Contribuciones a las Ciencias Sociales
Octubre 2013

COMUNICACIÓN, SEXUALIDAD Y FORMACIÓN GÉNERO SENSIBLE



José Raúl Rodríguez Galera (CV)
rgalera1964@gmail.com
Universidad Tecnológica ECOTEC

Resumen

La sexualidadcomo dimensión de la personalidad forma parte inseparable del ser, está condicionada por factores biológicos, psicológicos y sociales en su formación y desarrollo, que deben concebirse desde una perspectiva personológica con un enfoque sistémico y holístico que permita comprenderla y formarla para la vida concibiendo a la persona total, sin desarticular en partes aisladas los procesos de formación de la  personalidad sexuada de género que funciona como una unidad indisoluble.

La sexualidad va más allá de lo erótico, de lo genital, de lo reproductivo, incluye vínculos espirituales de amor, comunicación interpersonal, matizando las formas de comportamiento, de interacción entre los seres humanos en todas las esferas de la actividad: personal, pares, familiar y social. Luego, la sexualidad y los géneros intervienen en el sistema regulador de la psiquis humana y se expresa en todo lo que la persona es, piensa, siente y hace en cada una de las esferas de su vida.

Al analizar la comunicación en la esfera de la sexualidad y los géneros, en la dirección de procesos formativos en paridad de género e intergenérica, implica objetivamente  tomar en consideración que es un proceso de interacción entre los participantes de un grupo de influencia formativa progénero y de estos con el entorno social más próximo, cuya finalidad es crear un clima comunicacional intergenérico favorable, para optimizar en el intercambio género sensible y la recreación de significados que contribuyan al desarrollo de la personalidad sexuada de género en los ámbitos intersubjetivos para la vida.

Formación género sensible es condición temporal y contextual de integración progénero constante, permanente y compleja, dentro de proceso y resultado y fuera de proceso consciente, donde el ser humano “se convierte para sí, según lo que representa para los demás”, en tanto alcanza la apropiación de saberes, afectos y valores andróginos, y en su apego y apropiación a un modo de vida más fértil en la unidad cultura pensamiento cultura, procurar el desarrollo en la interacción y criticidad; y en su efecto, trascender como ser creativo, independiente y espiritual, capaz de resolver y satisfacer metas personales y socioculturales en su accionar progénero dirigido a potenciar la transformación humana plena en su personalidad sexuada de género en formación género sensible para la vida.

Palabras clave

Comunicación-Sexualidad-Género sensible-Salud-Formación-Progénero.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Rodríguez Galera, J.: "Comunicación, sexualidad y formación género sensible", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Octubre 2013, www.eumed.net/rev/cccss/26/genero-sensible.html
  • LA COMUNICACIÓN EN LA SEXUALIDAD
    • La sexualidad y su perspectiva personológica.

Mediante  la sexualidad1 se expresa toda la experiencia individual y social que ha sido interiorizada en actividad y comunicación en el transcurso de la vida de cada persona, de ahí que posea un carácter individualizado y esté condicionada histórica y socialmente. Ella es una manifestación vital de la personalidad en su devenir psicosocial cultural.

La sexualidad y los géneros han estado sometidos en el decursar histórico a tabúes,  estigmatizaciones, prejuicios2 y estereotipos de género 3 y percibidas  aún hoy, pleno siglo XXI, como incomprendidas, tendientes a lo indecoroso y por si fuera poco muy censuradas. Prueba de ello es la propia historia del hombre y la mujer desde su origen en los diferentes estadios del desarrollo de la sociedad dividida en clase, lo que nos permite llegar a la esencia de una sexualidad distorsionada y en detrimento del beneficio, plenitud y placer humano en su transmisión pecaminosa y sometida constantemente a la culpa.

Redimensionar nuevas alternativas de formación con pensamiento andrógino emergente, constituye propósito de transformación para permitir el disfrute de la sexualidad personalizada de género, capaz de satisfacer las necesidades interactivas en comunicación afectiva efectiva de los seres humanos con independencia del sexismo 4 y sus extremos, machismo5 y feminismo6 , ambos en posición antagónica e irreconciliable. Será a partir del reconocimiento de la concepción ser humano sexuado, no sexista, que se alcanzará dicho propósito que conducirá al tránsito continuo hacia niveles superiores y así sucesivamente en el desarrollo personal y social del hombre y la mujer para superar las contradicciones en desequilibrio, los riesgosos desafíos de los géneros y los problemas de todo tipo que hacen cada vez más agudos los conflictos en las personas y entre las personas en detrimento de la salud.

La sexualidad va más allá de lo erótico, de lo genital, de lo reproductivo, incluye vínculos espirituales de amor, comunicación interpersonal, matizando las formas de comportamiento, de interacción entre los seres humanos en todas las esferas de la actividad  personal, pares, familiar y social. Luego, la sexualidad y los géneros intervienen en el sistema regulador de la psiquis humana y se expresa en todo lo que la persona es, piensa, siente y hace en cada una de las esferas de su vida.
Dada la diversidad y riqueza de la sexualidad, resulta improcedente cualquier intento de clasificarla, encerrarla o circunscribirla en estereotipos o en moldes preestablecidos, lo cual es contraproducente y en efecto solamente conduce a una imagen deformada de esta en la esfera de la personalidad sexuada de género.

Al tener la personalidad carácter activo en su condición de sistema abierto, puede transformarse creadoramente, la persona puede elegir, aprender desaprender y desarrollarse como protagonista de su propia vida.  Puede alcanzar altos niveles de autorregulación y autodeterminación, que desde el punto de vista de la sexualidad se manifiesta en las potencialidades reguladoras de sus componentes psicológicos,  esto es, identidad de género, que al decir de John Money es vivencia privada, o sea, el sentimiento y la conciencia de ser masculino, femenino o ambivalente y constituye el núcleo  que integra sistémicamente los restantes componentes psicológicos de la personalidad sexuada de género, como son,el rol de género y la orientación sexo erótica, con las categorías dimórficas biopsicosociales que anteceden, en sus manifestaciones:  sexos externos, identidades sexuadas y los géneros sociales presentes para el inicio de la construcción desconstrucción de seres humanos sexuados.

El rol de género, es la forma particular de cada individuo de interpretar, constituir y expresar en su conducta cotidiana los modelos que sobre lo masculino y lo femenino establece la sociedad y que suelen conformarse a partir de estereotipos sexuales. A lo que John Money denominó, expresión pública. La orientación sexo erótica refleja la dirección y el sentido que toma el impulso o deseo sexual (libido) hacia una persona del mismo sexo, el otro o ambos. En cuanto a las categorías dimórficas  refieren formas de entendimiento,  susceptibles de presentarse nítidamente en relaciones de cualidad bajo dos formas diferentes.

