Martín Carlos Ramales Osorio
Miguel Ángel Coronado Alcántara
Ricardo García Jiménez
rgarcia2000_mx_1@hotmail.com
Profesores de la Universidad Tecnológica de la Mixteca
Resumen: La Mixteca Oaxaqueña es una de las regiones más pobres y marginadas del país, está conformada por 155 municipios, de los cuales 46 presentan un muy alto grado de marginación, 48 grado de marginación alto, 59 grado de marginación medio y solamente dos municipios presentan grado de marginación considerado como bajo; es decir, que poco más del 60% de los municipios de la Mixteca presentan un grado de marginación entre alto y muy alto. En términos de población, esto equivale a decir que el 56% de su población (aproximadamente 261,069 habitantes) vive y se desenvuelve en condiciones bastante precarias. La medición de estos problemas que viven sus pobladores no sólo debe contemplar el ingreso, sino que también el acceso a servicios básicos como vivienda, educación y sistemas de salud público que serían otros aspectos que puedan dar cuenta de esa situación real. Lo anterior debe ser entendido como la ausencia deliberada en el desarrollo de capacidades que la teoría económica y la sociología ha señalado por la existencia de sistema económicos empujan a la prevalencia de la pobreza y marginación que presentan diversos rostros en distintas dimensiones. Y ese es el propósito de esta breve reflexión mostrar el contexto de una política económica nacional que antepone la estabilidad macroeconómica al desarrollo social y regional del país como políticas de abandono a sus pobladores.
Palabras clave: Pobreza, Derechos Humanos, Marginación, Desarrollo Humano, Política económica, Macroeconómica.
Abstract: The Mixteca region of Oaxaca is one of the poorest and most marginalized regions of the country, is made up of 155 municipalities, of which 46 have a very high degree of marginalization, 48 degree high marginalization, 59 degree mid marginalization and only two municipalities have degree marginalization regarded as low; in just over 60% of the municipalities in the Mixteca have a degree of marginalization between high and very high. In terms of population, this amounts to saying that 56% of the population (about 261.069 inhabitants) lives and develops in quite poor condition. The measurement of these people live their problems involve not only income, but also access to basic services such as housing, education and public health systems would be other aspects that can account for the actual situation. This should be understood as the deliberate absence in developing capabilities that economic theory and sociology noted by the existence of economic system pushing the prevalence of poverty and marginalization that have different faces in different dimensions. And that is the purpose of this brief reflection display the context of a national economic policy that puts macroeconomic stability and regional social and political development of the country drop its residents.
Keywords: Poverty, Human Rights, marginalization, human development, economic policy, macroeconomic.
LA POBREZA Y SU SENTIDO A PARTIR DE LA FALTA DE CAPACIDADES.
La pobreza es, a nuestro entender, uno de los problemas que atenta contra los derechos humanos y culturales de cualquier ser humano. Este flagelo contemporáneo se ha extendido como cáncer que carcome las estructuras sociales, económicas y culturales de cualquier nación debido a las políticas neoliberales aplicadas, en el caso de nuestro país en los últimos 32 años. Estas políticas económicas y sociales que los distintos gobiernos federales han aplicado tienen sus efectos inmediatos en el abandono paulatino de las instituciones del Estado como garantes en el cumplimientos de las demandas ciudadanas. Mecanismos que han dejado desprotegidos a millones de mexicanos cuando tratan de hacer valer sus derechos como ciudadanos de esta nación, pero en el caso de la Región de la Mixteca Oaxaqueña, una de las ocho regiones que conforman el estado de Oaxaca, ubicado al sur de la República Mexicana, sus efectos han repercutido en la vida cotidiana de cada una de las mujeres y hombres que integran su población.
Si partimos que la pobreza es una estado o forma de vida que germina primigeniamente el impedimento de acceso o la carencia de los recursos para solventar las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en la calidad de vida de las personas, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al agua potable; luego entonces, estos factores son los que se emplean para medir los niveles de pobreza por los que atraviesa un individuo, una familia, un grupo étnico, una sociedad o una nación.
Suele también asociarse a la pobreza la falta de medios o herramientas que poseen los individuos como capitales personales para poder acceder a recursos como el empleo, el ingreso o un nivel aceptable para subsistir. Esta ausencia o incapacidad de las personas y las sociedades están estrechamente relacionadas a la falta de apoyos por parte de los gobiernos de los distintos países, que por negligencia, ineptitud o dolo generan en determinados sectores la exclusión, segregación o marginación social.
En muchos países la situación de pobreza se presenta cuando a las familias no les es posible cubrir la adquisición de la canasta básica de alimentos, como también el acceso a sistemas de educación, salud, vivienda e infraestructura social. Por lo tanto, el concepto de pobreza es un término fundamentalmente económico, pero que también puede tener impactos políticos y sociológicos.
