Yolanda Catalina Peña Acosta
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1 E. 1. Savonko. Características de la correlación entre la orientación de la conducta por la autovaloración o por la valoración de los demás, según las edades. En Estudio de las motivaciones de la conducta de los niños y adolescentes. L. 1. Bozhovich y L. V. Blagonadiezhina, 1982, p. 99.
2 Ovidio D’ Ángelo Hernández. Provida. Autorrealización de la personalidad, 1996. p. 18.
3 Ovidio D’ Ángelo Hernández. Sociedad y Educación para el Desarrollo Humano, 2001, p. 59.
4 Nancy Chacón Arteaga. Sobre la formación de valores morales, p 105-111, En Dimensión ética de la educación, 2002.
5 Referidos por Fernando González Rey. Motivación moral en adolescentes y jóvenes (1990), p.60. El propio González Rey realizó estudios sobre el afecto de inadecuación en 1975 (Particularidades del comportamiento de la inseguridad en alumnos con éxito y fracaso escolar). Uno de los trabajos de M.
S. Neymark, (Orientación de la personalidad y afecto de inadecuación en los adolescentes) puede consultarse En Estudio de las motivaciones de la conducta de los niños y adolescentes de L. 1. Bozhovich y L. V. Blagonadiezhina, p.138-180
6 Otmara González . El desarrollo de la autoconciencia y de la autovaloración, p. 256, En Desarrollo de la Personalidad, 1989
7 Algunas de las investigaciones realizadas por Fernando González Rey en los años referidos, acerca del tema de la autovaloración son: Relación de la inseguridad y la autovaloración en jóvenes con éxito y fracaso escolar(1977), Relación del ideal y la autovaloración en la regulación de la conducta en adolescentes y jóvenes(1977), Relación de la autovaloración con la valoración del grupo, familiares y maestros en alumnos de quinto grado(1977), Rol de los ideales morales en la formación de las intenciones profesionales de los escolares (Tesis de la candidatura,1979), La personalidad y sus funciones en la regulación de la actividad (Tesis de doctorado,1986), La adecuación de la autovaloración y su significación psicológica (En 1nvestigaciones de la personalidad en Cuba, 1987)
8 Algunos de estos autores son:
1. Lipkina. Psicología de la autovaloración del escolar, tesis de doctorado, 1974 (referida por González Rey en Motivación moral en adolescentes y jóvenes), plantea que la autovaloración se debe estudiar como regulador de la actividad intelectual.
Zajarova y Andruslenko, referidos por Lourdes Rodríguez Fonte en Estudio comparativo del desarrollo de la autovaloración en niños y adolescentes, plantean que cuando existe una estructuración adecuada de la actividad docente que permita la formación del pensamiento teórico, la formación de la autovaloración se favorece en su nivel de complejidad y adecuación.
Josefina López Hurtado. La autovaloración y su importancia en la formación de la personalidad. En Psicología General (1982).
Gerardo Roloff Gómez. La autovaloración en el estudio de la personalidad. En Psicología de la personalidad de Fernando González Rey y otros(1985). Refiere investigaciones donde demostró que en las primeras etapas del desarrollo de la autovaloración la función subjetivo- valorativa tiene mayor desarrollo que la reguladora y otras donde abordó la participación de la motivación en el desarrollo de la autovaloración.
Pilar Rico Montero. ¿Cómo desarrollar en los escolares las habilidades para el control y la valoración de su trabajo docente? En Preguntas y respuestas para elevar la calidad del trabajo en la escuela. Elvira Caballero Delgado y Gilberto García Batista, 2002, p.3-22.
9 María Esther Díaz Rodríguez. “Las Tendencias Autovalorativas y su Diferenciación Funcional en
Jóvenes Estudiantes de Pre- Universitario”, Tesis de Licenciatura, 1991.
10 Laura Domínguez García. Sistema de actividades y desarrollo intelectual en las etapas de la adolescencia y la juventud. En Psicología del desarrollo: adolescencia y juventud. Selección de lecturas, 2003, p193-194. Refiere a L. 1. Bozhovich en La personalidad y su formación en la edad infantil, Editorial Pueblo y Educación, C. de La Habana, 1976.
11 Yolanda Peña Acosta. Una alternativa para introducir el enfoque investigativo en el programa de Química de décimo grado. Tesis de maestría (1998)
12 Doris Castellanos Simons y otros. Aprender y enseñar en la escuela. Una concepción desarrolladora, 2002. Margarita Silvestre Oramas y José Zilberstein Toruncha, ¿Cómo hacer más eficiente el aprendizaje?, 2000 y Enseñanza y aprendizaje desarrollador, 2000.
13 José Martí Pérez. Obras completas, t7, p 59.
14 Fueron consultados varios conceptos de personalidad como:
El dado en Psicología General para los Institutos Superiores pedagógicos(”es un sistema de formaciones psicológicas de distinto grado de complejidad que constituye el nivel regulador superior de la actividad del individuo”)
Shórojova y otros, en Problemas teóricos de la Psicología de la personalidad, p11 y 12 referido por Silvia Colunga Santos en Problemas teóricos y metodológicos de la Psicología Pedagógica, CEIDE, Camagüey, 2001, (conferencia). (”constituye una configuración sistémica de los principales contenidos y operaciones que caracterizan las funciones reguladoras u autorreguladoras del sujeto, quien, en los distintos momentos de su comportamiento, tiene que actualizarlas ante las situaciones concretas que enfrenta mediante sus decisiones personales...”)
