Modesta de la Caridad Linares Ruíz
INTRODUCCIÓN
El mundo de hoy deviene heredero de un siglo en el que se alcanzaron logros en
el orden social, científico y cultural; que apenas se podrían soñar en sus
inicios, pero fueron acompañados de crisis sociales, guerras, conflictos,
violencia. A pesar de todo, el ser humano ha crecido y con él la cultura. Y
paradójicamente, esto ha servido para profundizar las grandes contradicciones
capital-trabajo, riqueza-pobreza en lo económico, dominación-liberación en lo
político, desarrollo-subdesarrollo en lo social, cultura de la
dominación-cultura de la liberación en lo ideo-cultural.
En el contexto mundial se aprecian indicadores que marcan atraso en casi todos
los parámetros relacionados con la realidad de la educación y la tecnología,
desde el número de años de estudios promedio de sus habitantes, hasta el uso de
computadoras y la cantidad de patentes que registran sus investigadores.
La escuela cubana y latinoamericana tiene que afrontar los retos y desafíos que
la época actual impone a sus funciones educativas y socializadora, ante las
difíciles condiciones de un mundo que se ha tornado unipolar, con el despliegue
de la ideología del neoliberalismo y con los efectos que se generan a partir de
la contradicción norte-sur, provocando múltiples impactos en las realidades de
nuestros pueblos, no solo en el ámbito socioeconómico o político, sino sobre
todo en la vida espiritual y esfera de los valores humanos universales, valores
por los que el hombre históricamente ha luchado, no solo para perpetuar la
existencia del género humano, sino para que este sea cada vez más humano,
virtuoso y elevado, como expresión de la prosperidad y felicidad de sus propios
pueblos.
Los graves problemas que afectan hoy, no solo la existencia humana sino la
propia conservación de la vida, exigen una actitud responsable por parte de la
humanidad, de ahí, la importancia que adquiere el desarrollo de la educación,
como vía esencial de transmisión y cauce para la educación en valores.
Las raíces pedagógicas de la educación cubana sientan sus bases en los grandes
pensadores de los siglos XIX y XX, cuyos principios se sintetizan en la obra de
Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Martí, que al decir del pedagogo
cubano Justo Chávez Rodríguez, con sus vidas consagradas a la educación,
supieron legar sus ideas y teorías que forman parte de los antecedentes de la
pedagogía de hoy.
La complejidad y contradicción de la formación político-ideológica y de valores
en los jóvenes de la sociedad cubana del siglo XXI requiere de un desarrollo de
la personalidad pedagógica de los docentes, en la profundización del dominio de
los fundamentos de una nueva didáctica que esté más acorde con las exigencias de
la época presente, caracterizada por el fenómeno de la globalización y asistida
por los grandes avances tecnológicos.
El objetivo de dicho fenómeno es la educación del hombre en su integridad
cognitiva, afectiva y volitiva, es decir, evitar inadecuados modos de actuación
y el deterioro de los valores morales.
Esta proyección debe hacerse a diario desde la escuela, dirigiendo el proceso de
formación y desarrollo de la personalidad de nuestros niños, adolescentes y
jóvenes con una adecuada intencionalidad moral y política que responda a las
exigencias del hombre que precisa nuestra nación, quedando implícita y explícita
en los objetivos del programa, unidad y clase.
La Enseñanza Técnica y Profesional tiene la encomienda social de la formación de
técnicos capaces de desempeñarse exitosamente en un mundo laboral caracterizado
por el cambio, es ese un mundo que tiene la necesidad de renovaciones
periódicas, en el que hay que demostrar flexibilidad para actualizar o reciclar
las habilidades y los conocimientos específicos adquiridos.
En la formación de contadores se requiere de un gran esfuerzo por parte de los
diversos factores ya que el vertiginoso desarrollo de la ciencia y la técnica
impone la necesidad de formar una fuerza de trabajo que esté dotada de
conocimientos y práctica, esto requiere del desarrollo de habilidades y
capacidades propias de la profesión, las cuales se logran solamente en la propia
práctica laboral bajo la concepción de aprender aprendiendo.
