Antecedentes de la aceleración
de la Economía de Burbuja en Japón
Ernesché Rodríguez Asien (CV)
La Crisis del Petróleo
Una cuestión que es importante
analizar por el impacto que tuvo en la organización empresarial japonesa, es la
crisis del petróleo.
A pesar de tener escasos recursos
naturales, Japón pudo desarrollar sus industrias pesada y química gracias al
bajo precio del petróleo que se mantuvo en el nivel de 2 dólares/barril
durante veinte años después de la Segunda Guerra Mundial. La cotización fija de
360 yenes/dólar que duró hasta agosto de 1971 posibilitó a Japón incrementar
sus exportaciones sin reevaluación alguna de su moneda nacional.
Antes de los años 70 la economía
japonesa estuvo rodeada de un ambiente favorable hasta el estallido de la
cuarta guerra del Medio Oriente, en octubre de 1973, la cual causó la primera
crisis petrolera, así como la introducción de la cotización flotante de las
monedas japonesas, norteamericanas y europeas.
La crisis del petróleo obligó a
Japón a una reestructuración económica, buscó la vía menos consumidora, más
independiente, buscó fuentes estables y cercanas. Este país halló una respuesta
en el proceso del cambio estructural de la economía nacional, que se inició en
los últimos años de la década de los 70.
Durante el período de la recesión,
después de la segunda crisis petrolera hasta los primeros años de la década de
los 80, se aplicaron medidas para incrementar las exportaciones y mantener el
crecimiento económico. Como consecuencia de las dos crisis petroleras y el
flujo de las divisas hacia los países exportadores de petróleo, los países
industrializados y sus industrias estaban enfrentándose con serios problemas.
La situación fiscal de Japón empeoró seriamente debido a la disminución de
ingresos por concepto de impuestos, lo cual imposibilitó aumentar la inversión
pública, como medida para superar la recesión. Bajo esta circunstancia, la
industria japonesa no tuvo otra manera de buscar la salida que en el aumento de
exportaciones. En consecuencia, incrementó rápidamente el superávit comercial
de Japón frente a los Estados Unidos.
Cuando el Gobierno de Reagan
aplicaba la política de la alta cotización del dólar, causando fricciones
comerciales entre los dos países, Japón respondía en contraposición a la
experiencia norteamericana.
Bajo esta situación aumentó la
presión de los Estados Unidos y Europa contra Japón, exigiendo la restricción
voluntaria de las exportaciones y el aumento de las importaciones mediante la
expansión del consumo interno. Como punto de partida de los esfuerzos
gubernamentales de Japón, fue elaborado un informe (informe de Maekawa) en
abril del 1986 por la Sociedad de Investigaciones sobre la Estructura Económica para la
Coordinación Internacional, organización de asesoramiento privado del primer
ministro NaKasone. En este informe se recomendó una transformación estructural
de la economía nipona, o sea, pasar de una economía de exportación a otra en
la que el consumo en el mercado interno tiene mas importancia. Sobre la base
de las recomendaciones de este informe, se tomaron sucesivamente varias
medidas para la liberación del mercado japonés, la supresión de barreras
comerciales para las importaciones, la inversión pública adicional y el
incremento del consumo interno por medio de la política financiera. Para citar este artículo puede utilizar el
siguiente formato:
Rodríguez Asien,
E.
: “Antecedentes de la aceleración de la Economía de Burbuja en
Japón" en
Contribuciones a la Economía, enero 2007. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/
"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360
Universidad de la Habana, Cuba
rodriguezasien@yahoo.es
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Antecedentes que explican el Acuerdo Plaza
En noviembre de 1980, cuando el candidato republicano Ronald Reagan ganó las elecciones como cuadragésimo presidente de los Estados Unidos, la administración Reagan estableció a partir de aquella fecha cuatro medidas políticas destinadas a fortalecer su país, tanto desde el punto de vista militar, como financiero. La política económica llamada reaganomics provocó un rápido auge, pero también causó un inmediato aumento del presupuesto federal, un pronunciado deterioro de la cuenta corriente, un crecimiento de los índices de intereses inmobiliarios y un afianzamiento del dólar.[1]
A principios de los años 80, la recesión económica global hizo desplomarse el consumo de petróleo y debilitó claramente la solidaridad de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). La OPEP redujo el alza de los precios en marzo de 1983 y se inició una etapa en la que el crudo resultaba más barato.
