Santiago Gallur Santorum (CV)
santiago.gallur@uacj.mx
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
-Resumen:
Desde que surge el periodismo como profesión, el profesional de la información y aquellas personas responsables de los medios han sido los encargados de seleccionar los hechos, sucesos y acontecimientos que se convertirían o no en noticias al salir publicados. Sin embargo, las dinámicas actuales de producción informativa condicionadas en muchos países por el deseo de control de la información por parte de grupos de poder ha provocado que esta función tradicionalmente periodística empiece a ser ejercida por otros sectores sociales legales e “ilegales”. Así, este artículo pretende reflexionar (usando para ello la base de una investigación mayor centrada en cómo afecta la violencia a la producción informativa), sobre las consecuencias de la aparición de otros actores sociales en el proceso de producción informativa en los medios de comunicación en México. Su entrada no ha sido pactada, ya que la función de “gatekeeper” debe corresponder exclusivamente a los propios periodistas y a los responsables de los medios, sin embargo, la situación de violencia generalizada contra los profesionales de la información que se ha intensificado sobremanera en los últimos años, ha obligado a la cesión de funciones netamente periodísticas a otros actores de los poderes legales e “ilegales” establecidos en el país.
Palabras clave: “Gatekeeper”, medios, periodistas, violencia, libertad de prensa y derecho a la información.
Desde que estalló en 2006 la conocida como “guerra contra el narco” del presidente Felipe Calderón, México ha vivido una situación de extrema violencia que ha marcado profundamente a la población civil. La violencia derivada de este “aparente conflicto” entre autoridades y cárteles de la droga (e incluso entre los propios narcos), acaba afectando sobremanera a las dinámicas sociales. Un perfecto ejemplo de ello son las consecuencias de la violencia generalizada en el país sobre los medios de comunicación, con más de 150 periodistas asesinados y 21 “desaparecidos” desde 1983 hasta 2013, y alrededor de 1791 agresiones desde 1998 hasta 2010 1. Sin embargo, esta situación forma parte, desde una perspectiva más amplia, de un problema al que se enfrentan los periodistas en casi todo el mundo2 . Así, en la década del 2000 alrededor de 141 periodistas fueron asesinados en todo el mundo víctimas del crimen organizado 3. A la vez que el resto del planeta se veía sumido en una situación preocupante, en México el problema se hacía evidente día a día. De este modo el país pasó del puesto 136 en 2010, a ocupar el puesto 149 en 2011 en la lista sobre el peligro para los periodistas elaborada por Reporteros Sin Fronteras. Como resultado, México acaba siendo incluido entre los 30 países con menor libertad de prensa de todo el mundo4 .
A pesar de la contundencia de los datos previamente expuestos, la realidad supera ampliamente el pequeño espectro que los números podrían mostrar. Así, más allá del millar y medios de periodistas amenazados, perseguidos o agredidos, y los más de 150 profesionales de la información asesinados en el país, la situación real abarca cuestiones, condicionantes y factores que difícilmente estas cifras pueden expresar. Concretamente nos referimos a los hechos derivados de la violencia estructural que algunos profesionales de la información están sufriendo de forma rutinaria en el país. Así, situaciones que en un primer momento podrían considerarse como excepcionales o sucesos puntuales, son en realidad parte de una dramática dinámica de violencia que la propia población civil está viviendo en casi todo el país. Sin embargo, lo que hace del drama que viven los profesionales de la información algo especialmente grave es fundamentalmente debido al motivo por el que los periodistas son amenazados, agredidos, desaparecidos o incluso asesinados: Por ejercer bien su trabajo. Y, ¿qué tiene esto de especial?. En concreto, está vinculado al hecho de que justo son agredidos y sometidos a presiones aquellos periodistas que cumplen con los códigos éticos que marca la profesión, mientras el resto, los que no lo hacen, viven su día a día con cierta tranquilidad.
En 1983 la UNESCO publica en París el documento titulado “Principios de ética profesional del periodismo”. En él se establecen cuáles son los principios y códigos deontológicos que deben regir la labor de los periodistas y los medios de comunicación5 . A pesar de que dichos códigos éticos estaban en la mente de una buena parte de los profesionales del periodismo con anterioridad a la fecha mencionada a través del ejemplo que sentaban con su práctica diaria los denominados medios serios, no fue hasta la fecha citada que un documento escrito y aprobado a nivel internacional recogió esos principios deontológicos. A partir de ese preciso momento el cumplimiento de los mencionados principios periodísticos dejó de ser una cuestión teórica discutible para pasar a convertirse en un elemento de necesario cumplimiento, al menos desde el punto de vista de la ética y de la deontología.
En 30 años de códigos deontológicos para el periodismo se puede decir que poco ha cambiado en la práctica, ya que a pesar de que éstos existen no son de obligado cumplimiento en la práctica, ya que no hay ningún organismo profesional o legal que se encargue de sancionar a aquellos medios o profesionales que no los contemplen. Es más, a pesar de lo sorprendente que pueda resultar, a día de hoy la profesión periodística puede ser ejercida por cualquier persona que decida contratar el medio de comunicación en cuestión. Esto, evidentemente, conlleva a que el profesional que la ejerza no tenga porqué conocer dichos códigos deontológicos ya que no se ha formado profesionalmente como tal, sino única y exclusivamente ha trabajado en medios de comunicación sin necesariamente saber toda la teoría que hay detrás de dicha actividad. Por tanto, aquí surge el primer problema de una realidad mucho más compleja de lo que se piensa, pues una parte de sus profesionales no conocen las implicaciones y deberes éticos de dicha profesión y por lo tanto no los cumplen. La otra parte de los profesionales, aquellos que se forman con el surgimiento de cientos de facultades de periodismo en todo el mundo en los últimos cuarenta años, son conocedores de dichos códigos deontológicos pero, sin embargo, no pueden cumplirlos en una gran cantidad de ocasiones debido a que las dinámicas productivas y de selección de noticias en los medios lo dificulta sobremanera6 .
