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La Nueva Fase de Desarrollo Económico y Social del Capitalismo Mundial
José de Jesús Rodríguez Vargas
IV EVIDENCIA EMPÍRICA DEL NUEVO KONDRATIEV
CICLO LARGO EN ESTADOS UNIDOS Y EN LA ECONOMÍA MUNDIAL
Para Estados unidos el ciclo largo comprende el periodo 1940/45-1995, dividido en la onda ascendente, 1940-1973, ó 1945-1973, ó 1950-1973, y la descendente, 1974-1995. Hay investigadores que fechan el principio de la onda expansiva en 1940, otros en 1945 y en 1950. En general hay acuerdo en que se terminó en los primeros años de los setentas, y algunos coinciden en que fue en 1973. En donde no hay acuerdo alguno es en el fin preciso de la fase descendente. Yo planteo para Estados Unidos el año 1995, y por tanto el principio de una fase expansiva en 1996.
En la gráfica siguiente, IV.7, se muestra el crecimiento secular de la producción industrial. El primer mes de cada periodo es igual a base=uno; represento la evolución del índice de la producción industrial en los tres periodos que corresponden a una onda expansiva: la primera, 1940-1973, de 34 años se multiplicó por un factor de 5.36, o un crecimiento de 436 por ciento; en tanto la segunda periodización, 1945-1973, creció en 180 por ciento en 29 años; la tercera onda expansiva, de 1950-1973, aumentó en 226 por ciento en 24 años.
Como se observa en la gráfica el periodo más largo comprende los años de la Segunda Guerra mundial y eso significó un gran crecimiento industrial que se duplicó en casi cinco años, puesto que creció hasta un 97 por ciento, de allí la joroba que presenta. Pero a partir de fines de 1944 se da una disminución de la producción industrial que no va a conseguir el mismo nivel hasta fines del año de 1950, de allí la concavidad inicial que se observa en el periodo 1945-1973. Es el tercer periodo, a partir de 1950, que refleja un comportamiento intermedio, con una pendiente positiva más firme y sostenida. Sin fuertes crecimientos ni fuertes caídas de la producción industrial.
En la gráfica IV.8 se compara dos ondas expansivas, 1945/1950-1973, con la onda recesiva de 1974-1995. Está última acumuló un crecimiento de 60 por ciento en 22 años y se ve el ritmo más lento en su menor pendiente positiva en relación con la onda expansiva que empieza en 1950, aunque sus primeros años son de mayor crecimiento que la onda expansiva de 1945, pero después es superada con una inclinación más a la izquierda y hacia arriba.
Lo que se desprende de las dos gráficas anteriores es la exposición visual de las ondas largas Kondrátiev con base al método que planteo y que por lo pronto no ha sido utilizado por los especialistas: las ondas expansivas muestran una pendiente más alta que las ondas recesivas. Este método también indica el ritmo de crecimiento de las ondas expansivas.
En la gráfica IV.9 se compara los tres periodos de la onda expansiva pasada con la onda recesiva y la nueva onda expansiva, con base al índice industrial de los primeros 105 meses, la duración de la fase más reciente en Estados Unidos. Se nota claramente que dos comienzos de ondas expansivas, 1940 y 1950, están por encima de la más reciente; y la onda expansiva a partir de 1996 supera a la onda expansiva de 1945. La comparación más relevante para nuestro propósito es entre el periodo que empieza en 1996 con la onda recesiva que empezó en 1974, puesto que es mayor la tendencia positiva y muestra la superación del curso recesivo en los primeros nueve años; además, la nueva onda expansiva es una tendencia homogénea y sostenida, en relación con la volatilidad de las otras cuatro curvas.
