Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 2, Nº 14 (abril 2010)

LA EVALUACIÓN EN LA ESCUELA INFANTIL Y EN OTROS ÁMBITOS DE ATENCIÓN A LA INFANCIA: FINES, FUNCIONES Y TIPOS; PROCEDIMIENTOS E INSTRUMENTOS. IMPORTANCIA DE LA EVALUACIÓN INICIAL. LA OBSERVACIÓN. INFORMACIÓN A LAS FAMILIAS Y/U OTROS AGENTES. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN


 

Yolanda Lirón Ruiz (CV)
yolandaliron@hotmail.com

 

Palabras clave: educación infantil, evaluación, legislación en educación infantil, metodología de investigación-acción

1. INTRODUCCIÓN

Son muchos los interrogantes que nos surgen al hablar de la evaluación del alumno de la educación infantil y todos ellos están derivados del concepto que socialmente tiene la palabra evaluación, que suele referirse a la medida de los resultados de aprendizaje. Entendida así, esta evaluación no tiene sentido al intentar medir el conocimiento en niños y niñas de 0 a 2 años o de 2 a 4 años, por ejemplo. En el desarrollo de este artículo vamos a tratar la acción educativa del educador en la Escuela Infantil no como la transmisión de un saber ya organizado, sino más bien como la posibilidad de ofrecer situaciones que permitan al niño o a la niña construir su personalidad y sus estructuras mentales, es decir “su saber hacer y su saber ser”.

Es función del educador infantil aportar, en un momento requerido, una ayuda individualizada tanto para franquear un obstáculo como para propiciar la continuación del aprendizaje y para obtener esta información es esencial que el educador realice una adecuada evaluación. La evaluación deberá aportar información para analizar las experiencias de los niños, los procesos de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar en la escuela, la atención a las necesidades e intereses infantiles, proporcionándonos un feedback sobre la acción desarrollada en la escuela por todos y cada uno de los alumnos.

2. LA EVALUACIÓN EN LA EDUCACIÓN INFANTIL Y EN OTROS ÁMBITOS DE ATENCIÓN A LA INFANCIA

La Orden ECI/734/2008, de 5 de marzo, de evaluación en educación infantil, establece en su artículo 2.1 que esta será: “global, continua y formativa”. Las entrevistas con las familias, la observación directa y sistemática y el análisis de las producciones de los niños y niñas constituirán las principales fuentes de información.

Será global, en tanto que esté referida al conjunto de capacidades expresadas en los objetivos generales. Estos objetivos, adecuados al contexto sociocultural del centro y a las características del propio alumnado, serán el referente permanente de la evaluación.

Será continua, al ser un proceso permanente de recogida de información y de toma de decisiones por parte del profesor, tanto del proceso de enseñanza como del proceso de aprendizaje.

Será formativa, regula, orienta y auto-corrige el proceso educativo, al proporcionar una información constante que permitirá mejorar tanto los procesos como los resultados de la intervención educativa.

2.1. FINES DE LA EVALUACIÓN

Los fines básicos de toda evaluación en la etapa infantil son:

 Analizar el grado de consecución de los objetivos propuestos y llevar a cabo un reajuste continuo para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

 Seguir la evolución del proceso de desarrollo y tomar decisiones para adecuar el diseño y la intervención educativa a las necesidades y logros de los alumnos.

Para Paniagua y Palacios (2007), resulta fundamental subrayar la importancia de evitar que la evaluación se convierta en un fin en sí misma y enfatizan la necesidad de que la información recogida se traduzca, cuando sea necesario, en posteriores modificaciones de la respuesta educativa. Desde esta perspectiva, y en concreto, los fines de la evaluación son: conocer en qué grado se han conseguido los objetivos; orientar a educadores y padres sobre la situación real de los diversos aspectos de los elementos personales, materiales y organizativos del proceso educativo; diagnosticar las posibles deficiencias del proceso; mejorar la intervención de cada elemento y alcanzar un mayor aprovechamiento educativo por parte del niño o niña.