Por tanto, ¿cuáles son las consecuencias de que una parte importante de los periodistas no cumplan (por desconocimiento o por omisión) los códigos deontológicos?. Pues que no hacen lo que deberían hacer: investigar e informar de todos aquellos asuntos que son importantes para toda la sociedad (no sólo para sus audiencias o público-objetivo). De este modo, aquellos periodistas que por convicción, ética y valores, deciden investigar sobre cualquier asunto relevante se enfrentan a un serio problema: por una parte debido a todo lo comentado previamente, los poderes existentes en el estado en cuestión no están acostumbrados a dicha actitud y por lo tanto reaccionan con contundencia. La consecuencia más dramática de este proceso es el asesinato de los periodistas. Esto se traduce en una terrible realidad: los periodistas son asesinados por cumplir con las normas éticas y morales que indican los códigos deontológicos de la profesión, es decir, por hacer bien su trabajo. Mientras, el resto, los que viven sin amenazas ni agresiones, acaban desarrollando una dinámica de autoprotección en la que la que hace acto de presencia comúnmente la contención, la mesura y la actitud de complacencia ante las imposiciones de actores externos a la profesión, es decir: la autocensura. Así, el verdadero problema no es que se asesinen a periodistas de forma indiscriminada, sino que dichos asesinatos responden a una intencionalidad concreta: la de silenciar a los que investigan aspectos que grupos de poder quieren mantener ocultos 7.
El objetivo principal de este artículo sería, partiendo de dos artículos previamente publicados en esta misma revista 8, analizar y reflexionar sobre cómo la dinámica de violencia contra los periodistas que se lleva viviendo en México durante más de treinta años, en los últimos tiempos (desde el comienzo de la llamada “guerra” contra el narco) se ha radicalizado. Como consecuencia directa de esto los periodistas se ven obligados aceptar los criterios de selección y publicación de noticias impuestos por actores ajenos a los medios. Así, como objetivo secundario aparece la necesidad de evaluar cuáles son las consecuencias directas para el periodismo de la aparición de un nuevo “gatekeeper” ajeno a la profesión en el periodismo en México.
HIPÓTESIS:La hipótesis principal de la investigación de la que éste (y los dos artículos anteriormente citados a pie de página derivan) hace hincapié en el peligro que supone para el periodismo y los periodistas la aparición de un nuevo “gatekeeper” en el proceso de producción informativa. Así, esta hipótesis señala que el contexto de violencia que vive México, y que han sufrido de manera especial los profesionales de la información, ha provocado que en ciertos casos éstos permitan la toma de decisiones sobre la publicación de noticias a poderes “legales” e “ilegales”. De este modo, mientras cientos de periodistas son agredidos cada año y decenas asesinados, otros, deciden no poner en riesgo sus vidas y aceptar las imposiciones de actores ajenos a los medios. Así, la hipótesis aquí expuesta se investiga para comprender bien, cómo, a la vez que esto ocurre, también hay medios como Proceso, Contralínea y CIMAC, que desarrollan un periodismo de gran calidad, a pesar del riesgo que supone el llevar a cabo éticamente la profesión. La clave de la calidad de estos tres medios se centra en han utilizado una nueva forma de cobertura informativa consistente en la reconfiguración e incluso inversión de los valores noticia tradicionales en el tratamiento del narcotráfico y el feminicidio de Ciudad Juárez. Este cambio de paradigma de la noticiabilidad permite explicar la realidad de forma estructural y no como un simple amalgama de situaciones coyunturales derivadas de la necesidad de informar inmediatamente. De este modo, las víctimas y aquellas personas “sin voz” en los medios tienen cabida, pudiendo aportar su propia versión de los hechos, contrastando o incluso sustituyendo a la versión oficial.
METOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN:La principal característica de este artículo es que no se entiende como una simple exposición de agresiones de todo tipo a las que han sido sometidos los periodistas en México, si no que se enmarca dentro de una investigación mucho más amplia, centrada en la inversión de los valores noticia llevada a cabo por los tres medios ya comentados. Así, a pesar de que para la realización del trabajo que aquí se expone la metodología utilizada se basó únicamente en un análisis de contenido de una serie de fuentes específicas que tratan las consecuencias de la violencia en México sobre los periodistas y el propio periodismo, la investigación principal (en la que se engloban este y varios artículos ya comentados), utiliza una metodología mucho más compleja y amplia. En concreto se utilizó una metodología basada en el análisis de contenido de los medios investigados, y en el contraste de la información publicada por los mismos a través de una grandísima cantidad de fuentes de distintos tipos:
4.1. Fuentes consultadas: A continuación se presenta un esquema orientativo de las fuentes utilizadas para el contraste de la información analizada (pudiendo así comprobar la calidad de las noticias publicadas por cada uno de los tres medios) divididas por tipo y temática a tratar9 :
-Informes, clasificados por temática serían los siguientes: -Derechos Humanos en México; -Derechos Humanos en América Latina; -Derechos Humanos de las mujeres en México; -Detención de niños en México; -Desapariciones Forzadas y Ejecuciones Sumarias en México; -Explotación infantil en México; -Implicación del narco en el feminicidio de Ciudad Juárez; -Feminicidio; -Feminicidio en Guatemala. Similitudes con México; -Libertad de expresión en México; -Posicionamiento del Parlamento Europeo contra el feminicidio en América Latina; -Prácticas tradicionales que afectan a la salud de mujeres y niñas en México; -Situación de los defensores de los Derechos Humanos; -Tortura y detención arbitraria en México; -Tráfico de niños, prostitución y pornografía infantil en México; -Violaciones de los derechos humanos de los/as obreros/as migrantes en México y -Violencia contra las mujeres.
-Documentos e informes de México y Estados Unidos sobre la historia reciente de México: -La Guerra Sucia en México; La problemática de la Seguridad en la frontera Sur de México; Los abusos militares en Chiapas y la problemática del ejército mexicano.
Asimismo, las noticias analizadas también se contrastaron con una amplia bibliografía clasificada temáticamente por los siguientes apartados temáticos: -Combate al narcotráfico; -Corrupción; -Crimen Organizado; -Derechos Humanos; -Ejército; -Feminicidio; -Historia de México;-Impunidad; Maquila; -Narcotráfico; -Pederastia; -Sectas Narcosatánicas y Santa Muerte;-Seguridad; -Situación social de las mujeres; -Sociedad mexicana; y Tortura.
