Revista: Turydes Revista Turismo y Desarrollo.
ISSN 1988-5261


PRÁCTICAS TURÍSTICAS DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO PARA PAÍSES EN VÍAS DE DESARROLLO

Autores e infomación del artículo

Pablo M. Cañero Morales*

Francisco Orgaz Agüera**

Universidad de Córdoba, España y Universidad Tecnológica de Santiago, República Dominicana

u72camop@uco.es

RESUMEN

El turismo en los últimos años se ha caracterizado por un rápido crecimiento y diversificación de su oferta, estableciéndose como un pilar fundamental en la economía de muchos países. El objetivo de este ensayo de investigación es analizar los términos relacionados con el turismo y su aplicación para la cooperación al desarrollo de los países en vías de desarrollo. La metodología utilizada ha consistido en la consulta de fuentes secundarias, generalmente, revistas científicas. Se ha podido comprobar el desarrollo de diversos tipos de turismo, que, aplicados adecuadamente en el destino, contribuyen al desarrollo de las regiones en países en vías de desarrollo.

Palabras clave: turismo, vías de desarrollo, cooperación, naturaleza, cultura.

ABSTRACT

Tourism in recent years has been characterized by rapid growth and diversification of its offer, establishing itself as a fundamental pillar in the economy of many countries. The objective of this research essay is to analyze the terms related to tourism and its application for development cooperation in developing countries. The methodology used consisted of consulting secondary sources, generally, scientific journals. It has been possible to verify the development of different types of tourism, which, applied properly in the destination, contribute to the development of the regions in developing countries.

Key Words: tourism, development paths, cooperation, nature, culture.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Pablo M. Cañero Morales y Francisco Orgaz Agüera (2017): “Prácticas turísticas de cooperación al desarrollo para países en vías de desarrollo”, Revista Turydes: Turismo y Desarrollo, n. 23 (diciembre 2017). En línea:
http://www.eumed.net/rev/turydes/23/cooperacion-desarrollo.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/turydes23cooperacion-desarrollo


I. INTRODUCCIÓN Y CONSIDERACIONES PREVIAS

La actividad turística es un fenómeno que desde el siglo XIX se ha ido desarrollando de forma continuada hasta nuestros días, configurándose como una de las más importantes actividades económicas del mundo (Cañero et al., 2017). Según Fuentes-Moraleda et al. (2016), la actividad turística, en los últimos años, se ha caracterizado por un rápido crecimiento y diversificación de su oferta, estableciéndose como un pilar fundamental en la economía de muchos países, sobre todo, en vías de desarrollo. En el plano internacional y fruto de la diversificación de la oferta, han sido numerosos los tipos y formas de turismo que han surgido, entre los cuales están los que promueven el turismo como una herramienta para el desarrollo local y el reporte de beneficios para las comunidades de acogida. Por esto, han surgido nuevas iniciativas como el turismo responsable, turismo justo, ecoturismo, voluntariado, turismo solidario y turismo comunitario. Todos ellos enmarcados dentro de un turismo responsable y respetuoso con el medio ambiente, la cultura y la sociedad en la que desarrollan, y donde los turistas juegan un papel diferente.

Los turistas han sido pieza clave en este cambio surgido, debido a que ahora éstos pretenden conocer más destinos, ser protagonistas de sus vacaciones, alcanzar una mayor autorrealización y, ante todo, buscar un contacto directo con la naturaleza en el menor tiempo posible. Según López-Guzmán et al. (2007), se observa un cambio en la actitud y motivaciones del turista, pasando de un carácter pasivo a un carácter activo a la hora de realizar los viajes.