Se ha constatado que los estudiantes de tercer año de la especialidad de
Contabilidad del Instituto Politécnico de los Servicios “Mario Domínguez
Regalado” no desarrollan con disciplina, conciencia, eficiencia, calidad y rigor
las tareas asignadas, presentan ausencias e impuntualidades a clases y a las
actividades programadas, uso incorrecto del uniforme escolar, maltrato a la
propiedad social, poca participación en las actividades extraescolares, etc. y
adolecen de un deterioro del valor responsabilidad, lo que se manifiesta en
conductas inadecuadas.
La propuesta se refiere desde el punto de vista metodológico y práctico a la
aplicación de un sistema de acciones educativas que contribuyen a prevenir
conductas inadecuadas en estudiantes de tercer año de Contabilidad del Instituto
Politécnico de los Servicios “Mario Domínguez Regalado” insertados en entidades
laborales en tres esferas vinculadas entre sí en el escenario de la realidad
escolar y el proceso educativo, por medio de las cuales se realiza la
integración del estudio-trabajo y se contribuye a la formación de valores.
A diferencia de otras investigaciones, se ofrece una propuesta de solución
caracterizada por la vinculación de la escuela, la familia y las empresas de la
comunidad.
DESARROLLO
En los jóvenes florece el desarrollo de la personalidad, aunque esta continúa su
proceso de cambio y transformaciones durante toda la vida. Se hace necesario, a
la hora de analizar las características psicológicas de la juventud, partir del
análisis de la influencia que ejerce la actividad de formación profesional en el
desarrollo de la personalidad en esta etapa. A través de la actividad de
formación profesional se produce un desarrollo intensivo de la concepción del
mundo, se irradia su influencia sobre todos los demás aspectos de la estructura
de la personalidad. Esto se debe a la necesidad que tiene el joven de conocer el
mundo que le rodea y comprenderse a sí mismo para poder determinar su lugar en
la vida, en la medida que el joven adquiere más conocimientos sobre el mundo y
sobre sí mismo, a través de la actividad docente profesional, logra un mayor
desarrollo de la personalidad.
En el aspecto cognitivo los procesos que lo componen adquieren un matiz
emocional motivado por la necesidad de adquirir conocimientos que sirvan de base
a su formación profesional. La percepción y la memoria se dirigen hacia aquellos
aspectos relacionados con su preparación para el futuro. El pensamiento se
perfecciona y se convierte en un pensamiento crítico-valorativo.
En lo afectivo los sentimientos se hacen más estables, profundos y variados.
Con relación al desarrollo de sus ideales, predomina en los jóvenes el ideal
generalizado los que resultan más efectivos en la regulación del comportamiento.
Este tipo de ideal constituye un modelo consciente elaborado por el sujeto que
abarca diversas áreas de su vida como la laboral, la familiar, la política, etc.
En esta etapa, las actitudes y los rasgos del carácter culminan su proceso de
formación y se estabilizan.
La personalidad del joven cubano se refiere a la formación de la individualidad
de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a tenor con los valores más
auténticos de la cubanía, la conciencia y la cultura nacional, donde la
historia, las tradiciones patrióticas y el amor a la patria, ocupan un lugar
especialmente significativo.
La personalidad del joven cubano significa que tenga una claridad meridiana
acerca del lugar y papel de trabajo en la vida del individuo, de su familia y de
la sociedad, en lo que el rescate y formación de su cultura laboral en la
integración del estudio-trabajo, en los centros educacionales desde tempranas
edades, juega un papel importante en la formación de la personalidad, proceso
que implica la formación de una actitud positiva hacia el trabajo y de los
valores morales fundamentales que indican una nueva actitud, tales como: el
trabajo como un deber moral de todo hombre honrado y hones¬to y la
responsabilidad moral, individual o colectiva ante las tareas que le corresponde
realizar
En esta personalidad deben integrarse lo racional y lo emocional, lo cognitivo y
afectivo, como expresión de la unidad de la inteli¬gencia y los más nobles
sentimientos humanos, en un proceso de formación y asimilación de una concepción
del mundo, sobre la base de una amplia cultura, con un carácter científico, que
le den los instrumentos necesarios para desenvolverse en las dife¬rentes esferas
de la vida y de la motividad, con independencia y creatividad.