4.2. Análisis de contenido: La investigación principal de la que este artículo deriva, ha tenido como eje central el estudio de un total de 9.000 noticias de los tres medios de comunicación mencionados (Proceso, Contralínea y CIMAC) seleccionadas por el tratamiento del narcotráfico y del feminicidio de Ciudad Juárez. El análisis de contenido se realizó en dos fases:
Fase A. Estudio de la aplicación de los valores noticia tradicionales teniendo como base las concepciones teóricas anteriormente expuestas sobre los valores noticia, la realidad de los medios y el contexto mexicano.
Fase B. Propuesta de nuevos factores de noticiabilidad y comprobación de su validez en la información publicada: Una vez realizado este estudio se identificaron una serie de valores noticia que hipotéticamente recogerían los que son utilizados en esta situación de conflicto y se comprobó su validez en las mismas informaciones estudiadas en la primera parte de este análisis de contenido. Si bien estos factores no estarían presentes en su totalidad en los tres medios, sí lo están una combinación concreta de los mismos que es la que a su vez acaba diferenciando su producción informativa y hace que sus noticias sean distintas en cada uno de los tres.
Los textos informativos analizados fueron los siguientes:
-Todas las noticias sobre el narcotráfico en México publicadas por Proceso desde su creación en 1976 hasta el 2010 (fecha en la que se marcó el límite de la investigación). Es necesario señalar que no es hasta 1989-1990 cuando la revista de investigación comienza a llevar a cabo una cobertura relativamente periódica de esta temática, llegando a tener en la actualidad una sección propia.
-Todas las noticias sobre el narcotráfico en México publicadas por Contralínea desde su creación en el 2001 hasta el 2010 (fecha en la que se marcó el límite de la investigación), ya que esta revista de investigación ha dedicado desde su nacimiento una gran parte de sus recursos a la investigación del narcotráfico y la corrupción asociada.
-Todas las noticias sobre el feminicidio de Ciudad Juárez publicadas por la agencia de noticias CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer AC) desde 1999 hasta el 2010 (fecha en la que se marcó el límite de la investigación). Hay que destacar que este es el único medio de comunicación que ha llevado un seguimiento periódico de todos los hechos que rodean al feminicidio de Ciudad Juárez, así como su contextualización histórica.
Este artículo ha sido elaborado en la Fase A de la investigación central, situándose antes del análisis de contenido de los medios mencionados. Así, se caracteriza por exponer a través del “dato duro” y la información expresada en cifras y porcentajes, una realidad tan compleja como contundente: Periodistas y medios de comunicación en México no pueden ejercer libremente su trabajo ya que sufren todo tipo de presiones y agresiones que limitan su ejercicio profesional. La metodología utilizada específicamente para llevar a cabo esta ponencia ha consistido en un análisis de contenido de las principales fuentes existentes sobre las agresiones, amenazas, intimidaciones, presiones y secuestros de periodistas mexicanos desde 1998 a 2010, ordenadas y señaladas específicamente en el apartado de fuentes en: Bibliografía, documentos hemerográficos e informes. Aunque sobre todo se ha centrado en el análisis de aquellos documentos e informes que se han llevado a cabo en los últimos años sobre las consecuencias de la violencia sobre el periodismo en México, la autocensura de los periodistas y la interlocución con los victimarios en la información sobre el narcotráfico y de temas vinculados.
Como ya se comentó en la introducción, el clima de violencia que se vive todavía actualmente en México y que comenzó brutalmente con la llamada “guerra contra el narco” iniciada por el presidente Felipe Calderón Hinojosa en 2006, ha salpicado de sangre a prácticamente todo el país. Casi cualquier sector social ha sido afectado de una u otra forma por una ola de violencia masiva y generalizada, en la que claramente los cárteles de la droga y el crimen organizado han impuesto su “ley”. La consecuencia directa de todo esto es la impunidad. Una situación de la que actualmente, siete años después de que iniciase dicho conflicto, empiezan a palparse las verdaderas consecuencias derivadas de la ola de la violencia, más allá de las decenas de miles de víctimas, muchas de ellas inocentes 10.
Una de las consecuencias más evidentes de dicha violencia constante sobre el país son los daños colaterales que sufren los que informan de ello. Los medios de comunicación no son una víctima más en dicho conflicto, si no que en muchas ocasiones se convierten en el blanco preferido de aquellos que pretenden sembrar el terror. Así, tanto desde los grupos del poder político y empresarial del estado, como desde el crimen organizado, estos siete años se han caracterizado por un ataque sistemático contra aquellos medios de comunicación que pretenden contar lo que verdaderamente sucede en el país. Sin embargo, a pesar de que esto no era algo nuevo en el país, si bien en estos últimos siete años ha alcanzado cotas extremas, no ha sido hasta 2007 que organizaciones profesionales de prensa encargadas de denunciar el no cumplimiento de los códigos deontológicos, así como de sacar a la luz situaciones de riesgo para los periodistas, han empezado a visibilizar una dinámica perversa. Así, a pesar de que otras muchas organizaciones profesionales y de derechos humanos han expuesto la grave situación de violencia constante a la que se enfrentan los periodistas en el país11 , han sido muy pocas las que han tratado en profundidad las consecuencias para el periodismo y los periodistas derivadas de esta dinámica12 . Así, a continuación analizaremos y expondremos un listado de los principales informes elaborados sobre dicha problemática por parte de organizaciones profesionales del periodismo, y los principales factores que han sido señalados, con el objetivo de hacer hincapié sobre aquellos aspectos que la dinámica de violencia contra los periodistas ha puesto en evidencia para su estudio:
-En 2008, dos años después de que estallase la “guerra contra el narco”, se publica el informe “Libertad de Expresión-Poderes Paralelos, 2007: Agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación”. En él se tratan por primera vez desde que estalla el conflicto, temas inéditos hasta el momento y que preparaban a la opinión pública para lo que en años posteriores se convertiría en una dinámica habitual. Así, el Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET) advertía ya en esos momentos que el crimen organizado estaba presente en tres de cada diez ataques, mientras algunos periodistas encargados de informar sobre la situación estaban resistiendo como podían contra la autocensura. Otros muchos, ya en 2007 eran víctimas de esta terrible práctica periodística, que para el propio CEPET es “peor que la propia censura”, ya que es autoimpuesta. Como consecuencia directa se estaba produciendo un incipiente aunque evidente silenciamiento de los medios, a causa del miedo que la violencia generalizada impuso sobre los profesionales de la información. Sin embargo, a la vez que se empezaban a visibilizar este tipo de agresiones contra los medios, también comenzaba a quedar bastante claro quiénes eran los “poderes paralelos” que estaban llevando a cabo estos atentados contra los periodistas y sus medios. De este modo, cualquier grupo de poder con algún interés oculto en negocios vinculados al crimen organizado, y que quisiese evitar su conocimiento público, se convertía en agresor: narcomenudistas, políticos, empresarios, policías, militares, etc.13 .
