Elsa Marcela Guerrero*
Centro de Investigaciones y Estudios Ambientales (CINEA), FCH. UNICEN, Argentina
emarguerr@gmail.com
Resumen
La ciudad es la resultante de un proceso de construcción histórica que refleja las desigualdades socioeconómicas, laborales y políticas de los grupos urbanos de menores ingresos. La toma de terrenos y el desarrollo de asentamientos populares son la expresión territorial de cómo se materializa este proceso.
En Tandil durante septiembre de 2015 un grupo organizado de 130 familias ocupó las laderas occidentales del Cerro Granito, un área urbana fiscal que supo asentar actividades mineras e industriales en el siglo pasado. Si bien desde años ha albergado familias de escasos ingresos, recientemente fue protagonista de una toma colectiva y organizada de terrenos, que al final el estado local con ayuda judicial frustro.
Este trabajo describe esta ocupación como un caso de reclamo de las clases populares al derecho a la ciudad y el pedido de cambios en la política urbana de acceso al suelo y la vivienda por parte de sectores más humildes en esta ciudad.
La ausencia de políticas públicas de vivienda para los sectores más humildes, el rol del estado como financiador de viviendas más que como proveedor de soluciones permanentes, así como una liberación al mercado del suelo urbano hacia los sectores especuladores locales dificultan que los sectores más humildes tengan acceso a viviendas propias.
Como contraparte, algunos ciudadanos se organizan y actúan para reclamar su derecho a habitar la ciudad a través de la toma de terrenos fiscales o privados que no tienen un uso específico o se abandonó la actividad original –sectores antes industriales por ejemplo.
Debido a la actualidad del caso se emplearon como fuentes la información documental de medios escritos locales, y el análisis de contenido para identificar actores e intereses. Como recurso descriptivo y explicativo se construyó un sociograma dónde se reproduce el caso destacando las relaciones y tensiones entre quienes participan de la lucha por acceso a la tierra y el resto de la ciudad.
Es desde la cotidianidad desde dónde se construyen los poderes, en la familia, en las relaciones de trabajo o de educación, en las amistades y en las vecindades. Y la ciudad reproduce esas relaciones y desigualdades. Poder describirlas y explicarlas puede colaborar en el entendimiento de estos problemas y a su posible solución.
Palabras clave: ocupación de tierrasQ15, derecho a la ciudadR21, conflictos ambientalesQ56, territorio.
Abstract
City as a historical construction reflect social inequalities, work access difficulties and politic differences lowest income social class. Land seizures and popular settlement are an expression of how this process is materializing in territory.
During September 2015 an illegal land seizure in granite hill it was happened in Tandil city, a fiscal category, industrial and mining area a long time ago. Since a time ago some poor families came occupied it and more recently are being occupied in collective and organized way for new groups that finally state hindered.
Paper discusses seizure land as popular social class case to city access and claims for urban polices changes and urban soils and house for poor people in the city.
Housing public policies absence in popular social groups, financial state`s role more than solutions provider as well as property speculation market liberalization for urban soil made difficult for poor people to city access.
As counterpart, some citizens are organized and made actions claiming city´s right through Land seizure.
Because is an actual case information was obtain forma documental observation from local mass media, contents analysis to arise senses there are at stake. As descriptive and explain resource we built a sociogramas that allow to understand actors, relations y tensions between are participating in the struggle to city access.
Power is building every day, in families, work, education friendship or neighborhood relationships. In cities reproduce this relationship and inequalities. Discover and explain them could collaborate understand and resolve problem.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Elsa Marcela Guerrero (2017): “El derecho a habitar la ciudad. El caso de la ocupacion de tierras en Tandil, Argentina”, Revista DELOS: Desarrollo Local Sostenible, n. 30 (octubre 2017). En línea:
http://www.eumed.net/rev/delos/30/ocupacion-tierras-tandil.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/delos30ocupacion-tierras-tandil
Se aborda la ocupación de tierras en la ciudad de Tandil entre 2015 e inicios de 2016 desde la perspectiva del estudio de los procesos de significación vinculados a la reproducción material y social de la vida urbana, entendiendo a lo urbano como proceso dinámico, de permanente reforma, en su complejidad, heterogeneidad y cuya fragmentación social articula con grados diferenciales de conflicto y de consenso.