Es a partir de las ideas anteriores que actualmente se han construido nuevos enfoque que tratan de dar cuenta que la pobreza no sólo está asociada a la capacidad del ingreso o la capacidad de compra de un sujeto, sino que al integrar otras dimensiones como la libertad y la justicia, los capitales personales (cultural, social, económico, etc.) el cálculo del desarrollo social puede ser visto de forma diferente como lo planteara el economista hindú y el premio nobel Amartya Sen en su teoría o enfoque de capacidades.
Los planteamientos de Sen se inspiran en la acepción primigenia de la falta de capacidades de producir o de impulsar su potencial productivo de los individuos o las sociedades en razón a la mejora de esos capitales personales. Este enfoque desarrollado por el economista hindú, pone énfasis no tanto en el resultado ser pobre en el sentido de no disponer de ingresos o bienes suficientes, sino en el ser pobre como la imposibilidad de alcanzar un mínimo estado bienestar por verse privado de las capacidades, posibilidades y derechos básicos que los gobiernos tienen que proporcionar hacia el desarrollo pleno de las capacidades y habilidades de los miembros de su población (Sen, 1984).
Lo que aquí se plantea son la creación de políticas públicas que tiendan a equilibrar las asimetrías entre los distintos sectores y grupos sociales para dotarlos de una autosuficiencia, es decir, un crecimiento y desarrollo con equidad e independiente.
Esta forma de ver la pobreza de Sen es inspirada en la filosofía aristotélica que define la “buena vida” como aquella en que se han alcanzado el pleno desarrollo de todas las capacidades y potencialidades encerradas en la naturaleza de los seres humanos. Esta concepción es parte de la ontología de Aristóteles, quien visualizó que las cosas tienen una naturaleza que determinan y fijan los fines de la plenitud de su desarrollo. El pleno florecimiento humano requiere, según el filósofo griego, que la polis o ciudad deba estar integrada en una unidad organizada y autosuficiente donde los seres humanos que han potencializado sus diversas naturalezas y las ponen al servicio unos de otros es como se moderan y cierran las asimetrías entre los individuos (Sánchez, 2008).
Esta propuesta elaborada por Amartya Sen quita de sus atributos inadecuados a una sociedad que finca su desarrollo sólo en su sistema económico productivo, integrando la igualdad de oportunidades de los seres humanos, misma que debería ser propiciada por los gobiernos de cada Estado, a la cual el autor la define como pobreza de desarrollo humano.
Es así que este enfoque multidimensional ha permitido instrumentalizar al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la formulación del Índice de Desarrollo Humano (IDH) sobre las dimensiones contempladas por Amartya Sen en su libro más celebre “Poverty and Famines: An Essay on Entitlements and Deprivation” de 1981, en el cual demostró que el hambre no es consecuencia de la falta de alimentos, sino de desigualdades en los mecanismos de distribución de los mismos.
Por lo tanto, el criterio establecido en esta reflexión contempla la satisfacción de necesidades básicas como la esperanza de vida, logros educacionales e ingreso, que son la base del así llamado Índice de Desarrollo Humano (IDH). Mismos que formarían el marco sobre el que se ajusta la base de recursos y habilidades que permiten el pleno desarrollo humano.
A partir de ello el Índice de Pobreza Humana (IPH) también será otro de los instrumentos que nos ayudaran a ubicar en forma concreta los niveles y forma de la pobreza que están presentes en Oaxaca y la mixteca en particular.
El problema de este intento de instrumentalizar el enfoque de Sen radica en la reducción de sus elementos determinantes a un conjunto de variables (como la expectativa de vida, escolarización o ingreso disponible) que si bien son relativamente fáciles de medir, estos pueden dejar fuera del análisis del desarrollo a otros componentes esenciales del mismo, como pueden ser la libertad individual o los derechos democráticos.
LOS DERECHOS HUMANOS.
Si partimos que los derechos humanos son un conjunto de principios inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición, suponemos entonces que todos tenemos los mismos derechos humanos sin discriminación alguna.
Estos derechos son interdependientes e indivisibles en cada una de los Estados o Naciones. Los derechos humanos están a menudo contemplados en el compendio político-jurídico de los países, donde en sus constituciones, leyes y reglamentos que de estas se desprenden deben garantizar los derechos humanos básicos. El derecho internacional establece las obligaciones a las que tienen los gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse de actuar de determinada formas cuando atenten contra los derechos de los individuos, a fin de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos que integran las naciones.
Es así que todos los Estados que han ratificado al menos uno, cuatro o más de esos derechos, ante la Asamblea de las Naciones Unidas, se comprometen a las obligaciones jurídicas a cumplir, confiriéndole al concepto de derechos humanos la universalidad una expresión concreta que es propiciar la equidad entre individuos distintos.
Todos y cada uno de los derechos humanos, sean éstos políticos o civiles son todos derechos inseparables, interrelacionados e interdependientes. El avance de uno posibilita la mejora de los demás. De la misma manera, la falta de un derecho perjudica negativamente a los demás.