Pero además de las agresiones, los asesinatos y las desapariciones de cientos y hasta miles de personas, uno de los aspectos más llamativos de dichos actos de violencia e intimidación son los mensajes dejados sobre o en los mismos cuerpos de los represaliados. En el informe mencionado previamente se recopilan dichos mensajes que se exponen a continuación para dar una idea de la estrategia de “intimidación” social llevada a cabo por parte del crimen organizado:
“Narcomensajes:
Todos los mensajes fueron encontrados encima o junto a cadáveres completos o decapitados, escritos en papel de colores, cartulinas y pedazos de cartón.
En Aguascalientes: “Para el Pano, para los Chapulines y los que surte, y para los que siguen”
Cd. Juárez, Chihuahua: “Para los que no creyeron”, decía una mata que fue colocada al pie del monumento al policía. Le seguía una lista de policías bajo el texto “Para los que siguen sin creer”.
Durango, Dgo. El cuerpo envuelto en una lona fue hallado esta mañana, junto a un cartel con el mensaje “Por tratar así a la familia”, en una calle del fraccionamiento Pensadores Mexicanos, al oriente de la ciudad, informaron autoridades policiales.
Pedatán, Guerrero. “Este es un saludo de parte de los güeritos José Luis Rodríguez Olivera y de Esteban Rodríguez Olivera y la calabaza para Eduardo Costilla y para Heriberto Lazcano y para Efraín Teodoro “A” Z14”.
Monterrey, NL. “Esto es para todos los mugrosos. (Zetillas) No extrañen a este zetilla que va para allá y su P… Invalido”. El otro señala: “Ojo niños: no se preocupen el Chuky ya no existe ja ja ja ja”.
Cancún, Quinata Roo. “Este es una mensaje para todos los tiradores (narcomenudistas) de droga. Es mejor que se abran, soplan vientos”.
Tabasco. “Sigan de Heroez al General, socio del Chapo G. No se metan en medio. Zeguirán dejando huérfanos. P.D. Siguen ustedes soplones”.
Veracruz. “Somos gente nueva y esto les va a pasar a todos…” 14.
Es evidente que lo más llamativo de esta nueva forma de “comunicación” desarrollada por el crimen organizado no es darse a conocer, si no imponer una sensación de miedo e inseguridad constante a la población en general. Y es que lo más sorprendente es que los distintos cárteles y grupos de sicarios del narco se atreven no solo a “firmar” sobre los cuerpos de sus víctimas, si no a amenazar contundentemente a las propias autoridades que no se han dejado corromper.
-En 2009, es publicado el informe “Libertad de Expresión, 2008: Periodismo bajo la violencia del narcotráfico”, en el que se expone cómo el periodismo está bajo el punto de mira del crimen organizado, por una cuestión evidente: los periodistas investigan y sacan a la luz aquello que otros muchos quieren mantener oculto. En esta tesitura el documento señala entre otras muchas cosas como el periodista se encuentra en una situación verdaderamente compleja, “entre dos fuegos”, ya que ni el crimen organizado quiere que salga a la luz la información ni el propio gobierno. Así, dentro del gremio las principales víctimas acaban siendo los reporteros porque ellos son los encargados de llevar a acabo todo tipo de investigaciones sobre el crimen organizado. Asimismo, en el documento se expone también como Chihuahua se convierte en 2008 en el Estado más peligroso del país debido a toda la “oleada” de violencia contra la población civil y contra los medios. Dentro de todo este panorama de agresiones contra los medios, los principales responsables se encuentran dentro de las fuerzas de seguridad y del funcionariado, entro otros muchos sectores que amenazan directamente la seguridad de los medios y sus periodistas.
Así, cada vez se hace más evidente que la autocensura se acaba imponiendo, sobre todo en las zonas más peligrosas, como es el ya mencionado caso del Estado de Chihuahua, en concreto Ciudad Juárez, donde los medios de la localidad, El Diario y El Norte, se vieron ante una situación insostenible. Las amenazas, agresiones y asesinatos de varios de sus periodistas llevo a ambos medios a admitir la “autocensura” debido al grave peligro que sufrían sus trabajadores. De este modo en el mencionado informe se recoge una frase que puede resumir muy bien dicha situación de excepcionalidad periodística: “Las agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación por su trabajo, representan ataques en contra de la sociedad puesto que lesionan su derecho a ser informada”. Es decir, que a pesar de lo que pueda parecer el primer y mayor perjudicado por estos ataques constantes a la libertad de prensa es la sociedad, no los medios, ya que estos sólo cumplen con su función original si pueden llevar a cabo su trabajo: informar sobre las situaciones que suceden en la actualidad y que otros quieren mantener ocultas. Así, los únicos que deben poder elegir qué no noticias se publican y cuáles no son los periodistas. En el momento en el que se produce una situación en la que abiertamente los medios se ven obligados a recurrir a la autocensura por las amenazas, agresiones y asesinatos de sus trabajadores, queda claro que la función de “gatekeeper” 15 ha pasado de ser exclusiva de los periodistas a ser compartida con otros sectores de los poderes legales e ilegales del estado, que han conseguido por la fuerza apropiarse de ella en determinadas ocasiones. Y si a todo esto añadimos que el documento exige que se persiga y se detenga a los asesinos de periodistas, debido a que en un porcentaje elevado no se hace, la primera palabra que viene a la mente para describir esta esperpéntica situación es: impunidad. Más si cabe, cuando el propio informe saca a la luz que junto con las agresiones directas y evidentes contra los profesionales de la información, en el 2008 también se empezaron a experimentar otro tipo de presiones sutiles contra los medios pero igual de contundentes como son el recorte de espacios publicitarios por parte de determinadas empresas, o incluso la retirada de publicidad de instituciones públicas a los medios que publiquen noticias incómodas para ciertos sectores del poder legal o ilegal16 .
