EL ENTRENAMIENTO EN LA INVESTIGACIÓN DESDE LA HISTORIA COMO DISCIPLINA



Mayelín Magdely Ruiz Álvarez (CV)
Rosa María Rodríguez Carmona (CV)
Universidad José Martí Pérez. Sancti Spíritus
mayelin@uniss.edu.cu


RESUMEN
Las universidades, deben parecerse cada vez más a la vida, y en tal sentido contribuir a dar solución a los más acuciosos problemas que en el orden material y espiritual afectan a los individuos o grupos humanos que conforman la sociedad.
El desafío, anteriormente enunciado, exige que la ciencia se masifique sin perder el rigor científico, para que todo maestro, en formación, esté preparado para enfrentar este reto, en su propio escenario, en el aula y frente al grupo de estudiantes con los cuales trabaja diariamente.

Bajo este enfoque, el futuro maestro debe convertirse en un investigador acucioso de su realidad inmediata, por ello es necesario dotarlo desde su formación inicial en la universidad, de los conocimientos básicos e indispensables para esta compleja tarea, cuyo saldo final será la elevación constante, sistemática y sostenida de su nivel profesional, investigativo y científico.

El presente artículo tiene como propósito reflexionar en torno al método investigativo y su estrecha relación con la disciplina Historia de Cuba.
Para la consecución del objetivo anteriormente señalado se empleó como método fundamental de investigación la consulta documental, lo que permitió a las autoras una concepción teórica pertinente y actualizada acerca del método investigativo y su relación con la disciplina de Historia.

Palabras clave: Método investigativo, disciplina Historia de Cuba, entrenamiento en la investigación pedagógica, pensamiento investigativo, maestro investigador.

ABSTRACT
Universities must reflect life and contribute to give solution to the raging problems that affect to the individuals or human groups both in the material and spiritual order.  
This demands science to reach the great mass of population without losing the scientific rigor, so that teachers, in the trainning period, be ready to face this challenge in the classroom and the group of students they work with. 
Under this approach, the future teacher should become a researcher of his immediate reality and to do so, it is necessary to provide him with the basic and indispensable knowledge for this complex task from the begining. At the end, the final result will be the constant, systematic and sustained progress of its professional and scientific level. 
The present article has the purpose to reflex on the research method and its narrow link with the subject History of Cuba. 
To attain this previously stated goal, the basic method of research the documentary consult was used, which allowed the authors to get a pertinent and up-to-date theoretical conception about the research method and its link with the subject History of Cuba.

Key words: Research method- subject History of Cuba- training on pedagogical research- research thinking- research teacher.

  • LA UNIVERSIDAD Y SU ROL EN LA FORMACIÓN DEL PENSAMIENTO INVESTIGATIVO

En el mundo globalizado en que se vive puede apreciarse a simple vista el gigantesco avance científico-tecnológico que hasta el momento el hombre ha logrado. Este desarrollo, que en no todos los países se aprecia de la misma manera, es uno de los factores más influyentes sobre la sociedad contemporánea.

Atendiendo a la marcada influencia de la ciencia y la tecnología hoy, educar acerca de estos temas es vital para el futuro de esta sociedad y ayudar por tanto a comprender, a pensar las implicaciones de la naturaleza social y cultural de la ciencia y la tecnología, es algo esencial para la educación.

La educación, y muy concretamente la alfabetización científico-tecnológica, ha de preparar a los futuros ciudadanos para la toma fundamentada y responsable de las decisiones y en esto particularmente juegan un papel decisivo las universidades, las cuales son un factor clave para el desarrollo científico.

La universidad, es la institución social que desempeña el papel de ser la fuente fundamental del mantenimiento y desarrollo de la cultura de esa sociedad. La necesidad de tener en cuenta las interacciones ciencia-tecnología y sociedad (CTS) como elemento esencial de una adecuada formación de los que en ella estudian, exige contextualizar la ciencia que se enseña.

La calidad educacional constituye el punto de partida y de llegada en la universidad contemporánea y a ello está ligada la necesidad de buscar técnicas y estrategias de trasmisión-recepción que orienten el aprendizaje como una tarea de indagación e investigación, favoreciendo la participación de los estudiantes en la reconstrucción de los conocimientos.