Es en la evolución y el desarrollo de los Estados y sus sociedades que los derechos humanos también van cambiando y creciendo en cuanto a la amplitud y cobertura de sus beneficios jurídicos a diferentes sectores de la sociedad. De ahí que en su perfección y ampliación permiten la existan de una diversidad de derechos humanos que se clasifican en generaciones que van de una primera hasta llegar a los de una sexta generación.
En trabajo realizado por Ramales & García (2013) señalan que los derechos humanos pueden describir y salvaguardar el derecho a la vida y a la libertad, el derecho a la libertad de pensamiento y de religión, derecho a la libertad de opinión y expresión de las ideas, derecho a la libertad de reunión y asociación pacífica, todos y cada uno de ellos llamados derechos humanos de primera generación.
Asimismo estos autores citan que el derecho a la seguridad social, derecho al trabajo en condiciones equitativas y satisfactorias, el derecho a un nivel de vida adecuado, el derecho a la salud física y mental, derecho a la educación y derecho a formar sindicatos (o sea, los llamados derechos económicos, sociales y culturales) son de segunda generación. Por otra parte el derecho a la autodeterminación, derecho a la independencia económica y política, derecho a la identidad nacional y cultural, derecho a la paz, derecho a la justicia internacional, derecho a un medio ambiente limpio, derecho al uso de los avances de la ciencia y la tecnología, entre otros, mismos que forman parte de los derechos humanos de tercera generación (Ramales & García, 2013).
Los derechos de cuarta, quinta y sexta generación, no se refieren tanto al ser humano, sino más bien a la relación que este guarda con especies de animales en peligro de extinción, así como con máquinas, artefactos, robots y software inteligente (Ramales & García, 2013).
Por lo tanto, podemos afirmar que la pobreza es una situación de escases de ingresos para satisfacer las necesidades humanas más básicas y fundamentales como la alimentación, el vestido, el calzado, la vivienda, el transporte, la salud y la educación, pero antecedidas por la carencia de capitales o capacidades que el individuo debería de contar para acceder a los medios necesarios para satisfacerlas.
Esta ausencia sólo puede entenderse por la presencia de un sistema económico llamado capitalismo que en vez de crear las condiciones de equidad e igualdad de oportunidades para los millones de individuos, propicia lo contrario. En consecuencia y por derivación, estamos en presencia de una economía que antepone el capital a la vida humana.
RELACIÓN ENTRE LOS DERECHOS HUMANOS Y EL DESARROLLO HUMANO
Como ya fue referido en documento realizado por Ramales & García (2013), la relación entre ambas dimensiones es muy cercana. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece claramente que el desarrollo humano comparte una visión común con los derechos humanos sustentada en la libertad humana en todos los aspectos.
Por lo que, un elemento imprescindible más no suficiente es el crecimiento y desarrollo económico es el aumento del PIB; el crecimiento económico es necesario si, en tanto, permita el acceso a más empleos bien remunerados, garantizando de esa manera un derecho humano fundamental, mismo que se contempla en los Artículos 25 y 123 de nuestra Constitución Federal bajo un derecho a un trabajo digno y remunerador.
Pero el simple crecimiento económico, como ya indicamos, no basta para promover el desarrollo humano. Los Estados nacionales deben garantizar el acceso a la educación y la salud (derechos humanos que se contemplan en los Artículos tercero y cuarto de la Constitución y los acuerdos internacionales) a fin de potenciar las capacidades productivas y creativas de las personas. Romper la esclavitud que suponen la ignorancia y la enfermedad es indispensable para garantizar la libertad humana (Ramales & García, 2013).
En esa perspectiva, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que elabora y difunde el PNUD involucra tres dimensiones (salud, educación y estándar de vida) y cuatro indicadores (esperanza de vida al nacer, años promedio de instrucción, años de instrucción esperados e ingreso nacional bruto per cápita). La relación es más que evidente cuando el Estado Mexicano o el gobierno de Oaxaca abandona a su suerte a los miembros de este país, se atenta contra los Derechos Humanos.
Desafortunadamente la política económica que se viene implementado en el país durante las tres últimas décadas ha agravado la situación de pobreza en la mixteca. Situación que no es exclusiva de esta región. Ya que en otros puntos de la república mexicana la situación de la pobreza es similar ante la ausencia de los gobiernos como también por la preocupación por los indicadores macroeconómicos (inflación, presupuesto público, tipo de cambio y balanza de pagos) que por el bienestar de la gente. Los gobiernos se muestran más preocupados por la estabilidad macroeconómica (como si a los indicadores mencionados les doliera algo) que por la promoción de un auténtico desarrollo humano.
