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"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360
Pagina nueva 1 El andar cooperativo
Roberto F. Bertossi
Universidad Nacional de Córdoba
bertossirf@yahoo.com.ar
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Bertossi, R.F. “El andar cooperativo" en Contribuciones a la Economía, junio 2006. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/
Muchas expresiones económicas ha tenido y tendrá la humanidad para andar su camino.
El cooperativismo es una de ellas.
En efecto, su discreta presencia en el escenario económico, su actividad mancomunada, relevante y peculiar en los ambientes vecinales y senos familiares, la ausencia de intermediarios y de fin de lucro –no de eficiencia- la hicieron `presa´ de toda clase y tipo de persecuciones por pseudo-teorías económicas, precisamente, contrapuestas e insaciables.
Estas teorías nefastas del campo económico -que determinan absolutamente el campo político- nada tienen que ver con la neutralidad política, religiosa, racial o de nacionalidad cooperativa ni con su autonomía e independencia plasmada en términos de principio liminar en el Congreso de la Asociación Cooperativa Internacional celebrado en Manchester en el año 1995.
Es que el cooperativismo no es una ideología sino, sólo un sistema solidario correctivo de las distorsiones del mercado y de las ausencias del Estado.
Por eso mismo, según el PNUD, el cooperativismo integra definitivamente una economía más civil, más solidaria, más inclusiva y por ende, más humana.
Por cierto, corresponde a lo publico facilitar la programación y colaborar en la ejecución de proyectos de desarrollo y fomento del cooperativismo, partiendo de dar respuesta eficaz a los mayores y más urgentes problemas que plantea el reto tecnológico: el educativo, el de la información y el de la capacitación permanente ya que la formación profesional constituye el auténtico talón de Aquiles de nuestro futuro en general y del cooperativo en particular.
Por ello, además de la formación necesaria para la juventud cooperativa resulta insoslayable disponer el reciclaje de trabajadores, administradores, síndicos, gerentes, auditores y funcionarado cooperativo.
El andar cooperativo no ha sido episódico, efímero, polémico sino atractivo por la cadencia de sus valores, por sus signos favorables, visibles y palpables en las economías hogareñas y productivas, para la gestión del bienestar.
En ocasiones, en ciertos sectores y parcelas de la geografía nacional, la acción cooperativa es única –o lo ha sido-; en otras complementaria y no pocas veces, hasta supletoria del propio Estado como en materia de servicios públicos esenciales (energía eléctrica, agua potable, telefonías, televisión por cable, etc.), particularmente en zonas rurales, aisladas o geográficamente desfavorables.
Las prácticas cooperativas son características esenciales en la cultura de la satisfacción para atender eficientemente las necesidades físicas de las personas de carne y huesos como la provisión de sus servicios esenciales, (Vg., educación, consumo, vivienda, producción, trabajo, electricidad, agua potable, telefonía, etc..)
El cooperativismo nos propone permanentemente esquemas más solidarios, alternativas emergentes –Vg., recuperación de empresas- frente a las nuevas cosas de hoy.
Por eso mismo, las empresas cooperativas , tienen que animarse a los cambios que suponen innovaciones: 1) Inteligencia informativa; 2) Asimilaciones tecnológicas; 3) Implementación de las Normas ISO 9000 y 14.000; 4) Productividad y competitividad, entre algunas de las adaptaciones más imprescindibles para evitar una evidente aminoración cooperativa que puede exponerlas a una `parálisis funcional´ y cierta esterilidad socio-económica.
Desde la perspectiva económica, el cooperativismo supone una posición critica frente al mercado, un enjuiciamiento de su modo de funcionar y de las acciones voluntarias y discrecionales de sus operadores lo que, ya a partir de la revolución industrial dio lugar a las prácticas cooperativas y complementarias en tanto correctivas de las denominadas `fallas del mercado´ o ausencia del Estado.
Por todo eso y ante el `apabullamiento´ del `vulgo´ por las cadenas de megamercados de alimentos, medicamentos, vestimenta, audiovisión, etc., hoy más que nunca, el propio valor de una auténtica cooperación requieren un contundente fomento y promoción de la gestión cooperativa, una gestión cooperativa que deberá atender la exigencia de potenciar cuanto favorezca al desarrollo de la actividad empresarial de las cooperativas, el perfeccionamiento o la creación de sistemas que estimulen en las empresas cooperativas el incremento de los recursos financieros propios fortaleciendo simultáneamente las garantías de los asociados y de los terceros en sus relaciones económicas cooperativas, ampliando los mecanismos de control sobre la gestión y aceptando con pragmatismo las realidades del mercado Vg., posibilitando para determinadas clases de empresas cooperativas, la realización de operaciones con terceros no asociados.
Para ello será menester sobre la base de sus principios y caracteres liminares, pragmatismo, eclecticismo, sincretismo, redefiniciones, resignificaciones y recontextualizaciones cooperativas imprescindibles consolidando tendencias proactivas en franco ensamble con los procesos de globalización y concentración irreversibles porque, tanto los bienes tangibles como los principios cooperativos intangibles, la equidad, la solidaridad, el precio justo y el propio interés por la comunidad se consumen sino se les renueva y amplían enérgicamente de caras a un escenario socioeconómico de creciente dinámica y con agudas `fallas del mercado´ Vg., monopolios o actividades monopólicas (naturales o artificiales), deseconomías externas ( externalidades negativas) o asimetrías en la información, etc..
Recapitulando y a la vista de lo expuesto anteriormente, particularmente en torno a la dimensión empresarial y profesionalización de la gestión cooperativas, podemos concluir resaltando la importancia y significación -por su índole y gravitación- que los aspectos tratados tienen para un pleno desarrollo cooperativo en tanto subsistema de la economía.
Para eso, las empresas cooperativas deberán de adquirir nueva fuerza y dimensión a fin de incrementar su presencia en el conjunto económico y contribuir a la creación de empleo decente, de riqueza, de adelanto, progreso y bienestar mediante la constitución de empresas de esta naturaleza.
Asimismo, con un elevado nivel formativo, podrán lograrse empresas cooperativas competitivas para hacer frente con eficacia y eficiencia a los continuos cambios del medio exterior para lo cual –se insiste-, la profesionalidad en la gestión se convierte en una tarea prioritaria.
En este nuevo aniversario de la cooperación, añadimos que la misma puede, no sea la solución pero es y será buena parte de ella como está acreditado, secularmente, porque finalmente y por cierto, el desempeño cooperativo logrado es mucho más que una mera intermitencia plausible en `la gula´ del reino virtual- financiero voraz actual.
Finalmente, siendo el bien común, resultado de la cooperación de las personas, siendo la cooperación solidaridad y fraternidad -más sensibles en tiempos de adversidad-; el cooperativismo genuino -sus nuevos asociativismos- continuará andando con renovadas cadencias porque hace a la propia identidad de la Nación.
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