Mislayvis Pérez Echemendía
Armando Boullosa Torrecilla
Liana Fuentes Seisdedos
Lisett Díaz Pérez
Universidad de Sancti Spiritus “José Martí Pérez”, Cuba
Resumen
Se desarrolla una investigación con el propósito de elaborar una estrategia de formación ciudadana para la comunidad universitaria donde se aplicaron métodos teóricos y empíricos que revelaron insuficiencias en el comportamiento social de la comunidad universitaria, lo que limita la pertinencia sus procesos. Los principales resultados logrados fueron: un modelo para la dinámica formativa de ciudadanización contextualizada, en la comunidad universitaria, basada en la Teoría Holístico-Configuracional y su carácter socio-antropológico de la Condición Humana, que sustentan la estrategia propuesta. Se logró la pertinencia y factibilidad de aplicación, lo que contribuye a perfeccionar los actuales mecanismos de desarrollo de la axiología universitaria y su proceso de dinámica de la formación ciudadana de docentes y estudiantes.
Palabras claves
Comunidad universitaria, axiológica, ciudadanización, estrategia de formación ciudadana.
Summary
A research is carried out with the purpose of elaborating a strategy of a citizen formation for the University Community where theoretical and empirical methods were applied yielding insufficiencies in the social behaviour; its process limits the pertinence. The main achievements were: a model for the formative dynamic of contextualized citizenry in the University Community based on the Holistic –configurationally theory and its socio- anthropological character of the human condition that support the proposed strategy. The pertinence and application feasibility, that contribute to improve nowadays mechanisms of developing the University Axiology and its process of dynamic of citizen formation of lecturers and students.
Key Words
University community, axiological, citizen, strategy of citizen formation.
Introducción
El comportamiento humano se sitúa en el centro de atención a escala internacional, se convierte en uno de los retos ante el nuevo milenio, su contenido es la defensa de la cultura y de los valores creados por la humanidad a lo largo de la historia. Esto constituye un desafío para la universidad, lograr transformaciones necesarias en los comportamientos sociales de docentes y estudiantes; asentadas en conductas, normas y actitudes, que se correspondan con los requerimientos actuales y futuros, ante estos retos, “ la comunidad universitaria, debe proponerse compromisos y responsabilidades sociales, desde el plano del bien público, el respeto, la cultura de la propia institución con autonomía y transferir conocimientos como bien social”, según 2 (Moréns, A., 2009:1).
Es necesario construir una universidad humanizante y hacer ajustes en el quehacer formativo, en aras de desarrollar desde la condición humana, una pedagogía que conlleve en su esencia, la intencionalidad para el desarrollo cultural de los sujetos y hacia actuaciones que se adecuen, a las exigencias institucionales y de la sociedad, dinamizada por una sistematización socializadora ética estética, en el contexto social universitario.
En correspondencia con tales desafíos en nuestra universidad se desarrolló un diagnóstico, en la comunidad universitaria de las carreras de Estudios Socioculturales y Comunicación Social, lo cual corroboró que existen insuficiencias expresadas en: Indolencia ante el cumplimiento de las normas de educación formal. Limitados conocimientos, sobre los elementos característicos del entorno universitario: sus problemas, potencialidades, valores culturales, históricos, sociales y otros, además insuficiente participación en tareas que conlleven a la transformación del contexto social. Por lo que se revela como problema de la investigación: Insuficiencias en el comportamiento social de la comunidad universitaria, acorde a las exigencias de la sociedad, lo que limita la pertinencia de los procesos universitarios en el Centro Universitario Municipal de Taguasco.
En la búsqueda de posibles causas que inciden en estas manifestaciones externas se llega a determinar en la lógica de la investigación científica, que existen limitaciones teóricas–metodológicas con relación a la interpretación del trabajo formativo con los valores para la comunidad universitaria, en el contexto educativo institucional. En el análisis teórico- praxiológico se constató la existencia de deficientes procedimientos de atención a la formación valores universales con relación a los contextuales, en la comunidad universitaria, e insuficientes diseños formativos que contribuyan a la cultura axiológica.