Los datos consultado en el sitio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) dan cuenta de lo siguiente: poco más de 23 millones de mexicanos viven en situación de pobreza alimentaria (definida como la insuficiencia de ingreso para adquirir la canasta básica alimentaria), casi 33 millones padecen pobreza de capacidades (entendida como la insuficiencia de ingreso para adquirir la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación), poco más de 61 millones son pobres de patrimonio que se define como la insuficiencia de ingreso para adquirir la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud, educación, vestido, vivienda y transporte (CONEVAL, 2012a). Estos datos son contundentes y muestran una realidad inapeable.
Por otra parte, 11.5 millones de mexicanos viven en pobreza extrema, poco más de 25 millones carecen de acceso a los servicios de salud, casi 72 millones carecen de acceso a la seguridad social, casi 25 millones carecen de acceso a los servicios básicos de la vivienda y aproximadamente 27.5 millones de personas carecen de acceso a la alimentación (CONEVAL, 2012b).
OAXACA Y LA MIXTECA: CASOS PARTICULARES DE UNA POBREZA MULTIDIMENSIONAL
El economista estonio Ragnar Nurkse (1953) traza el ciclo perverso de la pobreza al definirlo como un firmamento de variables que alimentan la conservación, eternización, reproducción de la situación de pobreza de una región determinada. Cabe señalar que Nurkse es un economista que ha indicado enfáticamente el papel que desempeñan el ahorro y la formación de capital en el proceso de desarrollo económico. Sus planteamientos vienen a complementar el análisis en la explicación de la pobreza en Oaxaca y la mixteca donde los niveles de ahorro de la población son muy escasos y casi inexistentes. El planteamiento de este economista viene a complementar el enfoque de Sen para ampliar la perspectiva de análisis que los datos duros mostrados más abajo.
De esa manera, los bajos niveles de escolaridad de la población, la mala alimentación y la deficiente salud de los pobladores de esta región se traducen en una muy escasa productividad laboral, y desde ahí empieza a retroalimentarse el círculo vicioso de la pobreza generada por el alejamiento y la disposición del gobierno para revertir estas asimetrías en la escases de un capital personal de sus pobladores.
A su vez, la escasa productividad laboral se traduce en bajas remuneraciones salariales; las bajas remuneraciones salariales se traducen, de un lado, en escasa capacidad de poder adquisitivo o de poder de compra real y, del otro lado, en escasa capacidad de ahorro. El escaso poder de compra real se traduce, a su vez, en escaso estímulo empresarial a invertir en bienes de capital. Asimismo, la escasa capacidad de ahorro se traduce en escasez de oferta de ahorros para invertir en bienes de capital y, por tanto, en altas tasas de interés.
El fenómeno, pues, de la pobreza es muy complejo, pero ésta parece ser una buena aproximación a toda la problemática que plantea. A continuación presentaremos datos comparativos de Oaxaca y la región de la mixteca que dan cuenta de las condiciones de pobreza que vive su población y que refuerzan nuestro argumento.
1. Tendencias poblacionales
La población total de Oaxaca se estima en 3,801,962 habitantes, de los cuales 1,819,008 son hombres y 1,982,954 son mujeres. La Región de la Mixteca representa la cuarta concentración de población en el estado y constituye 12.3% de la población total estatal.
La región cuenta con una población total de 465,991 habitantes, de ellos 218,657 (46.9%) son hombres y 247,334 (53.1%) son mujeres (ver gráfico 01), lo que implica que por cada 10 mujeres hay 8.9 hombres; la diferencia entre el número de hombres y mujeres está asociada a la migración, pero también existe un alto índice de muertes violentas relacionadas a homicidios y accidentes de tránsito por el alto consumo de alcohol entre la población masculina de 20 a 40 años.
Hay que destacar que el 57.5% de su población total está ubicada en la franja en edad de trabajar. En la gráfica 02, la pirámide poblacional muestra que el 50% de la población tiene 24 años o menos, lo que manifiesta que los mixtecos son una población realmente joven. Asimismo el 10.8% de la misma está en edad de asistir al nivel medio-superior o superior. Y sólo el 18.1% de la población está conformada por adultos de 60 años y más. En el mismo sentido, el índice de dependencia es de 76.5, lo que significa que por cada 100 habitantes en edad de trabajar existen 76 personas que no están en edad productiva.
2. Distribución territorial de la población.
Según el Censo de Población y Vivienda 2010 (INEGI), la región Mixteca cuenta con 155 municipios y 2,098 localidades. En donde la cuarta parte de la población de la región vive en localidades rurales, pequeñas y dispersas.
El patrón de distribución poblacional de esta región está dominado por una transición demográfica rural-urbano, con tendencia a la centralización en ciudades pequeñas como Huajuapan de León (con una concentración de 53 mil habitantes) y Tlaxiaco (con 17 mil habitantes); no obstante, en la región se localizan municipios con menor población de Oaxaca: Santo Domingo Tlatayápam (153 habitantes), Santiago Tepetlapa (131 habitantes) y Santa Magdalena Jicotlán (93 habitantes), esto según el Censo de Población y Vivienda 2010 (Ver mapa 01). Ello implica ciertamente un problema logístico para acercar los servicios que una población demanda, además de que muchas de estos municpios se ubican en zonas serranas de difícil acceso.
