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La Nueva Fase de Desarrollo Económico y Social del Capitalismo Mundial
José de Jesús Rodríguez Vargas
II TEORÍAS DE FLUCTUACIONES ECONÓMICAS
CICLOS DE NEGOCIOS
II.1.1 LAS INNOVACIONES Y SCHUMPETER
Joseph A. Schumpeter es uno de los autores más reconocidos por su trabajo del ciclo de negocios. A partir de su obra fundamental, de 1912, y en las obras subsiguientes de 1939 y 1942, establece su teoría de los ciclos con base a las innovaciones, al papel del empresario emprendedor, la aparición en masa de emprendedores, de productos y de industrias. En su monumental análisis histórico y estadístico del ciclo, su obra Business Cycles, fundamenta y detalla las anteriores tesis y, por primera vez, introduce el ciclo largo llamándole ondas Kondrátiev. Posteriormente, en 1942, aporta la teoría de la destrucción creativa, de la competencia, la lucha por la sobrevivencia y la adaptación de las empresas, en una lucha de lo nuevo contra lo viejo; Schumpeter consideraba a los ciclos de negocios como los “latidos del corazón” del sistema económico, a las crisis como una fase de adaptación a las nuevas condiciones y al capitalismo como un proceso en evolución con “mutaciones económicas”. Admite que su teoría estaba inspirada en autores como Marx y Darwin.
El economista austriaco plantea en Business Cycles que el estudio de los ciclos de negocios “significa, ni más ni menos que, analizar el proceso económico de la era capitalista” porque los ciclos no son como las amígdalas (tonsils) “como cosas separables que podrían ser tratadas por sí mismas” sino son como “el latido del corazón” ; para Schumpeter los ciclos constituían la parte esencial del capitalismo y se requería entender el proceso del ciclo, por el cual “la gente se apasionaba por tratar de controlarlo”. Anteriormente, en 1930, había enfatizado la importancia de los ciclos de la siguiente manera: “Es realmente obvio que al tratar los ciclos económicos, estamos tratando con todos los elementos más fundamentales de la vida económica de la sociedad capitalista, y estamos seguros de encontrar en nuestro camino, prácticamente, todos nuestros grandes problemas” .
A este autor se le reconoce como el creador de la “teoría de la innovación”. Su definición de innovación es a través de la función producción, esta describe la manera en que las cantidades de productos varían si los factores de producción también cambian; Schumpeter define: “si variamos la forma de la función producción, en vez de variar los factores, tenemos una innovación”, entonces “definimos simplemente la innovación como el establecimiento de una nueva función producción” . Entendía las innovaciones como variaciones importantes no como “variaciones infinitesimales en el margen” en el sistema económico, sino “cambios históricos e irreversibles en la manera de hacer las cosas” que se expresaban como cambios en los métodos de producción y el transporte, o en la organización industrial, o en la producción de un nuevo artículo, o en la apertura de nuevos mercados o de nuevas fuentes de materias; cambios fundamentales en algunos de los anteriores sectores o en varios. Son tan importantes las innovaciones que de ellas dependen los periodos recurrentes de prosperidad del movimiento cíclico; fase que él considera como “la forma que toma el progreso en una sociedad capitalista” .
Schumpeter también introdujo el papel del entrepreneur; lo definió como el individuo que lleva a cabo las innovaciones y construye nuevas empresas (enterprise). El emprendedor no tenía que ser el “inventor” de una mercancía o el introductor de algún proceso, tampoco tenía, necesariamente, que ser quien aportara el capital. Veía en el capitalismo la existencia de una maquinaria o mecanismo que permitía que la gente actuara como entrepeneur, sin haber adquirido previamente los medios necesarios; según él lo que realmente importaba para ser este tipo especial de empresario era el “liderazgo” y no la propiedad de los medios .