Este tipo de turismo está basado en la comunidad local y pretende reducir el impacto negativo y reforzar los impactos positivos del turismo en la naturaleza y también permite generar riqueza en las áreas rurales de los países en vía de desarrollo a través de la participación de la comunidad local en la gestión turística, de forma que los beneficios repercutan en la propia comunidad (Casas et al., 2012). Para estos mismos autores un turismo inadecuado puede degradar el hábitat y los paisajes y agotar los recursos naturales, mientras que el turismo sostenible y responsable puede ayudar a la conservación del medio rural y la cultura local. Este modelo de gestión y desarrollo turístico se ha convertido en una modalidad turística que ha aparecido como alternativa a los viajes tradicionales

Algunos autores como Schéou (2009) han generado una clasificación de los tipos de turismo con base en el grado de exigencia ética que considera qué tan responsable, sustentable, solidario y justo es en la realidad (Jouault y Pulido, 2014) (Figura 1).

Estos tipos de turismo se enmarcan dentro del llamado turismo alternativo que nace con el objetivo de ser la cara opuesta al turismo de masas. Este tipo de turismo se caracteriza por viajes que tienen como fin realizar actividades recreativas en contacto directo con la naturaleza y las expresiones culturales que le envuelven con una actitud y compromiso de conocer, respetar, disfrutar y participar en la conservación de los recursos naturales y culturales (Jouault, 2014). Según López-Guzmán et al. (2007) el concepto de turismo alternativo centrado en el desarrollo sostenible de comunidades locales no tiene una definición clara dentro de la literatura científica ni en su aplicación práctica, ya que son diferentes los conceptos que se emplean para definir, a veces, la misma realidad (Figura 2).

El objetivo de este ensayo de investigación es analizar los términos relacionados con el turismo y su aplicación para la cooperación al desarrollo de los países en vías de desarrollo. La metodología utilizada ha consistido en la consulta de fuentes secundarias, generalmente, revistas científicas.

II. TIPOS DE TURISMO Y SU COOPERACIÓN AL DESARROLLO

Turismo justo

El concepto de comercio justo se aplica generalmente a las operaciones comerciales que potencian la posición económica de los pequeños productores y propietarios con el fin de garantizar que no queden marginados de la economía mundial. Los fundamentos principales del Comercio Justo consisten en tratar de garantizar que los productores tengan una participación adecuada en el beneficio total, y busca mejorar las condiciones sociales en los casos en que no existen estructuras desarrolladas de servicios sociales y representación laboral (De Bretas, 2015). Según Palomo (2006) el turismo justo es cualquier actividad turística donde participan agentes locales, existiendo una distribución equitativa y transparente del valor añadido, asumiendo los principios de sostenibilidad.

Para Banda y Santiago (2014) el turismo justo es un camino que ayuda a enfocar una alternativa que avanza hacia una justa repartición de la riqueza. Para estos mismo autores el turismo justo va asociado al comercio justo, que es esencial para poner de relieve las características que lo hacen distinto de un enfoque de libre comercio, su principal objetivo es luchar contra la pobreza en los países en vías de desarrollo; la intención es corregir los desequilibrios históricos de comercio, creados por las prácticas coloniales y por políticas de dependencia que han producido una situación de desventaja para esos países, en relación con los países industrializados. Para Pingel (2007) el turismo justo no es más que la aplicación del comercio justo a la industria turística y lo define como un sistema de producción de servicios turísticos en el que existe una distribución equitativa del valor añadido generado por la actividad y donde los actores asumen compromisos y actúan de acuerdo a valores éticos tanto en el ámbito comercial como en el ámbito social, laboral, ambiental y de Derechos Humanos.

López-Guzmán et al. (2007) se mantienen en la línea trazada por los autores anteriores afirmando que este turismo tiene su base en la situación de marginación que, en demasiadas ocasiones, se encuentran las poblaciones receptoras de turismo, ya que suelen ser las grandes empresas multinacionales las que gestionan dichos destinos, marcando, al mismo tiempo, el modelo de desarrollo turístico de la zona. Para éstos, los aspectos claves que lo definen, y que permiten establecer una determinada conceptualización del mismo son los siguientes:

* El acceso de las comunidades locales receptoras a los mercados internacionales emisores de turistas.
* La viabilidad comercial del proyecto turístico que se desarrolla en la zona.
* La existencia de un marco jurídico regulador estable.
* La implementación de los cambios dentro de la propia estructura local.