El proceso de formación y desarrollo de habilidades investigativas desde la formación inicial es enjuiciado como “… uno de los procesos que permite a la educación superior dar respuesta a las problemáticas socioculturales de las naciones, mediante la participación creativa de los sujetos en la solución de los problemas de su realidad (…) un proceso que permite el dominio del método de la ciencia en el proceso de formación profesional.” (Martínez, D. y Márquez, D., 2014:1)
Varios investigadores convergen en reconocer el papel estratégico de la educación superior, tanto en la generación de conocimientos e innovaciones tecnológicas, como en la formación de profesionales capaces de estudiar y aportar a la comprensión y solución de los problemas del entorno.

Tomando como objeto de estudio el entrenamiento en la investigación desde la disciplina Historia de Cuba, el trabajo tiene como principal finalidad, a partir del análisis y valoración de la literatura especializada, así como la experiencia de sus autoras, desde la propia práctica profesional por más de 15 años en la educación superior, reflexionar en torno a la contribución de la disciplina Historia de Cuba para el entrenamiento en la investigación pedagógica, constituyendo este un paso necesario en la alfabetización científica de los estudiantes universitarios.

1.1- Enfoque de la UNESCO en torno a la formación investigativa en la educación superior

La educación, y muy concretamente la alfabetización científico-tecnológica prepara a los futuros ciudadanos para la toma fundamentada y responsable de las decisiones y en esto particularmente juegan un papel decisivo las universidades, las cuales son un factor clave para el desarrollo científico.

En la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI se promueve el incremento de la actividad investigativa en todas las disciplinas de la enseñanza superior, de manera tal, que desde la Universidad se incida en las políticas nacionales, regionales e internacionales de investigación y desarrollo.
De esta forma, la investigación se concibe como un eje transversal en los currículos universitarios. La Declaración presenta un grupo de acciones que favorecen la formación investigativa en el pregrado desde tres puntos de vista complementarios:
“Primero: La misión de educar, formar y realizar investigaciones.

Promover, generar y difundir conocimientos por medio de la investigación y, como parte de los servicios que ha de prestar a la comunidad.

  • Proporcionar las competencias técnicas adecuadas para contribuir al desarrollo cultural, social y económico de las sociedades, fomentando y desarrollando la investigación científica y tecnológica a la par que la investigación en el campo de las ciencias sociales, las humanidades y las artes creativas.
  • Contribuir a comprender, interpretar, preservar, reforzar, fomentar y difundir las culturas nacionales y regionales, internacionales e históricas, en un contexto de pluralismo y diversidad cultural.
  • Preservar y desarrollar sus funciones fundamentales, sometiendo todas sus actividades a las exigencias de la ética y del rigor científico e intelectual.

Segundo: Función ética, autonomía, responsabilidad y prospectiva.

  • Reforzar sus funciones críticas y progresistas mediante un análisis constante de las nuevas tendencias sociales, económicas, culturales y políticas, desempeñando de esa manera funciones de centro de previsión, alerta y prevención.
  • Aportar su contribución a la definición y tratamiento de los problemas que afectan al bienestar de las comunidades, las naciones y la sociedad mundial.

Tercero: Promoción del saber mediante la investigación en los ámbitos de la ciencia, el arte y las humanidades y la difusión de sus resultados.

  • El progreso del conocimiento mediante la investigación es una función esencial de todos los sistemas de educación superior que tienen el deber de promover los estudios de postgrado. Deberían fomentarse y reforzarse la innovación, la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad en los programas, fundando las orientaciones a largo plazo en los objetivos y necesidades sociales y culturales.
  • Los derechos intelectuales y culturales derivados de las conclusiones de la investigación deberían utilizarse en provecho de la humanidad y protegerse para evitar su uso indebido.
  • Se debería incrementar la investigación en todas las disciplinas, comprendidas las ciencias sociales y humanas, las ciencias de la educación (incluida la investigación sobre la educación superior), la ingeniería, las ciencias naturales, las matemáticas, la informática y las artes, en el marco de políticas nacionales, regionales e internacionales de investigación y desarrollo. Reviste especial importancia el fomento de las capacidades de investigación en los establecimientos de enseñanza superior con funciones de investigación puesto que cuando la educación superior y la investigación se llevan a cabo en un alto nivel dentro de la misma institución se logra una potenciación mutua de la calidad. “ (UNESCO, 1998:3)