Sin esta reflexión y análisis (que tienen que realizar todos los miembros que intervengan en la acción educativa), la evaluación no conseguiría su finalidad fundamental: mejorar la acción educativa a fin de obtener un mayor y más perfecto desarrollo del niño y la niña de 0 a 6 años.

2.2 FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN

Las funciones de la evaluación se pueden resumir en:

 Adaptada al alumno. Permite evaluar aquellos aprendizajes básicos y comunes para todos los alumnos. Es criterial en cuanto que tiene en cuenta las características individuales de cada persona.

 Formativa. La información que se obtiene facilita la reconducción del proceso de enseñanza-aprendizaje. Es cualitativa porque está inserta en la vida del aula cargada de valores y significados.

 Orientadora. Sus resultados proporcionan un modelo para elaborar criterios de evaluación.

 Procesual/ continua. Permite regular de una forma sistemática el proceso educativo.

 Contextualizada/ global. Referida a su entorno y a un proceso concreto de enseñanza-aprendizaje.

 Sumativa. Posibilita conocer el grado de consecución para cada alumno de los objetivos propuestos en el proceso educativo.

En resumen, tal y como aparece en las Orientaciones Didácticas del MEC (1992), la evaluación tiene un carácter formativo, regulador, orientador y autocorrector del proceso educativo, puesto que proporciona información constante respecto a si se adapta a las necesidades o posibilidades del sujeto, posibilitando la modificación de aquellos aspectos que resulten disfuncionales. El objetivo fundamental de esta evaluación es orientar y mejorar, en cuanto a diseño y desarrollo, tanto los procesos como los resultados de la intervención educativa.

2.3. TIPOS DE EVALUACIÓN

Los tipos básicos de evaluación son la evaluación del proceso de aprendizaje, la evaluación del proceso de enseñanza, la evaluación del contexto escolar y la evaluación del Proyecto Educativo. A continuación vamos a desarrollarlas para explicar sus características principales.

La evaluación del proceso de aprendizaje.

El proceso de aprendizaje consta de varias partes evaluables, como son:

- La evaluación de ideas previas: el inicio de cualquier proceso de aprendizaje exige el conocimiento de experiencias o ideas previas de los alumnos/as con el fin de producir aprendizajes significativos y funcionales.

- Grado de asimilación de los contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales).

- Factores que dificultan o favorecen sus aprendizajes.

- Aspectos motivacionales: intereses, preferencias, gustos…

La evaluación del proceso de enseñanza.

La normativa establece que la evaluación tendrá también por finalidad verificar la adecuación del proceso de enseñanza a las características y necesidades del alumnado y, en función de ello, realizar las mejoras pertinentes en resultados obtenidos de la evaluación del proceso de enseñanza, lo que incidirá en la adaptación del Proyecto Educativo y de la Programación Didáctica. La evaluación del proceso de enseñanza conllevará, como mínimo, el análisis de los siguientes elementos:

- Organización del aula y del ambiente (relaciones entre maestros, maestros y alumnos y entre los alumnos).

- Coordinación del equipo directivo, claustro, comisión de coordinación pedagógica.

- Regularidad y calidad de la relación con los padres.

- Planteamientos metodológicos.

- Materiales empleados, aprovechamiento de los recursos del centro, distribución del tiempo.

- Atención a la diversidad.

La evaluación del contexto del centro.

En la autoevaluación del centro se analizarán:

- Gestión del centro: recursos materiales y humanos.

- Documentos generales: como la PGA o el PEC.

- Servicios sanitarios y comedor.

- Personal de apoyo.

El Artículo 145 de la LOE está dedicado a la Evaluación de los centros, e indica que las Administraciones educativas podrán, en el marco de sus competencias, elaborar y realizar planes de evaluación de los centros educativos, que tendrán en cuenta las situaciones socioeconómicas y culturales de las familias y alumnos que acogen, el entorno del propio centro y los recursos de que dispone.

Asimismo, las Administraciones educativas apoyarán y facilitarán la autoevaluación de los centros educativos.