En su primera elaboración de la teoría del ciclo económico, en 1912 , consideró a la innovación como el factor económico más importante en los cambios del capitalismo. Suponía que el modo en que aparecen las innovaciones y la manera en que son absorbidas por el sistema económico era suficiente para explicar “las continuas revoluciones económicas que son la característica principal de la historia económica”. Concluyó su exhaustiva investigación en dos puntos: primero, que se debía tratar al capitalismo como un proceso de evolución, y que los problemas fundamentales arrancaban de este hecho; y, segundo, que esta evolución no consistía en los efectos de los factores externos (incluso factores políticos) sobre el proceso capitalista, ni en los de un lento crecimiento del capital, ni de la población, “sino en esa especie de mutación económica, me atrevo a usar un término biológico, a la que he dado nombre de innovación” .
En el capítulo sobre el ciclo económico, de su temprano trabajo, de 1912, explica las crisis o las fluctuaciones económicas por “una cadena objetiva de causación que corre automáticamente su camino”, es decir, por “el efecto de la aparición de nuevas empresas sobre las condiciones de las existentes anteriormente”, así “el auge finaliza y la depresión comienza después del período de tiempo que debe mediar antes de la aparición en el mercado de los productos de las nuevas empresas. Y un nuevo auge sucede a la depresión cuando se haya terminado el proceso de reabsorción de las innovaciones”. La relación Schumpeteriana entre innovación-nuevas empresas-nuevos productos y las fases del ciclo, es una explicación de las fluctuaciones por la “ola de negocios”. Por otra parte, distingue como un hecho importante que las inversiones de capital aparecieran en masse en intervalos, de manera irregular en el tiempo; su tesis es que aparecen nuevas empresas en clusters, pero no surgen de las empresas antiguas, sino aparecen a su lado, y las eliminan en la competencia. En conclusión las nuevas empresas surgen en grupo o en racimos, impulsadas por las innovaciones, en medio de una lucha de lo nuevo contra lo viejo, y, finalmente predominan las nuevas enterprises, impulsando el crecimiento económico por medio de la inversión capitalista .
Schumpeter percibía el desarrollo del capitalismo de una manera discontinua, con retrocesos, tropiezos, rupturas, obstrucciones e interrupciones, y no de manera continua e ininterrumpida; decía que el desarrollo no era similar al “crecimiento orgánico gradual de un árbol” y tampoco tiene la misma regularidad con que crecen los árboles, el capitalismo crece “a saltos” , y señalaba que sus movimientos eran tan frecuentes que “parecen manifestar algo así como una periodicidad fatal”. Además, después de una crisis, el desarrollo no se reanuda en el punto alcanzado primeramente, sino que es un proceso que destruye “gran cantidad de valores”, se cambian las condiciones fundamentales y también los supuestos y planes previos de los dirigentes del sistema económico; después de la crisis el sistema económico necesita “reagruparse” antes de emprender el nuevo crecimiento.
El desarrollo que comienza después de la crisis, “es nuevo y no simplemente la continuación del anterior”, aunque tiende a moverse en la misma dirección, se interrumpe la continuidad del plan; también, el nuevo desarrollo arranca de condiciones diferentes y, es en parte obra de hombres nuevos; hay muchas esperanzas y los valores antiguos se entierran para siempre, surgiendo otros nuevos; los empresarios no pueden saltar la fase de retroceso, llevando intactos sus planes a la fase siguiente del desarrollo. Schumpeter define una crisis como “el proceso por el cual la vida económica se adapta a las nuevas condiciones”, también hace suya la afirmación del francés Clement Juglar de que “la única causa de la depresión es la prosperidad”, considerando que la depresión es la reacción del sistema económico frente al auge, o la “adaptación del sistema a la situación a que le lleve el auge”, de forma que su explicación está enraizada también en la propia explicación del auge .
Schumpeter considera que los empresarios aparecen en grupo y no continuamente, de manera individual: “por el hecho de que la aparición de uno o más empresarios facilita la de otros, y éstos a su vez la de nuevos grupos, cada vez en mayor número”. Explica un largo proceso de desarrollo a partir del surgimiento de las innovaciones, de manera sucinta sería lo siguiente: la aparición de los nuevos emprendedores surge en periodos difíciles, en situaciones “no expansivas” y con muchas dificultades, porque “son pocos los hombres que poseen esas cualidades de dirección”, pero a medida que algunos de los pioneros avanzan, otros empresarios los siguen, ahora con menos obstáculos y bajo el estímulo del futuro éxito hasta que se hace “familiar la innovación” y es ampliamente aceptada.