Para Palomo (2006) las características del turismo justo son las siguientes:

* Los agentes y productores locales intervienen de forma activa en la cadena de producción.
* Fomenta espacios para la participación de la población local y para el aprendizaje mutuo con los visitantes.
* Se trata de cualquier modalidad o actividad turística.
* Registra un aspecto básico a los derechos humanos y laborales, incorporando prácticas sostenibles con el medio cultural, social y medioambiental.
* Existencia de una distribución equitativa y transparente del valor añadido basada en las contribuciones reales que cada uno realiza al proceso, no centrándose exclusivamente en aspectos como el poder de negociación o la disponibilidad de capital.

Además, para este mismo autor, el turismo justo posee un carácter multidimensional. En primer lugar, se encuentra la dimensión comercial, donde se produce y comercializa en el mercado y contempla las negociaciones entre agentes, que deben ser transparentes y no impuestas. En segundo lugar, la dimensión económica. Existe un valor añadido que se distribuye en base al trabajo y no exclusivamente a la disponibilidad de capital. En tercer lugar, la dimensión ética: Exige el respeto a los Derechos Humanos y laborales. En cuarto lugar, la dimensión sostenible. Incorpora prácticas sostenibles a nivel social, cultural y medioambiental. En quinto lugar, la dimensión política. Fomenta la creación de espacios de participación democrática. Y por último la dimensión educativa. Propicia procesos de autoaprendizaje entre la población local y los visitantes, apoyándose en la sensibilización en origen y la capacitación en destino.

Turismo solidario

La Organización Mundial del Turismo (OMT, 2004) define turismo solidario como el turismo cuya preocupación principal son las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas. Esta organización también destaca las características de este tipo de turismo como las siguientes:

* Los recursos naturales y culturales deben ser conservados para poder seguir usándose en el futuro y al mismo tiempo deben reportar beneficios.
* El desarrollo turístico debe ser planificado y gestionado de manera que no provoque serios problemas ambientales o socioculturales.
* La calidad ambiental debe ser mantenida y mejorada.
* Se debe intentar producir un elevado nivel de satisfacción en los visitantes.
* Los beneficios del turismo deben ser repartidos entre toda la sociedad.

El turismo solidario es un turismo cuya principal motivación es la visita a espacios solidarios en el que se consumen recursos turísticos autóctonos, participando agentes no tradicionales en las operaciones de producción o comercialización de bienes y servicios (Palomo, 2006). López-Guzmán et al. (2007) lo definen como la actividad económica en la que los procesos de desarrollo se realizan esencialmente en beneficio de las poblaciones directamente afectadas y ubicadas en países en vías de desarrollo, y de acuerdo con estas dos premisas: Que el turismo minimice el impacto sobre el entorno, buscando conservar el patrimonio local, las culturas, las tradiciones, el medio ambiente, etc.; y que el turismo fortalezca las sociedades locales, gracias a dinámicas económicas autónomas. Si atendemos a diferentes autores (Palomo, 2006; Pingel, 2007), las características del turismo solidario son las siguientes:

* Su actividad está basada en el uso de recursos locales, naturales, humanos, culturales, económicos y sociales.
* Se realiza a favor de las poblaciones locales.
* Se basa en una organización institucional justa y democrática, facilitando las sinergias entre protagonistas locales del desarrollo: gobiernos locales, oenegés, sector privado…
* Basa sus actividades en un total y absoluto respeto hacia la identidad, tanto de la comunidad local como de los viajeros, fundamentado en un compromiso con las comunidades visitadas, con los valores propuestos por el turismo responsable y los códigos de conducta establecidos localmente.
* Las propuestas están sustentadas en experiencias de intercambio cultural, mutuo aprendizaje y conocimiento previo de los destinos a visitar.
* Viajes no estandarizados y flexibles en su programación.
* Se considera básica la preservación de la naturaleza las culturas, y la minimización de los impactos sobre el medioambiente local.
* Es un turismo no masivo, por lo que la planificación se realiza a partir de grupos pequeños de visitantes, con el objetivo de minimizar los impactos y maximizar el intercambio con la población local.
* Se sitúan en canales alternativos tanto en cuanto al tipo de producto como al canal de distribución utilizado.
* Dirigido a un segmento de mercado en el que la motivación de la demanda es la visita a espacios solidarios, siendo estos aquellos donde las comunidades locales tienen una amplia participación en alguna fase del proceso productivo.
* Se promueve un contacto más directo con la población local de los países en vías de desarrollo, y un consumo de recursos autóctonos de carácter humano, natural y/o cultural.
* El turismo comunitario se extiende a cualquier modalidad siempre que se cumpla la premisa básica de que los turistas que visita un país en vías de desarrollo cumplan una función logística (entregando ayuda humanitaria, por ejemplo).
* Requiere una doble participación: por un lado, de la comunidad a la hora de llevar a cabo la planificación y gestión del desarrollo; y del turista en la programación del viaje y en las actividades a realizar durante el mismo.

