Jeferson Ruiz Pérez
Estudiante de Economía Aplicada en la Universidad Centroamericana UCA
nicaeda@gmail.comResumen
Usando la información disponible en la Encuesta de Medición del Nivel de Vida 2014, se estudia y analizan las características de los jóvenes nicaragüenses que no trabajan, no estudian, ni están en capacitación laboral. Se encuentra que en general existen 1, 381,804 NINI en Nicaragua de los cuales el 65.20% son hombres y 34.80% son mujeres. Factores asociados como la tenencia de teléfono celular aumenta la probabilidad de ser NINI, así como también el contar con servicios de internet o casa claro. Los resultados demuestran la importancia de la acumulación de capital humano.
Palabras Clave: inactividad juvenil, desempleo juvenil, juventud en Nicaragua, NINI, NEET.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Jeferson Ruiz Pérez (2017): “Jóvenes que no trabajan ni estudian ni están en capacitación. Los NINI: el caso Nicaragua”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (abril-junio 2017). En línea:
http://www.eumed.net/rev/cccss/2017/02/nini-nicaragua.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/cccss1702nini-nicaragua
INTRODUCCIÓN
Hablar del tema de la Juventud en Nicaragua es hablar de un tema reciente, aunque no novedoso, en materia de legislación y formulación de políticas públicas para este sector de la población, aunque resulte irónico pensarlo ya que los jóvenes de este país han jugado el principal determinante en los cambios sociopolíticos de mayor trascendencia en los últimos 37 años. Entre los principales temas que en décadas recientes han ocupado la agenda nacional, especialmente en la década de los noventas, la atención estuvo centrada en: niñez, adolescencia y la mujer. La atención a los intereses de la juventud y al importante rol que ella puede jugar en el desarrollo nacional han quedado incorporados en los temas de la adolescencia, la mujer y en los temas globales de interés nacional, lo cual no ha permitido abordad con propiedad el tema de la juventud salvo por algunos estudios e iniciativas aisladas (Asencio y Páramo, 2001). Con casi un tercio de la población nicaragüense (29.45%)1 en el rango de edades entre 15 y 29 años de edad, es de crucial importancia analizar el desempeño social y económico de este segmento poblacional ya que en él se concentra el futuro inmediato de nuestra economía. Si tomamos en cuenta el hecho de que las economías deben enfrentar el recambio generacional – los jóvenes de hoy asumirán las responsabilidades de velar por una población que está envejeciendo – resulta de crucial importancia conocer los factores que permiten a los jóvenes insertarse adecuadamente en el mundo educativo y laboral (Málaga, Oré y Tavera, 2014).
Nicaragua es un país joven. Páramo (2001), encuentra que la mitad de la población nicaragüense (49.8%) no alcanza los 18 años. En este estudio se encuentra que la población etaria entre los 15 y 29 años de edad representa el 29.45% de la población nacional.
Actualmente Nicaragua se encuentra en un momento de mucha importancia para su desarrollo social y económico con vista al futuro ya que atraviesa una fase de ventana de oportunidad demográfica2 , cuyo término, como bien lo explica Cordón (2011) se refiere a una segunda fase del proceso de transición demográfica, por lo que la tasa de crecimiento poblacional comienza un declive, la población en edad de trabajar aumenta con respecto a la población dependiente pero principalmente, la infantil. No obstante, en los últimos años diferentes factores han confluido, a lo interno del país, para que, desde diversas instancias vinculadas a la política social se defina a los jóvenes como un grupo social vulnerable.
Las crecientes y recientes dificultades para incorporarse al mercado laboral, la particular concentración de la pobreza en este segmento de la población, las desigualdades educativas, así como la destrucción de canales tradicionales de movilidad social, se encuentran entre algunos de los factores que han llevado a considerarlos como un grupo en riesgo de exclusión y vulnerabilidad social.
La vulnerabilidad, como bien lo explica Busso (2002) es compleja, multicausal y está compuesta por varias dimensiones analíticas, pues, confluyen aspectos de los individuos u hogares y características económicas, políticas, culturales y ambientales de la sociedad.
El término NINI3 empezó a usarse en Europa para describir la situación ocupacional de un grupo importante de la población. Esta definición se refiere a los jóvenes que no se encuentran trabajando, tampoco están matriculados en algún centro educativo, ni tampoco participan de una capacitación, sea laboral o educativa.
Diversos estudios encuentran que los NINI (NEET) se encuentran en una situación de marginalidad laboral, social, económica y en general de vulnerabilidad social, particularmente en el caso de aquellos pertenecientes a estratos socioeconómicos más bajos.