La UNESCO reafirma en torno a la formación para la investigación, “la necesidad de aprender a aprender, a hacer, a ser y a vivir juntos” (Martínez, D. y Márquez, D., 2014:5). En tal sentido dentro de la misión y funciones de la educación superior debe jerarquizarse este rol, al ser la universidad centro educativo de formación tanto inicial como permanente de profesionales.

Si la universidad como institución de la educación superior, es distinguida por ser un factor clave para el desarrollo científico, si el modelo de universidad humanista, científica y tecnológica, conjuga fortalezas que son atributos únicos: una elevada concentración de hombres de ciencia y pensamiento con elevada capacidad para generar nuevos conocimientos y grandes habilidades en la aplicación de los mismos, entonces la universidad debe preparar al hombre para la vida, al maestro en formación para el desempeño de sus funciones como maestro investigador.

2.- LA OPCIÓN POR EL MÉTODO INVESTIGATIVO EN EL APRENDIZAJE

Optar por métodos activos en el aprendizaje de los estudiantes, significa necesariamente conducir al profesor a adoptar procedimientos y asumir posiciones que conduzcan a estas exigencias al dirigir el proceso. El docente debe pasar de informador a estimulador y orientador de la búsqueda de información. Esta búsqueda requiere de la aplicación de una metodología que posibilite el desarrollo de habilidades en los estudiantes para realizar de forma independiente su análisis y procesamiento.

A este método se le denomina investigativo, no porque conduzca a un descubrimiento en toda la extensión de la palabra, sino porque los estudiantes utilizan las diferentes fases del método científico. Por eso un requisito del método es que los alumnos tengan que seguir todas o la mayor parte de las etapas del proceso investigativo.

El método investigativo define el más alto nivel de asimilación de los conocimientos. El valor pedagógico de este método consiste en que no solo permite dar a los estudiantes una suma de conocimiento, sino que al mismo tiempo las relaciona con el método de las ciencias y con las etapas del proceso general del conocimiento, así se desarrolla el proceso creador.

El docente no comunica los conocimientos de forma acabada sino en su propia dinámica. Plantea a los estudiantes, tareas que les interesen y que los lleven a buscar vías y medios para su solución, lo que favorece no sólo la adquisición de nuevos conocimientos sino también de métodos de acción, de investigación, los que enriquecen a su vez un desarrollo no sólo desde lo cognitivo, sino también desde lo afectivo, valorativo, volitivo en la formación de la personalidad.

El docente no está de ninguna manera exento de su papel, pero debe posicionarse para actuar como orientador y mediador, en la búsqueda y en el proceso en que se concibe el aprendizaje. Esto requiere de mucho estudio, dedicación, paciencia y determinación, pues no se trata de presentar todas las informaciones a los estudiantes.

El docente, quien dirige el proceso de enseñanza-aprendizaje, debe orientar al estudiante a pensar por sí propio, así como a consultar diversas fuentes para aplicar, no para copiar de ellas, incluso para generar nuevas ideas. El alma de todo centro escolar es y seguirá siendo el docente.”Los planes y programas podrán tener diferentes niveles de calidad, pero lo decisivo será siempre la altura humana y la cultura general, histórica y pedagógica de quien los lleve a la realidad de la práctica escolar. El docente (…) desde su quehacer (…) entraña una síntesis de ciencia, arte y pasión.  (Fernández, M., 2006:29)

Guillermina Labarrere (2001:106) reconoce que el procedimiento “es un detalle del método, es decir, es una operación particular práctica o intelectual de la actividad del profesor o de los alumnos, la cual complementa la forma de asimilación de los conocimientos que presupone determinado método”. En este sentido, algunos procedimientos deben acompañar al desarrollo de la investigación, como recurso metodológico, en particular parecen de interés entre otros:

  • El trabajo problémico con el texto, para lo cual destaca: “... es fundamental que el docente plantee a los estudiantes una situación o contradicción a la que es necesario darle solución, mediante la búsqueda de la información en el libro de texto” (Leal, H., 2006:62)
  • “Un procedimiento de trabajo puede constituir la lectura y desestructuración de textos y elaboración de mapa conceptual sobre la base del estudio de un documento histórico” (Romero, M., 2010:34)

Lo esencial, lo que defendemos como expresión de ser consecuentes con la relación ciencia histórica-asignatura Historia, es la presencia creciente de las fuentes primarias en función de la educación de los estudiantes cultivando en ellos el espíritu de indagación.

El método investigativo, no conduce a un descubrimiento en toda la extensión de la palabra, sino que los estudiantes utilizan las diferentes fases del método científico; un requisito del método es que se deben seguir todas o la mayor parte de las etapas del proceso investigativo. El método investigativo define el más alto nivel de asimilación de los conocimientos.

El valor pedagógico de este método consiste en que no solo permite dar a los estudiantes una suma de conocimientos, sino que al mismo tiempo los relaciona con el método de las ciencias y con las etapas del proceso general del conocimiento, así se desarrolla el proceso creador.

El docente no comunica los conocimientos de forma acabada sino en su propia dinámica. Plantea a los estudiantes, tareas que les interesen y que los lleven a buscar vías y medios para su solución, lo que favorece no sólo la adquisición de nuevos conocimientos sino también de métodos de acción, de investigación, los que enriquecen a su vez un desarrollo no sólo desde lo cognitivo, sino también desde lo afectivo, valorativo, volitivo en la formación de la personalidad.

El docente no está de ninguna manera exento de su papel, pero debe posicionarse para actuar como orientador y mediador, en la búsqueda y en el proceso en que se concibe el aprendizaje. Esto requiere de mucho estudio, dedicación, paciencia y determinación, pues no se trata de presentar todas las informaciones a los estudiantes.

El alma de todo centro escolar es y seguirá siendo el docente.”Los planes y programas podrán tener diferentes niveles de calidad, pero lo decisivo será siempre la altura humana y la cultura general, histórica y pedagógica de quien los lleve a la realidad de la práctica escolar. El docente (…) desde su quehacer (…) entraña una síntesis de ciencia, arte y pasión”.  (Fernández, M., 2006:29)

El método investigativo posibilita que el estudiante analice y valore críticamente la literatura consultada, interprete y generalice la información obtenida; propicia el desarrollo de las potencialidades, partiendo del diagnóstico y del conocimiento previo del estudiante, teniendo la investigación como recurso de este proceso de desarrollo; potencia acciones de control y de autoevaluación que permiten la autorregulación de los procedimientos colectivos e individuales. A ello se integra que:

  • Garantiza un proceso de enseñanza-aprendizaje directivo, intencional y objetivo con la conducción del aprendizaje por el educador.
  • Promueve la reflexión, el cuestionamiento y el espíritu investigativo en todos los momentos del proceso, como parte de la búsqueda de la información tanto en el análisis de las diferentes fuentes históricas, como en los debates a realizar.
  • Atiende a los momentos de orientación, ejecución y control de forma organizada, garantizando el desarrollo de actividades colectivas e individuales en la práctica educativa;
  • El estudiante comunica, socializa los resultados de su trabajo

Una práctica centrada en métodos tradicionales influye negativamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes de la educación universitaria, al conducir a la asimilación reproductiva de los contenidos, con ausencia de los fundamentos del enfoque histórico-cultural.

El método investigativo reduce el papel del docente a la presentación de preguntas o tareas problémicas a los estudiantes, y este resuelve el problema sin la participación directa del profesor. Este se caracteriza por la actividad de búsqueda independiente del estudiante para la solución de problemas e incluso el planteamiento de estos. Exige elaborar y estudiar los objetos, hechos, fenómenos o procesos, llegar a lo esencial de lo estudiado, elaborar hipótesis, construir y ejecutar un plan de investigación, formular la o las soluciones, comprobarlas y concluir estableciendo nexos y generalizaciones.