El dimorfismo biológico, los sexos. Aspectos anatómicos diferentes constatados en la formación de genitales internos, cromosómicos (46,xy) y  (46,xx), gonadal (testículos y ovarios), hormonal (testosterona y andrógenos en los hombres y progesterona y estrógenos en las mujeres), genital (masculino: testículos y pene y femenino: vulva) y cerebral (centro de operaciones masculino y femenino). Externos por el sexo asignado (hombre y mujer) y por el civil (masculino y femenino), sobre la base del examen clínico después del nacimiento al constatarse la presencia de (vulva o testículos y pene).

El dimorfismo psicológico, las identidades sexuadas. Una vez realizada la asignación sobre la base de los genitales internos y externos, se da inicio a la conformación en construcción y deconstrucción social de la condición que cristalizará en dos sistemas diferentes en el sentido de identidad, pertenencia y singularidad tributarias a los modelos de masculinidad y femineidad.

Y el dimorfismo social, los géneros sociales. Tendiente a lo masculino y lo femenino, se autodetermina individualmente en interacción sociocultural acorde a la identificación sexuada en el sentido de identidad, pertenencia y  singularidad mediante los modelos sociales que civilmente se asumen como masculinos y femeninos, los cuales tienen lugar a través de proyectos educativos sexistas con estereotipos y prejuicios, dispares, dicotómicos y discriminatorios sobre la base de relaciones de poder, donde impera la fuerza sobre la debilidad y la dominación  sobre la sumisión entre unos y otras, y sobre todo en detrimento de las mujeres.

Por lo que cada personalidad sexuada de género en atención a las condiciones internas y  externas en las que se desarrolla de persona a ser humano, significa una forma singular de construir desconstruir y expresar la sexualidad personalizada de género masculino, femenino o ambivalente.

La sexualidad como construcción personalizada de género, está sujeta a las condiciones socio culturales y contextuales. La personalidad como nivel superior de regulación de la vida psíquica implica la regulación de la conducta y la vida sexo género de cada ser humano en libertad de conciencia crítica para tomar decisiones libres sobre su vida.

No obstante, la escuela cubana enfatiza en sus análisis que la unidad indisoluble cognitiva, afectiva y volitiva, se expresa a través del subsistema de la sexualidad de género conformado por la identidad de género,7 (este proceso tiene entre el momento del nacimiento y los cinco años su período sensitivo en el que se estructuran las bases, los cimientos de lo que constituirá la vivencia más profunda de ser hombre o mujer que lo acompañará durante toda la vida), el rol de género8 (es el proceso que mayor impacto posee de los estereotipos que sobre lo masculino y lo femenino dicta cada sociedad, por lo que resulta profundamente maleable y dúctil, propenso a transformaciones, no deja de tener, bajo la fuerte influencia de la  identidad, un carácter personalizado que lo distingue) y la orientación sexo-erótica9 . (González Hernández y Castellanos, 2003: 8 y 9).

Es mediante la configuración psicológica de la personalidad sexuada de género, donde se desarrollan un conjunto de procesos afectivos, cognoscitivos y conductuales  que representan la unidad de las fuerzas reguladoras superiores  que posibilitan la autodeterminación de los comportamientos de la vida sexuada, en que las  necesidades, motivos, sentimientos y valores, se integran dinámicamente con los conocimientos, las capacidades y con su base en estos, logran el desarrollo de personalidades sexuadas de género capaces de movilizarse hacia el  alcance de objetivos, planes y proyectos de vida  coherentes, sensibles, proactivos10 , progénero 11 y a la altura de los tiempos que corren.

    • Función comunicativa de la sexualidad.

En las sociedades patriarcales tradicionales y en las  contemporáneas, donde es evidente una formación humana sustentada en la doble moral, plagada  del sexismo irreconciliable, donde se acentúan los dobles mensajes en la comunicación, y donde además se enfrentan patrones modernos con los tradicionales, se generan enfrentamientos, incomprensiones, distanciamiento y desavenencias de todo tipo entre las personas, todo lo cual hace que se produzcan conflictos en la sexualidad humana que afectan la comunicación intergenérica.

Estas situaciones indeseadas desencadenan en la discriminación de las féminas, quienes desempeñan roles asistenciales comunicativos, volcadas hacia la intimidad, hacia la vida privada y la realización de la familia, hacia el mundo de la ternura y la ayuda, mientras los hombres se privan de determinados sentimientos  y vivencias a causa de los tabúes y prejuicios que le fueron  trasmitidos, dada la posición que deben adoptar, de fuerza, de rudeza ante las diversas situaciones a las que están expuestos en la cotidianidad y de limitada delicadeza. Estos a su vez se desempeñan en  los roles instrumentales, en función de proveedores de la familia, aún hoy,  volcados hacia la vida pública, hacia el mundo de la competencia.

Es esto una evidencia tangible  de las formas de interacción y de comunicación sustentadas en la fuerza y el poder, condicionados por una educación sexista. Irremisiblemente estos conflictos entre el hombre y la mujer, se expresan y repercuten en la individualidad, en sus relaciones de pareja, con sus familiares e incluso en el más amplio contexto donde nos  desempeñamos, interactuamos y nos comunicamos en el decursar de la vida, en la sociedad toda. Esta época requiere de nuevas concepciones en la interacción y la comunicación entre mujeres y hombres, estamos  llamados a la comprensión y puesta en práctica de la equidad, la sensibilidad y la paridad intergenérica.

Al abordar los determinantes sistémicos de la sexualidad y los géneros como configuración psicológica de cada personalidad sexuada de género, no se puede  dejar de hacer referencia a sus componentes, (…) “identidad de género, rol de género y  orientación sexo erótica, como partes intrínsecas del subsistema de regulación, porque del mismo modo estos expresan las funciones de la sexualidad como sigue, reproductiva,  erótico-afectiva  y la comunicativa”. (González Hernández y Castellanos, 2003: 15), a lo que añadimos, las categorías dimórficas que preceden, los sexos externos, las identidades sexuadas y los géneros sociales. De modo que la función comunicativa que nos ocupa, interactúa con las restantes funciones, con los componentes y con las categorías dimórficas y viceversa, y a su vez, al tener como centro los procesos de comunicación, se expresa a través de sus  tres funciones, la informativa, la reguladora y la afectiva, tal como se aprecia en la figura 1.

COMUNICACIÓN

 

INFORMATIVA

 

REGULADORA

 

AFECTIVA

 

transmisión y recepción de información

 

organización y planificación de actividades comunes

 

intercambios de afectos, sentimientos, ternura, emociones y amor

Fig. 1. Funciones de la comunicación: informativa, reguladora y afectiva.
La función reproductiva de la sexualidad, se relaciona con las necesidades del hombre y la mujer de trascender en el compromiso con la existencia a través de sus hijos e hijas y  está matizada por condiciones sociales y psicológicas que tienden a normar y pautar, aspectos tales como la planificación familiar, la paternidad, la maternidad, el número de hijas e hijos, tiempo de espera, edad oportuna para la procreación, responsabilidad, entre otros.