Es importante señalar que las expresiones urbanas vinculadas al acceso a la ciudad revelan exigencias diferenciadas: algunas están orientadas por la urgencia (reclamos por vivienda, empleo, servicios); otras, cuestionan la forma en la se “produce” la ciudad a través de políticas públicas y planificación del territorio que favorece las desigualdades; e incluso las condiciones de acceso al suelo urbano; la organización social del espacio, la estructura interna y las contradicciones que se presentan dentro de un sistema urbano que es la resultante de un modo de producción históricamente dominante, que se corresponde con relaciones económicas, sociales e ideológicas de producción y reproducción (Cuéllar Obando 1975: 10-11).
A nivel latinoamericano y desde mediados del siglo XX la forma de ocupación irregular del suelo urbano se transformó en el fenómeno conocido como “tomas de terreno”. Ocupaciones con diferente grado de organización y en las que en la mayoría de los casos dieron origen a asentamientos irregulares (denominados según el país como villas, callampas, favelas, barriadas, entre otros). Esencialmente consistía en grupos de familias, juntos y frecuentemente dirigidos por un partido político u organizaciones sociales que tomaban por sorpresa a las autoridades y al propietario en un acto único para construir un asentamiento o población irregular. Las tomas, en comparación con otros asentamientos precarios espontáneos no sólo son una forma de establecer una vivienda, sino también un acto político bajo la lógica de la reivindicación y los derechos de integración social a la ciudad y sus beneficios.
Frente a las recientes crisis económicas y las diferentes situaciones político-institucionales de la región, este fenómeno se ha vuelto a repetir, y es particularmente importante en Argentina (algunos ejemplos en el Gran Buenos Aires como la ocupación del Indoamericano en 2010, o del barrio Papa Francisco en Lugano en 2015, entre otras recientes tomas).
En ese contexto, el concepto “derecho a la ciudad” resulta una categoría de análisis interesante que permite entender que la lucha por el acceso a la tierra y la vivienda no es una lucha por “un techo más servicios”, sino lucha por la vida y contra las formas de apropiación privada fundamentadas en las necesidades de la realización económica (Guerrero et al 2016).
En términos generales las luchas por el derecho a la ciudad ocurren cuando éste no existe, surgen como una necesidad, una negación de la fragmentación, e indican nuevas contradicciones entre integración/desintegración/deterioración de los lugares en la ciudad en relación a la economía globalizada; entre transformación/persistencia en el plano local de la vida cotidiana (vividos como carencia, percibidos como extrañamiento) indicando la funcionalización del espacio-tiempo.
Las respuestas insuficientes del Estado para atender las necesidades de los nuevos pobladores populares tienen como resultado múltiples manifestaciones y protestas, y junto con ello las limitaciones económicas se convierten también en limitaciones para vincularse a la dinámica de la ciudad, y por lo tanto dificultan la obtención de viviendas.
En el caso bajo estudio algunos grupos más o menos organizados y asociaciones sociales y políticas buscan recuperar y re-significar la lucha por el derecho a la ciudad, concepto en el que Lefebvre (1976:85) englobaba una serie de derechos que son indispensables para los habitantes de las ciudades: el derecho a la actividad participante que no es solo el acceso a la propiedad, sino la ciudad como un espacio de encuentro, convivencia y disfrute.
En este sentido, el artículo se orienta a recuperar el sentido político que estas modalidades de urbanización adquieren como instancias de impugnación de una normatividad/normalidad urbana excluyente y recluyente, y también como momentos de creación de nuevas formas de habitar el espacio.
Las “tomas” de terrenos en Tandil en 2015 ilustran la importancia que la segregación está cobrando para determinados grupos populares, y cómo estos luchan, ya no por el derecho a la “casa propia” como en décadas pasadas, sino que por habitar inmersas en las redes y oportunidades que entrega la ciudad.