La aparición y el impulso del turismo solidario se deben a una serie de factores (Sancho, 2007), tales como la existencia de una nueva necesidad social de hacer algo por los demás, estando motivado por cambios sociales; una nueva filosofía de trabajo más enfocada hacia la sostenibilidad, la solidaridad y la justicia en la cooperación. También la influencia del auge de las oenegés a través de las cuales se sensibiliza a los ciudadanos acerca de una realidad desconocida, y hasta el momento, poco accesible. El turismo solidario o voluntario surge como un turismo alternativo el cual buscaba vincular las realidades socio-políticas con las realidades económicas locales de un determinado destino (Miraglio, 2008).

El turismo solidario está basado en la economía solidaria, la cual incluye tres tipos de intercambios (Jouault y Pulido, 2014). La economía mercantil, la economía no mercantil sin fines de lucro, que constituye el corazón del proyecto y la forma no monetaria, expresada a través de la economía doméstica y la vecindad, reciprocidad, diálogo, hospitalidad e intercambios. Algunos autores como Scheyvens (1999) se refieren a cuatro tipos de empoderamiento: el económico, enfocado a los ingresos generados por el turismo; el psicológico, que surge por el orgullo y el valor relacionado a las tradiciones culturales; el social, que se presenta al haber una mayor cohesión en la comunidad; y el político, definido como un proceso multidimensional que se caracteriza por la oportunidad de elegir, la capacidad de tomar decisiones y de llevarlas a cabo, y asumir la responsabilidad por las decisiones y acciones, así como sus consecuencias (Cole, 2006). Pese a las semejanzas evidentes entre turismo solidario y turismo comunitario, existen diferencias entre ambas variantes. Según Palomo (2006), son las siguientes:

* Exigencia de requisitos específicos en cuanto a la propiedad y a la gestión de los recursos patrimoniales y a la posterior distribución de los beneficios generados.
* No exige la visita a espacios de solidaridad donde se hayan promovido proyectos de desarrollo.
* No es necesaria la participación de agentes no tradicionales.

Turismo responsable

El turismo responsable es un fenómeno que refuerza las identidades y culturas locales, fortalece participación de la comunidad y fomenta la comprensión, el conocimiento y el mutua aprendizaje entre los turistas y residentes (Fuentes-Moraleda et al., 2016). Para López-Guzmán et al. (2007) el turismo responsable se caracteriza por una actitud de respeto que debe de tener el viajero hacia los lugares y personas que visita. Por este motivo, estos viajes han de tener un mínimo impacto ambiental, un intercambio positivo de experiencias entre personas y la máxima equidad económica.

Para Fernández-Palacios y Haroun, (2007) este tipo de turismo supone un cambio en las pautas de comportamiento de un nuevo perfil de turista que demanda actividades complementarias respetuosas con el medio ambiente. El turismo responsable también debe ser una herramienta para mejorar la sostenibilidad del conjunto de la industria turística, estableciendo una práctica específica que debe entenderse por la transformación de algunos elementos, tanto desde el punto de vista de la oferta como de la demanda. Entre estos cambios experimentados por la demanda, se encuentra un perfil de turista más experimentado y participativo, mejor informado sobre los destinos que visita y de su contexto, más allá de lo estrictamente turístico y que incorpora en su motivación a la vista el componente ético y formativo (González, 2015).