En cuanto a la distribución de la población por tamaño de localidad, el 44.2% de éstas (206,178 habitantes) se encuentra en localidades de 1 a 499 habitantes y vive dispersa en zonas rurales también de difícil acceso; 33.2% (154,604 habitantes) se ubica en localidades rurales de 500 a 2,499 personas, mientras que 7.4% (34,623 habitantes) vive en poblaciones en tránsito rural-urbano. La cuarta parte de la población vive en localidades rurales, pequeñas y dispersas, mientras que 15.1% de la población (70,586 habitantes) se ubican en ciudades (localidades de más de 15 mil habitantes).
3. Perfiles étnicos.
En Oaxaca la presencia de población indígena es relevante de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010; un tercio de la población del estado habla alguna lengua originaría (ver gráfico 03). En la entidad se encuentran identificados 15 grandes grupos étnicos (con distintas variantes etnolingüísticas) de los 56 que existen en todo México; la gran variedad de grupos étnicos se manifiesta en todos los aspectos de la vida en la entidad.
En la Región Mixteca predomina la población indígena de mixtecos, chocholtecos y triquis; el 36.8% de la población de la mixteca de 3 años y más habla alguna lengua indígena, mientras que el promedio estatal es del 33.8%.
De los 155 municipios que integran la región, 64 se consideran como indígenas, 2 tienen presencia indígena, 81 se catalogan con población indígena dispersa y 8 sin población indígena, de acuerdo con el criterio de clasificación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
4. Migración y remesas
El principal flujo migratorio del país es hacia los Estados Unidos de América (EUA); de junio de 2005 a junio de 2010, salieron de Oaxaca 60,405 habitantes, de los cuales 58,613 (97.03%) migraron a esa nación. De los migrantes de Oaxaca a los Estados Unidos, 40,255 (66.64%) provienen de localidades con menos de 2,500 habitantes; 11,613 (19.22%) migra de localidades que se encuentran entre 2,500 y 14,999 habitantes y sólo 6,745 (11.16%) lo hace de localidades mayores a 15,000 habitantes (Ver Gráfico 04).
Diversos estudios muestran que la mayoría de las personas migrantes provienen de familias pobres e indígenas; lo anterior está asociado con los costos de oportunidades y la existencia de redes de migrantes que ayudan a mantener el flujo constante.
A pesar de ello, la migración de población oaxaqueña a EUA presenta una tendencia a la baja, debido a:
Con base en la información obtenida de distintas fuentes gubernamentales se puedo inferir que la región es una de las principales expulsoras de migrantes en la entidad. Cabe señalar que Oaxaca es el sexto receptor de remesas después de Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Estado de México y Puebla, y la mixteca es un lugar de alta movilidad de remesas.
Para 2010, Oaxaca recibió a través de las remesas enviadas por los migrantes un total de 1,324.9 millones de dólares (mdd); es importante señalar que se registró una disminución de 20.6% con respecto al año 2006 (ver gráfico 05).
Dada la importancia que implica para el estado la recepción de las remesas, es necesario subrayar que a partir del año 2007 se observa una significativa disminución anual de las mismas; esto podría explicarse debido a:
No obstante, el volumen de remesas continúa siendo relevante en la medida en que los recursos pueden canalizarse para mejorar las condiciones de vida de la población que recibe estas transferencias. Si bien no se cuenta con datos a nivel regional, a partir de la información obtenida de los Talleres de Planeación Estratégica Regional, se considera que la región Mixteca es un receptor muy importante de remesas.
5. Desarrollo social y humano.
a) Caracterización general.
Oaxaca es una de las entidades federativas con mayor porcentaje de personas en situación de pobreza en el país. En 2008, 61.8% de su población se encontraba en pobreza multidimensional (suma de la pobreza extrema y de la pobreza moderada), que en términos absolutos ascendía a 2.2 millones de habitantes; para 2010, el porcentaje de la pobreza multidimensional se elevó a 67.1%, lo que significa un total de 2.5 millones de personas en esta condición (ver gráfico 06).
La Región Mixteca ocupa la cuarta posición a nivel estatal en los indicadores básicos del desarrollo social; en términos reales, esta posición no es nada favorable. La región presenta importantes carencias sociales y de infraestructura, asociadas a un territorio que mayoritariamente posee zonas serranas, una población dispersa y falta de atención e inversiones necesarias, en especial en las zonas con más alta marginación.
b) Indicadores de calidad de vida
El Índice de Rezago Social (IRS) es una medición generada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), para los tres niveles de agregación geográfica de México: estatal, municipal y local. Este índice incorpora seis dimensiones: 1) Rezago educativo; 2) Acceso a los servicios de salud; 3) Acceso a la seguridad social; 4) Calidad y espacios de vivienda; 5) Acceso a los servicios básicos en la vivienda; y 6) Activos en el hogar.