Esta situación extrema de exclusión, en términos de desafiliación social, convierte a este grupo no solo en manifestación evidente de la crisis por la que atraviesan los canales tradicionales de integración social, sino que al mismo tiempo en una caja negra de la que poco sabemos pero que fácilmente se asocia con diversos e incluso contrastantes prejuicios sociales: desde una prolongada adolescencia que se resiste a asumir responsabilidades adultas, hasta la estigmatización de este grupo con actividades delictivas, consumo de drogas y otras prácticas socialmente sancionadas (Saraví, 2004).
Tratar esta temática en Nicaragua es de suma importancia por dos razones 1) la primera asociada al recambio generacional; ya que si este segmento importante de la población no se integra al mercado laboral, el futuro inmediato de la sociedad nicaragüense se encuentra en riesgo de presentar mayores niveles de desempleo y marginalidad social. 2) La segunda tiene que ver con un problema más inmediato y es que este grupo poblacional puede llegar a representar mayores tasas de delincuencia juvenil y drogadicción.
El objetivo general de este estudio es identificar las características de los jóvenes nicaragüenses en una situación de vulnerabilidad, por qué no se encuentran estudiando ni trabajando ni capacitándose laboralmente. En base a los resultados, se propondrán alternativas de políticas que sean factibles de implementar en la realidad nicaragüense.
En este estudio se usará información de la Encuesta de Medición del Nivel de Vida 2014 (EMNV 2014), ya que esta reúne información vital para todo el territorio nacional a nivel de hogares. Principalmente se encuentra información que permite construir las variables necesarias para el análisis estadístico y planteamiento de modelos econométricos.
En consonancia con la literatura anterior, en este estudio se estimará un modelo econométrico que permita entender mejor los factores asociados con la probabilidad de ser NINI según las características del hogar.
El estudio se organiza de la siguiente manera: después de esta breve introducción, en la segunda sección se hace una revisión de literatura sobre el fenómeno de los NINI y los modelos que tradicionalmente se usan para modelar su comportamiento. En la tercera y cuarta sección se hace una definición de los NINI y se analiza el desempleo e inactividad juvenil. En la quinta y sexta sección se analizan las características de los jóvenes en Nicaragua y los factores de riesgo asociados a los NINI. En la séptima y octava sección se seleccionan las variables de los factores asociados, se plantea y estima el modelo propuesto. Finalmente en la sección nueve se concluye.
REVISIÓN DE LITERATURA
De acuerdo con Málaga et al. (2014), la literatura sobre este tema es reciente en todo el mundo y los estudios detallados sobre esta problemática en Nicaragua, son escasos. El Instituto Nacional de Información de Desarrollo 4 (INIDE), desde 1993 ha venido recopilando información quinquenalmente.
Las Encuestas de Niveles de Vida permiten monitorear y dar seguimiento a las condiciones de vida de la población nicaragüense, en particular de la situación de pobreza. En este sentido, en Nicaragua se han desarrollado seis Encuestas de Niveles de Vida en los correspondientes años: 1993, 1998, 2001, 2005, 2009 y 2014.
Las Encuestas de Niveles de Vida se realizan a nivel de hogares con lineamientos cien por ciento comparables en términos de cuestionarios. Los objetivos de estas encuestas es medir la pobreza extrema y general en los hogares del país. Los objetivos específicos son conocer el porcentaje de la población en situación de Pobreza General y Extrema de cada dominio de estudio, medir la distribución del consumo, y conocer el perfil de los pobres, sus determinantes y la profundidad de su pobreza.
Como se puede observar, estas encuestas están diseñadas para medir la pobreza a nivel de hogares, no son específicas para encuestar a la población juvenil o medir directamente la actividad/inactividad de este segmento de la población. Sin embargo, dado que esta encuesta es amplia y recopila información relevante, es posible inferir estadísticamente sobre estos datos para los objetivos que se propone este estudio5 .
En Nicaragua no existen estudios académicos directamente orientados a analizar esta problemática, por tanto, esta es una de las contribuciones que pretende logar este trabajo.
Existen varios estudios que se enfocan en el análisis de la demanda de empleo, olvidando por un lado el problema de la inactividad juvenil. Por otro lado existen varios trabajos que estudian y estiman los determinantes del desempleo, pero aquellos que estudian el caso de los NINI son muy limitados.
Estudios anteriores utilizan como indicador el nivel de educación para explicar la relación que existe entre la demanda de empleo y el ingreso salarial.
Trabajos como los de Ellwood (1982), estima el efecto de largo plazo del desempleo juvenil, y encuentra un efecto negativo sobre los salarios, el cual persiste en el tiempo.
