Anamarys Rojas Murillo
Francisca Mena Hernández
anamarys@sum.upr.edu.cu
Resumen
Este trabajo aborda las tendencias y enfoques contemporáneos del proceso de
formación postgraduada en función del desarrollo local.
Se hace un análisis histórico acerca de cómo se manifiesta el objeto de estudio
defendido a nivel internacional, en Cuba y particularmente en el municipio
mostrado desde el proceso de universalización de la enseñanza de la Educación
superior.
Además se realiza un análisis de las principales formas y modelos imperantes en
el mundo los que han servido de ejemplo para desarrollar el proceso de formación
postgraduada de manera más efectiva.
Se profundiza en el origen y evolución de lo que conocemos como desarrollo local
y las etapas por las cuales este proceso ha estado transitando, así como su
concepto y desarrollo en Cuba.
Este trabajo refiere la necesidad de la inserción del proceso de formación
postgraduada en función del desarrollo local como solución a los problemas
relacionados con este contexto y país, teniendo en cuenta la relación que debe
existir entre el desarrollo local y la superación del los profesionales así como
el papel que juegan los decisores de este proceso para la consolidación y
perfeccionamiento del mismo para lograr el progreso en función del territorio o
entorno social.
Se le concede vital importancia a esta investigación puesto que el tema referido
al desarrollo local y sus resultados son una prioridad a discutir con el
propósito de estimular el desarrollo intelectual, económico, político y cultural
de cualquier país.
Palabras claves: Formación postgraduada, desarrollo local, universidades
municipales.
Abstract
This research is about the tendencies and contemporany focuses on the formation
process of professionals in the local development.
It is made a historical analysis about the way in wihich it is manifested the
object of study internationally in Cuba and particularly in this
municipality,starting from the creation of municipal universities.
It´s main formas and imperatative models around the world, have been a pattern
to follow in order to develop effectively the formation process of
professionals.
It is also made a deeper analysis of the origin and evolution of what it is
known as local developement and the stages which this phenomenon has been
passing through, as will as, its concept and development in Cuba. It is also
mentioned the necessity of the insertion of this phenomenon in the
municipalities , as an essential solution for the problems related to this
context and this country ;taking into account the relation that must exist
between the development of the community and the proffesional skills improvement
of its inhabitants.
Moreover , this reserch deals with the role of the people of this process trying
to consolidate and the perfect it in order to reach the local progress.
It is given a great importance to this research because the theme refering to
the local development and its results in our country are a priority to be
discussed in order to stimulate the intelectual, economical, political and
cultural development of any country starting from the local development.
Keys words: formation process of professionals, local development, municipal
universities
Introducción
El proceso de formación postgraduada en función del desarrollo local se muestra
pertinente y necesario para el logro de un profesional integral y competente
comprometido con su encargo social y la transformación que en función del mismo
se genera ,la formación profesional desde el postgrado debe estar sustentada en
una eficiente estructuración y organización del proceso, para ello se hace
necesario realizar un abordaje teórico que ubique de manera adecuada al lector
para el conocimiento del fenómeno que se aborda y su tratamiento en los
diferentes contextos en los que se desarrolla.
El surgimiento y evolución del proceso de formación postgraduada se ha mantenido
en el mundo de manera estable y ascendente, en Cuba ha sufrido cambios en los
cuales se ha tomado en cuenta la consolidación del proceso hacia la
cientificidad, siempre tomando de los modelos que en el mundo han sido pioneros
en este campo.
Se aborda las tendencias que en la contemporaneidad este proceso de formación ha
mostrado y las características que asume desde el proceso de universalización y
su aplicación en los municipios como entes que regulan el desarrollo de los
territorios, es necesario por tanto poner en función del desarrollo local la
formación de los profesionales de cada uno de los territorios para que así
contribuyan de forma sostenida y dinámica a través del conocimiento del medio a
su transformación necesaria teniendo en cuenta las particularidades de cada
territorio y las necesidades de superación y desarrollo que estas contengan.
Desarrollo.
Tendencias históricas contemporáneas del proceso de formación postgraduada y el
desarrollo local.
El proceso de formación postgraduada a nivel internacional presenta distintas
características y estas en general son fruto de los modelos dominantes en el
mundo, esta afirmación presupone una interrogante ¿Cuáles son estos modelos y
qué particularidades poseen?, para dar respuesta a lo anterior se impone
estudiar el proceso desde su génesis.
Con la revolución industrial y el desarrollo tecnológico se producen presiones
sobre las universidades para que se adapten a las nuevas necesidades
educacionales y la respuesta se produce en términos de diversificar los
estudios, profundizar sus contenidos y adoptar la investigación científica como
fin esencial. Nace así, en Alemania, a comienzos del siglo XIX, la universidad
moderna o científica, caracterizada por su autonomía académica (de enseñanza y
aprendizaje), la integración de la investigación con la docencia y los estudios
doctorales centrados en la realización y defensa de una tesis concebida como el
producto de una investigación científica individual.
Esta universidad se convirtió pronto en modelo para la educación superior de
otros países, y es así como la adopción del doctorado germano da origen en
Estados Unidos a las primeras escuelas para graduados del mundo, en Rusia se
estructura una universidad con tres grados prelativos (licenciatura, candidatura
y doctorado en ciencias) y a comienzos del presente siglo Inglaterra también lo
adapta a su medio. Sólo Francia, entre las naciones más adelantadas de la
centuria pasada, y por razones de rivalidad política, se resiste a la influencia
alemana y estructura sus estudios postgraduales, bajo otra concepción: la
separación de la investigación y la docencia y el control centralizado de los
estudios universitarios.(Morles.V.1991:1).
Uno de los hallazgos más importantes logrados hasta ahora en la investigación
sobre estudios avanzados es la identificación de estos cinco modelos o sistemas
nacionales de posgrado que hemos denominado dominantes (el alemán, el
norteamericano, el francés, el inglés y el ruso) y la constatación de que las
demás experiencias son simples copias, variaciones o mezclas de tales patrones.
