Perspectiva endógena del cambio
técnico
En
la perspectiva evolutiva del cambio técnico, autores de tradición no
neoclásica como Rosemberg, Freeman, Nelson y Winter, efectuaron aportes
significativos para la construcción de una teoría endógena del cambio
tecnológico, que tienen como punto de partida el escenario tecnológico de
los países en desarrollo. Otros autores como Katz (1989) han retomado esta
tradición destacando el “cambio tecnológico adaptativo” que es más acorde a la
realidad de los países en desarrollo, debido a que viven claramente a la zaga
del progreso tecnológico internacional (Jasso 1999:4)
En esta
línea se ubican un grupo más bien heterogéneo de modelos que destacan las
propiedades dinámicas de las economías, caracterizadas por el recurrente
surgimiento de diversas formas de innovación, procesos descentralizados de
invención y persistencia histórica de patrones de cambio.
Para estos
autores el cambio tecnológico busca explicaciones más satisfactorias a las
relaciones entre los factores económicos y los factores institucionales que
se encuentran en la base de los desarrollos tecnológicos. Nelson, R. y
Winter, S. (1982) sentaron las bases de lo que llamaron “una teoría
evolucionista del cambio económico”, al abordar aspectos sobre
tecnología señalan que “las innovaciones son una causa fundamental del
conocimiento y una fuente de desequilibrio no prevista en la ortodoxia
prevaleciente” (Del Valle, 2000:24), contraviniendo así a la concepción del
equilibrio schumpeteriano.
A partir de
aquí desarrollan los conceptos de rutina organizacional, búsqueda y
ambientes de selección. A la rutina organizacional la relacionan con la
estructura organizacional que conduce a tareas rutinarias que en cierto
momento se tienen que modificar por influencias del entorno, pero que en
forma general frenan las innovaciones tecnológicas, por otro lado, el estado
del arte también influye y condiciona la innovación. Con relación a los
ambientes de selección, pueden ser de mercado y los que no son de mercado.
Los primeros tienen que ver con la rentabilidad y los segundos pueden estar
influidos por la necesidad de conocer el terreno de la innovación y los
incentivos gubernamentales.
Las
diversas interpretaciones evolutivas del cambio técnico, a decir de Solleiro
(1998) podrían resumirse en las siguientes características comunes:
Primero,
que los individuos y las organizaciones nunca pueden poseer información
perfecta y pueden, cuando mucho, buscar la optimización a nivel local y no
global. Segundo, que la toma de decisiones de los agentes se encuentra
normalmente restringida por reglas, normas e instituciones.
Tercero,
que los procesos de imitación e innovación son caracterizados por grados
significativos de acumulación y dependencia con trayectorias, pero pueden
ser interrumpidos por discontinuidades ocasionales, y
Cuarto, que
las interacciones entre agentes ocurren, típicamente en situaciones de
desequilibrio y sus resultados se concretan en éxitos y fracasos de
variantes de productos, de métodos, así como de agentes. Entonces, en la
esfera de la economía, el comportamiento de los individuos y las
organizaciones está determinado por sus experiencias pasadas y mediante el
establecimiento de conexiones entre la memoria y la anticipación Ibid.:15.
En este contexto, la
actuación de los administradores es muy importante dentro
de las organizaciones en la toma de decisiones y el diseño de estrategias
orientadas al logro de objetivos, tomando en cuenta para ello, el conjunto
de variables que conforman su entorno.
Estamos
de acuerdo con la idea de que no es posible estudiar el comportamiento de la
tecnología de manera aislada, ya que, al no tratarse de una variable externa
a la organización, se le considera como un factor de la producción
fundamental para alcanzar la competitividad de una empresa, de una industria
y de una nación.
También
coincidimos en que los elementos que son comunes a diversas corrientes del
pensamiento sobre el cambio tecnológico:
En,
primer término, que la innovación tecnológica es el centro de los mecanismos
que inducen a la evolución de la competencia global.
En,
segundo, que la tecnología es sólo uno de los factores que determinan la
competitividad y que es imposible separarla de aspectos relativos a la
organización, y
Tercero,
que la tecnología es compleja y dinámica, por lo que su articulación con la
innovación y la competitividad debe ser atendida a través de mecanismos
consecuentes con su diversidad y flexibles, respecto de su evolución (Solleiro,
1997).
La
innovación tecnológica es considerada, en este trabajo, como un proceso de
naturaleza diversa, porque a decir de Jasso (2000), se manifiesta en su
carácter específico y acumulativo, en su costo y riesgo porque se haya
sometida a la incertidumbre. Porque sus componentes pueden adquirirse o
apropiarse por diversos instrumentos de propiedad intelectual (patentes,
marcas, secreto industrial) o por otros mecanismos como contratos,
estrategias de integración vertical o el aprendizaje. El conocimiento
asociado con el cambio tecnológico puede estar codificado en manuales,
textos, instructivos o bien, presentarse de manera tácita. Los conocimientos
pueden crearse por medio del aprendizaje a través del uso y mejora del
conocimiento técnico. El aprendizaje es un proceso formal e informal que
incluye actividades de IyD, diseño, aprendizaje haciendo, aprendizaje por
uso, copia e ingeniería de producción (Ibid., 2000:4)
Así pues, el cambio o innovación
tecnológica se puede interpretar como la introducción con éxito en el
mercado, en los procesos de producción o en las propias organizaciones, de
nuevos productos, tecnologías de proceso o servicios intensivos en
conocimiento, así como la subsecuente difusión en la sociedad. Las
innovaciones implican, por lo tanto, una serie de actividades científicas,
tecnológicas, de organización financiera y comercial, que se integran en un
paquete tecnológico
(Cadena, 1986; Solleiro, 1997; Del valle, 2000).