad y racionalidad”. (Luís Razeto, 2000)
A este aspecto queremos prestarle atención y en tal sentido, nuestra preocupación es en que medida la definición de un nuevo esquema de política económica posibilita la recuperación de estas capacidades humanas, en gran medida intangibles, para recrear y reorientar procesos de agregación de valor en el marco de emprendimientos económicos de nivel micro y la posibilidad de estructurar una economía social.
Decimos intangibles en el sentido de que son capacidades vinculadas a experticias, habilidades y conocimientos individuales o colectivos que pueden convertirse en valores para hacer viables los emprendimientos en el marco de las nuevas condiciones del proceso económico y productivo.
Una primera aproximación a la problemática nos muestra la necesidad de identificar nuevas fortalezas ante las debilidades que supone la falta de capital, de acceso al crédito, de acceso a la tecnología y de lejanía respecto de los circuitos de distribución y comercialización hegemónicos.
Nuestro problema consiste en la identificación de las fortalezas, entendidas como recursos propios que definen la capacidad de la persona, del grupo, de la comunidad de referencia para insertarse en el circuito económico-productivo con el propósito de obtener una rentabilidad con expectativas de sustentabilidad. Estas fortalezas deben combinarse con las nuevas oportunidades que ofrecen un contexto competitivo y que permite optimizar aquellas capacidades para construir posicionamientos en el mercado y en el sistema económico en su conjunto.
Así de esta manera, resulta oportuno plasmar las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son las actividades que debemos favorecer para una mejor identificación de las fortalezas y oportunidades?, ¿Quién o quienes deben promover y supervisar estas actividades de búsqueda junto a los actores sociales comprometidos?, ¿Cuáles son las condiciones de actuación de los organismos públicos, en términos de capacitación, asesoramiento y asistencia técnica?, ¿Cómo definir los criterios de selección y elección de proyectos que deben ser monitoreados en el sentido de proveer condiciones para la sustentabilidad de los mismos?
Una condición básica para que este proceso tenga éxito es que opere un cambio en la perspectiva de observación, análisis e intervención que ha sido dominante hasta el presente y sea sustituida por una visión de proceso, con una proyección de objetivos estratégicos y acciones encadenadas en términos de agregación de valor como base de rentabilidad sostenida del proyecto.
Es necesario superar la visión estática del Estado que se expresa en intervenciones fragmentadas, discontinuas y formalistas, cuyo resultado es ampliar la frontera burocrática inhibiendo el pensamiento y las acciones innovadoras para cristalizar en esquemas rígidos y dependientes de la asistencia pública.
Es preciso desarrollar una visión estratégica en el nivel de los actores que haga mas potente la confianza en sus propias capacidades y posibilite un mejor aprovechamiento del acompañamiento del estado, definiendo desde los propios interesados, las condiciones y oportunidad en que la asistencia debe estar disponible.
El cambio desde una actitud pública preocupada por solucionar el problema hacia un comportamiento del Estado orientado a generar condiciones que permitan maximizar los recursos de la comunidad, es el camino para hacer más consistente una economía basada en la solidaridad, por el reconocimiento de intereses similares, y en la cooperación, por la capacidad de articular estrategias convergentes.
Necesitamos de un Estado que sea “flexible y no rígido, libre y no controlado, interactivo y no segmentado. Es decir, un Estado que se manifieste como una compleja red de relaciones temporarias diseñadas para resolver los problemas a medida que aparecen y conectada por canales informales de comunicación”.(Mintzberg).
Los actores de la “economía social” necesitan de una relación unilateral con el estado, no puede ser una relación directamente reciproca de clientes ni tampoco una relación que se reduce al beneficio de la infraestructura publica disponible.
Por el contrario, requiere de una ampliación cualitativa de esa infraestructura, de una inversión creciente del Estado para obtener resultados tangibles en términos de mayor integración y menor riesgo social. En este punto es fundamental, destacar la importancia de la calidad profesional y técnica del estado para neutralizar los efectos nocivos de la burocracia.
En la medida que el Estado desarrolla una visión sistémica de los procesos económicos y sociales, tiende a la implementación de políticas convergentes en el sentido de promover condiciones para la generación de valor económico y de valor social. En el contexto de los emprendimientos de la economía social, es necesario que el Estado genere condiciones que tiendan a aumentar la capacidad de negociación del pequeño emprendedor con los actores económicos y empresariales a los cuales esta vinculado.