La combinación de estos elementos con otros factores, como un dólar fuerte y un yen débil, junto con una recuperación de la economía japonesa en los primeros años de la década de los 80, con aumentos espectaculares en las inversiones de capital del sector privado y el crecimiento de las exportaciones, propiciaron finalmente la salida del largo túnel de la recesión y la tasa de crecimiento real ascendió hasta un satisfactorio nivel de 4,5% en el año fiscal 1984 (abril 1984-marzo 1985) y un 4,8% en el año fiscal 1985.[2]
A mediados de los años 80, el círculo vicioso formado por el alza del dólar y el progresivo déficit externo se convirtió en el principal problema político y económico que afrontaron los Estados Unidos. A finales de 1984, la disminución de las exportaciones y el aumento de las importaciones convirtieron a los Estados Unidos en un país deudor por primera vez desde el final de la Primera Guerra Mundial.
Cuando en 1973 se adoptó un sistema de tasas de cambios flotantes, se esperaba que los tipos de cambios actuaran como un mecanismo de autorregulación que pusiera fin a los desequilibrios comerciales. La política de no intervención de las autoridades estadounidenses se basaba en la confianza que despertaba este mecanismo de mercado.[3]
Después de la estabilización de la cotización del dólar norteamericano a partir de noviembre de 1978, cuando la política de defensa del billete verde fue pronunciada por la administración de Carter, la tendencia del alza del dólar se aceleró a mitad de los años 80 bajo la administración Reagan cuya política fue “recuperar unos Estados Unidos poderosos”, lo cual ocasionó la subida del dólar sin tener en cuenta que los Estados Unidos tenían un déficit exterior enorme. Esto creó problemas políticos y económicos tan graves que, cuando James Baker fue nombrado secretario del Tesoro en 1985, el Gobierno norteamericano abandonó la actitud de no intervención. Baker preparó el Acuerdo Plaza y el dólar bajó de nuevo.[4]
Este acuerdo marcó un cambio en la tradicional política estadounidense de no intervenir en los mercados de divisas. El sistema de fluctuación de los índices de cambios iniciado en l973 pasó de ser libre a estar controlado.
En el Congreso surgieron corrientes proteccionistas. El descontento por los problemas comerciales con Japón y Europa alcanzó su punto más alto. La administración estadounidense optó por devaluar el dólar.
En septiembre de 1985, las cinco naciones más industrializadas acordaron una acción conjunta para devaluar el dólar que se cotizaba demasiado alto. A esta reunión celebrada en el Hotel Plaza de Nueva York se le llamó “Acuerdo Plaza” y a ella asistieron los ministros de economía y gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los Cinco. Estos cinco países decidieron impulsar una “apreciación ordenada de las principales monedas frente al dólar”.
Factores que explican la “expansión Heisei” después del acuerdo Plaza
La economía japonesa experimentó una recesión momentánea a causa del dramático ajuste en el precio del dólar y la aceleración del alza del yen ocurrida como resultado del Acuerdo Plaza. El impacto deflacionista de esta alza del yen tuvo efectos muy serios sobre la economía nipona.