(Morles,V 1988:9).
El sistema alemán de formación postgraduada concibe la realización de los
cursos universitarios de una duración teórica de 8 a 9 semestres, pero en la
práctica requieren más de 6 años de estudio. Ellos conducen a un título
denominado Staatsexam, en el caso de profesiones tradicionales como medicina,
leyes y magisterio, o a un Diploma o grado de Magister para otras disciplinas.
Los grados académicos superiores que se otorgan (el Doctorado y la Habilitación)
no requieren escolaridad, lo que hace que tenga poco sentido en este país hablar
de estudios de posgrado, sino la realización y defensa pública de un trabajo de
investigación. Para el doctorado existe más que una reglamentación nacional toda
una tradición según la cual lo esencial reside en que su otorgamiento depende no
de planes de estudio escolarizado sino de las relaciones profesor alumno que se
establezcan, muy similares a la relación maestro aprendiz de los gremios
medievales.
El modelo norteamericano es hoy el más desarrollado y de mayor prestigio, pero
también el más heterogéneo en todos los sentidos, los norteamericanos copiaron
el Doctorado alemán; pero lo adaptaron a su idiosincrasia: lo hicieron menos
selectivo; crearon las escuelas de posgrado sobre sus "colleges" o como
estructuras independientes; dieron fuerza a los cursos intermedios de Maestría y
crearon doctorados no centrados en la formación académica. De allí las
particularidades del posgrado estadounidense: su masificación, su carácter no
gratuito, su diversificación disciplinaria, su fuerte vinculación con la empresa
(pública y privada), su heterogeneidad interna, los estudios altamente
escolarizados medidos por unidades de crédito académico y la acreditación
volunta¬ria como principal mecanismo de control de la calidad académica.
El británico se resistió a copiar el Doctorado alemán pero al final cedió. En
este es posible encontrar de todo: posgrados exigentes y estudios avanzados que
poco o nada producen, así como una gran variedad de certificados, diplomas y
títulos profesionales, algunos académicos y otros de consolación. El mayor
control de los altos estudios está definido, por la calidad de los proyectos de
investigación que los profesores y estudiantes de posgrado llevan a cabo para
las empresas privadas y del sector gubernamental. Conviene recordar que en este
país nació la revolución industrial, pero que sus primeros inventores y técnicos
se formaron casi siempre en la práctica industrial y no en las universidades.
Francia ha sido posiblemente la nación europea que más se ha resistido a la
copia del sistema germano. Ella comenzó el posgrado a mediados del siglo pasado,
no en la universidad, que parece ser el asiento natural de dicha actividad, sino
con la creación de las Altas Escuelas de finalidad profesional; y no para formar
investigadores o docentes sino para entrenar tecnólogos y geren¬tes destinados a
las empresas públicas y privadas.
Según Ley de 1983, la principal estructura de los grados académicos
universitarios en este país, es la siguiente: después del Bachillerato (como
diploma de educación preuniversitaria) se realizan estudios de dos años, que
podemos llamar de pregrado, y se obtiene un Diploma llamado de Estudios
Universitarios Generales o de Tecnología, después de un año adicional se obtiene
la Licenciatura y luego la Maestría (con un año adicional). Es decir, que la
Maitrise francesa puede considerarse equivalente a muchos títulos profesionales
o licenciaturas latinoamericanas.
El modelo ruso para la formación postgraduada exige, en primer lugar, ser un
especialista, cinco años de licenciatura, por lo cual la finalidad del posgrado
no es la especialización profesional sino la formación de investigadores
científicos y de docentes para la educación superior; en segundo lugar, se exige
tener experiencia profesional y formación político ideológica, dominar una
lengua extranjera y demostrar, mediante un examen, capacidad para la labor
científica; y, por último, que el aspirante, logre que un científico reconocido
acepte dirigir su trabajo y que ambos presenten, ante un instituto de educación
superior o centro de investigación autorizado, un plan de trabajo individual que
incluye cursos, exámenes, docencia y el ante-proyecto de investigación para la
tesis.
Candidatura y Doctorado son en este modelo grados prelativos y altamente
exigentes; menos del 10% de los candidatos logran su objetivo; los títulos son
otorgados por una Comisión Suprema de Certificación de Grados (la cual reexamina
y puede rechazar tesis aprobadas por los jurados); combinan la escolaridad con
el trabajo independiente (según las capacidades y necesidades del aspirante), y
para la obtención del grado correspondiente se requiere un mínimo de tres años
de trabajo académico a dedicación completa, de la tesis doctoral se exige no
solamente que sea una investigación original, exigencia para la candidatura,
sino que resuelva un problema práctico relevante y haga algún aporte teórico
sobre el objeto de estudio.
• El proceso de formación postgraduada en Latinoamérica.
Tal y como hacíamos referencia a los modelos imperantes vemos como hoy se
observan en el mundo tendencias que potencian el incremento sostenido del papel
y la importancia de la producción de conocimientos desde la formación
postgraduada, viendo a los países subdesarrollados, entre ellos los de América
Latina, en franca desventaja en relación con los sistemas de formación de
postgrado en los países dominantes.
Tal es el caso de la existencia de gran heterogeneidad terminológica y
conceptual entre los diferentes sistemas que se encargan de la formación
postgraduada en América Latina ;a pesar de ello y de manera contradictoria se
constata un crecimiento relativamente acelerado de esta actividad en la mayoría
de estos países, donde su distribución por áreas del conocimiento no se muestra
diversa, no existiendo relación entre esta distribución y las necesidades
sociales del personal calificado en esta actividad, lo que evidencia que en los
países atrasados la formación postgraduada se ha convertido en el mecanismo más
eficiente para la transferencia ideológica y tecnológica desde los países
avanzados, por cuanto un alto volumen de sus profesionales no tienen otra
alternativa para su desarrollo personal que estudiar en las naciones líderes o
en programas nacionales que son copia de experiencias extranjeras, lo que
propicia un descuido desde la formación profesional, máximo cuando no es puesta
en función del desarrollo de conceptos y teorías que sustenten a la formación
postgraduada sobre bases coherentes, teniendo en cuenta el progreso de su propio
contexto .