La evaluación del Proyecto Educativo.

La evaluación del Proyecto Educativo de Centro se realizará desde la perspectiva de su adecuación a la práctica educativa y de los resultados de la evaluación del aprendizaje de los alumnos. Entre los aspectos concretos del Proyecto Educativo que habrán de someterse a evaluación figurarán:

- La adecuación de los objetivos generales de la etapa y en su caso, del ciclo, a las características del centro y del alumnado, así como a la forma en que se reflejan las finalidades educativas del centro.

- La secuencialización y organización equilibrada de los contenidos y objetivos de etapa, concretados en los dos ciclos que la forman.

- Las decisiones metodológicas acordadas.

- Los criterios y estrategias de evaluación programados para verificar el proceso educativo.

- Las medidas de individualización de la enseñanza.

El director o directora del centro adoptará las medidas que resulten de la evaluación y trasladará, en su caso, al Claustro de profesores, o al Consejo Escolar del Centro aquellos que deberán ser asumidos por esos órganos colegiados en el ejercicio de sus competencias. Corresponde a la Inspección Técnica de Educación asesorar y supervisar el desarrollo del proceso de evaluación, y proponer la adopción de las medidas que contribuyan a perfeccionarlo.

La LOE dedica su Título VI a la evaluación del sistema educativo, atribuyéndole las siguientes finalidades: contribuye a la mejora de calidad y equidad en la educación; orienta las políticas educativas; aumenta la transparencia y la eficacia del sistema educativo; ofrece información sobre el grado de cumplimiento de los objetivos de mejora establecidos por las Administraciones educativas; proporciona información sobre el grado de consecución de los objetivos educativos españoles y europeos, así como del cumplimiento de los compromisos educativos contraídos en relación con la demanda de la sociedad española y las metas fijadas en el contexto de la Unión Europea.

La evaluación se extenderá a todos los ámbitos educativos regulados en esta Ley y se aplicará sobre los procesos de aprendizaje y resultados de los alumnos, la actividad del profesorado, los procesos educativos, la función directiva, el funcionamiento de los centros docentes, la inspección y las propias Administraciones educativas (artículo 141). La evaluación del sistema educativo será realizada por el Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo, que pasa a denominarse Instituto de Evaluación, y os organismos correspondientes a las Administraciones educativas que éstas determinen, que evaluarán el sistema educativo en el ámbito de sus competencias (artículo 142). Por lo que se refiere a la Educación Infantil, el Instituto Nacional de Evaluación de la Calidad del Sistema Educativo (INECSE) perteneciente al MEC, publicó en 2005 un “modelo de evaluación para la Educación Infantil”, que incluye materiales y procedimientos concretos que se han de utilizar para llevar a cabo dicha evaluación. Esta ley también prevé la evaluación de la función directiva (artículo 146).

Dada la complejidad del proceso evaluativo, se establecen diferentes momentos para su consecución, a continuación vamos a analizar las peculiaridades de cada uno de estos momentos.

3. MOMENTOS DE LA EVALUACIÓN

El proceso de evaluación en la educación infantil está estructurado en tres fases o momentos: evaluación inicial, procesual y final. Este proceso está regulado por orden ministerial para facilitar un registro de resultados e informar a las familias sobre el proceso evaluador.

3.1. EVALUACIÓN INICIAL

La evaluación inicial tiene por objeto proporcionar información sobre la situación de la que parte el niño al llegar a la educación infantil. La evaluación inicial es la clave del éxito de todo proceso de enseñanza- aprendizaje, ya que la orientación del proceso dependerá exclusivamente del resultado de un buen diagnóstico inicial, este diagnóstico servirá para conocer el nivel de desarrollo en que se encuentran las capacidades de cada alumno, así como el contexto, punto de partida y las causas por las que se parte de esta situación. Procuraremos obtener los datos más importantes sobre el desarrollo evolutivo del alumnado mediante: informes de los padres, informes médicos, psicopedagógicos, la observación directa de los primeros días, en la propuesta pedagógica el equipo docente diseñará el tipo de información y los instrumentos necesarios para la evaluación final y cuando el alumno proceda de otro centro, se solicitará al centro de procedencia la información correspondiente.