En este sentido la construcción de las redes productivas; requieren del involucramiento activo de los organismos públicos específicos para una inserción efectiva del emprendedor en el encadenamiento que hace de la transferencia de valor económico; asistencia técnica y crediticia, mejore el posicionamiento de los pequeños emprendedores, los eslabones mas débiles y fundamentalmente las condiciones de sustentabilidad, basada en la capacidad de innovación. Esto solo pueden ser satisfecho en el marco de una alianza estratégica con el Estado, en la medida que la optimización del valor económico en el nivel de los emprendimientos de economía social genera valor social de integración al contexto donde operan.
En este marco, cabe señalar la importancia del valor social y estratégico que reviste para el estado, en la medida que las actividades económicas promovidas hacen a los objetivos de integración, equidad, preservación y equilibrio sistémico. La intervención estratégica del estado, a través de la eliminación de rigideces burocráticas y mayor flexibilidad para la estabilización de las condiciones de negociación de los mas débiles en la Red, trae aparejado un incremento en la competitividad a nivel de todo el eslabonamiento y una reducción en los costos de transacción desde una perspectiva sistémica.
En el siguiente diagrama se presenta de manera sintética y esclarecedora nuestro enfoque para el abordaje de redes productivas desde el ámbito público.
Enfoque de redes productivas para la intervención publica.
Procesos / Actores } Eslabón }
Análisis de la Red
Valor Económico:
- Competitividad.
- Productividad.
-Sinergia entre eslabones.
-Distribución/aproximación del valor.
-Sustentabilidad e innovación.
-Escenarios.
Valor Socio-estratégico:
-Valor de integración/equidad.
-Valor defensa nacional.
-Valor sistémico.
-Valor ecológico.
La adopción de esta visión integradora es indispensable para analizar y promover la competitividad de la producción, ya que permite comprender los vínculos entre las etapas, detectar las limitaciones a remover, e identificar las oportunidades de articulación entre los protagonistas de las redes productivas. La red productiva es entonces el punto clave para desarrollar la competitividad y lo indicado es generar la mejor articulación entre las diferentes etapas de la misma.
5.3.- EL ENTORNO LOCAL.
Ahora bien, es necesario establecer que dichos encadenamientos se realizan en un entorno local, ubicado territorialmente, en una región determinada. Esto implica que la noción de territorio expresa la heterogeneidad y complejidad del mundo real, sus características acerca del tipo de conocimiento local, los actores territoriales, tanto públicos, empresariales como sociales, y su movilización en torno a estrategias y proyectos diversos, así como la existencia y acceso a los recursos estratégicos para el desarrollo local.
En este sentido debe pensarse el desarrollo local desde una perspectiva que involucre por un lado las diversas instituciones y actores, observando sus reglas y sus comportamientos que le otorgan una especificidad a un determinado territorio, y la forma en que se adaptan a los condicionantes externos de acuerdo a las ramas de actividad, a las reglamentaciones de orden provincial y nacional; y al proceso de difusión de conocimientos y tecnologías, generalmente provenientes de otros territorios.
Ante ello, resulta de vital importancia en la gestión de las micro y pequeñas empresas (cooperativas), el tema de las redes; dado que permiten entender, desde esta lógica, los factores que habilitan o no los rendimientos positivos o negativos en este tipo de unidades económicas y, por ende la viabilidad de las actividades informales, dada una situación particular de funcionamiento como lo descrito en el punto anterior, depende de manera significativa de la formación y consolidación de redes.
Por red se entiende generalmente como un tipo especifico de relación, que vincula a un conjunto de personas, objetos o eventos” (Szarka, 1998).
Asimismo, debemos señalar una advertencia; la red puede significar “tanto relaciones entre individuos, como interacciones entre organizaciones” (Melìn, 1987), es decir que en el ámbito de las micro, pequeñas empresas y cooperativas; aun cuando exista una superposición entre el individuo y la organización, ambas dimensiones deben ser analizadas como unidades de análisis diferentes.
Esto implica realizar una mirada integral a este sector, que incluye dimensiones sociales e ínter organizacional, que conviven, se articulan, pero analíticamente debemos diferenciarlas.
