DINÁMICA CONCRETA DEL DESARROLLO
PROLOGO
Louis Joseph Lebret. O.P.
La presente
obra pretende solamente dar a conocer de un modo parcial las conclusiones de
treinta años de investigación y de experiencia. Y, a modo de justificación, no
considero inútil dar una idea sucinta de las etapas de esta investigación.
Desde 1929 a 1945 una de mis principales preocupaciones fue permitir a las
pesquerías marítimas francesas efectuar una transición difícil de una fase de
menor mecanización e industrialización a una fase más «productiva», sin que ello
llevase a un éxodo demasiado masivo de las poblaciones costeras.
Consideraba yo que el desarrollo de la pesca marítima, en el aspecto del aumento
en la aportación de medios, no debía conducir a una desvalorización del pescado
de calidad, y aún menos a una regresión humana. El problema, en realidad, era
difícil: el exceso de motorización y de industrialización amenazaba la
reproducción de las especies, y, por otra parte, los antiguos métodos de pesca
debían fatalmente ceder su puesto a las técnicas nuevas. La situación se
complicaba con una aglomeración en el mercado debida a la importación de pescado
extranjero que procedente de los países más proteccionistas con motivo de la
crisis económica mundial, hallaba aún en Francia algunas posibilidades de
mercado.
Los sucesivos análisis que entonces hice en el litoral francés v después en el
europeo, y mis estudios sobre las condiciones del mercado internacional me
dieron a conocer a la vez los aspectos económicos y los aspectos humanos de una
rama de actividad y constituyeron el primer paso de un método en el que no
podían separarse los hechos económicos y los hechos sociales.
El estudio, efectuado ayuntamiento por ayuntamiento y pesquería por pesquería,
consideraba ante todo las poblaciones localizadas en muchos puertos grandes,
medianos y pequeños, cuyo mercado era regional, nacional o internacional.
Intervenía la competencia entre puertos y pesquerías; las redes de producción,
de transformación y de distribución eran de una extrema complejidad y estaban en
rápida evolución. Iban apareciendo importantes innovaciones: pesca congelada,
utilización de barcas con motor para la pesca del atún y de cámaras refrigeradas
para su conservación a bordo; atún conservado «al natural» como el salmón;
utilización insospechada de las algas marinas; transporte en camiones
refrigerados e incluso en avión, etc. El oficio del distribuidor de los mercados
centrales parisienses disminuía por las facilidades de comunicación telefónica.
Se había creado el puerto racional de Lorient-Keroman.
Las redes de jorro ganaban las grandes profundidades. La pesca de altura
abandonaba Islandia y Terranova por Groenlandia; Marruecos era ya un importante
competidor para la conserva de la sardina. También se transformaba la vida de
los hombres. La pesca industrializada imponía a las tripulaciones un ritmo de
trabajo aún desconocido, pero las ganancias eran muy superiores a las de la
pesca costera. Los pueblos de pescadores se despoblaban cuando no podían
convertirse en estaciones balnearias. Los pescadores estaban desorganizados y,
en la mayoría de puertos, incapaces de adaptarse con rapidez a las nuevas
condiciones.
Por medio de nuestro análisis de las estructuras de producción y de mercado en
el conjunto de las pesquerías y en cada una de ellas, con una serie de
intervenciones pudimos conseguir la consolidación del sindicalismo y la mayor
reorganización general de las pesquerías marítimas francesas que se ha producido
desde la ordenación de 1681. Así un puñado de hombres, observando e
interpretando los hechos, y después agrupando a los profesionales en torno de
una doctrina de cooperación, pudo tener una influencia decisiva.
«Économie el Humanisme» estaba en germen en este duro principio. Este centro de
estudios nació del sentimiento de que era posible dirigir una evolución técnica
y económica en un sentido favorable a los hombres, si se empezaba por estudiar
la realidad compleja que se debe dominar, si se elaboraba una doctrina y si se
creaban las fuerzas colectivas deseosas de aplicarla.
La fundación de este centro de estudios, decidida en 1938, no se realizó hasta
1941. Se dedicó primero al estudio de la realidad francesa empezando por el
análisis de las necesidades. Las primeras encuestas versaron sobre las personas,
las familias, la vivienda, los presupuestos familiares, los modos de vida, los
bagajes y los niveles espirituales. La primera gran encuesta, efectuada por el
ministerio de la Reconstrucción y del Urbanismo, analizó en 1945 la estructura
del alojamiento en Lyón, Saint-Étienne, Marsella y Nantes.