El desarrollo de la personalidad, que empieza en la edad pequeña, evoluciona por
la adolescencia. Esta es una etapa esencial en la vida de la persona, ya que en
ella se definen las formas superiores del pensamiento. Todo este proceso se
culmina en que a los fines de sus estudios el individuo pueda ejercer
actividades laborales así como empezar a ocupar su lugar en la sociedad.
En el nivel de las relaciones que el joven tiene que enfrentar, además de las
relaciones familiares y las relaciones personales, se encuentra la relación
entre los estudiantes, la escuela y las entidades de la comunidad, que muchas
veces no se hace de manera tranquila, encontrándose el estudiante en una etapa
con muchos conflictos respecto de las expectativas ante el futuro, sus
limitaciones de conocimiento y de potencial.
En las condiciones actuales de nuestro país la escuela constituye uno de los
agentes que la política educacional utiliza para transmitir las mejores
tradiciones y valores a las generaciones que se forman, pero necesita del sector
productivo para lograr la formación del profesional.
En Cuba la aplicación del principio de la combinación del estudio con el
trabajo, está marcada por una rica tradición pedagógica.
En el siglo XIX, destacados pedagogos cubanos como José Agustín Caballero
(1762-1835) y Félix Varela (1788-1853) abogaron por la necesidad de aplicar los
contenidos de la enseñanza a la práctica social.
Más adelante, están los aportes de José de la Luz y Caballero (1800-1862) y
Enrique J. Varona (1849-1933), quienes se manifestaron a favor del carácter
científico y experimental de la educación.
La combinación del estudio con el trabajo alcanza su mayor expresión en José
Martí (1853-1895), quien planteó que la educación debía ser práctica (vinculada
al trabajo), expresaba además, que este resulta de vital importancia en la
formación del hombre, así como su vinculación con el estudio, y constituye la
confirmación de que el hombre es capaz de transformar y dominar la naturaleza,
consideraba al trabajo como el medio indispensable para el desarrollo de las
capacidades individuales y para lograr el conocimiento del mundo circundante.
Este principio es uno de los aportes del Héroe Nacional José Martí a la
pedagogía en Cuba, el cual constituye su base fundamental.
Otro elemento importante del Ideario Martiano es el énfasis en la necesidad de
educar a los pueblos según su cultura, sus recursos y sus hombres, es decir, que
la educación debía ser contextualizada, lo cual se retoma como una premisa hoy
para diseñar la formación laboral en la escuela en correspondencia con el
entorno social y productivo donde se encuentra enclavada.
Los directivos y docentes deben prestar particular atención a esta problemática,
ya que las estrategias de formación laboral para cada nivel deben corresponderse
con las necesidades de oficios y profesiones de la comunidad donde se encuentre
enmarcada la escuela.
La consolidación de la práctica en las empresas supone un éxito del actual
planteamiento de la formación profesional. Hay demanda suficiente y cada vez más
las solicitudes se ajustan al perfil definido para cada ciclo.
La incorporación a la empresa, una vez finalizada la práctica, se percibe como
una consecuencia lógica, de lo educativo y formativo.
Con la participación de centros de trabajo, la empresa tiene una inmejorable
ocasión de preparar a los jóvenes y darles la formación que necesitan para poder
ejercer una profesión y se convierten en una organización que evoluciona,
aprende, enseña y trasmite al mismo tiempo conocimientos y valores
profesionales.
La inserción laboral de los estudiantes es de mayor calidad, una vez que estos
tengan un cúmulo de conocimientos previos de los cuales se van a nutrir en el
desempeño del futuro puesto de trabajo.
Las transformaciones educativas que se realizan en la escuela cubana actualmente
relacionadas con la vinculación del estudio-trabajo reclaman de los profesores
una actuación profesional científicamente fundamentada en el orden sociológico y
axiológico, en la relación de la teoría con la práctica.
La escuela cubana como institución educacional, en vínculo estrecho con la
familia y los factores de la comunidad, realiza la política educacional y el
trabajo político en la medida en que cumple con calidad y eficiencia el proceso
pedagógico de formación integral de los jóvenes y logra la socialización que
exigen las condiciones del socialismo cubano, para ello es imprescindible
atender los conocimientos científico-culturales, al desempeño de habilidades y a
los valores de la ideología de la Revolución.
