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"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360
Pagina nueva 1 François Quesnay (1694-1774)
Dibujante, médico, cirujano y precursor de la economía
Alfredo Félix Blanco (CV)
Universidad Nacional de Córdoba
afb2002@hotmail.com
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Blanco, Alfredo Félix “François Quesnay, Dibujante, médico, cirujano y precursor de la economía" en Contribuciones a la Economía, junio 2006. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/
François Quesnay, señalado por muchos historiadores del pensamiento económico como uno de los creadores de la economía como ciencia, nació en Méré el 5 de Junio de 1694. Fue el fundador de la primera escuela de economía, conocida como “fisiocracia” (gobierno de la naturaleza), y su visión quedó por siempre asociada a la expresión “laissez faire, laissez passer“. Los fisiócratas fueron una escuela de pensamiento económico en sentido estricto. Tuvieron un maestro (Quesnay), un grupo de discípulos (La Riviere, Le Trosne, Dupont de Nemours, Baudeau, entre otros) y lograron difundir sus ideas e influir en otras regiones del mundo (Rusia, España, Estados Unidos y hasta en el Río de la Plata). Como propagandistas de las nuevas ideas dispusieron también de medios para comunicarlas en publicaciones que utilizaron con tales fines ("Les Ephemerides du Citoyen y el "Journal d'Agriculture, du Commerce, des Arts et des Finances").
El hombre que fundó esta corriente, a los once años aún no había aprendido a leer y su interés por la economía fue una preocupación de su vejez. En su tardía alfabetización fue guiado por un jardinero de su casa. Sin embargo su espíritu inquieto le llevó más tarde a estudiar latín y griego para lo cual recurrió a la ayuda del cirujano del pueblo.
Posteriormente estudió y trabajó como dibujante en la Escuela de Medicina de París y cuando cumplió 24 años se recibió de cirujano, oficio que ejerció durante cuatro décadas. Fue secretario de la Academia de Cirugía y como por aquellos años existía una profunda división entre médicos y cirujanos (actividad que desarrollaban también los barberos, especialmente las “sangrías”) participó de varias discusiones con médicos reconocidos de Francia. Estas preocupaciones le llevaron a la decisión de estudiar medicina, en 1744 obtiene el diploma correspondiente y poco tiempo despues comienza a prestar servicios para la más famosa favorita del rey Luis XV. Madame de Pompadour (Jeanne Antoinette Poisson) lo relaciona con la nobleza y un hecho fortuito (atendió y curó al hijo del rey que enfermó de viruela en la epidemia de 1752) lo introdujo definitivamente en Versalles y desde 1754 fue el médico principal del reino.
Con un alto prestigio y fama en la corte, escribió trabajos sobre medicina, biología y filosofía mientras que su atención hacia temas económicos recién surgió en la sexta década de su vida. Y, aunque a veces no se lo tenga presente, su preocupación por la economía fue sólo una etapa breve ya que luego pasó a dedicarse a las investigaciones matemáticas. En 1770 hizo publicar su “Poligonometría”, en la que pretendía haber resuelto problemas muy complejos (suele citarse como ejemplo descalificador de su trabajo el hecho de que afirmó que había descubierto la solución al tema de la cuadratura del círculo). Quesnay economistaLos primeros escritos de Quesnay donde puede advertirse el interés por cuestiones económicas fueron publicados para La Enciclopedia de D’alembert y Diderot. En 1756 “Fermiers” y en 1957 “Grains” y “Hommes”. Pero la obra que lo haría famoso fue su “Tableau Economique”, que fue impreso en los talleres reales de Versalles en el año 1758 (Quesnay por entonces tenía ya 64 años).
En la Francia de aquellos tiempos las formas e instituciones del capitalismo aún no eran las más difundidas. Las relaciones feudales y los excesos de intervencionismo que las doctrinas mercantilistas habían impuesto de durante décadas ya asfixiaban las posibilidades de expansión económica. La obsesión industrialista había llevado a prohibir las exportaciones del sector agrícola a fin de permitir salarios menores que promovieran el desarrollo de las manufacturas. Contra esa situación se levantó la bandera “liberal” de los fisiócratas. Liberal en lo económico obviamente, porque fueron monárquicos en lo político.
