Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 3, Nº 28 (junio 2011)

LA GESTIÓN DE LA EDUCACIÓN EN EL INSTITUTO TECNOLÓGICO BOLÍVAR


Ricardo Gabriel Fierro García
Instituto Tecnológico Bolívar del Ecuador
ricardogabrielfierro@gmail.com




RESUMEN

El presente trabajo muestra como se ha logrado establecer un vínculo positivo de convivencia entre docentes y estudiantes, el cual involucra a su vez la familia, a partir del trabajo de orientación educativa que se realiza en el Instituto Tecnológico Bolívar de la ciudad de Tulcán de la Provincia del Carchi - Ecuador.

A partir de la realización las buenas prácticas, se logra disminuir la deserción escolar, la repetición, el analfabetismo, y por otro lado los docentes implementan los referentes teóricos, lo cual contribuye a su superación sistemática, posibilita una formación integral del hombre del siglo XXI capaz de transformar desde su concepción y sus valores la realidad que lo rodea, elevándose la calidad del proceso docente-educativo.

Palabras claves: analfabetismo, escolaridad, deserción escolar, grado de preparación de los profesores, buenas prácticas.

INTRODUCCIÓN

La Educación constituye uno de los objetivos estratégicos de una sociedad. Con los niveles de desarrollo alcanzados hoy en día por la humanidad se revaloriza y considera con especial atención el papel de la Educación en el progreso social. Sin embargo, esta visión de la Educación no se manifiesta por igual en todos los países. Mientras en los menos desarrollados las graves crisis económicas han provocado un retroceso en los indicadores educativos y niveles de educación de sus habitantes, en los más desarrollados se promueven innovaciones educativas que ponen el desarrollo del conocimiento humano en función de alcanzar mayores niveles científico-técnicos de la sociedad.

Ya se vislumbran las transformaciones necesarias para asumir la misión de la educación ante las exigencias del nuevo siglo. Estos cambios están relacionados con la búsqueda de solución a problemas tales como: la distancia entre lo que se enseña y las necesidades reales del desarrollo social y lo que se aprende; el aumento y complejidad cada vez mayor de la información contemporánea, su carácter interdisciplinario; insuficiencia de la práctica educativa vigente para asumir las tareas del quehacer científico; el lugar que ocupan actualmente el alumno y el profesor frente al que verdaderamente se reclama.

La situación de la educación en el Ecuador es dramática, caracterizada, por los siguientes indicadores: persistencia del analfabetismo, bajo nivel de escolaridad, tasas de repetición y deserción escolares elevadas, mala calidad de la educación y deficiente infraestructura educativa y material didáctico. Los esfuerzos que se realicen para revertir esta situación posibilitarán disponer de una población educada que pueda enfrentar adecuadamente los retos que impone el actual proceso de apertura y globalización de la economía.

En Ecuador no se tenía un sistema de evaluación de sus profesores. Esto significa que en la práctica no hay consecuencias para el mal desempeño, ni premios para el buen desempeño docente, en la forma como ocurre en otros sectores del mercado laboral.

Hoy se enfrentan grandes problemas con la deserción escolar, la repetición de los educandos, por lo que los profesores necesitan apropiarse de conocimiento y metodologías para revertir la situación existente, a partir de la aplicación de referentes teóricos, y el trabajo de los valores con los estudiantes, proceso en que debe estar la familia, ya que los mismos pasan mas tiempo en la escuela que en sus casas. Se debe trabajar a su vez el sentido de pertenencia y de identidad con su centro, en este tríptico misional, escuela, familia y comunidad, desde cada uno de los procesos medulares.

La investigación se realiza en el Instituto Tecnológico Bolívar de la ciudad de Tulcán del la Provincia del Carchi – Ecuador, que cuenta con 115 años (fundado el 19 de mayo 1896) de existencia institucional.