La  función erótico–afectiva de la sexualidad, donde también la sexualidad implica el disfrute, el placer y el amor que ofrece el encuentro con otro ser humano, el compartir estados de ánimo, emociones y sentimientos, el placer de manera desculpabilizada, sin temores, ni prejuicios, ni angustias, sin cuestionar legitimidad, e incluso el placer y el goce que pueda producir el auto-erotismo como opción de cada persona, aún, distorsionado sobre la base de concepciones no científicas y profundamente moralistas, que condenaban al hombre y la mujer a una sexualidad reprimida, pecaminosa con carencias marcadas hacia el goce, el disfrute y el placer pleno de sus sexualidades, donde su más alta meta es el amor sexual, pero no excluye otras vivencias afectivas o eróticas.

La función comunicativa de la sexualidad se manifiesta desde el mismo momento en que una persona se relaciona con las demás, en el contexto no sólo de la pareja sino de la familia y la sociedad y está presente en toda la vida del ser humano en las relaciones que se establecen formales e informales. La comunicación, en sus funciones informativa, reguladora y afectiva, propicia el desarrollo integral de las funciones, componentes y categorías dimórficas de la sexualidad y los géneros y viceversa, pues conforman parte integrante del sistema abierto que denominamos personalidad sexuada de género.

La sexualidad de génerocomo dimensión de la personalidad forma parte inseparable del ser, está condicionada por factores biológicos, psicológicos y sociales en su formación y desarrollo, que deben concebirse desde una perspectiva personológica con un enfoque sistémico y holístico que permita comprenderla y formarla para la vida concibiendo a la persona total, sin desarticular en partes aisladas los procesos de formación de la  personalidad sexuada de género que funciona como una unidad indisoluble.

Aunque es pertinente que las funciones de la comunicación tengan lugar en la medida que se producen los mensajes, al respecto, González M.,  expresa, ...“puede  darse  el  caso de que prevalezca una función sobre otra, de  acuerdo   con  los motivos de los que interactúan, a lo que se llama asimetría funcional de la comunicación. Esto quiere decir que se absolutiza o se hiperboliza una función a costa de los restantes.” (González Maura, 1995: 136). Sucede con marcada frecuencia que al producirse la comunicación, una de las funciones más afectadas y comprometidas es la función afectiva.

Al producirse la absolutización o hiperbolización de una función por encima de las otras, y siendo la función afectiva una de las más comprometidas, manipuladas y reprimidas, se privan los seres humanos  de  disfrutar  unas  relaciones afectivas más placenteras, respetuosas, responsables y género sensible durante la vida. Esto impide un mayor  acercamiento  interpersonal, en el que   prime,  no   sólo  el   cálido   intercambio de expresiones entre los semejantes, sino la consideración y sabiduría para relaciones intergenéricas sensibles en la consecución de la salud sexo género y con ella el bienestar y la calidad de vida.

Es importante desarrollar  la capacidad de percibir la experiencia subjetiva de la otra persona sintiendo el dolor o la felicidad ajena en carne propia.  Experimentar que a través de  los  gestos también se establece sintonía o divergencia entre las personas,  de forma tal que demuestren constantemente lo que sienten hacia  los demás, de manera que influyan con asertividad  en el pensamiento y en los sentimientos propios y ajenos. Siempre y cuando se entienda asertividad como la expresión directa de los propios sentimientos, deseos, derechos legítimos y opiniones sin amenazar o castigar a los demás, ni violar sus derechos.

La asertividad debe implicar respeto hacia uno mismo, al expresar necesidades propias y al defender los propios derechos y el respeto hacia los derechos y necesidades de los otros seres humanos, saber determinar cuáles son sus responsabilidades en cada situación y qué consecuencias resultan de la expresión de sus modos de interacción y de sus sentimientos. La conducta asertiva no tiene siempre como resultado la ausencia de conflicto entre las dos partes; pero su objetivo es la potenciación de las consecuencias favorables y la minimización de las desfavorables. (Rodríguez Galera, 2007a: 17 y 18).

En síntesis, se ha de asumir una posición donde se adopten criterios que identifiquen y sustenten la formación progénero, la comunicación y la sexualidad de género de manera que fomenten la coherencia, la flexibilidad, la libertad, la equidad y la responsabilidad para la formación de la personalidad sexuada de género y las formas de comunicación más afectivas y efectivas entre mujeres y hombres personalizadas, contextualizadas y socializadas.

Seres humanos aptos en condiciones para nuevos proyectos de vida, en relaciones comunicativas intergenéricas más equitativas y responsables, donde no tenga cabida  la discriminación, estereotipación, rigidez; donde no se sacrifique la libertad, la autodeterminación y el protagonismo participativo;  naturalmente se ha de pronunciar en la búsqueda incansable del encuentro y del amor, de la equidad y la paridad en la constante construcción desconstrucción de los géneros, enfrentando las contradicciones que tienen lugar en el desempeño de los roles genéricos sin violencia, fomentando seguridad y confianza para la autorrealización personal eficaz, hacia la búsqueda incansable del mejoramiento humano en relaciones más justas entre todas y todos.

Desde las últimas dos décadas del siglo pasado, investigadores como Masters y Johnson, sentenciaron que “...son muy pocas las personas a las que se enseña la técnica o el arte de comunicarse íntimamente  con los demás”. Recalcaron que: “... en lo tocante al fomento de nuestra capacidad de comunicación, se nos deja abandonados a nuestros propios recursos.” (Masters y Johnson, 1987 T II: 361).

Las fallas en las relaciones comunicativas intergenéricas entre los seres humanos, no sólo descansan en el sufrimiento de la  cultura androcéntrica,  por la despersonalización agravada cada vez, sino además por el estancamiento y la deficiente puesta en marcha de nuevos saberes para una interacción más respetuosa y equitativa;  más aún si constituye una alarmante preocupación, el que las relaciones comunicativas no asertivas a nivel mundial hoy día, se encuentren, toda vez, al punto de poner en peligro a la especie humana.

1.3 Relaciones comunicativas intergenéricas en paridad, una necesidad progénero actual.

Concierne a los hombres y las mujeres en tránsito hacia el tercer milenio la responsabilidad de un futuro que entraña crear las condiciones y resolver las demandas acuciantes de la existencia humana en relación a la interacción prejuiciada en la esfera de la sexualidad y los géneros. En tanto sea el ser humano capaz de plantearse que las personas en relaciones comunicativas intergenéricas en equidad y paridad, potencian todos los esfuerzos humanos dirigidos hacia un desarrollo intergenérico más afectivo y efectivo. Desarrollo intergenérico afectivo efectivo en torno a la persona, y ésta  en torno a  ese desarrollo, con una aproximación intencionada, donde los seres humanos recuperen el sentido de una vida, que aporte elementos y posibilidades que favorezcan el modelo comunicativo de igualdad, equidad y paridad para las relaciones entre los hombres y las mujeres en los ámbitos de convivencia.