Según Bassedas (2006), la evaluación inicial proporciona información sobre los conocimientos y capacidades de los niños en relación con nuevos contenidos de aprendizaje. Esta información, por tanto, ofrece una visión sobre los conocimientos previos de los niños en relación con los contenidos y actividades que se quieren llevar a acabo, indicando que son varias las funciones de esta evaluación: obtener información sobre lo que saben o no saben los niños y niñas de la clase; ofrecer la base sobre la que planificar, programar o presentar mejor la actividad o la unidad que se trabaja, y contribuir a que los alumnos y alumnas puedan dar sentido a lo que hacen en la escuela y participen diariamente en las actividades del aula, de manera que se logren aprendizajes significativos.

3.2. EVALUACIÓN PROCESUAL/ FORMATIVA

Cada profesor concretará mediante objetivos didácticos el grado de las capacidades esperado en cada unidad de la programación. Los objetivos didácticos guiarán la intervención educativa y constituirán el referente inmediato de la evaluación continua. El profesor recogerá y anotará los datos relativos al proceso de evaluación continua y elaborará, al finalizar cada curso escolar, un informe de evaluación con los aspectos más relevantes del proceso de aprendizaje de cada niño y niña.

Paniagua y Palacios (2007) abogan por convertir en un hábito la observación y el registro de forma continuada. Evitando abusar de la realización de actividades específicas de evaluación que corren el riesgo de convertirse en verdaderos exámenes. Además junto con el hecho de que se está observando continuamente a los niños y niñas de una u otra forma, también abogan por la incorporación de la observación sistemática, es decir, la dedicación de un tiempo específico a la observación, siendo siempre conscientes de la dificultad que supone disponer de un tiempo exclusivo para observar. Los autores subrayan que las actividades habituales del aula deben permitir, en general, evaluar todos los aspectos a observar, evitando las actividades específicas de evaluación, que corren el riesgo de convertirse en auténticos exámenes.

3.3. EVALUACIÓN FINAL/ SUMATIVA

Al término de la etapa se procederá a la evaluación final del alumnado, a partir de los datos obtenidos en el proceso de evaluación continua, con la referencia de los objetivos establecidos en el Proyecto Educativo de Centro y de los criterios de evaluación elaborados. La evaluación final permite establecer el grado de consecución de unos objetivos previamente fijados sobre los que se ha trabajado a lo largo de un periodo de tiempo determinado.

En el informe final de evaluación se recogerán las observaciones más relevantes sobre el grado de adquisición de las diversas capacidades que reflejan los objetivos generales. Debe reflejar las medidas de refuerzo y adaptación que, en su caso, hayan sido utilizadas.

Una evaluación que cumpla estos tres momentos se denomina EVALUACIÓN CONTINUA.

La observación es la técnica más utilizada en la evaluación, por ello a continuación abordaremos sus características y otras técnicas y procedimientos que podemos utilizar en la práctica educativa con niños y niñas de 0 a 6 años.

4. PROCEDIMIENTOS, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN. LA OBSERVACIÓN

La observación es un proceso que debe estar orientada por una intención que ha sido previamente explicitada, dirigida a alcanzar un objetivo que concreta dicha intención, centrada sobre un objetivo observable elegido en función del objeto tratado y registrada con un instrumento determinado.

Las condiciones para una buena observación son:

 Definir el objeto de la evaluación.

 Determinar el momento y lugar más adecuado.

 Elegir el método e instrumento más idóneo.

 Conocer bien las técnicas que va a utilizar.

 Anotar las conductas observadas inmediatamente que se produzcan.

 Emplear un lenguaje claro, conciso y preciso.

 Eliminar toda subjetividad.

 No hacer interpretaciones al recoger la información.

 Realizar la observación de modo natural.