Se pueden anotar cuatro momentos en la brusca alza del yen: el primero fue desde 1971, con el Nixon Shock, hasta 1973, recién establecido el sistema completo en el que el yen se apreció de 360 yenes/dólar a 250 yenes/dólar, el segundo fue desde mediados de 1975 hasta octubre de 1978, cuando la moneda japonesa se apreció de 300 yenes/dólar a 175 yenes/dólar; el tercero fue desde septiembre de 1985, fecha del Acuerdo Plaza, hasta antes de 1988, durante este período el yen se apreció de 250 yenes/dólar a 120 yenes/dólar; y el cuarto fue desde la primavera de 1990 hasta mediados de 1995, cuando el yen pasó de 160 yenes/dólar a 79-80 yenes/dólar. El alza del yen es 4,5 veces superior al de 360 yenes/dólar, cotización en el sistema de cambio fijo antes del Nixon Shock.
Desde el establecimiento del sistema completo de cambio flotante, la economía japonesa ha venido sufriendo a menudo oscilaciones significativas en la apreciación del yen. Esto se debe a que la exportación es el motor propulsor de la economía nipona.
La primera alza del yen fue un duro golpe para la economía japonesa ya que suponía la continuación perenne del sistema de cambio fijo. Por primera vez se supo qué es la apreciación del yen frente al dólar. La segunda cumplió el papel de impulsar drásticamente la reforma de la estructura industrial. A partir de la tercera, comenzó a discutirse el vacío en la industria japonesa.
Sin embargo, la economía japonesa volvió a recuperarse a partir de noviembre de 1986 por la expansión del consumo interno, provocada por la rebaja de los precios de los productos importados debido a la alta cotización del yen (mejora en los términos de intercambio comercial), a la aplicación del financiamiento a gran escala y al incremento de la inversión en obras públicas. Esta recuperación también se produjo como consecuencia de las medidas fiscales y monetarias hechas por el gobierno y el Banco de Japón en 1987 para aumentar la demanda interna, con vistas a potenciar la recuperación económica y reducir el superávit de la cuenta corriente. Los puntos más significativos de esta serie de medidas incluían la reducción de la tasa oficial de descuento al 2,5%, la asignación adicional de 6 billones de yenes para obras públicas y las reducciones del impuesto sobre la renta por un valor aproximado de un billón de yenes.
La larga expansión duró cincuenta y cuatro meses desde noviembre de 1986 hasta mayo de 1991 y se denominó “expansión”; ésta es comparable al record previo ocurrido entre octubre de 1965 y julio de 1970 conocido como la “expansión Izanagui”, lo cual duró cincuenta y siete meses.
Así, el primer factor que sustentó este largo período de expansión fueron “los triples méritos”, los cuales venían dados por:
1. Alza del yen: A partir del Acuerdo Plaza la cotización del yen frente al dólar ha venido evolucionado de la forma siguiente: de 260 yenes/dólar en 1985 a 168 yenes/dólar en 1986; de 144 yenes/dólar en 1987 a 128 yenes/dólar en 1988; y de esta última a 137 yenes/dólar en 1989. La sobre valuación se explica por la elevada competitividad de los artículos japoneses, la vigorosa inversión en bienes y equipos y el elevado nivel de ahorro interno.
2. Rebaja del precio del petróleo: Un factor importante es que el gasto de la economía japonesa para la importación del petróleo es muy grande. En 1985 el precio por barril de petróleo era de 28 dólares, pero debido a la recesión internacional y a la reducción en el consumo de petróleo en 1988 el precio del barril disminuyó a 15 dólares beneficiando a Japón. En 1993, el precio promedio del petróleo importado fue de 17,7 dólares por barril, aún el precio era bajo en comparación a 1985.
3. Rebaja de la tasa de interés: Respecto a la tasa de interés después del Acuerdo Plaza la tasa de descuento oficial se rebajó seis veces en un año y medio hasta el nivel de 2,5%.
El fortalecimiento del yen dio lugar, como es natural, a un interés mercantil más bajo. Existen tres razones de la caída de los tipos de interés:
1. La sobre evaluación del yen encarece las exportaciones provocando la disminución de las exportaciones y la consiguiente desaceleración económica producida por la subida del yen.