Ovidio D’Angelo en Sociedad y Educación para el desarrollo humano, p 103-104(”noción que designa el espacio de interacción entre procesos y estructuras psicológicas constituidos en subsistemas reguladores , a manera de configuraciones individualizadas[...] noción integrativa apropiada para un análisis funcional-estructural de esos procesos en estrecha vinculación con sus contenidos referidos a las actividades sociales del individuo”
Fernando González Rey en Personalidad, Salud y modo de vida, referido por Silvia Colunga Santos en Problemas teóricos y metodológicos de la Psicología Pedagógica, CEIDE, Camagüey, 2001, (conferencia). (”es la organización sistémica, viva y relativamente estable de las distintas formaciones psicológicas, sistema de estas e integraciones funcionales de sus contenidos que participan activamente en las funciones reguladoras y autorreguladoras del comportamiento siendo el sujeto quien ejerce estas funciones”)
Héctor Arias, referido por Israel Mayo en Sujeto psicológico y orientación educativa. La concepción de Héctor Arias. CD-ROOM de FIDOE, Las Tunas, 2004. (La personalidad aporta el sistema de recursos psicológicos que posee el hombre, que se han ido formando, estructurando y sistematizando a través de sus vivencias y experiencias en su interacción con el medio y consigo mismo y que sirven de base a la regulación de su actividad y comunicación y la proyección y organización de su vida en general, a partir de una estrecha vinculación de elementos estructurales y funcionales) y otros.
Del análisis de dichas conceptualizaciones se encontraron las regularidades que fueron subrayadas y que se resumen en: carácter sistémico, dinámico, integral, relativamente estable y regulador del comportamiento.
15 F. González Rey y A. Mitjáns Martínez. La personalidad, su educación y desarrollo, 1989, p19.
16 Véase: F. González Rey y A. Mitjáns Martínez. Distintos niveles de construcción teórica en el estudio de la personalidad, En Ob. Cit., p19-32.
17 Véase: Héctor Arias. El problema de la anticipación en psicología, 1998, p95.
18 Resolución de la Política Educacional del Primer Congreso del PCC,1976. p.413
19 Juan Amos Comenio. Didáctica Magna, p 65 y66.
20 R. Valdés Galarraga. Diccionario del pensamiento martiano. P147.
21 Referido por Vladimir Zapata. Introducción a la educación integral, 1995, p.7. Las frases referidas por Zapata pertenecen, en orden de aparición a Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), filósofo francés que expuso una nueva teoría de la educación subrayando la preeminencia de la expresión sobre la represión y cuya teoría influyó sobre Pestalozzi y otros pioneros de los sistemas modernos de educación, Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827), pedagogo suizo cuyas teorías establecieron los cimientos para la moderna educación elemental. Entre sus ideas pedagógicas se destaca la necesidad de formar en el niño el hábito de la reflexión, Johann Friedrich Herbart (1776-1841), filósofo y pedagogo alemán, defensor de que los métodos y sistemas pedagógicos se basen en la psicología y la ética, la psicología para proporcionar el conocimiento necesario de la mente y la ética como base que determina los fines sociales de la educación.(Fuente: Enciclopedia Microsoft Encarta)
22 Rogers. Libertad y creatividad en la educación, p172-189. Carl Rogers (1902-1987), psicólogo estadounidense de formación humanista, cuyos criterios sobre las capacidades de la persona para comprenderse a sí mismo y resolver sus problemas, concedieron singular importancia al autoconcepto, la autoestima, y en general a las formaciones de la autoconciencia en la existencia humana, la autorrealización y el crecimiento personal, destacando el carácter individual e irrepetible de cada hombre y la finalidad de la educación como su contribución a desarrollar la individualidad del educando, estos criterios asimilados desde el enfoque histórico cultural sirven de base al carácter humanista de la educación.
23 Carlos Marx y F. Engels citados por Felipe Sánchez Linares en ¿Es ciencia la filosofía? (anexo ”Acerca de la teoría marxista-leninista de los valores”, p. 179)
24 Antonio Blanco Pérez. ”La Educación como función de la sociedad”, en Nociones de sociología, psicología y pedagogía, 2002, p12.
25 V. Bakshtanovski y otros. Ética, 1989, p 268.
26 Modelo de preuniversitario: fin, objetivos formativos y funciones de la enseñanza preuniversitaria(1999)p1.
27 Luis Roberto Jardinot Mustelier. Hacia la transformación del bachillerato cubano. Pedagogía 2005, curso 6.
28 Luz y Caballero. Escritos Educativos, 1991, p 196-197.
29 José Martí Pérez. Obras completas. T8 p 421.
30 José Martí. Carta a María Mantilla. Tomo 20 p 213. Obras Completas.
31 Varona. Trabajos de educación y enseñanza, p132
32 Véase: Martha Martínez Llantada. La Enseñanza problémica de la Filosofía Marxista Leninista,
1987, p 82-84. Entre los autores referidos por la autora se encuentran:
K. D. Ushinski (principios del siglo XIX)que abogó por la idea de no solo transmitir conocimientos, sino capacitar a los estudiantes para que, de forma independiente, pudieran adquirir nuevos conocimientos.
