Alberto Enrique D'Ottavio (CV)
aedottavio@hotmail.com
RESUMEN
Este trabajo reflexiona sobre una de las posibles causas que llevaron a la pérdida o a la desaparición de valores considerados evolutivos, en tanto perennes y progresivos. En ese camino, lista un conjunto de ellos, propios de la modernidad, y arriba a la conclusión de que en las crisis político-económicas de determinadas naciones podrían subyacer crisis axiológicas. En línea con ello, plantea modificar lo mudable mediante el rescate de lo mejor del pasado con el aditamento de lo más válido, fiable y prometedor del porvenir, otorga a la educación un rol insoslayable y deja, a modo de colofón, una pregunta inquietante: ¿Acaso no residirá el progresismo en rescatar “reaccionariamente” lo recuperable de la axiología moderna?
EL VALOR DE DETERMINADOS VALORES
Existen valores cuya perennidad contribuye a la convivencia de la comunidad y al desarrollo de las naciones.
Perceptibles como evolutivos, según una personal apreciación, su extravío o desaparición fuerza a ingresar a las sociedades en un vórtice involutivo de múltiples causas.
Tal multitud causal conduce, con cierta frecuencia, a los responsables de la cosa pública hacia la apelación a remiendos políticos y/o económicos que, llamativamente para sus propulsores, no arrojan resultados significativos ni perdurables.
En ese marco y conjeturando que su rol puede resultar más relevante que lo que suele visualizarse al respecto, este escrito reflexiona sobre una de las posibles causas del aludido vórtice y propone una salida o solución a esa vorágine haciendo particular hincapié en determinados valores.
La postmodernidad (retromodernidad o modernidad tardía)1 ha modificado a un conjunto nada menor de ellos generando, a diario y desde una personal perspectiva, choques generacionales de mayor severidad que los habidos antaño puesto que la ruptura entre aquéllos de la modernidad y los del presente ha producido, a diferencia de otrora, verdaderas grietas axiológicas2 .
Las sociedades con su singular heterogeneidad cultural, producto, entre otros, de migraciones internas y externas, no se han sustraído a esta corriente del siglo XX y a sus principios orientadores del comportamiento individual y colectivo.
A fin de aportar datos de la realidad a la antedicha explicación conjetural, se ha elegido recurrir, a modo de punto de partida, a un listado de valores predominantes durante la modernidad que, lejos de ser agotados y de ser una mera recolección nostálgica, persiguen lisa y llanamente el recuerdo y la constatación de su real existencia en tiempos pretéritos
Si bien, por humana condición, existían quienes violaban estos preceptos o quienes los hiperbolizaban de condenable manera, la correlación de fuerzas no les favorecía a la postre.
En suma, cada sociedad pensaba en una nación con futuro y no, en un futuro sin nación.
UN MOTIVO POSIBLE PARA LA SINRAZÓN
¿Qué llevó a equivocar la senda? ¿Qué condujo a la inversión de aquella correlación de fuerzas en favor de los incorrectos, al incumplimiento de las leyes, a su violación en propio beneficio o en bien de allegados, a quedar embretados en la antinomia schmittiana amigo - enemigo y a pagar favores privados con favores públicos?
En algunos países, sin duda, la dádiva suplió al esfuerzo, la picardía del Viejo Vizcacha3 a la superación personal y social, los malhechores con prontuario pasaron a ser venerados y los bienhechores con currículo, desacreditados, y una cáfila de inescrupulosos descubrieron la vereda de las conveniencias y las ventajas de corromperse hasta lo indecible amparados en su impunidad.
De poco bastaron en aquéllos algunas primaveras reconstituyentes de valores. Siempre se les encontraba un defecto, se acudía a la palabra “decepción” o se los hacía violentamente a un lado del camino recto mediante mecanismos violatorios de normas constitucionales.
La historia, aun en sus vertientes contrapuestas, ha sido postergada y reemplazada por narraciones a la carta (versiones distorsionadas y acomodadas de aquélla), que llevan a ignorantes, obedientes y/o ventajeros a repetirla una y otra vez en indigno e indignante tiovivo.
CONSIDERACIÓNES FINALES
En línea con la conjetura enunciada habría habido un error diagnóstico al interpretar como de raíz político-económica lo que, en realidad, era de raigambre cultural-axiológica, por deterioro o ausencia de determinados valores que proveían sustento y rodrigón a aquélla.
Por consiguiente, y sin abandonar la personal mirada, correspondería que las naciones afectadas comprendan que nada les será otorgado mágicamente y que cabrá - descartando toda finalidad sentenciosa o moralizadora - controlar crecimiento, desarrollo y maduración a fin de abandonar tanto los arrebatos pueriles como las contradicciones adolescentes para ingresar en una ineluctable y adulta madurez.
Sin caer en añoranzas esterilizadoras, sería preciso, entonces, entrar en acción y modificar lo mudable mediante el rescate de lo mejor del pasado – que no fue vivido en vano – con el aditamento de lo más válido, fiable y prometedor del porvenir – sin caer en modas ni en espejismos -4 .
Y lo que es más, debería llevarse a cabo cuanto antes alentando algo meneado por muchos pero concretado por pocos: la educación.
Puede que cuando los encuestadores profesionales hablan de porcentajes de adhesión a determinadas iniciativas, partidos políticos o sucedáneos, debiéramos preguntarnos su porqué y, a la vez, analizar los valores subyacentes en las propuestas ya que las mejores intenciones se desbaratan cuando éstos no las sostienen ni les sirven de guía. Y ellos, por su parte, se deslíen cuando no los respalda la educación.
BIBLIOGRAFÍA
1 Esta corriente de pensamiento se focaliza en la convicción de que resulta imprescindible una innovación en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social tradicionales, sustentados durante el modernismo, ya que presupone que éste no sólo falló en su propósito de emancipar a la humanidad sino que algo semejante es actualmente inviable o inaccesible.
2 El término axiología fue utilizado por primera vez por Paul Lapie en su Lógica de la voluntad, Madrid, Daniel Iono Editor, 1903
3 Personaje tramposo y mal entretenido del libro “La Vuelta de Martín Fiero”, secuela de “El Gaucho Martín Fierro”, ambos de José Hernández(1834-1886)
4 ¿Acaso no residirá el progresismo en rescatar “reaccionariamente” lo recuperable de la axiología moderna?