A continuación se detalla de manera sintética y grafica los tipos de relaciones de una unidad económica:
Esquema 1: Las redes de intercambio de una unidad económica.
Unidad Económica
Relaciones de proximidad Relaciones Mercantiles Relaciones Institucionales
Familia Producción Estado (Regulaciones)
Amistades Comercialización Promoción
Vecinos Logística Financiamiento
Como toda topología, la intención es visualizar aspectos analíticos en un proceso dinámico e imbricado con los distintos tipos de relaciones, que constituyen la red. Las redes mercantiles, propias del negocio, están influenciadas fuertemente por las redes de proximidad; a la vez que las redes institucionales (burocráticas) fijan normas, límites y potencialidades de la acción económica.
Las redes de proximidad se centran principalmente en las características individuales o colectivas de los actores económicos, en sus lazos de amistad basados principalmente en la confianza; la unidad de análisis son los actores, estos se expresan en la familia, los amigos, los vecinos; que permiten un primer nivel de relaciones, que pueden articularse en forma directa o indirecta con la unidad económica.
En muchos casos la familia constituye el núcleo en el cual se obtienen la fuerza de trabajo necesaria para el funcionamiento de las micro, pequeñas empresas y cooperativas, y además el lugar donde se toman las decisiones y las orientaciones de la gestión.
La red de proximidad tiene dos componentes “la red personal (mencionada anteriormente) por la que se entiende los contactos concretos con individuos específicos, y el segundo es la dimensión cultural en la que se encuentran inmersos los actores: los valores inducidos culturalmente, las actitudes y comportamientos son de primordial importancia para explicar la naturaleza de las relaciones que se forman no solo dentro de la red de proximidad sino también dentro de las redes mercantiles e institucional burocrática” (Szarka, 1998).
Las relaciones mercantiles, lugar donde la literatura económica ha sido mas abundante (Johannison 1987, Scot 1985, Szarka 1998), y en este caso la unidad de análisis explícitamente es la empresa. Las relaciones se establecen a partir de la red que se genera en los procesos de transacciones comerciales, que son el soporte material de la unidad económica, ya que comprenden intercambios monetarios, de mercancías. “El núcleo de la red (mercantil) esta constituido por las contrapartes de negocios de la empresa, es la red de producción” (Johannison 1987, Szarka 1998).
Conforman esta red los proveedores, los clientes, las instituciones financiadoras privadas (crédito formal o informal), las consultoras privadas, etc.
Las relaciones institucional burocráticas es el lugar donde la presencia central es el estado. Esta constituido por el conjunto de aquellas organizaciones con que la empresa establece vínculos no comerciales que dan forma a sus actividades de negocio, como consultores y asesores, gobiernos locales y centrales y sus agentes.
Las relaciones pueden estar orientadas a un nivel de regulaciones, principalmente por los diferentes niveles de gobierno, asistencia y promoción, que puede ser publica o privada y de información que permita tomar en mejores condiciones estratégicas a seguir por parte de la empresa. El estado cumple un rol vital para estas unidades económicas, no tan solo en su papel de contralor y regulador, sino en las potencialidades promociónales que asume, al acercar a estas unidades; créditos, subsidios, capacitación, información, componentes necesarios, en muchos casos, para la sobrevivencia y el mejor resultado económico.
Siguiendo el diagrama presentado, las redes se ponen en movimiento teniendo en cuenta ciertos aspectos estructurales, que son punto de partida y punto de llegada en la forma en que se generan, destruyen o consolidan determinando tipo de relaciones, de acuerdo a los miembros insertos en las redes.
Esquema 2: Aspectos estructurales de una unidad económica.
Unidad Económica
Capital Tangible Capital Cultural
Dinero, mercancías, credenciales, herramientas, equipos, vínculos. Habilidades, destrezas, prestigio, valores.
*Estos aspectos estructurales lo constituyen:
**Capital tangible: Los recursos económicos y la envergadura del capital puesto en la unidad económica, como equipos, herramientas, vehículos, propiedades, etc.
**Capital Cultural: Los recursos no tangibles que permiten el desarrollo de un tipo de actividad y no otro, constituido por los acerbos, las capacidades, las habilidades, y las credenciales educativas formales. Y como un aspecto circundante el tipo de trayectoria que puede asumir en un emprendimiento es el ambiente simbólico formado por vínculos y representaciones basados en lazos comunitarios y en conformidad con valores colectivos, ya sea por la idea de nación, de territorio, de comunidad étnica, etaria, etc; y como se ponen en juego en la actividad económica.