En este sentido, la educación como proceso pedagógico y el trabajo político
están íntimamente unidos ya que losprofesores, para cumplir con las elevadas
exigencias de la formación de la personalidad del joven cubano, necesitan tener
una claridad política de su misión y de los retos que esto implica para su
preparación profesional en el contexto actual.
Toda acción educativa contribuye a la formación de valores, sin embargo los
valores en el plano interno de los sujetos no se construyen o se aprenden de
igual forma que los conceptos o conocimientos científicos.
El trabajo metodológico a nivel de los colectivos debe propiciar que las
diferentes disciplinas que intervienen en la formación del estudiante,
determinen y precisen los contenidos, vías y métodos o procedimientos, con los
que se cumplen los objetivos formativos propuestos para el año, en
correspondencia con los resultados del diagnóstico elaborado.
La tarea de formar a las nuevas generaciones requiere de la interacción de las
instituciones y agentes socializadores en la labor de preparar ciudadanos
integrales, en este sentido reviste una gran importancia la relación integral
escuela- familia-comunidad sin desconocer su independencia relativa, en tanto
tiene funciones específicas como institución socializadora en su labor
educativa.
Una de las conclusiones más importantes de la sociología marxista estriba en la
solución al problema de la relación entre el ser social y la conciencia social,
donde se pone de manifiesto el proceso de interacción entre el profesor y los
estudiantes, la familia y las empresas de la comunidad en la formación de
valores morales.
Los escenarios del proceso de socialización han de propiciar la formación
socio-cultural de los jóvenes en correspondencia con su vida práctica y su
realidad más inmediata, conjugando las necesidades e intereses individuales y de
la sociedad, en función de la formación ciudadana.
Resulta necesario destacar el rol que juegan los procesos de comunicación no
solo desde el aspecto docente, sino también desde el punto de vista educativo
sin lo cual resultaría imposible establecer y desarrollar acciones, no solo en
el trabajo preventivo sino también en la corrección de conductas inadecuadas que
se revierten en el modo de actuación de los estudiantes.
El trabajo preventivo es la principal razón del trabajo educativo y hacia él
deben estar dirigidos los métodos y estilos de trabajo y dirección del proceso,
donde la escuela es el principal eslabón en la interacción con la familia y las
empresas de la comunidad.
En la esfera científica este proceso se desarrolla en aras de solucionar las
dificultades que existen en los momentos actuales vinculadas al deterioro de los
valores morales que se manifiestan cotidianamente, se considera además que en la
actualidad el estudio y proyección de la pirámide social para el universo de los
estudiantes reviste gran importancia para el logro no solo del trabajo
preventivo, sino también para desarrollar el cumplimiento a la gran misión
social de nuestros educadores.
La escuela como medio para alcanzar la más alta síntesis de los valores
educativos a través del conocimiento organizado está sistemáticamente dirigida
como proceso intelectual y afectivo hacia las formas del individuo y orientado
en función de la vida cotidiana, tiene el encargo social de centralizar y
dirigir las influencias educativas intencionales que caracterizan sus funciones
de carácter profesional y especializado dentro de la formación de la
personalidad de niños, adolescentes y jóvenes, que puede incluso extenderse
directa o indirectamente a los adultos y la comunidad.
Es muy importante comprender que el trabajo preventivo desde la escuela tiene
que contemplar la atención integral con igualdad de oportunidades y
posibilidades a toda la diversidad de estudiantes, lo que implica conocer bien,
tanto sus características individuales como la de su familia y valorar siempre
las que inciden en la calidad del desarrollo para de esta manera proponernos las
estrategias a seguir convenientemente.
La importancia de la escuela dentro del proceso de educación del individuo
reside en que su influencia se produce en la época de la vida caracterizada por
la máxima receptividad del sujeto.
La prevención implica investigación, conocimiento de la realidad, reflexión,
planificación, trabajo en equipo, evaluación, visión de conjunto para conocer
adecuadamente a cada estudiante.
Es este uno de los objetivos más importantes de la educación cubana, y su
integralidad implica la necesaria interrelación entre los diferentes agentes de
socialización, y especialmente, de las diferentes enseñanzas.