-En 2010, un nuevo documento de investigación sobre la problemática a la que se enfrenta el periodismo en México sale publicado. Titulado, “Situación de la Libertad de Expresión en México, 2009. Gobierno y narco: La Lucha por Imponer la Agenda Periodística”, confirma los temores que ya auguraban informes de los dos años previos: El periodista ya no es el único que decide qué se convierte en noticia. Así, con un año más de luto por todos los muertos en la profesión se hace evidente que el problema lejos de solucionarse, se agrava, convirtiéndose en algo enquistado en la sociedad. Lo único positivo es que con el paso de los años los agresores, ya comentados en documentos de años previos, acaban siendo irrefutablemente señalados como responsables de las agresiones, amenazas y asesinatos periódicos contra profesionales de la información: Funcionarios, policías, políticos y miembros de poderes legales e ilegales.
Igual que se hacía en el informe del 2009 comentado previamente, en este documento del 2010 se vuelve a llevar a cabo un mapa de la violencia contra los periodistas, donde se señalan las zonas más peligrosas para el ejercicio de la profesión. Un año más se mantienen las tendencias de años anteriores sin grandes variaciones en ese mapa de la violencia dando a entender que el problema está muy lejos de poder solucionarse, fundamentalmente debido a que los agresores tienen una constante de su parte que permanece en el panorama de la violencia en México: La impunidad. Así, con el paso del tiempo, los informes de asociaciones profesionales como la CEPET acaban señalando sin lugar a dudas, que lo que por parte del crimen organizado parecía previamente una intención, se ha convertido en un hecho: el panorama informativo está comenzando a ser dirigido tanto por el crimen organizado como por parte del poder político. De este modo, aquel periodista que quiera seguir investigando e informando sobre la violencia derivada de la “guerra contra el narco” acaba siendo perfectamente consciente de que su trabajo se ha convertido en una profesión de alto riesgo. Esto vuelve a llevar a muchos periodistas hacia la autocensura, provocando que a medida que aumentan el número de profesionales de la información asesinados por hacer su trabajo, proporcionalmente otros muchos deciden de “dejar” de hacerlo (al menos desde el punto de vista ético), ya que su vida está en riesgo. Además de todo ello, lejos de ser protegido por las autoridades o el propio poder político, una pequeña parte de éstos se acaban convirtiendo también sus agresores, ya que la labor de los periodistas sacan a la luz a la vez informaciones que señalan entre otras cosas nexos entre el poder político y el crimen organizado, por poner simplemente un ejemplo de la gravedad de la situación. Yendo más allá, el mismo informe señala como durante la cobertura del proceso electoral los periodistas han sufrido todo tipo de presiones para limitar su trabajo y condicionar el tipo de noticias que publican al respecto. Por ello, podemos decir que dicho informe deja claro que durante el 2009 los periodistas se han quedado definitivamente solos ante un panorama de violencia, donde el buen desarrollo de su trabajo, lejos de ser una garantía de los derechos fundamentales de la sociedad civil, se percibe como una amenaza para todos los poderes presentes en el estado17 .
-En 2011, el prestigioso instituto de investigación especializado en investigación sobre periodismo, Knight Centre for Journalism in the Americas, publica el informe “Cobertura Transfronteriza del narcotráfico entre México y Estados Unidos. Periodismo en Tiempo de Amenazas, Censura y Violencia”. Este documento se puede entender como la continuación de los dos anteriormente mencionados del CEPET, por su contundencia en cuanto a los datos presentados, que precisamente nos permiten comprender que la situación de violencia contra los medios lejos de mejorar con el tiempo, empeora. En dicho documento se aborda el gran peligro que supone para los periodistas cubrir la información sobre el narcotráfico en la frontera de México con Estados Unidos. Además de todo ello, vuelve a repetirse una constante de años anteriores: El hecho de que una parte relevante de la violencia que sufren los periodistas viene principalmente del crimen organizado, pero también de las distintas instituciones del gobierno. Así, los propios periodistas sufren un gran control incluso sobre la propia agenda informativa, las fuentes periodísticas, hasta el punto de que en ciertos casos se han llegado a producir los calificados como “apagones informativos”.
Todo esto acaba provocando como consecuencia que las noticias de los sucesos que tienen que ver con el tráfico de drogas o los cárteles terminan caracterizándose bien por el conteo simplista de muertos o por a una falta evidente de contextualización de los hechos, debido fundamentalmente a las dinámicas ya comentadas que sufren los periodistas que cubren este tipo de noticias. Asimismo, dichas noticias se acaban caracterizando a su vez por el morbo y un lenguaje basado en simplificaciones y estereotipos que hacen que se conviertan en un producto fácil y rápidamente consumible: “Fast news” (en referencia a la “fastfood” o comida basura). Toda esta situación acaba provocando que para el Knight Centre for Jorunalism in the Americas sea evidente que “el periodismo está muerto” en cuanto a su labor informativa e independiente. Y es que si el periodismo trata con ligereza, sin contextualizar, se basa en el morbo y en un lenguaje simplista, en realidad deja de hacerse periodismo. Pero para evitar precisamente caer en una crítica fácil a la dura labor que ejerce el periodismo que cubre el narcotráfico en la frontera, este informe también ofrece un análisis profundo sobre la lvolución de la historia del narcotráfico en México, cómo se llega a embarcar en una guerra antidrogas, la evolución de los cárteles mexicanos, los cambios en el patrón de violencia que eran relativamente frecuentes y los mitos de la guerra antidrogas. Asimismo, también entra a cuestionar el sistema judicial mexicano, su efectividad, el respeto a los derechos humanos, el funcionamiento de la justicia ordinaria en el país, los abusos cometidos por el ejército y sobre todo la situación de impunidad que deriva de todo lo anteriormente comentado. Todos estos aspectos se tratan en el informe para permitir explicar de forma mucho más clara las situaciones de violencia extrema que sufren los periodistas que cubren el narcotráfico, las condiciones laborales que soportan y que condicionan su trabajo sobremanera. Al fin y al cabo, los efectos de la violencia y los asesinatos de periodistas, como bien evidencia el informe, acaban afectando de forma directa a la propia sociedad mexicana, en cuanto a la libertad de información y de expresión, y en concreto al derecho fundamental a recibir información verídica y de calidad18 .