Neumark (1998), en su estudio para Estados Unidos, haciendo uso de variables instrumentales, estima el efecto de la estabilidad laboral en la juventud con respecto al salario como adulto y, encuentra que la estabilidad laboral en la juventud tiene un efecto muy positivo sobre el salario en la adultez. Lo que se interpreta como un retorno positivo, aunque heterogéneo, a la estabilidad del trabajo en la juventud y a la búsqueda del mismo.
Mocan y Rees (1999), en su estudio sobre la búsqueda de la actividad juvenil, analizan los determinantes que afectan la probabilidad de cometer actividades criminales y descubren que variables locales, como la tasa de desempleo, afecta la probabilidad de cometer actos delictivos.
Levitt y Lochner (2001), al igual que Mocan y Rees, encuentran resultados similares. En su estudio ellos encuentran que la tasa de desempleo local afecta la probabilidad de realizar delitos entre los jóvenes.
A nivel de Latinoamérica, como es el caso chileno, se han investigado cuáles son los principales determinantes de la falta de empleo entre los grupos de jóvenes que no estudian ya que es un tema fundamental para la discusión de cualquier política pública relacionada con el tema. Beyer (1998), por ejemplo, analiza los determinantes del desempleo juvenil, haciendo uso de la encuesta CASEN 1994. En principio, utiliza la muestra de jóvenes que participan en la fuerza laboral, tomando en cuenta a los que no son jefes de núcleos, con el objetivo de controlar las características de los padres. En su estudio concluye que a mayor nivel de educación, la probabilidad de que el joven esté desempleado es más baja.
Más recientemente Coloma y Vial (2003), en su estudio encuentran que las posibles consecuencias negativas del desempleo juvenil tienen relación principalmente con el hecho de que en períodos de inactividad (sin trabajar ni estudiar en el sector formal), el individuo detiene el proceso de formación de capital humano. También encuentran que una mayor educación no solo aumenta el salario, sino también la probabilidad de trabajar una vez terminado los estudios, lo que a su vez permite seguir acumulando capital humano al adquirir mayor experiencia laboral. Finalmente concluyen que la residencia en zona rural aumenta la probabilidad de trabajar, lo que puede reflejar menores costos de entrada a actividades laborales tanto en el sector formal como informal.
En Perú Chacaltana (2006), realiza un estudio sobre la inserción laboral, la visión de los jóvenes, las trayectorias laborales y el marco institucional de las políticas de promoción del empleo para jóvenes.
Chacaltana y Ruiz (2012), analizan la transición que enfrentan los jóvenes hasta su inserción al mercado laboral. Entre los principales hallazgos encuentran que muchos jóvenes no logran superar esta transición y se quedan relegados en el sistema laboral, ya sea por una paternidad temprana o por dificultades económicas que les impiden cursas estudios universitarios. Finalmente, discuten y sugieren algunas políticas a seguir para enfrentar este tipo de problemas en el Perú.
Málaga, Oré y Tavera (2014), haciendo uso de la Encuesta de la Transición de la Escuela al Trabajo 2012, estudian y analizan las características de los jóvenes que no estudian, no trabajan ni se encuentran en entrenamiento laboral. Ellos encuentran que, en general, el 17.94% de los jóvenes urbanos peruanos entre 15 y 29 años son NINI. De estos, casi tres cuartas partes son mujeres (74.09%).
En lo que respecta al panorama nacional Cordón (2011), estudia y analiza el desempleo e inactividad juvenil en Nicaragua. Se enfoca en los posibles determinantes que influyen en la decisión de estudiar y trabajar por parte de la población joven. Haciendo uso de la Encuesta de Medición de Empleo (EME, 2007), plantea y estima un modelo de selección probit bivariado. En su estudio encuentra que el entorno familiar tiene un gran impacto en la decisión de estudiar o trabajar. Además de los años de educación formal previa, el entorno familiar es esencial, tanto para promover como para disuadir a los jóvenes a estudiar.
DEFINICIÓN DE LOS NINIS (NEET)
La expectativa social es que, durante su juventud, hombres y mujeres acudan a la escuela para adquirir conocimientos y desarrollar habilidades y destrezas o bien que trabajen para generar ingresos, formar un patrimonio y convertirse en personas autónomas (Tuirán y Ávila, 2012).
La generación NEET tiene su primera aparición dentro de la prensa europea. En un estudio de la Eurofound (2012), se establece la identificación del problema en Inglaterra, en la década de los ochentas y, según Málaga et al (2014), el origen del término NEET, a una publicación del Reino Unido (Bridging the gap report 1999). Según el mismo estudio, no existe aún una definición internacionalmente reconocida para los NEET en lo referente a la edad, variando entre los 15-24 a los 15-34 años de edad. Así mismo este estudio analiza tanto los componentes institucionales, como los factores de riesgo y los costos económicos de los NEET.