La opción por el método investigativo en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba, en la universidad, constituye un recurso para el entrenamiento en la investigación educativa, a la vez que conduce a un proceso de enseñanza-aprendizaje donde los estudiantes, desde posturas reflexivas, aprenden y comprenden, ocupando un papel protagónico en su propio aprendizaje.

2.1- La formación para la investigación desde la disciplina Historia de Cuba.

En el caso particular de las ciencias pedagógicas, como pilar básico en la instrucción y la educación integral de los individuos, tienen la responsabilidad de contribuir, desde su campo de acción, a concretar en la praxis los nexos entre la ciencia, la tecnología y la sociedad.

La Facultad de Ciencias Pedagógicas tiene entre sus misiones la de formar a un profesional de la educación, que investigue, indague, resuelva por vías científicas los más disímiles problemas que se encuentra en su profesión, que responda a un problema objetivo del ámbito de la educación, (teórico-metodológico y/o práctico) que su solución proporcione algún conocimiento nuevo para mejorar la práctica y/o desarrollar la teoría. Pero cómo, cuándo y dónde entrenar a ese estudiante universitario en:

  • Identificar lo esencial.
  • Analizar y valorar críticamente las diversas fuentes de información.
  • Presentar organizadamente el conocimiento.
  • Comunicar el resultado del trabajo realizado, defender sus puntos de vista.
  • Desarrollar habilidades para fichar, resumir, analizar, sintetizar.
  • Asentar bibliográficamente las fuentes consultadas.

Las habilidades anteriormente señaladas implican un abordaje integrador desde las disciplinas que conforman el currículo de las especialidades universitarias, pero sin duda, un rol protagónico en este sentido lo tiene Historia de Cuba, disciplina incluida en la formación inicial de todo estudiante universitario.

Siguiendo la anterior línea de pensamiento se coincide en que: “La experiencia acumulada evidencia la necesidad de sistematizar la realización de actividades de carácter investigativo a fin de promover estas habilidades”. (Hernández, H., 2005:227)

Desde las asignaturas del currículo de cada carrera se debe contribuir a la preparación del estudiante para la actividad investigativa. El lapso de tiempo de un programa de Metodología de la Investigación Educativa es insuficiente en el logro de habilidades investigativas que necesita el estudiante para resolver un problema de su contexto de actuación profesional.

La asignatura Historia de Cuba, constituida como adecuación didáctica de la ciencia histórica, forma parte del currículo de todas las carreras universitarias. No puede desestimarse el potencial objetivo que ella constituye, para desde su concepción contribuir a la búsqueda, indagación, al desarrollo de habilidades investigativas.

Este desafío implica, desde la concepción curricular, un aprendizaje de la Historia, que promueva el desarrollo de los estudiantes, donde estos puedan actuar con conciencia y plantearse finalidades transformativas. Tal y como aseveró el líder de la Revolución Cubana: “La historia, más que una minuciosa y pormenorizada crónica de la vida de un pueblo, es base y sostén para la elevación de sus valores morales y culturales, para el desarrollo de su ideología y de su conciencia; es instrumento y vehículo de la Revolución”. (Castro, F., 1984:5)

Una de las principales misiones de la asignatura es enseñar a los estudiantes a pensar por sí. En el empeño de todo docente universitario de la disciplina de Historia de Cuba, está educar en el razonamiento, en el ejercicio del pensar; en convertir al estudiante en sujeto de su propio aprendizaje y no en simple objeto receptor de contenido histórico sino en crítico, analítico, participativo, de lo que conoce. De no hacerlo, la enseñanza de la Historia se limita para cumplir con plenitud su función de orientación ciudadana.