La Organización Mundial del Turismo (OMT, 1993) lo definió en 1993 como aquel que satisface las necesidades de los turistas actuales y sede de las regiones, protegiendo y mejorando oportunidad para el futuro. Si bien, esta definición es de carácter muy general. Fuentes-Moraleda et al. (2016) detallan las características de este tipo de turismo:

* Formación previa a la realización del viaje
* Integración de las visitas a los proyectos de desarrollo y organizaciones de solidaridad
* Uso de los servicios turísticos locales
* Transparencia de precios
* Bajo número de participantes en los viajes
* Concentración de los viajes hacia países del sur

Este turismo, por tanto, se enmarca dentro del llamado pro-poor tourism, el turismo que genera beneficios netos para los pobres, es decir, que los beneficios son siempre mayores a los costes (Bennett et al.,1999) y refleja una serie de estrategias en el desarrollo de un turismo responsable que se centran específicamente en las oportunidades de desbloqueo para los pobres, por ejemplo, mediante la creación de empleo y el acceso a los mercados para las empresas locales (McCombes et al., 2015).

Ecoturismo

El ecoturismo permite estar en contacto con la naturaleza sin alterarla y también da la oportunidad de acercarnos con los principales anfitriones y dueños del patrimonio natural, que son los habitantes de las comunidades rurales y zonas indígenas (Romero-García, 2014). Rivera (2010) afirma que el creciente interés de los turistas por el medio ambiente y los desplazamientos dirigidos hacia el disfrute del medio natural, junto a la cada vez mayor insatisfacción de los turistas con el turismo de masas, ha descubierto a la industria del turismo un importante hueco de mercado para el desarrollo del llamado turismo ecológico o ecoturismo.

Probablemente el concepto de ecoturismo más aceptado por la comunidad científica sea el de Ceballos (1987) que lo define como aquella forma de turismo que consiste en visitar áreas naturales relativamente intactas o poco alteradas, con el objeto de estudiar y admirar el paisaje, la flora y los animales salvajes que acogen, así como toda manifestación cultural (pasada o presente), observable en estas zonas. Para Troncoso (1999), el ecoturismo es el uso de áreas naturales por la actividad turística en forma sostenible, con la finalidad de disfrutar y conocer su cultura e historia natural, sobre la base de planes de manejo que minimicen los impactos en el medio ambiente, a través de modelos de capacidad de carga y monitoreo periódico, integración de las comunidades locales y otras medidas que conserven y preserven dichas reservas para las generaciones presentes y futuras. Por su parte, Lu y Stechenkova (2012) afirman que es una tipología turística que promueve actividades de turismo en la naturaleza, la conservación de la naturaleza y la generación de beneficios en las comunidades locales.

De las anteriores definiciones se desprende el unánime acuerdo de relacionar naturaleza y recursos naturales con el desarrollo socioeconómico de aquellos destinos en los que se desarrolla esta tipología de turismo. Según Palomo (2006), los principios específicos, extraídos de la declaración de Quebec sobre ecoturismo, son los siguientes:

* Contribuye activamente a la conservación del patrimonio natural y cultural.
* Incluye a las comunidades locales e indígenas en su planificación, desarrollo y explotación y contribuye a su bienestar.
* Interpreta el patrimonio natural y cultural del destino para los visitantes.
* Se presta mejor a los viajeros independientes, así como a los circuitos organizados para grupos de tamaño reducido.

En contraposición al carácter ventajoso que tiene este tipo de turismo en las vertientes, social, medioambiental y económica, el ecoturismo también puede presentar algunos efectos destructivos en las zonas donde se desarrolla. Siguiendo a Wall (1997) algunos de estos efectos son los siguientes:

* El ecoturismo se dirige a zonas protegidas, y éstas lo son por su especial vulnerabilidad frente a la intervención.
* El ecoturismo no considera en sus itinerarios evitar momentos críticos en la naturaleza. En ocasiones es precisamente esto lo que pretende.
* El ecoturismo asume que la relación entre el volumen de uso y los daños causados es lineal. Por tanto, no tiene en cuenta que unos pocos de turistas pueden causar importantes daños en la naturaleza.