Al aparecer condiciones de menores obstáculos y un proceso de desarrollo cada vez más aceptadas, son menores las cualidades de dirección necesarias para llevar a cabo subsiguientes innovaciones, y será “menos pronunciada la aparición en grupos de los empresarios, y tanto más suave el movimiento cíclico”. La aparición de las “nuevas combinaciones” es lo que “explica fácil y necesariamente los factores fundamentales de la expansión” y se expresa por una mayor inversión de capitales, siendo las industrias de medios de producción las que presentan “un estímulo anormal”; también aparece en masa un nuevo poder de compra y un alza de precios que caracteriza al auge, y es acompañado con una disminución del desempleo y un alza de salarios y de tasa de interés, un aumento de costos y un efecto de “olas secundarias” y la “expansión de la prosperidad por todo el sistema económico”.
Si los empresarios surgen en masa, también sus productos aparecen en masa, ya que se producen mercancías muy semejantes, y de ahí que aparezcan en el mercado en forma casi simultánea; esta oferta masiva causa una disminución de precios y finaliza el auge, y ello puede conducir a una crisis y a una depresión. Schumpeter explica el proceso del ciclo económico por medio del “estímulo” inicial de las innovaciones, que surgen en situaciones “no expansivas”, proceso que pasa por el auge hasta caer en crisis y en depresión. Siguiendo los teóricos clásicos advierte que el auge “crea de sí mismo una situación objetiva que, desdeñando todos los elementos fortuitos y accesorios, pone fin al auge, conduciendo con facilidad a una crisis, y necesariamente a una depresión, y de ahí a una posición temporal de firmeza relativa, y de ausencia de desarrollo” .
Su tercera gran obra, publicada en 1942 y revisada en 1950, es Capitalismo, Socialismo y Democracia en donde plantea la controvertida, y hasta hoy equivocada, tesis de la “imposibilidad del capitalismo para sobrevivir” debido a que su mismo éxito mina las instituciones sociales que lo protegen y crea “inevitablemente” las condiciones en que no le será posible vivir y que “señalan claramente al socialismo como su heredero legítimo” . Era un pronóstico, advertía, que no expresaba deseo del curso de los acontecimientos que se predicen; quería decir que su análisis objetivo le llevaba a sacar semejante conclusión, de la misma manera que un médico predice que su paciente va a morir, sin que significa que lo desee. Es de rescatar el método, aunque el pronóstico fuera erróneo temporalmente.
Además del pronóstico polémico, y de reiterar sus clásicas posiciones de obras anteriores sobre el capitalismo como un sistema evolutivo y la mutación, sobre los emprendedores y la innovación, la aportación esencial de este libro, y marca indeleble del pensamiento schumpeteriano, es la lograda expresión y explicación de la “destrucción creadora”: el “proceso de destrucción creadora constituye el dato de hecho esencial del capitalismo. En ella consiste en definitiva el capitalismo y toda empresa capitalista tiene que amoldarse a ella para vivir”. Es un proceso también llamado de “mutación industrial” que revoluciona incesantemente la estructura económica desde dentro, “destruyendo ininterrumpidamente lo antiguo y creando continuamente elementos nuevos”; Schumpeter observa el “vendaval perenne de la destrucción creadora” en la apertura de nuevos mercados, en los nuevos bienes de consumo, en una nueva materia prima, en los nuevos métodos de producción y de transporte que crea la empresa capitalista. Para él este proceso es el “impulso fundamental que pone y mantiene en movimiento a la máquina capitalista” y, el “progreso técnico” capitalista es la destrucción de capital en los niveles donde penetra la competencia de la nueva mercancía o el nuevo método de producción. Para Schumpeter la empresa y el progreso técnico capitalista son “esencialmente una y la misma cosa”, o, dicho de otra manera, “el primero ha sido la fuerza propulsora del segundo” .
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