El perfil de los NEET o NINI se refiere a la población juvenil que con independencia de su nivel de estudios se han desvinculado del trabajo y de la educación y tienen mayor riesgo de exclusión social y laboral. Dentro de este grupo de jóvenes podemos distinguir entre los que están inactivos y no reciben ningún tipo de formación y por otro lado los jóvenes que están en paro y no realizan ningún tipo de formación (García, 2015).
En términos generales, el fenómeno de los NINI se explica tanto por causas que escapan al control individual (acceso limitado a la educación, absolescencia de los modelos educativos, falta de oportunidades de empleo y desarrollo productivo, inestabilidad y precariedad laboral e insuficiente ingreso de los hogares, entre otros), como por entornos familiares poco propicios para el desarrollo de los jóvenes e incluso por decisiones de carácter personal relacionadas (o no) con eventos del curso de vida (como la unión o el matrimonio y el embarazo temprano) que determinan una elevada deserción escolar (Tuirán y Ávila, 2012).
La Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido define a un individuo NEET como aquél con edad entre 16 y 24 años, que no se encuentra estudiando ni en capacitación, ni trabajando. Se entiende que aquellos que no estudian ni asisten a programas de entrenamiento (capacitación) son personas que no están realizando ninguna práctica de aprendizaje laboral (practicante), no están suscritos en cursos de educación al cual asisten continuamente y/o están a la espera que nuevo ciclo de estudio comience, y tampoco asisten a programas de educación para el trabajo (cursos conductivos a carreas técnicas o profesionales) (Málaga et al. 2014).
Para el caso nicaragüense, como se dijo anteriormente, no existen antecedentes de este tipo de estudios destinados a este grupo etario de la población. Esto conlleva a que el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE6 ) no defina una clasificación de los NINI. No obstante, en consonancia con la literatura Latinoamericana, la definición de NINI que utilizaremos, para los objetivos propuestos en este estudio, es el de la población de entre 15 y 29 años de edad, que no trabaja (está desempleado o inactivo) ni estudia (no está clasificado como estudiante), ni está en capacitación o entrenamiento laboral. Adicionalmente, no se hace ninguna distinción entre el estado civil de estos jóvenes dentro de esta definición. Se precisa también que esta clasificación incluye a todo aquel que no trabaja, de acuerdo con la definición son todos aquellos que no reciben remuneración por trabajar por lo menos una hora durante la semana anterior a la encuesta. Se refiere a los jóvenes que trabajan dentro del hogar, ya sea en los quehaceres domésticos o aquellos que ayudan con actividades de producción o negocios familiares no remunerados o aquellos que se dedican a otras actividades, sea de arte, música o el deporte, son incluidos como jóvenes que no trabajan ni estudian.
DESEMPLEO E INACTIVIDAD JUVENIL
De acuerdo con Málaga et. al. (2014), la inactividad laboral puede explicarse a través de diversas fuentes las cuales pueden estar asociadas a condiciones externas al individuo, que sin embargo, dadas sus características demográficas (bajo o ningún nivel de educación, género, etnicidad, etc.), es excluido del mercado laboral o conducido a la toma de ofertas laborales en el mercado informal bajo condiciones poco o nada favorables. Sin embargo, la inactividad laboral podría ser el resultado en cuanto a la decisión de cada individuo de trabajar o estudiar y, en consonancia con otras investigaciones, este es el enfoque que varios estudios le dan al desempleo juvenil (Wolpin, 1985, 1995; Keane and Wolpin, 1997).
El efecto negativo en el capital humano de los jóvenes que surge de la marginación del sistema educacional, es evidente y directo. En cambio, el de un período sostenido de desempleo es menos directo, y surge a partir de la incapacidad que estos jóvenes tendrían para desarrollar las habilidades propias del trabajo, y de acumular experiencia laboral y formar hábitos de trabajo, todo lo cual redunda en una menor capacidad de generar ingresos futuros (Coloma y Vial, 2003). Además, existen efectos indirectos, como podrían ser la drogadicción, criminalidad y delincuencia que podrían generar daños irreparables en la capacidad de incorporarse al mercado de trabajo (Cordón, 2011).
Siguiendo a Cordón (2011), Nicaragua se encuentra en un momento de gran importancia para su desarrollo económico futuro. Al mismo tiempo Cordón agrupa tres categorías relacionadas al capital de los individuos, el entorno y características familiares, y el contexto social, económico y político del área de residencia.