Para los efectos del presente análisis se seleccionaron exclusivamente las siguientes dimensiones:
No se incluyó la dimensión de “Activos en el hogar”, debido al muy particular contexto del estado de Oaxaca; pero sobre todo, por no aportar información relevante para este análisis. Esta dimensión incluye dos variables: porcentaje de viviendas que no disponen de lavadora y porcentaje de viviendas que no disponen de refrigerador.
La región Mixteca ocupa la cuarta posición en el resultado de los indicadores de rezago social de las ocho regiones de Oaxaca; presenta buenos resultados exclusivamente en el porcentaje de la población de 6 a 14 años que no asiste a la escuela. Los resultados del resto de las variables prácticamente están por arriba de la media estatal y duplican el promedio nacional; algunos incluso los triplican (analfabetismo, no disponibilidad de energía eléctrica, agua entubada y drenaje).
El grado promedio de escolaridad en la región Mixteca es de 5.6 años, lo cual significa que la escolaridad apenas alcanza el quinto año de la primaria; éste se encuentra tanto debajo del promedio estatal (6.9 años) como del promedio nacional (8.6 años), que implica estudios hasta el segundo grado de secundaria (ver cuadro 01).
El rezago educativo en esta región ocupa el cuarto lugar en los resultados de la población de 15 años o más analfabeta en el estado (18.9%), por encima del promedio estatal (16.3%); de hecho, el porcentaje casi triplica el promedio nacional (6.9%). En contraste, la población de 6 a 14 años que no asiste a la escuela (4.9%) es menor que el promedio estatal (5.6%), lo que arroja un resultado positivo, ya que es casi igual al promedio nacional (4.8%) (ver cuadro 01).
Más de la mitad de la población de 15 años y más no cuenta con la educación básica completa; la región Mixteca ocupa el cuarto lugar a nivel estatal en población de 15 años y más con educación básica incompleta (62.9%), que está por encima del promedio estatal (57.8%) y el nacional (41.1%) (ver cuadro 01).
En acceso a los servicios de salud, la región ocupa el séptimo lugar a nivel estatal en el porcentaje sin derechohabiencia a servicios de salud (45.5%); este porcentaje es mayor que el promedio estatal (43.1%) y al promedio nacional (33.8%) (ver cuadro 01).
En calidad y espacios de la vivienda, la Mixteca ocupa la cuarta posición en el porcentaje de viviendas con piso de tierra (22.4%), el cual está por encima del promedio estatal (18.7%) y triplica el promedio nacional (6.1%). Presenta el séptimo lugar estatal, de las ocho regiones del estado, en porcentaje de viviendas que no disponen de escusado o sanitario (8%); supera el promedio estatal (5.4%) y casi duplica al nacional (4.7%) (ver cuadro 01).
En acceso a los servicios básicos en la vivienda, el porcentaje de las viviendas que no disponen de agua entubada de la red pública ocupa la sexta posición de las ocho regiones de Oaxaca (26.3%); está por debajo del porcentaje estatal (30.1%), pero duplica al nacional (11.3%). Esta región presenta el sexto lugar a nivel estatal en el porcentaje de viviendas que no disponen de drenaje (44.6%), por arriba del promedio estatal (28.3%); es casi cinco veces el promedio nacional (9.0%) (ver cuadro 01).
La región Mixteca ocupa el cuarto lugar a nivel estatal en el porcentaje de viviendas que no disponen de energía eléctrica (5.6%), el cual está por encima del porcentaje estatal (5.2%); además, está tres veces por encima del porcentaje a nivel nacional (1.8%) (ver cuadro 01).
c) Grado de marginación.
La marginación es un fenómeno estructural que se manifiesta en la dificultad para propagar el progreso técnico en las diferentes regiones, así como por la exclusión de grupos sociales del proceso de desarrollo y sus beneficios. La marginación está asociada con cuatro dimensiones fundamentales: I) el acceso a servicios básicos; II) las condiciones de la vivienda; III) los ingresos laborales y, IV) la educación.
Es importante señalar que el grado de marginación puede agudizarse en un contexto de dispersión poblacional —como es el caso del estado de Oaxaca— que dificulte el desarrollo de las actividades económicas y la provisión de infraestructura y servicios.
En la región Mixteca más de 50% de la población (261,069 habitantes) presenta muy alta y alta marginación; esta situación tiende a concentrarse en las localidades pequeñas y dispersas de las zonas serranas.