Por lo que podemos afirmar que este proceso visto como expresión de la cultura
humanística, científica y tecnológica no satisface plenamente las necesidades y
expectativas de los países latinoamericanos.
A pesar de su valor marcado y estratégico, el proceso de formación postgraduada
en nuestro continente sufre hoy de evidentes deficiencias y deformaciones. No
solamente es una actividad marginal, con un volumen, recursos e impacto social
muy reducidos, sino que aún no conforma sistemas nacionales coherentes; es una
actividad económicamente costosa (para el estado, las instituciones de educación
superior y los cursantes); su rendimiento es bajo (en términos de graduados y de
trabajos de grado producidos); su demanda es sumamente escasa por parte del
sector industrial y de servicios (por el carácter dependiente de nuestra
economía); su presencia está mal distribuida (desde el punto de vista
geográfico, profesional y de niveles de estudio); funciona en general con una
pedagogía anacrónica (donde predomina el escolarismo, el manual y el examen); y
la calidad de sus programas es muy desigual.
Inclusive dentro de un mismo país existe una gran heterogeneidad en cuanto a
exigencias para ingreso y graduación desde la formación postgraduada; esto
obstaculiza la integración académica, constituyendo los programas doctorales y
postdoctorales, los más ligados con la creación científica, los que todavía
están muy escasos e inexistentes en muchos de estos países.
Pero la formación postgraduada en latinoamericana no puede continuar siendo lo
que es y ha sido, esta ha de convertirse en una actividad crítica, creadora y
socialmente relevante. Debe justificar su existencia participando real y
significativamente en la solución de problemas nacionales y en el proyecto de
unir cada vez más a nuestra América. Se debe ir hacia la construcción de un
sistema latinoamericano de educación avanzada partiendo de sistemas nacionales
construidos con base en nuestra experiencia, en nuestras necesidades, en nuestra
idiosincrasia y nuestras propias reflexiones prácticas (Morles. V y León
R.2002:13)
• La formación postgraduada en Cuba.
En Cuba durante la década del ´60, con el vertiginoso crecimiento de la
universidad, producto de las transformaciones sociales iniciadas en 1959,
comenzó a desarrollarse la formación de posgrado con la presencia de proyectos y
asesores extranjeros en las universidades.
Estos provenían de diferentes países: Francia, Canadá, América Latina y los
países de Europa del Este. Varios grandes proyectos internacionales permitieron
el inicio de la formación posgraduada de los nuevos profesores universitarios.
Se destacan a finales de los 60 los proyectos de la UNESCO, el proyecto del CUSO
del gobierno canadiense, y las acciones de universidades francesas en las
Universidades de La Habana y Oriente. Se crea en el año 1965 el Centro Nacional
de Investigaciones Científicas (CNIC) donde tuvieron lugar las primeras defensas
de maestría y doctorados en el país, a finales de esta década también el
Instituto de Ciencia Animal (ICA) y la Universidad de La Habana (UH) fueron
escenario de la formación de profesionales al más alto nivel (Lamas.J,2004:14).
El sistema nacional de postgrado en Cuba está organizado atendiendo en primer
lugar a los requerimientos de la sociedad cubana, que además se corresponde con
las tendencias más avanzadas que hoy se registran en el contexto internacional.
Atendiendo a sus objetivos centrales se establecen dos vertientes que son:
a)- La Superación Profesional
b)- La Formación Académica de Postgrado.
A cada vertiente le corresponden formas específicas dirigidas a cumplimentar sus
objetivos particulares y estas se intervinculan para dar coherencia y lograr un
enfoque de sistema de la Educación de Postgrado, analizada esta desde el punto
de vista de los procesos educativos que la integran.
La Superación Profesional constituye un conjunto de procesos de formación que
posibilitan a los graduados universitarios la adquisición, ampliación y
perfeccionamiento continuo de los conocimientos y habilidades básicas y
especializadas requeridas para un mejor desempeño de sus responsabilidades y
funciones laborales, así como para su desarrollo cultural integral. El proceso
docente de postgrado se organiza es¬tratégicamente a través de una tipología de
programas y cursos, los que tienen como fin, la formación y superación del
participante. (Alvarez.C, Fuentes.H._:5)
La misma tiene como fin la actualización o perfeccionamiento de la formación
profesional para elevar la eficiencia y la eficacia de su trabajo y su formación
cultural. Sus formas principales son los cursos, el entrenamiento y el
diplomado.
Los cursos son aquellas formas de superación que le ofrecen al profesional
nuevos contenidos que no recibió en sus estudios de pregrado o que se han
incrementado en un determinado campo de la profesión y que es necesario para su
trabajo profesional o puesto de trabajo específico, o la profundización de los
ya recibidos.
El entrenamiento es la forma de superación que conduce a un enriquecimiento del
contenido, en especial sus habi¬lidades y destrezas, que había sido
anteriormente estudiado, con un mayor nivel de profundidad, sistematicidad o
asimilación.
Muy asociado a un puesto específico de trabajo el diplo¬mado tiene como
propósito fundamental la capacitación de profesionales para el desempeño de su
puesto de trabajo o funciones con una mayor profundidad que los contenidos
propios del pregrado, mediante la aplicación de tecnologías de puntera ya
establecidas, es decir, con una intención de desarrollo tecnológico en la
solución de un problema particular.