Para Cordón (2011), algunas características concretas que afectan la probabilidad de estar inactivo son:
Finalmente, Cordón concluye que, las características propias de cada persona y su historia, como las habilidades innatas o los cambios de residencia, encierran este amplio abanico de relaciones de causa y efecto que han sido causadas para explicar nuestras decisiones de trabajar, estudiar, estar desempleado, o no hacer nada.
CARACTERIZACIÓN DE LOS JOVENES EN NICARAGUA
En esta sección se realiza un análisis extensivo y descriptivo de la información recogida en la Encuesta de Medición del Nivel de Vida (EMNV 2014). Esta encuesta fue ejecutada del 17 de septiembre al 4 de diciembre del año 2014. Usa el marco muestral del censo de 20057 . Para su levantamiento, el país fue dividido en segmentos censales conteniendo cada uno, aproximadamente 150 viviendas en el área urbana y 120 en el área rural. La encuesta recoge información a nivel de hogares y por miembros del hogar por lo que la información es sociodemográfica8 . El tamaño de la muestra es de 7, 570 viviendas en todo el territorio nacional dividido en cuatro macro regiones. El alcance de la muestra es tanto a nivel urbano como rural. Cabe destacar que la muestra trae incorporado el factor de expansión el cual se utiliza para inferir estadísticamente en este estudio.
JÓVENES QUE NO ESTUDIAN NI TRABAJAN NI ESTÁN EN CAPACITACIÓN
Completamos en esta sección con lo que podría considerarse más importante que es la población que nos interesa analizar, la juventud nicaragüense que no trabaja, ni estudia, ni está en capacitación, los jóvenes NINI o NEET9 .
Según la información obtenida de la EMNV 2014 y que se muestra en la tabla 1, existen 1, 381,804 jóvenes NINI en todo el territorio nacional, cuyo número representa el 96.72% de la población juvenil entre 15 a 29 años.
De este total 65.20% son hombres mientras que el 34.80% son mujeres. La presencia masculina predomina en el grupo NINI, tomando en cuenta la inactividad y la pérdida de capital humano y aunque también la mujer representa un porcentaje significativo, es importante tomar en cuenta.
En la tabla 2 se muestra el grupo NINI por género y por área de residencia. En el área urbana la presencia masculina continúa predominando, pero esta vez la distancia (55.63% a 44.37%) hacia la mujer, no es muy distante. Resulta interesante notar que los jóvenes entre el rango de edad 15 a 29 años, pero que no son NINI y que representa apenas el 3.28% de la población total, si se dedican a alguna actividad. No obstante, es importante destacar que en el área urbana el 32.85% de la población que representa a los hombres, se clasifica como no NINI, mientras que la mujer clasifica con mayor predominancia, o sea, en el área urbana, las mujeres trabajan, estudian o se capacitan más que los hombres.
En el área rural los hombres NINI predominan más que en el área urbana (79.56% vs 55.63%), de igual manera la mujer, en el área urbana predomina más (44.37%) que en el área rural (20.44%). En el caso de los No NINI es interesante notar que los hombres, trabajan, estudian o se capacitan más que las mujeres. Cabe resaltar que en el área rural los hombres se dedican a distintos tipos de actividades agropecuarias y del campo, mientras que las mujeres se dedican a los quehaceres del hogar o cumpliendo con la maternidad responsable.
En la tabla 3 se muestra la situación de jóvenes de acuerdo a su actitud hacia el empleo/desempleo. Se observa que a nivel nacional el 86.52% de los NINI se encuentra desempleado, conformado este grupo mayoritariamente por hombres. Los que no se clasifican como no Nini y que trabajan apenas representan el 15.83% de los hombres y muy distantemente las mujeres representan el 60.45% a nivel nacional.
A nivel de educación la tabla 4 muestra la distribución de los jóvenes según su máximo nivel educativo. Se observa que un grueso grupo de 93.39% de jóvenes no cuentan con ningún tipo de educación, sobre todo en los hombres. A nivel de primaria los hombres tienen mayor representación. Contrario a lo que pasa en secundaria, pues las mujeres tienen mayor presencia. A nivel de educación técnica los hombres parecen tener poco interés. Contrario a las mujeres que cuentan con una mayor presencia, lo cual quizás se deba a que las mujeres se preocupan por realizar estudios básicos en corte y confección, estilismo, pastelería, etc.
A nivel universitario los hombres muestran mayor presencia que las mujeres y, a nivel de maestría parece que los hombres tienen mayores probabilidades o posibilidades de accesar a este nivel educativo.