Lentamente los instrumentos de análisis se multiplicaron y perfeccionaron. Los
tres primeros tomos de la Guide pratique de I'enquéte sociale han proporcionado
los principales.
En septiembre de 1952, «Économie el Humanisme» celebraba una semana de estudios
para especialistas cuyos principales puntos quedaron expuestos en el cuaderno
n.° 79 sobre la organización de los territorios, así como una especie de mapa de
la organización, resumen de las conclusiones de la sesión. Desde las primeras
publicaciones, habíamos llamado la atención sobre la importancia de la
organización regional. En 1953 una sesión sobre la economía de las necesidades
(cuaderno n.° 84, de marzo-abril de 1954) permitió profundizar en la noción de
necesidad y precisar sus variedades. Otra sesión tuvo como tema la integración
de las ciencias sociales.
Después de una colaboración con diversos comités de distribución regional, entre
ellos el del Mosela, animado por M. de Maud'huy, se nos pidieron dos encuestas
que iban a permitir la preparación de un método aplicable a la vez a un país
considerado como ya desarrollado y a un país subdesarrollado, pero en curso de
rápido desarrollo. M. Lumière, presidente de la Cámara de Comercio de Lyón y del
Comité de organización de la región de Lyón, nos pidió que estudiásemos las
estructuras, las necesidades y las posibilidades de esta región (en sentido
amplio y estricto). El señor Lucas Nogueira Garcez, gobernador del Estado de Sáo
Paulo. en Brasil, v después la Comisión interestatal de la cuenca Paraná-Uruguay
nos pidieron un trabajo parecido sobre el Estado de Sao Paulo.
Luego, después de un rápido estudio sobre el Estado de Pernambuco, nos llamo la
República de Colombia. Este país se había beneficiado ya del estudio emprendido
bajo el patrocinio de la Banca Internacional para la Reconstrucción y el
Desarrollo y de un importante estudio realizado por la Comisión Económica para
la América Latina. Se nos había pedido especialmente que hiciésemos el análisis
de los niveles colectivos de vida de las poblaciones rurales v urbanas, por
zonas consideradas como homogéneas, que realizásemos el recuento de sus
necesidades y de las posibilidades de hacerles frente. También debíamos fijar
particularmente la atención sobre los aspectos educacionales del desarrollo
colombiano. Al mismo tiempo, M. Georges Célestin, de nuestro equipo, realizaba
el estudio más a fondo de los departamentos Colombianos de Norte de Santander y
Atlántico. De hecho, se trataba de completar los estudios precedentes por medio
de análisis directos e integrar los resultados de estos análisis en las
perspectivas dadas por los trabajos anteriores.
Un estudio emprendido por cuenta de la Comisión de la cuenca Paraná-Uruguay
sobre los estados de Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul nos permitió
estudiar poblaciones brasileñas muy diversas. El método aplicado fue el mismo
que en Colombia, con menos rigor sin embargo. por el hecho de haber un
«material» disponible, muy distinto de un estado a otro.
En el transcurso de estas investigaciones, me parecía importante establecer
contacto con otros países de Iberoamérica, del Extremo Oriente y del Oriente
Medio a fin de darme cuenta de su situación respecto del desarrollo y de las
posibilidades de aplicarles el método que se había revelado como valedero en
Francia, en Brasil y en Colombia. En 1955, en la Universidad de Montreal, donde
estaba dando un curso de introducción a la economía del desarrollo, hubiese
querido bosquejar una teoría general del desarrollo con formulación matemática;
pero la anotación sistemática de muchos cientos de factores y antifactores
importantes del desarrollo me hizo pensar que aún no podía elaborarse un
«modela» realmente satisfactorio. No es difícil construir un modelo teórico
partiendo de cierto número de agregados y de hipótesis, pero sería necesario
obtener un modelo efectivamente aplicable a pesar de la extrema diversidad de
estructura de los países subdesarrollados y a pesar de la insuficiencia de los
datos estadísticos válidos de que en ellos se puede disponer. Sólo me pareció
posible una dinámica empírica del desarrollo que, no obstante, podía implicar
cierto número de teorías parciales.
Nuestra segunda gran encuesta urbana nos la solicitó en 1956 el doctor Wladimir
Piza, gobernador de la ciudad de Sao Paulo. El crecimiento ultra rápido de la
aglomeración planteaba, en efecto, múltiples problemas que exigían un estudio de
conjunto muy a fondos. El análisis de las estructuras económicas y urbanas debía
permitir a las autoridades municipales de esta gran metrópoli industrial
orientar su crecimiento, pero, más que la aglomeración paulista, se consideraba
el greater y el greatest Sao Paulo en la perspectiva general del desarrollo
nacional.