CONCLUSIONES.
La revolución bolivariana en su visión constitucional permitió la superación del viejo esquema del “Estado de Derecho” introduciendo el concepto de “Estado social de Derecho y Justicia”, siendo el principio de justicia prioritario sobre la simple condición normativa y reguladora del Estado.
Pasos como este debemos recalcarlos en todo momento, ya que se trata –a nuestro juicio- de un paso fundamental en la concepción de Estado que rompe de plano con las premisas del Estado delegativo, disciplinario y controlador sobre el cual se edificaron las democracias liberales. Ahora, además de actuar a favor de un Estado que se funde en la sociedad civil, también es necesario construir todos los espacios que viabilicen el desarrollo de un estado que se convierta en agente justiciero ya sea por su condición “benefactora” como y sobre todo por servir de instrumento para la liberación de las fuerzas productivas y creadoras regadas por la sociedad.
En suma se trata de la creación de espacios de participación que permitan el empoderamiento al pueblo organizado.
Dentro de este orden de ideas, tanto las instituciones educativas en manos del gobierno central como aquellas que dependen de los gobiernos regionales como municipales (sistema de educación básica, sistemas de educación técnica y universitarias, instituciones culturales, etc), y muy especialmente las comunidades autogestionarias y redes sociales productivas, deberían empezar a estrechar sus lazos de colaboración permanente con la economía social.
Ponemos el énfasis sobre las tareas formativas de las comunidades autogestionarias como poderes populares y células primarias de articulación de este sistema productivo, siendo el sitio donde decantan la mayoría de los esfuerzos y de las tareas especificas de este orden, en la medida en que se vayan constituyendo. Desde ellas tenemos por delante una larga tarea de formación que debe comenzar por establecer las bases de una amplia campaña de “alfabetización productiva” de la población que permita homologar y enriquecer los conocimientos técnicos, gerenciales, organizacionales, tecnológicos, societarios, históricos, culturales, que nos pongan a tono con el reto revolucionario planteado.
No estamos abrogando por el enquistamiento de estas tareas dentro de instituciones especificas (llámese “institutos de economía social” o cual sea); consideramos, por el contrario que esto necesita de una dinámica mucho mas viva y flexible que adopte para si tanto la concepción como los procedimientos de la educación popular en su versión patrimonial latinoamericana. Se trata de crear el ambiente y las condiciones para que todos nos enseñemos a levantar un orden económico distinto, lo visualicemos y lo materialicemos, poniendo nuestras experiencias y saberes como primer punto de la agenda curricular. Son años de trabajo, sin duda; siendo además un proceso formativo sin ningún final en el espacio y el tiempo; una praxis social formativa que se amplia, cualifica y ramifica en la medida en que se va desarrollando y armando el mismo tejido autogestionario por todos los linderos de la sociedad.
Al tomar conciencia de la superposición de incentivos instrumentales que se van sumando para garantizar el desarrollo de un sistema de economía social, nos enfrentamos rápidamente con el punto de los escenarios informativos y comunicacionales a través de los cuales se divulgan y canalizan valores, experiencias, saberes y datos, pero también se articulan y coordinan dentro de un plan conjunto las actividades implícitas a la economía social emprendidas por los sujetos involucrados. La creación de los sistemas informativos que garanticen la socialización de todo tipo de conocimientos, datos, mercados, experiencias, organizaciones, criterios de sustentabilidad y sostenibilidad, es la primera cuartilla que tenemos que empezar a llenar.
Pero a ello debe ir anexo un plan divulgativo que nos permita, a través de la imagen y la palabra propia, vernos y oírnos, haciendo y construyendo esta experiencia inédita para la mayor parte de nuestros pueblos. La integración entre los conocimientos de la razón, y la pasión ligada a la sensibilidad y al afecto, son nutrientes básicos de un modo de producción alternativo que rompe progresivamente con los parámetros en que se ha edificado la alineación capitalista.