En el Gráfico 1 se muestra la distribución de la población juvenil NINI por edad y según género. En él se puede notar que los jóvenes de 17 años tienen una concentración importante de la participación juvenil NINI. Es importante mencionar que esta es la edad en que muchos jóvenes terminan su etapa escolar. Al incrementarse la edad la participación es menor y al mismo tiempo decreciente para ambos géneros, salvo a los 21 y 22 años que se notan ciertos saltos en la participación de los jóvenes NINI para ambos sexos.
Viéndolo más detalladamente, tanto hombres como mujeres inician su participación en el grupo NINI a los 15 años para luego decrecer y concentrarse ambos a los 17 años con un porcentaje tendencial del 6.5%. Entre los 18 y 22 años las mujeres aumentan su participación en el grupo NINI, la participación de las mujeres aumenta con la edad y, empieza a decrecer a los 25 años, este fenómeno estaría asociado al inicio de una vida maternal o conyugal.
En el caso de los varones, el pico más alto se muestra a los 20 años de edad, para empezar a decrecer a los 21, fenómeno que también está asociado con el cumplimiento de una paternidad responsables.
FACTORES DE RIESGOS ASICIADOS CON LOS NINIS
Del análisis presentado en la sección anterior, se puede notar que los factores de riesgos están fuertemente asociados al género dependiendo del área de residencia (urbano/rural). El problema de jóvenes NINI en Nicaragua sería un problema más masculino en el área rural posiblemente debido a factores de oferta laboral y/o educación. Y más femenino en el área urbana. En el área rural las mujeres asumen la maternidad a temprana y también juegan el rol de amas de casa. También existe poca oferta laboral y de educación, mientras que en el área urbana, una posible razón que las haría más proclives a entrar el grupo NINI es su transición a la maternidad y a la vida conyugal que las llevaría a ser dependientes del esposo/pareja. Este fenómeno podría explicarse por una reasignación de responsabilidades enmarcada en una economía familiar, donde el más productivo sale al mercado laboral y la pareja se queda en casa encargada de las tareas domésticas.
La maternidad aporta con el trabajo en el hogar y los hombres con el trabajo pagado del mercado laboral. Esto podría deberse a razones culturales en la sociedad nicaragüense en la que es común observar a las mujeres cumpliendo no solo el rol de madres sino también, de amas de casa.
La edad es muy relevante, pero presenta efectos opuestos según género y área de residencia. En los hombres una mayor edad reduce la participación en el grupo NINI, los varones adquieren más responsabilidades y se ven motivados (o forzados) a participar en el mercado laboral.
En el caso de las mujeres, la fecundidad (maternidad) juega un rol importante puesto que a mayor edad y menor educación, mayor es la tendencia a procrear y establecer una vida en unión con su pareja. Si se considera que el cónyuge trabaja, la tendencia a optar por el trabajo no remunerado en casa es mayor en las mujeres. En el caso de los hombres bien podría ser un problema de transición, puesto que una vez que esclarecen sus objetivos y a medida que envejecen son menos proclives a ser NINI, debido en parte a su rol conyugal de brindar soporte económico a su pareja e hijo(s).
La pobreza podría restringir a los jóvenes a acceder a mayores niveles de educación o a educación de calidad, esto podría empujar a los jóvenes a ingresar al mercado laboral desde temprana edad, su efecto sería; reducir su participación en el grupo NINI.
En caso contrario, un menor nivel educativo estaría relacionado con una mayor participación en el grupo NINI, aunque a mayor carencia de habilidades educativas se reduce la capacidad de los jóvenes a formar parte de un mercado laboral con salarios atractivos, quedarían excluidos de este segmento y en este caso los jóvenes estarían compitiendo por puestos de trabajos menos atractivos, esto causaría una gran desmotivación para participar activamente en el mercado (fuerza) laboral.
Para concluir este apartado, cabe considerar que al aislar o excluir a los jóvenes NINI de alguna acción social productiva, los expone a niveles de estrés, desafecto y tendencia a problemas psicológicos que posiblemente se manifiesten en resentimiento social, depresión, enfermedades y mayor vulnerabilidad a vicios y actos delictivos.
ESTIMACION DE VARIABLES Y FACTORES ASOCIADOS
En base a la información contenida en la ENNV2014 que contiene información social y económica de la población juvenil entre las edades comprendida 15 a 29 años, se propone estimar un modelo probabilístico del tipo Probit para estimar la probabilidad de participar o no en el grupo NINI, tomando en cuenta variables disponibles en la encuesta relativas a las características sociales y económicas de los jóvenes.