Esta encuesta fue para nosotros como la clave de bóveda de los estudios sobre
desarrollo y organización ya efectuados sobre cuatro estados del sur del Brasil
v la ocasión de estudiar un gran fenómeno de polarización que en realidad
ejercía su influencia sobre el Brasil entero. También nos dio ocasión de
observar de cerca la naturaleza v las consecuencias de numerosas «innovaciones».
así como la atracción de capitales procedentes de países aún más desarrollados,
por una zona industrial ya dotada de importantes infraestructuras e industrias
de base que comprendía un extenso repertorio de industrias de transformación que
poseía la casi totalidad de los servicios; usuales en un país desarrollado y que
disponía de una gama completa de escuelas superiores y técnicas. A la vez se
comprobó la validez del método para el estudio de un centro urbano muy grande y
en expansión ultra rápida. También pudimos, en este caso particular, comprobar
la validez de la teoría explicativa de la economía progresiva cuyas grandes
perspectivas señalaba ya François Perroux.
En 1958 se emprendió un estudio semejante en Belo Horizonte (capital de Minas
Gerais) por la Sagmacs, la oficina brasileña de estudio que trabaja en estrecha
unión con nosotros.
Hasta entonces nuestras más importantes investigaciones se habían efectuado en
Iberoamérica. Es verdad que François-Dominique Martin, en Dakar, y Anne-Marie
Baron y el equipo de «Économie et Humanisme», en Casablanca, estudiaban dos
estructuras urbanas interesantes del África negra y el África del norte.
En 1957, la Banca Nacional de Viet-Nam del Sur nos pidió un estudio general para
el desarrollo, que debería efectuarse en dos etapas: el estudio de las
condiciones de vida y de las necesidades de las poblaciones y el estudio de los
recursos (potencialidades y posibilidades) que podían responder a estas
necesidades. El primer estudio, emprendido por Alain Birou, que había dirigido
el mismo trabajo en Colombia, se terminó a principios de 1958 y el segundo se
está terminando actualmente, bajo la dirección de Alain Dubly y de Nguyen Van
Khoa.
Era muy interesante para nosotros poder realizar una investigación de este tipo
en un país de Extremo Oriente de civilización muy distinta a la iberoamericana.
En 1958, con la petición del presidente Mamadou Dia para un plan general a largo
plazo, se ofrecía a nuestra investigación una civilización de tipo totalmente
distinto a las estudiadas hasta entonces. Mientras que el joven estado del
Senegal intentaba estructurarse en función de un desarrollo integral armónico,
nosotros estábamos asociados muy estrechamente a su esfuerzo por conocer las
realidades senegalesas y organizar los servicios necesarios para su desarrollo.
Finalmente, en 1959, el gobierno del Líbano nos rogaba que procediésemos en su
territorio a un estudio del mismo tipo, basándonos en el análisis directo y en
la cantidad ya importante de informes de expertos, debidos a la asistencia
técnica de las Naciones Unidas y a la asistencia bilateral del programa francés.
Aquí también se trataba de abordar una civilización de un tipo muy distinto de
las halladas en nuestros estudios anteriores.
Es evidente que esta diversidad de campos de investigación nos ha sido preciosa,
a la vez, para plantear mejor el problema del desarrollo, para dar al método de
análisis más agilidad, para percibir mejor la absoluta necesidad de estudios
generales preliminares al plan del desarrollo, para descubrir hasta qué punto se
impone la colaboración en el trabajo con los responsables políticos, económicos
y culturales del país que quiere desarrollarse.
En todos los casos se han realizado encuestas generales preliminares a la
racionalización del desarrollo. El tiempo exigido para estos trabajos ha variado
de doce a veinticuatro meses. El equipo de trabajo ha incluido siempre un ligero
cuadro europeo y el concurso de informadores, auxiliares y directores adjuntos
pertenecientes al país solicitante. Nos parece que es ésta una condición del
análisis objetivo a la vez que el mejor medio de formar especialistas locales
que podrán, después de la partida de los extranjeros, continuar el esfuerzo en
el mismo sentido. En todas partes encontramos colaboradores valiosos sin los que
hubiese sido imposible llevar a buen término nuestro trabajo.
El equipo de investigación (según la importancia del trabajo solicitado, el
plazo impuesto y las sumas disponibles) ha comprendido de veinte a ochenta
personas enteramente consagradas al estudio. Se ha interrogado a miles de
personas, ya en la fase preliminar de «contacto global», ya durante la recogida
de datos, o durante la fase de notificación, interpretación y verificación.