El crecimiento de muchas ciudades latinoamericanas a partir de la década de 1950 estuvo signado por una fuerte limitación a los sectores populares en el acceso a la tierra, la vivienda y los recursos urbanos en general (Fernándes, 2008). Según un informe de la oficina de Hábitat de Naciones Unidas (2012) 2, durante los últimos 20 años si bien la proporción de población urbana viviendo en urbanizaciones informales en Latinoamérica disminuyó un 9 % (pasando de 33 % a 24 %), la cantidad absoluta de personas en estas condiciones aumentó de 106 a 111 millones.
Los procesos derivados de la industrialización así como la marginalidad y el crecimiento urbano fragmentado, tienen implícito el rol de ciertos actores urbanos y su papel en la transformación de la ciudad (Cuellar Obando, 2015). La expansión urbana tiene como consecuencia mecanismos de marginación en formas territoriales y funcionales. Estos mecanismos tomaron una forma visible en los sectores urbanos subdesarrollados y dependientes conocidos como callampas, favelas, conventillos y más (Robles, 1983:88).
Robles (1983) mantiene que, aunque los sectores populares se manifiestan de manera diferente en los distintos países, las problemáticas de los sectores populares están ligadas con el subdesarrollo urbano. La existencia de las problemáticas de sectores populares, entonces, es un problema de naturaleza estructural que por lo tanto está basado en el desarrollo urbano y sus contradicciones territoriales. Es que existe una tensión dialéctica entre la posibilidad de satisfacer el derecho de acceso al suelo de manera universal y el hecho que el suelo con que se satisface ese derecho sea privado, y por consiguiente inaccesible a menos que se pague por él un precio. Actualmente esa tensión se resuelve, en la mayoría de los países, en perjuicio de los más débiles, que no son los que tienen la tierra sino quienes la necesitan.
Para muchos, generalmente, el precio de la tierra urbana define el lugar dónde se reside, para otros, la única forma que puedan acceder a una parcela para vivir en condiciones adecuadas es reclamando el derecho y exigiendo al Estado que resuelva con medidas políticas y marcos legales el tema suelo; con bancos de tierra, peleando para que tierras públicas no sean vendidas al mejor postor, sino que tengan una finalidad social, etcétera.
Las crisis económicas han dado lugar a que nuevos actores populares reclamen por sus derechos a vivir la ciudad y se expresan a través de múltiples manifestaciones y protestas. Entre estas contradicciones, se desarrollan los nuevos movimientos sociales, los cuales se caracterizan por poseer una base social definida, una organización, una continuidad y una fuerza para transformar las estructuras (Castells, 2012:218). Sin embargo, se pueden presentar organizaciones o asociaciones vinculadas más a dinámicas específicas en locaciones específicas, que pueden ser nombradas como movimientos barriales, encargados de fortalecer el tejido social barrial, en busca de tener autonomía del Estado y los partidos políticos, con la autogestión, e impulsar proyectos para el beneficio del barrio mismo.
Este proceso urbano recoge la concurrencia de distintas lógicas y formas de producción de la espacialidad urbana, así como la acción concertada o contradictoria de estrategias e intereses de diferentes actores o agentes urbanos; no obstante, es la dinámica de los grupos e instituciones dominantes que gobiernan la sociedad la que refleja más arraigadamente los procesos de construcción del espacio urbano, informando respecto de las fuerzas del mercado y produciendo fácilmente consecuencias que nadie en particular quiere (Harvey, 1977). En consecuencia, la vivienda y el espacio construido aparecen como mercancías (valores de cambio) y la gestión de la ciudad responde principalmente a una lógica económico-mercantil (Vainer, 2004). Sin embargo, es importante tomar en consideración otras formas de producción del espacio y las dinámicas urbanas que emergen en tensión con las lógicas dominantes de “hacer ciudad”.
Como se ha señalado la ciudad constituye no sólo un fenómeno físico, un modo de ocupar el espacio y de expresarlo, sino que es el resultado heterogéneo y discontinuo, que da cuenta de lugares dentro del tejido, donde ocurren distintos y variados intercambios socio-culturales con grupos de actores diversos que actúan y que se apropian de los mismos de acuerdo con su racionalidad y grupo de pertenencia (Incatasciato, et al, 2005).