Los procesos de diplomado culminan con un trabajo de Diploma, que no requieren
de un rigor propio de la inves¬tigación científica, pero que sí muestra la
aplicación productiva de determinados modelos, contenidos en su puesto de
trabajo (desarrollo tecnológico).
Los procesos de postgrado de formación académica son fundamentalmente:
• Especialidad.
• Maestría.
• Doctorado.
La Especialidad es el tipo de curso de formación académica cuyo objetivo es
ofrecer al cursista una forma¬ción sistémica en una rama del saber que le
posibilite enfrentarse a los problemas profesionales de su actual o futura
actividad en un orden cualitativamente superior al egresado de pregrado; como
consecuencia de un aprendizaje más profundo y sistémico, que posibilite la
solución de problemas profesionales de un modo más eficiente y eficaz y en
consecuencia con un mayor grado de competitividad de su desempeño profesional.
En la especialidad lo integrador se da en lo laboral, en la medida que es en el
contenido de su trabajo y en aras de él, que se desarrolla el aprendizaje que,
por demás, se logra ejerciendo su puesto de trabajo.
En las especialidades pueden tenerse tareas de investi¬gación y de procesamiento
de información como resultado del lógico quehacer en la solución de los
problemas profesionales, pero no constituye el elemento fundamental.
La Maestría es el tipo de curso de formación académica en el cual el
participante es capaz, de aplicando la metodología de la investigación
científica, proponer un aspecto innovador en su actividad profesional, sobre la
base de un profundo dominio de su objeto de trabajo.
Lo innovador, que sí exige elementos de creatividad, no obliga a que el
investigador ofrezca un aporte técnico al cuerpo doctrinal de una ciencia o rama
del saber.
La maestría lleva a la obtención de un título académico en la que se desarrolla
una profundización y sistematización de los contenidos, que posibilita la
solución de los proble¬mas profesionales, pero a diferencia de la especialidad
hay un empleo priorizado de la metodología de la investigación científica,
siendo la investigación científica la integrado¬ra del programa de formación de
la maestría.
El Doctorado es el tipo de curso de formación académica de postgrado conducente
a la obtención de un grado científico, en el cual el participante es capaz,
aplicando la metodología de la investigación científica, de enriquecer una rama
de la ciencia mediante un aporte teórico, que a la vez, se haya introducido en
la práctica social o que demuestre la potencialidad de que así sea, sobre la
base de un profundo dominio de su objeto de trabajo.
Con el doctorado el egresado adquiere conocimientos y habilidades profundas y
amplias en un campo del saber, así como madurez científica, capacidad de
innovación, creatividad para resolver y dirigir la solución de problemas de
carácter científico de manera independiente, lo cual es el objetivo fundamental
de este tipo de curso.
El Sistema de Postgrado cubano está orientado a resolver las necesidades de los
graduados universitarios y de la sociedad, que surgen como consecuencia de los
acelerados ritmos de desarrollo de la ciencia, la tecnología y el arte, que se
aprecian en nuestros días. En un mundo globalizado y de feroz competencia, los
profesionales que no sean capaces de un desempeño con calidad, a tono con la
lógica y los avances de la profesión, de las ciencias y de la investigación
científica, no podrán responder a las demandas del desarrollo de su país.
La Educación en el cuarto nivel en Cuba tiene en las universidades cubanas una
prioridad de primer orden ya que es la consecución de la educación de pregrado,
donde los profesionales una vez graduados actualizan su conocimiento en función
de la labor que realizan en su puesto laboral, esta enseñanza cumple con algunos
requerimientos para su efectivo desarrollo: (Calleja.J.M,1999:26)
Que es una de las direcciones principales de trabajo de la educación superior
en Cuba, y el nivel más alto del sistema de educación superior, dirigido a
promover la educación permanente de los graduados universitarios.
En ella concurren uno o más procesos formativos y de desarrollo, no solo de
enseñanza aprendizaje, sino también de investigación, innovación, creación
artística y otros, articulados armónicamente en una propuesta docente-educativa
pertinente a este nivel.
Se fundamenta, de un lado, en la evidencia histórica de la centralidad de la
educación, la investigación y el aprendizaje colectivo en los procesos de
desarrollo; y de otro, en la necesidad de la educación a lo largo de la vida,
apoyada en la autogestión del aprendizaje y la socialización en la construcción
del conocimiento.
Exige del desarrollo social procesos continuos de creación, difusión,
transferencia, adaptación y aplicación de conocimientos. El saber, estrechamente
vinculado a la práctica, es una fuerza social transformadora que el posgrado
fomenta permanentemente para promover el desarrollo sostenible de la sociedad.
Favorece el acceso a las fronteras nacionales e internacionales más avanzadas
de los conocimientos.
Se anticipa a los requerimientos de la sociedad, creando las capacidades para
enfrentar nuevos desafíos sociales, productivos y culturales.
Promueve la multi, inter y transdisciplinariedad, así como la colaboración
interinstitucional de carácter regional, nacional e internacional.
Enfatiza el trabajo colectivo y la integración en redes, a la par que atiende
de modo personalizado las necesidades de formación de los estudiantes de este
nivel; promueve la superación continua de los graduados universitarios, el
desarrollo de la investigación, la tecnología, la cultura y el arte.
Lo anteriormente expuesto presupone una interrogante: ¿Qué retos enfrenta el
proceso de formación postgraduada en nuestro país?.
Los principales desafíos de la formación postgraduada en Cuba(Lamas.J.2005:1),
están dirigidos hacia:
Universalización de la Universidad( Educación a lo largo de toda la vida).
Satisfacción de las necesidades de superación: Desarrollo de la superación
profesional y de los programas académicos. Especialidades de posgrado
Gestión de la calidad en las nuevas condiciones: pertinencia y excelencia
académica
Uso de la Educación a distancia y las Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones (TIC).