Paralelamente a nuestros trabajos, hemos considerado indispensable estar al
corriente de la investigación de los expertos de las asistencias bilaterales o
internacionales y de las obras dedicadas al desarrollo.
Nos resultó preciosa la amistad de Linthorst Homan para comprender el éxito
neerlandés en el desarrollo de la misma Holanda, y la del agrónomo Hogenboom
para el de las colonias holandesas del Brasil. La competencia de M. Trónet nos
ha ayudado a conocer las razones del éxito sueco, y la de nuestros amigos
Molinari, Sebregondi, Fe d'Ostiani y De Rita nos ha ayudado a juzgar los
esfuerzos realizados en Italia del sur y fuera de Italia por la SVIMEZ y por
ITAL-CONSULT.
El profesor Rao, de la Universidad de Delhi, notable presidente de la
conferencia de expertos celebrada en la ONU en junio de 1953, me proporcionó la
posibilidad de observar un pueblo in dio en marcha hacia el desarrollo. Monseñor
Gutiérrez, propulsor del desarrollo en Fómeque, en Colombia, me ha ratificado en
mi creencia de que en todas partes existen elites latentes cuya educación
progresiva modificaría rápidamente las posibilidades de valoración de cualquier
territorio.
El esfuerzo emprendido en el África negra bajo la dirección de Jacques Royer y
de Jean-Louis Boutillier, con la cooperación entre la FAO y las naciones
entonces metropolitanas, nos ha parecido de primordial interés cuando se trata
de países particularmente desprovistos de datos estadísticos precisos sobre la
demografía, la utilización del suelo y las corrientes económicas.
Si tuviésemos que citar todos aquellos cuyo concurso nos ayudó a comprender y
situar mejor el problema del desarrollo, tendríamos que dar una lista de miles
de nombres. Expresamos nuestro reconocimiento a todos los que de algún modo nos
han informado y ayudado, en particular a los equipos y miembros de equipo que no
cesan de trabajar con nosotros en el Brasil, en Colombia, en el Uruguay, en
Chile, en el Senegal, en Viet-Nam y en el Líbano. También debemos expresar
nuestro agradecimiento a muchos de los equipos de trabajo del IRFED, que nos han
ayudado en gran medida.
Hemos creído que partiendo de esta serie de gestiones podríamos intentar un
primer acercamiento a una «dinámica del desarrollo», teniendo en cuenta
principalmente los datos acumulados durante nuestras pesquisas, pero prestando
también amplia atención a muchos otros trabajos, a veces paralelos a los
nuestros, y otras veces encaminados a la aplicación de las teorías económicas
elaboradas por el occidente desarrollado.
Nuestro acercamiento sólo accesoriamente tomará la apariencia de «teoría»; por
proceder de observaciones y de experiencias en un campo en que la inducción es
peligrosa, lo consideraremos, en su conjunto, como de carácter empírico y
práctico. No obstante, a causa de la diferencia de sentido que se da en diversos
países al término «empírico», hemos preferido la expresión «dinámica concreta
del desarrollo». Nos colocamos así en el plano real de nuestra investigación.
Esperamos que nuestra tentativa de síntesis no será inútil y que proporcionará a
los especialistas que buscan una teoría general o unos modelos de crecimiento
algunos elementos no despreciables. Esperamos también avanzar nosotros mismos
por este camino cuidando siempre de que sea aplicable a las situaciones
concretas halladas a través del mundo.
Como ya expusimos brevemente el método de análisis en L'enquête en vie de
l'aménagenrent regional y presentamos en Suicide ou survie de I'Occident? la
dispersión de los niveles de vida y las posibilidades de desarrollo a través del
mundo, este libro quedará parcialmente aligerado de los detalles de metodología
y de las series de cifras comparativas de las que, no obstante, importa que el
lector esté enterado.
Querríamos que fuese una de las aportaciones de las que pueda obtener algún
provecho la disciplina del desarrollo, aún en gestación. Se hallarán en las
notas algunos textos, escogidos entre muchos otros, que bastan para mostrar que
nuestra actuación está en la línea de estudio que conducirá lentamente a hacer
de esta disciplina, lugar de convergencia de tantas otras que se enlazan con
ella, una de las más importantes elaboraciones científicas y prácticas de la
segunda mitad del siglo xx.
Saigón. 1.° de noviembre de 1960.
L.J. LEBRET