“Cuando en nuestros días nos pronunciamos por un tipo de clase que no tenga que “decirlo todo” al estudiante sino que privilegie espacio a la orientación de su actividad independiente, para que busque, indague, investigue a su nivel, descubra lo que para él puede ser perfectamente un “descubrimiento” aunque no lo sea para la ciencia, estamos ante una concepción didáctica que confía en las posibilidades del estudiante como ser pensante, como sujeto y activo agente de su aprendizaje y educación”. (Díaz, H., 2006: 8)

El proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia, permite al estudiante:

  • Penetrar en la esencia del objeto de estudio (acontecimientos, personalidades, procesos o documentos históricos),
  • ofrecer alternativas de solución a lo planteado como estudio, (cuadros sinópticos, esquemas lógicos, gráficas, mapa conceptuales, fichas de contenido, etcétera) sobre bases científicas y finalmente informar sobre ello de forma oral y/o escrita.

El empleo del método investigativo en la asignatura de Historia, favorece el aprendizaje desde posturas más conscientes y reflexivas, lo que necesariamente conduce a un aprendizaje superior, contribuyendo a su vez a la formación de orientaciones valorativas y de sentimientos patrióticos, favorece un aprendizaje más efectivo al considerar al estudiante como protagonista de su propio proceso de aprendizaje y al profesor su mediador.

Si se acepta la necesidad del empleo del método investigativo es porque en el ámbito pedagógico coexiste también su peligroso contrario: los métodos expositivos que propician la reproducción mecánica de los conocimientos, donde no se explotan las potencialidades del estudiante en el proceso de análisis y reflexión, como protagonista de su aprendizaje, todo lo cual cumple “(…) la inconsciente, cotidiana y erosionante misión de hipotecar el futuro”. (Díaz, H., 2006: 76).

El empleo en las clases de Historia de Cuba del método investigativo potencia en los estudiantes la apropiación activa y creadora de la cultura, garantiza el tránsito de un control del proceso de aprendizaje por parte del docente, al control del proceso por parte los aprendices, y, por ende, conduce al desarrollo de actitudes, motivaciones, así como de las herramientas necesarias para el dominio de aquello que se denomina aprender a aprender, y aprender a crecer de manera permanente.

Desde el currículo de la asignatura Historia de Cuba, - y no es privativo en esta disciplina-, el docente debe entrenar al estudiante en la investigación pedagógica que debe formar parte de su actuación como futuro docente.

En las clases de Historia, “(…) se debe conducir a los estudiantes por los métodos de la investigación histórica para que ellos puedan redescubrir los elementos probatorios necesarios para su aprendizaje”. (Leal, H., 2010:12). La enseñanza de la historia será más científica –entre otras cosas- en la misma medida que se acerque a las fuentes primarias del conocimiento” y utilice métodos que propicien una labor productiva con dichas fuentes… el carácter científico viene dado no solo por la existencia de fuentes confiables sino por la metodología que maneje el historiador para el análisis y básicamente la contextualización de las fuentes.” (Díaz, H., 1986: 8)

La correcta dirección de la actividad cognoscitiva de los estudiantes posibilita un aprendizaje consciente del contenido histórico. Precisamente el método es la categoría de dirección de la actividad cognitiva, de ahí que su función principal es el desarrollo del pensamiento de los estudiantes, específicamente de un pensamiento histórico.

“La adecuada selección y desarrollo de los métodos de enseñanza-aprendizaje de la Historia, lo que implica un apropiado sistema de actividades del profesor y de los estudiantes, contribuye al desarrollo de la independencia, que es uno de los rasgos más sustanciales de la personalidad que queremos formar y una de las categorías sintetizadoras del proceso docente-educativo”. (Romero, M., 2010: 32)

En esta perspectiva, se establecen líneas directrices para la organización de las situaciones de aprendizaje, desde el reconocimiento del rol que le corresponde al estudiante como sujeto activo de su aprendizaje:

  • La promoción de una construcción activa y personal del conocimiento por parte de los estudiantes.
  • La unidad de afecto y cognición a través de un aprendizaje racional y afectivo-vivencial.
  • Las oportunidades para trabajar en grupo y realizar un aprendizaje cooperativo.
  • El respeto a la individualidad, a los intereses, particularidades y necesidades de los estudiantes desde la flexibilidad y diversidad en objetivos específicos, contenidos, métodos, estrategias y situaciones educativas.
  • La posibilidad de aprender a través de actividades desafiantes que despierten las motivaciones intrínsecas.
  • La participación y solución en problemas reales, contextualizados, que permitan explorar, descubrir y hacer por transformar la realidad.
  • La transformación del estudiante de receptor en investigador y productor de la información.
  • La promoción del autoconocimiento, la autovaloración y la reflexión acerca del proceso de aprendizaje.
  • La valorización de la autodirectividad y la autoeducación como meta.
  • El centro en los cuatro pilares básicos de la educación: aprender a conocer, a hacer, a convivir, y a ser.