La ciudad de Tandil es una ciudad de tamaño intermedio dentro de la jerarquía urbana argentina (Vapñarsky y Gorojovsky, 1990). La ciudad expresa esas discontinuidades y heterogeneidad socioterritorial común a otras ciudades de la región. Sin embargo, debido a que presenta una estructura económica diversificada y un PBI per cápita relativamente alto a lo largo del tiempo, no se registran antecedentes de ocupaciones irregulares o presencia de asentamientos precarios surgidos a partir de tomas más o menos organizadas de terrenos y el posterior desarrollo de villas, comunes a toras ciudades argentinas como Buenos Aires, Rosario o Mar del Plata.
Existen no obstante, barrios populares con casas humildes con diferente grado de consolidación que no alcanzan a expresarse como asentamientos irregulares propiamente dichos (y generalmente no se trata de terrenos tomados en forma ilegal, en la mayoría de los casos presentan algunos servicios básicos y condiciones de urbanidad, como el trazado de calles, alumbrado público, o la recolección de residuos).
Hacia finales del 2015, y en coincidencia con cambios políticos nacionales y una crisis económica reciente, la agudización de segregación social y la heterogeneidad en el acceso a la ciudad tuvo una expresión socio-territorial más propia del siglo pasado y de urbanizaciones más grandes, la ocupación irregular de terrenos fiscales o con derechos de propiedad poco claros.
Los terrenos ocupados pertenecieron a Tandilia SRL, una metalúrgica que quebró en los 1960 cuyos lotes poseen titularidad acéfala y vacante. Por eso hay una causa judicial abierta sobre la legalidad de los documentos presentados para solicitar el desalojo.
Desde la Agrupación Clasista Lucha y Trabajo, movimiento que lideró la toma se afirmó que se estaban vendiendo los terrenos con títulos falsos para hacer barrios privados. De ahí la elección de ese predio para la toma colectiva.
Algunos representantes de las 130 familias que ocuparon parcelas de tierra en la zona de Villa Cordobita se expresaron dando las razones de la toma:
… la necesidad de tener un terreno… una vivienda… algo que vemos imposible… tenemos trabajo estable, pero no llegamos nunca a los valores de los terrenos…la esperanza se pierde totalmente… no cometemos delito… todo el mundo tiene derecho a tener suelo, una vivienda digna… se trata de sobrevivir es una carga muy pesada… estamos asentándonos en lotes que están abandonados desde el año 60… esperamos se aplique la ley de suelos… no queremos que nos regalen nada, podríamos pagar (El eco digital 12/09/2015 video).
Sin embargo aunque el reclamo era legitimo, se atendió a la “ilegitimidad” de las tomas desde los poderes legislativos y judiciales locales que decidieron desalojar el predio solicitando al fiscal de la causa que se impida el ingreso de materiales por parte de quienes tomaron los terrenos y se lleve un registro de las personas que participaron de la misma. La figura 1 ilustra a través de una secuencia de fotos la toma de terrenos, las condiciones de la misma, y el desalojo.
La toma de terrenos además puso en evidencia un conflicto que protagonizaron diferentes actores y diversidad de discursos respecto al problema del acceso a la vivienda por parte de ciertos sectores sociales.
Los vecinos contiguos al lote solicitaron al Municipio medidas: hoy les tocó a ellos, pero le puede pasar a cualquier ciudadano porque es una problemática de Tandil en su conjunto plantearon a los ediles que más allá de las diferencias políticas, “terminen las peleas entre ustedes” y den soluciones para frenar futuras tomas en otros sectores de la ciudad.
