Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 1, Nº 9 (noviembre 2009)

EL TEXTO NARRATIVO: NARRADOR, PUNTO DE VISTA Y MODALIDAD


 


Nuria María Palanco López
jmariohv@yahoo.es



Narrar es contar historias, sucesos reales o imaginarios. Se caracteriza por el paso obligado del tiempo en una o varias secuencias. Al menos un personaje, con determinadas cualidades y en un lugar concreto, es el centro de todos los hechos. En el proceso del relato se produce una variación o transformación, en el sentido que sea, de la situación inicial.

En sentido literario, la narración constituye uno de los principales procedimientos utilizados en obras narrativas como la novela, el cuento, la leyenda...

Sin embargo, el autor utiliza dentro de la narración otros procedimientos:

La descripción para dar más viveza a lo narrado.

El dialogo para hacer hablar a los personajes.

La exposición para presentar alguna idea o dar alguna información.

El monólogo para presentarnos los pensamientos y reflexiones de un personaje que habla consigo mismo, en primera persona.

La Narratología es la ciencia que se encarga del estudio de todo lo relacionado con los textos narrativos, y cuyas investigaciones están íntimamente ligadas a la literatura y el folklore, siendo muy abundantes las propuestas de los diferentes autores. El estudio de este tipo de textos se inició en 1928, cuando Propp publicó su Morfología del cuento, resultado del estudio de un corpus de cien cuentos maravillosos de la tradición rusa. Propp reconoce treinta y una funciones que aparecen, casi siempre, en todos los cuentos. Los estudios de Propp han servido de inspiración a las propuestas de algunos de los más importantes narratólogos, entre ellos citar a Bremond y Todorov.

Narrador, punto de vista y modalidad.

El emisor de un texto narrativo recibe la denominación de narrador. Esto se debe a que en algunos textos narrativos el emisor y el narrador no coinciden o, dicho con otras palabras, no son 'la misma persona'. Tal situación se da, como es evidente, en los textos narrativos literarios.

La caracterización del narrador dependerá de la información de que disponga para contar la historia y del punto de vista que adopte:

1. Se puede narrar una historia desde la primera persona: es cuando se narra utilizando el punto de vista de la primera persona gramatical, "yo". El narrador puede ser protagonista (autobiografía real o ficticia, como El Lazarillo de Tormes), o narrador personaje secundario, como testigo que ha asistido al desarrollo de los hechos. A veces, los testigos son varios (multiperspectivismo, punto de vista caleidoscópico).

2. La narración en segunda persona, donde también es narratario, es decir, se cuenta a sí mismo los sucesos como si desdoblara su personalidad. Suele aparecer en novelas de carácter confesional, y suele llevar añadida una carga de autoreproche. Ejemplos los tenemos en Rayuela de Julio Cortázar, o Ultimas tardes con Teresa de Juan Marsé.

3. Narración en tercera persona: es la forma más común, la que emplea la tercera persona gramatical, "él", "ella", "Vd.". No participa en la historia. Desde el punto de vista gramatical es el contador más objetivo, aunque no debemos olvidar que la propia selección de datos, ya es algo subjetivo.

Atendiendo al punto de vista que se adopte tenemos:

1. Punto de vista del autor omnisciente: cuando el narrador demuestra un conocimiento total y absoluto de todo lo narrado. Sabe lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes, etc. Es como un dios que todo lo ve y todo lo sabe, que se mueve libremente en el espacio y en el tiempo; pasa de un personaje a otro e informa u oculta lo que le interesa.

2. Punto de vista limitado: En este punto de vista hay cosas que el narrador ignora, por no tener conocimiento personal de lo sucedido ni haber obtenido información sobre ellas. La historia es contada desde la perspectiva de uno de los personajes.

3. Punto de vista dramático: cuando la historia surge de las acciones y parlamento de los personajes. Recibe también el nombre de punto de vista objetivo, si bien la opinión expresada por un personaje, puede constituir una forma de comentario implícito.

La modalidad atiende al tipo de discurso empleado por el narrador, esto es, a como se reproducen las voces de los personajes. El narrador dispone de tres maneras:

El estilo directo, el estilo indirecto y el estilo indirecto libre.

El estilo directo es el que se manifiesta cuando la voz de los personajes se reproduce de forma literal, esto es, cuando sus palabras o pensamientos se reproducen tal cual fueron dichas o pensadas, sin cambiar, añadir o quitar nada (directamente):

o (Antonio pensó: “aquí no me quedo una semana”). Se construye mediante la yuxtaposición de dos segmentos: el marco de la cita, que se vale de los verba dicendi (Antonio pensó) y la cita propiamente dicha (“aquí no me quedo una semana”).

El estilo indirecto, por su parte, es el que utiliza el narrador cuando con sus propias palabras nos reproducen la voz de los personajes, esto es, cuando, de una manera u otra, nos resume sus palabras o pensamientos. El estilo indirecto implica siempre, por un lado, la existencia de una selección de la información por parte del narrador (sólo reproducirá lo que a él le parezca conveniente) y, por otro, la falta de los matices emocionales y expresivos del personaje.

o En este caso se acomodan las palabras de alguien a una nueva situación comunicativa: (Antonio pensó que allí no se quedaba una semana).

La cita se introduce por una conjunción (“que”, “si”, “cuándo”…) y sufren cambios las formas pronominales, los deícticos de tiempo y espacio y el tiempo verbal.

El estilo indirecto admite gradaciones en cuanto al grado de fidelidad respecto de la voz del personaje; en este sentido, se suele distinguir entre el estilo indirecto propiamente dicho y el llamado estilo indirecto libre.

o El narrador en tercera persona, recoge las palabras o pensamientos de los personajes como si fuera en estilo directo; pero, en este caso, las palabras se insertan sin el verbum dicendi, sin los nexos y sin las marcas tipográficas (“La situación era insostenible. Allí no se quedaba el una semana.”)

Bibliografía

Bal, M.: Teoría de la narrativa. Una introducción a la narratología. Cátedra. Madrid. 1985.

Pozuelo, J. M.: Teoría del lenguaje literario. Cátedra. Madrid. 1988.

Rojas, M.: “Tipología del discurso del personaje en el texto narrativo”, en Dispositivo (Estudios), vols.V-VI.

Hernández García, G. y Cabrales Arteaga, J. M. : Lengua Castellana y Literatura (2º Bachillerato). SGEL. Madrid. 1997.

Arroyo C., Berlato, P. y Mendoza, M.: Lengua Castellana y Literatura (2º Bachillerato). Oxford Educación. 2003.


 

 
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