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Costa Rica. El golpe de Tomás Guardia (1870) y la etapa liberal (1871- 1940).

 

 

Este texto forma parte de la tesis doctoral

El cambio estructural del sistema socioeconómico
costarricense desde una perspectiva
compleja y evolutiva (1980-1998)

de Antonio Luis Hidalgo Capitán
a cuyo texto completo se puede acceder
desde este enlace

 

 

            Los frecuentes y poco legítimos cambios de gobierno durante la etapa patriarcal propiciaron que un militar carismático como Tomás Guardia se hiciera con el poder y lo mantuviera de manera dictatorial el tiempo suficiente para que se consolidara el Estado liberal.

            Tomás Guardia consiguió plasmar sus ideas de progreso y libertad en la Constitución de 1871, donde se constató la ruptura con el Estado patriarcal y el nacimiento del Estado liberal. Dicha constitución estuvo vigente hasta 1917 en que se produjo un golpe de estado que mantuvo al país bajo la dictadura de los hermanos Tinoco durante dos años; el derrocamiento de éstos en 1919 condujo a la aprobación de una nueva constitución que en esencia mantenía los principios fundamentales del Estado liberal (Rojas Bolaños,1979, pp. 5-39).

            La élite burguesa pronto asumió que el marco liberal le resultaba más beneficioso para sus intereses que los continuos cambios de gobierno propios de la etapa patriarcal, por lo que comenzaron a respaldar a Guardia y su proyecto político.

            Bajo el primer Gobierno de Guardia se inició la gran obra de infraestructura del siglo XIX en Costa Rica, la construcción del ferrocarril desde el Valle Central al puerto de Limón en el Caribe; sin embargo, los problemas técnicos y las dificultades financieras obligaron al Gobierno a suscribir un contrato con un empresario norteamericano, el contrato Soto-Keith de 1884, por el que el Estado cedía una serie de tierras en la región caribeña a cambio de que éste se hiciese cargo de las deudas originadas por la construcción del ferrocarril y concluyera el mismo. Con la puesta en cultivo de estas tierras, Keith constituyó un verdadero imperio económico basado en el banano y abrió las puertas de una nueva etapa del desarrollo de Costa Rica.

            En 1899 la United Fruit Company se había constituido en una autentica empresa transnacional que controlaba de forma monopólica la producción, el transporte y la exportación del banano. Las plantaciones bananeras eran verdaderos enclaves y, a diferencia de los minifundios cafetaleros, sí poseían desde el principio características capitalistas. La producción se dirigía al mercado mundial y la mano de obra era asalariada; aunque los salarios nominales eran superiores a los salarios del resto de la economía, las condiciones de trabajo también eran más duras (a destajo) y los salarios reales se veían muy afectados por el constreñimiento que sufrían los trabajadores a adquirir sus productos de consumo en los comisariatos, tiendas de suministros de las plantaciones, sobre todo en los casos en que el salario se entregaba en forma de bonos para los mismos (Facio,1990, [1942], pp. 69-83; Rovira, 1982, pp. 25-34).

            La casi totalidad de las plantaciones bananeras y la totalidad de actividad comercial, financiera y de transporte vinculada al banano estuvo en manos de la United Fruit Company, de forma que pudo apropiarse fácilmente del excedente, sin que el resto de la economía percibiera una parte significativa del mismo. A diferencia de los cafetales, la plantación bananera vivía de espaldas al país, sin generar efectos de arrastre en el resto de la economía y con infraestructuras y medios de transportes propios y exclusivos. La producción se destinaba al mercado externo, por lo que las necesidades de abastecimiento interno del resto de la economía quedaban en manos de la producción de autoconsumo y de la importación.

            Dada la baja productividad del sector bananero el aumento de la producción se realizaba por medio del uso extensivo del trabajo y de la tierra, absorbiendo un importante volumen de mano de obra y poniendo en cultivo grandes extensiones de la costa caribeña y pacífica. Las plantaciones generaron así un importante nivel de empleo asalariado, con lo que contribuyeron a la conformación del proletariado costarricense, que dadas las condiciones laborales existentes protagonizaron la primera huelga de trabajadores bananeros durante los años treinta de este siglo.