Formación doctoral
Por tanto se visualiza como la formación de postgraduada en los momentos
actuales tiende al incremento sostenido tanto en la superación profesional como
en el posgrado académico, aumenta las posibilidades de capacitación de los
profesionales a partir del incremento de las instituciones y programas de
posgrado en el contexto nacional y las perspectivas de una oferta diversificada
en modalidades, que llegue a las sedes universitarias municipales, atendiendo al
perfeccionamiento y determinación de las necesidades de capacitación,
estableciendo una mayor cooperación universidad – empresa, fomentando el aumento
de la investigación y la innovación , con el crecimiento sostenido de la
formación de doctores en las diferentes ramas de las ciencias, desarrollando
redes territoriales de cooperación en el posgrado y aumentando la calidad del
mismo con el desarrollo sostenido de la cultura.
• La formación postgraduada vista desde la Universalización de la Educación
Superior
La Universalización de la Educación Superior presupone en materia de formación
postgraduada aspectos como la extensión de la universidad hasta el municipio o
el batey donde prime el desarrollo de una cultura general integral para toda la
población y en correspondencia con el “aprendizaje durante toda la vida” esto
implicará que la formación de posgraduada se desarrolle con un alto grado de
masificación, no centrada en la etapa laboral activa, sino tratando de abarcar
toda la vida, sosteniendo el principio de la educación continua.
Para la formación postgraduada el concepto de “aprendizaje durante toda la vida”
implica la jerarquización de los objetivos de aprender a aprender y aprender a
emprender por encima del objetivo de trasmitir un gran volumen de información.
Si se concibe un hombre que está aprendiendo durante toda la vida, el principal
elemento para esta formación será el autoaprendizaje, el cual debe desarrollarse
desde el inicio de la formación del individuo y potenciarse durante los estudios
superiores.
Las principales características de la formación posgraduada en esta nueva etapa
de la universidad cubana se manifiestan en :
1. Un mayor alcance y flexibilidad en el sistema de posgrado y sus formas
organizativas.
La necesidad de llegar con la educación de posgrado hasta los niveles de
municipios y bateyes, y el necesario incremento de los participantes, hace que
sea necesario diseñar un sistema de posgrado más flexible, donde tengan cabida
todas las posibilidades de formación posgraduada manteniendo estándares de
calidad adecuados a cada una de las modalidades y formas organizativas.
2. El desarrollo de modelos pedagógicos para la educación a distancia en el
posgrado: modalidades semi-presenciales y a distancia.
La masividad que debe alcanzarse y la extensión territorial que debe abarcarse
con los recursos que se disponen imponen una amplia utilización de la educación
a distancia con nuevos paradigmas.
- Jugarán un papel fundamental las orientaciones para el autoaprendizaje de los
estudiantes de posgrado, así como los libros y materiales que se dispone en los
centros de información, ya sea en soporte de papel o electrónicos, y un
amplísimo uso de la información más actualizada disponible en la red.
- Se producirán diferentes niveles de atención profesoral y tutelar en las
acciones de posgrado. Será posible multiplicar una acción en diferentes niveles
si se dispone de la organización y los materiales adecuados con profesores,
tutores o instructores en cada eslabón: nacional, regional, municipal, barrio o
batey.
- El mayor esfuerzo se realizará en la preparación previa de los materiales y la
cogestión del aprendizaje. Las actividades presenciales necesariamente serán
mínimas en su forma clásica, aunque en cada nivel de preparación y ejecución
existirán profesores y tutores que interactuarán entre si y con los alumnos.
- La orientación del autoaprendizaje es una de las cuestiones medulares, cómo
orientar en condiciones de a distancia, es ahí donde se decide el éxito del
aprendizaje y su evaluación.
- Se abre un importante espacio para la utilización masiva del aprendizaje
grupal como forma de profundizar y hacer más eficiente los procesos de
aprendizaje, dirigidos por un profesor o tutor que mas que enseñar, organizará y
propiciará el aprendizaje.
- La utilización de profesionales de los territorios con un alto dominio de la
actividad profesional, algunos de ellos jubilados, con formación académica
inclusive, para las tareas de posgrado en las sedes universitarias.
- La evaluación deberá evolucionar de acuerdo con estas nuevas maneras de
organizar una acción de posgrado, donde el elemento fundamental es el
aprendizaje del alumno o del grupo de alumnos en un lugar determinado, con
énfasis en la aplicación del aprendizaje a la resolución de problemas de la
práctica social.
- La evaluación deberá ser más pertinente, porque los problemas a los cuales se
enfrentará el estudiante de postgrado vinculados con la investigación, la
profesionalización, la innovación y la creación son los problemas del municipio
o del batey.
3. Masiva introducción de las tecnologías de la información y las
comunicaciones.
El uso de las redes de computación para el desarrollo del posgrado será una
característica de la nueva etapa la que permitirá desarrollar cualquier acción
de posgrado y la conexión interactiva de un colectivo de profesores y
estudiantes independientemente de la distribución geográfica, lo que contribuirá
notablemente a lograr un incremento del acceso al posgrado con adecuados niveles
de calidad.
4. Gestión de la calidad con nuevos estándares adecuados a estos modelos.
El cambio se manifiesta en que resulta necesario el establecimiento de
estándares de calidad pertinentes a cada una de las formas organizativas
utilizadas y las modalidades empleadas, las cuales varían de una a otra. No son
iguales los estándares para la modalidad presencial en un programa de pocos
alumnos, que los que deben utilizarse para un programa a distancia, impartido en
varios municipios con profesores en distintos niveles para la atención del
curso: nación, provincia y municipio.
Es necesario establecer los modelos de calidad que garanticen la misma en las
nuevas condiciones: poca presencialidad, masividad, alta flexibilidad de los
currículos, preparación y atención en varios niveles. Estos son los modelos
menos desarrollados dentro de los sistemas de evaluación y acreditación de la
calidad.