Garantizar mayores posibilidades de éxito, equivale a que sea un derecho de todo ser humano el acceso a una formación género sensible personalizada y socializada, y que a su vez constituya una prioridad a la que se dediquen muchos esfuerzos. Para hacer de los roles docentes y  de los discentes una  incursión cada vez más comprometida y eficaz, de manera que no se trate de simple transmisión, sino de formar en interacción persona-persona. La formación género sensible desde la comunicación en la esfera de la sexualidad y los géneros, requiere una verdadera dirección científica, si tenemos en cuenta que hay que cultivar el desarrollo de una visión nítida que precise hasta donde se debe llegar en la formación personalizada y socializadora, diagnosticando y trazando   planes de acción diferenciados para cada ser humano que permitan el desarrollo de la capacidad reflexiva y crítica del pensamiento, implicando intereses, necesidades y motivaciones, directamente vinculados con la construcción de la propia historia personal y social.

Para esto se necesita de una sólida preparación de líderes progénero en la esfera de la sexualidad y los géneros, con énfasis en  la función comunicativa, para desarrollar relaciones comunicativas afectivas efectivas relacionadas con una cultura que implique lenguaje coloquial, franco y abierto al diálogo enriquecedor, que presupone sabia y paciente escucha y que como cualquier otra actividad humana necesita, una preparación dedicada, progresiva y flexible, creando constantemente el clima propicio de respeto, seguridad, confianza, equidad y paridad, en espacios interactivos propicios, en fin; facilitar la cultura género sensible dialógica y participativa  donde se respete y estimule la comunicación que asegure tal dirección. 

La relación afectiva  debe constituir acercamiento mutuo y compromiso de entendimiento para vivir la vida en constante búsqueda, para la superación personal, el esfuerzo y el sentido de lo que ha de trascender en el desarrollo equitativo entre los géneros, considerando obviamente la urgencia que  de nosotros tiene el presente para favorecer las relaciones comunicativas legitimando paridad.

¿Qué rasgos y cualidades se consideran más importantes  para promover adecuadas relaciones comunicativas intergenéricas afectivas en proceso de formación progénero?

En primer lugar el empleo adecuado de  expresiones comunicativas (verbales y no verbales), coherentes y sintónicas,  en que se muestre una actuación responsable, empática,  altruista y  equitativa  en  las  relaciones comunicativas intergenéricas entre las personas; permitir una  apertura sin resistencias a la interacción persona-persona, promoviendo los cambios positivos y las transformaciones sensibles de los géneros,   desde    una   actitud   de preocupación solidaria, reciproca, de sensibilidad ante las emociones y los sentimientos, de interpretación flexible, tolerante, de aceptación y reflexión que supere las relaciones de poder y supeditación.

Educar el uso adecuado de los matices de la voz y la gesticulación corporal, para evitar los dobles mensajes y promover afectividad, con la finalidad del bien ajeno y el propio,  para el disfrute pleno e interactivo, en relaciones comunicativas intergenéricas afectivas.

¿Qué se entiende por relaciones comunicativas intergenéricas afectivas efectivas?

Interacciones comunicativas en relaciones libres y responsables donde se intercambien mensajes desprovistos de la carga sexista para la creación de condiciones que favorezcan relaciones afectivas entre unos y otras, sustentadas  en la equidad, la paridad de los géneros y el respeto a la diversidad, promoviendo el intercambio de afectos que se sustente en el respeto a la persona en espacio de crecimiento intergenérico.

La comunicación como función de la sexualidad y los géneros debe poseer carácter relacional flexible, libre y respetuoso para intercambios donde se creen y recreen significados en la construcción de diálogos espontáneos y equitativos. En consecuencia compartimos  la definición de comunicación como “un proceso esencial de toda la actividad humana, ya que se basa en la calidad de los sistemas interactivos en que la persona se desempeña, y además, tiene un papel fundamental en la atmósfera psicológica de todo grupo humano.” (González Rey: 1999, 1).

Más adelante González Rey sentencia: “En el caso de la escuela, la comunicación  se ha caracterizado  históricamente por ser autoritaria, unidireccional y, por tanto, no participativa. La relación esencial existente en la comunicación profesor-alumno corrientemente se manifiesta en la transmisión de información, la evaluación, la estimulación y el castigo. El diálogo, como función directa de la comunicación, ha estado totalmente ausente en dicha relación. El ambiente escolar se ha caracterizado por disciplina, la severidad y el respeto, y cuando esto no se ha logrado, han imperado la chabacanería, la indisciplina y el desorden. Sin embargo, el afecto, la aceptación, la calidez y el diálogo, aún hoy, no son características esenciales de la institución escolar.” (González Rey: 1999, 1)

Al analizar la comunicación en la esfera de la sexualidad y los géneros, en la dirección de procesos formativos en paridad de género e intergenérica12 , implica objetivamente  tomar en consideración que es un proceso de interacción entre los participantes de un grupo de influencia formativa progénero y de estos con el entorno social más próximo, cuya finalidad es crear un clima comunicacional intergenérico favorable, para optimizar en el intercambio género sensible y la recreación de significados que contribuyan al desarrollo de la personalidad sexuada de género en los ámbitos intersubjetivos para la vida.

De ahí la insistencia que la comunicación como modo de expresión de las relaciones comunicativas intergenéricas en la esfera de la sexualidad y los géneros, propicia el desarrollo de las otras funciones de la sexualidad, sus compontes y categorías dimórficas que preceden, de manera que la participación activa en este sentido implique responsabilidad individual, estimulación interactiva e incentivo a la constante búsqueda, movilización, activación y seguridad para que la capacidad comunicativa opere en el bienestar emocional desde la convivencia en géneros sociales susceptibles al perfeccionamiento y transformación género sensible cuidado salud.

Los procesos formativos generan el desarrollo, lo preceden y tiran de él. Siempre que no se sobredimensione la razón en detrimento de los afectos o viceversa, pues, daría lugar al desequilibrio en la formación, que no conduciría sino a una sexualidad personalizada de género con mayores dificultades para asumir los retos de una humanidad que clama entendimiento, comunicación horizontal y construcción de la paz  entre unos y otras. Entiéndase por  afectos lo que comprende el desarrollo de convicciones, la voluntad y otros elementos de la esfera motivacional afectiva, y por razón, la esfera cognitivo instrumental, las que en estrecha unidad tienen como finalidad la formación de la personalidad sexuada de género.

Todo lo anterior precisa no sólo de las  relaciones de transmisión de información, sino de intercambio de ideas, de influencia e interacción horizontal afectiva donde entre todas y todos promuevan el debate para la incursión constante, no para acomodo efímero, sino para la incorporación consciente en el establecimiento de una verdadera percepción, comprensión y asunción por parte de los participantes  en el proceso formativo género sensible para la vida.