Armstrong (segunda mitad del siglo XIX) introdujo en la enseñanza de la Química el llamado método heurístico, cuya esencia consistía en poner al estudiante en la misma posición que el investigador y en lugar de adquirir el conocimiento por la explicación del profesor, lo hiciera mediante conclusiones propias de su trabajo.
Relacionados directamente con la enseñanza de las Ciencias Naturales se mencionan otros como: F. A. Vintergalter (método heurístico de laboratorio), A. I. Guerd (método de ensayo experimental), K. P. Yagodovski (método de clases de laboratorio) y A. P. Pinkevich (método científico natural).
En cuanto al término método investigativo(siglo XX) se refiere que fue B. E. Raikov en 1913 quien lo denominó así y al norteamericano J. Dewey y sus seguidores P. V. Berton, A. Karin,
R. Sund y J. Bruner cuyo fracaso se debió a una reproducción empírica de la Historia de la Ciencia y la Sociedad en el proceso de enseñanza.
33 G. Morales Gómez. Docencia e Investigación, En Educarte, p57-61.
34 Laura Fumagalli. El desafío de enseñar Ciencias Naturales, 1993.
35 Fernando Ballenilla. Enseñar investigando. ¿Cómo formar profesores desde la práctica?, 1995.
36 Juan J. García Rodríguez y Pedro Cañal de León, ”¿Cómo enseñar? Hacia una definición de las estrategias de investigación en la enseñanza”,1995.
37 Yolanda Peña Acosta. Tesis de maestría, p65-67.
38 Raúl Rojas Soriano y Amparo Ruiz del Castillo. Vínculo Docencia-Investigación para una formación integral, 2001.
39 Pedro Demo. ”Educar pela pesquisa”, 1997, p 86-92. Véase este mismo autor en ”Desafios modernos da educação”, 1993, p 220.
40 Véase: Pablo Valdés, Rolando Valdés y Beatriz Macedo. Transformaciones en la educación científica a comienzos del siglo XXI, 2001.
41 Leandro Lima Álvarez. ”Variante metodológica para el desarrollo de la independencia cognoscitiva en las clases de Educación Laboral”, Tesis en opción al Grado Científico de Dr. en Ciencias Pedagógicas, 2001.
42 Margarita Ceballos Rosales. ”Sistema de acciones para la formación del bachiller en los principios de la ética científica”, Tesis de maestría, 2002.
43 Véase: Lizardo García Ramis. La escuela y el maestro. El modelo de escuela. En Compendio de pedagogía, 2002, p 283-310.
44 José Ramón Fabelo Corzo, investigador auxiliar del Instituto de Filosofía y vicepresidente de la Sociedad Cubana de investigaciones filosóficas .( Palabras expresadas, en su Intervención en la Audiencia Pública sobre formación de valores en las nuevas generaciones de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ciudad Habana, Palacio de las Convenciones, 24 de abril de 1995), Valores y juventud en la Cuba de los años noventa. En Retos al pensamiento en una época de tránsito, 1996, p 170.
45 José Ramón Fabelo Corzo. Valores universales y problemas globales. En Ob. Cit, p10 y 11. Según este autor el valor es la realidad humanizada con significación positiva para el hombre y la valoración, la capacidad que permite captar subjetivamente ese valor.
46 Véase: Josefina López Hurtado y otros. Marco conceptual para la elaboración de una teoría pedagógica, p 57. En Compendio de Pedagogía, 2002.
47 Véase: Silvia Puig, ”Una aproximación a los niveles de desempeño cognitivo”, 2003. Según se aclara en la definición operativa que se ofrece del desempeño escolar, este incluye más aspectos que el desempeño cognitivo que refiere esta investigadora del ICCP.
48 V. Bakshtanovski y otros. Motivación moral, valoración, valoración de sí mismo, En Ob. Cit., 1989, p 132.
49 Referido por: Fernando González Rey. Algunas tendencias teóricas en el estudio de la autovaloración. En Motivación moral en adolescentes y jóvenes, 1990, p.32-39. Este autor considera cuatro tendencias. En la primer tendencia se destaca la posición de William James, este consideró como subsistemas: el yo material, el yo social y el yo espiritual. En el caso de J. Jourard los subsistemas fueron el sí mismo público, el sí mismo ideal y el sí mismo real.
50 Referido por: Fernando González Rey. Ob. Cit. En este caso cita autores como Freud que generalizan el mecanismo de la personalidad neurótica a la personalidad normal.
51 Referido por: Fernando González Rey. Ob. Cit. En esta tendencia el autor refiere las teorías de Charles Horton y George Herbert Mead.