5. Universalización de la educación de postgrado.
La universidad nueva deberá llegar a todos los profesionales con los estudios de
postgrado, no importa donde ellos se encuentren.
Se deberá satisfacer no sólo las necesidades de formación asociadas al
desarrollo económico, social y administrativo de los territorios, sino que la
universidad deberá proponer programas que amplíen el horizonte espiritual de la
población y la enriquezcan desde diferentes ángulos del conocimiento.
Por tanto se manifiesta el carácter pertinente de la formación postgraduada
cubana en condiciones de universalización dirigido hacia el desarrollo acelerado
de su economía, su sociedad y su cultura.
• El desarrollo local. Surgimiento y evolución.
La construcción de un concepto de desarrollo ha sido un elemento central para
erigir un método de descripción, explicación, verificación de hipótesis e
intervención sobre la realidad.
Así, la discusión sobre el desarrollo es la piedra de toque del pensamiento
social, y su punto de apoyo para extenderse a la práctica con propuestas
concretas de estrategias de cambio. Toda propuesta transformativa exige un
modelo de desarrollo. Parte de él, explícita o implícitamente, tiene que fijar
una posición sobre un antes y un después, una ubicación inicial y una final, o
un conjunto de posiciones progresivas que marcan una ruta de avance en la
solución del problema, o el conjunto de problemas sobre el que se trabaja.
La trayectoria de dicho concepto, desde sus antecedentes y orígenes hasta
nuestros días puede dividirse en cinco grandes momentos (Espina.M,2008:47)
Primera etapa: De generación (siglo XIV hasta la primera mitad del XIX)
Este momento se caracteriza por el tránsito desde una concepción cíclica del
cambio social hacia otra progresivista, universalista y ascensional, con
carácter de inevitabilidad histórica y de ley sociológica.
Segunda etapa: Universalización (segunda mitad del siglo XIX a 1945)
En ella queda bien definido un concepto de desarrollo, que se identifica con
modernización. Se produce su operacionalización, es decir, su equivalencia en
factores y tendencias empíricamente observables, medibles y manipulables.
Tercera etapa: «Encantamiento del desarrollo» (desde 1945 hasta inicios de los
años setenta)
En este período de posguerra se produce un convencimiento universal de que los
desfases en el desarrollo constituían la mayor amenaza a la paz y una fuente de
conflictos violentos y armados. La Organización de Naciones Unidas nace teniendo
entre sus fines promover desarrollo y de alguna manera tratar de igualar a las
naciones, como fórmula de fomento de la paz y de evitación de la violencia
mundial.
Cuarta etapa: Crisis del discurso desarrollista (de la segunda mitad de los
setenta hasta la década de los ochenta y principios de los noventa).
Esta crisis tiene fuentes en la praxis y en la teoría social. Por una parte, los
modelos de desarrollo endógeno o de industrialización sustitutiva puestos en
práctica acumularon un conjunto de efectos viciosos que contradicen su eficacia
y pertinencia: el crecimiento de la deuda externa, la dependencia tecnológica,
la generación de amplias franjas de pobreza y el aumento sostenido de la
desigualdad.
A ello se añade la crítica ambientalista. La conciencia del límite, de la
amenaza que la ruta seguida por el crecimiento económico y los avances
tecnológicos representa para el destino de la humanidad, por la capacidad de
destrucción de la naturaleza y de la cultura que ella entraña, se convierte en
un elemento de radicalización de la crítica a la propia noción de desarrollo,
incluso a la creencia en su posibilidad.
Quinta etapa: Reemergencia crítica del concepto de desarrollo (desde los noventa
a la actualidad)
En esta etapa se intenta recuperar una idea de desarrollo, aunque se identifique
con modelos homogenizadores, que valorizan las prácticas y experiencias de los
países centrales y descalifican, minimizan y estigmatizan como inferiores y
atrasadas la de las naciones y culturas periféricas, y que legitimizan el
consumo ininterrumpidamente ampliado como su centro, ocultando el carácter
autodestructivo de este. En la etapa actual también se recuperan perspectivas de
desarrollo que se desmarcan de ese paradigma y parten de otra noción del ser
humano y de la sociedad.
Se trata de que cualquier intento de repensar lo social, de repensarnos en
nuestra diversidad, en el derecho a la igualdad de la diversidad, tendría que
romper los límites epistémicos impuestos por los saberes coloniales, por una
manera de producir conocimiento que naturaliza, impone y generaliza experiencias
ajenas como las únicas posibles y necesarias y como escalón superior de la
evolución social. No basta con enajenarnos de una concepción de desarrollo y
refugiarnos en las posibilidades de lo particular, porque esto también nos
mantendría atados a los límites coloniales del conocimiento.
• El desarrollo local. Sus principales manifestaciones en Cuba.
En la transición socialista cubana se aprecia una clara vocación por la
inclusión del enfoque territorial en el diseño de las políticas económicas y
sociales, sobre la base del principio de la nivelación socioeconómica de las
distintas regiones del país, con el propósito de superar las profundas
diferencias heredadas del capitalismo dependiente, que había tenido como
consecuencia una heterogenización interterritorial excluyente, donde la zona
oriental del país y las franjas rurales y semiurbanas habían llevado la peor
parte, y proveer posibilidades de acceso al bienestar material y espiritual a
todas las regiones por igual. La creación del Instituto de Planificación Física
y las Direcciones Provinciales de Planificación Física son una expresión
concreta de esta vocación.
La crisis y la reforma de los noventa hicieron emerger con gran fuerza la
relevancia del escenario territorial-local como espacio de heterogenización
social, de expresión de desventajas y desigualdades y de toma de decisiones
estratégicas.
