Gerardo Arceo Moheno
Según el grado de originalidad y novedad de la innovación, la literatura académica propone habitualmente una distinción entre innovaciones radicales e incrementales. Nieto (2000) expone que esta división se emplea para referirse a dos cuestiones diferentes:
- La naturaleza continua o discontinua del proceso de innovación.
- La magnitud del impacto que las innovaciones ejercen a su entorno.
Según esta doble consideración:
- las innovaciones incrementales consisten en pequeñas modificaciones y mejoras que contribuyen, en un marco de continuidad, al aumento de la eficiencia o de la satisfacción del usuario o cliente de los productos y procesos. El manual de Oslo (2004) las define como cambios de productos o procesos “insignificantes”, menores o que no involucran un suficiente grado de novedad, refiriéndose esta novedad a la estética u otras cualidades subjetivas del producto.
- las innovaciones radicales se producen con productos y procesos nuevos, completamente diferentes a los que ya existen; son cambios revolucionarios en la tecnología y representan puntos de inflexión para las prácticas existentes (Ettlie et al., 1984). Para Pedersen y Dalum (2004), la innovación radical es un cambio mayor que representa un nuevo paradigma tecnológico, lo que implica que los códigos tecnológicos de comunicación desarrollados hasta ese momento se volverán inadecuados. Estas innovaciones crean un alto grado de incertidumbre, modifican severamente la estructura de los sectores en qué surgen, alteran las posiciones competitivas de las empresas establecidas y, en algunos casos, llegan a provocar la aparición de nuevas industrias.
Stamm (2003) diferencia las innovaciones radicales e incrementales acorde a las parámetros mostrados en la tabla 3.1:
Nieto (2000) cuestiona el impacto atribuido a las innovaciones incrementales al señalar que puede ser más pequeño de lo esperado, algo que Muñoz Seca y Riverola (1997) también hacen cuando afirman que una misma innovación puede ser revolucionaria (y por lo tanto radical) en una empresa, e incremental en otra. Nieto (2000) defiende la gran importancia de las innovaciones incrementales y su capacidad de aportación, argumentando que el hecho que la literatura académica haya centrado su atención en el estudio de las innovaciones de tipo radical ha contribuido a consolidar la consideración que sólo los grandes avances en el conocimiento científico y tecnológico son capaces de generar innovaciones. De esta concepción surgen planteamientos de gestión de la tecnología en la empresa que se fundamentan en la importancia de la potenciación de las actividades desarrolladas a los departamentos de I+D, por lo que la visión del proceso de innovación basado en estas consideraciones es enteramente de tipo lineal.
En esta misma línea, Sanders et al. (1989) señalan que las actividades de mejora e innovación caen fuera de las actividades de gestión en el paradigma de los directivos occidentales, y puntualizan que las empresas deben instituir, por lo menos, incrementos graduales (incrementales) a base de programas de cambio tecnológico, organizativo y cultural, haciendo que los que realizan el trabajo identifiquen e implanten pequeños cambios en productos y procesos, dejando de lado la visión común de tratar las actividades de innovación como tareas especiales asignadas a equipos de proyecto o grupos de trabajo. Por tanto, es imprescindible enfatizar conceptos tales como la mejora continua o el aprendizaje permanente los cuales deben vincularse directamente con la forma de dirigir el proceso de innovación incremental en la empresa.
3.3.3. OTRAS CLASIFICACIONES
Chesbrough y Teece (1996) hablan de innovaciones autónomas e innovaciones sistémicas, refiriéndose a las autónomas como aquellas que se obtienen con independencia de otras innovaciones, mientras que las innovaciones con un carácter fundamentalmente sistémico, son aquellas cuyas ventajas sólo pueden materializarse en combinación con otras innovaciones complementarias relacionadas.
Algunos autores involucran elementos, tales como las perspectivas de mercado, a la clasificación general (producto-proceso, incremental-radical) para obtener variantes en los tipos de innovación.
Afuah (1998), quien se refiere a la innovación como nuevo conocimiento incorporado a productos, procesos y/o servicios, clasifica las innovaciones en tres tipos:
- La innovación tecnológica es el conocimiento involucrado en los componentes, métodos, procesos y técnicas que se combinan en un producto o servicio; dentro de esta innovación se encuentran la innovación de producto o servicio y de procesos.
- La innovación de mercado se refiere al nuevo conocimiento incrustado en los canales de distribución, producto, aplicaciones, así como en las expectativas de los clientes, preferencias y necesidades; es decir, la innovación en los componentes de la mezcla de marketing: producto, precio, promoción y plaza (Kotler y Armstrong, 1997).
- La innovación administrativa/organizacional involucra innovaciones que afectan la estructura organizacional y los procesos administrativos. En este caso se relaciona específicamente con las estrategias, estructura, sistemas y personas.