La identidad de nuestro centro es un referente nacional por ser el primer colegio laico en el país y para los distintos actores que se relacionan con él o dentro de él. A través de tal identidad se proporciona una imagen conjunta del mismo y de sus objetivos que proporciona un anclaje estable a la comunidad escolar.

DESARROLLO

El presente trabajo se realiza en el Instituto Tecnológico Bolívar de la ciudad de Tulcán de la Provincia del Carchi – Ecuador. Para ello tuvimos en cuenta el modelo de análisis de la convivencia escolar, partiendo de algunos dilemas que se plantean en el terreno de las decisiones sobre las prácticas educativas. La descripción de estas prácticas requiere un verdadero hecho efectivo, porque se refleja el contexto social en el que se localiza el centro de educación, a los actores protagónicos y las relaciones que se dan entre estos. Se quiere con esto, descubrir tanto los aspectos éticos como las incoherencias y contradicciones que se producen entre los supuestos teóricos sobre educación y la acción práctica en el centro educativo y en las aulas. Es decir, entre lo que se tiene escrito, que “debe ser” una institución educativa y lo que realmente “es”.

Los elementos que sirven para realizar el análisis de las prácticas educativas, deben tener en cuenta su lugar de responsabilidad en el Ministerio de Educación, y que le fue otorgado en el pleno de la Asamblea Nacional en enero 11 de 2011, aprobando la nueva Ley Orgánica de Educación con 108 votos a favor, uno en contra, ocho en blanco y cuatro abstenciones el proyecto de ley Orgánica de Educación Intercultural, la cual garantiza el derecho, a la educación, reivindica la rectoría del Ministerio de Educación y establece una nueva tabla de remuneraciones para el magisterio nacional del Ecuador, ley que desde marzo 31 de 2011 está vigente en el Ecuador según publicación en el Registro Oficial.

El centro educativo, es considerado como sistema social con suficiente autonomía como para construir su propio modelo de Código de convivencia, del que se reconoce la capacidad de los actores para modificar con sus prácticas diarias las interacciones que definen el modo en que convivimos, sirve de eje transversal entre enfoques teóricos y prácticas diarios.

La convivencia en los centros educativos se construye a partir de las interacciones que se producen entre conjuntos de elementos que siempre están presentes en el quehacer de un centro educativo

a) La identidad del centro escolar

b) El control interno

c) El control externo (este influye sobre él contexto de su entorno es decir el contexto social e institucional en el que se incorpora)

La forma en que se ajusten las distintas orientaciones e intereses de los actores principales que conviven en el centro educativo y el conjunto de elementos indicados, repercutirá el grado de estabilidad y como consecuencia el tipo de convivencia que se pueda construir.

La convivencia, no es tan sólo producto de la interacción diaria entre los actores que interactúan y participan en el centro educativo, ni de los intereses, orientaciones, metas, necesidades sentidas, la construcción exclusiva de la capacidad reguladora de una norma o ley, sino que va más allá porque estamos refiriéndonos a la educación integral del educando cuyas edades oscilan entre 11 y 18 años, etapa que responde a la adolescencia, considerada como una etapa de tránsito de la niñez a la adultez, donde se forman los valores, los principios, la sexualidad, entre otros elementos muy importantes.

Aunque todos los factores indicados son imprescindibles para la convivencia, este es resultado de un proceso dinámico, complejo y constante de interacciones que se alimentan tanto de los elementos sistémicos proporcionados por la institución educativa o el contexto social, como por las acciones individuales de todos los participantes en el sistema, en el que se involucra también el padre de familia, por lo que, la convivencia, además de responder a factores estructurales es fruto también de las prácticas diarias de las actitudes de las personas.

La construcción de la convivencia no se basa solamente, en la no existencia o eliminación de conflicto o conflictos, sino en la identificación de los intereses y orientaciones de los diferentes actores para promover a través de la creación de directrices o normas fácilmente identificables y compartidas por la mayoría o consensuadas, un tipo de control interno acorde con la identidad del centro educativo y con el contexto social externo al centro influye muchísimo.