La reforma económica cubana, aunque desmarcada de los supuestos neoliberales
privatizadores y desestabilizadores, conservando el hegemonismo de la propiedad
estatal y los servicios públicos, ha introducido cuotas de descentralización a
favor de los decisores empresariales y de los gobiernos locales, y ha ampliado
los márgenes de actuación distributiva del mercado y de agentes económicos no
estatales, todo lo cual ha significado una diversificación socioestructural
territorial y el reforzamiento de los contrastes locales, que escapan a la
posibilidad de manejos focalizados por parte de una entidad estatal central y
demandan herramientas del desarrollo local.
En la segunda mitad de los noventa se realizaron un conjunto de estudios que
permiten inferir direcciones generales de la heterogenización territorial que se
han producido en el país.
Todo ello pone en primer plano el hecho de que las oportunidades de inserción en
la reforma económica y los impactos sociales de la misma tienen un marcado
carácter de selectividad y diferenciación territorial y ha tenido como efecto la
expansión de proyectos e iniciativas locales de naturaleza diversa.
Para los que han estudiado la presencia de la territorialidad en la reforma
cubana, ella se presenta como un caso que sustenta la posibilidad de un
desarrollo local de matices no liberales (Hernández, 2004), a partir de un
diseño propio centrado en la equidad como derecho de ciudadanía y como eje
articulador de la política social, del que se derivan interesantes sugerencias.
Este diseño ha enfatizado la descentralización administrativa (redistribuyendo
funciones desde el Estado hacia estructuras de gobierno de base, con la creación
de los Consejos Populares); la participación comunitaria (alentando proyectos
locales de transformación); la diversificación de los agentes económicos (como
el sector informal y la economía mixta y cooperativa, pero manteniendo el amplio
hegemonismo de la propiedad estatal); y el reforzamiento de los programas
sociales con base en los servicios públicos comunitarios.
Tal enfoque del desarrollo local garantiza que este no transcurra como línea
menor, ajena a una concepción del desarrollo del país, sino integrada a esta, y
que el estado conserve su capacidad redistributiva y de control sobre la
economía, que le permita atenuar desventajas, atender situaciones extremas y
estimular opciones innovadoras.
Sin embargo, el ambiente favorable para el desarrollo local creado por la
reforma cubana se ve seriamente limitado por un conjunto de obstáculos: el
verticalismo y el sectorialismo en las relaciones institucionales; la
insuficiente preparación de los actores locales para la identificación y el
ejercicio de acciones autónomas autotransformativas, que constitucionalmente les
corresponden; persistencia de directrices centralizadas para ejecutar los gastos
en el presupuesto, lo que impide a los gobiernos un apoyo financiero decisivo a
los proyectos locales e invertir en actividades regeneradoras de capital;
limitaciones de las instituciones municipales de gobierno para ejercer el
control real sobre las empresas e instituciones enclavadas en su territorio,
subordinadas al gobierno central; limitaciones en la cultura participativa
ciudadana y en el manejo y negociación de conflictos; extendidos métodos
autoritarios en la conducción de acciones comunitarias; el limitado espacio
concedido a proyectos de economía local y a agentes económicos no estatales
(Espina.M:2008:62)
• Proceso de formación postgraduada en función del desarrollo local en el
municipio. (Universalización de la Educación Superior).Reflexión necesaria.
La sociedad como centro de las políticas de posgrado, trata de conectar al mismo
a los esfuerzos por el desarrollo social, la formación postgraduada muy
estrechamente vinculada al desarrollo local o regional centra al individuo y lo
sitúa como ente activo de la sociedad en la producción de conocimientos, en
función de su espacio de convivencia social, política, económica e intelectual.
El desarrollo local, en las circunstancias contemporáneas, está fuertemente
dependiente al conocimiento y preparación continua que se reciba, atendiendo a
la prioridad de evolución territorial, esta interconectada a los decisores que
en el municipio o región dirijan sus esfuerzos hacia el progreso que profesa la
necesidad de ver desde lo local el avance y los puntos vulnerables en los que
podemos contribuir desde la formación del postgrado y las ventajas que este le
ofrece al individuo una vez ponderado de capacidades que le permitan incidir
directamente en el desarrollo de su entorno. De ahí que podamos hablar de la
necesidad de avanzar hacia el “desarrollo local basado en la formación
postgraduada del individuo”. Para decirlo brevemente, a nuestro juicio la
formación desde el posgrado debe, esencialmente tributar al desarrollo local
sostenido basado en la producción de conocimientos; para ello, los órganos
locales del Poder Popular deben comportarse como una “sociedad de aprendizaje”
en función de las verdaderas necesidades de su entorno.
Visto de este modo podemos referir entonces que el desarrollo local está
íntimamente vinculado al proceso de Apropiación Social del Conocimiento, proceso
en el cual la educación de posgrado, influye notablemente por su función de
actualización continua de dicho conocimiento.
Coincidiendo con Jorge Núñez Jover cuando plantea que la Apropiación Social del
Conocimiento es el proceso mediante el cual la gente, el pueblo participa de
actividades de producción, transferencia, adaptación, aplicación de
conocimientos y accede a los beneficios que este le ofrece.
La Apropiación Social del Conocimiento puede y debe tener impactos económicos y
productivos. Donde el conocimiento es fuente de autoestima y puede contribuir al
desarrollo de la personalidad de los seres humanos.
La Apropiación Social del Conocimiento aporta beneficios no sólo
tecnoproductivos y económicos sino que atienden al desarrollo social visto
integralmente, lo que hace importante y le da sentido a la formación de
postgrado.
La región, comunidad, municipio o batey que se encamine por los derroteros del
desarrollo local basado en la formación de conocimientos desde la postgraduación
debe actuar como una sociedad donde prime el aprendizaje desarrollador, dirigido
hacia la profundización, consolidación y solución de problemas propios de su
desarrollo, sin menospreciar aquellos que son complementarios y ayudan también a
la formación efectiva del individuo.
Estos y otros aspectos deben ser tomados en cuenta para la renovación de las
políticas de postgrado, fuertemente articuladas al desarrollo local.