Mención aparte, la interesante propuesta que deviene de la Misión Sucre y La Universidad Bolivariana de Venezuela; que podría resumirse en un cuadro de Insumo-Producto donde la entrada del sistema consiste en la recepción de un individúo excluido por siempre del acceso a la educación, formadora y liberadora; un individuo apático, desvinculado de su propia comunidad y realidad, plagado de antivalores y mediante la interacción Alumno-Profesor–Comunidad que al aplicar el mecanismo de la Investigación-Acción-Participativo logre como resultado -salida del sistema- del nuevo enfoque del proceso Enseñanza-Aprendizaje la construcción de un Ser Socialmente comprometido con su entorno Local y formado integralmente.
Esta postura nos lleva a desarrollar en otros capítulos el desarrollo endógeno; sostenido y sustentable, la diversificación productiva, la integración colectiva y por tanto del desarrollo de lo local mediante el principio de la solidaridad en el cual hemos expuesto ya en la economía social y las redes productivas.
La comunicación e incluso la estética y el arte (nuestro teatro, nuestro canto, nuestros murales y muñecos) que acompañe los nichos locales autogestionarios y la producción audiovisual, impresa, radial que podamos incluir dentro del sistema de economía social, son aspectos de un mismo reto comunicacional sobre el cual tendremos que montarnos como conjunto.
Llegando a uno de los puntos, nos topamos con el capitulo del financiamiento; punto sangrante de un mundo dispuesto a producir, pero absolutamente descapitalizado. En nuestra consideración, son tres los aspectos claves que han de resolverse:
En primer lugar; crear por medio de las mismas comunidades autogestionarias –como punto de partida y redistribución financiera-, un sistema confiable de síntesis de las enormes cantidades de dinero que en suma se mueven dentro de las comunidades y, en general, dentro de los espacios donde se desarrolla la economía llamada informal.
Se trataría, en primer término, de crear un sistema de ahorro solidario homogéneo que pueda garantizar la concentración de porcentajes crecientes de las masas de dinero que allí se mueven sin lugar común de decantamiento, y mucho menos de inversión para ser redistribuidas en forma de proyectos de inversión dentro del sistema de economía social.
En segundo lugar, garantizar por medio de mecanismos de ley o de alianza, la posibilidad de que una parte importante de los acumulados que se concentren dentro de los nuevos sistemas de seguridad social por crear sean igualmente reinvertidos dentro del espacio de la economía social. Allí se encuentra un punto fundamental de articulación entre un sistema y otro, ligados ambos por una misma razón social.
Tercero, profundizar y extender la actividad de financiamiento que actualmente adelanta el Estado a la microempresa, así como al resto de las empresas ligadas a la economía social. (Cooperativas).
Incluso seria necesario fijar por ley una cuota de subsidio presupuestario a la economía social, para que esta no quede a las anchas del mercado y las desgracias presupuestarias, y, sobretodo, seria necesario que se establecieran los mecanismos de alianza entre el sistema comunitario y autogestionario de ahorro y su propio sistema de bancos e institutos ligados al financiamiento de la economía social.
Cuarto; quedan abiertos los mercados internacionales de financiamiento, para cuyo acceso es fundamental la sistematización informativa y las estrategias de formación de bloques negociantes que puedan hablar con fuerza dentro de estos mundos, cuestión para lo cual es mucho lo que también pueden hacer en bloque Estado y Sociedad.
Complementario al punto del financiamiento, consideramos fundamental la posibilidad de dirigir una buena parte de la demanda del estado hacia la economía social. Sobre esta demanda se han alimentado por años los correajes de corrupción que todavía florean alrededor de todas las instituciones públicas. No cabe duda, incluso, que gran parte de la conflictividad de estos años se sitúa en la perdida de privilegios que han tenido muchos contratistas, importadores, licitadores, receptores de subsidios, etc.; los cuales, por años, constituyeron una de las fuentes principales de reproducción del sistema y una de las razones de la desigualdad y la creación de una plutocracia adinerada gracias a los recursos del Estado.
La demanda del estado, desde las tecnologías necesarias hasta los niveles de servicios, alimentos y bienes básicos, al diversificarse, racionalizarse y estar vigilada por los sistemas de contraloría social, deben pasar a convertirse en una fuente del desarrollo sustentable y equitativo del país.
Razón por la cual, al encontrarse con la economía social en forma gradual y planificada encontraría, de hecho uno de sus principales lugares de realización.