Tras la ocupación impulsiva de esas tierras, muchas personas que aseguraban ser propietarias de los lotes, comenzaron a radicar denuncias en las diferentes comisarías de la ciudad, en tanto que se envió al lugar, un escaso número de policías para tratar de controlar la situación. Y se manifestaron en contra de las ocupaciones a través de un comunicado:
Estamos frente a un delito planificado detalladamente. Van por otros sectores de la ciudad… Entra gente constantemente a usurpar. Llevamos más de 30 horas con esta metodología que claramente vulnera los derechos de las familias que vivimos en el predio, se nos vulnera el derecho a la propiedad, derecho económico, derecho ambiental.
Somos dos fuerzas. Por un lado, las familias que vivimos en el predio, y por otro, la otra gente que violentamente usurpan y toman posesión ilegal de tierras. La gran diferencia radica en la titularidad de los inmuebles (El eco Digital 13/09/2015).
En el poder legislativo se expresaron diferentes voces:
Un concejal se expresaba en relación a la toma de terrenos en Villa Cordobita.
... Es un reclamo genuino, pero no es la forma ni estamos de acuerdo… La demanda por vivienda es muy superior a la oferta de vivienda. Hay mucha más gente que necesita, que casas para ofrecer. El eco 14/09/2015).
Sobre lo mismo otro concejal señaló;
No es está la forma de hacerse con un terreno en la ciudad, no es una forma honesta, y subrayó: Es un acto que no se puede acompañar de ningún modo. Si intervienen fuerzas federales tiene que pedirlo la Justicia. Un conflicto no se soluciona con represión, sino con diálogo (El eco, 14/09/2015).
Por su parte el intendente habló del conflicto en medios nacionales:
Es muy difícil que las tierras no tengan dueños reales… Estamos esperando que la Justicia resuelva la situación… nosotros creemos que todos los ocupantes son de la ciudad… Y la toma es totalmente repudiada por el Ejecutivo y el Concejo Deliberante (El eco, 14/09/2015).
Desde la provincia de Buenos Aires un diputado oriundo de Tandil expresó
Desde hace años que la ciudad tiene atisbos de “con-urbanización… La toma de tierras es una oportunidad para que todos los actores nos mostremos unidos…Está claro que acá no hay una toma espontánea si no un plan cuidadosamente elaborado con pasos legales cuidadosos (El eco, 14/09/2015).
Desde quienes lideran la toma:
Intentan transformarnos en presos políticos… estamos acá pacíficamente, avanzando con la construcción de viviendas precarias, pero teniendo en cuenta la medida del fiscal de no innovar, así que no se han ingresado materiales. Estamos a disposición de la Justicia,…Esta tierra es acéfala y está vacante (El eco, 14/09/2015).
El supuesto dueño de los terrenos afirmó: yo he vendido algunos de estos lotes, no todos y recordó que contó que nosotros le compramos a una familia Moreno en el año 97. Ellos eran apoderados de la firma que tenía estos lotes y los tenían desde la década del 60. Respecto de la toma que se está produciendo, con alambrado de lotes y colocación de carpas, se esperanzó en que “la justicia lo resuelva” (ABC hoy, 1/09/2015).
Desde la Asamblea Ciudadana, una ONG ambientalista local que logro declarar paisaje protegido en 2010 los faldeos serranos y erradicar la actividad minera a nivel local reclamaba:
En contra de Todo loteo o instalación de viviendas y hoteles en las sierras, tanto las actuales como las anteriores y exigen medidas concretas que garanticen 'Ni una casa más en las Sierras' y la urgente creación de un banco de tierras que facilite el acceso de todos los ciudadanos a lotes en los lugares adecuados…Las construcciones previas a esta toma son también una 'toma de tierras masiva y organizada' que responde a una gestión que sistemáticamente ha permitido la toma de terrenos con situación dominial irregular -y por lo tanto en custodia del estado- en las sierras a través de la ausencia de control, y la regularización posterior con multas, como las construcciones en Villa del Lago, así como el cambio de uso de suelo -de rural o complementario a urbanizable- de los terrenos de dominio privado con excepciones y convenios, como un Hotel en La Elena (Nueva Era 29/0272016).