Para que la formación postgraduada sea pertinente e impacte en el desarrollo
local se deben establecer estrategias territoriales que vean en la formación de
los profesionales la salida adecuada para la incidencia directa en el desarrollo
del territorio en el que se desempeña el individuo, para ello existen en los
municipios las filiales universitarias que como perfeccionamiento de la
Educación Superior Cubana aparecen con la “idea-fuerza” de “Nueva Universidad
Cubana”. Esta nueva etapa dota a los territorios de instituciones universitarias
antes inexistentes. Surge así la “universidad del territorio” que aglutina una
parte significativa de las personas más calificadas en cada región, los que
poseen conocimientos y conocen o pueden investigar los problemas de los
territorios donde actúan, aquí la nueva universidad que se erige toca de cerca
las principales dificultades que afectan el desarrollo de los territorios y de
esta forma incidir de manera más directa en la solución de los mismos.
Por tanto vemos que hoy la “Nueva Universidad”, ofrece oportunidades inéditas de
poner los conocimientos al servicio de la solución de los problemas
territoriales, creando un nuevo actor colectivo del conocimiento, promotor del
aprendizaje, potencialmente volcado a la innovación, capaz de favorecer la
creación de competencias para la asimilación/creación de tecnologías y saberes
de significación social, siempre en vínculo con los restantes actores del
territorio (políticos, administrativos, educativos).(Jover,J.2006).
Es en el municipio donde comienza el espacio local, el espacio de lo cotidiano,
de las relaciones interpersonales, de la diversidad, donde se produce y
reproduce la vida y donde se alcanzan o no los niveles de satisfacción de
individuos y grupos. Su evolución, en un sentido o en otro, impacta de manera
determinante a la población que, en primera instancia, es habitante de ese
espacio.
Ellos poseen un grupo de potencialidades que favorecen el desarrollo local
(Campuzano.A,2008:68) entre los que podemos citar:
1. La suficiencia de la institucionalidad presente en cada municipio y los
niveles de representatividad: el diseño de los Órganos Locales del Poder
Popular, sus funciones y atribuciones; los Consejos Populares como estructuras
de gestión por debajo de la instancia municipal y en tanto parte de ella; las
Comisiones Permanente de Trabajo como órganos auxiliares; la subordinación a la
Asamblea Municipal del Consejo de la Administración y la representación en esa
escala de los organismos centrales; la figura del delegado de base, nominado y
elegido en su barrio, representando a esa población en la Asamblea y rindiéndole
cuentas públicamente de su gestión cada seis meses.
2. Poseen cultura de participación, existiendo diferentes espacios para ello
(asambleas de rendiciones de cuenta, despachos, reuniones de organizaciones de
masa, entre otros)
3. Presencia de infraestructura básica de servicios, que se ha ido consolidando
a través de programas nacionales.
4. Recursos humanos instruidos.
5. Acceso a universidades, centros de investigación y otras organizaciones,
portadores de conocimientos y tecnologías apropiadas.
6. Existencia de reservas productivas que pueden movilizarse y manejarse en la
escala municipal como fuentes viables de recursos.
Estas potencialidades que poseen los municipios no son aprovechadas
favorablemente en función de su desarrollo, ni de la formación adecuada de sus
profesionales, a pesar de existir todo un aparato bien estructurado, organizado
y con un eficiente funcionamiento, no se potencia la iniciativa local en
beneficio de los recursos humanos con que se cuenta, existiendo barreras que
obstaculizan una adecuada gestión dirigida hacia el desarrollo local. Entre
ellas se encuentra la ausencia de estrategias de desarrollo y, por lo tanto,
falta de visión estructurada de futuro, funcionamiento parcelado, estilos y
métodos de trabajo que no facilitan la integración, diagnósticos en paralelo,
falta de información territorializada, pocas actividades de subordinación
municipal y por si fuera poco los decisores del funcionamiento efectivo del
desarrollo en los municipios no se preparan de manera coherente hacia estas
dificultades, descuidando el espacio que le ofrece el entorno y las
posibilidades de producción de conocimientos y formación en función del mismo.
Atendiendo lo anteriormente expuesto vemos que en la realidad cubana todo parece
apuntar a la escala local como determinante en el desarrollo del país, por su
significado y posibilidades, lo que conduce a la promoción del despliegue de las
potencialidades existentes. Los municipios pueden, y deben, convertirse en
figuras activas e interdependientes dentro del Sistema de Planificación de la
Economía Nacional, teniendo como resultado desde la formación del postgrado el
fortalecimiento de las relaciones entre todos los niveles.
Esto requiere, en primer lugar, estilos y métodos que integren las decisiones
institucionales parceladas y verticales en función de las necesidades reales de
los diferentes territorios, incorporando cada vez con mayor fuerza a todos los
sujetos implicados en un proceso horizontal de desarrollo.
En el contexto actual, se ha evidenciado la necesidad de que esos métodos y
estilos sean adecuados y se construyan a través del diseño colectivo de
proyectos comunes donde se aprovechen todas las posibilidades internas
expresadas en las estrategias municipales de desarrollo, que serviría como
elemento para la transformación de la condición de «consumidores de desarrollo»
por la de «productores de desarrollo» ,teniendo en cuenta la conciencia del rol
prioritario de la capacitación y de los niveles adecuados de información ,la
disponibilidad efectiva de recursos materiales y financieros, propios o
gestionados y la necesidad de medición sistemática de resultados.
Conclusiones.
Por tanto lo importante acá es reconocer la pertinencia del papel de los
gobiernos municipales y el reconocimiento de la necesidad de establecer
estrategias que desde la formación postgraduada permitan organizar e integrar
sus criterios, identificando el camino de un proceso de desarrollo, gestado
desde y para el propio municipio.
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Ciencias.Centro de Estudios en Ciencias de la Educación Superior. Universidad de
Pinar del Río.Cuba.
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