Con este propósito, se clasifica a los jóvenes en dos grupos: aquellos que clasifican dentro del grupo NINI (que no trabajan, ni estudian ni están en un programa de capacitación) y aquellos que no (son jóvenes que trabajan o son estudiantes y asisten a un centro educativo).
Las variables explicativas han sido seleccionadas de acuerdo al análisis descriptivo arriba realizado y otras variables que a continuación se detallan.
EL MODELO Y CONSTRUCCIÓN DE VARIABLES
El presente modelo trata de estimar la probabilidad de pertenecer al grupo NINI dependiendo de las características personales y del hogar, tales como: tenencia de celular, teléfono convencional, servicios de internet, televisión por cable, casa claro, tenencia de vivienda, escolaridad, número de personas en el hogar, género, edad, edad al cuadrado e ingreso del hogar. Así el modelo planteado a estimar es:
La descripción de las variables dependientes se detalla a continuación:
ESTIMACIÓN DEL MODELO
En base a lo expuesto anteriormente y sobre la base de la información disponible en la EMNV2014, estimamos el modelo. El modelo estima la probabilidad de ser NINI usando el método de estimación Probit, conocido también como Normit. Usando las variables arriba descritas y asociadas a características personales y del hogar.
MODELO PROBIT. PROBABILIDAD DE PERTENECER AL GRUPO NINI
Se estima el modelo descrito en la sección anterior y sus resultados se resumen en la tabla 5. Se presentan los coeficientes estimados y efectos marginales del modelo.
El modelo emplea un total de 13 variables y 166,621 observaciones. Globalmente el modelo presenta un buen ajuste. En este caso el Pseudo R-cuadrado tiene un valor de 0.174, es decir, el 17.4% de la varianza de las variables explicativas en conjunto, están explicando el cambio en la probabilidad de la variable dependiente Pr(NINI=1).
La probabilidad de que el modelo sea globalmente no significativo es prácticamente nula. De hecho, cada coeficiente es individualmente significativo al nivel del 95% de significancia.
Respecto a los determinantes de la probabilidad de pertenecer al grupo NINI, los resultados confirman la importancia de empezar a crear acumulación de capital humano en este segmento etario de la población. En primer lugar se encuentra que la tenencia de celulares en el hogar tiene un efecto positivo y significativo sobre la probabilidad de ser NINI.
Contrario a lo que ocurre con la tenencia del servicio de telefonía domiciliar, cuya variable tiene un efecto negativo, aunque significativo, lo cual demuestra que los jóvenes le dan más importancia a los dispositivos celulares por todas las facilidades y oportunidades que este dispositivo ofrece, más aún la nueva generación de celulares conocidos como “SmartPhone” o teléfonos inteligentes.
El contar con servicio de internet en casa tiene un efecto positivo y significativo en la probabilidad de pertenecer al grupo NINI. En los últimos años el internet a jugado un papel determinante en la sociedad nicaragüense y dado su fácil acceso (que actualmente se ha proliferado masivamente), el internet hace que la juventud se distraiga en las redes sociales o servicios de juegos (de todo tipo) en línea lo cual los vuelve cada vez más proclives a pertenecer a este grupo.
Aunque el efecto de poseer servicio de televisión por cable es negativo, el contar con este servicio no deja de ser un determinante para pertenecer al grupo NINI. No se debe de olvidar que este servicio ofrece entretenimiento visual y captura de alguna manera la atención de los jóvenes.
El contar con el servicio de Casa Claro posee un efecto positivo y muy significativo en la probabilidad de pertenecer al grupo NINI. El servicio de casa claro es ofrecido por la empresa Claro, el cual consiste en brindar un paquete que contiene internet, televisión por cable y teléfono domiciliar. Con los resultados obtenidos en variables anteriores se puede inferir y confirmar que los jóvenes le dan gran importancia al servicio de internet y la tenencia de celulares inteligentes dada su fácil conectividad con internet para el entretenimiento en las redes sociales, juegos en líneas, entre otras cosas.
El efecto negativo de la tenencia de vivienda es interesante pues, este nos dice que el hecho de no ser propietario de la vivienda disminuye la probabilidad de que el hogar cuente con un miembro que caiga o se clasifique dentro de la categoría (NINI). Como es evidente, al no poseer un tecno propio, todos los miembros se ven obligados a trabajar para aportar en el núcleo familiar.
El efecto negativo de la escolaridad también es interesante ya que a mayor grado de escolaridad (o años de educación), la probabilidad de que en el hogar haya un miembro NINI, disminuye. Se encuentra que mientras menos años de educación le resten (al joven) para terminar un determinado grado académico (o curso), la probabilidad de que el joven siga estudiando es más alta, así como bien lo plantea la teoría.