52 R. Wyley, The self concept, New York,1955. Referido por F. González Rey en Ob. Cit. p 34-35.
53 G. Allport, C. Rogers . Referidos por Otmara González en Ob. Cit., p. 248-255.
54 Referidos por E. I. Savonko. Ob. Cit., p 108-111.
55 Gerardo Roloff Gómez. La autovaloración en el estudio de la personalidad, En Psicología de la personalidad, Fernando González Rey y otros ,1984, p.124 y La autovaloración y los métodos para su estudio, En Algunas cuestiones teóricas y metodológicas sobre el estudio de la personalidad, Fernando González Rey y otros (1982), p. 87. Fernando González Rey. Algunas tendencias teóricas en el estudio de la autovaloración. En Motivación moral en adolescentes y jóvenes, 1990, p.32-84.
56 Véase: A. I. Lipkina. El problema de la personalidad y su autovaloración en la psicología burguesa,(Traducción de G. Roloff, Revista Pedagogía Soviética No 9, 1975). En Selección de lecturas sobre psicología de la personalidad hecha por F. González y G. Piñeda, 1991. p. 243
57 Véase B. S. Bratus y F. González Rey. La tendencia orientadora de la personalidad y las formaciones de sentido, En Algunas cuestiones teóricas y metodológicas sobre el estudio de la personalidad, 1982, p 48-68.
58 E. I. Savonko. Ob. Cit.
59 Véase: Fernando González Rey. Motivación moral en adolescentes y jóvenes, p52.
60 Véase: Fernando González Rey. Algunas tendencias teóricas en el estudio de la autovaloración. p
54. En Motivación moral en adolescentes y jóvenes, 1990.
61 A. I. Lipkina. Psicología de la autovaloración del escolar, tesis de doctorado, 1974, p40. (referida por González Rey en Motivación moral en adolescentes y jóvenes)
62 E. A. Serebriakova. Referida por Antonio Cuellar y Gerardo Roloff. Autoconciencia y autovaloración, en Nociones de Psicología General, p 78-80. Otro de los parámetros fue la altura, según esta clasificación existen la autovaloración elevada y la disminuida. De acuerdo con los tipos establecidos Serebriakova clasifica a los escolares en: confiados en sí mismo(autovaloración adecuada y persistente), orgullosos (autovaloración inadecuada y elevada) y no confiados en sí mismo (autovaloración inadecuada y disminuida). En esta investigación no se ha tenido en cuenta el parámetro de la altura por considerar que una autovaloración elevada puede ser adecuada o no en dependencia del nivel real de ejecución del individuo.
63 Véase: Fernando González Rey. Motivación moral en adolescentes y jóvenes, p59-60.
64 Véase: Lev S. Vigotsky. El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, 1979. Para Vigotsky, son funciones psíquicas inferiores las que son resultado del desarrollo filogenético y siguen un proceso natural común al hombre y los animales, que incluye aspectos de maduración biológica, mientras las que denominó superiores, son específicamente humanas, y surgen como consecuencia de un proceso de mediación cultural, a través de instrumentos (como el lenguaje y el trabajo) en condiciones de interacción social, lo que expresó en su ley general de la formación y desarrollo de la psiquis humana o ley de la doble formación, que constituye el fundamento básico de la escuela histórico-cultural.
65 Véase: G. Roloff. La autovaloración y los métodos para su estudio. En Algunas cuestiones teóricas y metodológicas sobre el estudio de la personalidad, 1982, p 87.
66 Véase Laura Domínguez García. La adolescencia y la juventud como etapas del desarrollo de la personalidad. Distintas concepciones en torno a la determinación de sus límites y regularidades. En Ob. Cit., p 9-62. La edad entre los 14 y los 18 años en unos casos se determina como una adolescencia tardía y en otros como juventud temprana.
67 Véase: La formación de las cualidades de la personalidad y las particularidades de su desarrollo en los estudiantes de 15 a 18 años. (Cap. 2 La adolescencia y la edad juvenil, p 21)
68 Véase: I. S. Kon. Psicología de la primera juventud En. Psicología evolutiva y pedagógica, Petrovsky y otros, 1980, (p.180-181).
69 Véase: Otmara González. Ob. Cit. p 256.
70 Véase: Pilar Rico Montero. Ob. Cit. P4. Esta autora refiere que en algunos momentos el individuo puede tener una autovaloración adecuada, correcta, con respecto a su rendimiento en un tipo de actividad y una autovaloración inadecuada, no correcta, con respecto a otra actividad o comportamiento social.
71 A. I. Lipkina. Psicología de la autovaloración del escolar, tesis de doctorado, 1974, referida por González Rey en Motivación moral en adolescentes y jóvenes.
72 Alberto F. Labarrere. Ob. Cit.
73 G. Roloff. Motivación de la actividad docente y autovaloración de escolar, Tesis de candidatura, Moscú, 1980 y Particularidades del desarrollo de la autovaloración en escolares primarios, en Ciencias Pedagógicas, No 2, Ciudad de La Habana, 1980.
74 Lucía Rafael Martínez y Carlos J. Montero Ramírez. Trabajo de diploma,1988.
75 Paquita Mori Saavedra. Personalidad, autoconcepto y percepción del compromiso parental: sus relaciones con el rendimiento académico en alumnos de sexto grado, Tesis en opción al grado de Doctor en Psicología, 2002, p175.