2. La disminución del índice de inflación nacional a causa de la baja de los precios de las importaciones provocado por el fortalecimiento del yen.
3. La preocupación por una posible recesión motivada por la fortaleza del yen.
El segundo factor estuvo dado por el cambio en la estructura empresarial. A consecuencia del alza del yen ocurrida desde 1985 y el agravamiento de las fricciones comerciales se decidió enfatizar en el desarrollo de industrias de nueva tecnología, como productos electrónicos y equipos de comunicación e información.
El tercer factor fue el énfasis colocado en la demanda interna. El nivel de importaciones de productos manufacturados era todavía estructuralmente bajo. Sin embargo, aumentó la presión de los Estados Unidos y Europa para que Japón mediante la expansión de la demanda interna incrementara las importaciones; ellos exigieron reducir el desequilibrio comercial. Por esas razones, Japón frente al alza del yen decidió establecer una economía centrada en la demanda interna y continuar con la liberalización de los mercados.[5]
A estas medidas tomadas para enfrentar la crisis petrolera, la alta cotización del yen y la fricción comercial, junto con otros esfuerzos para la consolidación económica y el incremento del consumo interno, se atribuyen la recuperación y el crecimiento sostenido de la economía japonesa a partir de 1987. Los factores del crecimiento económico se encuentran en los “triples méritos”, o sea: la rebaja de precio de las materias primas debido a la alta cotización del yen a partir de 1987, la rebaja de gran envergadura del precio del petróleo y la baja de la tasa de interés resultado de la política financiera aplicada en el primer semestre de 1986, que culminó un ciclo económico que se caracteriza por la disminución de la exportación por alza del yen y la aparición de la deflación.
Ajustes estructurales de la economía japonesa previos a la burbuja económica
Resumiendo lo anterior, a mediados de la década de los 70 comenzó el proceso del cambio de ambiente económico que rodeaba a Japón y su potencialidad económica declinó.
El primer cambio de ambiente se inició por la introducción de la cotización fija dentro del contexto de Bretton-Woods que se había mantenido durante casi treinta años después de la Segunda Guerra Mundial. La cotización del yen subió de 360 yenes/dólar a 176 yenes/dólar en 1978, lo cual dio un fuerte golpe a las industrias de exportación y a las industrias que fabricaban artículos que debían competir con los importados.
El segundo cambio de ambiente tuvo su causa en el alza del precio del petróleo. El estallido de la cuarta guerra del Medio Oriente en octubre de 1973; el triunfo de la revolución iraní en febrero de 1979; y la guerra entre Irán e Iraq en septiembre de 1980, motivaron directamente el estallido de la segunda crisis petrolera.
El tercer cambio fue el empeoramiento de los déficit fiscal y comercial de los Estados Unidos provocados por la política de la administración de Reagan que quiso lograr su objetivo de “recuperar unos Estados Unidos poderosos”, lo cual causó un déficit producto de la sobre valoración del dólar a que dio lugar al Acuerdo Plaza.
Por lo tanto, la estructura económica de Japón comenzó a experimentar grandes cambios desde mediados de los años 80. La industria japonesa logró superar estos cambios del ambiente exterior y desarrolló vigorosamente la política de ajuste estructural compuesta de las medidas siguientes:
1. La inversión en tecnologías modernas que hacen posible la economía de combustible y el surgimiento de nuevos productos de mayor valor, reduciendo las operaciones de industrias estructuralmente estancadas, mediante el traslado del eje de las industrias pesada y química por ejemplo, la industria de automóviles, electrodomésticos e industria naviera hacia las de electrónica con productos, como: semiconductores y computadoras de alta tecnología.
2. El crecimiento económico basado en la demanda externa se traslada a la demanda interna por el énfasis que se dio al consumo personal, la inversión pública y el aumento de las importaciones provocadas por el alza del yen y la presión de los Estados Unidos y Europa.