Pero no solo vemos al estado por el lado de la demanda, existe igualmente toda una infraestructura de inmuebles, de maquinarias inutilizadas, inclusive de empresas de producción y de servicios semiabandonadas, que podrían pasar a manos del sistema de economía social (popular), mediante la utilización de principios normativos sencillos y formas de contratación que se adecuen al principio de corresponsabilidad sobre los bienes del Estado.
Agregándole los elementos legales, vale decir; los vacíos legales que se hace imprescindible llenar si queremos llevar adelante un proyecto como este; tenemos que considerar no solo los logros de nuevas leyes que permitan el despegue de empresas cooperativas, microempresas y mas allá, de empresas asociativas, comunitarias, mutuales, etc; para las cuales es necesario ordenar, discutir y aprobar los proyectos legales respectivos.
También debemos lograr, partiendo de la construcción de una ley marco respecto a la economía social, el desarrollo de toda una nueva legalidad que garantice la puesta en practica y en marcha de los principios autogestionarios, solidarios, la sustentabilidad del desarrollo económico, la protección de dicha economía, la condición legal del trabajo no asalariado, la democratización del mercado y la socialización de la propiedad, el desarrollo de los mercados, tecnologías, conocimientos, ligados a los valores de la economía social, etc.
Estemos claros que dicho proceso constituye necesariamente un salto cualitativo dentro de la misma estructura jurídica del país, poniéndola, en lo que respecta al problema general de la propiedad y el desarrollo económico, a tono con los principios constitucionales vigentes. Pero además, estaríamos abriendo los causes para que la revolución bolivariana, establezca con claridad los linderos de su propia tesis de desarrollo, lo cual seria un paso adelante para la reafirmación del sueño humanitario y civilatorio que hoy sembramos en nuestra tierra.
En síntesis, para generar una reintegración de las redes productivas; deberá considerarse:
• Las características tecnológicas de los procesos productivos (en particular, las exigencias que dichas características crean para que las micro, pequeñas empresas y cooperativas puedan insertarse en las redes productivas).
• Los niveles de integración de los diferentes elementos que componen las redes productivas.
• Tomar en cuenta una sólida orientación regional económico-productiva, en vista de generar nuevos o revitalizar polos de desarrollo en diversas zonas del país mediante el aprovechamiento de las economías sectoriales. (núcleos de desarrollo endógeno)
Este conocimiento permite un diseño efectivo de las políticas de apoyo y, en particular; una asignación eficiente de las inversiones en infraestructura física y social, en este sentido es importante impulsar acciones especificas para cada región, apoyando, las iniciativas nacionales, en conjunto con las de los gobiernos regionales y municipales, tomando en cuenta las potencialidades y debilidades de los diferentes eslabones que componen la red. Además de la recuperación de las instancias no formales de financiamiento, flexibles y oportunas, a través de cooperativas y mutuales.
Los recursos aplicados son en muchos aspectos insuficientes o se duplican, pero en otros son apropiados, y/o también, los instrumentos de incentivos mediante programas son numerosos y variados. En general, dichos instrumentos se encuentran dispersos y con frecuencia se emplean sin la adecuada jerarquizacion de objetivos.
Así, nuestra propuesta se basa en identificar no tan solo las condiciones estructurales y la red de relaciones de las micro, pequeñas empresas y cooperativas, sino también su posicionamiento en la cadena de valor, tomando como consideración contextual, el entorno local.
Bajo una metodología basada en la detención de fortalezas y debilidades, recomendar la adecuación, la aceptación o el rechazo de una propuesta productiva que implique erogación publica.
Pero además nuestro planteamiento sostiene la necesidad de una intervención sistémica, que implica intervenciones intergubernamentales e interdisciplinarias, que permitan una visión e intervención integral ante el complejo panorama que implica la generación de empleo y el sostenimiento exitoso de las pequeñas unidades económicas.
Bibliografía.
• TORRES P, José. (2003). ECONOMIA SOCIAL: APORTACION AL ESTUDIO DE SUS FORMAS, PRINCIPIOS Y FINES. La Habana Cuba.
• CATALA, José A. (1987). La Ruta del Socialismo a través de la Historia. El Centauro Ediciones. Caracas Venezuela.
• GUEVARA, Ernesto. (2007). Apuntes críticos a la Economía Política. Ocean Sur. Bogota Colombia.