Los requisitos para una adecuada observación son:

 Correcta formulación de la conducta y su circunstancia a evaluar.

 Recogida y optimización de datos.

 Análisis de datos.

 Interpretación de los resultados.

Las fases del proceso de observación sistemática son:

1. Planificar la observación: determinar para qué, qué, cuándo, cómo, dónde, quién, determinar el objetivo, decidir los instrumentos de evaluación, preparar las hojas de registro.

2. Desarrollar el plan de observación: recoger los datos, anotando las circunstancias en las que se realiza la observación.

3. Interpretar la información obtenida: analizar los datos y los posibles sesgos, tanto del observador como de la observación.

4. Poner en práctica el plan de mejora.

La observación puede clasificarse en función de diversos criterios:

 Observación pasiva frente a observación activa.

 Grado de participación del observador: observador participante, no participante, autoobservación.

 Niveles de respuesta: conducta no verbal, verbal o lingüística.

 Transversales o longitudinales.

 Individuales o de grupo.

 Situaciones naturales o diseñadas.

La observación tiene muchas finalidades que nos pueden responder a la pregunta ¿por qué observar?, a continuación vamos a desarrollar esta pregunta para obtener una visión más específica de la justificación de la observación.

4.1.2. FINALIDADES DE LA OBSERVACIÓN: PARA QUÉ OBSERVAR

Lobo (2000) señala que la observación, además de cumplir el objetivo de adecuar las actuaciones educativas a las necesidades de los niños y niñas, cumple con otros muchos objetivos, tales como:

Individualización: la observación favorece el acercamiento a cada uno de los niños y su realidad concreta, para a partir de ahí, poder respetar los ritmos individuales y las características personales.

Integridad: permite obtener una visión global del niño, poniendo en relación diversos aspectos del desarrollo y las circunstancias particulares que lo rodean.

Seguimiento: ofrece la oportunidad de ajustarse más a la situación del niño/a.

Prevención: la observación sistematizada y regular permite detectar la existencia de dificultades o problemas que de otro modo podrían haber pasado inadvertidas.

Respeto: el hecho de acercarnos individualmente, hace que estrechemos vínculos.

Protagonismo: del niño en su proceso educativo, confrontar la teoría con los datos obtenidos de la observación del niño.

Las observaciones deben registrarse en los llamados instrumentos de evaluación. Los más habituales en educación infantil son:

Diario: se registran los acontecimientos más importantes durante la jornada. Son anotaciones descriptivas realizadas después de la jornada escolar.

Registro anecdótico: se registran secuencias de comportamiento en el mismo momento en que están ocurriendo.

Lista de control: son indicadores de observación, ante los cuales, se señala su presencia o ausencia en función de la actividad realizada.

Escalas de estimación: se diferencian de las listas de control en gradúan el nivel de consecución de la capacidad observada.

Una vez realizados los pasos adecuados para la evaluación, nos queda aún transmitir la información recogida a las familias. En el próximo apartado desarrollaremos este aspecto y resaltaremos la importancia de su colaboración para maximizar la intervención educativa en el niño y con la niña.

5. INFORMACIÓN A LAS FAMILIAS Y A OTROS AGENTES DE INTERVENCIÓN

La Orden ECI/734/2008, de 5 de marzo, de evaluación en la educación infantil, dedica su artículo 5.2.1 a la información a las familias: “corresponde al tutor informar regularmente a las familias sobre problemas y dificultades detectados en el proceso educativo de sus hijos. Estos informes servirán para la reflexión conjunta y la necesaria colaboración de las familias con el centro.

De este modo, la evaluación cumple su papel de retroalimentación. Para ello, es necesario el interés y el mantener una actitud abierta ante las opiniones de otros adultos.

Periódicamente, al menos, cada trimestre, se entregan a las familias informes sobre el progreso de los niños. Estos informes están elaborados formalmente con listas de control o estimación y van acompañados de un informe descriptivo. El tipo de informe se acuerda por el equipo educativo y se refleja en el Proyecto Curricular. Este documento tiene que ser comprensible para los padres. Incluye las medidas de refuerzo y adaptación que, en caso necesario, se hayan tomado. Todo el proceso de intercambio de información debe estar presidido por una actitud abierta, reflexiva y crítica.