76 Sonia Rivero Cortés e Ivonne Rodríguez Calvo exponen sus experiencias en el artículo Aspectos psicológicos de la esgrima, 2001 y Luis Gustavo González Carballido en Autovaloración y pretensiones, 2001.
77 Ovidio D’ Ángelo Hernández. Provida. Autorrealización de la personalidad, 1996. p. 18.
78 Albertina Mitjáns Martínez. Creatividad, Personalidad y Educación,1995. En las páginas 4, 9, 15, 24,
42 y 44 se resumen los criterios de varios autores sobre las características de la personalidad asociadas a la creatividad, entre las que se incluyen: autocrítica, flexibilidad, autoconfianza, buena valoración de sí mismo, autoaceptación, seguridad.
79 Y. Eternod, Creatividad, inteligencia y autovaloración en estudiantes de Ingeniería Nuclear. Trabajo de diploma, Facultad de Psicología, Universidad de La Habana, 1992, p.45.
80 Véase: José Ramón Fabelo Corzo. Práctica, conocimiento y valoración, 1989, pp 212-213.
81 Arianna Haro Almaguer, Hermes Velázquez Domínguez y Reynaldo Morales Báez. Estudio diagnóstico sobre autovaloración de estudiantes de preuniversitario, IPVCE Luis Urquiza Jorge, Las Tunas, Jornada Científico-Estudiantil, 2000.
82 Véase: Fernando González Rey. Algunas cuestiones metodológicas sobre el estudio de la personalidad, p 9-21. En Algunas cuestiones teóricas y metodológicas sobre el estudio de la personalidad,1982.
83 Rotter fue quien utilizó este instrumento por primera vez. Referido por F. González y A, Mitjáns en La personalidad, su educación y desarrollo,1989, p79.
84 Véase: Basilia Collazo Delgado y María Puentes Albá. La orientación en la actividad pedagógica.¿El maestro, un orientador?,1992, p.133-134.
85 Vivian Gómez Martín y María Eugenia de Varona Salazar. Particularidades de la autovaloración referida a los resultados docentes en escolares retrasados mentales del grado noveno, trabajo de diploma,1989.
86 David A Kolb. Inventario de los Estilos de Aprendizaje, Derechos de autor, 1981, revisión de 1985, McBer and Company. Referido por Silvia Colunga Santos en “Los estilos de aprendizaje y su tratamiento a través del proceso de enseñanza-aprendizaje”, 2004.
87 F. Hoppe. Erfolg und Mi Berfolg. Psychol. Forschung, tomo 14, 1930. Referido por E. I. Savonko en Ob. Cit. p.108.
88 Paulo Freire. La importancia de leer y el proceso de liberación, 1996, p 92.
89 Josefina López Hurtado y otros. Marco conceptual para la elaboración de una teoría pedagógica, En Compendio de Pedagogía, 2002, pp. 45-60.
90 M. Rosental y P. Iudin. Diccionario filosófico, Editora política, La Habana, 1981.
91 María Julia Moreno Castañeda. Tesis de doctorado, p 58. Esta autora plantea que la estructuración de concepciones teóricas en el campo de las ciencias pedagógicas supone particularmente representar el carácter y contenido de su objeto de estudio, por lo que su elaboración ”... significa habernos formado una idea total, completa, abarcadora, integral del proceso docente educativo, significa representarnos, en un modelo ideal, cómo debería ser este proceso (...) en otras palabras, concepción pedagógica presupone la modelación de un proceso concreto para satisfacer ciertos objetivos”, y cita al Dr. C. Alfredo Cueto Leyva de la Academia Naval ”Granma”, aunque aclara que el criterio es de la autoría del Dr. C. Manuel Silva Rodríguez y la Dr. C. Gudelia Ortega.
92 Margarita Silvestre Oramas. Aprendizaje, educación y desarrollo, 2001, p53.
93 Véase: Josefina López Hurtado y otros. Ob.cit., pp. 47-49.
94 C. Marx y F. Engels. Obras escogidas, s/f, p 24-25.
95 Véase: Gloria Fariñas León. Desafíos de la investigación educativa: presente y futuro. En Metodología de la investigación educacional. Desafíos y polémicas actuales, Martha Martínez Llantada y otros, 2003, p 1-8.
96 Véase: Antonio Blanco Pérez. ”La Educación como función de la sociedad” y ”La Educación como factor de la práctica social”, en Nociones de sociología, psicología y pedagogía, compilación de Ana María González Soca y Carmen Reinoso Cápiro, 2002, pp 4-20 y 237-247 y también Josefina López Hurtado y otros. Ob. cit., pp. 49-50. Fueron utilizados ambos referentes en estos fundamentos sociológicos.