Desde estas consideraciones el objetivo de la investigación, es la elaboración de una estrategia de formación ciudadana para la comunidad universitaria, sustentada en un modelo de la dinámica formativa de ciudadanización contextualizada, en docentes y estudiantes.En el desarrollo de la investigación se emplearon métodos teóricos, técnicas empíricas y estadísticas: El método Histórico– lógico, Análisis – síntesis, Holístico-dialéctico, Sistémico– estructural– funcional, El enfoque Hermenéutico dialéctico. Dentro de las técnicas empíricas, se aplicaron: la observación, encuestas y entrevistas, talleres de socialización con especialistas. Se empleó la Técnica- Estadística: descriptiva. La significación práctica está en el impacto social al contribuir al perfeccionamiento de la dinámica de la formación ciudadana, que evidencia el mejoramiento de los comportamientos sociales de los docentes y estudiantes, en correspondencia con las exigencias actuales de la sociedad. La novedad científica está dada en revelar las relaciones esenciales de la intención cultural individual universitaria y la dinámica ético-estética, que dan cuenta del movimiento del carácter sistematizado de la formatividad ciudadana en el contexto social universitario, a la formación de la ciudadanización en la comunidad universitaria.
Desarrollo
Con el advenimiento del siglo XXI, la formación de valores se ha convertido en un encargo universal emanada desde la UNESCO. En los ámbitos internacionales, nacionales, y locales, el tema de formación en valores ha saltado a la palestra y se ha convertido en una tendencia de primera línea, por lo que es tarea de orden la atención a esta temática, desde la Educación Superior.
Sobre lo axiológico, varios son los autores Estevanez, F. (2005); Chacón (2002); Báxter, E., (1998) y otros que coinciden en que la producción o apropiación subjetiva por los individuos de una sociedad concreta, se produce sobre la base de la unidad entre los componentes: Cognitivo, (conocimientos que el individuo posee y que se expresa en su concepción del mundo); lo Afectivo-Volitivo, (sentimientos, emociones, la intuición, los motivos, el tesón, la firmeza y en especial, el de la voluntad y la Orientación ideológica, (significación social, que reafirme el progreso moral en una sociedad dada) Se reflexiona en esta investigación, que estos componentes de los valores, se expresan como determinaciones relacionales, a la vez que son la expresión concentra de las relaciones sociales, siempre y cuando estén en la lógica intrínseca del proceso formativo axiológico.
Por tanto, el proceso de formación axiológica de la comunidad universitaria: es un proceso pedagógico de carácter profesional y humano, que se desarrolla en las instituciones de la Educación Superior de manera organizada, planificada y sistemática, desde una actividad formativa y de capacitación, dirigida a docentes y estudiantes, en una contextualización y universalidad cultural, con la intencionalidad de producir un cambio educativo, en las cualidades reales de las relaciones entre los sujetos- objetos y entre sujetos, para captar los significados a través de la capacidad transformadora de los sentidos en la actividad valorativa, que inciden en la conformación de valores como convicciones duraderas, expresadas en los comportamientos sociales. Dichos valores, actúan como función reguladora y filtros en el proceso de socialización y en las actitudes hacia el mundo circundante, en correspondencia con las exigencias sociales.
Por todo lo manifestado anteriormente, deben tomarse en cuenta estos aspectos en el proceso de formación axiológica de la comunidad universitaria, como una necesidad imperativa en la práctica pedagógica, a fin de mantener una formación ciudadana comprometida, responsable y respetuosa de la comunidad universitaria, que se correspondan sus comportamientos sociales, con las exigencias que demanda la institución universitaria y la sociedad, en general. Es por ello que para la formación ciudadana, se requiere de una dinámica que de acuerdo con las características distintivas en lo individual y colectivo contextualizada, en la comunidad universitaria, transite a estadios superiores de desarrollo en la consideración a su interpretación.
Se pone al descubierto la necesidad de realizar reflexiones profundas sobre las especificidades de la formación ciudadana, como cuestión esencial para el desarrollo de la formación axiológica, desde la búsqueda de argumentos teóricos y soluciones prácticas formativas que tributen al desarrollo del ser social con sus valores ético –estéticos ciudadanos.
La dinámica de la formación ciudadana, exige profundizar en la relación individuo- sociedad, desde los referentes y fenómenos culturales y a la vez valorar los espacios para la ciudadanía como expresión de la relación sujeto– objeto, sujetos- sujetos que según Limias “(…) interviene como una totalidad resultante integral del funcionamiento del organismo social en su conjunto y su análisis, tiene implicaciones jurídicas, políticas, éticas, económicas, socioclasistas generacionales, familiares, socioprofesionales y culturales de gran significado(...)” (Limias, M., 1994:62), lo cual favorece el contenido y las formas del proceso de formación ciudadana.