“Educar la capacidad consciente y volitiva del ser humano, así como la comunicativa, es indispensable para el desarrollo de la personalidad, que constituye un sistema facilitador de la individualización; por tanto su desarrollo supone asumir decisiones, elaborarlas, concientizar estrategias, organizar la comunicación con el otro, construir lógicas personales en los distintos sistemas en que el sujeto participa, etc., procesos todos susceptibles de aprendizaje, los cuales se entrenan en diferentes relaciones participativas que estimulan la independencia y la autodeterminación, fomentando concepciones generales de que la vida y el conocimiento son espacios abiertos, portadores de múltiples alternativas de integración y respuesta, ante las cuales el hombre y la mujer tienen que asumir la responsabilidad de su camino personal”. (González Rey, 1999: 3).

Toda vez,  la vida de las personas, su convivencia, constituye una infinita red de  relaciones, tanto a escala  familiar,  como institucional y social. Mediante sus  interacciones con  otras personas,  se aprende y se enseña, se influye y se es  influido. Las personas asimilan la experiencia de la humanidad, se  apropian activamente de  la  riqueza espiritual creada por unas y otros y  al  mismo tiempo, aporta a ella lo acumulado en su experiencia  individual a  través de las relaciones sociales e interpersonales que  se establecen, ya que la comunicación es un modo de expresión y está presente en las manifestaciones de nuestra vida relacional.

Ahora bien, para favorecer un ambiente psicológico adecuado y de colaboración, de manera que se promuevan positivamente motivos para el desarrollo de la capacidad de entrar en contacto personalizado y socializador a través de la comunicación como función de la sexualidad y los géneros en  proceso formativo género sensible, se ha de concebir éste de manera que el intercambio de mensajes tenga lugar en forma permanente, con un carácter singular, auténtico y motivacional compartido, dentro y fuera del proceso, para fomentar las relaciones comunicativas intergenéricas afectivas efectivas que favorezcan el desarrollo de la personalidad sexuada de género.

Para comprender mejor  la intención, se presenta el siguiente esquema que contiene los elementos que intervienen en el proceso de comunicación intra e intergenérica, constituyendo el modelo que responde más fielmente a la concepción conceptual de comunicación en su significación de lo humano, comunicación alternada,  aquel en que se concibe como un verdadero intercambio de mensajes, donde cada participantes asume indistintamente tanto el rol de emisor como el de receptor, evidenciándose así una verdadera bidireccionalidad en la transmisión con carácter sistémico, horizontal, más apegado a la realidad personológica sensible,  integrador y capaz de evitar relaciones de poder y discriminación, en sus figuras de dominación sumisión.

Emi-Rec             Emi-Rec

                    
Fig. 2. Proceso comunicativo alternado emisor receptor, intercambio en un ciclo permanente y en  dos direcciones.
Por otra parte, no solamente se necesita un código común para una transmisión de intercambios de significados eficaces a través de los dos canales esenciales de la comunicación, sino además la adecuada sintonía que debe establecerse entre lo verbal y lo no verbal, donde se  expresen mensajes afectivos dados por los gestos, expresiones faciales, la sonrisa, el tono emocional o matices que se emplean en el uso de la voz, miradas y además el condicionamiento de espacios que implique sentido humano en la relación persona-persona.

En efecto, entiéndase para cada “emirec”–“emirec”, conjugación que promulgó el canadiense Jean Cloutier, en un Seminario sobre Comunicación Social y Educación, efectuado en Quito en septiembre de 1982, donde se manifiesta la interpretación de que los seres humanos están facultados para interactuar en el proceso comunicativo como emisor receptor alternadamente, donde el intercambio de mensajes fluctúe en un ciclo permanente y en  dos direcciones, de “emirec” (A), a “emirec” (B) y viceversa.

Sólo que esto surtirá efecto, en la medida en que se empleen presupuestos metodológicos coherentes con la concepción para su aplicación y efectividad y que como resultado las personas  ejerzan la función comunicativa en su dualidad de emirec. Entonces se estará en condiciones de avanzar hacia niveles superiores, donde se desarrollen verdaderas capacidades para dar curso al análisis, la reflexión, la interpretación; de forma que se profundice, en un proceso  totalmente abierto, horizontal, dialógico, equitativo y de enriquecimiento mutuo intergenérico en vínculo interactivo, para la formación de un ser humano mujer y hombre más afectivo y sensible, activo y crítico.

  • FORMACIÓN PARA LA VIDA
    • Género sensible, bienestar y calidad de vida.

Es en contexto histórico social concreto, en situación sociocultural compleja e históricamente determinada, en la que las personas desarrollan las condiciones psicosociales en las que viven y en las cuales se involucran de manera crítica o acríticamente, en atención a los valores y antivalores morales asociados a la relación pensamiento cultura, con los recursos de poder, dominación y subordinación, posibilidades de comunicación, accesibilidad sociocultural, de libertad en opción a diversas alternativas, autonomía y otros patrones de acumulación como la raza, las creencias, el sexo y los géneros sociales, por sólo citar algunos.

De este modo, para la consecución de la salud sexual género sensible, el bienestar y la calidad de vida para el bien de todos y todas, se promueve la intervención  formativa género sensible,  a favor del crecimiento humano en alianza y desarrollo sustentable13  en paridad de género e intergenérica, para el descubrimiento de sí mismo en interacción y despliegue de compromiso y responsabilidad, y en imprescindibles situaciones en actividad y comunicación contribuir a la formación de la personalidad sexuada de género en proyectar la vida con el más auténtico sentido humanista.

Para lo cual, se asume bienestar como percepción personal, grupal y social sobre la situación de vida en contexto histórico social concreto, y en relación con la satisfacción de necesidades humanas fundamentales en mayor o menor medida respecto a las expectativas y las metas propuestas, pero en el marco del cumplimiento de los derechos humanos y sexuales.

Y calidad de vida como situación que engloba las diferentes dimensiones que determinan el grado de bienestar integral de las personas o de una población; por esta razón la calidad de vida no se expresa sólo en parámetros económicos o materiales sino sociales, psicológicos y ambientales, los que a su vez deben estar en armonía con la historia, tradición y cultura de la población (Glosario de Términos de Promoción de Salud. OPS, 2000).

Potenciar seres humanos progénero, en libertad de convencionalismos, preceptos esquemáticos y estereotipadas limitaciones, desde una posición  monoica14 y concepción andrógina de género15 , para un comportamiento único e irrepetible  en responsabilidad y autenticidad, en sinergia16 , en reciprocidad y sinergia andrógina 17, en lo interior y lo relacional, erradicando posiciones de dominación que devoren la singularidad, para convertirse con autonomía a un crecimiento humano coherente, fértil y abundante en el ejercicio y la práctica del perfeccionamiento de la paridad intergenérica a plenitud, para desde el equilibrio  a escala personal se influya en el entorno sociocultural con carácter intergenérico y la consecuente evolución género sensible. 