3. La expansión de la inversión directa en el exterior, el traslado de las bases de la producción al exterior para reducir los costos de producción y, al mismo tiempo, abastecerse de las plantas del exterior para obtener materias primas, piezas o partes prefabricadas; todo esto motivado por la acelerada apreciación del yen.
Consideraciones Finales
La tasa de cambio monetaria hace más complejo el análisis de la competencia internacional cuando se tiene presente la inflación. Un país con alta inflación pierde competitividad en el extranjero, a menos que deprima su moneda. Gracias a la depreciación obtiene menos moneda internacional, es decir, menos valor internacional. Mediante la inflación los capitalistas obtienen más plusvalía absoluta y por medio de la depreciación de la moneda nacional pueden vender a precios competitivos en el mercado internacional.
Cuando los Estados Unidos por el Acuerdo Plaza impulsaron la apreciación ordenada de las principales monedas frente al dólar (y sobre todo el yen) se propusieron lograra precios competitivos, en lo fundamental frente al producto japonés. Pero en condiciones de globalización económica, una medida que se tome en la esfera de la circulación monetaria encuentra su antídoto en muchas otras medidas que aumentan el grado de explotación de la clase obrera japonesa y que incluso potencian la explotación de la clase obrera internacional por el capital japonés; la llamada “desindustrialización en Japón” o traslado de la producción hacia otros países resulta una respuesta que atenta, incluso, contra el nacionalismo norteamericano.
A partir de la segunda mitad de los años ochentas empieza a acelerase la burbuja financiera nipona con consecuencias nefastas sobre todo a partir de la década de los noventas.
Bibliografía
Ø Cuadernos de Japón, no.2, Japón, Echo Inc., Tokío, 1989, vol. 1; no. 1, 1991, vol. IV; no. 1, 1992, Vol. V; no.2, 1992, Vol. IV; no. 2, 1993, Vol. V; no.1, 1995, Vol. VII; no. 2, 1995, Vol. VIII; no.1, invierno de 1996, Vol. IX; no. 2, primavera de 1996; no. 3, verano de 1996, Vol. IX; no. 4, otoño de 1997, Vol. X; no. 1, invierno de 1998, Vol. XI; no. 3, verano de 1998, Vol. XI; no. 3, 1999, Vol. XII; no. 1, 2001, Vol. XIV; no. 1, 2002, Vol. XV; no. 2, 2002, Vol. XV; no. 3, 2002, Vol. XV; no. 4, 2003, Vol. XV.
Ø Cutts, Robert L., “ Capitalism in Japan: Cartels and Keiretsu”, Harvard Business Review, julio-agosto, 1992
Ø EFE, “ EEUU crecerá un 3% este año y un 4,5% en el 2004, según los economistas del país”, Estrella Digital, 25/11/03, Internet
Ø FMI: “ World Economic Outlook,” Washington Mayo 1997
Ø FMI: “Perspectivas de la Economía Mundial,” Washington, Mayo 1996
Ø Halley Porter. 1996. “ Summary of Developments in Electronic Comerse in Japan,” Heio Business School, Kokuryo Laboratory (Tomado de Internet)
Ø Sociedad Latinoamericana: Panorama de la industria y la cooperación económica del Japón, Tokio, 1990, 1994 y 1996.
Ø Sociedad Internacional para Información Educativa, Inc: El Japón de hoy, Japón Echo Inc, Tokío, 1989.
[1] Ver Cuadernos de Japón, no. 2, Japón Echo Inc, Tokio, 1992, Vol. V, p. 30.
[2] Ver Sociedad Internacional para la Información Educativa, Inc: ob.cit, p.45
[3] Ver Cuadernos de Japón, ed. Citada, p. 30
[4] Ver Sociedad Latinoamericana: Panorama de la Industria y cooperación económica del Japón, Tokio, 1990, p. 6.
[5] Ver Sociedad Latinoamericana: ob. cit, 1994, pp. 4-5
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