Durante ese mismo año, se publican otros dos informes que completan un análisis profundo de las consecuencias de la situación de violencia para el periodismo y los periodistas. El titulado “Cobertura del Narcotráfico y el Crimen Organizado en América Latina”, es similar al anterior, pero en este caso trata el tema de la cobertura del narcotráfico y el crimen organizado en el contexto de Latinoamérica y el Caribe, por lo que si bien va a compartir muchos puntos con el anterior documento, existen características diferenciales entre ambos. Alguna de ellas es el análisis sobre el tráfico de drogas y el crimen organizado en las Américas, partiendo del punto de vista de las principales tendencias que ha seguido en lo que llevamos del siglo XXI. Es necesario destacar que dicho informe aborda con perspectiva crítica la situación del periodismo especializado en esta temática teniendo en cuenta la situación real que lo rodea, hasta el punto de plantearse si en realidad es posible llevar a cabo una “narrativa periodística independiente sobre las drogas”. El hacernos esta pregunta lleva claramente a identificar una serie de tendencias y paradojas que existen en la cobertura del narcotráfico, y que específicamente en el caso mexicano quedan completamente en evidencia (como ya se comentó previamente). Así, en dicho documento de investigación y análisis se llega a señalar contundentemente que en México se está dando “La nueva espiral del silencio Investigación” debido a que como ya se comentó el periodista se ve obligado a no investigar determinados temas o a no publicar la información que ya ha investigado debido a que está en riesgo en muchas ocasiones su vida y la de su familia 19.
Otro informe publicado ese mismo año merece especial atención, ya que trata la problemática periodística desde un punto de vista ligeramente distinto. Así, “Situación de la Libertad de Expresión en México, 2010: De la autocensura a la Interlocución con los Victimarios”, publicado por la CEPET le da la vuelta a la perspectiva de los dos informes anteriores, centrándose como caracteriza a esta institución en el estado de la libertad de expresión y cómo afecta dicha situación al trabajo diario de los periodismo. Como se puede apreciar por el mismo subtítulo, uno de los aspectos más destacados de dicho informe es que afirma y documenta cómo los propios periodistas y sus medios se han visto obligados a pasar de autocensurarse a tener que dialogar con sus “verdugos”. Así, se empiezan a documentar nuevos fenómenos alrededor de los cuales los periodistas tienen que desarrollar su actividad, viéndose tremendamente limitados en su trabajo día a día, entre otras cosas por las amenazas derivadas del intento constante por condicionar la agenda informativa. De este modo las cifras de la violencia 20 contra los periodistas acaban imponiéndose a todas las posibles percepciones. En este informe un año más, se acaba viendo como las zonas geográficas del país más violentas para los periodistas no varían en lo sustancial, a la vez que tampoco lo hacen ni las víctimas de las agresiones ni los verdugos. Todo ello nos lleva a pensar que la situación de violencia contra los periodistas, no es algo casual si no sistemático, estructurado y perfectamente planeado para conseguir un único objetivo: El silencio. De este modo, mientras la labor de protección del Estado se ve ampliamente cuestionada, el conteo de profesionales de la información amenazados, agredidos, asesinados e incluso desparecidos sigue aumentado sin cesar, mes tras mes, año tras año 21.
El último documento que se toma como referencia en 2011 es un análisis contundente sobre la situación que atraviesan los profesionales de la información en el país. Titulado, “Autocensura en México 2011”. Así, el MEPI Periodismo de Investigación del Tecnológico de Monterrey señala en su documento que la primera investigación sobre la autocensura en la prensa en los estados fue llevada a cabo por esta institución en 2010. En el informe comentado del 2011 se han estudiado 14 periódicos regionales en 14 de los 31 estados mexicanos, fundamentalmente debido a que el publicar determinada información (relacionada sobre todo con el narcotráfico y la corrupción asociada) sigue siendo un conflicto para la prensa regional. Los medios estudiados por el MEPI en este informe publicaron noticias sobre determinados cárteles, en concreto nos referimos a: El Siglo de Torreón de Coahuila que publicó notas sobre el Cartel de Sinaloa y los Zetas; El Norte de Torreón publicó notas sobre el Cartel de Sinaloa y los Zetas; El Noroeste de Sinaloa publicó información sobre el Cártel de Sinaloa; El Imparcial de Sonora publicó información sobre Los Arellano Félix y el Cártel de Sinaloa; El Mañana de Tamaulipas; La Jornada de Veracruz que publicó notas sobre Los Zetas y La Familia; La Voz de Michoacán de Morelia que no menciona a los cárteles; El Diario de Morelos que publicó información sobre el Cartel del Pacífico Sur, el Cártel del Golfo, el Cártel Beltrán Leyva, el Cártel de Sinaloa, La Familia y Los Zetas; El Sol de Aguascalientes publicó información sobre Las Zetas, el Cártel del Golfo, el Cártel Beltrán Leyva; y El Sol de Hidalgo sobre Los Zetas.
Y es que la cobertura regional sobre el crimen organizado creció en un 100 por ciento con respecto a las cifras del 2010. Las notas se dividieron en dos tipos distintos, historias que mencionaban al crimen organizado e historias que no lo mencionaban, con el fin de estudiar las tendencias de seguridad pública regionales, así como el control ejercido por el crimen organizado. Así, las noticias que analizó el informe se dividieron por el contenido en acciones del gobierno contra el crimen organizado: detenciones, operativos, declaraciones oficiales y decomisos; y acciones del crimen organizado contra la población civil: Ejecuciones, secuestros/extorsiones, ataques contra oficinas de gobierno o personal de gobierno, ataques contra la policía, amenazas contra escuelas, incendios sin causa específica, ataques en casas, balaceras y enfretamientos, narcocultura, narcomantas, narcomensajes, narcograffiti, fugas y violencia en penales, narcofosas, “rescate” de cuerpos, ataques a negocios o empresarios, muertes violentas de mujeres, ataques con granadas, bombas y explosivos, corrupción relacionada con crimen organizado, narcobloqueos, ataques contra transporte público, ataques a migrantes, ataques en centros de rehabilitación, ataques contra medios o periodistas y prostitución. Este análisis, además, especifica los tipos de muerte a manos de los cárteles, quiénes están siendo asesinados y qué ataques a manos del crimen organizado sufrieron cada uno de los 14 medios analizados. Por todo ello, este estudio representa quizás el documento más actual y crítico sobre la situación de autocensura de los periodistas mexicanos en los medios locales. Con este estudio se acaba confirmando lo que había quedado expuesto con rigor en informes anteriores: la dinámica de autocensura que han adoptado una parte relevante de los periodistas en México, responde a la imposición de la agenda informativa por parte de poderes legales e ilegales, lo cual demuestra que la función de gatekeeper tradicionalmente reservada a los profesionales de la información está siendo acaparada por grupos con intereses en mantener ocultas determinadas informaciones22 .