97 Véase: Josefina López Hurtado y otros. Ob.cit. pp. 50-52.
98 Lev Semionovich Vigotsky. Ob. cit., p. 94.
99 Doris Castellanos Simons y otros. Ob.cit. p44.
100 El término armonía es sinónimo de equilibrio, fue escogido por la autora sobre la base de una de sus acepciones: proporción y correspondencia de las partes de un todo (p.87 del Diccionario Cervantes Manual de la Lengua Española). Savonko en Ob. Cit. p. 106-107 utiliza el término equilibrio al plantear que en esta etapa es sumamente importante que se produzca un equilibrio entre las aspiraciones del niño, su valoración personal y sus posibilidades, así como un equilibrio correcto entre la autovaloración y la que proviene de los demás.
101 Véase: F. González Rey. Motivación moral en adolescentes y jóvenes, p60.
102Véase Edith Grotberg. Guía de promoción de la resiliencia en los niños y adolescentes para fortalecer el espíritu humano, 1996. Esta autora define la resiliencia como la capacidad presente en mayor o menor grado en todo ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir incluso transformado. Para algunos, como los ingenieros civiles, resiliencia es entendida como la capacidad de algunos materiales a recobrar su estado natural después de haber aplicado una presión deformadora. En cambio, en términos de algunos estudios sociales, se dice que es la manera de enfrentar de una forma propositiva las situaciones de alto riesgo que ha vivido la persona y poder enfrentarlas de manera tal que le permitan tener un sano desarrollo psicológico y social,( Véase Andrea Márquez. Los cuatro fantásticos).
103 Algunos trabajos sobre el tema clasifican la autovaloración de acuerdo con el momento en que se realiza, así se habla de una autovaloración circunstancial (antes de la actividad o proyectivamente), cursiva (en diferentes momentos de la actividad) y retroactiva (después de concluida la actividad). Véase Lourdes Amado Tristá. “El desarrollo de la función valorativa desde las clases de Español- Literatura en onceno grado”, Trabajo de diploma, 2000. También se encontraron referencias a estos tres momentos en “Para promover un aprendizaje desarrollador” de Doris Castellanos Simons, Carmen Reinoso Cápiro y Celina García Sánchez, p 32. En la alternativa propuesta en la presente investigación se considera que una autovaloración adecuada se manifiesta en estos tres momentos, por lo que se han previsto acciones para ello.
104 Gloria Fariñas León. Maestro. Una estrategia para la enseñanza, p 2. En esta obra la autora plantea que las habilidades conformadoras del desarrollo personal son aquellas que... “posibilitan la eficiencia o competencia del individuo, ya sea en la actividad o en la comunicación (con las demás personas y consigo mismo) en cualquier esfera de la vida, porque están en la base de todo aprendizaje y porque son mecanismos del autodesarrollo”.
Al analizar lo que esta autora denomina habilidades conformadoras del desarrollo personal (HCDP) y las dimensiones e indicadores tomados para evaluar la autovaloración, se evidencia la relación que existe entre ellas, pues la misma está relacionada con el planteamiento de metas personales, con la comprensión de las demás personas y de uno mismo, con el perfeccionamiento de la comunicación, la relación con los demás y la solución de problemas(abarca los cuatro tipos de HCDP citados en la p.3 de esta obra), lo cual está en correspondencia con sus funciones (subjetivo-valorativa y reguladora).
105 Las dimensiones e indicadores fueron sometidos al criterio de expertos en la temática con buenos resultados. La explicación de la metodología seguida aparece en el epígrafe 111.1 de la tesis.
106 Algunas definiciones fueron :
E. 1. Savonko. Ob. Cit. p99. “La autovaloración comprende el saber valorar las propias fuerzas y posibilidades del yo con espíritu crítico, y al propio tiempo permite al individuo “calcular” sus propias fuerzas con respecto a las tareas y exigencias del medio circundante, dándole así también la posibilidad de plantearse a sí mismo determinados fines”
Gerardo Roloff Gómez. La autovaloración y los métodos para su estudio. En Algunas cuestiones teóricas y metodológicas sobre el estudio de la personalidad. Fernando González Rey y otros, 1982, p. 87. “El concepto de autovaloración designa la dimensión valorativo- dinámica de la autoconciencia.”[...] “Conceptualmente, la autoconciencia se refiere a la función general, exclusiva del ser humano, de reflejar conscientemente no solo el mundo exterior, sino también sus estados internos, propiedades psíquicas y cualidades personales”
Fernando Glez Rey. En Algunas cuestiones teóricas y metodológicas sobre el estudio de la personalidad, p 39 “...la autovaloración es un subsistema de la personalidad que incluye un conjunto de necesidades y motivos, junto con sus diversas formas de manifestación consciente.” En la p44 de la misma obra este autor plantea “es una expresión de la autoconciencia del hombre en la que lo cognitivo y lo motivacional se integran activamente...”
Amelia Amador Martínez. Ob. Cit. p7. Define autovaloración como el nivel de autoconciencia que tiene el individuo, el conocerse a sí mismo, la valoración de su posición en el grupo y también la considera la base del nivel de pretensiones o aspiraciones por la influencia en el planteamiento de metas a partir de la valoración de sus posibilidades.
107 Alvero Francés, F. Diccionario manual de la Lengua Española, p 289. Este diccionario manual de la Lengua Española en una de sus acepciones plantea que es la manera de considerar o tratar un asunto, entonces, la diferencia entre método y enfoque depende del asunto tratado, si el enfoque investigativo se refiere al método, pudiera considerarse el método más general, porque podría tener ese enfoque u otro.