En la gráfica IV.10, se percibe el ciclo largo 1940-1995, la onda ascendente está representada en el pico, con 5.43 por ciento promedio anual, y la onda descendente con 2.12 por ciento. A su vez, se representan los primeros años de una nueva onda ascendente con un promedio anual de crecimiento del producto industrial de 5.26 por ciento, en el periodo 1996-2000, y de 3.15 por ciento hasta el 2002; en cualquier caso, la tendencia de la producción industrial es de crecimiento, por encima del promedio del periodo 1974-95, lo que demuestra sin duda alguna, la existencia de una nueva onda larga ascendente.
El periodo 1996-2000 incluye pocos años, lo que pudiera ser considerado insuficiente para percibir una nueva onda; sin embargo, hay antecedentes que muestran que un periodo corto puede ser un comportamiento diferente e incipiente que continúe manifestándose en los siguientes años; es el caso del investigador Angus Maddison, que determinó una nueva etapa del desarrollo capitalista -1973-1979- de bajo crecimiento, que sucedió la etapa “dorada” de 1950-1973, para el caso de 16 países de la OCDE. Fue una etapa incipiente que siguió con la misma tonalidad descendente durante los siguientes 15-20 años.
Por tanto, arriesgo el pronóstico que para Estados Unidos, los últimos años de la década de los noventa, ya muestran un cambio de inflexión, y que la nueva onda expansiva continuará en los próximos años. Maddison argumentaba de la siguiente manera con respecto a la fase que empezaba en 1973: “existe siempre el peligro de reaccionar con exceso ante una recesión y suponer que una nueva fase ha comenzado cuando en realidad nos enfrentamos a un disturbio temporal” . Con base en lo anterior, no estimo probable que la Nueva Economía, la revolución tecnológica, la estabilidad monetaria y el incremento de la producción y productividad sean “disturbios temporales” o simplemente una recuperación momentánea en Estados Unidos.
Lo que pretendo, en este apartado, es mostrar indicadores que reflejan, de acuerdo a la metodología de los promedios anuales, las ondas del ciclo largo. Otro indicador clave es la productividad del trabajo: en el último quinquenio del siglo XX, la productividad del trabajo se aceleró en un punto porcentual promedio anual, superándose el estancamiento de la productividad durante la onda descendente (ver. III.2.4)
Como consecuencia de la productividad del trabajo y de la producción industrial, el PIB de Estados Unidos sigue la misma trayectoria; si calculamos el periodo 1996-2000, para la productividad del trabajo y el PIB, el promedio es 2.5 y cuatro por ciento respectivamente (gráficas IV.11, IV.12). La productividad sigue con tasas de crecimiento muy altas, aún durante la recesión del 2001, y la recuperación del 2002, lo que expresa la posibilidad de una tendencia permanente.
Otros indicadores -ahora mundiales- que presento para la verificación estadística del ciclo largo son el PIB, la producción de mercancías, de manufacturas y las exportaciones totales, y, en particular, las exportaciones de manufacturas. Todos los indicadores manifiestan el mismo comportamiento en el periodo 1950-2000, divididos en dos ondas ascendentes y una descendente, medidas por los promedios anuales. La más reciente onda ascendente se atisba en el periodo 1996-2000, sobre todo -de manera más nítida-, en exportación o comercio mundial; indicador considerado clave por Mandel. Ver gráficas siguientes:
Un tercer método para extraer los ciclos largos es la obtención de la tendencia secular de la serie original y, enseguida, la diferencia entre ambas; este es el método de Kondrátiev, anteriormente señalado. Enseguida presento dos gráficas, una de la producción industrial y otra del PIB de Estados Unidos; ambas representan la desviaciones empíricas con respecto a la tendencia cuadrática, y las mismas desviaciones pero suavizadas con el método de filtración de Hodrick-Prescott (HP) -dicho de otra modo, suavización del ciclo económico- utilizando Eviews; también trazo la línea tendencial por periodos y se observa un comportamiento ascendente hasta la mitad de la década de los setenta, para después descender y llegar a la mitad de los noventa, para volver a ascender vertiginosamente, revelando el principio de la nueva onda expansiva.