    • Formación género sensible.

La formación integral de todo ser humano implica conocimientos, experiencias, sentimientos,  actitudes y voluntad que determinan la internalización de sus convicciones e ideales forjados en el hacer para saber hacer, de modo que  la vinculación de la persona en su devenir e interacción con su realidad cultural social contextual, en los correspondientes períodos sensitivos primero y consigo mismo en acomodo interior y relacional, en construcción desconstrucción después, para bienestar, calidad de vida y la consecución de la salud sexo género, se gesten y promuevan sobre ideas básicas que constituyen invariantes para la formación género sensible:

  • Unidad intergenérica en crecimiento, desarrollo y transformación sensible a los géneros.
  • Doble intencionalidad progénero, interior y relacional, para influir y ser influido en la formación de la personalidad sexuada de género.
  • Vinculación persona formación género sensible para la vida.
  • Coherencia del discurso y la acción progénero para formar, ser y tomar parte de la solución proactiva a favor de los géneros en compromiso social.
  • Comunión oportuna de los elementos viriles femeniles del espíritu18 en la formación género sensible para el tránsito de persona a ser humano.
  • Doble carácter en la transformación género sensible, con la realidad social en liderazgo progénero y consigo mismo, el líder progénero en mí.
  • Relatividad sociocultural sexuada 19. La unidad pensamiento cultura condiciona el modo de percibir la realidad personal y social en toda su diversidad y complejidad, con profundo carácter holístico dialéctico, y se ha de presentar, para mediatizar en servicio abundante y sensible a lo humano en cultura de vida progénero, pensando diferente.
  • Transferencia de pensamiento sexista androcéntrico a pensamiento sexuado andrógino, en aprendizaje y desaprendizaje, mediante la apropiación de novedosos saberes género sensible.

En la unidad de la formación, el desarrollo y la transformación, donde se potencia la personalidad sexuada de género en su íntima relación cultura, pensamiento y transformación cultural, como agente de desarrollo social, se otorga la nueva cualidad, la comunión viril femenil, y germina entonces el desempeño social progénero, como aspiración e ideal de un ser humano hecho a la medida de lo que debemos representar para los demás en acción y servicio a lo humano.

Consecuentemente formación implica eso, proceso y resultado, mediante el cual la persona se transforma y desarrolla su personalidad sexuada de género en toda su cosmovisión, integración y completitud biopsicosocial. Sí la influencia humana a la cultura, en su doble carácter pensamiento cultura, está dada mediante el lenguaje como expresión material del pensamiento, de modo que pensamiento y lenguaje influyen la realidad cultural, entonces la manera posible y probable de afectarla para el perfeccionamiento del pensamiento en cultura de vida progénero, es influir en formación género sensible.

Entonces, formación género sensible es condición temporal y contextual de integración progénero constante, permanente y compleja, dentro de proceso y resultado y fuera de proceso consciente, donde el ser humano “se convierte para sí, según lo que representa para los demás”, en tanto alcanza la apropiación de saberes, afectos y valores andróginos, y en su apego y apropiación a un modo de vida más fértil en la unidad cultura, pensamiento, transformación cultural, procurar el desarrollo en la interacción y criticidad; y en su efecto, trascender como ser creativo, independiente y espiritual, capaz de resolver y satisfacer metas personales y socioculturales en su accionar progénero, dirigido a potenciar la transformación humana plena de la personalidad sexuada de género en formación género sensible para la vida.

La formación género sensible para la vida, se vuelve indispensable en el reconocimiento humano a la intencionalidad de gestar propósitos y proyectos para el beneficio en la transformación de persona  a ser humano, en comunión oportuna de los elementos viriles y femeniles del espíritu, pues, del mismo modo que no se da hijo sin madre y sin padre, no se da ser humano sin la intervención y formación género sensible oportuna para el bienestar y la calidad de vida.

    • Prevención y estilos de vida para el cuidado de la salud sexo-género.

La salud es un punto de encuentro. Ahí confluyen lo biológico y lo social, el individuo y la comunidad, la política social y económica. Además de su valor intrínseco, la salud es un medio para la realización personal y colectiva. Constituye, por lo tanto, un índice del éxito de una sociedad y sus instituciones de gobierno en la búsqueda del bienestar que es, a fin de cuentas, el sentido último del desarrollo. Mientras que la salud sexual es convergencia cuerpomente 20 en estado de equilibrio con el contexto sociocultural y medioambiental para el disfrute físico y emocional, sujeto a modificaciones y ajustes por su grado de dependencia objetiva y sobre todo subjetiva que posibilite una vida género sensible responsable en funcionamiento pleno como parte integrante de la calidad de vida del ser humano.

Constituyen las habilidades para la vida capacidades para adoptar críticamente un comportamiento adaptativo y positivo que permita a los individuos abordar con eficacia las exigencias y desafíos de la vida cotidiana. Las habilidades para la vida son habilidades personales, interpersonales, cognitivas y físicas que permiten a las personas controlar y dirigir sus vidas, desarrollando la capacidad para vivir con su entorno y lograr que éste cambie. Como ejemplos de habilidades de vida individuales se pueden citar la toma de decisiones y la solución de problemas, el pensamiento creativo y crítico, el conocimiento de sí mismo y la empatía, las habilidades de comunicación y de relación interpersonal y la capacidad de hacer a las emociones y manejar el estrés. Las habilidades de vida tal y como se definen más arriba son elementos constitutivos fundamentalmente del desarrollo de las habilidades personales para la promoción de la salud descritas como una de las áreas de acción clave en la Carta de Ottawa. (Glosario de Términos de Promoción de Salud. OPS, 2000).

Mientras que a la consecución de la autonomía personal y capacidad de tomar decisiones mediante el desarrollo y utilización de las habilidades necesarias para decidir respecto a la propia salud, la de su familia y su comunidad, es empoderamiento, en términos amplios se refiere a un concepto político con características de revolución cultural, con cambio de mentalidad, de auto imagen, actitudes, modo de actuar, haciéndose cargo el ser humano de sus capacidades, saberes y derechos. (Glosario de Términos de Promoción de Salud. OPS, 2000).

En tanto, el empoderamiento prospectivo, implica descubrimiento y cultivo de la autonomía y la autodeterminación, del fomento de la autoestima y de la dignificación propia para trascender a lo que nos reduce, para no sólo formar parte, sino para sentirse, ser y tomar parte con protagonismo activo.