En la medida en que la identidad del centro se corresponda con el tipo de control interno que se establezca y, a su vez, ambos estén en sintonía con el contexto social y el tipo de control externo ejercido sobre el mismo, la convivencia se adecuará a normas o leyes compartidas por la mayoría de los actores, desde el trabajo colaborativo de autoridades, personal docente, de servicio y alumnos (comunidad educativa), elevando el grado de control del centro educativo sobre la convivencia y reduciendo la situación de conflictividad incontrolada.

Estas normas compartidas sólo serán aceptadas si forman parte de la vida diaria de los distintos actores, es decir, si se interiorizan y se aceptan como una forma de convivir de ahí que el Reglamento Interno aprobado el 12 de Octubre del 2009 por la Dirección Provincial de Educación del Carchi es un ejemplo de todo lo explicado, sin olvidar que debe haber una revisión cada año, debido a que la institución educativa es el reflejo de la sociedad en que se encuentra inmersa y las sociedades son dinámicas dependiendo del tiempo y espacio en la que se desarrollan.

Los centros educativos son espacios complejos, en ocasiones turbulentos, en los que conviven diferentes lógicas que pretenden imponer esquemas de identidad diferentes a la institucional. Es importante establecer una sola dirección identitaria en la acción colectiva. Incluso en aquéllos que tienen un marcado carácter identitario como ejemplo en el caso de los centros de titularidad religiosa.

Las diversas posiciones de los actores, sus trayectorias personales o la capacidad de intervenir de agentes externos sobre la acción de los centros educativos potencian distintas lógicas, a veces contrapuestas, al propio ideario del centro educativo. No podemos olvidar que la escuela es un espacio de lucha social, ideológica, laboral, etc., en donde se decide en cada momento la acción de la comunidad.

Somos conscientes de que en el centro educativo y en los demás de la ciudad, conviven todas estas diferencias y que la decantación hacia unas orientaciones u otras son el fruto de conflictos resueltos. Es más, siempre hay que entender que estas situaciones no son definitivas y que la identidad de un centro educativo es un proceso sujeto a cambios. A continuación se define cada uno de estos conjuntos y los elementos que los componen.

La identidad del centro es un referente para los distintos actores que se relacionan con él o dentro de él. A través de tal identidad se proporciona una imagen conjunta del mismo y de sus objetivos. La identidad se construye socialmente mediante la producción de elementos compartidos colectiva e individualmente, actuando como productor de sentido sobre la acción de este y de sus integrantes. Comprende los objetivos del centro, el “para qué” de su existencia, y define su orientación ideológica. Sin duda, la identidad del centro es el elemento integrador que proporciona un anclaje estable a la comunidad escolar. Un referente necesario para modelar o enfocar sus prácticas y otorgarles significado.

En el convivir diario se muestran cómo existen diversos elementos que construyen con claridad la identidad de los centros educativos. Los más importantes serían:

A. Tipo de orientación de la enseñanza.

B. Composición socio demográfica de los estudiantes.

C. Situación laboral del profesorado.

D. Forma de dirección: considerando aspectos reguladores.

• Tipo de liderazgo:

o Carismático

o Democrático

o Autoritario

o Tipo de gestión

o Formal-burocrático

o Informal

Control interno

En cuanto a los elementos que se utilizan para construir el control interno de los centros educativos podemos distinguir los siguientes:

1. Control académico

2. Control legal-formal (Actualmente se lo está aplicando con la nueva Ley Orgánica de Educación)

3. Control comunitario

4. Control participativo

Control externo

Por último, nos referimos a los factores externos que influyen, ejerciendo algún modo de control, sobre los centros. De estos se identifica los siguientes:

1. Control académico

2. Control comunitario

3. Control familiar

4. Control institucional

5. Control ideológico

6. Control económico

Este conjunto de elementos, u otros que se puede incorporar, ayudarán a definir la tipología de los centros para tratar de encontrar el sentido y significado de las relaciones cotidianas que se muestran en las prácticas del día a día, porque cada individualidad sea docente o de estudiante no deja de estar ligada a un contexto social. Esto es un punto de partida que nos permite aplicar la ética y la moral en el ámbito educativo en forma real.