108 Leandro Lima Álvarez. Ob. Cit. p 41. A juicio de la autora el “asunto” tratado por Lima Álvarez es el método de enseñanza, pues afirma que es la manera de interpretar el método y expresarlo.
109 María Victoria Chirino Ramos. Resumen de tesis, p 12.
110 María Victoria Chirino Ramos. Ob. Cit, p 24.
111 M. E. Omelianovsky y otros. La dialéctica y los métodos científicos generales de la investigación, t 1, p 163,1982.
112 El término Rendición de cuentas de las tareas investigativas fue tomado de la experiencia referida sobre este enfoque en el 1SP Enrique José Varona. En su tesis de doctorado María victoria Chirino(p95), señala que en esta actividad se analiza la problemática de cada uno a partir de lo que han hecho y los resultados que van obteniendo, por lo que permite la evaluación del proceso investigativo y de sus resultados.
113 El término “rol” que se utiliza en la tesis se refiere a “... el modelo organizado de conducta relativa a una cierta posición del individuo en una red de interacciones en el grupo, ligado a expectativas propias y de los demás” (P. Riviere citado por la MSc. Carmen Reinoso Cápiro en “La labor del maestro en el contexto grupal”, en Nociones de sociología, psicología y pedagogía, p 116.
114 Véase: Margarita Silvestre Oramas. Exigencias didácticas para una enseñanza desarrolladora, En Aprendizaje, educación y desarrollo, 2001, p 22-23.
115 Véase: Doris Castellanos Simons y otros. Aprender y enseñar en la escuela. Una concepción desarrolladora, 2002, p. 135.
116 Doris Castellanos Simons y otros. Ob. Cit., p. 34.
117 Doris Castellanos Simons y otros. Ob. Cit., p. 44.
118 J. H. Flavell citado por Alberto Labarrere Sarduy en Pensamiento, análisis y autorregulación de la actividad cognoscitiva de los alumnos, 1994, p.97.
119 Véase: A. Labarrere. Ob. Cit. P.101 y 102.
120 Véase: Doris Castellanos Simons y otros. Ob. Cit, p 37.
121 J. Kruger y D. Dunning. Unskilled and Unaware of it: How difficulties in recognizing Ones Own 1ncompetence lead to inflated self-assessments, 1999.
122 Véase: Doris Castellanos Simons y otros. Ob. Cit, p 46-70.
123Véase: Albertina Mitjáns Martínez. Ob. Cit. p 119-140.
124 Carlos Álvarez de Zayas. La escuela en la vida. Editorial Félix Varela. C. de La Habana, 1992, p58.
125Véase: Y. Peña Acosta.¿1nfluye la autovaloración en el sentido de la vida y la felicidad?, 2004. Este artículo puede servir de referencia para argumentar la importancia de la autovaloración.
126 María Elisa Acosta González. Planea tu carrera y tu vida, 1995, p 20-21 y p 41.
127 Fátima Addine Fernández y otros. Didáctica y optimización del proceso de enseñanza-aprendizaje,
1998, p 22.
128 María Victoria Chirino. Ob. Cit. P73. Esta subordinación de la cantidad de conocimientos a la calidad del aprendizaje está en correspondencia con los indicadores planteados en la obra citada para evaluar la apropiación del conocimiento científico. Según esta autora se requiere profundidad (entendida como la posibilidad de establecer relaciones causales en el objeto de estudio), amplitud (referida a la posibilidad de analizar el objeto desde diferentes aristas de desarrollo), variedad (como posibilidad de estudiar el objeto desde diferentes ramas científicas) y transferencia (que alude a la posibilidad de utilizarlo de forma flexible en nuevas situaciones). Estas afirmaciones permiten plantear que lo importante no es la cantidad de conocimiento que se enseñe, sino que el seleccionado se aprenda con profundidad, amplitud, variedad y transferencia, para que pueda ser aplicado en la vida.
Véanse criterios similares al expuesto en: Juana Nieda y Beatriz Macedo. “Un currículo científico para estudiantes de 11 a 14 años.”,1997, p 85, donde abogan por evitar el enciclopedismo y en J.1. Pozo. “La psicología cognitiva de los adolescentes y la educación científica.”, 1994, donde también se recomienda incluir en el contenido un número limitado de conceptos. En una alternativa didáctica para la educación preuniversitaria debe lograrse el tratamiento a los núcleos básicos o invariantes de las asignaturas, establecidas por la instancia superior, pero la cantidad del contenido estará en dependencia de las posibilidades de cada uno de los educandos.
129 Se incluyen en el contenido de la enseñanza los cuatro pilares básicos del aprendizaje que la UNESCO propone para enfrentar los retos y desafíos del siglo XX1. UNESCO. “Una educación para el siglo XX1. Aprender a aprender” En Revista Correo de la UNESCO, abril, 1996, p9.