Interpretar la naturaleza humana propia y ajena en interacción, y en correlación con la percepción de la imagen conceptual, desde las opiniones y creencias fundadas en la experiencia vital cognitivo, afectiva, volitiva y axiológica en relación con la cultura, determinando nociones comunes aplicadas a los diversos ámbitos de la vida, en este particular en lo relacionado a  los géneros y su sensibilidad para la vida en comunión oportuna viril femenil del espíritu, constituye una cosmovisión cultural  de género 21.

Para ejercer una formación sistémica en la prevención de la salud individual y social género sensible cuidado salud, se deben establecer prioridades tales como la de generar alianza y desarrollo sustentable en posibilidad absolutamente humana de sustentar o defender con razones progénero el crecimiento humano en paridad intergenérica,  mediado por una formación en evolución progresiva; pensando diferente,  para los comportamientos  únicos e irrepetibles  de cada ser inconcluso en su quehacer cotidiano, hacia mejores niveles de vida interiores y relacionales.(Rodríguez Galera, 2013b: 6). De modo que ofrezcan resultados de igualdad, equidad y paridad para los seres humanos en su condición de personas sexuadas en el fomento de una ideología progénero22 en la consecución de la salud sexo género, y así se clarifiquen posiciones tales como que la salud no se compra, se educa y con ello se hace prevención para la salvaguarda del bienestar físico espiritual y una mejor calidad de vida total en las relaciones cuerpomente entorno, sin perder de vista términos de medición como los que relacionamos a continuación.

La efectividad que es utilizada a menudo en la bibliografía en relación a la eficacia, pues se centra en los resultados. En forma simple podría señalarse que un sistema es efectivo cuando las cosas se hacen bien, con la menor cantidad de recursos sin descuidar la calidad, logrando los resultados propuestos. La eficacia que al igual que en la eficiencia, el concepto económico rígido de eficacia, o sea, la relación entre cantidad de recursos, actividades o resultados programados y la cantidad efectivamente obtenida (grado de cumplimiento de las metas) es limitada para la fijación de objetivos en un sistema de salud. Se propone introducir más bien el concepto eficacia social y epidemiológicamente en que se asocian indicadores de cantidad y calidad sobre los procesos de impacto. Y eficiencia, la categoría eficiencia expresa una relación de producción obtenida de recursos utilizados, donde se busca optimizar la productividad de un sistema, sea maximizando productos por unidad de insumo o minimizando los insumos por unidad de producto. Aunque siempre en cualquier sistema se debe buscar una productividad óptima, en relación a las acciones en salud se debe trabajar con una categoría más amplia como la de eficiencia social, es decir, una relación de resultado social entre la producción y el costo social de los recursos utilizados. (Glosario de Términos de Promoción de Salud. OPS, 2000).

Niñez.  Primer  intervalo -  Proactivo.

Modelar actividades que  permitan promover una dinámica y formas de relación entre unos y otras sustentada en la formación género sensible biopsicosocial.

FORMACIÓN GÉNERO SENSIBLE CUIDADO SALUD

CUERPO

CONVIVENCIA

mente

higiene y reconocimiento

interacción

hábitos higiénicos

soporte físico

actividades lúdicas

identificación personal

“yo” físico

juegos de roles

opinión y autovaloración personal roles de género

desnudez y cubrimiento

reconocimiento
búsqueda  y descubrimiento

apreciación social
nociones de estética

apreciación personal

importancia y cuidado

significación, importancia y cuidado

frontera entre los seres humanos

representación
identidad sexual

identidad sexual y de género
asignaciones sociales y roles de género

ser corporal

modelación social del cuerpo

imaginario social contrucción desconstrucción

Adolescencia y primera juventud.  Segundo  intervalo - Prosocial.

Modelar actividades que  permitan promover una dinámica y formas de relación entre unos y otras en conducta prosocial,  para beneficiar a las personas voluntariamente sustentados en la formación género sensible y en Enriquecimiento Mutuo Intergenérico (EMI).

FORMACIÓN GÉNERO SENSIBLE CUIDADO SALUD

CUERPO MENTE

SALUD FÍSICO MENTAL

CONDUCTA PROSOCIAL

identidad  personal
autoestima, asertividad

conocimiento para la energía vital, sentimientos y deseos en correspondencia con nuestra cultura  contextual

importancia y cuidado
apreciación por su significado
personal y social

cobra significado la apreciación corporal

deseo de mirar, tocar y explorar nuestro cuerpo

respeto corporal entre unos y otras

elemento central
  imagen y autoimagen

autonomía
bienestar

habilidades para la vida

opinión y autovaloración personal en la búsqueda interior y relacional

género sensible
cuidado salud

empoderamiento prospectivo
paridad

valoración de nuestra imagen corporal desde la valoración externa

salud sexual

conducta prosocial
ideología progénero

desestructurar tabúes, estereotipos y prejuicios

calidad de vida

aceptación corporal, cuidado, disfrute, proyectos de vida

Jóvenes universitarios, escuela para padres y madres de familia, personas de la tercera edad y profesionales.  Tercer  intervalo - Progénero.

Modelar actividades que  permitan promover una dinámica y formas de relación entre unos y otras sustentada en la formación género sensible  de Enriquecimiento Mutuo Intergenérico (EMI) en Proceso de Enriquecimiento Mutuo Intergenérico (PEMI).

FORMACIÓN GÉNERO SENSIBLE CUIDADO SALUD

CUERPO MENTE

SALUD FÍSICO MENTAL

CONDUCTA PROGÉNERO

identidad  personal
autoestima,  asertividad

conocimiento para la energía vital, sentimientos y deseos en correspondencia con nuestra cultura  contextual

importancia y cuidado
apreciación por su significado
personal y social

cobra significado la apreciación corporal

deseo de mirar, tocar y explorar nuestro cuerpo

respeto corporal entre unos y otras

elemento central
  imagen y autoimagen

autonomía
bienestar

habilidades para la vida

opinión y autovaloración personal en la búsqueda interior y relacional

géneros-sensibles
cuidado-salud

empoderamiento prospectivo
paridad

valoración de nuestra imagen corporal desde la valoración externa

salud sexual

conducta prosocial
ideología progénero

desestructurar tabúes, estereotipos y prejuicios

calidad de vida

aceptación corporal, cuidado, disfrute, proyectos de vida

Fig. 3. Estrategia de formación y prevención. Desarrollo humano interior y relacional para la consecución de la salud en general y de la salud sexo  género sensible en particular.

Bibliografía

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-Rodríguez Galera, J.: "Comunión oportuna viril femenil una brecha al etnocentrismo", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Julio 2013a, www.eumed.net/rev/cccss/25/etnocentrismo.html
-Rodríguez Galera, J.: "Liderazgo progénero para la acción social", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Agosto 2013b, www.eumed.net/rev/cccss/25/sexualidad.html
-Rodríguez Galera, J.: " Principios y valores andróginos una opción de vida", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Septiembre 2013c, www.eumed.net/rev/cccss/25/androginia.html

1 Sexualidad: En acta de consulta, la OPS, la OMS, y la WAS, en el año 2000 en Antigua Guatemala, consensuaron y dejaron plasmado que el término “sexualidad” se refiere a una dimensión fundamental del hecho de ser un ser humano: Basada en el sexo, incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproducción. Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. Si bien la sexualidad puede abarcar todos estos aspectos, no es necesario que se experimenten ni se expresen todos. Sin embargo, en resumen, la sexualidad se experiencia y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos. (Acta de consulta, OPS, OMS, WAS, 2000).