Volviendo a tempos más antiguos, se puede observar que los valores son un tema
que ocupan los trabajos de muchos pensadores en especial los filósofos. Desde
mucho, Sócrates ya incitaba a nuestra reflexión con cuestiones tales como
“conócete a ti mismo”.
Sin embargo, hay que considerar que los valores no pueden ser dimensionados sin
que se ubique adecuadamente las características de la sociedad donde se esté
insertado.
Los valores son una parte importante de la vida espiritual e ideológica de la
sociedad y del mundo interno de los individuos, los mismos son una producción de
la conciencia (social e individual) y existen en unidad y diferencia con los
antivalores.
El estudio de los valores desde la óptica sociológica se realiza a partir del
análisis de las condiciones sociales en que surgen y se desarrollan los valores
y del papel que juegan las distintas instituciones y organizaciones sociales,
como la familia, la escuela, las organizaciones políticas y culturales, los
grupos informales, colectivos laborales, los medios de difusión masiva y otros,
en la formación de valores, teniendo en cuenta el papel socializador de las
mismas.
Para el análisis de los valores desde el punto de vista psíquico, los define
como producto de la conciencia, constituyen parte importante de la vida
espiritual e ideológica de la sociedad y del mundo interno de los individuos,
clasificándolos en: políticos, jurídicos, morales, estéticos, religiosos,
filosóficos y científicos.
De los valores citados, los morales requieren especial atención, debido a su
carácter de regulación interno de la conducta y del pensamiento del individuo.
El carácter de orientadores y reguladores internos de los valores morales, hace
que estos ocupen un lugar especial como integradores del sistema de valores a
nivel social y en la escala de valores subjetiva de cada individuo, formando
parte del contenido movilizativo de los restantes valores al estar presentes en
la premisa, el fundamento y la finalidad de todo acto de conducta humana en
cualquier esfera de la vida.
El valor moral expresa la significación social positiva, buena, en
contraposición al mal, de un fenómeno (hecho, acto de conducta), en forma de
principio, norma o representación del bien, lo justo, el deber, con un carácter
valorativo y normativo a nivel de la conciencia, que regula y orienta la actitud
de los individuos hacia la reafirmación del progreso moral, el crecimiento del
humanismo y el perfeccionamiento humano.
Los valores morales que constituyen guías generales de conducta que se derivan
de la experiencia y le dan sentido a la vida, propicia su calidad, de tal manera
que están en relación con la realización de la persona y fomentan el bien de la
comunidad y la sociedad.
La pedagogía, consciente del importante papel que le corresponde desempeñar al
respecto, conjuga aportes de las diferentes ciencias y enfila sus esfuerzos
básicamente en buscar vías educativas para potenciar valores en la sociedad y
cumplir así con los fines que se propone la educación.
Estas acciones educativas tienen implicación e intervienen en un grupo de
factores que ejercen influencia en el cambio de las conductas. Por ejemplo, no
solo se limita a propiciar en los estudiantes adecuadas actuaciones en el
entorno escolar, sino que va más allá de los límites de la escuela, transitando
hasta el entorno micro-social en que se desarrolla el educando, para que este
ejerza influencias positivas sobre él, manifestándose esto a partir del
fortalecimiento del valor responsabilidad deteriorado.
Las acciones educativas proyectadas, deben generarse a partir de la propia
integración del estudio-trabajo, cuya célula orgánica es la clase, que encuentra
su extensión y complemento en el conjunto de actividades educativas extraclases
con un carácter participativo, sobre la base de mover y estimular las
motivaciones, intereses y sentimientos de los adolescentes.
Las actividades laborales deben tener un espacio importante, como fundamento del
proceso de formación de valores, en la actividad, en la generación de
actividades y conductas que se concretan las relaciones con los profesores, con
los familiares y los tutores en las entidades laborales.
El diseño del sistema de acciones educativas se realizó teniendo en cuenta tres
esferas vinculadas entre sí en el escenario de la realidad escolar y el proceso
educativo, por medio de las cuales se realiza la integración del estudio-trabajo
y se contribuye a la formación de valores, estas son: las acciones de las
asignaturas en la esfera del trabajo docente, las acciones en las relaciones
interpersonales y la comunicación, así como las acciones en las actividades
laborales.