130 Se hace referencia a la clasificación de los contenidos que refiere Cesar Coll en Psicología y curriculum. Una aproximación psicopedagógica a la elaboración del currículum escolar (1987) tomando como criterio las preguntas: ¿qué saber?, ¿qué saber hacer? y ¿cómo ser ?. Según este autor los contenidos se clasifican en conceptuales, procedimentales y actitudinales.
131 Colectivo de autores. “Hacia una eficiencia educativa. Una propuesta para debate.” 1SPETP. 1TSA. Editorial Politécnica. C. de La Habana, 1993, p15.
132 1. Ya. Lerner y M. N. Skatkin. Sistema didáctico de los métodos de enseñanza, 1976, p36.
133 Véase Silvia Colunga Santos. Los estilos de aprendizaje y su tratamiento a través del proceso de enseñanza-aprendizaje, 2004, en la p 2.de este material la autora plantea que... “el término de estrategias alude al empleo consciente, reflexivo y regulativo de procedimientos (de enseñanza o de aprendizaje, según el caso), en condiciones específicas. Procedimientos esencialmente heurísticos (más que algorítmicos) y esencialmente interdisciplinares (sin negar la importancia de los disciplinares), que sirven para resolver un problema o tarea, o para dar respuesta a un objetivo relacionado con el aprendizaje”
134 Esta definición está también en correspondencia con la dada por Fátima Addine Fernández y otros. Didáctica y optimización del proceso de enseñanza-aprendizaje. 1PLAC. C. de La Habana, 1998, p23.
135 Véase: Orestes Castro Pimienta. Evaluación integral. Del paradigma a la práctica, 1999.
136 Véase: Juana Nieda y Beatriz Macedo. “Orientaciones para la evaluación” En Ob. Cit. p 162-177.
137 Sirvieron como guía los criterios e indicadores determinados por María Victoria Chirino en su tesis(p85 y 86), los cuales fueron adecuados al contexto del preuniversitario. Ejemplo de los indicadores usados en la adecuación de la alternativa se refieren en el próximo epígrafe.
138 Fueron tomados como referencia los objetivos de la asignatura que aparecen en el programa de Química de décimo grado editado por el M1NED en el año 1992, vigente hasta el momento de la aplicación de la alternativa, también sirvieron de guía los del programa propuesto por la autora en su tesis de maestría(p55-56), con algunos cambios en la redacción para ponerlos en función de los educandos, lograr un mayor nivel de concreción y adecuarlos a los objetivos de la alternativa didáctica potenciadora de la autovaloración. Aunque en el curso 2004/2005 se introdujeron cambios en este programa, al introducir el estudio de los compuestos orgánicos, los objetivos del grado, propuestos en esta adecuación, se adaptan también a estos contenidos.
139 Véase Y. Peña Acosta. El mapa conceptual como recurso didáctico para la formación de valores y la consolidación de conocimientos. Trabajo de la autora presentado al Congreso Pedagogía 2001.
140 Se ha previsto la utilización de adaptaciones de varias técnicas, que aparecen en los tres tomos de “Técnicas participativas de educadores cubanos” y otras elaboradas por la autora que han sido enviadas a distintas ediciones del concurso convocado por la APC y el C1E Graciela Bustillos, una de las cuales fue publicada en el tomo 3, p 107. Algunas de estas técnicas se refieren en el capítulo 111 de la tesis.
141 Véase:Maria Elena Santos Cabrera y otros. Crear para aprender. Una estrategia con resultados, Trabajo de jornada Científica Estudiantil, 1PVCE Luis Urquiza Jorge, Las Tunas, 2000. El juego didáctico mencionado forma parte de este trabajo, fue elaborado por un estudiante de una sociedad científico-estudiantil tutorada por la autora de este trabajo que obtuvo relevante en el evento nacional de sociedades científico-estudiantiles desarrollado en Sancti-Spíritus en el año 2000.
142 El software mencionado se encuentra en soporte electrónico en el centro donde se desarrolló la investigación, es un laboratorio computarizado elaborado por el profesor Gabriel Valenzuela del 1SP Pepito Tey de Las Tunas y se empleó como medio para la preparación previa de los educandos para las prácticas de laboratorio de Química.
143 Véase: Otmara González. Ob. Cit. p 257. La metódica de las tres calificaciones desarrollada por Lipkina ha sido utilizada por ella y otros investigadores con el objetivo de evaluar la autovaloración.
144 La escala de Dembo-Rubinstein es una metódica de carácter experimental surgida de la práctica clínica (Patopsicología) y adaptada en otras investigaciones realizadas.
145 José Martí. 1deario Pedagógico, Selección e introducción de H. Almendros, 1990.
146 Luis Campistrous y Celia Rizo. 1ndicadores e investigación educativa. En Metodología de la investigación educacional. Desafíos y polémicas actuales, p 138-167, 2003.
147 El término conducta resiliente se refiere a la resiliencia como capacidad del ser humano (véase Edith Grotberg. Ob. Cit). Algunos autores identifican la resiliencia con la “fortaleza del yo” y manifiestan que la misma está presente en toda persona y se caracteriza por identificar las fortalezas y ventajas con que cuenta en vez de detectar problemas y defectos (consúltese La Resiliencia, material del Centro de formación en técnicas de evaluación psicológica).