Desde el Movimiento Patria Grande un partido político popular que milita a favor de la ley de suelos señalaban:
El conflicto por tierras desatado tapa problemas que existen de fondo tanto en torno al suelo urbano, así como a las estafas inmobiliarias que se venían dando con esas tierras. … gran cantidad de tierra urbana está en situación de vacancia debido a la desaparición hace décadas de la empresa Tandilia SRL. Esto genera lo que se llama un 'vacío urbano'. La inacción del gobierno municipal, que debería haberse apropiado de esas tierras y no lo hizo, ya que cuenta con los instrumentos legales para hacerlo, generó un espacio urbano apto para cualquier desenlace.
En este marco, ante la falta de suelo urbano y el déficit habitacional por un lado, y ante la especulación y el negocio inmobiliario creciente por otro, la situación de esas tierras se fue resolviendo a través de ocupaciones de familias sin techo, o a través de grandes negocios fraudulentos en la que no faltaron estafadores sueltos, fiscales, jueces, inmobiliarias, contadores, tráfico de influencias políticas, barrios privados truchos, etc. Parte de las tierras de las que hoy se habla ya estaban 'tomadas' pero para hacer estafas.(Nueva Era 29 Febrero de 2016).
Por su parte las máximas referentes de la ONG Mujeres sin Techo, que se formó y logró obtener de parte del Municipio terrenos fiscales para la construcción de viviendas fueron críticas con la toma de terrenos:
La forma de organización no debería ser vamos a tomar un lugar, eso es generar más conflicto a las personas, en el medio de una campaña política esto ha servido (toma terrenos Villa Cordobita) para embarullar, los actores políticos lo están utilizando de una manera u otra. Nosotros entendemos que se desvirtúa totalmente el objeto de la Ley de Hábitat que tiene un espíritu de solucionar no de facilitar ocupaciones...
A través de los discursos que se han transcripto es posible observar las tensiones e intereses que representan los diferentes protagonistas locales y los reclamos por habitar la ciudad. La pugna de intereses diversos y la legitimidad del reclamo aunque contradiga la ilegalidad de la estrategia. La siguiente sección propone un recurso metodológico poderoso para expresar en forma simple y descriptiva los discursos del conflicto, la modelización del problema a través de una red social o sociograma.
Los sociogramas comúnmente son empleados para el análisis de redes, se utilizan en estudios sociológicos y educativos por ejemplo para establecer relaciones de parentesco, de amistad en comunidades o de compañerismo en un aula, entre otros usos. No obstante, pueden servir para representar en forma sintética las redes que se establecen entre los actores intervinientes en un conflicto social, identificando relaciones, tensiones o sinergias que presentan y se quieren describir, en este caso el reclamo de tierras en la ciudad de Tandil.
Como recurso metodológico, el sociograma permite reconstruir una “red” de relaciones, y evaluar las intensidades de las mismas, identificar alianzas y la conformación de grupos de poder con intereses comunes. Esto puede colaborar en la resolución del conflicto, favoreciendo la búsqueda de caminos o canales de comunicación y diálogo entre grupos enfrentados. Por lo que conocer cómo operan los actores y sus intereses resulta necesario tanto para la comprensión del hecho, como en los procesos de toma de decisión frente al conflicto
Generalmente los diferentes grupos de interés se suelen representar con figuras gráficas (Triángulos, Cuadrados, Círculos) reproduciendo las posiciones de partida “organizativas” de las que suponemos que parten cada grupo o sector. A partir de ellos es posible hacer una primera identificación inicial y luego verificar más documentalmente dónde se sitúa cada cual, y qué relaciones mantiene con los demás. Con curvas y líneas se representan las alianzas, y las tensiones, incluso es posible representar la intensidad de la relación con diferentes intensidades de los trazos.
Más allá a de la representación gráfica de las relaciones y la conformación de redes, también, interesan las “posiciones discursivas” de los actores o grupos frente al tema bajo análisis, ya que cuando hablan no solo dicen cosas, sino que también expresan desde dónde están hablando, a que representación colectiva están respondiendo. Para profundizar en este sentido se pueden emplear frases textuales, que respondan: “¿por qué dijeron lo que dijeron?”, que en entrar a jugar en tal decisión o estrategia, etc. Es decir, expresan la pluralidad.