            El Estado liberal dio todo tipo de facilidades a la empresa transnacional y su nivel de exigencia tributaria y legislativa fue muy exiguo, hasta las primeras medidas de carácter sociolaboral de los años cuarenta y el intervencionismo del Estado benefactor tras la Guerra Civil de 1948.

            La distribución del ingreso no se vio deteriorada por la actividad bananera debido a la coexistencia de la actividad cafetalera que incidía positivamente en esa distribución.

            La contribución de las plantaciones a la estructura social consistió en la generación de un proletariado rural y de un nuevo miembro de la élite económico-política, la United Fruit Company.

 

TABLA 3.3

COMPOSICIÓN PORCENTUAL DE LAS EXPORTACIONES DE BIENES (1885-1945).

AÑOS

CAFÉ

BANANO

OTROS

1885

76

8

16

1895

83

12

5

1905

47

44

9

1915

37

44

19

1925

58

38

11

1935

67

18

15

1945

65

19

16

Fuente: Vega Carballo (1986 [1983], p. 236).

Datos en porcentajes del total de las exportaciones de bienes.

 

            De esta forma la economía agro-exportadora que había surgido en Costa Rica a partir de la primera exportación de café en 1832, se vio complementada con la exportación de banano a partir de 1879. El bicultivo café-banano se convirtió en la principal característica de la economía costarricense hasta la Guerra Civil de 1948.

            La gran depresión internacional que se inició en 1929 tuvo serias repercusiones en la economía costarricense, poniendo de manifiesto las debilidades del modelo primario-exportador de bicultivo. La drástica reducción del valor de las exportaciones de café y banano en 1931, por la caída de los precios, desencadenó una importante recesión; cayeron simultánea y consecuentemente las importaciones y con ello los ingresos fiscales, dependientes en casi su totalidad del sector exterior. El empleo se redujo significativamente y empeoraron los niveles de vida de la población.

 

 

TABLA 3.4

ÍNDICE DEL PRECIO PROMEDIO DE EXPORTACIÓN DE CAFÉ POR COSECHA (1920-1948).

COS.

ÍND.

COS.

ÍND.

COS.

ÍND.

COS.

ÍND.

20-21

67

27-28

143

34-35

64

41-42

72

21-22

83

28-29

136

35-36

64

42-43

76

22-23

95

29-30

98

36-37

64

43-44

78

23-24

102

30-31

98

37-38

55

44-45

81

24-25

121

31-32

64

38-39

62

45-46

100

25-26

129

32-33

64

39-40

52

46-47

146

26-27

143

33-34

91

40-41

57

47-48

156

Fuente: Carcanholo (1981, p. 103).

Año base: cosecha 1945-1946; COS.: cosecha; ÍND.: índice.

 

            Así las cosas, el Estado costarricense se vio obligado a intervenir en la economía; se inició un programa de obras públicas que contribuyó a atenuar la contracción del empleo; se creó el Instituto de Defensa del Café para garantizar no sólo un precio mínimo, sino unas buenas relaciones comerciales entre los distintos grupos socioeconómicos del sector cafetalero; el Banco Internacional de Costa Rica, creado en 1914, asumió numerosas funciones, como la emisión de moneda o la concesión y administración de créditos al sector cafetalero, hasta convertirse en 1936 en el Banco Nacional de Costa Rica (BNCR); se crearon la Superintendencia de Bancos y las Juntas Rurales de Crédito Agrícola para el desarrollo del crédito.

            Durante los años treinta, junto con la intervención del Estado, se produjo también una entrada de capital extranjero dirigido hacia las grandes explotaciones cafetaleras y las empresas exportadoras, así como hacia algunas actividades industriales (Tejidos Saprissa, Tabacalera Costarricense, Republic Tobacco Company...).

            En este periodo también surgieron en Costa Rica nuevos grupos sociales; por un lado, la todo poderosa United Fruit Company, símbolo de los intereses norteamericanos en el país; por otro, una clase terrateniente nacional, propietaria de las plantaciones bananeras y vinculada a la transnacional; como lógica contrapartida, una clase de trabajadores bananeros que van a ir adquiriendo conciencia de clase y que van a permitir el surgimiento del Partido Comunista en 1931.