El carácter formativo de la evaluación requiere dar a las personas implicadas una información detallada de todo lo ocurrido a lo largo del proceso, lo que explica la necesidad de elaborar los informes de evaluación.

Los equipos de apoyo en la escuela, elaboran sus propios informes y son un material muy útil que puede ayudarnos a complementar nuestra observación. Habría que insistir en la tarea de selección que debe hacer cada profesional de los instrumentos y técnicas de recogida de datos.

En el informe final anual el profesor hará constar los datos más relevantes del proceso de aprendizaje de cada niño recogido mediante la evaluación continua. Los correspondientes informes anuales servirán de base para elaborar el informe final de evaluación, que se emitirá al término de la etapa.

Debido a la importancia que tienen éstos informes para adaptar el proceso de intervención educativa, la evaluación en educación infantil está enmarcada dentro de una legislación específica que voy a desarrollar en el siguiente epígrafe.

6. REFERENCIAS LEGISLATIVAS

La normativa básica se refiere al marco general que conforma la evaluación en sus aspectos fundamentales dentro del nuevo sistema educativo, y la específica dedica su atención a la evaluación en la educación infantil.

NORMATIVA BÁSICA:

Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.

R.D 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de educación infantil, dispone en su artículo 7º que la evaluación será global, continua, formativa, y que la observación directa y sistemática constituirá la técnica principal del proceso de evaluación y servirá para identificar los aprendizajes adquiridos y el ritmo y las características de la evaluación de cada niño o niña, tomando como referencia los criterios de evaluación de cada una de las áreas.

Orden ECI 3960/2007, de 19 de diciembre, por la que se establece el currículo y se regula la ordenación de la educación infantil. Fija los objetivos, contenidos, y criterios de evaluación para las áreas, y orientaciones metodológicas. En su artículo 8º, desarrolla aspectos sobre la evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje y la práctica educativa.

Orden ECI/734/2008, de 5 de marzo, de evaluación en educación infantil.

La evaluación es un elemento curricular básico, que garantiza la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje, tanto a nivel individual como colectivo. El responsable es el tutor y sus características son que debe ser: global, continua y formativa.

Como hemos podido ver, la evaluación es un proceso continuo que implica adaptaciones sucesivas por parte del profesorado y requiere una metodología específica, por ello a continuación voy a explicar la metodología de la investigación - acción como principio organizador de la evaluación en el proceso de enseñanza.

7. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN

La investigación-acción se concibe como un proceso de formación profesional, de evaluación de la propia práctica pedagógica, de mejoramiento de a enseñanza y los resultados de aprendizaje.

Suárez (2002) concretó las cuestiones básicas de la investigación- acción en:

Qué. El objetivo es explorar la práctica educativa tal y como ocurre en los escenarios naturales del aula y del centro. Se investigan acciones y situaciones en las que están implicados los docentes, que pueden tener una respuesta práctica.

Quién. Los profesores, además de los docentes, ejercen de investigadores.

Cómo. El enfoque es básicamente cualitativo, y utiliza instrumentos de recogida de información variados: notas de campo, registros anecdóticos…

Este tipo de investigación en la escuela supone:

- Comprender el fenómeno estudiado en su totalidad, referido a un contexto preciso: el aula.

- Estudiar al profesor en cuanto a:

 Creación del clima.

 Metodología.

 Relación de comunicación.

 Colaboración con las familias e importancia de la vida afectiva.

Para el proceso evaluador Tembrick (1981), presentó el siguiente modelo:

1. FASE. Preparación de la evaluación: especificar los juicios a emitir.

2. FASE. Recogida de datos: descripción de la información necesaria, instrumentos y obtención de la información que necesitamos.