En referencia a esto último, el ecoturismo debería ser precisamente un elemento preservador de la integridad del entorno en el que se desarrolla la actividad turística. En esta línea se mantienen Marchena et al. (1993) afirmando que la relación entre las áreas protegidas y el ecoturismo no puede verse solamente como el marco territorial para el desarrollo de una actividad recreativa. Por el contrario, se trata de una combinación basada en el manejo racional de los recursos naturales y culturales existentes; así como de orientar el flujo e interés de los visitantes en actividades concretas que pueden contribuir a la preservación del área, y propiciar a su vez el intercambio cultural con la población local.

Para Morera (2001), el desarrollo de actividades ecoturísticas, centradas en la efectividad para potenciar la conservación ecológica-cultural y el mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores locales son elementos fundamentales del desarrollo local. Por tanto, el ecoturismo se configura como una actividad económica que fomenta el desarrollo sostenible en los destinos, adquiriendo esto más importancia en áreas en vías de desarrollo rurales (Orgaz y Cañero, 2015a; Orgaz y Cañero, 2015b; Orgaz y Cañero, 2016).

Turismo voluntario

El turismo voluntario es, como las anteriores, una tipología que en los últimos años ha experimentado un importante crecimiento tanto en su práctica como en su investigación (Mostafahanezhad 2013). Y que también continúa en la misma línea de apoyo a las comunidades locales. Siguiendo a Wearing (2001) el turismo voluntario es aquel dónde los turistas, motivados por diversas razones, de forma voluntaria deciden dedicar sus vacaciones a ayudar o aliviar la pobreza material de algunos grupos de la sociedad, la restauración de ciertos ambientes, la investigación de los aspectos problemáticos de la sociedad o el medio ambiente. Para Lyons y Wearing (2008) el turismo voluntario ha experimentado este aumento de popularidad dentro del turismo alternativo debido a que ha sabido ocupar un nicho de mercado dejado por el ecoturismo, que ha perdido su brillo como una alternativa de buena fe debido a su maduración y mercantilización dentro del mercado turístico.

Otra de las razones del crecimiento del turismo voluntario es el aumento de turismo alternativo en general, pero más específicamente en un creciente reconocimiento de cambio de actitud de los consumidores, adquiriendo un elemento de responsabilidad en sus hábitos de consumo, lo que la industria del turismo voluntario intenta aprovechar (Sin, 2010). Este cambio de actitud se ve alimentado por la sensación de los propios turistas de llegar a casa con un nuevo sentido de unidad después de sus vacaciones, por lo tanto, el cambio social puede ser fomentado más allá del alcance de las vacaciones llegando a pensar ser voluntarios en lugar de turistas y de esta manera aprovechar las redes sociales establecidas durante su viaje para los viajes futuros (McGehee y Santos, 2005).

Se puede, por tanto, considerar el turismo voluntario como una vertiente del turismo que implica los viajes de turistas a destinos donde se realiza voluntariado en diversas modalidades, diferenciándose de los demás tipos de turismo por el hecho de que el turista no viaja solamente para conocer un lugar o una cultura diferente, sino que lo hace principalmente para desarrollar acciones de voluntariado tanto sociales como ambientales (García, 2015). Holmes y Smith (2009) diferencia dos elementos en este tipo de turismo, por un lado, los llamados hosts que son las personas que reciben a los turistas voluntarios y por el otro lado los llamados guests que son los propios turistas que viajan con la motivación de realizar voluntariado. Siendo para este autor ambos elementos importantes a partes iguales ya que el intercambio se realiza en una doble vertiente y no solo en la vertiente guest to host.