No obstante, es importante considerar que las muestras seleccionadas como representativas de sectores o grupos y sus discursos no son la realidad completa, sino que reproducen trozos o resúmenes a profundizar. De ahí que la creatividad en estos casos es muy importante para poder detectar posibles posturas emergentes (muchas veces minoritarias) que abren nuevas vías para avanzar o desbordar situaciones bloqueadas. Ver y oír más allá de las evidencias dominantes es necesario (Villasante y Gutierrez 2006)
La figura 2 simplifica el caso de Villa Cordobita en un sociograma o red que describe los actores intervinientes en el conflicto, la conformación de alianzas de diferente intensidad e indica las tensiones y los conflictos así como las centralidades cuali y cuantitativa de las relaciones entre los diferentes protagonistas. Agrupa aquellos actores con intereses similares (el acceso a la tierra, la ordenación de la urbanización y reducción del conflicto, los intereses contrapuestos sobre un mismo territorio, etc.).
Este escrito representa una aproximación todavía preliminar al estudio de caso de toma de terrenos en Tandil. Debido a la novedad y escasa información disponible sobre el tema, resulta interesante ver como ciertas prácticas activistas y de reclamo comunes a la mitad del siglo pasado son “revisadas” en los tiempos presentes a la luz de una crisis económica que afecta el acceso a la vivienda a sectores humildes. El empleo de técnicas de investigación en ciencias sociales, como la observación documental y el análisis de contenido permitieron caracterizar los acontecimientos y poner a la luz el problema del acceso a la tierra y a la vivienda por parte de las clases socioeconómicamente más débiles. Se destaca el uso del sociograma como un instrumento de diagnóstico poderoso para la identificación de actores, relaciones, tensiones e intereses.
Como resultado del análisis de este caso, es posible señalar que las acciones vinculadas a la toma de tierras de finales de 2015 se corresponden al concepto de derecho a la ciudad, una expresión territorial de las desigualdades en el acceso a las tierras y a otros beneficios que derivan de la vida urbana, como el derecho a expresarse socialmente, peticionar y a habitar la ciudad.
Que además, ésta situación pone en evidencia la necesidad de suelo urbano disponible para la urbanización y condiciones de accesibilidad para los grupos más vulnerables.
Que la ciudad está adquiriendo características de conurbación y que existe una lucha desigual por la tierra a nivel local que reúne una serie de actores con diferente peso, que pugnan por apropiarse de la renta de negocios inmobiliarios y turísticos.
Que existe una debilidad institucional para dar respuesta a estos reclamos, y que las soluciones tomadas (desalojo) no resuelven el problema de fondo, sino que lo desplazan en el tiempo.
Y que entre los múltiples actores que forman parte del conflicto por un lado, están los propios co-vecinos enfrentados por habitar una misma ciudad y por otro, grupos interesados por la conservación del paisaje y el ambiente que denuncian los intereses inmobiliarios y especulativos, reclamando por la incompatibilidad existente entre el desarrollo urbano y la conservación del ambiente.
Finalmente que el recursos a la simplificación del conflicto en términos de sociograma colabora en la descripción de la lucha, aunque débil porque es estático, resulta un instrumento interesante de emplear en la etapa diagnóstica de un conflicto para identificar tensiones así como favorecer la búsqueda de soluciones identificando centralidades, referentes y tensiones que hay que resolver, entre otras características ya descritas.
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El Eco digital. (2015). En sesión extraordinaria, el Concejo repudió la toma de los terrenos en Villa Cordobita 12/09/2015.
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El Eco digital. (2015). Comunicado de vecinos de Cerro El Granito: “¡Van por más!”. 13/09/2015.
El Eco digital. (2015). Lunghi habló por primera vez de la toma de terrenos en Villa Cordobita para un medio nacional 14/09/2015.
El Eco digital. (2015) La situación de la falta de viviendas en Tandil es compleja 14/09/2015
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Recibido: Agosto 2017 Aceptado: Octubre 2017 Publicado: Octubre 2017