Las conclusiones principales que se pueden sacar del análisis llevado a cabo en este trabajo de investigación son todas referentes a una situación común al conjunto de los informes estudiados y las fuentes consultadas para realizar éste y los dos anteriores artículos mencionados. Así, la violencia contra los periodistas en México durante los últimos treinta años no sólo ha dejado un saldo de más de 150 profesionales de la información asesinados, y más de 1700 agresiones de todo tipo si nos centramos en el periodo de 1998 al 2010, si no que además ha instaurado una “política” de silencio obligado en los medios. Gracias a los informes expuestos hemos podido comprobar cómo, sin lugar a dudas, una parte relevante de los periodistas en México sufren una situación de presiones constantes en la cual, en muchas ocasiones, no les queda más remedio que dejar de hacer su trabajo éticamente y autocensurarse. Más allá de esta primera etapa de evolución en el proceso de entorpecimiento del trabajo de los periodistas, comienza una segunda fase en la que el profesional de la información no sólo se autocensura si no que se ve obligado a mantener un diálogo con sus “victimarios” e incluso aceptar órdenes e instrucciones sobre qué y cómo publicar la información que se convertirá en noticia.
Con este panorama queda claro que en la actualidad se está viviendo en México una situación de excepción periodística, en la que grupos de poder legal e ilegal, agresores de los profesionales de la información, han conseguido usurpar a base de amenazas la función de “gatekeeper”. Por ello, es más que evidente en la actualidad que las noticias que se publican en muchos medios de comunicación mexicanos no corresponden a los acontecimientos, hechos y sucesos más relevantes para la población, si no a aquellos que pueden publicarse después de pasar por la censura de aquellos sectores sociales, que a base de amenazas, agresiones, asesinatos y desapariciones se han convertido en uno de los actores esenciales para comprender la producción información actual en la situación de conflicto derivada de la “guerra contra el narco”.
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1 Consultar los siguientes artículos:
Gallur Santorum, Santiago. “Un atentado al Derecho a la Información: Treinta años de asesinatos y desapariciones de periodistas en México” [en línea]. Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, número de octubre de 2013. Disponible en: http://www.eumed.net/rev/cccss/26/periodistas-mexico.html
− “La intimidación como estrategia: Presiones, amenazas e intimidaciones contra los periodistas en México, 1998-2010” [en línea]. Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, número de octubre de 2013. Disponible en: http://www.eumed.net/rev/cccss/26/intimidacion.html
2 Consultar los siguientes informes:
Human Rights Watch. Ni seguridad, ni derechos. Ejecuciones, desapariciones y torturas en la “guerra contra el narcotráfico” de México. New York, Human Rights Watch, 2011. Reporteros sin fronteras. Informe de investigación. Crimen organizado, la información entre sus manos. París, Reporteros sin fronteras, 2012. — Informe anual 2011. La libertad de prensa en el mundo, 2011. Madrid, Reporteros Sin Fronteras, 2011. — Informe anual 2010. La libertad de prensa en el mundo, 2010. Madrid, Reporteros Sin Fronteras, 2010.
3 Reporteros Sin Fronteras. Informe Anual 2011 Reporteros Sin Fronteras por la Libertad de Información: Barómetro de la libertad de prensa en el mundo 2011. Madrid, Reporteros Sin Fronteras, 2011, pp. 2.
4 Reporteros Sin Fronteras. Balance de la libertad de Prensa 2010. Periodistas en 2010 tomados como blanco y moneda de intercambio. Paris, Reporteros Sin Fronteras, 2010, pp. 58-60. Reporteros Sin Fronteras. Informe Anual 2011 Reporteros Sin Fronteras por la Libertad de Información: Barómetro de la libertad de prensa en el mundo 2011. Madrid, Reporteros Sin Fronteras, 2011, pp. 85-90.
5 UNESCO. Principios de ética profesional del periodismo. UNESCO, París, 1983.
Consultar: López García, Xosé. Comunicación e información escrita. Edicións Lea, Santiago de Compostela, 1999, 177-180
6 Wolf, Mauro. Teorias da Comunicação. Lisboa, Presença, 1999, 188-249.
7 Consultar los siguientes informes:
Centro de Periodismo y Ético Público. Libertad de Expresión-Poderes Paralelos, 2007: Agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación. México, IFEX/CEPET, 2008. Centro de Periodismo y Ética Pública. Libertad de Expresión, 2008: Periodismo bajo la violencia del narcotráfico. México, CEPET, 2009. Centro de Periodismo y Ética Pública. Situación de la Libertad de Expresión en México, 2009. Gobierno y narco: La Lucha por Imponer la Agenda Periodística. México, CEPET, 2010. Centro de Periodismo y Ética Pública. Situación de la Libertad de Expresión en México, 2010: De la autocensura a la Interlocución con los Victimarios. México, CEPET, 2011. Knight Centre for Journalism in the Americas/McCormirck Foundation. Cobertura Transfronteriza del narcotráfico entre México y Estados Unidos. Periodismo en Tiempo de Amenazas, Censura y Violencia. -, Knight Centre for Journalism in the Americas/McCormirck Foundation, 2010. Knight Centre for Journalism in the Americas/Open Society Foundations. Cobertura del Narcotráfico y el Crimen Organizado en América Latina. Knight Centre for Journalism in the Americas/Open Society Foundations, 2010. Fundación MEPI de Periodismo de Investigación. Autocensura en México 2011. México, Tecnológico de Monterey (Mexico City Campus), 2011.