3. FASE. Valoración y toma de decisiones.

4. Comunicación e información de la evaluación. Resumir y difundir los resultados obtenidos de la evaluación.

El profesorado tiene mucho que aportar con su experiencia a un enfoque crítico en a investigación del desarrollo curricular.

Existe gran variedad de formas de aplicar la investigación-acción. Suárez (2002) las sintetiza en:

Investigación-acción técnica: se propone diseñar y aplicar a un plan de intervención que sea eficaz la mejora de las habilidades profesionales y en la resolución de problemas.

Investigación- acción práctica: los agentes externos actúan como consultores y asesores. Persigue mejorar el desarrollo profesional a través de la reflexión y el diálogo.

Investigación- acción crítica o emancipatoria: además de las finalidades de las otras modalidades, añade la intención de llevar a cabo una transformación profunda de la institución. Los agentes externos comparten con los otros participantes la función de reflexión.

Problemas metodológicos de la investigación- acción.

Puesto que la investigación- acción no se rige por los parámetros típicos de la investigación cuantitativa, ha sido objeto de numerosas críticas, entre otras el hecho de que no utilizan una gran cantidad de datos, ni éstos son extraídos de muestras representativas y que están dirigidas por personas que, al mismo tiempo carecen de un cuerpo de conocimientos teóricos especializados y están directamente implicadas en las situaciones que ellas mismas investigan. Por todo esto, dos de los problemas de la investigación-acción son la falta de objetividad y la generalización. La falta de objetividad se le atribuye al hecho de que los investigadores están muy implicados en la situación investigada y la generalización al hecho que es difícil generalizar unos resultados con unas muestras que no son representativas de la población.

Contra estas críticas se alega la especificidad propia de los contextos sociales, que son mucho más subjetivos, y que la validez interna de la investigación-acción se garantiza utilizando métodos de triangulación, que recogen las perspectivas de profesores, alumnos y observadores externos.

8. CONCLUSIONES.

Actualmente la evaluación es considerada una actividad valorativa e investigadora que debe tener en cuenta todas y cada una de las variables que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Así pues, la evaluación debe estar orientada a adecuar el sistema educativo a las demandas socioeducativas, centrándose no sólo sobre los alumnos- as, sino también sobre los profesores/as, los centros, los procesos educativos y la propia Administración.

El aprendizaje de los alumnos y alumnas es sólo uno de los objetivos de la evaluación educativa pero no el único. La evaluación en la Escuela Infantil debe ser básicamente el instrumento que permita informar sobre todo el proceso educativo con vistas a tomar decisiones que ayuden a la reconducción y mejora del mismo.

En cuanto a esta función es primordial que el futuro Técnico Superior en Educación Infantil la valore y la utilice sistemáticamente en su práctica educativa.

El desarrollo de este tema le ayuda a conseguir sobre todo, el resultado de aprendizaje 6 del módulo de “Didáctica de la Educación Infantil”, que trata sobre: “el diseño de evaluación de los procesos de intervención, argumentando la selección del modelo, las estrategias y las técnicas e instrumentos utilizados”.

También le ayuda a conseguir parte del resultado de aprendizaje 6 del módulo de “Desarrollo Cognitivo y Motor”, que versa sobre la evaluación y el resultado de la intervención realizada en el ámbito motor, cognitivo y psicomotor, argumentando las variables relevantes en el proceso y justificando su elección.

9. BIBLIOGRAFÍA.

- Boggino, N. (2007). Investigación- acción: reflexión crítica sobre la práctica educativa. Editorial: MAD. Madrid.

- Muñoz; Zaragoza (2007). Didáctica de la educación infantil. Editorial:Altamar. Barcelona.

- Paniagua, G. y Palacios, J. (2007). Educación infantil. Respuesta educativa a la diversidad. Alianza Editorial. Madrid.

- Suárez Pazos, M. (2002). Algunas reflexiones sobre la investigación-acción. Revista electrónica de enseñanza de las ciencias. Vol 1. Nº1.

- Tembrick, T. (1984). Evaluación guía práctica para profesores. Editorial: Narcea. Madrid.


 

 
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