III. CONSIDERACIONES FINALES

El turismo en la actualidad supone uno de los motores económicos a nivel internacional. Sus cifras, en continuo ascenso, hacen que genere el 10% del PIB mundial y que genere un importante dinamismo en las economías de los países que acogen turistas en su territorio. Además, son muchos los países que observan el turismo como una fuente de erradicación de la pobreza gracias a sus impactos en la generación de empleo y en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

El turismo, sin embargo, no se presenta como una actividad inocua. El desarrollo del turismo genera grandes movimientos de personas y esto es algo que genera, irremediablemente, importantes impactos en el destino. El estudio de estos impactos ha sido un tema de importancia para la comunidad científica y se observa en las numerosas investigaciones que han analizado los impactos del turismo en el territorio. La literatura científica ha establecido tres tipos de impactos derivados del desarrollo del turismo: impactos económicos, impactos socio-culturales e impactos medioambientales. 


El turismo ha sufrido cambios importantes en su desarrollo ya que se ha encaminado hacia prácticas que respetan el medio ambiente y fomentan la conservación de los recursos naturales y culturales. De esta forma, han aparecido nuevas formas de turismo alternativas al turismo de masas, que por un lado mejoran el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales y por otro, ayudan a conservar los recursos naturales, culturales e históricos de un área geográfica determinada. Esto ha adquirido más importancia en países en vías de desarrollo, donde el turismo adquiere más importancia para las comunidades locales. En este sentido dentro de las nuevas formas de turismo alternativas aparece el turismo comunitario, que es una actividad que se fundamenta en la creación de productos turísticos bajo el principio básico de la necesaria participación de la comunidad local y esto cobra especial importancia en áreas rurales en vías de desarrollo. 


El turismo comunitario es un tipo de turismo que está cobrando cada vez más importancia. La principal justificación es su carácter integrador, ya que supone la creación de productos turísticos siempre bajo la premisa de hacer a la población local partícipe de la actividad. Es de esta manera como las comunidades locales pueden verse beneficiadas por los impactos positivos derivados del turismo, especialmente de los económicos. Desde 1985 hasta la actualidad se ha conceptualizado el turismo comunitario y es un objeto de estudio de importancia para la comunidad científica por la creciente necesidad de crear tipos de turismo responsables y respetuosos.

En los que respecta a su aplicación, son más de treinta y cinco países en los que se ha analizado el turismo comunitario, la mayoría de ellos son países en vías de desarrollo. Es en estos países donde la implantación de políticas de turismo comunitario cobra mayor importancia debido a su vocación integradora. Es por esta razón que hay que mirar con especial atención a la población local ya que es la protagonista en este tipo de turismo al perseguir involucrar a los residentes locales en la toma de decisiones y en la ejecución de los programas, compartiendo los beneficios del desarrollo y la evaluación de los programas, también porque la participación comunitaria se considera como un elemento básico, ya que es la receptora de los beneficios derivados de la actividad y esto afecta al desarrollo general de la sociedad del país donde se desarrolla la actividad.

Se están desarrollando desde hace algunos años hasta hoy en día nuevos tipos de turismo que buscan desmarcarse del tradicional turismo de masas. Es por este motivo que nace el llamado turismo alternativo, que incluye tipologías como el turismo justo, el turismo solidario, el turismo responsable, el ecoturismo o el turismo voluntario. Son tipologías que se caracterizan por ser viajes cuyo objetivo es realizar actividades recreativas en contacto directo con la naturaleza y las expresiones culturales que le envuelven con una actitud y compromiso de conocer, respetar, disfrutar y participar en la conservación de los recursos naturales y culturales.

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* Doctorando por la Universidad de Córdoba (España). Máster en Dirección y Planificación del Turismo por la Universidad de Sevilla (España) y Diplomado en Turismo por la Universidad de Córdoba. Su principal línea de investigación es el turismo. Email: u72camop@uco.es
** Doctor en Turismo por la Universidad de Sevilla. Vicerrector de Producción e Investigación Científica de la Universidad Tecnológica de Santiago (República Dominicana). Sus principales líneas de investigación son la comercialización e investigación de mercados y la sostenibilidad de los recursos naturales. Email: franorgaz@utesa.edu

Recibido: Octubre 2017 Aceptado: Diciembre 2017 Publicado: Diciembre 2017



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