En la tabla 3.2. se muestra el enfoque de Moore (2004), según el cual, el ciclo de vida del desarrollo del mercado determina el tipo de innovación a llevarse a cabo
Otros autores toman como base la combinación de tecnología con las perspectivas de mercado, teniendo como factor común la distinción entre innovación radical e innovación incremental, para desarrollar sus modelos de clasificación de innovación.
En el modelo de Abernathy y Clark (1985) se clasifican las innovaciones de acuerdo a su impacto en el conocimiento del mercado y las capacidades tecnológicas de la empresa, considerando la preservación o destrucción de este conocimiento así como de la capacidad tecnológica. La capacidad tecnológica de una empresa podría volverse obsoleta mientras que su capacidad de mercado permanece intacta. Aun si la capacidad tecnológica de una empresa ha sido destruida, la empresa puede usar su conocimiento de mercado para tomar ventaja sobre los nuevos competidores. De la combinación entre el conocimiento de mercado y las capacidades tecnológicas resultan cuatro clases de innovación: (a) innovación regular que surge de las capacidades tecnológicas y el conocimiento de mercado existentes; (b) innovación segmento o nicho originada cuando se preservan las capacidades tecnológicas pero el conocimiento de mercado se vuelve obsoleto; (c) innovación revolucionaria que se da cuando las capacidades tecnológicas se vuelven obsoletas pero se preserva el conocimiento de mercado; e (d) innovación arquitectónica que aparece cuando las capacidades tecnológicas y el conocimiento de mercado se vuelven obsoletos.
En el modelo de Henderson y Clark (1990) se señala que para construir un producto se requieren dos clases de conocimiento: el conocimiento involucrado en los componentes en sí del producto y el conocimiento arquitectónico, es decir, el conocimiento existente en la combinación de los componentes que resultan en el producto. Estos autores explican que la distinción entre el producto como un todo –el sistema- y el producto en sus partes –los componentes- es fundamental y definen a un componente como la porción física del producto que realiza una función específica y definida. De acuerdo a ellos, el desarrollo de un producto exitoso requiere ambos tipos de conocimiento. La combinación de los conocimientos de los componentes y el arquitectónico producen cuatro clases de innovación: (a) innovación incremental donde ambos conocimientos aumentan o mejoran simultáneamente; (b) innovación radical, donde ambos conocimientos son “destruidos”, (c) innovación arquitectónica, donde el conocimiento de los componentes aumenta o mejora, pero el conocimiento arquitectónico es destruido; (d) innovación modular, donde el conocimiento de los componentes es destruido mientras que el conocimiento arquitectónico aumenta o mejora.
El modelo de Tushman et al. (1997) también define los tipos de innovación de acuerdo al impacto que tienen el conocimiento de mercado y la tecnología. Estos autores consideran al conocimiento de mercado como “nuevo” o “existente” (forma muy similar a los niveles “destruido” y “existente” propuestos por Abernathy y Clark, 1985). La segunda dimensión concierne a la tecnología y se clasifica en “incremental” o “radical”. Usando estas dimensiones, se identifican cuatro clases de innovación: (a) innovación arquitectónica, donde nuevos mercados son creados con una mejora incremental en la tecnología; (b) innovación incremental de productos, servicios o procesos, donde los mercados son los mismos basados también en una mejora incremental de la tecnología; (c) innovación mayor de producto o servicio, donde se da un cambio radical en la tecnología y se crean nuevos mercados; e (d) innovación mayor de proceso, donde se da un cambio radical en la tecnología en los mismos mercados. Además, los autores sugieren una quinta clase de innovación, llamada generacional, que representa una fase intermedia, donde la tecnología y el mercado están cambiando continuamente.
En el modelo de Chandy y Tellis (1998) también se sugieren dos dimensiones en las que descansa la innovación: tecnología y mercados. La primera dimensión determina el grado en el cual la tecnología involucrada en un producto es nueva o diferente en relación a la tecnología previa utilizada. La segunda dimensión determina el grado en el cual el nuevo producto cumple mejor con las necesidades de los clientes en relación con los otros productos existentes. Combinando estas dos dimensiones surgen cuatro tipos de innovación: (a) si la novedad de la tecnología es baja y la satisfacción de la necesidad del cliente es baja se ve como una innovación incremental; (b) si la novedad de la tecnología es baja y la satisfacción de la necesidad de los clientes es alta se ve como un progreso en el mercado; (c) si la novedad de la tecnología es alta y la satisfacción de la necesidad de los clientes es baja se ve como un progreso en la tecnología; y (d) la innovación radical, que se asocia con la combinación entre alta novedad de tecnología y alta satisfacción de la necesidades de los clientes.
En la tabla 3.3. se resumen los modelos de innovación comentados anteriormente.