La dinámica de formación ciudadana para la comunidad universitaria: es un proceso organizado, planificado y sistemático que se da en el contexto social universitario en su vínculo con la sociedad, con una intencionalidad cultural ciudadana en estudiantes y docentes, y desde una sistematización socializadora ética- estética. Donde se tiene en cuenta los significados y los sentidos para el logro de comportamientos sociales comprometidos, respetuosos y trascendentes. Al decir de Fava “Formar hombres es formar ciudadanos”. 5(Fava, G., 2000:1). Por tanto, los modos de actuación ciudadano contienen el sistema de valores en calidad de reguladores de la conducta, que caracterizan el comportamiento y la actividad ciudadana en comunidad.
Es por ello, que la respuesta a la problemática con relación a la dinámica formativa ciudadana de la comunidad universitaria, expresada en comportamientos sociales impropios con relación, a las exigencias sociales, se encuentra en el desarrollo de una pedagogía, como se expresó anteriormente, con una intención educativo ciudadana y que se sostenga en una sistematización formativa socializadora ético-estética. Lo ético y lo estético constituyen elementos básicos para significar el papel de la formación ciudadana, articula de manera integrada un sistema de valores en la formación axiológica de la comunidad universitaria y se evidencia la necesidad de atender no solo lo teórico y la práctica, sino el conocimiento sobre lo ético- estético. Esta configuración pedagógica direcciona y brinda la posibilidad de actuar en su generalidad como una lógica consciente, en la formación axiológica en la Educación Superior, por tanto tiene un carácter objetivo-subjetivo, de ahí que su naturaleza humana tenga prioridad en esta perspectiva.
El logro de estos presupuestos exigen de un modelo para la dinámica formativa de ciudadanización contextualizada en la comunidad universitaria, es por ello que los postulados teóricos, que se proponen en función de las transformaciones actuales que se requieren en el cambio de paradigmas para la formación integral y desarrolladora, propician al estudiante y al docente ser ciudadanos con conciencia crítica, responsables, respetuosos y comprometidos éticamente con la profesión y la sociedad.
Es por ello, que la dinámica formativa de ciudadanización, ha de desarrollarse de forma planificada en y desde las instituciones sociales, a través de las relaciones de carácter social que se establecen de forma interactiva entre los sujetos, su cultura propia y los procesos correspondientes, para formar a los individuos, en respuesta a las demandas contextuales y de la sociedad, que sean capaces de acatar y cumplir las normas y valores éticos- estéticos, sociales y culturales en un ejercicio responsable y respetuoso de lo ciudadano.
Por tanto, se concibe la formación ciudadana como un proceso de apropiación cultural ciudadana general y contextual que tiene en cuenta el desarrollo de la cultura del individuo y su relación con la cultura universitaria, las cuales conforman configuraciones de gran trascendencia en esta dinámica y que se encuentran en relación dialéctica, a partir de la significación y los sentidos, que se expresan en la negación dialéctica, en el plano pedagógico e individual que conduce al proceso formativo. Lo anterior se gesta desde la cultura del individuo: proceso que propicia la apropiación individual, e identifica a los sujetos sociales conscientes, capaces de desarrollarse en su propia existencia y esencia; cualidad expresa de las capacidades en sus niveles de independencia y actuación, de sus realizaciones individuales en sociedad, en un contexto histórico, social y cultural concreto. Esta se da en unidad dialéctica con la cultura universitaria, la que propicia el reconocimiento y la necesidad objetiva de ponerse al nivel de lo universal.
La cultura universitaria se concibe como el resultado acumulado de la cultura individual de los proyectos y fines de la comunidad universitaria, que devienen en ideas y realizaciones concretas donde la intención socio-individual, tiene su génesis en la actividad humana, se desarrolla en la construcción de significados y sentidos desde la intencionalidad pedagógica universitaria, a través de sus procesos y su sistematización formativa socializadora, que se sustenta en la relación dialéctica entre la naturaleza humana y su capacidad transformadora, es decir la cultura universitaria le propicia sentido al desarrollo cultural individual. Por tanto, la cultura individual y la cultura universitaria mantienen una dialéctica con la cultura ciudadana universitaria, donde la cultura universitaria propicia la atención a la diversidad cultural, que se integra en la universidad para resolver las necesidades individuales y colectivas ciudadanas, espacio donde todos han de poseer igualdad de posibilidades para desarrollarse con armonía desde sus valores y tradiciones étnicas, religiosas e ideológicas y otras.