Cualquier esfuerzo para educar en valores teniendo en cuenta la relación
politécnico-empresa deberá tener en cuenta los fundamentos filosóficos,
sociológicos, psicológicos y pedagógicos del problema sin desconocer las
características y particularidades de una organización empresarial como sistema
social complejo.
En la investigación el problema de la elaboración de un método para la
modificación de la conducta de los estudiantes, que presentan un deterioro del
valor responsabilidad, que se manifestaba en conductas inadecuadas tuvo en
cuenta: la correlación entre los principios de la organización del sistema de
estudio- trabajo, las acciones más generales de la manifestación del
estudio-trabajo en el quehacer cotidiano del Instituto Politécnico de los
Servicios “Mario Domínguez Regalado”, los requerimientos metodológicos generales
para la formación de los valores morales, las acciones específicas para la
formación del valor moral propuesto: la responsabilidad.
¿Por qué un sistema y no otro resultado científico?
El sistema de acciones propuesto, además de reunir las características generales
de los sistemas reales (totalidad, centralización, jerarquización, integridad),
reúne las siguientes características particulares.
Intencionalidad: porque se dirigirse a un propósito explícitamente definido.
Grado de terminación: porque se define cuáles son los criterios que determinan
los componentes opcionales y obligatorios respecto al objetivo.
Capacidad referencial: porque da cuenta de la dependencia que tiene respecto al
sistema social en el que se inserta.
Grado de amplitud: porque se establecen explícitamente los límites que lo
definen como sistema.
Aproximación analítica al objeto: porque el sistema de acciones propuesto es
capaz de reproducir analíticamente el objeto cuyas características se pretenden
modificar.
Flexibilidad: porque posee capacidad para incluir los cambios que se operan en
la realidad.
ACCIONES ESPECÍFICAS PARA FORMAR VALORES MORALES.
Para la determinación de las acciones más específicas en la formación del valor
moral propuesto, se siguió la metodología de redactar la definición operacional
del mismo, para revelar tres momentos importantes a tener en cuenta en el
proceso formativo:
1. ¿Cuál es el contenido que expresa el valor moral?
2. ¿Cuáles son los rasgos cualitativos que caracterizan la manifestación del
valor, expresado en cualidades, actitudes y conductas?
3. ¿Por medio de qué acciones educativas concretas se contribuye a formarlo?
DEFINICIÓN OPERACIONAL DEL VALOR RESPONSABILIDAD.
Contenido que expresa el valor responsabilidad.
En su vínculo con el deber, constituye la respuesta ante la obligación
contraída; está en la actitud que se asume ante los resultados de la labor
realizada, y por la cual tiene que responder ante los demás.
Es el cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia, el
colectivo y la sociedad.
Asunción de las obligaciones sociales por el individuo como un compromiso
consecuente en su actuación.
Rasgos determinados del valor responsabilidad o indicadores.
1. Respeto a sí mismo, a su capacidad de acción.
2. Ubicación de su personalidad como sujeto social.
3. Capacidad de autoanalizarse para autoperfeccionarse.
4. Sentirse comprometido con sus tareas.
5. Asumir las consecuencias de sus actos.
Estos rasgos deben contribuir en los estudiantes a:
1. Fomentar su seguridad en lo que hace y se propone favoreciendo la autoestima.
2. Responder a tres preguntas: ¿quién soy?, ¿dónde estoy?, ¿a dónde voy?
3. Fomentar el espíritu de autovaloración y autocrítica.
4. Cumplir todo lo propuesto.
5. Responder por sus actos.
6. Responsabilizar a los estudiantes con los aspectos organizativos.
7. Tomar las decisiones que les conciernen, propiciando el análisis de los
resultados.
Modos de actuación asociados al valor responsabilidad.
1. Desarrollo con disciplina, conciencia, eficiencia, calidad y rigor de las
tareas asignadas.
2. Asumir la crítica y la autocrítica como poderoso instrumento de
autorregulación moral.
3. Propiciar un clima de compromiso, consagración y nivel de respuesta a las
tareas asignadas.
4. Conocer y respetar la legalidad socialista y las normas de administración
establecidas.
5. Promover un modo de participación democrática con la familia, la comunidad,
su colectivo estudiantil, laboral y el país.