El rezago social se asocia también con las condiciones de marginación; en la región Mixteca 29.7% de los municipios presentan un muy alto grado de marginación, que se traduce en 142,446 habitantes localizados en 46 municipios. El 31% de los municipios tiene un alto grado de marginación, lo que significa 118,623 habitantes localizados en 48 municipios. El 38.1% de los municipios presenta un grado medio de marginación; esto implica 128,024 habitantes de 59 municipios. Finalmente, tan sólo 1.3% de los municipios presenta un bajo grado de marginación; esto está representado por los 76,898 habitantes localizados en los dos municipios más urbanizados de la región (Huajuapan de León y Tlaxiaco).
d) Rezago Social
La región Mixteca presenta importantes rezagos sociales, específicamente en términos del bajo promedio de escolaridad, población de 15 años y más analfabeta; alto porcentaje de población sin derechos a servicios de salud; en lo que se refiere a la vivienda, prevalecen viviendas sin escusado o sanitario, con piso de tierra, que no disponen de agua entubada de la red pública y que no disponen de drenaje. Es importante subrayar que en general, las variables del Índice de Rezago Social (ISR) presentan malos resultados, lo que implica la urgente necesidad de consolidar y fortalecer políticas públicas que permitan mejorar paulatinamente la calidad de vida de los habitantes de Oaxaca y de esta región en particular.
Oaxaca ocupa el segundo lugar de mayor rezago educativo en el país, con un promedio de escolaridad de la población de 15 años y más de 6.9 grados, lo que equivale a la aprobación de la primaria completa y casi el primer año de la educación secundaria (Ver Cuadro 03). La región Mixteca presenta 5.6 grados, equivalente al quinto año de primaria, sin lograr alcanzar la primaria completa (ver cuadro 03).
Los datos del IRS de la Mixteca señalan que en el tema educativo, el mejor resultado es el bajo porcentaje de la población de 6 a 14 años que no asiste a la escuela (4.9%). Sin embargo, llaman la atención los altos porcentajes de la población de 15 años o más analfabeta (18.9%), y sobresale que más de la mitad de la población de 15 años y más no haya completado la educación básica (62.9%) (ver cuadro 03). Es importante señalar que si actualmente un bajo porcentaje de niños no va a la escuela, esto no sucedió en las dos décadas anteriores, lo que genera un enorme rezago educativo entre la población de 15 años y más de la región.
Aunado a lo anterior, otro tema que contribuye de manera importante a la obtención de los malos resultados en materia educativa son las significativas deficiencias en términos de logro educativo (cobertura, absorción, eficiencia terminal, número de escuelas y docentes por alumno, etcétera), en infraestructura y en términos de la calidad de la educación.
Cabe subrayar que el concepto de calidad educativa no se reduce exclusivamente a los resultados de las pruebas estandarizadas, sino que implica al menos tres dimensiones fundamentales:
Queda patente la necesidad de implementar acciones y generar sinergias entre las diferentes instancias competentes, para disminuir el rezago y elevar la calidad de la educación en el estado y la región.
En materia de salud, la región ocupa el séptimo lugar a nivel estatal en el porcentaje de población sin derechohabiente a servicios de salud (45.5%), por lo que es necesario establecer estrategias de ampliación de cobertura y mejora en la atención. Esto es especialmente importante en el caso del Seguro Popular, que implica una ventaja para la atención en el segundo y tercer niveles, al disminuir la incidencia de gastos catastróficos para algunas vertientes de atención hospitalaria y de especialidades.
Por otra parte, la región Mixteca ocupa el quinto lugar a nivel estatal en el promedio de viviendas con piso de tierra (22.4%) y el séptimo lugar en viviendas que carecen de escusado o sanitario (8%); los resultados de la región son altos en comparación con los promedios estatales y nacionales. Esto plantea la urgente necesidad de incrementar esfuerzos para mejorar las condiciones de las viviendas que inciden en la calidad de vida de las familias, que también están directamente asociadas con su estado de salud (Ver Cuadro 03).
En el tema del acceso a los servicios básicos en la vivienda, la región presenta malos resultados a nivel estatal; los porcentajes indican que es menester el desarrollo de mayor infraestructura, sobre todo en el tema de las viviendas que no disponen de agua entubada de la red pública (26.3%), dado que el promedio está dos veces por encima de la media nacional (11.3%); del porcentaje de las viviendas que carecen de drenaje (44.6%), que está cinco veces por encima del promedio nacional (9.0%), y del porcentaje de viviendas que no cuentan con el servicio de energía eléctrica (5.6%), que está por encima de la media estatal (5.2%) y es prácticamente más del triple de la media nacional (1.8%) (Ver Cuadro 03).
e) Pobreza por ingreso
Las líneas de pobreza por ingresos miden la pobreza a partir de la capacidad de adquirir una canasta básica, compuesta fundamentalmente por un conjunto de bienes y servicios indispensables –tales como granos, cereales, carne, huevo, leche, artículos de aseo personal, artículos escolares, ropa, servicios de salud, transporte, etcétera– para que las familias puedan satisfacer sus necesidades básicas. Ésta se confronta con el potencial de compra de las familias o el gasto efectivamente realizado, identificando así como pobres a quienes tienen un ingreso o gasto inferior al valor de la línea de pobreza establecida.