Otra evidencia de la existencia del ciclo largo es la gráfica IV.20, el índice compuesto coincidente, que comprende cuatro indicadores, y se asemeja al índice de la actividad industrial. (ver Apéndice II.1.3.4)
Una cuarta gráfica, con el tercer método, es la del volumen de ganancias de Estados Unidos; este componente de los ingresos se manifiesta como índice adelantado, porque alcanza el punto más alto unos años antes que los indicadores productivos y tiende a disminuir en primer lugar; las ganancias alcanzaron el pico en la mitad de los sesenta y, ocho años después, la producción industrial y el PIB arriban al punto más alto. La tendencia descendente de las ganancias se prolongó hasta principios de los noventa, enseguida cambió de dirección, y cinco años después, los indicadores productivos ascendieron. Es decir, las ganancias muestran el ciclo largo, y, además, prevén el fin de la onda ascendente o descendente de los indicadores productivos.
Los soviéticos Entov y Poletayev encontraron ondas largas para Estados Unidos con base a una tasa de retorno de empresas no financieras y concluyeron que su comportamiento era un indicador adelantado de las ondas largas . La tasa de retorno es un tipo de tasa de ganancia, al estilo marxista, que divide la masa de ganancias sobre el capital invertido; la similitud en el comportamiento entre el volumen de ganancia y la tasa de retorno, es porque la masa de ganancia deja de aumentar porcentualmente con respecto al periodo previo, antes de que la inversión y la producción lleguen al punto máximo; al seguir creciendo estos dos últimos indicadores y ser divididos por una masa de ganancia cada vez menor, la tasa de retorno tiende a disminuir.
Cualquiera de los dos indicadores (la masa o la tasa de ganancia) muestra la sobreinversión y sobreproducción de mercancías y una rentabilidad cada vez insuficiente en relación con el capital adelantado; un comportamiento inverso sucede cuando el sistema agota la sobreproducción, vía caída productiva y salida gradual de los inventarios, entonces, aumenta la masa de ganancias, junto con una inversión total menor debido a la desinversión, que impulsa hacia arriba la tasa de retorno; esto sucede antes de que se presente una expansión propiamente dicha. La mejoría en la masa de ganancia y en la tasa de retorno prevé el ascenso productivo de un ciclo de negocios y de los ciclos largos.
La quinta gráfica, IV.22, que demuestra la existencia de fases largas, es la de los investigadores franceses Duménil y Lévy ; es la citada anteriormente (IV.5), pero prolongada ocho años, los cuales trazan claramente una tendencia ascendente, lo que hace suponer a los autores que se abrió una cuarta fase del capitalismo, a partir de mitad de los ochenta del siglo XX. Argumentan que la tasa de ganancia cayó considerablemente durante los setenta de tal grado que en 1982 fue solo el 57 por ciento de su valor promedio durante la década 1956-65, y en 1997 casi registra el mismo nivel de 1970; por tanto, señalan, que la recuperación desde mediados de los ochenta es importante pero aún parcial, porque se ha recuperado el 65 por ciento de la disminución -de 1956-65 a 1982.
Gráfica IV.22
TASA DE GANANCIA. EU
La tasa de ganancia para Estados Unidos, de Duménil y Lévy, está definida como el producto neto menos la compensación al trabajo, dividido entre el capital fijo. Además, plantean que el mismo comportamiento de la tasa de ganancia se observa en la relación del producto entre el stock de capital o “productividad del capital”, o en la productividad del trabajo, en la compensación total al trabajo (o las horas salariales reales), y en la relación capital-trabajo, que expresa la mecanización de la producción. Confían más en el movimiento de la tasa de ganancia que en los indicadores productivos o en los precios.