En el número de personas en el hogar se encuentra que a mayor número de miembros en el hogar la probabilidad de que se encuentren jóvenes NINI disminuye ya que al haber muchos miembros en el hogar éstos se ven obligados a trabajar para aportar en el hogar o bien dedicarse a otras actividades como el estudio.
El género muestra un efecto negativo pero muy significativo ya que le hecho de ser hombre disminuye la probabilidad de ser NINI este resultado contrasta con la teoría de que las mujeres en su calidad de procreadoras son más proclives a caer en esta clasificación (NINI). Por lo que el hombre ya en su calidad de padre se ve forzado en ingresar al mercado laboral y la mujer juega el rol de madre y ama de casa, esto la conlleva a ser dependiente del hombre.
En la edad al cuadrado se encuentra que a mayor edad la probabilidad de ser NINI disminuye. Posiblemente lo jóvenes cuando llegan a una determinada edad empiezan a tomar conciencia de la necesidad de dedicarse a algún tipo de actividad.
Finalmente el efecto del ingreso resulta significativo lo que se interpreta como una mayor disponibilidad económica para el financiamiento en educación, aunque también el hecho de que un hogar cuente con mayores ingresos y disponibilidad de recursos tienta a los jóvenes a caer en el grupo NINI más aún si a estos no les interesan los estudios.
CONCLUCIONES
En base a la información disponible en la Encuesta de Medición del Nivel de Vida 2014, en este estudio se analizan las características de los jóvenes que no trabajan, ni estudian, ni están en capacitación (NEET por sus siglas en inglés). El caso de los NINI es un fenómeno generalizado a nivel internacional y se presenta con fuerza también en el caso nicaragüense.
Se encuentra que en todo el territorio nacional existen 1, 381,804 NINI entre las edades 15 a 29 años. De ellos 65.20% son hombres y 34.80% son mujeres. En el caso de las mujeres se sugiere que uno de los motivos fundamentales de caer en este grupo se deba a una mezcla de razones de fertilidad (procreación de hijos), quehaceres del hogar o educativas. También se supone que este fenómeno refleja decisiones tanto a nivel individual como a nivel familiar, dado que la decisión de quedarse en casa estarían asociadas a colaborar en casa en las tareas del hogar y el cuido de niños o hijos propios, actividades que no se consideran como un trabajo, por lo que aumenta la probabilidad de ser NINI sobre todo cuando se tiene pareja, contrario a lo que ocurre con los hombres.
Los resultados muestran que la probabilidad de ser NINI aumenta si hay jóvenes hombres en el hogar y que disminuye si estos son jefes del hogar o bien cuentan ya con pareja e hijos. Igualmente a mayor nivel educativo se encuentra que es mucho menor la probabilidad de ser NINI por el costo de oportunidad asociado a un mayor ingreso laboral.
Las consecuencias negativas del desempleo o inactividad juvenil tienen una alta relación con el hecho de que en períodos de inactividad (sin trabajar ni estudiar) en el sector formal, los individuos detienen el proceso de formación de capital humano. Este efecto confirma una vez más otras posibles consecuencias negativas estudiadas, que en la literatura tienen relación con la formación de hábitos de trabajo y con la relación entre inactividad, drogadicción y delincuencia juvenil que destaca Coloma y Vial (2003).
En este trabajo se estudian los determinantes de la probabilidad de que un joven sea NINI dado que no se encuentra trabajando, ni estudiando, ni capacitándose, centrándonos entre las edades 15 a 29 años. Para ello se utiliza un modelo probit.
Los resultados confirman la importancia de acumulación de capital humano tanto por educación como por trabajo o acumulación de experiencia. Si bien este resultado era de esperarse, es muy importante, pues confirma la importancia de acumulación de capital humano en este grupo etario de la población para una futura vida laboral. Como destaca Heckman (2000), una mayor educación aumenta el salario, también la probabilidad de trabajar una vez terminados los estudios, lo que permite acumular cada vez más capital humano al adquirir experiencia laboral.
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2 Bono demográfico.
3 En lengua sajona a los Ninis se les conoce como NEET (not in employment, education or training). Literalmente: “no en empleo, educación o entrenamiento”.
4 www.inide.gob.ni
5 La encuesta entrega información económica y demográfica detallada de los hogares del país que es tremendamente útil para los objetivos que se propone este estudio.
6 Idem 4
7 Censo de Población y Vivienda 2005.
8 Se cuenta con información del ingreso familiar y condiciones de pobreza.
9 Idem 3.
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