La población en pobreza alimentaria es aquella que no tiene la capacidad para obtener una canasta básica, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar para comprar sólo los bienes de dicha canasta. La pobreza de capacidades contempla la insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso total de los hogares nada más que para estos fines. La pobreza patrimonial implica la insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios.
En la región Mixteca 170,086 habitantes (36.5%) viven en pobreza alimentaria; este porcentaje se encuentra ligeramente por debajo del promedio estatal (36.8%) pero muy por arriba del promedio nacional (18.8%) (Ver Gráfica 07). Esta pobreza se puede localizar principalmente en las zonas serranas de la región; los municipios más pobres son San Simón Zahuatlán, Santos Reyes Yucuná, San Miguel Huautla, Coicoyán de las Flores, San Martín Peras, por mencionar solamente algunos.
En situación de pobreza de capacidades se encuentran 231,597 habitantes (49.7%) de habitantes de la región; este porcentaje se encuentra al mismo nivel del promedio estatal, pero muy por encima del promedio nacional (25.7%). Más de la mitad de la población de la Mixteca presenta pobreza patrimonial, que se traduce en 322,465 habitantes (69.2%); este promedio se localiza por encima tanto del promedio estatal (68.1%) como del promedio nacional (51.3%) (ver gráfica 07).
Cabe señalar que la distinción entre los niveles de pobreza (alimentaria, de capacidades y patrimonial) obedece a la necesidad de plantear políticas públicas focalizadas que atiendan específicamente a las carencias que presenta cada una. En ese mismo sentido, la focalización en la población en situación de pobreza alimentaria debe centrarse en completar la canasta básica; para el caso de la pobreza de capacidades, los programas deben enfocarse a que esta población acceda a satisfactores educativos, de salud, entre otros; por último, las acciones para combatir la pobreza patrimonial necesitan orientarse hacia la obtención de microcréditos para el mejoramiento de la calidad de vida.
CONCLUSIONES Y REFLEXIONES FINALES
Como se desprende de la información y del análisis presentado, los derechos humanos de miles de oaxaqueños y mixtecos están vulnerados por la falta de acceso a diferentes servicios que el Estado debería de otorgar para el pleno desarrollo de las capacidades de cada uno de sus habitantes.
Lo que queda claro en nuestra interpretación y apoyados en los teóricos consultados, es que hay que cambiar el actual modelo de desarrollo trazado por el actual gobierno federal y estatal. Es importante transitar de una política económica que tenga como ejes rectores la microeconomía e impulsar el desarrollo de las capacidades de los ciudadanos de esta entidad y la mixteca. Es decir, evitar en lo posible la atención de los indicadores macroeconómicos (inflación, presupuesto público, balanza de pagos y tipo de cambio), y desarrollar estrategias que miren hacia una política que preste más atención al ser humano. Establecer un auténtico Estado de bienestar que garantice el acceso de la población a la seguridad social, a una vivienda digna y confortable, a la alimentación, a la educación, al trabajo remunerado justo.
En el terreno político, la democracia representativa no basta, ya lo hemos experimentado; es necesario pasar a una democracia participativa, a la de los ciudadanos que deben participar activamente en la toma de decisiones para que los políticos no hagan y deshagan a su antojo los programas de políticas públicas instrumentos de filiación partidaria.
Es importante fomentar desde la escuela, desde el hogar, desde los medios (que desafortunadamente son grandes corporativos de base capitalista) y desde las distintas denominaciones religiosas el fomento a una cultura del cooperativismo, de la ayuda mutua, del trabajo comunitario (en Oaxaca tenemos una práctica ancestral que es el tequio) y de la fraternidad para poder trascender como seres humanos, para que podamos vivir y convivir en paz y en armonía.
Sentar las bases de una economía solidaria que preste más atención al bienestar humano que a la maximización de ganancias. Afortunadamente, y ante las crisis periódicas y recurrentes del capitalismo, se vienen ensayando interesantes iniciativas al respecto a través de la informalidad, de la economía popular y del cooperativismo. El trueque, el cooperativismo, la ayuda mutua y el trabajo comunitario, pueden ser los ingredientes fundamentales de una economía más humana.
En la Mixteca Oaxaqueña, en particular, y probablemente a través de la democracia participativa, terminar con los cacicazgos que detentan el poder político y económico como condición necesaria para reducir las desigualdades en la distribución familiar de la renta.
Oaxaca en general y la Mixteca en particular, requieren de la construcción de infraestructura material (carreteras, puertos, aeropuertos, presas, represas, etc.) para que puedan insertarse convenientemente en la dinámica del desarrollo nacional.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES ESTADÍSTICAS