Es así, que la cultura ciudadana universitaria se concibe como un proceso consciente y sistemático de apropiación cultural, que se desarrolla en las instituciones de la Educación Superior de forma planificada, organizada e interactiva entre la cultura propia de cada sujeto y la cultura universitaria, a través de los procesos correspondientes, con el fin de acatar y cumplir las normas, valores morales-estéticos, sociales y culturales, expresados en un comportamiento responsable y ético-estético, en el contexto social, a partir de los significados que adquiere el individuo y el sentido que aporta la universidad. A partir de considerar las configuraciones existentes en este proceso formativo emerge la dimensión intencional cultural ciudadana la que orienta a la dinámica del proceso de formación ciudadana desde la ampliación, profundización y búsqueda de la ciudadanización. En este proceso formativo se establece un nuevo movimiento que se expresa entre la formación ciudadana, el ejercicio ético, la formación estética y la sistematización formativa socializadora.
Este desarrollo de la dinámica de formación ciudadana para la comunidad universitaria, ha de facilitarse, entonces, a través del ejercicio ético, como entrenamiento que posibilita dar sentido del comportamiento del ser humano, sus valores y acciones que le son posibles y admisibles en determinados contextos. Distingue y adiestra la potencialidad sensible y adecuada del sujeto en su relación con los otros, desde un criterio que es apropiado para el individuo mismo y para los demás. Por tanto, este ejercicio exige y rige la preparación de sus comportamientos en el momento de tomar decisiones con los sujetos y sus actuaciones correspondientes. Lo anterior, significa que los docentes y estudiantes asumen determinadas conductas, generalmente aceptadas y que forman parte de la cultura propia institucional-universal.
Este desarrollo emerge en el impulso a la formación ciudadana estética y la proyección institucional con una visión humana cultural, contextual universal, por lo que acontece en unidad con el desarrollo de la formación estética, la que se concibe como un proceso consciente, que propicia la participación necesaria en la relación del sujeto- objeto y sujetos, se expresa con sus características distintivas, donde el propio proceso proporciona la construcción de su identidad, desde sus particularidades personales intersubjetivas, a partir de propiciar una significación y un sentido ético que permite configurar las relaciones sociales, sobre la base de una sistematización para su comprensión y actuación.
La formación estética desarrolla el ejerció ético, en tanto, el ejercicio genera la formación estética, a la cual confiere sentido y sustento. Es así, que la relación dialéctica entre el ejercicio ético y la formación estética, logra una trascendencia, al sintetizarse en la sistematización formativa socializadora como proceso organizado y planificado de manera consciente, que se desarrolla en las instituciones educativas, consecuente y ordenado en función de la formación de los sujetos, a través de las relaciones sociales con los demás, entre grupos y con la sociedad, en este caso, para lograr un ciudadano comprometido, con amor a su tierra, orgulloso de sus raíces, con sentido de pertenencia, trascendente, flexible, responsable, respetuoso, decoroso y ético-estético en su comportamiento. Las relaciones en el proceso de formación ciudadana garantizan la dimensión sistematizadora formativa ética -estética, en la que las configuraciones que la tipifican condicionan la dinámica de la formación ciudadana, que se dinamiza a su vez, en la relación de la formación ciudadana y la sistematización socializadora formativa. Desde la perspectiva de la Educación Superior, el desarrollo cultural define todo proceso de transformación de la ciudadanía que ocurre a partir de la apropiación de una visión de la cultura individual e institucional, ético- estética.
En resumen en el Modelo se expresa como relaciones esenciales: La relación intencional de la cultura individual y la universitaria y la dinámica ético-estética de la ciudadanización universitaria. Por tanto, se reconoce como regularidad esencial del modelo construido: el carácter sistematizado de la formatividad ciudadana en la comunidad universitaria. Lo anterior transforma la realidad institucional universitaria y se implica como renovador en la sociedad, donde se gestan transformaciones, con miras a elevar la pertinencia e impacto de la comunidad universitaria, en los procesos sustantivos y en la sociedad, desde una visión más humana y cultural.
Es necesario una visión prospectiva, con mirada de futuro que implica desarrollar la formación ciudadana en la comunidad universitaria desde una estrategia para el posterior desarrollo y transformación de la universalidad ciudadana, tanto individual como institucional a partir de la realidad contextual, con apego a la cultura de los individuos y a la del contexto, como contenido dinamizador del ascenso a lo humano cultural universal, lo cual constituye una idea básica en la que se sustenta la propuesta. Esta tiene un carácter generalizador, a su vez admite la concreción en la especificidad de un centro en particular. Precisa tres niveles de esencialidad que permiten dar concreción a la formación ciudadana de la comunidad universitaria centrada en los valores, que han de estar como ejes esenciales sus actuaciones: primer nivel de esencialidad de la formación cultural individual como universitaria, segundo nivel estratégico para la formación ciudadana desde el ejercicio ético y la formación estética y tercer nivel de concreción de la formación ciudadana a partir de la dinámica para la ciudadanización.