8 Gallur Santorum, Santiago. “Un atentado al Derecho a la Información: Treinta años de asesinatos y desapariciones de periodistas en México” [en línea]. Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, número de octubre de 2013. Disponible en: http://www.eumed.net/rev/cccss/26/periodistas-mexico.html
− “La intimidación como estrategia: Presiones, amenazas e intimidaciones contra los periodistas en México, 1998-2010” [en línea]. Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, número de octubre de 2013. Disponible en: http://www.eumed.net/rev/cccss/26/intimidacion.html
9 Debido a su gran número se hace imposible mencionarlas aquí, si bien pueden ser consultadas en la tesis doctoral ya mencionada: Gallur Santorum, Santiago. Hijas del Silencio. El contexto de los asesinatos y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez. Santiago de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela (España), (12-Diciembre) 2011.
10 Consultar los siguientes informes:
Human Rights Watch. Ni seguridad, ni derechos. Ejecuciones, desapariciones y torturas en la “guerra contra el narcotráfico” de México. New York, Human Rights Watch, 2011. Reporteros sin fronteras. Informe de investigación. Crimen organizado, la información entre sus manos. París, Reporteros sin fronteras, 2012. — Informe anual 2011. La libertad de prensa en el mundo, 2011. Madrid, Reporteros Sin Fronteras, 2011. — Informe anual 2010. La libertad de prensa en el mundo, 2010. Madrid, Reporteros Sin Fronteras, 2010.
Reporteros Sin Fronteras. Informe Anual 2011 Reporteros Sin Fronteras por la Libertad de Información: Barómetro de la libertad de prensa en el mundo 2011. Madrid, Reporteros Sin Fronteras, 2011, pp. 2.
Reporteros Sin Fronteras. Balance de la libertad de Prensa 2010. Periodistas en 2010 tomados como blanco y moneda de intercambio. Paris, Reporteros Sin Fronteras, 2010, pp. 58-60. Reporteros Sin Fronteras. Informe Anual 2011 Reporteros Sin Fronteras por la Libertad de Información: Barómetro de la libertad de prensa en el mundo 2011. Madrid, Reporteros Sin Fronteras, 2011, pp. 85-90.
11 De entre todas las disponibles, destacan los documentos presentados en el apartado de fuentes de este trabajo (informes) por su calidad y rigor en el análisis y la presentación de las informaciones sobre los asesinatos y desapariciones de periodistas en México.
12 Consultar: Centro de Periodismo y Ética Pública. Libertad de Expresión-Poderes Paralelos, 2007: Agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación. México, IFEX/CEPET, 2008. Centro de Periodismo y Ético Público. Libertad de Expresión, 2008: Periodismo bajo la violencia del narcotráfico. México, CEPET, 2009. Centro de Periodismo y Ética Pública. Situación de la Libertad de Expresión en México, 2009. Gobierno y narco: La Lucha por Imponer la Agenda Periodística. México, CEPET, 2010. Centro de Periodismo y Ética Pública. Situación de la Libertad de Expresión en México, 2010: De la autocensura a la Interlocución con los Victimarios. México, CEPET, 2011. Knight Centre for Journalism in the Americas/McCormirck Foundation. Cobertura Transfronteriza del narcotráfico entre México y Estados Unidos. Periodismo en Tiempo de Amenazas, Censura y Violencia. -, Knight Centre for Journalism in the Americas/McCormirck Foundation, 2010. Knight Centre for Journalism in the Americas/Open Society Foundations. Cobertura del Narcotráfico y el Crimen Organizado en América Latina. Knight Centre for Journalism in the Americas/Open Society Foundations, 2010. Fundación MEPI de Periodismo de Investigación. Autocensura en México 2011. México, Tecnológico de Monterey (Mexico City Campus), 2011.
13 Centro de Periodismo y Ético Público. Libertad de Expresión-Poderes Paralelos, 2007: Agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación. México, IFEX/CEPET, 2008, pp. 11-37.
14 Centro de Periodismo y Ético Público. Libertad de Expresión-Poderes Paralelos, 2007: Agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación. México, IFEX/CEPET, 2008, pp. 11-37.
15 Término inglés muy utilizado en el mundo del periodismo, que hace referencia a la función correspondiente al profesional de la información de elegir qué hechos, acontecimientos o sucesos se publican (convirtiéndose así en noticias) y cuáles no.
16 Centro de Periodismo y Ético Público. Libertad de Expresión, 2008: Periodismo bajo la violencia del narcotráfico. México, CEPET, 2009, pp. 7-18, 20-25.
17 Centro de Periodismo y Ético Público. Situación de la Libertad de Expresión en México, 2009. Gobierno y narco: La Lucha por Imponer la Agenda Periodística. México, CEPET, 2010, pp. 5-26.
18 Knight Centre for Journalism in the Americas/McCormirck Foundation. Cobertura Transfronteriza del narcotráfico entre México y Estados Unidos. Periodismo en Tiempo de Amenazas, Censura y Violencia . -, Knight Centre for Journalism in the Americas/McCormirck Foundation, 2010, pp. 9-61.
19 Centro de Periodismo y Ético Público. Situación de la Libertad de Expresión en México, 2010: De la autocensura a la Interlocución con los Victimarios. México, CEPET, 2011, pp. 6-23.
20 Éstas han expuestas de forma pormenorizada en dos artículos publicados previamente en esta misma revista:
Gallur Santorum, Santiago. “Un atentado al Derecho a la Información: Treinta años de asesinatos y desapariciones de periodistas en México” [en línea]. Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, número de octubre de 2013. Disponible en: http://www.eumed.net/rev/cccss/26/periodistas-mexico.html
− “La intimidación como estrategia: Presiones, amenazas e intimidaciones contra los periodistas en México, 1998-2010” [en línea]. Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, número de octubre de 2013. Disponible en: http://www.eumed.net/rev/cccss/26/intimidacion.html
21 Knight Centre for Journalism in the Americas/McCormirck Foundation. Cobertura Transfronteriza del narcotráfico entre México y Estados Unidos. Periodismo en Tiempo de Amenazas, Censura y Violencia. -, Knight Centre for Journalism in the Americas/McCormirck Foundation, 2010, pp. 9-61.
22 Fundación MEPI de Periodismo de Investigación. Autocensura en México 2011. México, Tecnológico de Monterey (Mexico City Campus), 2011, pp. 2-116.