La gráfica de Duménil y Lévy coincide con la gráfica IV.21, de la ganancia absoluta,1946-2000; es la misma tendencia, por tanto, también, la tasa de ganancia es un indicador adelantado. La diferencia reside en que, en la gráfica del volumen de ganancia -tres años más de datos-, se adelanta a la recesión del 2001, en tanto que, en la otra (IV.22) los últimos años muestran sólo el punto de inflexión ascendente; la lógica marca una caída cíclica, y por ende de corta duración. A fines del 2003 ya es evidente el ascenso de la masa de ganancia; en un ambiente de destrucción de capital fijo y de menor inversión en capital constante y variable, la tasa de ganancia debe aumentar necesariamente.
Esta gráfica actualizada, de los franceses, resulta interesante porque sugiere una nueva onda ascendente, y en este sentido hubiera sido para Ernest Mandel una prueba irrefutable del fin de la onda descendente, realidad que el finado revolucionario no logró ver.
Después del estupor que pudo haber causado mi inferencia temeraria del párrafo anterior, pregunto ¿Por qué creo que hubiera sido una prueba?, porque Mandel se basó en la misma gráfica de los franceses con datos de principios de la década de los ochenta para fundamentar su teoría de las ondas largas; lo señaló de la siguiente manera en su último escrito sobre el tema: “Para la primera edición (de 1980) de este libro, encontramos dificultad en establecer los datos estadísticos de las fluctuaciones de largo plazo de la tasa de ganancia. Por lo tanto usamos las fluctuaciones de las tasas de interés como un indicador (o reflejo) de las tasas de ganancias. Pero desde entonces los estudios de Duménil y Lévy han confirmado directamente las fluctuaciones de largo plazo en la tasa de ganancia en los Estados Unidos” .
La gráfica de Weber y Rigby (IV.23), para el periodo 1950-90 representa las tasas de ganancia en el sector manufacturero de varios países; en primer lugar, Estados Unidos, observa la misma tendencia de las dos gráficas anteriores, por tanto, confirma la posición que se ha estado manejando con respecto a la ondas largas; en segundo, la gráfica refleja el movimiento de las tasas de ganancia de tres países, de los cuales Canadá y Australia exhiben un punto de inflexión hacia arriba en los ochenta, al igual que Estados Unidos, mientras que Japón no muestra cambio de tendencia (más adelante en IV.1.5 se confirman con otros datos estas tendencias).
Gráfica IV.23
TASA DE GANANCIA
La situación de la tasa de ganancia manufacturera de los tres primeros países coincide con la recuperación -posterior-en la tasa del producto y de la productividad, asociados con la Nueva Economía y la nueva onda larga expansiva (ver III.2). Japón, no se encuentra entre los punteros de la Nueva Economía ni de la onda ascendente.
METODOLOGÍA Y FUENTES
Es importante señalar, que el procedimiento que utilizo es novedoso, ya que del conjunto de investigaciones consultadas ninguna recurrió a software especializado, como Excel y sobre todo Eviews. Con respecto a las series estadísticas de Estados Unidos, las obtuve de la Reserva Federal, del Departament of Commerce-Bureau of Economic Analysis, y de los anexos estadísticos del Economic Report of the President; son datos desestacionalizados, a tasas anuales, índices mensuales y trimestrales en billones de dólares. Las series mundiales, de producción y comercio son de la Organización Mundial de Comercio. Se emplearon datos mensuales, trimestrales y anuales. Se calcularon promedios simples por periodos; se comprobaron con tendencias lineales, logarítmicas, polinominales, exponenciales y cuadráticas; las desviaciones empíricas se obtuvieron con promedios móviles de nueve años y con el método econométrico más reciente y eficaz, el filtro Hodrick-Prescott . Para la elaboración del ciclo resultó más adecuada la tendencia cuadrática en todos los indicadores, con excepción de la producción mundial, aquí la tendencia logarítmica arrojó un ciclo más claro. No se expone la gráfica de la serie original y su tendencia secular, sólo el resultado de su diferencia.
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