En el primer nivel de esencialidad de la formación cultural individual como universitaria, en él se expresa la esencia, a través del cual discurren las configuraciones y dimensiones en su tramado de relaciones dialécticas, con una intencionalidad expresada en el Proyecto educativo institucional. En este nivel se determinan las premisas de la formación cultural individual como universitaria y los requisitos como condiciones necesarias para la elaboración y aplicación de la estrategia. El segundo nivel estratégico para la formación ciudadana desde el ejercicio ético y la formación estética, parte de la relación contradictoria entre la valoración del entorno de lo ético-estético-ciudadano, lo que significa no un diagnóstico de información, sino una valoración cultural de lo ético y lo estético-ciudadano en la universidad y su contexto, lo cual de hecho, es la cultura ciudadana universitaria y por otra parte las relaciones y regularidad que caracterizan al Modelo.
En el tercer nivel de concreción de la formación ciudadana a partir de la dinámica formativa para la ciudadanización, están presentes las políticas que se establecen en el orden de lo ético- estético ciudadano y las acciones específicas en una dialéctica entre las prácticas pedagógicas que están condicionadas por conductas y comportamientos éticos y estéticos-ciudadanos en docentes y estudiantes, que se expresan en acciones concretas y la regularidad que determina su movimiento. Por lo que para poder desarrollar la dinámica formativa de ciudadanización, es necesario trazarse los objetivos estratégicos y específicos, políticas éticas y estéticas- ciudadanas e implementación de la propia estrategia. Ello es consecuente, con la idea de que la estrategia misma transforma el proyecto educativo institucional, a partir de los valores institucionales existentes, en tanto está presente el ejercicio ético y la formación estética de cambio y desarrollo.
La evaluación de la estrategia, transita por la valoración de los resultados alcanzados en la integración de los diversos procesos a través de las políticas éticas y estéticas- ciudadanas universitarias, propicia valorar las transformaciones de la comunidad universitaria, desde el objetivo estratégico y los objetivos específicos para cada subproceso e igualmente se valora y perfecciona el proyecto educativo institucional.
El análisis científico de los resultados alcanzados en la ejemplificación de la estrategia aplicada parcialmente, en el CUM de Taguasco, tuvo un impacto social evidente, así, como positiva valoración científica y metodológica en los Talleres de socialización, acerca de las propuestas realizadas, que permitieron corroborar la factibilidad, pertinencia, viabilidad y originalidad del modelo teórico y estrategia aportada, lo que contribuye a ofrecer una alternativa de solución para las inconsistencias que presenta la comunidad universitaria en el comportamiento social. Se reconoce la contribución de los aportes de la investigación, al establecimiento, de una pedagogía que revela las relaciones esenciales de la intención cultural individual- universitaria y la dinámica ético-estética, las que dan cuenta del movimiento del carácter sistematizado de la formatividad ciudadana en el contexto social educativo, a la formación de la ciudadanización, en la comunidad universitaria.
Lo expresado anteriormente se evidencia en cambios del comportamiento en la comunidad universitaria de sus principales actores mediante la incorporación en proyectos que responden al contexto universitario y social de la comunidad. Se manifiestan actuaciones con mayores niveles de responsabilidad y compromiso social desde una ética profesional y cultural axiológica.
Conclusiones
La propuesta constituye eficaz instrumento teórico- metodológico para conducir, el proceso de formación axiológica- ciudadana de la comunidad universitaria, donde adquiere relevancia: el desarrollo cultural ciudadano, propiciado por la interrelación entre la cultura individual y la universitaria; la valoración del entorno ético–estético ciudadano, como diagnóstico valorativo cultural contextual, en relación con lo generalizador del modelo propuesto; y la concreción de acciones, desde los diferentes procesos universitarios, en su integración, lo que proporciona una transformación en los sujetos, hacia comportamientos éticos- estéticos ciudadanos. Se inserta coherentemente, en las transformaciones institucionales realizadas para dar cumplimiento a los propósitos trazados, en aras de perfeccionar lo educativo axiológico-ciudadano en la universidad cubana, por lo que resulta generalizable y con resultados en la práctica de la institución donde se desarrolla, en las condiciones actuales.
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