Las ideas económicas de los fisiócratas, llamados también por entonces “la secta de los economistas”, descansaban sobre la base filosófica del orden natural. Es decir un conjunto de leyes naturales e inmutables que no debían ser transgredidas por la acción humana so pena de que se volvieran contra los intereses de los individuos. La conducta de un buen gobierno sería no tomar decisiones que perturben ese orden natural, que es el más beneficioso para la humanidad. Para los fisiócratas el único sector que generaba riqueza era la agricultura y el Estado debía liberar a la economía de todas las reglamentaciones para permitir que las leyes naturales de la sociedad permitieran el crecimiento del bienestar. La recomendación era entonces “laissez faire”, dejando hacer libremente a la economía se lograría el máximo bienestar. El objetivo central del “Tableau Economique” fue realizar un análisis de la economía de Francia como un todo y mostrar cómo surgía el excedente económico y cómo circulaba entre las diferentes clases de la sociedad. El “Tableau” fue el primer intento en la historia de analizar una economía como un sistema de relaciones entre sus diversos sectores o clases, pero ademas es considerado como el mojón que anuncia la etapa de nacimiento de la economía como disciplina científica autónoma.
Pocas obras económicas han recibido menciones y consideraciones tan laudatorias como el “Tableau” de Quesnay.
Adam Smith, el fundador de la escuela clásica inglesa, escribió en 1776 que el sistema fisiocrático “…es acaso el que más se aproxima a la verdad de todos cuanto se han publicado hasta ahora…”. Marx tampoco ahorró elogios cuando expresó en su libro conocido como la Historia Crítica de las Teorías de la Plusvalía que “Jamás la economía política había concebido una idea tan genial”. Leontief, premio Nóbel de economía de 1973, reconoció la influencia de Quesnay en su obra al expresar que su libro “La Estructura de la Economía Americana” podía definirse como un intento de construir “…un Tableau Economique para Estados Unidos…”.
En el Río de la Plata, las influencias fisiocráticas no podría haber tenido mejor promotor: Manuel Belgrano, el economista de nuestra independencia. Cuando aún residía en España, tradujo en 1794 el trabajo de Quesnay “Máximas generales del gobierno económico de un reino agrícola” que es la fuente de influencia fisiocrática más clara que llegó nuestras tierras. Ya en Buenos Aires, en 1796, Belgrano presentó bajo el título de “Principios de la Ciencia Económica Política” la traducción de dos trabajos de autores fisiócratas. Por supuesto que los elogios de los discípulos de Quesnay no tuvieron límites y la fisiocracia se transformó prácticamente en tema obligado de toda conversación ilustrada en la corte de Versalles.
La fama de Quesnay, a quien habitualmente el rey muy frecuentemente solía mencionar como “le penseur”, fue enorme. Sin límites para la exageración, uno de los fisiócratas más conocidos (Mirabeau) llegó a afirmar que los descubrimientos más importantes que se habían hecho desde el origen del mundo eran tres. El primero era la escritura, el segundo el dinero y el tercero el Tableau que era el “…gran descubrimiento de nuestra época, pero cuyos beneficios recogerá la posteridad”.
Quesnay murió en 1774, pero sus ideas tuvieron también ascendiente sobre la política económica francesa durante los años en que Turgot fue de ministro de Luis XVI (1774-1776), aunque Turgot no pueda ser incluido rigurosamente como un fisiócrata. Pero esa influencia decayó tan velozmente como había surgido.
Rápidamente, la crisis económica y social de Francia dio por tierra con la reputación de los fisiócratas. De hecho, como ha afirmado Schumpeter “La fisiocracia no existía aún en 1750. De 1760 a 1770 ‘tout Paris’…hablaba de ella. Prácticamente todo el mundo (salvo los economistas de profesión) la habían olvidado en 1780”. La historia de la fisiocracia es una demostración que, desde siempre, la “modas” en economía han sido efímeras.
Sin perjuicio de lo anterior, su legado intelectual para los economistas clásicos fue muy importante porque fueron determinantes del abandono de las ideas mercantilistas, preanunciaron el advenimiento de la economía como disciplina autónoma y fueron precursores del liberalismo económico que caracterizará a la corriente principal del discurso económico durante el siglo XIX.
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