LA ESCUELA, TALLER DE HOMBRES

María Alejandra Palma Jara (CV)
C.E.I.P. Macarena, Sevilla
alejandrapalmajara@gmail.com  

Las funciones de la educación van a ser: dotar a la sociedad de un carácter casi natural, cohesionando y regulado por la lógica desprendida del saber positivo; construir la personalidad individual homóloga a lo social; conferir al orden social una protección ante convulsiones y conflictos. Todo, para producir el tipo medio de hombre disciplinado.

El sistema escolar se erige en instrumento privilegiado de producción y transmisión de disciplina. Tanto por la fase psicológica, como por los mecanismos por los que se realiza.

Ser disciplinado es la cualidad general de toda vida humana. El hombre normal no puede ser otro que el que reconoce y acata el orden establecido.

La escuela produce y permite la reproducción del sistema social. En ella, se construye la personalidad.

Un orden social que pretende ser más armónico ha de dotar a cada individuo de una instancia que le dicte cuál es la conducta a seguir. Así, aparece un sujeto cuya conciencia no se determina en uno u otro sentido porque perciba la amenaza de un castigo o porque crea burlar la autoridad. La conciencia se mueve por su propio impulso en la dirección que el deber indica. Cuando el sujeto transgrede lo normativo, lo primero con que se tropieza es la reprobación interna. El castigo es la consecuencia natural del delito.

El cometido central de la educación es la formación de conciencias. La escuela tiene como función, la edificación del sujeto disciplinado.