El docente, al dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje, orienta y activa al estudiante hacia la búsqueda independiente del conocimiento, que le permita llegar a la esencia del concepto, hecho o fenómeno que estudia, deberá estimular la búsqueda de información en otras fuentes, que propicien el desarrollo del pensamiento reflexivo durante la búsqueda del conocimiento.

Es útil promover que el estudiante adopte posiciones, asuma criterios, tome decisiones, localice, procese, organice, comunique información histórica, presente datos, pruebas, que infiera, haga deducciones, contextualice, desarrolle la imaginación en ejercicios de autopercepción, resignificación, dramatizaciones, elabore mapas conceptuales, proceda a la indagación histórica de la comunidad.

“Se trata de que el estudiante se percate de la naturaleza interna, de la lógica de los acontecimientos (…), adquiera los instrumentos de conocimiento y recursos de descubrimiento, de razonamiento, (…) y no fomentar la cultura de la repetición mecánica del libro de texto u otra fuente absoluta, sino alentar la independencia de juicios. Estimular, poner a prueba las ideas y criterios, siempre en un ambiente de cooperación flexible, distendido.”  (Romero, M., 2010:34)

El estudiante se apoya en los procesos y los procedimientos lógicos del pensamiento: el análisis, la síntesis, la inducción, la deducción, los conceptos, los juicios, los razonamientos, la historicidad de los fenómenos, todo lo cual le permite operar con acierto en la búsqueda del conocimiento.

“No son los postulados generales ofrecidos por el docente los que resultan convincentes para el estudiante, sino aquellos a los cuales ha llegado como consecuencia de una actividad mental dinámica y de vivencias emocionales.” (Leal, H., 2006: 12)

A la luz de la anterior distinción y desde las concepciones del proceso de enseñanza aprendizaje desarrollador, puede dirigirse la mirada hacia las actividades que desde la Historia de Cuba se orientan en función de obtener un saber científico, mediante la reflexión, los razonamientos lógicos, a través de un proceso consciente de búsqueda del conocimiento.
 
Las actividades orientadas por el docente, deben contribuir al desarrollo de habilidades investigativas, de manera que el estudiante, profundice en determinadas fuentes del conocimiento que se le orienta, complementando su universo del saber, a través de la consulta bibliográfica de libros de texto, revistas especializadas, materiales de trabajo de los profesores, ponencias presentadas en eventos, así como materiales en soporte digital.

CONCLUSIONES
La consulta documental permitió a las autoras arribar a las siguientes generalizaciones:
La UNESCO pondera el incremento de las capacidades de investigación en la educación superior, desde la concepción de un proceso científico, dialógico, productivo, participativo, creativo, reflexivo-crítico, en busca de una visión holística de la realidad, contribuyendo con ello a interpretar, preservar y difundir la cultura en un contexto diverso.

El método investigativo define el más alto nivel de asimilación de los conocimientos, permite que el estudiante se relacione con el método de las ciencias, lo que favorece no sólo la adquisición de nuevos conocimientos sino también de métodos de acción, de investigación, que enriquecen a su vez un desarrollo cognitivo y afectivo-volitivo en la formación de la personalidad.

El empleo en las clases de Historia de Cuba del método investigativo potencia en los estudiantes la apropiación activa y creadora de la cultura, redescubriendo -bajo la dirección del docente- los elementos probatorios necesarios para la adquisición del conocimiento histórico, a la vez que los conduce al desarrollo de actitudes, motivaciones y herramientas necesarias para aprender a aprender y aprender a crecer de manera permanente.

REFERENCIAS

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