2 Prejuicios de género: Juicios preconcebidos y arbitrarios, difíciles de combatir, que tienen por objeto una actitud desfavorable y hostil hacia la diversidad, sin contener al respecto cabal conocimiento y siendo su característica diferenciadora los estereotipos relativos a las personas contra quienes van dirigidos.

3 Estereotipos de género: Son vistos como formulaciones genéricas predefinidas que perpetúan imágenes tradicionales simplistas, esquemáticas y prejuiciadas que etiquetan los modelos masculinos y femeninos, toda vez contenidas en el ámbito sociocultural contextual; manifiestas en el pensamiento, se resisten al cambio por falta de un razonamiento crítico a la luz de experiencias diferentes y constituyen una amenaza hoy día para el bienestar humano.

4 Sexismo: Posición ideológica asumida y manifiesta en el accionar mediante el lenguaje como expresión material del pensamiento patriarcal, toda vez contenido en el imaginario social, desvirtuando culturalmente el protagonismo femenino, desdibujado y supeditado a las figuras de lo masculino de las sociedades androcéntricas  antiguas y contemporáneas.

5 Machismo: Expresión androcentrista abierta para lo masculino, en sus manifestaciones hegemónicas con marcadas actitudes de sometimiento y discriminación sobre la mujer en todos los ámbitos de la vida, quienes se muestran portadoras y transmisoras por excelencia de dicha posición, no menos criticada por ellas, fundamentalmente dentro de los marcos de las relaciones familiares y sociales, pero portadoras persistentes por la fuerza de la costumbre en la transmisión.

6 Feminismo: Posiciones emancipadoras a favor de los derechos sociales y de género de la mujer, propiamente por mujeres que luchan y se asumen feministas, y aunque muy justo, no es menos cierto que en el lado opuesto,  contrarias al poder varonil jerárquico,  posición antagónica e irreconciliable,  en su mayoría con manifestaciones radicales en asumir los espacios, beneficios y prebendas sociales otorgadas a los hombres en trayectoria de poder, fuerza e imposiciones, de la mano de la discriminación, del ejercicio de la razón que despoja la sensibilidad y da paso a la violencia. 

7 Identidad de género: es la conciencia y el sentimiento íntimos de ser hombre, mujer, masculino, femenino o ambivalente, que constituye el proceso jerárquicamente esencial, activadora de los restantes, en tanto la persona estructura toda su sexualidad a partir de la manera en que vivencia, como parte de su identidad total, el hecho de pertenecer a un sexo determinado, y esto lo motiva a identificarse de una manera peculiar y personalizada con los modelos genéricos que dicta la sociedad en la cual se inserta.

8 Rol de género: es la expresión pública de la identidad asumida mediante el desempeño de diversos papeles en la vida sexual (padre, madre; esposo, esposa; amigo, amiga, etc.), por lo que se manifiesta de una manera peculiar donde el individuo interpreta, construye y expresa en su conducta cotidiana los modelos jerárquicos que para su sexo establece la sociedad en que vive.

9 Orientación sexo-erótica: se conforma por la dirección de las preferencias sexuales, eróticas y afectivas, hacia el otro sexo, el propio o ambos, que reciben la denominación de heterosexualismo, homosexualismo y bisexualismo, respectivamente.

10 Proactivos: Toda actitud no reactiva que beneficia el enriquecimiento humano interior en lo relacional para el bienestar, la salud y la calidad de vida entre unos y otras.

11 Progénero:Toda conducta género sensible cuidado salud que beneficia a otras personas en ejercicio asertivo, empático y voluntario para el bienestar, la salud y la calidad de vida en la interacción.

12 Paridad de género e intergenérica: Definiciones citadas en Rodríguez Galera, J.: "Comunión oportuna viril femenil una brecha al etnocentrismo", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Julio 2013, www.eumed.net/rev/cccss/25/etnocentrismo.html

13 Alianza y desarrollo sustentable: Definición citada  en Rodríguez Galera, J.: "Liderazgo progénero para la acción social", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Agosto 2013, www.eumed.net/rev/cccss/25/sexualidad.html

14 Posición  monoica: Definición citada  en Rodríguez Galera, J.: "Liderazgo progénero para la acción social", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Agosto 2013, www.eumed.net/rev/cccss/25/sexualidad.html

15 Concepción andrógina de género: Pertrechar al ser humano de recursos necesarios para la sensibilización ante nuevas alternativas de pensamiento intergenérico, sin jerarquización ni supeditación por ser mujer u hombre, para como agentes de cambio prosocial en situaciones relacionales, se conciba cada género y sus roles con sentido crítico, renovador y transformador, desde una posición monoica de género.

16 Sinergia: Acción de dos o más causas, cuyo efecto, es superior a la suma de los efectos individuales.

17 Sinergia andrógina: Efecto activo y concertado de cooperación, superior a la suma de los efectos individuales, para potenciar el respeto a la diversidad singular desde lo viril femenil del espíritu en interacción social progénero.

18 Comunión oportuna viril femenil del espíritu: Crecimiento humano interior en lo relacional en sinergia de los necesarios y suficientes elementos viriles y femeniles del espíritu humano, que en  formación para una vida plena en paridad  de género e intergenérica,  precisa todo ser humano.

19 Relatividad sociocultural sexuada: Analizar el principio andrógino del enriquecimiento mutuo intergenérico en reciprocidad dentro y fuera del Proceso de Enriquecimiento Mutuo Intergenérico y el valor andrógino correlativo a este, respeto mutuo intergenérico, ambos explicitados y fundamentados en Rodríguez Galera, J.: " Principios y valores andróginos una opción de vida", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Septiembre 2013, www.eumed.net/rev/cccss/25/androginia.html

20 Cuerpomente: Unidad estructural indisoluble, singular e irrepetible, de carácter biopsicosocial, en construcción y desconstrucción desde el nacimiento hasta la muerte, susceptible de transformar y transformarse en la liberación de potencialidades.

21 Cosmovisión cultural  de género: Definición citada en Rodríguez Galera, J.: "Comunión oportuna viril femenil una brecha al etnocentrismo", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Julio 2013, www.eumed.net/rev/cccss/25/etnocentrismo.html

22 Ideología progénero:Definición citada en Rodríguez Galera, J.: "Comunión oportuna viril femenil una brecha al etnocentrismo", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Julio 2013, www.eumed.net/rev/cccss/25/etnocentrismo.html