La enseñanza y el aprendizaje son dos procesos que no necesariamente van juntos ni se determinan. Las condiciones socio-históricas en que transcurre el proceso son determinantes. Debe reflejar de forma evidente su compromiso con la práctica educativa y los valores morales que se desarrollan a través de ella. Debe evidenciarse el carácter integral que caracteriza al proceso docente.

Los profesores deben asumir una posición conociendo los Principios Didácticos, fundamentalmente los que se ubican dentro del Enfoque Histórico Cultural, aunque en algunos autores cambian las denominaciones o formas de enunciarlos, en sentido general, se establecen regularidades (Danilov, 1975; Savin 1972; Ushinski, 1975, Helmunt Klein, 1978; Labarrere, 1988, Tomaschewski, 1966; O, González y otros, 1994; Zankov ,1975; Davidov, 1989). Los principios son los siguientes:

 Del carácter educativo de la enseñanza.

 Del carácter científico de la enseñanza.

 De la asequibilidad.

 De la sistematización de la enseñanza.

 De la relación entre la teoría y la práctica.

 Del carácter consciente y activo de los alumnos bajo la guía del profesor.

 De la solidez de la asimilación de los conocimientos, habilidades y hábitos.

 De la atención a las diferencias individuales dentro del carácter colectivo del proceso docente – educativo.

 Del carácter audiovisual de la enseñanza: unión de lo concreto y lo abstracto”.

A partir de conocimiento se inició la realización por parte de los docentes de las buenas prácticas con los educandos motivando a los mismos a ser entes de su propio desarrollo y de lograr que ellos mismos desde su percepción crearan códigos para lograr un sentido de pertenencia con la escuela, jugando la misma un papel protagónico en una educación desde la instrucción.

Los controles se hicieron menos pragmáticos pero sobre todo más eficientes, ya que los estudiantes compartían con sus profesores en un nexo donde no primaba el cumplimiento de lo establecido como imposición sino a través del convencimiento y la concietización de la importancia del estudio.

Se aplicaron variables de medición (encuestas, entrevistas, la observación participante) y tanto estudiantes como profesores platearon que la comunicación entre todos los factores fluyó de forma positiva, se observan avances en el aprendizaje, y existe un reconocimiento al trabajo diario.

Se logró disminuir la deserción escolar, la repetición, logrando mayor permanencia en la escuela, pero sobre todo al involucrar a la familia, la educación se armoniza, porque se le brinda las herramientas necesarias para fortalecer la educación de los educandos, manteniéndose el profesor como principal factor aglutinador, en las buenas prácticas, se abordan temas medulares como lo es la respuesta negativa ante la violencia, la contaminación medioambiental, la sexualidad, entre otros temas que dan respuestas a las necesidades sentidas de los estudiantes y le sirve a la familia como charlas reflexivas para elevar su nivel de conocimientos y calidad de vida.

En esta amalgama de acciones la escuela juega un rol esencial en cada uno de los escenarios y contextos, con estas prácticas, el trabajo se personaliza y se individualiza, identificando a los estudiantes que pueden tener problemas con el aprendizaje, problemas familiares, emocionales, de relaciones, de personalidad, entre otros aspectos que desde lo pedagógico, psicológico y educativo se viabilizan.

CONCLUSIONES

Constituye esto una experiencia renovadora que nos sirve como referente para una nueva proyección del trabajo educativo que debe continuar sistematizándose, destacando el papel del profesor como protagónico en la transformación de los educandos. A partir de la realización las buenas prácticas, se logró disminuir la deserción escolar, la repetición, pero lo más importante es que la educación logró involucrar desde diferentes aristas a la familia, trasmitiendo conocimientos e involucrándolos en el proceso de formación de valores del hombre del mañana que necesita nuestro país.

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