6. Respetar, defender y fomentar la propiedad social sobre los medios de
producción.
7. Cuidar el medio ambiente.
SISTEMA DE ACCIONES EDUCATIVAS PARA PREVENIR CONDUCTAS INADECUADAS EN
ESTUDIANTES DE CONTABILIDAD INSERTADOS EN ENTIDADES LABORALES.
Acciones de las asignaturas en la esfera del trabajo docente.
• Estimular el interés y el compromiso con la necesidad del estudio para su
preparación personal e integración social, sentido del deber y la
responsabilidad.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Forma de control: permanente, a través de las clases.
• Emplear métodos activos de participación individual y grupal, sentido del
respeto, la receptividad, la tolerancia, confrontaciones para reafirmar ideas,
adquirirlas o enriquecerlas.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las clases.
• Desarrollar la independencia, lograr cosas y seguridad por sí mismo, asumir
sus actos y sentido de la responsabilidad.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las clases.
• Desarrollar la creatividad, despliegue de la inteligencia y el talento unido a
la voluntad en el logro de determinadas metas, objetivos o propósitos.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las clases.
• Desarrollar la capacidad valorativa y autovalorativa, de reflexión crítica,
seleccionar alternativas de solución con el valor responsabilidad.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las clases.
• Elaborar objetivos específicos sobre el vínculo de lo académico y lo laboral.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las clases.
• Desarrollar las habilidades rectoras de la especialidad.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las clases.
Acciones de la comunicación y las relaciones interpersonales.
• Desarrollar la ética profesional la moralidad en las relaciones y la
comunicación.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las clases y las prácticas.
• Establecer una correspondencia entre lo que se piensa con lo que se dice y se
hace.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009
Control: a través de las clases y las prácticas.
• Tener ejemplaridad de la conducta.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las clases y las prácticas.
• Tener conciencia de los deberes pedagógicos en las actuales condiciones de la
realidad y la educación cubana.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las clases y las prácticas.
• Establecer comunicación con la familia y la comunidad.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009
Control: permanente.
Acciones en la actividad laboral.
1. Estimular el interés y el compromiso con la actividad laboral para su
integración social, sentido del deber y la responsabilidad.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009
Control: permanente a través de las prácticas.
2. Conocer por parte de los adolescentes el contenido, los fines e importancia
del trabajo en las entidades laborales.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009
Control: a través de las prácticas.
3. Organizar el trabajo sobre la base de la guía de entrenamiento elaborada por
los profesores y tutores de las empresas.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009
Control: a través de las prácticas.
4. Distribuir las tareas individuales en correspondencia con la guía de
entrenamiento.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009
Control: a través de las prácticas.
5. Establecer las reglas y normas del trabajo a realizar, teniendo en cuenta el
diario de trabajo.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: a través de las prácticas.
6. Aumentar el sentido de la responsabilidad como medida de sus deberes
individuales.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente a través de las prácticas.
7. Exigir responsabilidad individual en cuanto a la calidad del trabajo.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las prácticas.
8. Utilizar métodos que favorezcan la educación moral: persuasión, incitación a
manifestar abiertamente sus ideas y sus sentimientos, etc.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las prácticas
9. Utilizar el potencial de la familia y los tutores de las empresas de la
comunidad para la educación moral y política ideológica encaminada a estimular
el respeto a las figuras representativas de ambos medios.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las prácticas
10. Aprovechar las actividades fuera del marco escolar para contribuir al
aprendizaje de habilidades sociales.
Orientación: noviembre 2009.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las prácticas
11. Estimular y reconocer individualmente según los resultados valorados.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las prácticas.
12. Evaluar individualmente los resultados del trabajo y las actitudes
constatadas.
Orientación: septiembre 2008.
Aplicación: noviembre 2009.
Control: permanente, a través de las prácticas.
CONCLUSIONES
El sistema de acciones educativas es adecuado, tiene factibilidad,
aplicabilidad en la práctica escolar, tiene pertinencia, buena concepción
didáctica y es novedoso.
Se aplicó la propuesta para comprobar su efectividad, comparando los
resultados del inicio y el final, determinado que los cambios ocurridos son
significativos.
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